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Una reacción de oxidación-reducción (redox) es un tipo de reacción química en la cual una

sustancia transfiere electrones a otra sustancia. Aunque es posible que usted nunca haya
escuchado hablar de ellas, las reacciones de oxidación-reducción son muy importantes en
nuestra vida. Por ejemplo, el funcionamiento de la batería de su automóvil se debe a una
reacción de oxidación-reducción. Las baterías que dan la energía a su linterna o a su
calculadora también implican reacciones de oxidación-reducción. El blanqueador que
mantiene su ropa blanca, los antisépticos que lo protegen de infecciones y los
procedimientos que revelan sus fotos son reacciones de oxidación-reducción. La
electrodeposición de los utensilios de plata y joyería, y la producción de microcircuitos de
computadora también dependen de una reacción de óxido-reducción. Más importante aún,
los procesos que su cuerpo realiza para metabolizar los alimentos hasta obtener energía
incluyen reacciones de oxidación-reducción. En este capítulo vamos a ver la naturaleza de
las reacciones de oxidación-reducción y a mostrar cómo balancear ecuaciones que implican
estas reacciones. Como veremos, estas reacciones algunas veces requieren y otras veces
producen electricidad y son la base de diversos productos modernos.
Oxidación y reducción
En el capítulo 15 definimos las reacciones ácido-base como las reacciones en las que hay
una transferencia de protones. Por el contrario, podemos definir las reacciones de
oxidación-reducción (redox)como aquellas reacciones en las que hay transferencia de
electrones. La oxidación, que alguna vez mencionamos sólo para reacciones con el oxígeno,
ahora la definiremos como cualquier reacción química en la cual una sustancia pierde
electrones. La reducción es una reacción química en la cual una sustancia gana electrones.
Una manera de recordar estos dos términos es utilizando nemotecnia —un método
diseñado para ayudar a la memoria. La figura 16.1 aplica esta definición en un ejemplo
químico con calcio que se va a oxidar y azufre que se va a reducir. Sin embargo, cuando en
una reacción química una sustancia se oxida, pierde electrones, y la sustancia que los gana
se reduce. La sustancia que se oxida se llama agente reductor (reductante) porque produce
una reducción en otra sustancia. La sustancia que se va a reducir se llama agente oxidante
(oxidante) porque produce la oxidación en otra sustancia. La oxidación y la reducción van
de la mano. Es algo análogo a prestar dinero y pedirlo prestado. Usted no puede prestar
dinero a menos que haya alguien que le pida prestado. Lo mismo es cierto en la oxidación
y reducción. No puede haber oxidación sin reducción, y no puede haber reducción sin
oxidación. Los electrones no aparecen de manera espontánea; deben venir de alguna parte.
La oxidación siempre acompaña a la reducción, y la reducción siempre acompaña a la
oxidación.
Un número de oxidación (o estado de oxidación) como un número entero positivo o
negativo que se asigna a un elemento en un compuesto o ion. Esta asignación se basa en
ciertas reglas (véase la página siguiente). Un número de oxidación puede ser 0, positivo o
negativo. Se considera que un átomo con número de oxidación 0 tiene la misma cantidad
de electrones que hay en un átomo neutro sin combinar. Se considera que un átomo con
número de oxidación positivo tiene menos electrones que los que hay en un átomo neutro
sin combinar. Se considera que un átomo con número de oxidación negativo tiene más
electrones que los que hay en un átomo neutro sin combinar. Los números de oxidación no
son inherentes a un elemento particular. Antes bien, están asignados de manera que los
químicos puedan utilizarlos como un método de “contabilidad” electrónica. Todos los
átomos tienen un número de oxidación 0 cuando no están combinados. Su número de
oxidación cambia cuando en una reacción ganan o pierden electrones. A un átomo se le
asigna un número de oxidación positivo si pierde electrones (recuerde, los electrones tienen
carga negativa y la pérdida de una carga negativa hace que un átomo sea más positivo). Un
átomo tiene asignado un número de oxidación negativo si gana electrones (queda con carga
más negativa). De esta manera, cuando un elemento se oxida aumenta su número de
oxidación y cuando un elemento se reduce disminuye su número de oxidación. La figura
16.2 ilustra esta relación. En la sección 6.3 vimos algunas reglas para asignar los números
de oxidación (núm. ox.). A continuación, revisaremos estas reglas, las que utilizaremos para
calcular los números de oxidación.
Balanceo de ecuaciones de oxidación-reducción por el método de óxido-reducción.
Las ecuaciones de oxidación-reducción (también se utiliza el término redox) pueden
balancearse por dos métodos: el del número de oxidación (método de óxido-reducción) y
el del ion electrón. El método del número de oxidación puede utilizarse para las ecuaciones
completas (o moleculares) y para las ecuaciones iónicas. Podemos ilustrar ambos tipos con
ejemplos. Al igual que en el balanceo de las ecuaciones completas o moleculares (sección
9.3) y en la representación de las ecuaciones iónicas (sección 15.7), vamos a sugerir unas
cuantas reglas para el balanceo de las ecuaciones de oxidación-reducción por el método del
número de oxidación, un método de balanceo de las ecuaciones de reacción de óxido-
reducción que utiliza los números de oxidación de los elementos que intervienen en la
reacción. Vamos a ver la reacción entre el carbono y el ácido sulfúrico para ilustrar esas
reglas.

1. Determine por inspección cuáles elementos cambian en su número de oxidación. Al


principio puede ser que tenga que calcular el número de oxidación de cada elemento en la
ecuación, pero después de balancear unas cuantas ecuaciones de oxidación-reducción,
debe ser capaz de reconocer los elementos que cambian en su número de oxidación En
nuestro ejemplo, todos los hidrógenos son 1+ y todos los oxígenos son 2-. (El carbono tiene
un número de oxidación 0 en el estado libre). Por tanto, el carbono cambia de 0 a 4+ y el
azufre cambia de 6+ a 4+.
2. Escriba arriba de cada elemento que se oxida o que se reduce su número de oxidación.
Si prefiere puede escribir los números de oxidación abajo de los elementos, pero debe usted
ser consistente. La ecuación del ejemplo es:

3. Determine el número de electrones que pierde o que gana cada uno de los elementos
que sufren un cambio en el número de oxidación. Esto puede hacerse mejor dibujando una
flecha desde el elemento en el reactivo hasta el elemento en el producto, indicando arriba
de las flechas la cantidad de electrones que se pierde o que se gana en el cambio. Un cambio
en el número de oxidación de 0 a 4+ implica una pérdida de cuatro electrones (recuerde,
los electrones son negativos). Un cambio de 6+ a 4+ es una ganancia de dos electrones. La
ecuación ejemplo se vuelve:

4. Balancee el número de electrones que se pierden y el número de electrones que se


ganan, colocando los coeficientes antes de estos números de manera que el número total
de electrones que se pierde sea igual al número total de electrones que se ganan. Así, en
nuestra ecuación ejemplo debemos multiplicar del número de electrones que se ganan (2)
por 2 (en rojo) y del número de electrones que se pierden (4) por 1 (en azul) de manera que
el número total de electrones que se pierden sea igual al número total de electrones que
se ganan (4).

5. Coloque estos coeficientes antes de las fórmulas correspondientes de los reactivos y


complete el balanceo de la ecuación. Si después tenemos que duplicar el coeficiente de la
sustancia oxidada o reducida, también debemos duplicar el coeficiente de la sustancia
reducida u oxidada, respectivamente. Debemos hacerlo así para que la cantidad total de
electrones que se pierden sea igual a la cantidad total de electrones que se ganan. Nuestra
ecuación ejemplo es:
Coloque una marca de verificación sobre cada uno de los átomos en ambos lados de la
ecuación para asegurarse de que la ecuación está balanceada. Verifique también que en la
ecuación los coeficientes se encuentren en la menor proporción posible. En las ecuaciones
iónicas, las cargas netas en ambos lados de la ecuación deben ser iguales. Por tanto, la
respuesta a nuestro ejemplo es:

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