LO QUE DEJAN MIS LATIDOS

El cielo oscuro y la luna llena, representan la nostalgia, la tristeza y la

melancolía de la noche, de esta noche pueblerina, con cierto sabor a
diciembre, en el entorno se alcanza a percibir el silencioso aroma de la
soledad y es que hoy solo nos acompaña la encantadora y esplendorosa luna
de mi tierra, su inmensidad alcanza para llenar de esperanzas las miradas que
lo han perdido todo, alcanza para levantar el alma que yace tirada en el piso
llorando su derrota existencial, y de cierto modo da respiro a los corazones
que en su andar poco a poco las penas han ido ahogando en un mar de
terribles condenas.

La luna es sinónimo de paz, de tranquilidad y armonía, es luz y es magia, es la

lejanía integrada a la idea de tenerla cerca mediante la irracionalidad de la
racional mente humana, es una poesía escrita bajo un palpito de
sentimientos profundos, es el sonido de un viejo acordeón tocado con un
ánimo totalmente descompuesto, esta luna llena que se apodero de la noche
de mi tierra es una belleza natural que enaltece la obra celestial, que
enaltece la creación de todo y que proporciona idilio a las almas buenas.

El cielo está adornado de alegría, de luminosidad, de transparencia, de un

haz que refleja su sencillez bajo un marco de inquietante calma, y es que esa
luna llena que Dios nos regalo es una quimera llena de recuerdos muy
lejanos, esa luna llena es la maravilla de estar vivo representada en un lucero
apartado de todo nuestro sentir y todo lo que rodea nuestras turbulentas
vidas pero que a pesar de todo da esperanzas, además desnuda mis tristezas
en medio de un dolor de alma que no acaba todavía, navega en mis agonías y
me libera de rencores y odios que en mi corazón alguna vez tuvieron espacio.
Sencillamente esa luna llena de mi pueblo satura de vida los corazones.