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consiste en evitar que el conflicto termine en un desastre político: con muertes, heridos, daños
intervinientes. ¿Cómo realizar este trabajo de prevención frente a los conflictos socio-culturales
en el Perú?
socio-culturales en el Perú que parten del conocimiento de los conflictos más conocidos en los
últimos años: Bagua (2009), Loreto (2010), Puno (2011), Espinar (2012), Conga-Cajamarca
(2012).
1. Abrir o reabrir el diálogo con la población local que es parte del conflicto. Esto es
evidente antes del conflicto, pero una vez iniciado el conflicto, a pesar de haberse
alcanzado un acuerdo previo, el diálogo sigue siendo fundamental. Ello significa
conversar con los líderes legítimos de esa población, pero también con la misma
población. Cuando hay intereses políticos partidarios en los líderes, es importante
transmitir el contenido del diálogo directamente a la población. Si fuera posible, en
tal caso, el diálogo puede ser abierto al público o ante representantes de las distintas
organizaciones que componen la población local.
2. Estudiar y comprender la racionalidad cultural de la población local. Esto es esencial
para iniciar o reiniciar el diálogo y llenarlo de contenido para alcanzar una propuesta
que satisfaga a la población local. ¿Cuál es la posición de esta población local o,
mejor aún, cuáles son sus intereses en el conflicto? Aquí es importante analizar
causas presentes o actuales (daño ambiental y económico, o posible daño ambiental
y económico, por ejemplo), así como las causas estructurales y sistémicas (la falta
de servicios básicos o la exclusión de beneficios en la población local, por ejemplo)
relacionados con el conflicto. Pero sobretodo importa resaltar la comprensión
específica de las costumbres, rituales, deidades, fiestas patronales, organización
social, actividades económicas principales, entre otras, de la población local.
3. Las autoridades del Estado deben actuar en forma imparcial, alejados también de
sus posiciones o intereses. Si no se deja a un lado el solo interés por recaudar
impuestos o ejecutar un proyecto de inversión por considerarlos de “interés
nacional”, el conflicto se agudizará. Si fuera posible, en determinados casos, es
necesario retroceder en las iniciativas o autorizaciones administrativas ya
otorgadas. Esto significa priorizar un derecho flexible en momentos que se puede
producir un desastre político.
4. Articular los intereses de las empresas extractivas con los intereses de la población
local, normalmente identificada con comunidades andinas y amazónicas. No basta
valorar las ganancias de la inversión privada con pequeñas cuotas de
responsabilidad social empresarial, sino alcanzar efectivas ganancias para todas las
partes del conflicto. Esto sin que signifique la desintegración (por la migración
forzada, por ejemplo) de las mencionadas comunidades andinas y amazónicas.
5. Incluir la participación de la población local organizada en la cautela de sus derechos
y obligaciones. Esto significa valorar la organización local destacando la práctica de
criterios rotativos en el ejercicio de los cargos públicos de dicha población (práctica
común de las comunidades andinas, por ejemplo) y la capacidad de autocontrol y
defensa de sus derechos. La promoción de la Justicia Comunal en la población local
aparece en tal sentido como una gran alternativa.
6. Reparar o subsanar los errores, daños u omisiones. Si el conflicto tiene tras de sí la
falta de una consulta previa (conforme se encuentra garantizado en la Constitución
Política y en el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo) por
anormalidad en la normatividad local o sectorial ministerial, hay que repararlo o
subsanarlo y, de ser posible, cumplir con la consulta previa a pesar de encontrarse
operativa la actividad extractiva. Esta reparación o subsanación es la mejor
propuesta social para evitar mayores pérdidas o restricciones de ganancias de la
empresa extractiva. Incluso es la mejor acción política para evitar otros conflictos
similares en el país.
7. Atender las causas estructurales o sistemáticas de los conflictos socio-culturales, al
mismo tiempo que se atienden las causas presentes y específicas. Esto significa
articular las demandas inmediatas con los evidentes problemas históricos o
recurrentes de la población local: la ausencia o deficiencia de los servicios básicos
de salud, educación y justicia o la indiferencia para incluir a la población local en el
proceso de cambio o mejoras que viene experimentando la sociedad urbana
(capitalina) sin que signifique la pérdida de la cultura que los identifica.
encuentra la capacidad auto-compositiva pero también la capacidad resolutiva para poner fin
vigentes en nuestro país y tenemos presente que muchos de estos conflictos devienen en
proyecto minero “Tía María” de la empresa Southern Copper, podremos notar el alto nivel de
El gobierno central que termina su mandato ha demostrado una extrema ineficiencia para
autoridades del gobierno central no han entendido las causas de estos conflictos creyendo
impacto ambiental, y con ciertas acciones de responsabilidad social promovidas por las
población que habita sobre los yacimientos o recursos naturales solicitados. Tercero, las
autoridades centrales también creyeron que penalizando legalmente las protestas sociales,
Los gobernantes salientes, como los propios gerentes de las empresas interesadas en los
yacimientos o recursos naturales de nuestro país, olvidan una regla muy simple en el
tratamiento o la resolución de estos conflictos: ponerse en el lugar del otro. ¿Qué pasa si a
de la casa en la que vivimos sin que alguna autoridad nos avise del permiso concedido (al
vecino) y la empresa constructora (contratada por el vecino) tampoco toma las precauciones
sobre la contaminación en polvo, ruido y basura que generará además del cierre de veredas
y calle? ¿Lo aceptaríamos de buena forma? ¿Qué pasa en la misma situación si nuestros
cuando la empresa Southern Copper informó en julio de 2009 que invertiría la suma de 950
millones de dólares en el proyecto minero “Tía María” localizado sobre el territorio que
habitan. La población de Islay fue sorprendida, pero lo sería más aún cuando meses después
la empresa trasladara maquinarias, equipos, insumos e instalara campamentos con el
propia consulta popular, y dio inicio a acciones de protesta que se radicalizaría en los últimos
días previos a las elecciones presidenciales del 10 de Abril del 2011. Dos días antes de estas
nuevo escenario de desastre político, el gobierno central decidió cancelar el proyecto “Tía
¿Se solucionó el conflicto socio-ambiental de Islay con la cancelación del proyecto minero?
Por la naturaleza y los efectos alcanzados en el conflicto creemos que no. Lo que se hizo fue
confirmar que el conflicto en su origen puedo evitarse, aunque también se consiguió una
elecciones en el Sur. Pero las muertes y heridos ocurridos, así como las pérdidas millonarias
ocasionadas por las protestas y las propias pérdidas sufridas por la empresa inversionista
Una vez que el conflicto alcanza estos niveles de confrontación violenta, con muertos y
heridos y descontrol del orden social (desastre político), como el ocurrido en Islay, solo el
medidas preventivas para evitar que el mismo conflicto se repita constituyen acciones para
¿Qué tan posible es que el actual gobierno central asuma esas acciones? Por los
negativa. El conjunto de estas acciones corresponde ser ejecutadas por un próximo gobierno
ambientales.