You are on page 1of 4

Como Dios abrió la puerta a

los gentiles
La iglesia que seguirá triunfante en este siglo, es la iglesia que se
identifica con el propósito de Dios. Hablaremos de Como Dios abrió la
puerta a los gentiles.

A lo largo de la historia, la iglesia, en sus diferentes épocas y lugares, ha


sido usada grandemente por Dios, cuando ella se ha identificado con el
propósito de su Señor.

Pero también la historia demuestra que cuando la iglesia no ha hecho


esto, entonces la iglesia ha sido mermada, incluso, ha fallado en su
propósito, y se ha quedado realmente atrás, y Dios ha tenido que
llamarse a otros para que cumplan su propósito.

O sea que para mantenernos en el lugar que el Señor nos ha colocado,


necesitamos identificarnos siempre con el propósito de él, y no hacer
nosotros un propósito diferente.

En cualquier tiempo, y en cualquier parte del mundo, para que la gente


se salve, Dios mismo quien es el autor y el actor de la salvación, es el
que abre la puerta de la fe, pero esta fe se abre luego que hayan
escuchado el plan de Dios con el hombre.

Se refiere que les abrió la puerta a los gentiles, porque los israelitas
tenían ya siglos de ser el pueblo de Dios.

Ellos también llegaron a ser pueblo de Dios de la misma manera, porque


Dios se reveló a los padres, les hizo promesas y esas promesas son las
que les dieron fe a ellos, y ellos vivieron y anduvieron en esa fe.
Por lo mismo esas promesas se cumplieron es sus vidas y en ese pueblo,
a lo largo de los siglos.

De manera que, desde la salida de Israel de Egipto, hasta la casa de


Cornelio, Dios estuvo tratando con Israel de muchas maneras, en los
diferentes tiempos, porque ese era su pueblo.

Es más, Dios siempre se identificó con ese pueblo, aunque Dios es el


Dios de todo cuanto existe, siempre se ha identificado con aquel que le
ha creído, le ha recibido y ha decidido caminar con él.

También te puede interesar: Nunca camines solo.

Desde el Génesis, Dios siempre se identificó con los padres,


diciendo “Yo soy el Dios de Abraham, yo soy el Dios de Isaac, yo
soy el Dios de Jacob”.

También, de Éxodo en adelante podemos leer miles de veces en la Biblia


que él siempre se identificó diciendo “Yo soy el Dios de Israel”.

Aunque Dios en su providencia tenía cuidado de todas las naciones y de


toda su creación, él tenía un pueblo con el cual se identificó, y con el
cual él quiso andar entre ellos, ser su Dios y que ellos fueran su pueblo.

Entonces, a eso vienen las palabras de Pablo, refiriéndose a su primer


viaje misionero, y cómo llegó el evangelio a todas esas ciudades que se
mencionan en la Biblia, en que esa fue la forma en que Dios le abrió la
puerta de la fe a los gentiles.

Una puerta abierta invita a entrar, una puerta cerrada dice lo contrario.

Entonces, la puerta de la fe se la abrió Dios a las gentes y se la abre a la


gente en cualquier tiempo, y en cualquier parte del mundo, a través de
la predicación de la palabra de Dios, a través del evangelio.
Te recomendamos leer: Qué hermosos es el evangelio.

Por eso Jesucristo no mandó a los discípulos a hacer ceremonias, ni


hacer fiestas, ni hacer tantas cosas que el mundo religioso se ha
inventado.

Se pueden dar conferencia de muchas cosas, porque la época lo


requiere, pero no nos olvidemos jamás, que el evangelio es el que salva
y transforma al hombre.

Jesucristo nos mandó a una sola cosa “Id y haced discípulos a todas
las naciones, doctrinándolos, bautizándolos y enseñándoles que
guarden todo lo que yo os he mandado, y he aquí yo estoy con
vosotros, todos los días hasta el fin”.

Esa promesa está ligada al mandato; pero para contar con esa promesa
hay que obedecer el mandato, o sea que no hay otra manera de que una
persona pueda recibir la fe, sino oyendo el evangelio.

Recordemos lo que el apóstol Pablo dice “todo el que invocare el nombre


del Señor será salvo” pero ¿cómo invocaran a aquel en quien no han
creído?, y ¿cómo creerán en aquel de quien no han oído?, y ¿cómo oirán
si no hay quién les predique?

Así que la fe viene por el oír, y el oír por la palabra de Dios.

Y es bueno, para este tiempo, y especialmente para esta iglesia, que es


notablemente misionera, que todos sigamos el ejemplo que nos dejaron
los apóstoles, y que está registrado en el libro de los Hechos, para no
equivocarnos.

El apóstol Pablo con un llamamiento tan exclusivo, con una designación


tan especial como la que él recibió, como predicador, maestro de los
gentiles en fe y verdad, tuvo ese llamamiento único y no habrá otro
como él.
A Pablo se le puede llamar el “Doctor de la iglesia gentil”.

Sin embargo, él cuando se fue a Tarso, porque en Jerusalén no


recibieron su testimonio, estando allí en su ciudad natal, Bernabé llegó
hasta esa ciudad para invitarlo en la iglesia de Antioquía, y allí se
quedaron todo un año.

Y después de un año de hacer muchos discípulos, es cuando el Espíritu


Santo le dijo “Apartadme a Saulo y a Bernabé para la obra que los
he llamado”.

Después de ese hecho Pablo fue llamado apóstol.

¿Qué significa apóstol?

Apóstol quiere decir enviado, porque realmente, con todo este


movimiento de las misiones, hay los que verdaderamente quieren ir
porque Dios los ha llamado, pero hay los que quieren ir sin que Dios los
haya llamado.

¿Cómo abrió Dios la puerta de la fe a los patriarcas y a Israel? sencillo,


dice “Por la fe, Noé habiendo oído la palabra de Dios, por la fe
habiendo oído palabras respecto a cosas que no se veían, con
temor aparejó el arca en que su casa se salvase”.

Precisamente porque él oyó palabra, Dios se reveló a él, y él le creyó, y


porque le creyó emprendió la labor de hacer el arca, y Dios honró su fe.

You might also like