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Entre los delitos contra la propiedad, tenemos una variedad importante para su

análisis jurídico. Sin embargo, las diferencias entre algunos de ellos, como
extorsión y secuestro son las más complejas de comprender. Estas diferencias son
básicas para el estudio y la práctica del Derecho Penal, siendo que estos son delitos
que se ven día a día en nuestras sociedades. En este artículo te explicaremos
las diferencias entre extorsión y secuestro. Esperamos te sea útil.

Diferencias entre extorsión y secuestro


Extorsión

Antes de poder establecer las diferencias entre extorsión y secuestro, debemos


definir estas instituciones. Por extorsión entendemos al delito consistente en la
obligación de una persona, a través de violencia o intimidación, a realizar u
omitir un acto o negocio jurídico con ánimo de lucro.

Legalmente, el delito de extorsión está definido en el primer aparte del Artículo


200 del Código Penal Peruano como derecho comparado, de la siguiente forma:

Artículo 200 – Código Penal peruano


El que mediante violencia, amenaza o manteniendo en rehén a una persona,
obliga a ésta o a otra a otorgar al agente o a un tercero una ventaja económica
indebida o de cualquier otra índole (…)

Así, el Código peruano considera como extorsión a aquellos actos violentos, a


través de amenaza o estando en estado de rehén donde se le obligue a una
persona a otorgar al delincuente una ventaja de cualquier índole. Ahora bien,
comparado con el Artículo 16 de la Ley contra el Secuestro y la Extorsión
venezolana, se establece lo siguiente:

Artículo 16 – Ley contra el Secuestro y la Extorsión venezolana

Quien por cualquier medio capaz de generar violencia, engaño; alarma o


amenaza de graves daños contra personas o bienes, constriña el consentimiento
de una persona para ejecutar acciones u omisiones capaces de generar perjuicio
en su patrimonio o en el de un tercero, o para obtener de ellas dinero; bienes,
títulos, documentos o beneficios(…)

En esta definición de extorsión se puede observar una mayor especificidad en


cuanto a los elementos que contiene el delito como tal. Para el derecho
venezolano, la extorsión es entonces el delito a través del cual, por cualquier
medio que genere violencia, engaño, alarma o amenaza, se constriñe el
consentimiento de una persona para realizar cierto acto u omitir una acción para
generar un efecto jurídico.

Secuestro

De acuerdo al Consejo Económico y Social de la Organización de las Naciones


Unidas en su resolución 2002/16, podemos definir al secuestro de la siguiente
forma:

Consiste en detener ilícitamente a una persona o personas en contra de su


voluntad con la finalidad de exigir por su liberación un provecho ilícito o
cualquier utilidad de tipo económico u otro beneficio de orden material, o a fin
de obligar a alguien a que haga algo o deje de hacer algo.

De esta forma, podemos entender internacionalmente al secuestro como un delito


a través del cual una persona es detenida ilícitamente en contra de su voluntad con
el fin de sacar provecho de dicha detención, ya sea de carácter económico u otro
índole. Desde un punto de vista legal, la Ley contra el Secuestro y la Extorsión
venezolana define al secuestro en su Artículo 3:

Artículo 3 – Ley contra el Secuestro y la Extorsión venezolana

Quien ilegítimamente prive de su libertad, retenga, oculte, arrebate o traslade a


una o más personas, por cualquier medio, a un lugar distinto al que se hallaba,
para obtener de ellas o de terceras personas dinero, bienes, títulos, documentos,
beneficios, acciones u omisiones que produzcan efectos jurídicos o que alteren
de cualquier manera sus derechos a cambio de su libertad, será sancionado o
sancionada con prisión de veinte a treinta años.

Así, entendemos que el secuestro de acuerdo a esta norma jurídica es la privación


de libertad de manera ilegítima de una persona con el objeto de obtener de esta
dinero, bienes, títulos u otros beneficios que produzcan efectos jurídicos.

¿Te gustaría entender el delito de secuestro y sus distintas modalidades a


profundidad? Y ¿convertirte en un experto capaz incluso de prevenir situaciones
de riesgo? Te recomendamos nuestro curso: Cómo opera el secuestro en el crimen
organizado para que aprendas de la mano de un criminólogo todo sobre este delito.
Diferencia entre ambos conceptos

Ahora bien, posterior a haber estudiado los conceptos, podemos hablar sobre
las diferencias entre extorsión y secuestro. Por mucho que ambos se
encuentren inmersos en la misma categoría de delitos (delitos contra la
propiedad) y se encuentren regulados en una misma norma jurídica (en el caso de
Venezuela, la Ley contra el Secuestro y la Extorsión), estos delitos poseen ciertas
diferencias de importante entendimiento para el estudio del Derecho Penal. A
continuación le explicaremos las diferencias entre extorsión y secuestro:

Características principales

La primera de las diferencias entre extorsión y secuestro, es que la extorsión está


caracterizada por ser un delito complejo, puesto que para la comisión del delito
principal se pueden cometer otros (la intimidación, el mantener a la persona
como rehén, el uso de violencia). Mientras tanto, el secuestro está caracterizado
por ser un delito permanente, puesto que desde la sustracción ilegal de la persona
hasta la entrega del rescate y posterior libertad de la víctima, se entiende que el
delito está en constante comisión.

Noción

Una de las diferencias entre extorsión y secuestro que son básicas, es que la
extorsión es un delito de daño o lesión relativa a la propiedad, donde esta lesión
se comete a través de una restricción de libertad a una persona o intimidación. El
secuestro, a diferencia, consiste en un delito de peligro relativo a la propiedad,
donde su noción principal es la restricción de libertad de una persona con la
finalidad de obtener un beneficio económico.

Acción

La acción es otra de las diferencias entre extorsión y secuestro. Para el secuestro,


consiste en privar ilegítimamente de su libertad a una persona, con la finalidad de
obtener un rescate y donde el desplazamiento patrimonial se produce por la
acción de los cercanos a la víctima. Para la extorsión, consiste en constreñir al
sujeto pasivo a realizar u omitir una acción para producir un efecto jurídico, y
donde el desplazamiento patrimonial se produce por acción de la propia víctima.

Consumación

La última de las diferencias entre extorsión y secuestro; entendemos consumada


la extorsión cuando la cosa mueble entra en la órbita de disponibilidad del sujeto
activo. El secuestro, a diferencia de la extorsión, se entiende como consumado
desde el momento en que se priva de libertad a la víctima, sin importar si logra su
fin (el obtener un beneficio) o no.

Un ejemplo de esto es una extorsión donde una persona constriñe a otra para que
evite la aceptación de un contrato en una empresa, allí se consuma el delito en el
momento en que la víctima evita la aceptación del contrato. Mientras que en el
caso del secuestro, este es consumado al momento de los delincuentes secuestrar
a su víctima.

Conclusión
El Derecho Penal posee una serie de delitos cuyos supuestos de hecho y
consecuencias jurídicas tienden a ser confusas para aquellos que comienzan a
estudiar la materia debido a sus similitudes. El secuestro y la extorsión son de
estos delitos cuyas características son similares y es por esto que entender sus
diferencias resulta importante para la comprensión del Derecho Penal.

Beneficios procesales relativos a los


delitos de la Ley contra el Secuestro y
la Extorsión
Sala: de Casación Penal
Tipo De Recurso: Casación
TSJ/SCP Nº Sent: 222 Fecha: 16-06-2017
Caso: Diego Armando Maluenga Figueroa
Decisión: Declara con lugar la única denuncia planteada en elrecurso de
casación propuesto por el representante del Ministerio Público; se rectifica
la pena a imponer al ciudadano DIEGO ARMANDO MALUENGA FIGUEROA,
quedando en definitiva la pena a cumplir en nueve (9) años, seis (6) meses y
veinte (20) días de prisión, por ser cómplice en el delito de Secuestro.
Extracto:
“Siendo así se advierte que el delito de Secuestro se materializa
cuando ilegítimamente una persona es privada de su libertad, o cuando se
retenga, oculte, arrebate o traslade a una o más personas, por cualquier medio,
a un lugar distinto al que se hallaba, para obtener de ellas o de terceras
personas dinero, bienes, títulos, documentos, beneficios, acciones u omisiones
que produzcan efectos jurídicos o que alteren de cualquier manera sus derechos
a cambio de su libertad; y el cómplice es aquel que sin ser autor o determinador,
ejecute o realice cualquier actividad o suministre algún medio, destinado a
facilitar la perpetración de cualquier delito; ahorabien, cuando el cómplice
coadyuve con la autoridad competente, tendrá derecho a que se le rebaje un
tercio de la pena a cumplir, tal como lo realizó el Juez del Tribunal Segundo de
Primera Instancia Estadal y Municipal en función de Control del Circuito
Judicial Penal del estado Cojedes, extensión San Carlos, al momento de calcular
pena a imponer al ciudadano DIEGO ARMANDO MALUENGA FIGUEROA.
Sin embargo, alega el recurrente que la Juzgadora al momento de calcular la pena a
imponer, aplicó lo dispuesto en el artículo 11 de la Ley Contra el Secuestro y la Extorsión
(tal como se explicó anteriormente) pero además también aplicó el contenido del artículo
21 eiusdem, incurriendo en una rebaja de pena contraria a derecho, pues, en su
criterio, lo correcto era aplicar únicamente la rebaja de pena establecida en el artículo 11
ibídem, ya que dicho artículo por sí mismo explica la rebaja prevista por el legislador en
los casos como el presente asunto penal, y por ello interpuso recurso deapelación, el cual
fue declarado sin lugar por la Sala Única de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial
Penal del estado Cojedes…
…OMISSIS…
De la norma antes transcrita se puede observar que el legislador, le otorgó
al Ministerio Público, la posibilidad de suspender el ejercicio de la acción penal
en delitos tipificados en la Ley Contra el Secuestro y la Extorsión, pero “conforme
a lo establecido” en el artículo 39 (hoy 40) del Código Orgánico Procesal Penal
…OMISSIS…
Este supuesto es un procedimiento de naturaleza especial, distinto a los
tradicionalmente conocidos, con características singulares de inicio,tramitación,
acuerdo y aprobación judicial. Constituyendo entonces, una medida alternativa
especial, que responde a los fines de oportunidad y búsqueda de elementos
de prueba en el esclarecimiento de delitos y autores en el ámbito de la
transacción penal, como un medio de lucha no convencional contra el crimen
organizado.
En este sentido, la colaboración de los sujetos investigados en el sistema
probatorio criminal, se verá retribuida con beneficios judiciales o de protección
a su favor. La delación o información a cambio de beneficios penales o
penitenciarios aparece como una forma de cooperación con el sistema judicial
penal. Estos beneficios se orientan a estimular la disociación de las
organizaciones del crimen.
Esta figura viene a ser como un mecanismo de simplificación del proceso, de
conformidad con las nuevas corrientes doctrinarias, tiene su base en elderecho
procesal penal transaccional, cuya finalidad es evitar un proceso regular largo e
innecesario, bajo la conducción de someterse a un acuerdo con el Fiscal y
obtener la reducción de la pena, pero siempre con la aprobación del Juez en la
fase preparatoria.
Es importante resaltar, que este mecanismo transaccional proviene de lacultura
jurídica del derecho anglosajón, donde la utilidad y la eficacia del procedimiento
constituyen los ejes del sistema. También cabe mencionar, que algunos autores
la denominan como una forma de manifestación de lajusticia penal consensuada.
…OMISSIS…
Del criterio jurisprudencial trascrito, se desprende que deben concurrir las
condiciones establecidas en el artículo 40 del Código Orgánico Procesal Penal,
para que proceda el principio de oportunidad; pero también se destaca, que es
una facultad del Ministerio Público, como titular de la acción penal en delitos de
acción pública, y es este quien deberá solicitarlo al Juez de Control, previa su
autorización, verificando que se haya cumplido con los requisitos previamente
establecidos en la norma in comento; por lo tanto, se trata de una atribución
legal que posee el representante Fiscal y que, por ende, es potestativo del
representante del Estado, de acuerdo a la Ley, en atención al artículo 111,
numeral 6, eiusdem.
Así las cosas, la Sala concluye que cuando estén dados los supuestos para la
aplicación del artículo 40 del Código Orgánico Procesal Penal, es el Ministerio
Público quien podrá solicitar el supuesto especial, no siendo permitido a los
Jueces de Instancia ni a los de la Corte de Apelaciones, proceder de oficio, en
cuanto a la aplicabilidad de la figura de la delación, ya que esta es una potestad
exclusiva del titular de la acción penal.
…OMISSIS…
En efecto, en el presente caso, tanto en el escrito acusatorio, como en la
admisión de los hechos y en la sentencia dictada por el Juzgado de Primera
Instancia, quedaron establecidas todas las circunstancias fácticas por las cuales
resultó condenado el ciudadano DIEGO ARMANDO MALUENGA
FIGUEROA, quedando como un hecho incontrovertido, cierto y apreciado, que
luego de participar de manera activa en el secuestro del ciudadano
Joseph Jokim, en su planificación, ejecución y con concierto previo, luego de
ser identificado por las cámaras de video como la persona que dejó el vehículo de
la víctima frente a su casa mientras éste último se encontraba plagiado, y
durante un interrogatorio policial, señaló el lugar exacto donde se encontraba
privado de libertad la víctima, en razón de lo cual se trasladaron al lugar para el
rescate de ésta, lo cual generó un enfrentamiento entre los órganos de policía y
los captores, resultando los mismos abatidos producto del procedimiento.
Como puede apreciarse, la conducta desplegada por el ciudadano DIEGO
ARMANDO MALUENGA FIGUEROA, no se trató de una delación o de un
informante arrepentido, con los requisitos exigidos por nuestralegislación,
aunado al hecho que el hoy acusado tampoco colaboró de manera útil y eficaz
con la información.
…OMISSIS…
En razón de lo antes expuesto, la indebida aplicación del artículo 21 de la Ley
Contra el Secuestro y la Extorsión, tuvo una incidencia relevante no solo en el
fallo sino en el cálculo de la pena que en definitiva debe cumplir el
ciudadano DIEGO ARMANDO MALUENGA FIGUEROA.”
Comentario de Acceso a la Justicia: La Sala concluye que lacompetencia para
solicitar cualquier beneficio procesal a algún cómplice en la comisión de uno de los
delitos previstos en la Ley contra el Secuestro y la Extorsión corresponde
exclusivamente al Ministerio Público y no los puede conceder el Juez de la causa
de oficio.

Qué es la extorsión

Su naturaleza judírica, y los elementos que la componen

La extorsión es un delito consistente en obligar a una persona, a


través de la utilización de violencia o intimidación, a realizar u omitir
un acto o negocio jurídico con ánimo de lucro y con la intención de
producir un perjuicio de carácter patrimonial o bien del sujeto
pasivo.

Naturaleza jurídica de la extorsión:

La extorsión es una figura que se encuentra entre los delitos de:

- APODERAMIENTO, ya que hay ánimo de lucro;

- ESTAFA, porque requiere que el sujeto pasivo realice u omita un acto o


negocio jurídico; y

- AMENAZAS, porque el sujeto activo coacciona al pasivo para la


realización del negocio jurídico.

Este delito tiene una ubicación independiente. Aunque se relaciona con


otros, es una figura distinta con sus propias características.
Además, la extorsión es un delito pluriofensivo: se ataca a
varios bienes jurídicos: propiedad, integridad física y libertad.

Elementos objetivos:

- Uso de la violencia o intimidación: son los medios típicos por los cuales
se puede realizar la conducta.

- Que se obligue al sujeto pasivo a actuar de una manera no querida por


él: el sujeto pasivo no realizaría la acción si no fuera por esa violencia o
intimidación.

- Consumación: cuando el sujeto pasivo realice la acción. No se requiere


que se tenga disposición patrimonial efectiva; poniéndose la nota no en
la lesión patrimonial sino la de la libertad.

- Realización u omisión de un acto o negocio jurídico: debe ser un


negocio de carácter patrimonial, pudiendo ser tanto de bienes muebles
como inmuebles y derechos.

- Concurso: La extorsión puede darse en concurso con otros delitos:


lesiones, detención ilegal, agresiones sexuales, etc.

Elementos subjetivos:

La extorsión requiere de la existencia de ánimo de lucro por parte del


sujeto.

La ventaja patrimonial se puede exigir para una tercera persona, aunque


esta no tenga ningún conocimiento.
Además puede afectar bien al patrimonio del sujeto pasivo, bien al de un
tercero.

Este delito es más extenso que en el de hurto o robo, porque no sólo


involucra la ventaja patrimonial sino que, además, ésta debe derivarse de la
lesión a la libertad del sujeto pasivo.

http://www.forodeseguridad.com/artic/reflex/8181_que_es_la_extorsion.htm
LA EXTORSIÓN ES UNO DE LOS PEORES DELITOS EN
VENEZUELA

En los últimos años cientos de venezolanos han sido víctimas del delito de extorsión. Incluso
muchos han abandonado el país tras ser ellos o sus familiares víctimas de esta situación que,
según estadísticas no oficiales, se ha convertido en el 3er crimen más común en Venezuela
después del tráfico de drogas y el secuestro.

Más ricos y más pobres no escapan a la mano larga de los extorsionadores en una suerte de
ruleta donde se mezclan la difamación, el secuestro, la amenaza y el miedo pero siempre con
un fin común: la obtención de un objetivo que la mayoría de las veces es económico.

En un país como Venezuela donde la corrupción se ha institucionalizado la extorsión se ha


convertido en práctica diaria. “Si me das 1 millón te renuevo el pasaporte”, “O contratas mi
protección o te quemo el negocio”, “O me pagas o difundo tus fotos desnuda” son algunos
ejemplos prácticos para evidenciar que la extorsión surge de la intimidación que es la
amenaza de un mal para que se realice un acto que directamente afecta el patrimonio y/o el
honor de la víctima.

Según el abogado penalista y Doctor en Ciencias Jurídicas, Alejandro Rebolledo, el delito de


extorsión ha aumentado en la sociedad venezolana debido a la impunidad. “En Venezuela
todo el sistema está contaminado. Aquí gobierna la delincuencia organizada. El delincuente
entiende que puede actuar sin ser sancionado, de allí el auge delictivo que estamos viviendo”.

Pero la situación se agrava, según Rebolledo, por las mismas condiciones socio – económicas
que atraviesa el país. “La grave crisis financiera de Venezuela también contribuye. Sujetos
que nunca se habían corrompido, públicos o privados, ahora por razones inflacionarias están
tentados a hacerlo, y lo hacen”.

Por su parte, el abogado penalista experto en criminalística, Luis Izquiel coincide con
Rebolledo en que la impunidad es la responsable del incremento sustancial de este y otros
crímenes en el país. “Las cifras son alarmantes. Un alto porcentaje de los delitos de extorsión
y secuestro en Venezuela se dirigen vía celular desde una cárcel venezolana. Increíblemente
a una persona a quien le roban su vehículo o al que le secuestran a un familiar tiene que ir a
pagar la extorsión a un penal”.

En un intento por frenar esta modalidad criminal, Izquiel es promotor de la recientemente


aprobada ley que prohíbe el uso de teléfonos celulares e internet en las cárceles venezolanas.
“Con la aprobación de esta ley ahora el Estado tiene 9 meses para colocar bloqueadores de
señales en los penales, método muy efectivo, por cierto, utilizado en países como Chile y
Honduras”.

Sin embargo Izquiel no es muy optimista. A su parecer la única solución a la criminalidad en


Venezuela es un cambio de modelo político. “No podemos avanzar si no se depura el
Ministerio Publico, el Poder Judicial, los organismos de seguridad del Estado. Hay que
deslastrar al sistema judicial venezolano”.

– La extorsión como fuente de Poder

En Venezuela la amenaza de ser colocado en una “lista” pende sobre la cabeza de centenares
de empresarios que dentro o fuera del territorio nacional, son vistos como posibles
extorsionados.

“En el país operan redes de extorsión que involucran a policías, funcionarios electos,
funcionarios públicos quienes arman expedientes falsos, vinculan a las victimas con grupos
terroristas, con narcotraficantes, con grupos delincuenciales, para extorsionarlos. Incluso
llegan a secuestrar a las víctimas o a sus familiares. Allí es cuando el empresario se va del
país” explica el Alejandro Rebolledo.

Muchos empresarios venezolanos fuera de Venezuela han sucumbido a la presión de la


extorsión, otros no. Mayoritariamente explican que pagan extorsiones como una manera de
proteger a sus familiares o a sus trabajadores. “A mí me mandan emisarios casi todos los días
para pedirme dinero. Basados en que si hice negocios con el gobierno. Se la pasan
mandándome mensajes de que me van a poner en una lista, o que estoy en una lista, o que si
pago me sacan de la supuesta lista. Yo no caigo en eso porque no he cometido delito alguno
ni les tengo miedo pero si reconozco que hay mucha presión con eso” explica un acaudalado
empresario que vive en Miami y que efectivamente tiene grabados a sus extorsionadores
como evidencia de la delicada situación.

Según el abogado Alejandro Rebolledo el pago de extorsiones es un arma de doble filo


porque si una persona cede a la extorsión, ya el extorsionador sabe que este es vulnerable y
definitivamente va a reincidir en la extorsión. “Los empresarios son empresarios. No quieren
verse involucrados en estos procesos judiciales que les quitan tiempo y les generan
preocupaciones. Muchos pagan para evitarse estas situaciones y muchos otros también para
evitarse secuestros”.

El problema con los grandes empresarios se complica cuando sus extorsionadores son otros
“empresarios”. También cuando periodistas, editores, columnistas y según algunos
empresarios, hasta diputados electos de ambas posiciones políticas han tratado de
extorsionarlos.

Con respecto a esta modalidad el abogado Rebolledo asegura que “efectivamente algunos
funcionarios públicos amparándose en su investidura tratan de obtener beneficios económicos
intentando destruir a empresarios que podrían estar vinculados con negocios que a veces no
están muy claros, muchos hoy fuera del país y les envían emisarios en su nombre a
extorsionarlos”.

– Laboratorios digitales de extorsión reputacional

Las redes sociales en particular y la tecnología digital en general se han convertido en las
herramientas predilectas de los extorsionadores reputacionales. Presuntos periodistas
manejan todo tipo de “portales digitales de noticias” desde donde agreden sin evidencias a
empresarios y políticos por igual. Según el Dr. Rebolledo esa es una práctica común “El
modus operandi en este tipo de extorsión es hacer creer a la victima que tienen mucha
información sobre él/ella para destruirlo reputacionalmente y perjudicar su patrimonio y
negocios. Pero también le montan a la victima lo que popularmente conocemos como “OLLA”
con informaciones falsas que ponen a correr por esos portales digitales que no tienen ninguna
seriedad pero que mucha gente en su buena fe los lee y pueden llegar a creerlo”.

Agrupados a través de una página web y correo electrónico (movantiextorsion@gmail.com) y


con recibos de transacciones financieras en mano, conversaciones telefónicas grabadas,
mensajes de texto, copias de cheques, evidencias de entregas en efectivo, empresarios se
blindan ante los extorsionadores. Algunos, efectivamente, han cedido al chantaje.

“La verdad es que llegamos a un acuerdo. Yo si le pague a una gente vinculada a los medios
porque sus campañas sucias estaban afectando mi negocio” asegura un empresario
residenciado en el exterior.

Otros se han negado respondiendo al intento criminal a través de sus abogados logrando
incluso el cierre de algunos portales digitales.

” Esta gente trataba y sigue tratando de intimidarme con la amenaza de publicar mi nombre en
un libro o en un artículo y para no hacerlo me piden miles de dólares, como se llama eso?”
pregunta otro empresario residenciado en el exterior cuyo nombre efectivamente circulaba por
portales digitales venezolanos y quien asegura no haberse dejado extorsionar.

“La tecnología, para sorpresa de algunos, juega en contra de los extorsionadores, porque este
tipo de victimas, lo empresarios, tienen todas las posibilidades económicas y tecnológicas
para obtener las evidencias del intento de extorsión procediendo a denunciarlos y solicitando
el enjuiciamiento de los mismos” concluye Alejandro Rebolledo.

la extorsión es una lesión a la propiedad y a la moral de la víctima, cometida


bajo restricción de la libertad; en cuya acción, ésta, que ha sido constreñida, envía,
deposita o coloca a disposición del victimario, parte de su patrimonio: dinero, cosas,
títulos e instrumentos que producen efectos jurídicos.

Para Foltán Balestra, la extorsión es un ataque a la propiedad por medio de


una agresión a la libertad.

Se distingue este tipo delictual, por sus medios de comisión:

-Por la intimidación (verbal, escrita, directa e indirecta) hacia el sujeto pasivo; que
se observa, gracias a amenazas de graves daños.

-Por la simulación de órdenes de la autoridad, que intimidan a la víctima.

La extorsión es un delito doloso, ya que requiere la plena voluntad de


coaccionar, amedrentar, intimidar; consumándose, una vez que se coloca la cosa, el
bien, en la disponibilidad cierta del victimario, admitiéndose la tentativa y la
frustración.
Ponencia de la Magistrada Doctora MIRIAM MORANDY MIJARES.

El Juzgado Segundo en Funciones de Control, Audiencia y Medidas de


Violencia Contra la Mujer del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de
Caracas, a cargo del ciudadano juez abogado NATANAEL RAMÓN GORRÍN,
mediante decisión de fecha 3 de marzo de 2009, DECLINÓ COMPETENCIA a un
Juzgado en Funciones de Control del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana
de Caracas, con competencia en materia penal ordinaria, en relación con la causa
seguida contra el ciudadano MANUEL MARTÍNEZ BENÍTEZ, venezolano e
identificado con la cédula de identidad V-16.084.801, quien fue denunciado por la
ciudadana LAURA VIRGINIA RIVAS, por la presunta comisión del delito de
AMENAZA, tipificado en la Ley Orgánica Sobre el Derecho de las Mujeres a una
Vida Libre de Violencia.

El Juzgado Segundo en Funciones de Control, Audiencia y Medidas de


Violencia Contra la Mujer del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de
Caracas, fundamentó su decisión en los argumentos que de seguida se transcriben
parcialmente:

“…En fecha 02 de marzo de 2009, es aprehendido el ciudadano


JOSÉ MANUEL MARTÍNEZ BENITEZ, titular de la cédula de
identidad número V-16.084.801, por haber sido aprehendido, en
base a la denuncia que realizara la ciudadana LAURA VIRGINIA
RIVAS, titular de la cédula de identidad número V-12.400.081,
donde manifiesta:
En varias oportunidades mi ex pareja se ha dado a la tarea
de amenazarme por teléfono y me ha estado pidiendo
dinero para no quitarme a nuestra menor hija…
A preguntas formuladas, indicó que él la amenazaba diciéndole que
la iba a agredir físicamente, si no el (sic) entrega a su hija, además
que le tenía que dar cincuenta (50) bolívares cada quincena para
que no cumpliera lo prometido.

Omissis

En la causa que nos ocupa, tenemos que la sujeto pasiva es una


mujer, es decir una persona mayor de dieciocho (18) años de edad,
del sexo femenino, pero de las actuaciones procesales en base al
iura novit curia, se puede subsumir lo señalado en la denuncia de la
hoy víctima, como uno de los delitos previstos en el Código Penal,
específicamente el de Extorsión, ya que se está infundiendo temor
de un grave daño, a los fines de constreñir que se le deposite o
disponga dinero, lo cual hace competente a un Juzgado en materia
de penal ordinario (sic) para conocer de la causa y no a un
Juzgado con competencia en Violencia Contra la Mujer, ya que de
existir dos tipos delictuales como el de amenaza y el de extorsión, el
fuero de atracción, según el artículo 75 del Código Orgánico
Procesal Penal, sería para el competente en materia penal
ordinaria…”.(Subrayado de la Sala Penal).

Así las cosas, una vez efectuada la remisión y distribución del expediente, le
correspondió su conocimiento al Juzgado 47 de Control del Circuito Judicial Penal
del Área Metropolitana de Caracas, a cargo del ciudadano juez abogado WALTER
GAVIDIA FLORES, quien el 4 de marzo de 2009 decidió lo siguiente:

“…En tal sentido, este Juzgador al revisar exhaustivamente las


actas procesales y lo señalado por la víctima en su exposición,
considera que la misma fue clara al señalar que comparecía ante la
sede policial, toda vez que su ex pareja, quien posteriormente
quedo (sic) señalado como JOSÉ MANUEL MARTÍNEZ
BENITEZ, le ha efectuado en reiteradas oportunidades amenazas
contra su integridad física.
En este orden de ideas, y dadas las circunstancias antes narradas,
se desprende que el hecho delictivo denunciado por la presunta
víctima debe interpretarse como un acto violento contra la mujer,
tal como lo refiere el artículo 14 de la ley Orgánica sobre el
derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, el cual
expresa: (…).
Omissis
Así mismo, (…) en el caso que nos ocupa la presunta conducta
desplegada por el ciudadano JOSÉ MANUEL MARTÍNEZ
BENITEZ, en perjuicio de la ciudadana LAURA VIRGINIA RIVAS,
se subsume a consideración de este Juzgador dentro del ilícito
penal de AMENAZA, previsto y sancionado en el artículo 41 de la
referida ley especial, el cual prevé:
Omissis
Así las cosas, (…) no siendo competente para conocer del presente
proceso, toda vez que el hecho que da inicio a dicha investigación
se encuentra previsto y sancionado en la mencionada ley especial,
en consecuencia considera este Juzgador procedente y ajustado a
derecho PLANTEAR FORMAL CONFLICTO DE NO
CONOCER…”.

El 4 de marzo de 2009, el Tribunal 47 en Funciones de Control del Circuito


Judicial Penal del Área Metropolitana, remitió las actuaciones a la Sala Penal del
Tribunal Supremo de Justicia.

El 5 de marzo de 2009, se dio cuenta en Sala del recibo del expediente y fue
designada ponente la Magistrada Doctora MIRIAM MORANDY MIJARES.

Cumplidos como han sido los trámites procedimentales del caso, la Sala de
Casación Penal de acuerdo con lo establecido en el artículo 79 del Código Orgánico
Procesal Penal, en relación con el artículo 84 “eiusdem”, pasa a dirimir el conflicto
de no conocer planteado por el Juzgado 47 de Control del Circuito Judicial Penal del
Área Metropolitana de Caracas.

ANTECEDENTES DEL CASO

El 2 de marzo de 2009 la ciudadana LAURA VIRGINIA RIVAS, denunció


ante la Sub-Delegación El Valle del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y
Criminalísticas, al ciudadano JOSÉ MANUEL MARTÍNEZ BENÍTEZ, exponiendo
lo siguiente:

“…En varias oportunidades mi ex pareja se ha dado la tarea


de amenazarme por teléfono y me ha estado pidiendo dinero para
no quitarme a nuestra menor hija, es todo”. SEGUIDAMENTE EL
FUNCIONARIO RECEPTOR INTERROGA AL DENUNCIANTE
DE LA SIGUIENTE MANERA: PRIMERA PREGUNTA: ¿Diga
usted, lugar, hora y fecha de los hechos arriba señalados?
CONTESTO: “Ha ocurrido en varias oportunidades vía telefónica,
pero la última vez iba camino a mi casa arriba mencionada, el día
de hoy 02-03-09, a las 07:00 de la mañana aproximadamente” (…)
CUARTA PREGUNTA: ¿Diga usted, tiene conocimiento, motivo
por el cual se suscitó este hecho? CONTESTÓ: “Porque él me
amenaza diciendo que me va a agredir físicamente si no le entrego
a mi hija, igualmente tengo que darle cincuenta bolívares fuertes
(50,oo Bsf), cada quincena para no cumplir lo prometido, por lo
que he accedido a dárselo (…) SEXTA PREGUNTA: ¿Diga usted,
que (sic) tiempo duro (sic) la relación con su ex pareja?
CONTESTÓ: dos años aproximadamente y tenemos casi cuatro
años separados”. SEPTIMA PREGUNTA: ¿diga usted,
que (sic) cantidad le exigía el ciudadano en cuestión para no
quitarle a su menor hija? CONTESTÓ. “Me pedía de cincuenta
bolívares fuertes (50,oo Bs.f) cada quincena…”. (Folio 4 del
expediente).

En la misma fecha (2 de marzo de 2009) el ciudadano JOSÉ MANUEL


MARTÍNEZ BENÍTEZ fue aprehendido en flagrancia por el Detective JHON
ANDERSON SOSA LA CRUZ, adscrito a la Sub Delegación del Cuerpo de
Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas.

El 3 de marzo de 2009, la Fiscal Centésima Novena del Ministerio Público,


ciudadana MERLY GONZÁLEZ, en colaboración con la Fiscalía Centésima
Vigésima Octava del Ministerio Público, con competencia en materia de Violencia
de Género, ordenó el inicio de la averiguación penal en contra del ciudadano JOSÉ
MANUEL MARTÍNEZ BENÍTEZ, por el delito de AMENAZA (folio 2 del
expediente). Así mismo, solicitó al Juez de Primera Instancia de Violencia Contra la
Mujer en Funciones de Control, Audiencia y Medidas, que fijara la Audiencia Oral
correspondiente para oír al imputado por el delito de amenaza. Siendo que el mismo
día, el Juzgado Segundo en Funciones de Control, Audiencia y Medidas de
Violencia Contra la Mujer, declinó competencia sobre la base de los argumentos
indicados “supra” (folio 15 del expediente).

Corresponde a la Sala de Casación Penal determinar cuál de los dos tribunales


en conflicto es el competente para continuar conociendo la causa y en este sentido,
observa lo siguiente:
En el conflicto de no conocer traído para su resolución ante esta Máxima
Instancia Judicial, el quid del asunto radica en la decisión del Juzgado Segundo en
Funciones de Control, Audiencia y Medidas de Violencia Contra la Mujer, quien
consideró declinar competencia a un juzgador en materia penal ordinaria “…al
existir dos tipos delictuales como el de amenaza y el de extorsión…”, siendo que
para los casos de delitos conexos, se aplica el artículo 75 del Código Orgánico
Procesal Penal, en concordancia con el artículo 64 de la Ley Orgánica Sobre el
Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, es decir, el conocimiento de
la causa le correspondería a la jurisdicción penal ordinaria.

Ahora bien, advertido que el problema se halla en los tipos penales avisados
por los tribunales en conflicto, se hace necesario el análisis de los mismos.

El delito de extorsión tipificado en el artículo 459 del Código Penal, dispone


lo siguiente:

“Quien infundiendo por cualquier medio el temor de un grave daño


a las personas, en su honor, en sus bienes, o simulando órdenes de
la autoridad, haya constreñido a alguno a enviar, depositar o poner
a disposición del culpable, dinero, cosas, títulos o documentos, será
castigado con prisión de cuatro a ocho años.

La pena establecida en este artículo se aumentará hasta en una


tercera parte cuando el constreñimiento se lleve a efecto con la
amenaza de ejecutar acto del cual pueda derivarse calamidad,
infortunio o peligro común”.

Tenemos entonces que el Legislador requirió para la figura de este tipo delictual,
la verificación de cualquiera de los dos supuestos de hecho siguientes:

1- Quien infundiendo temor, por cualquier medio, de un grave daño a una


persona, en su honor, en sus bienes, logre constreñirlo en enviar, depositar o
poner a disposición del culpable, dinero, cosas, títulos o documentos.

2- Quien simulando órdenes de la autoridad, logre constreñir a una persona en


enviar, depositar o poner a disposición del culpable, dinero, cosas, títulos o
documentos.
Según el Código Penal venezolano, para que pueda hablarse de extorsión se
requiere y ello caracteriza fundamentalmente a este tipo de delito, que el sujeto
activo haya logrado constreñir (obligar, compeler por fuerza) a alguien, en enviar,
depositar o poner a disposición del culpable, dinero, cosas, títulos o documentos.
Ahora, este resultado lo logra ya sea: a) infundiendo temor de un daño grave a las
personas, en su honor, en sus bienes o, b) simulando órdenes de la autoridad.

Tenemos entonces a un sujeto activo que puede ser cualquier persona


imputable y un sujeto pasivo indeterminado, pues logra ser quien resulte
directamente ofendido de la perpetración del delito, (persona natural o jurídica),
contra la cual se efectúa la acción criminal.

La naturaleza de la acción criminal está delimitada como se aclaró


precedentemente: en primer término, a infundir por cualquier medio (acción u
omisión del sujeto activo) temor de un grave daño en la víctima. En segundo
término, fingiendo, aparentando, simulando órdenes de la autoridad. Siendo la
consecuencia directa, el constreñimiento de la víctima, dirigido esencialmente a
afectar la voluntad del sujeto pasivo, o su libre determinación, con la finalidad de
que verificada la voluntad doblegada, proceda a enviar, depositar o poner a
disposición del culpable, dinero, cosas, títulos o documentos.

Observa la Sala también que el delito de extorsión es de naturaleza


pluriofensiva, de ahí que su regulación esté dirigida a tutelar diversos bienes
jurídicos de protección Constitucional. El primero de ellos, es el derecho a la
libertad individual, fundado en el derecho de todo ciudadano a la libre
autodeterminación de sus decisiones, sin más límites que las contempladas en la
Constitución y la Ley. Paralelamente, protege el derecho a la propiedad, motivo por
el cual se encuentra ubicado en el TÍTULO X intitulado “De los Delitos Contra la
Propiedad” pues quedó claro, que la acción criminal está dirigida a la expresa
finalidad de obtener un lucro por parte de su autor por medio del chantaje.

En el caso que nos ocupa, según la declaración contenida en la denuncia


interpuesta por la ciudadana LAURA VIRGINIA RIVAS, presuntamente el
ciudadano JOSÉ MANUEL MARTÍNEZ BENÍTEZ, la amenazaba vía telefónica
con agredirla físicamente si no le entregaba a su hija y adicionalmente le exigía una
cantidad de dinero (cincuenta bolívares quincenales).

De probarse la certeza en la denuncia de la ciudadana LAURA VIRGINIA


RIVAS, sin duda se ha podido concretar un temor: el daño gravísimo e
inmensurable para una madre que significa la posibilidad de que le quiten a un hijo.
Miedo que pudo provocar el vencimiento de la voluntad de la víctima y lograr que
ésta entregara al culpable o pusiera a su disposición, la cantidad de dinero, la cosa,
el título o el documento, exigido por él (en este caso, supuestamente cincuenta
bolívares quincenales). Sin embargo, la finalidad de la acción del agresor no estaba
dirigida exclusivamente a obtener un lucro, ganancia o provecho económico.

Por su parte, el delito de amenaza, tipificado en el artículo 41 de la Ley


Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia dispone lo
siguiente:

“La persona que mediante expresiones verbales, escritos o


mensajes electrónicos amenace a una mujer con causarle un daño
grave y probable de carácter físico, psicológico, sexual, laboral o
patrimonial, será sancionado con prisión de diez a veintidós meses.
Si la amenaza o acto de violencia se realizare en el domicilio
o residencia de la mujer objeto de violencia, la pena se
incrementará de un tercio a la mitad.
Si el autor del delito fuere un funcionario público
perteneciente a algún cuerpo policial o militar, la pena se
incrementará en la mitad.
Si el hecho se cometiere con armas blancas o de fuego, la
prisión será de dos a cuatro años”.

La amenaza, como bien lo describe la Ley, es un anuncio (verbal, con actos o


gestos) que se le hace a alguien (en este caso a una mujer), de un daño que se le va a
ocasionar a ella o a sus seres queridos (pareja, familia,…etc.) y que consiste en un
perjuicio ya sea en su integridad física, sus bienes, su trabajo, su sexualidad o en su
estabilidad psíquica.
Para este tipo penal, el Legislador previó varias agravantes: la primera por el
lugar donde ocurre la amenaza (domicilio o residencia de la víctima) pudiendo el
juez incrementar la pena de un tercio a la mitad. La segunda, por el sujeto activo
calificado: cuando el agresor es un funcionario público, o que éste pertenezca a
cualquier cuerpo militar o policial, siendo que la pena se incrementará a la mitad, es
decir, ocho meses. Y, la tercera, con una circunstancia del modo de cometer el delito
que consiste en hacerlo con armas blancas o de fuego, caso en el cual la prisión será
de dos a cuatro años.

En el caso hoy bajo análisis, de probarse en el juicio la veracidad de la


denuncia hecha por la ciudadana LAURA VIRGINIA RIVAS, cuando en su
declaración afirmó: Porque él me amenaza diciendo que me va a agredir físicamente
si no le entrego a mi hija, igualmente tengo que darle cincuenta bolívares fuertes
(50,oo Bsf), cada quincena para no cumplir lo prometido, por lo que he accedido a
dárselo…” se configuraría el delito de amenaza a la integridad física, además del
menoscabo mental (psicológico), al enervar reiteradamente la estabilidad emocional
de la madre, quien ha sido intimidada a entregar a su hija.

El maestro FRANCESCO CARRARA aclaró suficientemente los tipos


penales que hoy nos ocupan, de la siguiente forma:

“De esta manera la extorsión completa la noción de la amenaza…


y presenta el progreso jurídico de la acción criminosa que se ejerce
sobre la libertad ajena. Cuando, sin proponerse otro fin que el de
atemorizar, se intimida con un mal injusto, hay amenaza
simple. Cuando se intimida a otro con un mal futuro, para inducirlo
a hacer o a no hacer algo en provecho del que amenaza, hay
amenaza con orden; y si esa amenaza es anónima hay escopelismo.
Cuando, infundiendo temor, se induce a otro a hacer o no hacer o a
permitir algo que le trae provecho al que amenaza, hay violencia
privada. Cuando mediante la amenaza de un mal inminente, se
obliga a otro a dar algo con miras de lucro, hay hurto violento. Y
finalmente, cuando, con miras de lucro, se intimida con un mal
futuro, para obligar a que se nos entregue algo prontamente, o se
intimida con un mal inminente para obtener una promesa o una
entrega futura, se tiene extorsión.” [1]
Como corolario de todo lo anterior y visto que los hechos que se le imputan
al ciudadano JOSÉ MANUEL MARTÍNEZ BENITEZ, quien fue detenido en
flagrancia, pudieran estar enmarcados en el delito de AMENAZA, tipificado en el
artículo 41 de la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de
Violencia, la razón asiste al Tribunal 47 en Funciones de Control del Circuito
Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, ya que, de la acción desplegada
por el imputado, el objetivo exclusivo de lucrarse no se desprende, más si el de
amenazar física y psicológicamente a la ciudadana LAURA VIRGINIA RIVAS, con
quien tiene una hija menor. Así se decide.

DECISIÓN

Este Tribunal Supremo de Justicia, en Sala de Casación Penal, administrando


Justicia en nombre de la República por autoridad de la Ley, declara
COMPETENTE A LOS TRIBUNALES DE LA JURISDICCIÓN PENAL
ESPECIAL, para seguir conociendo de la causa seguida contra el ciudadano JOSÉ
MANUEL MARTÍNEZ BENÍTEZ, por la presunta comisión del delito de
AMENAZA, tipificado en el artículo 41 de la Ley Orgánica sobre el Derecho de las
Mujeres a una Vida Libre de Violencia. Por consiguiente, se ordena la remisión
INMEDIATA del expediente al Juzgado Segundo en Funciones de Control,
Audiencia y Medidas de Violencia Contra la Mujer del Circuito Judicial Penal del
Área Metropolitana de Caracas.

Se ordena enviar copia certificada de esta decisión y con carácter de urgente


al Juzgado Vigésimo Segundo de Primera Instancia en Funciones de Control del
Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, ante el cual existe un
trámite de quebrantamiento de garantías y derechos constitucionales.

Dada, firmada y sellada en el Salón de Audiencias del Tribunal


Supremo de Justicia, en Sala de Casación Penal, en Caracas, a
los QUINCE días del mes de ABRIL de dos mil nueve. Años 198° de la
Independencia y 150º de la Federación.
Publíquese, regístrese, remítase el expediente. Ofíciese lo conducente.

El Magistrado Presidente,

ELADIO APONTE APONTE

La Magistrada Vicepresidenta,

DEYANIRA NIEVES BASTIDAS

La Magistrada,

BLANCA ROSA MÁRMOL DE LEÓN

El Magistrado,

HÉCTOR CORONADO FLORES

La Magistrada,

MIRIAM MORANDY MIJARES


(Ponente)

La Secretaria,

GLADYS HERNÁNDEZ GONZÁLEZ

MMM/ 09-83
El Magistrado Doctor HÉCTOR MANUEL CORONADO FLORES, no firmó por
motivo justificado.

Carrara, Francesco. “Programa de Derecho Criminal”. Parte Especial, volumen IV. Editorial Temis.
[1]

Bogotá. 199

onencia de la Magistrada Doctora MIRIAM MORANDY MIJARES.

Los hechos que dieron origen a la investigación y establecidos por el Tribunal


en función de Juicio son los siguientes:

“…Ahora bien analizados y apreciados los elementos de convicción


recibidos en la audiencia, de acuerdo a lo establecido en los Artículos
13; 22 y 199 del Código Orgánico Procesal Penal, este Tribunal a los
fines de emitir la sentencia correspondiente observa:

De los hechos y circunstancias acreditados en el debate oral y público,


expuestos en el capítulo anterior se desprende que efectivamente el
ciudadano CARLOS ENRIQUE DELGADO MONJES (sic), en fecha 28 de
Agosto de 2007, constriño (sic) por medio de amenazas telefónicas al
ciudadano ALFONSO (sic) SANTAMARÍA JUAN ARMANDO, a la entrega
de un dinero a otro sujeto que estaba bajo su dirección, producto de
que el mismo, haciéndose pasar por gestor del Seniat y por cuanto
había recibido unos papeles de la empresa de la víctima, intimidaba a
la misma en mencionar que los papeles eran ilegales, e igualmente
que le haría daño a sus padres, así como a otras personas.
Tales hechos quedaron demostrados y comprobados con los medios
de prueba recibidos en la audiencia oral y pública, a saber:

Testimonio de los funcionarios actuantes como son FLOR MARIA


CORDERO VERA, MARÍN ERICK RAMÓN, YESID USECHE CASTRO Y
ZERPA MEZA JHONATHAN ADOLFO, quienes fueron congruentes en
manifestar que se trasladaron al lugar de los hechos, hacia la Avenida
Principal de los Ruíces, en virtud de la denuncia realizada por el
ciudadano JUAN ARMANDO ALFONZO SANTAMARÍA, quien les
informó que estaba siendo extorsionado en el sentido de amenazas a
su familia, por una persona que estaba en el Pollo Arturo de los
Ruíces, y que la víctima al recibir una llamada se retiro de la División
contra extorsión y Secuestro del Cuerpo de Investigaciones Penales,
Científicas y Criminalísticas, lo que dio motivo a que los mismos previa
instrucciones del Jefe de la División, así como instrucciones de la
funcionaria FLOR CORDERO, se trasladaran a las adyacencias del
referido lugar, pudiendo constatar que efectivamente el ciudadano
JUAN ALFONZO SANTAMARÍA, le entregó un sobre contentivo de
dinero por la cantidad de 3.000 bs f, a un sujeto y que posterior a la
aprehensión de dicho sujeto, el mismo manifestó que quien lo había
mandado era una persona que estaba en la agencia de loterías
jugando maquinitas y al momento de trasladarse la referida comisión
al lugar referido por el ciudadano detenido, las características
coincidían con el dicho del mismo, así como del dicho del denunciante.

Dadas estas circunstancias y a los fines de verificar el grado de


participación del acusado CARLOS ENRIQUE DELGADO, por cuanto se
desprende de las deposiciones de los funcionarios que el acusado
referido fue aprehendido por el dicho del coimputado de la presente
causa ciudadano JASPE GONZÁLEZ JOSÉ LUIS, aunado al dicho de la
víctima y tomando en consideración lo señalado por la doctrina
española, el cual menciona que: “…el testimonio del coimputado es un
medio probatorio evidentemente peligroso, que cuando se ha
defendido su validez se ha hecho con extrema cautela por ser un
medio impropio, extraño y especial, ya que cuando la única prueba de
cargo consiste en la declaración de un coimputado es preciso recordar
que el acusado a diferencia del testigo no sólo no tiene obligación de
decir la verdad sino que puede callar total o parcialmente e incluso
mentir ya que son garantías constitucionales, por ello que la
declaración incriminatoria del coimputado carece de consistencia
plena como prueba de cargo cuando siendo única no resulta
mínimamente corroborada por otras pruebas en contra del
recurrente…”. (Artículos doctrinales, Derecho Procesal Penal, Febrero
2001, Noticias Jurídicas, Antonio Pablo Rivas Seva; Fiscal del Tribunal
Superior de Justicia de Castilla la Mancha); se procedió a tomar
deposición igualmente a los ciudadanos JUAN ARMANDO ALFONZO
SANTAMARÍA, MARISELA RANGEL GUERRERO Y JESÚS RAFAEL RIVAS
NORIEGA, quienes fueron testigos admitidos por el Juez de Control en
su debida oportunidad.

A tales efectos se desprende de la deposición del ciudadano


ARMANDO ALFONZO SANTAMARÍA, que efectivamente fue objeto de
amenazas por concepto de dinero a cambio de documentos de la
Empresa de su madre de nombre LETICIA SANTAMARÍA, a través de
llamadas, las cuales él atendía, lo que dio lugar a que ciertamente
colocara la denuncia ante la División de Extorsión y Secuestro, del
Cuerpo de Investigaciones Penales, Científicas y Criminalísticas,
manifestando igualmente que la persona a quien entrego (sic) el
dinero por la cantidad de tres mil bolívares fuertes, no es la misma
con quien hablaba por teléfono, reconociendo en sala de juicio en
forma libre y espontánea a través de pregunta formulada por el Fiscal
del Ministerio Público, que el acusado era la persona que se hacía
pasar por trabajador del Seniat, corroborando el denunciante que
igualmente pudo observar al ciudadano CARLOS ENRIQUE DELGADO,
cuando la ciudadana MARISELA RANGEL empleada de la empresa de
sus padres mantuvo una conversación, en la cual, la ciudadana
referida le manifestó que estaba siendo amenazada y fue por esta
razón que posteriormente le realizaron las llamadas conminándolo.
Por otra parte se desprende la deposición de la ciudadana MARISELA
RANGEL GUERRERO, la cual manifiesta de forma libre y espontánea y
atendiendo al principio de oralidad, entre otras cosas que el
ciudadano presente en sala, es decir el acusado fue la persona que le
estaba solicitando un dinero de manera amenazante, producto de
unos documentos que habían entregado a los fines de un trámite ante
el Seniat, que se hizo pasar por funcionario del Seniat, que la
llego (sic) amenazar de muerte, y de forma agresiva y violenta,
motivo por el cual le hizo del conocimiento al ciudadano ARMANDO
ALFONZO quien igualmente la acompaño a una reunión
manteniéndose el mismo a distancia pero pudiendo observar al
acusado y por la cual el ciudadano ALFONZO coloca la denuncia,
manifestando la testigo en mención que el día de los hechos, a los
fines de tratar de recabar los documentos se traslado a un salón de
maquinitas donde el ACUSADO estaba jugando, lugar este donde
posteriormente fue aprehendido por funcionarios policiales.…”.

El 15 de enero de 2010, el Juzgado Vigésimo Quinto de juicio del Circuito


Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, a cargo de la ciudadana juez
KARLA TORRES LARA, CONDENÓ al ciudadano CARLOS ENRIQUE DELGADO
MONGES, venezolano, cédula de identidad N° V-5.114.393, a cumplir la pena de
SIETE AÑOS DE PRISIÓN, por la comisión del delito de EXTORSIÓN previsto y
sancionado en el Artículo 459 del Código Penal, todo en relación con el artículo 37
y el artículo 77 numeral segundo ambos del Código Penal.

El 4 de febrero de 2010, la ciudadana abogado MARÍA ELENA ARENAS


CALEJO, Defensor Público Septuagésimo Cuarto Penal adscrito a la Circunscripción
Judicial del Área Metropolitana de Caracas, en representación del acusado
interpuso recurso de apelación contra el fallo dictado por el Juzgado en función de
Juicio y el 17 de febrero de 2010 el ciudadano abogado REGINO ANTONIO COVA en
su condición de Fiscal Trigésimo Quinto del Ministerio Público, contestó dicho
recurso.
El 13 de abril de 2010 la Sala 5 de la Corte de Apelaciones del Circuito
Judicial Penal de Caracas, a cargo de los ciudadanos jueces JESÚS ORÁNGEL
GARCÍA (ponente), MORAIMA CAROLINA VARGAS y CARMEN MIREYA
TELLECHEA, declaró SIN LUGAR el recurso de apelación y en consecuencia
CONFIRMÓ la decisión dictada por el Juzgado en función de Juicio.

El 27 de mayo de 2010 la ciudadana abogada LOURDES ODUBER


HENRÍQUEZ, Defensora Pública Penal adscrita al Circuito Judicial Penal del Área
Metropolitana de Caracas, interpuso recurso de casación contra el fallo dictado por
la Corte de Apelaciones.

El 10 de junio de 2010 se remitió el expediente a la Sala de Casación Penal


del Tribunal Supremo de Justicia. El 15 de junio se dio entrada en la Sala Penal y en
esa misma fecha se dio cuenta en Sala y se designó ponente a la Magistrada
Doctora MIRIAM MORANDY MIJARES, quien con tal carácter suscribe el presente
fallo.

El 2 de julio de 2010, la Sala de Casación Penal declaró admisible el


recurso de casación y convocó a las partes a una audiencia pública.

El 29 de julio de 2010, se realizó la audiencia en presencia de las partes,


quienes expusieron sus alegatos.

Se cumplieron los trámites procedimentales y la Sala pasa a decidir en los


términos siguientes.

RECURSO DE CASACIÓN

ÚNICA DENUNCIA

La recurrente en el escrito contentivo del recurso de casación adujo lo


siguiente:
“…En efecto, la corte de apelaciones, incurre en el vicio de
inmotivación infringiendo por tanto, el numeral 4° del artículo 364 del
Código Orgánico Procesal Penal, el cual establece que la sentencia
contendrá “La exposición concisa de sus fundamentos de hecho y de
derecho”, pues no realizo un correcto y real análisis en torno a los
alegatos de la defensa en su impugnación y por contrario, silenció
completamente.

No se desprende de dicho fallo la labor intelectual que tenía que


realizar con respecto al vicio de inmotivación denunciado y la
infracción a las reglas de valoración de las pruebas que nuestro actual
sistema de juzgamiento ha dispuesto como claras reglas de juego,
para así desecharlos.

Considera la defensa que el fallo producido por la Sala Quinta de la


Corte de Apelaciones incurrió en inmotivación, ya que se limitó a
señalar que el juez de juicio había considerado todos y cada uno de los
elementos de convicción llevados a juicio; sin embargo se observa que
en modo alguno no realizó el debido análisis de todos los elementos
que se debatieron en el juicio Oral y Público, cuya comparación y
balance no fue en ningún momento realizado, como se pretende
hacer ver en el fallo recurrido.

La Alzada tenía la obligación de establecer en su fallo con toda


claridad y precisión, las razones por las cuales consideraba que los
hechos que se daban por probados en la recurrida era el producto del
análisis de los medios de prueba considerados individualmente y si al
comparar, confrontar, relacionar y cotejar todas las pruebas en su
conjunto, la sentencia de juicio arriba a un convencimiento lógico y
jurídico y de forma establecer el cómo, , cuándo, dónde, con qué, para
qué y en cuáles aspectos, las pruebas que se debatieron en el juicio
Oral y Público, permitan arribar al convencimiento de culpabilidad…”.

La Sala, para decidir, observa lo siguiente:


La recurrente a su criterio manifiesta su disconformidad respecto al fallo de
la Corte de Apelaciones, referente a la violación de la norma procesal contenida en
el numeral 4 del artículo 364 del Código Orgánico Procesal Penal.

Ahora bien, la Sala 5 de la Corte de Apelaciones al resolver el Recurso de


Apelación en su fallo señaló lo siguiente:

“…Seguidamente continúa la recurrente de autos DRA. MARÍA


ELENA ARENAS CALEJO, en su condición de Defensora Pública
Septuagésima Cuarta (74°) de esta misma Circunscripción Judicial
de la causa seguida en contra del ciudadano DELGADO
MONJES (sic) CARLOS ENRIQUE, denunciando el incumplimiento
contemplado en el Código Orgánico Procesal Penal,
específicamente en el artículo 452 numeral 2°, toda vez, que la
recurrida presuntamente adolece del vicio de inmotivación, ya que,
en ningún momento concluye o señala, a su juicio y de acuerdo a
las máximas de experiencia, que hechos específicos del tribunal
estima acreditados.

Pues bien, en cognición de la precitada denuncia de infracción,


estos decisores, consideran pertinente definir el concepto e
importancia de la motivación de la sentencia, la cual consiste en la
exteriorización por parte del juez, acerca de la justificación racional
de determinada conclusión a que se llega en un juicio; en pocas
palabras, el fallo se identifica con la exposición del razonamiento.

En caso contrario, existiría inmotivación de una resolución


judicial, cuando faltare la justificación racional de la decisión, y por
ende, el Juez no haya exteriorizado explícitamente el por qué de su
determinación. En tal sentido, observamos, que en el caso que nos
ocupa, la Juez Vigésima Quinta (25º) de Primera Instancia en
Funciones de Juicio del Circuito Judicial Penal del Área
Metropolitana de Caracas, en la sentencia condenatoria que
dictara en contra del ciudadano CARLOS ENRIQUE DELGADO
MONJES (sic), indicó que fue posible demostrar la responsabilidad
del ciudadano por la comisión del delito de EXTORSIÓN previsto y
sancionado en el artículo 459 del Código Penal.

Así las cosas conviene traer a colación lo expuesto textualmente


por el Autor Boris Barrios González, en su Libro Ideología de la
Prueba Penal, P. 217, (2004), señala que: La motivación es la parte
de las resoluciones judiciales integrada por el conjunto de
razonamientos tácticos y jurídicos, expuestos en orden cronológico,
en que el juez o tribunal fundamenta su decisión.

En este sentido amplio, motivar es dar motivo para una cosa.


Explicar la razón o motivo que se ha tenido para hacer una cosa;
mientras que motivación es la acción y efecto de motivar, es decir,
entonces, explicar el motivo por el que se ha hecho una cosa.

No obstante, la motivación involucra un factor psicológico,


consciente o no, que predispone al individuo para realizar ciertas
acciones, o para tender hacia ciertos fines.

El proceso penal es la realización del derecho penal. De allí, que


las garantías procesales tienen tanta relevancia como la que tienen
los principios legitimantes del derecho penal material; ni aquéllas ni
éstos se pueden obviar en la aplicación de la ley penal; de tal modo
que el reconocimiento o no de derechos fundamentales procesales
permitirá medir el carácter autoritario o liberal de la sociedad.

En tal sentido, el Juzgador al dictar sentencia, se encuentra en el


deber ineludible de motivar el fallo, analizando y comparando
todas aquellas pruebas existentes en autos; por consiguiente, debe
expresar su libre convicción, aplicando el método de la sana crítica
que implica observar las reglas de la lógica, los conocimientos
científicos y las máximas de experiencia en las que el Operador y
Administrador de Justicia tiene la libertad para apreciar las
pruebas, pero explicando las razones que lo llevan a tal
convencimiento para tomar su decisión judicial. La motivación,
propia de la función judicial, tiene como norte la interdicción de la
arbitrariedad, permite constatar los razonamientos del
sentenciador, imprescindibles para que el acusado y las demás
partes, conozcan las razones que le asistan, necesarias para poder
incoar los recursos y en definitiva para poder determinar la
fidelidad del sentenciador con la ley. Por ende, tiende a la
incolumidad de derechos fundamentales tales como: Tutela Judicial
Efectiva, Derecho a la Defensa y al Debido Proceso.

En este orden de ideas, traemos a colación la Sentencia Nº


119/2003 del Tribunal Constitucional Español, citada por el autor
MANUEL JAEN VALLEJO, en su obra “Derechos Fundamentales del
Proceso Penal”, P.24 (2004): “la exigencia de una motivación
adecuada y suficiente, en función de las cuestiones que se susciten
en cada caso en concreto, constituye una garantía esencial para el
justiciable, mediante la cual es posible comprobar que la decisión
judicial es consecuencia de la aplicación razonada del
ordenamiento jurídico y no el fruto de la arbitrariedad”.

Precisado lo anterior, este Tribunal Colegiado pudo constatar que la


Juez Vigésima Quinta (25º) de Primera Instancia en Funciones de
Juicio realizó la respectiva enunciación de los hechos y
circunstancias que hayan sido objeto del juicio, explicando cuáles
son los criterios jurídicos, esencialmente argumentadores o
motivadores de su resolución judicial, lo que en definitiva hace
preciso y adecuado el fallo en estudio, cuando razona tal y como se
evidencia de los folios 02 al 36 de la tercera pieza:

Ahora bien analizados y apreciados los elementos de convicción


recibidos en la audiencia, de acuerdo a lo establecido en los
Artículos 13; 22 y 199 del Código Orgánico Procesal Penal, este
Tribunal a los fines de emitir la sentencia correspondiente observa:

De los hechos y circunstancias acreditados en el debate oral y


público, expuestos en el capítulo anterior se desprende que
efectivamente el ciudadano CARLOS ENRIQUE DELGADO
MONJES, (sic) en fecha 28 de Agosto de 2007, constriño por medio
de amenazas telefónicas al ciudadano ALFONSO SANTAMARÍA
JUAN ARMANDO, a la entrega de un dinero a otro sujeto que
estaba bajo su dirección, producto de que el mismo, haciéndose
pasar por gestor del Seniat y por cuanto había recibido unos
papeles de la empresa de la víctima, intimidaba a la misma en
mencionar que los papeles eran ilegales, e igualmente que le haría
daño a sus padres, así como a otras personas.
Tales hechos quedaron demostrados y comprobados con los medios
de prueba recibidos en la audiencia oral y pública, a saber:

Testimonio de los funcionarios actuantes como son FLOR MARIA


CORDERO VERA, MARÍN ERICK RAMÓN, YESID USECHE CASTRO Y
ZERPA MEZA JHONATHAN ADOLFO, quienes fueron congruentes en
manifestar que se trasladaron a lugar de los hechos, hacia la
Avenida Principal de los Ruíces, en virtud de la denuncia realizada
por el ciudadano JUAN ARMANDO ALFONZO SANTAMARÍA, quien
les informó que estaba siendo extorsionado en el sentido de
amenazas a su familia, por una persona que estaba en el Pollo
Arturo de los Ruíces, y que la víctima al recibir una llamada se retiro
de la División contra extorsión y Secuestro del Cuerpo de
Investigaciones Penales, Científicas y Criminalísticas, lo que dio
motivo a que los mismos previa instrucciones del Jefe de la División,
así como instrucciones de la funcionaria FLOR CORDERO, se
trasladaran a las adyacencias del referido lugar, pudiendo
constatar que efectivamente el ciudadano JUAN ALFONZO
SANTAMARÍA, le entregó un sobre contentivo de dinero por la
cantidad de 3.000 bsf, a un sujeto y que posterior a la aprehensión
de dicho sujeto, el mismo manifestó que quien lo había mandado
era una persona que estaba en la agencia de loterías jugando
maquinitas y al momento de trasladarse la referida comisión al
lugar referido por el ciudadano detenido,

pero por medio de violencia que amedrenta o soslaya la propia


voluntad de estelas características coincidían con el dicho del mismo,
así como del dicho del denunciante.

Dadas estas circunstancias y a los fines de verificar el grado de


participación del acusado CARLOS ENRIQUE DELGADO, por cuanto se
desprende de las deposiciones de los funcionarios que el acusado
referido fue aprehendido por el dicho del coimputado de la presente
causa ciudadano JASPE GONZÁLEZ JOSÉ LUIS, aunado al dicho de la
víctima y tomando en consideración lo señalado por la doctrina
española, el cual menciona que: “…el testimonio del coimputado es un
medio probatorio evidentemente peligroso, que cuando se ha
defendido su validez se ha hecho con extrema cautela por ser un
medio impropio, extraño y especial, ya que cuando la única prueba de
cargo consiste en la declaración de un coimputado es preciso recordar
que el acusado a diferencia del testigo no sólo no tiene obligación de
decir la verdad sino que puede callar total o parcialmente e incluso
mentir ya que son garantías constitucionales, por ello que la
declaración incriminatoria del coimputado carece de consistencia
plena como prueba de cargo cuando siendo única no resulta
mínimamente corroborada por otras pruebas en contra del
recurrente…”. (Artículos doctrinales, Derecho Procesal Penal, Febrero
2001, Noticias Jurídicas, Antonio Pablo Rivas Seva; Fiscal del Tribunal
Superior de Justicia de Castilla la Mancha); se procedió a tomar
deposición igualmente a los ciudadanos JUAN ARMANDO ALFONZO
SANTAMARÍA, MARISELA RANGEL GUERRERO Y JESÚS RAFAEL RIVAS
NORIEGA, quienes fueron testigos admitidos por el Juez de Control en
su debida oportunidad.

A tales efectos se desprende de la deposición del ciudadano


ARMANDO ALFONZO SANTAMARÍA, que efectivamente fue objeto de
amenazas por concepto de dinero a cambio de documentos de la
Empresa de su madre de nombre LETICIA SANTAMARÍA, a través de
llamadas, las cuales él atendía, lo que dio lugar a que ciertamente
colocara la denuncia ante la División de Extorsión y Secuestro, del
Cuerpo de Investigaciones Penales, Científicas y Criminalísticas,
manifestando igualmente que la persona a quien entrego el dinero
por la cantidad de tres mil bolívares fuertes, no es la misma con quien
hablaba por teléfono, reconociendo en sala de juicio en forma libre y
espontánea a través de pregunta formulada por el Fiscal del
Ministerio Público, que el acusado era la persona que se hacía pasar
por trabajador del Seniat, corroborando el denunciante que
igualmente pudo observar al ciudadano CARLOS ENRIQUE DELGADO,
cuando la ciudadana MARISELA RANGEL empleada de la empresa de
sus padres mantuvo una conversación, en la cual, la ciudadana
referida le manifestó que estaba siendo amenazada y fue por esta
razón que posteriormente le realizaron las llamadas conminándolo.

Por otra parte se desprende la deposición de la ciudadana


MARISELA RANGEL GUERRERO, la cual manifiesta de forma libre y
espontánea y atendiendo al principio de oralidad, entre otras cosas
que el ciudadano presente en sala, es decir el acusado fue la persona
que le estaba solicitando un dinero de manera amenazante, producto
de unos documentos que habían entregado a los fines de un trámite
ante el Seniat, que se hizo pasar por funcionario del Seniat, que la
llego amenazar de muerte, y de forma agresiva y violenta, motivo por
el cual le hizo de conocimiento al ciudadano ARMANDO ALFONZO
quien igualmente la acompaño a una reunión manteniéndose el
mismo a distancia pero pudiendo observar al acusado y por la cual el
ciudadano ALFONZO coloca la denuncia, manifestando la testigo en
mención que el día de los hechos, a los fines de tratar de recabar los
documentos se traslado a un salón de maquinitas donde el ACUSADO
estaba jugando, lugar este donde posteriormente fue aprehendido por
funcionarios policiales.

(…)

Asimismo se observa de la evacuación de las pruebas en el juicio, la


deposición del ciudadano JESÚS RAFAEL RIVAS NORIEGA, quien
manifestó entre otras cosas que efectivamente estuvo en una agencia
de loterías donde se juega maquinitas en los Ruíces que llegaron unos
funcionarios y se lo llevaron detenido y que luego lo dejaron en
libertad, reconociendo de forma libre y espontánea en virtud de
pregunta formulada por el Ministerio Público, que el acusado presente
en la sala, estaba sentado a su lado jugando maquinitas.

De las pruebas Documentales, señaladas en el capitulo anterior, se


observa igualmente que fuere incautado un teléfono celular, tal como
lo señalaron funcionarios actuantes y descrito en el informe
incorporado como es el RECONOCIMIENTO TÉCNICO Y EVALUACIÓN
DE CONTENIDO DEL TELÉFONO CELULAR, practicada por los
funcionarios expertos Técnico EDGAR TARAZONA y TSU DETECTIVE
JOSÉ VARGAS, adscritos a la División de Experticias Informáticas del
Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas, la cual
fue debidamente ratificada por el funcionario EDGAR TARAZONA, y el
Informe emanado de la Empresa Movistar, en el cual se evidencian las
llamadas que ocurrieron durante la comparecencia del ciudadano
ALFONSO(sic) SANTAMARÍA JUAN ARMANDO a la División de
Extorsión y Secuestro, lo que avala el dicho de la víctima denunciante,
ante dicha división del Cuerpo de Investigaciones Penales, Científicas y
Criminalísticas en fecha 28 de Agosto de 2007, llamadas en las cuales
le requerían cierta cantidad de dinero, específicamente TRES MIL
bolívares fuertes (Bsf.3.000,oo), incautado posteriormente por la
comisión de la División de Extorsión y Secuestro, al momento de la
detención del ciudadano ASPEN GONZÁLEZ JOSÉ LUIS, por lo cual se
configuro el presente procedimiento; verificándose la autenticidad del
dinero retenido con el estudio DOCUMENTOLÓGICO, practicada por
los funcionarios expertos JOSÉ RODRÍGUEZ y PEDRO BRACAMONTE,
adscritos a la División de Documentología del Cuerpo de
Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas, interpretada en
juicio oral y público por el funcionario BENITEZ AZUAJE JESÚS OVIDIO.

Ahora bien este Juzgado observa, que el presente juicio se discute,


la norma contenida en el artículo 459 del Código Penal como es el
delito de EXTORSIÓN, el cual textualmente dispone: “Quien
infundiendo por cualquier medio el temor de un grave daño a las
personas, en su honor, en sus bienes, o simulando órdenes de la
autoridad, haya constreñido a alguno a enviar, depositar o poner a
disposición del culpable, dinero, cosas, títulos o documentos, será
castigado con prisión de cuatro a ocho años”. Aquí nos detendremos
brevemente para hacer un análisis jurídico doctrinario sobre este tipo
de delito contra la propiedad, aunque su naturaleza se puede definir
pluriofensivo, pues arrebata un bien del entorno patrimonial de la
víctima.
Según el Código Penal Venezolano, para materializar este delito, se
requiere que el sujeto activo haya logrado constreñir a la víctima a
entregar la suma de dinero, en este caso infundiendo un temor, cierto e
inminente de causar un daño grave a este, en este caso, a través de
amenazas directas con daño a la madre de la víctima, ciudadana
LETICIA SANTAMARIA, haciendo esta amenaza real y cierta cuando le
suministra datos particulares de ella, como número de teléfono,
dirección de la empresa donde trabaja, etc; todo esto en virtud de
trámites de tipo fiscal efectuados ante el SENIAT por el sujeto activo. La
acción criminosa esta (sic) dirigida expresamente a obtener un lucro
por parte de su autor por medio de la intimidación.

(…)

Para buscar mas (sic) fundamentos de tipo teórico jurídicos,


debemos recordar al maestro Carrara, quien analizó magistralmente
este tipo penal, estimando que cuando con miras de lucro, se intimida
con un mal futuro, para obligar a que se nos entregue algo
prontamente, o se intimida con un mal inminente para obtener una
promesa o una entrega futura, se tiene materializado el delito de
EXTORSIÓN.
La característica común al modo ejecutivo de las distintas formas de
extorsión esta (sic) dada por el hecho de que el desplazamiento o
modificación de carácter patrimonial se produce por acción de la propia
víctima, que obra por el efecto de amenazas de distinta naturaleza. Por
eso dice Carrara que la extorsión, en el sentido jurídico actual, recibe
los caracteres de su especialidad de un intervalo de tiempo que debe
transcurrir (aunque breve) entre la amenaza de un mal y su ejecución, o
bien entre la amenaza de mal y el apoderamiento de la cosa.

Así mismo al estudiar la naturaleza de la intimidación, encontramos


la extorsión es un medio puramente moral (por lo menos en su ejercicio
inmediato), en efecto en la intimidación de este delito no existe la
amenaza inmediata de un despliegue físico atacante contra el
intimidado o un tercero; sin embargo, puede amenazarse con un mal
físico futuro; así, si alguien amenaza por carta con matar a los pocos
días a alguien de la familia, si no se accede a una determinada
exigencia, el mal amenazado es físico, pero es mediato, si la amenaza
de un despliegue físico es inmediata, se trata de robo.

Basta considerar que el amenazado, el sujeto pasivo no puede


denunciar. En cambio, en la extorsión, el sujeto, que ya ha sido
intimidado, queda librado a cierta libertad de disposición. Es cierto que
su libertad está en algún sentido coartada (Soler) pero, por ejemplo,
puede denunciar. Y de hecho, es lo que muchas veces ocurre (dando
lugar casi siempre a la hipótesis del llamado delito experimental), lo
que ocurrió en la presente situación.

De esta manera, tenemos que la norma contenida en el artículo


459 del Código Penal, debe establecerse a través de hechos o
elementos del tipo, los cuales para esta Juzgadora se encuentran
debidamente probados en la evacuación de cada uno de los medios de
prueba producto de la celebración del Juicio oral y público y como se
explico con anterioridad, toda vez que efectivamente el ciudadano
ALFONSO (sic) SANTAMARÍA, fue debidamente infundido en temor,
producto de la amenaza en el sentido de hacer daño a su familia, a
través de la no entrega de un documento realizada por el ciudadano
CARLOS ENRIQUE DELGADO quien dirigió su acción a los fines de
obtener un lucro por medio de intimidación o amenaza. En otras
palabras se comprobó en la audiencia oral y pública la conducta
exterior, positiva o negativa, humana y voluntaria del acusado, en los
términos expuestos en el escrito acusatorio por el delito de EXTORSIÓN.

(…)

Dadas las circunstancias del caso, y las del fallo recurrido,


encuentra este Tribunal Ad quem, que la recurrida no incurrió en el
vicio de infracción o error de forma antes aludido, puesto que se
evidencia que la Juez Aquo, aplicó fehacientemente la soberanía que
posee el Juez, de carácter jurisdiccional. En este mismo orden de ideas,
y en ratificación a lo ya tantas veces mencionado se desprende del
análisis efectuado del supra indicado fallo, que existe en la recurrida la
valoración de los medios probatorios, realizando en consecuencia una
determinación precisa y circunstanciada de los requisitos exigidos en el
artículo 364 del Código Orgánico Procesal Penal, específicamente, en lo
atinente en su ordinal 2°, pues la juez A quo, expresó, explicó
suficientemente, sobre el por qué y cómo adminiculaba las testificales
evacuadas, y cuáles desestimaba y estimaba como pertinente, legales y
útiles, tal y como lo prevé el Código Orgánico Procesal Penal. Asimismo,
dejando expresa constancia de sus fundamentos de hecho y de
derecho, tal y como se desprende de la sentencia impugnada, al
declarar.

Ahora bien analizados y apreciados los elementos de convicción


recibidos en la audiencia, de acuerdo a lo establecido en los Artículos
13; 22 y 199 del Código Orgánico Procesal Penal, este Tribunal a los
fines de emitir la sentencia correspondiente observa:

De los hechos y circunstancias acreditados en el debate oral y


público, expuestos en el capítulo anterior se desprende que
efectivamente el ciudadano CARLOS ENRIQUE DELGADO
MONJES,(sic) en fecha 28 de Agosto de 2007, constriño por medio de
amenazas telefónicas al ciudadano ALFONSO (sic) SANTAMARÍA JUAN
ARMANDO, a la entrega de un dinero a otro sujeto que estaba bajo su
dirección, producto de que el mismo, haciéndose pasar por gestor del
Seniat y por cuanto había recibido unos papeles de la empresa de la
víctima, intimidaba a la misma en mencionar que los papeles eran
ilegales, e igualmente que le haría daño a sus padres, así como a otras
personas.

Tales hechos quedaron demostrados y comprobados con los


medios de prueba recibidos en la audiencia oral y pública, a saber:

Testimonio de los funcionarios actuantes como son FLOR MARIA


CORDERO VERA, MARÍN ERICK RAMÓN, YESID USECHE CASTRO Y ZERPA
MEZA JHONATHAN ADOLFO, quienes fueron congruentes en manifestar
que se trasladaron a lugar de los hechos, hacia la Avenida Principal de
los Ruíces, en virtud de la denuncia realizada por el ciudadano JUAN
ARMANDO ALFONZO SANTAMARÍA, quien les informó que estaba
siendo extorsionado en el sentido de amenazas a su familia, por una
persona que estaba en el Pollo Arturo de los Ruíces, y que la víctima al
recibir una llamada se retiro de la División contra extorsión y Secuestro
del Cuerpo de Investigaciones Penales, Científicas y Criminalísticas, lo
que dio motivo a que los mismos previa instrucciones del Jefe de la
División, así como instrucciones de la funcionaria FLOR CORDERO, se
trasladaran a las adyacencias del referido lugar, pudiendo constatar
que efectivamente el ciudadano JUAN ALFONZO SANTAMARÍA, le
entregó un sobre contentivo de dinero por la cantidad de 3.000 bsf, a
un sujeto y que posterior a la aprehensión de dicho sujeto, el mismo
manifestó que quien lo había mandado era una persona que estaba en
la agencia de loterías jugando maquinitas y al momento de trasladarse
la referida comisión al lugar referido por el ciudadano detenido, las
características coincidían con el dicho del mismo, así como del dicho del
denunciante.

Dadas estas circunstancias y a los fines de verificar el grado de


participación del acusado CARLOS ENRIQUE DELGADO, por cuanto se
desprende de las deposiciones de los funcionarios que el acusado
referido fue aprehendido por el dicho del coimputado de la presente
causa ciudadano JASPE GONZÁLEZ JOSÉ LUIS, aunado al dicho de la
víctima y tomando en consideración lo señalado por la doctrina
española, el cual menciona que: “…el testimonio del coimputado es un
medio probatorio evidentemente peligroso, que cuando se ha
defendido su validez se ha hecho con extrema cautela por ser un medio
impropio, extraño y especial, ya que cuando la única prueba de cargo
consiste en la declaración de un coimputado es preciso recordar que el
acusado a diferencia del testigo no sólo no tiene obligación de decir la
verdad sino que puede callar total o parcialmente e incluso mentir ya
que son garantías constitucionales, por ello que la declaración
incriminatoria del coimputado carece de consistencia plena como
prueba de cargo cuando siendo única no resulta mínimamente
corroborada por otras pruebas en contra del recurrente…”. (Artículos
doctrinales, Derecho Procesal Penal, Febrero 2001, Noticias Jurídicas,
Antonio Pablo Rivas Seva; Fiscal del Tribunal Superior de Justicia de
Castilla la Mancha); se procedió a tomar deposición igualmente a los
ciudadanos JUAN ARMANDO ALFONZO SANTAMARÍA, MARISELA
RANGEL GUERRERO Y JESÚS RAFAEL RIVAS NORIEGA, quienes fueron
testigos admitidos por el Juez de Control en su debida oportunidad.

A tales efectos se desprende de la deposición del ciudadano


ARMANDO ALFONZO SANTAMARÍA, que efectivamente fue objeto de
amenazas por concepto de dinero a cambio de documentos de la
Empresa de su madre de nombre LETICIA SANTAMARÍA, a través de
llamadas, las cuales él atendía, lo que dio lugar a que ciertamente
colocara la denuncia ante la División de Extorsión y Secuestro, del
Cuerpo de Investigaciones Penales, Científicas y Criminalísticas,
manifestando igualmente que la persona a quien entrego el dinero por
la cantidad de tres mil bolívares fuertes, no es la misma con quien
hablaba por teléfono, reconociendo en sala de juicio en forma libre y
espontánea a través de pregunta formulada por el Fiscal del Ministerio
Público, que el acusado era la persona que se hacía pasar por
trabajador del Seniat, corroborando el denunciante que igualmente
pudo observar al ciudadano CARLOS ENRIQUE DELGADO, cuando la
ciudadana MARISELA RANGEL empleada de la empresa de sus padres
mantuvo una conversación, en la cual, la ciudadana referida le
manifestó que estaba siendo amenazada y fue por esta razón que
posteriormente le realizaron las llamadas conminándolo.

Por otra parte se desprende la deposición de la ciudadana


MARISELA RANGEL GUERRERO, la cual manifiesta de forma libre y
espontánea y atendiendo al principio de oralidad, entre otras cosas que
el ciudadano presente en sala, es decir el acusado fue la persona que le
estaba solicitando un dinero de manera amenazante, producto de unos
documentos que habían entregado a los fines de un trámite ante el
Seniat, que se hizo pasar por funcionario del Seniat, que la llego
amenazar de muerte, y de forma agresiva y violenta, motivo por el cual
le hizo de conocimiento al ciudadano ARMANDO ALFONZO quien
igualmente la acompaño a una reunión manteniéndose el mismo a
distancia pero pudiendo observar al acusado y por la cual el ciudadano
ALFONZO coloca la denuncia, manifestando la testigo en mención que
el día de los hechos, a los fines de tratar de recabar los documentos se
traslado a un salón de maquinitas donde el ACUSADO estaba jugando,
lugar este donde posteriormente fue aprehendido por funcionarios
policiales.

(…)

De la revisión exhaustiva realizada al texto íntegro de la sentencia


hoy impugnada, se denota la apreciación de las pruebas, a través del
sistema de la Sana Critica, como lo exige el artículo 22 del Código
Orgánico Procesal Penal, el cual exige una valoración razonada y
precisa del elenco probatorio, mediante los criterios de la lógica, las
máximas de experiencia y los conocimientos científicos, tal y como
consta en los folios 02 al 33 de la tercera pieza del expediente en
cuestión
Los citados sistemas de valoración de la prueba, son de carácter
fundamental, a los fines que el juzgador dicte el fallo plenamente
ajustado a derecho. De tal manera, los jueces están obligados a
motivar decisiones respecto a la prueba, de conformidad con las reglas
del criterio racional, que se basa en la lógica, las máximas de
experiencias y los conocimientos científicos, a los efectos que las partes
y el público en general conozca las razones del juzgador para decidir de
tal o cual manera. Así, el juez resulta a su vez juzgado por la sociedad,
que por esa vía ejerce también, como lo hace a través de la publicidad,
el control de la jurisdicción que, como toda forma de poder público en
una sociedad, dimana del pueblo. Por esta razón la motivación de los
fallos judiciales, y sobre todo en materia penal, es materia
constitucional, y así debe interpretarse del artículo 257 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, pues si el
proceso es un instrumento para el establecimiento de la verdad, más
allá de formalismos inútiles, el resultado del proceso, que es la
sentencia, debe expresar cómo ha sido establecida esa verdad.
La obligación de motivación respecto a la valoración de la prueba no
incluye sólo a las sentencias definitivas de Primera Instancia, de
apelación o de casación, sino también de aquellas otras decisiones que
deban dictarse en forma de autos y donde la apreciación razonada de
la prueba pueda tener una importancia decisiva, por lo que en atención
a lo ut supra indica se evidencia de las actuaciones que conforman la
presente causa penal que la razón no le asiste a la recurrente y en
consecuencia la presente denuncia se declara Sin Lugar. Y así se
declara.

Respecto a la tercera denuncia alega la recurrente que la Juez


incurre en violación de la norma contenida en el artículo 452 ordinal 4°
del Código Adjetivo Penal, relativo a la inobservancia de una norma
jurídica como la prevista en el artículo 343 del Código Orgánico
Procesal Penal.

La presente denuncia viene fundamente en el hecho del


ofrecimiento de prueba efectuado por la recurrente mediante la cual
solicita a la Juzgadora de Instancia admita el testimonio y llame a
declarar al coimputado en la presente causa penal, ya que, el co-
imputado al acogerse al procedimiento por admisión de los hechos
señaló que el patrocinado de la recurrente no había participado en el
hecho que el (sic) había hecho las llamadas y que se hizo pasar por su
defendido.

En relación a la tercera denuncia claramente se evidencia, que la


recurrente apela de la supuesta infracción no por el hecho cierto que la
juez haya incurrido en violación al artículo 452 ordinal 3° en relación
con el artículo 343 ambos del Código Orgánico Procesal Penal, siendo
que la recurrente apela es de la declaratoria sin lugar decretada por la
Juez de Instancia de admitir como testigo en el presente debate oral y
público al condenado ASPEM (sic) GONZÁLEZ JOSÉ LUIS.

Solicitud esta que efectuó la Defensora Pública Septuagésima


Cuarta (74°) Penal, sin tomar en consideración los efectos devastadores
que peticiones como estas de ser aceptadas desnaturalizarían el
proceso penal, por lo que no puede pretender la Defensora Pública que
un condenado sea testigo en la misma causa penal en la que se
determinó y concluyó su participación, ya que la misma pudiese ser un
medio probatorio impropio evidentemente peligroso y venir
acompañada de intereses obscuros que empañarían el fin último de
todo proceso cual es establecer la verdad de los hechos de conformidad
con lo establecido en el artículo 13 del Código Orgánico Procesal Penal.
En atención a la presente denuncia considera este Tribunal Colegiado
que la razón no le asiste a la recurrente de autos y en consecuencia la
presente denuncia debe ser declarada Sin Lugar. Y así de declara.

En lo que respecta a la cuarta denuncia evidencia este Tribunal de


Alzada que la recurrente alega incumplimiento del contenido del
artículo 453 ordinal 4° del Código Orgánico Procesal Penal, con relación
al artículo 77 del Código Penal, ya que la misma considera, que la Juez
no debió aplicar la agravante contenida en el artículo 77 del Código
Penal, siendo que la conducta que agrava el delito se encuentra ya
contemplada en el propio delito por lo que mal puede la A quo agravar
la pana.

(…)

A fin de resolver la presente denuncia, observa esta Instancia


Superior que el artículo 77 del Código Penal, textualmente señala que
“…Son circunstancias agravantes de todo hecho punible las
siguientes…”

Claramente se evidencia del articulado antes señalado que del


mismo no se desprende discriminación ni establece a cuales tipos
penales se le debe aplicar tal agravante, por lo que mal puede
denunciar la recurrente de autos, el incumplimiento por inobservancia
del artículo 77 del Código Penal, sin efectuar una seria fundamentación
de lo alegado, por lo que en atención a lo ut supra indicado considera
este Tribunal de Alzada que la razón no le asiste a la recurrente y la
presente debe ser declarada Sin Lugar. Y así se declara.

En atención a la denuncia efectuada por la recurrente en la que


ahora pretende alegar retardo procesal en la presente causa penal,
debe tener en consideración, que mal puede a esta alturas del proceso,
una vez publicada la sentencia por el Juzgado Vigésimo Quinto de
Primera Instancia en Funciones de Juicio, alegar retardo procesal ya
que su defendido ha permanecido más de dos (02) años preso, sin que
la defensa haya optado por agotar los actos o instrumentos procesales
adecuados a los fines de obtener la libertad su defendido, por lo tanto
en atención a tal alegato, este Tribunal Alzada procede a declararlo sin
lugar, por no adecuarse la presente denuncia al momento actual de la
presente causa….”.

De la transcripción anterior, se puede constatar, que la Corte de Apelaciones


dio respuesta a los planteamientos hechos en el recurso de apelación por la
defensa del acusado y aunado a ello, se observa que si analizó el fallo dictado por
el Juzgado de juicio, analizó los fundamentos del referido juzgado de primera
instancia cuando valoró los elementos probatorios llevados al debate por las
partes, fijó los criterios jurisprudenciales seguidos por el Tribunal Supremo de
Justicia al respecto, así mismo, la recurrida expresó con motivación propia, clara y
concisa, el por qué consideró que no hubo falta de motivación de la sentencia del
tribunal de juicio, constatando como tribunal superior, los razonamientos dados
por el sentenciador que presenció el debate y que fueron necesarios y
convincentes, de acuerdo con las reglas de la lógica, los conocimientos científicos y
las máximas de experiencia del juez que dirigió el debate, para acreditar los hechos
al tipo penal y para así poder declarar la responsabilidad y culpabilidad
del ciudadano CARLOS ENRIQUE DELGADO MONGES.

Ha dicho la Sala Penal que “...constituye un deber fundamental para la Corte


de Apelaciones cuando así lo haya alegado el recurrente, verificar y determinar que
en la sentencia sometida a su revisión se haya realizado un análisis detallado de las
pruebas debatidas en el juicio oral, así mismo, la comparación de unas con otras
bajo el método de la sana crítica racional, con la determinación clara y precisa de
los hechos que se dan por probados y el derecho aplicable...las Cortes de
Apelaciones incurrirán en inmotivación de sus sentencias, fundamentalmente por
dos (2) razones: la primera, cuanto omitan cualquiera de las circunstancias
denunciadas por el apelante; y la segunda, cuando no expresen de forma clara y
precisa los fundamentos de hecho y de derecho por los cuales se adopta el fallo,
tales violaciones constituyen infracciones a los artículos 26 y 49 (numeral 1) de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y 173, 364 (numeral 4), 441
del Código Orgánico Procesal Penal...”. (vid. Sentencia n°164 del 27 de abril de
2006).

La Sala ha dicho, que una correcta fundamentación de un fallo, debe


contener de forma lógica y coherente una argumentación de todos y cada uno de
los puntos controvertidos, de manera que, la certeza procesal producto de la
certeza subjetiva del juzgador debe estar fundamentada sobre la basa de la sana
critica para poder así explicar la razón jurídica en virtud de la cual se adopto la
decisión.

Por los motivos expuestos, la Sala Penal, declara sin lugar la denuncia del
recurso de casación interpuesto por la Defensora del acusado. Así se decide.

No obstante la declaratoria sin lugar del recurso de casación, la Sala de


Casación Penal, en atención a lo dispuesto en el artículo 257 de la Constitución
de la República Bolivariana de Venezuela, ha revisado la sentencia del juzgado
de Juicio y de la Corte de Apelaciones y observó un vicio, no alegado por el
recurrente, y cometido por el Juzgador de Primera Instancia, quien aplicó el
aumento de la cuarta parte de la pena por las agravantes previstas en el artículo
77 numeral 2 del Código Penal, el cual no fue señalado en la acusación.
El 15 de enero de 2010, el Juzgado Vigésimo Quinto de juicio del Circuito
Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, CONDENÓ al ciudadano CARLOS
ENRIQUE DELGADO MONGES, a cumplir la pena de SIETE AÑOS DE PRISIÓN, por la
comisión del delito de EXTORSIÓN previsto y sancionado en el Artículo 459 del
Código Penal, todo en relación con el artículo 37 y el artículo 77 numeral segundo
ambos del Código Penal.

RECTIFICACIÓN DE OFICIO DE LA PENA

La Sala Penal advierte que al ciudadano acusado CARLOS ENRIQUE DELGADO


MONGES, tanto la corte de apelaciones como el tribunal de juicio le aplicó una
pena de SIETE AÑOS DE PRISIÓN, por la comisión del delito de EXTORSIÓN
previsto y sancionado en el artículo 459 del Código Penal con la agravante genérica
del artículo 77 numeral segundo, eiusdem, a saber: “ejecutarlo mediante precio,
recompensa o promesa”, y el juzgado de juicio al momento de realizar el cálculo de
la pena indicó en su fallo: “…se demostró suficientemente de las actuaciones, que
el mismo fue ejecutado mediante precio en el momento de que solicita cierta
cantidad de dinero, lo cual configura la agravante establecida en el 2° del artículo
77 del Código Penal…”.

El Artículo 459 del Código Penal indica lo siguiente:


“…Quien infundiendo por cualquier medio el temor a un grave
daño a las personas, en su honor, en sus bienes, o simulando órdenes
de la autoridad, haya constreñido a alguno a enviar, depositar o poner
a disposición del culpable, dinero, cosas, títulos o documentos, será
castigado con prisión de cuatro a ocho años.

La pena establecida en este artículo se aumentará hasta en una


tercera parte cuando el constreñimiento se lleve a efecto con
amenaza de ejecutar acto del cual pueda derivarse calamidad,
infortunio o peligro común…”.

Al analizar la estructura del delito de extorsión, se observa que es un tipo


penal doloso, y consiste en la voluntad del sujeto activo de obligar por medio de
intimidación o amenaza a la víctima a realizar alguno de los actos de disposición
patrimonial de los previstos en la norma sustantiva. Es decir, que el delito de
extorsión exige que el sujeto activo infunda al sujeto pasivo un sentimiento de
miedo, temor o angustia, ante la amenaza de un daño grave, personal y posible,
que tendrá lugar si no entrega aquello que el sujeto activo del delito le solicita.

Ha sostenido esta Sala, que el delito de extorsión es un delito


pluriofensivo, pues el mismo afecta a la víctima tanto en su patrimonio como en su
libertad individual; debido a que el autor para procurarse el beneficio
injusto realiza un ataque al patrimonio de la víctima a través de una agresión a su
libertad de decisión, en cuanto que el ofendido es coaccionado a través de
intimidación o amenaza grave a realizar un acto dispositivo perjudicial para su
patrimonio. La conducta que tipifica el legislador se enmarca en que el sujeto
pasivo sea conminado mediante violencia psíquica a omitir o realizar un acto de
entrega que afecta su patrimonio sean bienes muebles o inmuebles.

Ahora bien, con respecto a las circunstancias agravantes en el Derecho


Penal, se deben entender como aquellas circunstancias ajenas al delito (no forman
parte del tipo penal) y concurrentes con la acción delictiva que pueden producir el
efecto de modificar la responsabilidad penal del sujeto activo con un aumento de la
pena, por representar esta circunstancia una mayor antijuricidad de la acción o la
culpabilidad del responsable.

Cuando el Juzgado de Juicio en su fallo indicó que: “…se


demostró suficientemente de las actuaciones, que el mismo fue ejecutado
mediante precio en el momento de que solicita cierta cantidad de dinero, lo cual
configura la agravante establecida en el numeral 2° del artículo 77 del Código
Penal…”, estableció que al momento en que los ciudadanos acusados amenazaron
a las víctimas con ocasionarles un grave daño de no hacerles entrega de la cantidad
de Diez Millones de Bolívares, (actualmente diez mil bolívares), esta solicitud de
dinero realizada por los acusados, se adecua a lo establecido en el ordinal 2° del
artículo 77 “eiusdem”, es decir cometer el hecho mediante un precio y sobre esta
base ( delito de extorsión agravada) es que el referido juzgado de primera instancia
realizó el cálculo de la pena el cual estableció en SIETE AÑOS DE PRISIÓN.

Analizando lo dispuesto en el ordinal 2° del artículo 77 del Código Penal y


cuando el legislador indica que es una circunstancia agravante de todo hecho
punible: “ejecutarlo mediante precio, recompensa o promesa”, establece que estas
circunstancias agravan la pena pues revelan una mayor culpabilidad en el sujeto
activo la cual se determina por los motivos que mueven la comisión de la acción
(animus lucri). Esta agravante es subjetiva pues se refiere al acuerdo previo entre
dos o más personas para la perpetración de un delito y la existencia de un precio,
recompensa o promesa que recibirá el ejecutor de la acción por una tercera
persona (el que induce). De acuerdo a lo antes descrito, no pueden ser catalogadas
como agravantes genéricas las circunstancias que son inherentes a la comisión del
delito, es decir las que sin su existencia el delito no podría cometerse, como en el
presente caso, pues para que se configure el delito de extorsión, el sujeto activo
debe solicitar a la víctima mediante la intimidación o amenaza la entrega de bienes
patrimoniales.

La Sala Penal advierte que al ciudadano acusado CARLOS ENRIQUE DELGADO


MONGES, tanto la corte de apelaciones como el tribunal de juicio le aplicó la pena
del artículo 459, en concordancia con los artículos 37 y ordinal 2 del artículo 77
todos del Código Penal, cuando lo correcto era aplicar la pena que contempla el
artículo 459 del Código Sustantivo Penal en conexión con el artículo 37 del mismo
Código, pues, ese es el tipo penal por el cual fue acusado el ciudadano.

El delito de EXTORSIÓN, prevé en sus extremos una pena mínima de


CUATRO AÑOS y una máxima de OCHO AÑOS DE PRISIÓN, al aplicar el término
medio para el cálculo dosimétrico previsto en el artículo 37 del Código Penal, en
este caso el término medio aplicable es de SEIS AÑOS DE PRISIÓN. En tal
sentido, la pena a imponer al ciudadano acusado CARLOS ENRIQUE DELGADO
MONGES, es la de SEIS AÑOS DE PRISIÓN, que resulta de tomar el término medio
de la pena que el artículo 459 del Código Penal establece para ese delito y en
concordancia a lo dispuesto en el artículo 37 “eiusdem”.

Por consiguiente, la Sala Penal rectifica de oficio el dispositivo del


fallo dictado por el juzgado de juicio el 15 de enero de 2010, únicamente en lo
que respecta a la pena impuesta al ciudadano acusado CARLOS ENRIQUE
DELGADO MONGES y se le impone la pena de SEIS AÑOS DE PRISIÓN, por la
comisión del delito de EXTORSIÓN, tipificado en el artículo 459 del Código Penal.

DECISIÓN

Por las razones expuestas el Tribunal Supremo de Justicia en Sala de Casación


Penal, administrando Justicia en nombre de la República, por autoridad de la Ley,
hace los siguientes pronunciamientos:

1) Declara sin lugar el recurso de casación interpuesto


por la ciudadana abogada LOURDES ODUBER HENRÍQUEZ,
Defensora Pública Penal, del acusado CARLOS ENRIQUE DELGADO
MONGES.

2) Rectifica de oficio la pena impuesta al acusado por el


delito de EXTORSIÓN, tipificado en el artículo 459 del Código Penal,
e impone la pena de SEIS AÑOS DE PRISIÓN.

Dada, firmada y sellada en el Salón de Audiencias del Tribunal Supremo de


Justicia, en Sala de Casación Penal, en Caracas, a los VEINTINUEVE días
del mes de JULIO de dos mil diez. Años 200° de la Independencia y 151º de la
Federación.
Publíquese, regístrese y ofíciese lo conducente.

El Magistrado Presidente,

ELADIO RAMÓN APONTE APONTE

La Magistrada Vicepresidenta,

DEYANIRA NIEVES BASTIDAS

La Magistrada,

BLANCA ROSA MÁRMOL DE LEÓN


El Magistrado,

HÉCTOR MANUEL CORONADO FLORES

La Magistrada,

MIRIAM MORANDY MIJARES

Ponente

La Secretaria,

GLADYS HERNÁNDEZ GONZÁLEZ

Exp. 10- 187


MMM.

La Magistrada Doctora BLANCA ROSA MÁRM

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