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RIESGOS VISUALES Y OCULARES EN EL TRABAJO

En algunas profesiones en las que se fuerza la visión cercana debido al uso de


dispositivos digitales, existen profesiones en que resulta fundamental la correcta
protección de la zona ocular con el fin de preservar a los ojos de posibles lesiones. Los
ojos son muy sensibles e irremplazables y los daños producidos son, en muchos casos,
irreversibles.
Se trata de sectores relacionados con el uso de maquinaria, productos químicos,
eléctricos, térmicos, ópticos… que requieren un extremado cuidado debido a la
constante aparición de riesgos que pueden afectar a zona ocular de manera grave,
temporal o permanente.
Existen varias causas de lesiones en los ojos tales como:

 Las partículas extrañas (polvo, suciedad, metal, astillas de madera, etc).


 Las salpicaduras de sustancias químicas (disolventes, pinturas, líquidos
calientes, etc).
 Las quemaduras por fuentes luminosas pueden ser causadas por la exposición
a soldadura, rayos láser o a otras fuentes luminosas muy brillantes.
 Los impactos y golpes a los ojos.
Una de las mejores formas de protección suelen ser gafas que protejan toda la zona
ocular, con distintas características en función de la actividad laboral a realizar. Otro
dispositivo son las pantallas de protección que, además, protegen la totalidad de la cara.
Según la Normativa Europea, las gafas para uso laboral han de estar certificadas en su
conjunto (monturas más lentes) no contando con certificación cada una de sus partes
por separado. Es decir, no se pueden utilizar monturas con oculares que no hayan sido
certificados con ellas. Aparte del obligatorio marcado “CE” también son obligatorias las
marcas identificativas del grado de protección.
En el caso de protección ocular y facial hacen hincapié en proporcionar protección frente
a impactos de distinta intensidad, radiaciones (de más de 0,1 nm), metales fundidos y
sólidos calientes, gotas y salpicaduras, polvo, gases, arco eléctrico de cortocircuito, o
cualquier combinación de estos riesgos.
La elección debe ser realizada por personal capacitado y requerirá un amplio
conocimiento de los posibles riesgos del puesto de trabajo y de su entorno. En este
sentido, el óptico-optometrista, junto con especialistas en riesgos laborales, es el
encargado de evaluar a personas que desempeñen profesiones de esta índole y
detectar cualquier síntoma de anomalía visual que, al principio podría ser imperceptible,
pero que, sin un adecuado control, podría derivar en problemas más importantes.

Trastornos Oculares Causados Por Cuerpos Extraños


Estos trastornos se observan sobre todo en torneros, pulidores, trabajadores de
fundiciones, caldereros, albañiles y canteros. Los cuerpos extraños pueden ser
sustancias inertes como la arena, metales irritantes como el hierro y el plomo o
materiales orgánicos de origen animal o vegetal (polvos). Por ello, además de
las lesiones oculares, pueden producirse complicaciones como infecciones e
intoxicaciones si la cantidad de sustancia introducida en el organismo es lo
bastante grande.
Quemaduras Oculares
Diversos agentes producen quemaduras oculares: los fogonazos y las llamas (en una
explosión de gas); el metal fundido (la gravedad de la lesión depende del punto de
fusión: los metales que funden a temperaturas más altas causan lesiones más graves);
y las lesiones químicas causadas, por ejemplo, por ácidos y bases fuertes. Se producen
también quemaduras por agua hirviendo, quemaduras eléctricas y de otros muchos
tipos.

Lesiones Por Aire Comprimido


Este tipo de lesiones es muy frecuente. Intervienen dos fenómenos: la fuerza del propio
chorro (y los cuerpos extraños acelerados por el flujo de aire) y la forma del chorro:
cuanto menos concentrado sea, menos lesión produce.

Protectores Oculares Y Faciales:


Para la protección ocular y facial se suelen subdividir los protectores existentes en dos
grandes grupos en función de la zona protegida, a saber:
• Si el protector sólo protege los ojos, se habla de GAFAS DE PROTECCIÓN.
• Si además de los ojos, el protector protege parte o la totalidad de la cara u otras
zonas de la cabeza, se habla de PANTALLAS DE PROTECCIÓN.
Para proteger los ojos y la cara se utilizan gafas: gafas con montura integral, pantallas
faciales y elementos parecidos que impiden la penetración de partículas y cuerpos
extraños, compuestos químicos corrosivos, humos, rayos láser y radiaciones. Con
frecuencia es necesario proteger toda la cara frente a las radiaciones o los peligros de
naturaleza mecánica, térmica o química. En ocasiones, una pantalla facial protege
también los ojos, pero en muchos casos éstos exigen un protector específico, sea
independiente o en forma de complemento del protector facial.
Gafas De Protección
Se tienen fundamentalmente dos tipos de gafas de protección:
A. Gafas de montura universal.
Son protectores de los ojos cuyos oculares están acoplados en una montura
con patillas (con o sin protectores laterales).
B. Gafas de montura integral.
Son protectores de los ojos que encierran de manera estanca la región orbital
y en contacto con el rostro.
Aparte de para el riesgo contra el que están diseñadas (impactos, polvo fino y gases,
líquidos, radiaciones o polvo grueso), las gafas de protección se clasifican en función de
los siguientes elementos:
 Según los datos relativos a la montura del protector:
1. Según el tipo de montura se tienen las siguientes categorías:
• Universal simple. • Adaptables al rostro
• Universal doble. • Tipo cazoleta.
• Integral simple. • Suplementaria
• Integral doble.
2. Según el sistema de sujeción, se tiene:
• Por brazos laterales
• Por anda de cabeza
• Acopladas a casco
• Por arnés
3. Según el sistema de ventilación pueden ser con ventilación o sin ventilación
4. Según la protección lateral pueden ser con protección lateral o sin protección
lateral
2. Según los datos relativos al ocular del protector:
1. Según el material del protector, se tiene:
• Cristal mineral
• Orgánico
• Malla
2. Según su clase óptica pueden ser tipo 1, 2 ó 3 (ordenadas de mayor a menor
calidad óptica)

Los
efectos en la salud de la exposición al ruido
Los efectos en la salud de la exposición al ruido dependen del nivel del ruido y de la
duración de la exposición.
A. Pérdida temporal de audición
Al cabo de breve tiempo en un
lugar de trabajo ruidoso a veces
se nota que no se puede oír
muy bien y que le zumban a uno
los oídos. Se denomina
desplazamiento temporal del
umbral a esta afección. El
zumbido y la sensación de
sordera desaparecen
normalmente al cabo de poco
tiempo de estar alejado del
ruido. Ahora bien, cuanto más
tiempo se esté expuesto al
ruido, más tiempo tarda el
sentido del oído en volver a ser
"normal". Después de dejar el
trabajo, puede costar varias horas recuperarse, lo cual puede ocasionar problemas
sociales, porque al trabajador le puede resultar difícil oír lo que otras personas dicen o
puede querer escuchar la radio o la televisión más altas que el resto de la familia.
B. Pérdida permanente de audición
Si un trabajador empieza a perder el
oído, quizá observe primero que una
charla normal u otros sonidos, por
ejemplo señales de alarma,
empiezan a resultarle poco claros. A
menudo, los trabajadores se
adaptan ("se acostumbran") a la
pérdida de audición ocasionada por
ruidos dañinos en el lugar de trabajo.
Por ejemplo, pueden empezar a leer
los labios de la gente que habla, pero
resultarles difícil escuchar a alguien
que se halle en una multitud o por
teléfono. Para oír la radio o la
televisión, suben tanto el volumen que atruenan al resto de la familia. "Acostumbrase"
al ruido significa que se está perdiendo lentamente la audición.
Los test o pruebas de audición son la única manera de saber si un trabajador padece
realmente pérdida de audición. Las reacciones de nuevos trabajadores o de visitantes
a un lugar de trabajo ruidoso pueden indicar si existe un problema de ruidos, por
ejemplo, si tienen que gritar, se tapan los oídos o se marchan "corriendo".

C. Otros efectos:
Además de la pérdida de audición, la exposición al ruido en el lugar de trabajo
puede provocar otros problemas, entre ellos problemas de salud crónicos:

• La exposición al ruido durante mucho tiempo disminuye la coordinación y la


concentración, lo cual aumenta la posibilidad de que se produzcan accidentes.
• El ruido aumenta la tensión, lo cual puede dar lugar a distintos problemas de
salud, entre ellos trastornos cardíacos, estomacales y nerviosos. Se sospecha
que el ruido es una de las causas de las enfermedades cardíacas y las úlceras
de estómago.
• Los obreros expuestos al ruido puede quejarse de nerviosismo, insomnio y
fatiga (se sienten cansados todo el tiempo).
• Una exposición excesiva al ruido puede disminuir además la productividad y
ocasionar porcentajes elevados de ausentismo.

Niveles de ruido seguros


La existencia de un nivel de ruido seguro depende esencialmente de dos cosas: 1) el
nivel (volumen) del ruido; y 2) durante cuánto tiempo se está expuesto al ruido. El nivel
de ruido que permiten las normas sobre ruido de la mayoría de los países es, por lo
general, de 85-90 dB durante una jornada laboral de ocho horas (aunque algunos
países recomiendan que los niveles de ruido sean incluso inferiores a éste).
Se puede tolerar la exposición a niveles superiores de ruido durante períodos
inferiores a ocho horas de exposición. Así, por ejemplo, los obreros no deben estar
expuestos a niveles de ruido superiores a 95 dB durante más de cuatro horas al día. A
los obreros expuestos hay que facilitarles protección de los oídos cuando estén
expuestos a ese nivel y deben rotar, saliendo de las zonas de ruido, al cabo de cuatro
horas de trabajo continuo. Naturalmente, antes de utilizar protección para los oídos y
de rotar a los obreros, se debe hacer todo lo posible para disminuir el ruido utilizando
controles mecánicos.

El límite de exposición de ocho horas al día que figura en una norma sobre ruido es la
cantidad total de ruido a la que un trabajador puede estar expuesto durante un período
de ocho horas. La exposición puede ser a un ruido continuado (constante) o a un ruido
intermitente (un ruido que es periódico a intervalos periódicos, pero no ininterrumpido.
Así pues, se deben sumar los niveles de ruido a los que se está expuesto a lo largo del
día para ver si superan los 85-90 dB. Nota: nunca deben estar expuestos los
trabajadores a más de 140 dB de ruido impulsivo (normalmente, un ruido muy alto que
se produce sólo una vez) en un momento dado.

Método para controlar y combatir el ruido


En el propio trabajador
El control del ruido en el propio trabajador,
utilizando protección de los oídos es,
desafortunadamente, la forma más habitual, pero la
menos eficaz, de controlar y combatir el ruido.
Obligar al trabajador a adaptarse al lugar de trabajo
es siempre la forma menos conveniente de
protección frente a cualquier riesgo. Por lo general,
hay dos tipos de protección de los oídos: tapones
de oídos y orejeras. Ambos tienen por objeto evitar
que un ruido excesivo llegue al oído interno.
Los tapones para los oídos se meten en el oído y
pueden ser de materias muy distintas, entre ellas
caucho, plástico o cualquier otra que se ajuste bien
dentro del oído. Son el tipo menos conveniente de protección del oído, porque
no protegen en realidad con gran eficacia del ruido y pueden infectar los oídos si
queda dentro de ellos algún pedazo del tapón o si se utiliza un tapón sucio. No
se debe utilizar algodón en rama para proteger los oídos.

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