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INFORMACIÓN Y COMUNICACIÓN

DE RIESGOS EN EMERGENCIAS QUÍMICAS


Por Iris Regina F. Poffo

1. Introducción

Los graves accidentes ocurridos en varios países en las décadas de los setenta y ochenta
dejaron en evidencia que este tipo de evento con sustancias químicas peligrosas podría
causar muertes y provocar lesiones significativas en las personas. Weyne (1988 apud
Serpa y Prado-Monje, 2000) comenta que la gravedad de estos accidentes se volvió una
preocupación permanente de las autoridades gubernamentales, de la misma comunidad y
de la industria, la cual ve su imagen afectada en estos episodios frente a los medios de
comunicación.

Frente a estos hechos, la información y la comunicación de riesgos pasaron a ser


recursos de extrema importancia durante los desastres químicos, en la prevención y en
las operaciones de respuesta. Cuando estas se utilizan de manera correcta permiten
optimizar las acciones de combate y minimizar los daños a la población y al ambiente.

El proceso de comunicación de riesgos en emergencias químicas es un asunto complejo,


que empieza con pocas personas pero cuando las acciones de respuesta van
desarrollándose, muchos actores se involucran directa e indirectamente y muchos son los
diferentes intereses particulares y conflictos que deben ser administrados (POFFO, 2006).

2. Conceptos y definiciones

Comunicación de riesgos: una de las definiciones más adoptadas, incluso pelo Curso
de Autoaprendizaje en Comunicación de Riesgos de la OPS, es de National Research
Council de los Estados Unidos (1989): un proceso interactivo de intercambio de
Información y de opiniones entre individuos, grupos e instituciones. Es un dialogo en el
cual se discuten múltiples mensajes que expresan preocupaciones, opiniones o
reacciones a los propios mensajes o arreglos legales e institucionales del manejo de
riesgos…"

Para efectos de este texto se entenderá como el flujo de mensajes entre todos los
involucrados, directa e indirectamente, en las acciones de prevención y en las
operaciones de respuesta a emergencias y desastres químicos.

Información de riesgos: información, de acuerdo con Ferreira (1988) es el acto de


transmitir aclaraciones, informes, noticias sobre algo o algún acontecimiento o hecho de
interés general que se hace de conocimiento público al ser divulgado por los medios de
comunicación.

Para efectos de este texto se entenderá como la divulgación de informes y hechos


relacionados con las acciones de prevención y las operaciones de respuesta a
emergencias y desastres químicos.

De acuerdo con Rector y Neiva (1997), la diferencia entre información y comunicación es


que la información es un proceso unidireccional prácticamente estático, es decir, a partir
de un emisor (ej.: industria) el hecho (accidente ambiental) es divulgado al receptor (ej.:
órgano ambiental). La comunicación es un proceso multidireccional, dinámico, es decir, la
1
información o el hecho “ida y vuelta” entre el emisor y el receptor y tiende a crecer a
medida que se incorporan nuevos informes al contexto.

Riesgo: es la probabilidad o frecuencia esperada de ocurrencia de los daños resultantes


de la exposición a las condiciones adversas o a un evento indeseado (LIMA y SILVA,
1999). Para CETESB (2003) es la medida de daños a la vida humana, resultante de la
combinación entre la frecuencia de la ocurrencia y la magnitud de las pérdidas o daños
(consecuencias), entendiéndose por frecuencia, el número de ocurrencias de un evento
por unidad de tiempo. Para OPS, se entiende por la probabilidad de que se presente un
daño, como resultado de la exposición a un agente, sea este químico, físico o biológico.
Muchas veces la palabra risco es empleada como sinónimo de peligro.

Shareder-Frechette (1994) entienden que el riesgo se puede escoger voluntariamente o


puede ser impuesto. Por ejemplo, en el caso de una industria química, el riesgo voluntario
cubre los riesgos asumidos por los brigadistas cuando se exponen a acciones de
combate, mientras que el riesgo involuntario cubre los peligros a los que está expuesta la
población circunvecina por vivir o trabajar cerca de un lugar peligroso.

Riesgos objetivo y subjetivo: de acuerdo con Nardocci (2002) el riesgo objetivo se


estima a partir de cálculos estadísticos y metodologías cuantitativas, mientras que el
riesgo subjetivo se evalúa con base en juicios intuitivos. Lave (1987) comenta que las
personas tienen su propia percepción de riesgo y se vuelven inseguras cuando piensan
en situaciones que impliquen un peligro para sus hijos o para ellas mismas.

3. Breve panorama histórico internacional

El proceso de información y de comunicación de riesgos empezó a ganar importancia


después de los desastres químicos ocurridos en varios países, principalmente entre los
años setenta y noventa, de los cuales destacan los presentados en el cuadro 1.

Cuadro 1 – Ejemplos de desastres químicos internacionais (1970 – 1985)

Año Lugar Ocurrencia Consecuencia


Explosiones de tanques de
Rio de Janeiro
1972 almacenamiento de gas licuado de 38 muertes y 53 heridos
(Brasil)
petróleo (GLP)
Flixoborough Explosión en industria química
1974 28 muertes y 89 heridos
(Inglaterra) liberando nube de vapor de ciclohexano
Cartagena, Explosión en fábrica de fertilizantes
1974 21 muertes y 53 heridos
(Colombia) liberando vapores de amoniaco
Seveso Derrame en industria química liberando
1976 700 personas contaminadas
(Italia) dioxina, formando nube tóxica
Ciudad de México Explosión de esfera con gas licuado de
1984 500 muertes
(México) petróleo (GLP)
Bhopal Accidente en industria química con 2.500 muertes y 200 mil
1984
(India) derrame de metil isocianato personas contaminadas
1984 Cubatão Ruptura de oleoducto con derrame de 93 muertes, heridos y 500
(Brasil) gasolina seguido de incendio desamparados
Fonte: Freitas, Porto y Machado, 2000

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La opinión pública, la comunidad científica y la prensa se manifestaron “acaloradamente”
después de tales ocurrencias y, entre otras críticas, sostuvieron que si se hubiera
informado previamente a la sociedad sobre los riesgos a los que estaba expuesta y
orientado sobre cómo proceder en situaciones de emergencia, se hubieran podido evitar
muchas muertes. En relación con esto, se comentarán dos casos con énfasis en los
aspectos de información y comunicación de riesgos: el de Seveso, en Italia y el de Bhopal,
en India.

3.1. Accidente de Seveso

En 1976, debido a un accidente ocurrido en la industria química en la ciudad de Meda


(Italia), se formó una nube tóxica que se expandió en un radio de 6 km y afectó
directamente cuatro municipalidades, de las cuales Seveso fue la más afectada. La
investigadora Bruna de Marchi (2002) analizó este episodio y comentó que en ese tiempo
ni las autoridades públicas, ni las sanitarias, ni las municipalidades vecinas sabía que la
municipalidad estaba en situación de peligro debido al derrame de dioxina (sustancia
tóxica usada en la composición del plaguicida conocido como “agente naranja”, usado en
la guerra de Vietnam en los años sesenta).

Dado que los animales domésticos empezaron a morir y los niños empezaron a presentar
problemas en la piel (Cloracné), las personas entraron en pánico y no sabían qué hacer,
ya que había una falta total de información sobre el escenario del accidente dentro de la
industria y sobre los efectos tóxicos de la dioxina a los seres humanos.

La empresa solo emitió un comunicado público oficial sobre el asunto nueve días después
del accidente, es decir, nueve días después de que las personas habían sido expuestas.
Según Marchi (2002), a pesar de tener conciencia de la gravedad del accidente y de los
riesgos que podrían sufrir las personas, se decidió reservar esta información debido a que
había mucho clamor público y tanto las autoridades como los representantes de la
empresa no sabían cómo proceder.

Las autoridades decidieron evacuar solo a los habitantes más cercanos de la industria,
obligándolos a salir de sus casas de manera apurada y llevándolos a un lugar con poca
infraestructura. El gobierno italiano llegó a permitir que mujeres embarazadas practicaran
aborto si lo deseaban. La situación acabó generando más pánico y revuelta, considerando
que los movimientos sindicalistas y feministas eran muy fuertes en la región.

Directiva de Seveso

Trás este episodio, consciente de los peligros a los cuales estaba expuesta, recordando
también el accidente ocurrido dos años antes en Flixoborough (Inglaterra), la sociedad
creó un movimiento popular que exigía medidas para prevenir estos accidentes o para
limitar sus consecuencias. Por ello, la Comunidad Europea, actualmente Unión Europea,
desarrolló un documento legal, común a todos los países europeos, el cual quedó
conocido como la Directiva de Seveso (Directiva 82/510/CEE de 24.06.1982). La finalidad
de este documento es “prevenir accidentes graves con sustancias peligrosas y limitar sus
consecuencias para el hombre y el ambiente, considerando asegurar, de manera
coherente y eficaz, niveles de protección elevados para toda la Comunidad Europea”
(http://europa.eu/scadplus/leg/pt/lvb/l21215.htm).

De acuerdo con Marchi (2002), la versión original tuvo varias alteraciones. La primera en
1988 y la segunda en 1996, después del incendio en una industria en la ciudad de

3
Schweizerhalle (Suiza), cuya sustancia involucrada no había sido considerada
inicialmente peligrosa, y del accidente de Bhopal (India). La versión más actual es la de
2003 (Directiva 2003/105/CE), disponible en:
(http://europa.eu/scadplus/leg/pt/lvb/l21215.htm).

3.2. Accidente de Bhopal

Las consecuencias a la salud de las personas en el accidente de Bhopal fueron peores


que en Seveso, principalmente porque la población más afectada era constituida por
personas pobres que vivían en viviendas precarias. El accidente ocurrió en la Union
Carbide, empresa de EEUU, con el derrame de metil isocianato que causó la muerte de
2.500 personas y contaminó aproximadamente a 200 mil habitantes (WEYNE, 1998 apud
SERPA y PRADO-MONJE, 2000). Según Marchi (2002) al igual que en otros casos en
Europa, no se había informado a los habitantes sobre los riesgos a los que estaban
expuestos al vivir cerca de esta fábrica. Por otro lado, no tenían las mismas condiciones
culturales para reivindicar sus derechos como lo hicieron los europeos.

3.3. Repercusiones

Las críticas de los científicos y de los medios en la época consideraron que las
autoridades y las empresas demoraron en publicar la noticia de los accidentes, tanto en
Italia como en India. Marchi comenta que si se le hubiera avisado más temprano a los
italianos y a los indios sobre las nubes tóxicas, sus posibles consecuencias y cómo
deberían haber actuado, los impactos sociales habrían sido menores. Sostiene que se
podrían haber dado orientaciones simples a las personas, como cerrar las ventanas de
sus casas, cubrirse el rostro y el cuerpo con toallas y sábanas humedecidas para evitar
problemas respiratorios y lesiones en la piel. Sin embargo, la investigadora recuerda la
necesidad de considerar las diferencias socioeconómicas de las dos regiones, es decir, en
Bhopal las personas no podían encerrarse en sus casas porque no tenían ventanas y no
se podían cubrir porque probablemente no tenían toallas.

Con base en estos hechos, la Directiva de Seveso incluyó un artículo específico sobre
comunicación preventiva de riesgos, el cual indica que se debe informar a las personas
sobre los riesgos (peligros) a los que están expuestos, sobre las medidas de seguridad
que haya implementado la industria y sobre cómo deben proceder en el caso de un
accidente. Es decir, es una combinación de dos principios, como comenta Marchi (2002):
“el derecho de saber” a qué riesgos están expuestos y el “de la necesidad del saber”,
considerando que cuando las personas saben pueden prepararse para actuar mejor en
caso de un desastre.

Sin embargo, esta no fue una tarea fácil. La investigadora cita que en la época hubo
mucha resistencia en Europa, porque tanto las autoridades como los representantes de
las industrias partían de la premisa de que no se debería informar a las personas sobre
los riesgos a los que estaban expuestos, “ya que no entenderían”. No obstante, había
otros factores implícitos: el recelo de que la imagen de las industrias pudiera
comprometerse con la divulgación de esta información, la incertidumbre de que la
información transmitida pudiera generar desconfianza y pánico y la falta de preparación
del gobierno y de las empresas para dialogar con la población, la falta de recursos
financieros y las divergencias entre los especialistas sobre las siguientes preguntas:

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- ¿Qué información se debería transmitir a la comunidad?
- ¿Qué se podría abordar y qué no?
- ¿Cómo se deberían transmitir estas informaciones?
- ¿Qué tipo de accidente se debería abordar? ¿El más probable (menos peligroso) o el
menos probable (más peligroso)?
- ¿A quién se debería transmitir esta información (público destinatario)?
- ¿Solo se debería informar o es necesario que se haga seguimiento?
- ¿Cuáles son los medios que se deben emplear en este proceso de comunicación?
- ¿Cómo se debe preparar a la comunidad para actuar en situaciones de emergencia?
- ¿La comunidad también podría colaborar comunicando un derrame?

Las respuestas a estas y otras preguntas son fundamentales para nortear y fundamentar
el proceso de información y de comunicación de riesgos.

Asimismo, después de Bhopal, el congreso de los EEUU exigió que se hicieran públicas
todas las informaciones sobre riesgos industriales que acompañaban los planes de
emergencia. En 1986, surgió el decreto Community Right to Know Act y después, en
1990, la sección 112 del Clean Air Act (JOHNSON y CHESS, 2003). Así, las industrias
químicas deberían elaborar programas de gestión de riesgo (PGR) que contemplaran los
peores escenarios de accidentes con sustancias químicas tóxicas o inflamables para la
población vecina y divulgarlos públicamente. Al menos un “grupo activista local”, es decir,
asociación de habitantes o grupos ambientalistas, deberían trabajar con la industria para
publicar la “Guía del Ciudadano” donde constarían las explicaciones sobre el PGR y
sobre las consecuencias de los accidentes.

Como ejemplo de lo que ocurrió en Europa, Johnson y Chess (2003) comentan que esta
exigencia generó mucha polémica en EEUU. Las industrias pusieron resistencia pensado
en su imagen y seguridad, con la excusa de que la divulgación de los peores escenarios
podrían alarmar a las personas y facilitar eventuales ataques terroristas. Los
ambientalistas sostuvieron que el conocimiento de tales informaciones era importante
como medio de protección a la salud pública. La Agencia Ambiental de los Estados
Unidos (USEPA) a su vez, trató de convencer a la industria sobre la utilidad de este
proceso. El gobierno decidió limitar la publicidad sobre los detalles de los peores
escenarios. Finalmente, se publicaron varios folletos sobre el tema, los cuales recibieron
críticas de sindicalistas y ambientalistas. A lo mejor el trabajo fue hecho.

3.4. Programas internacionales de apoyo

Los desastres químicos mencionados motivaron a las instituciones internacionales a


movilizar esfuerzos para desarrollar programas de apoyo, tanto en las acciones de
prevención como de preparación para enfrentar ocurrencias de gran magnitud y también
para proveer material de apoyo con el fin de fundamentar los trabajos de información y de
comunicación de riesgos. Además de la Directiva de Seveso, ya comentada, destacan:

CAER: Community Awareness and Emergency Response


Programa creado en 1985, coordinado por la CMA (Chemical Manufacteurs Association) o
Asociación de los Fabricantes Químicos de los EEUU. Su objetivo es desarrollar planes
locales de respuesta para las emergencias químicas, integrando los planes de las
industrias y atendiendo a los órganos gubernamentales y la comunidad. Para saber más:
http://www.caer-mp.org;

Prevención de accidentes industriales mayores de la OIT

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Programa de recomendaciones para la prevención de accidentes industriales ampliados
de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), orientado a ayudar a los países en el
control de la manipulación de sustancias peligrosas, a fin de proteger a los trabajadores,
la población y el ambiente. Para saber más: http://www.ilo.org/global/lang--en/index.htm;

IPCS – International Programme on Chemical Safety


Programa desarrollado a partir de 1980, por el Programa de las Naciones Unidas para el
Ambiente (PNUMA), por la Organización Mundial de Salud (OMS) y por la Organización
Internacional del Trabajo (OIT). Tiene por finalidad proveer informaciones científicas, en
ámbito internacional, para que los países puedan desarrollar sus propias acciones de
seguridad química y también, para que mediante la cooperación internacional, puedan
fortalecer los medios de prevenir las emergencias químicas y remediar sus
consecuencias. Para saber más visite: http://www.who.int/ipcs/en.

APELL - Awareness and Preparedness for Emergency at Local Level


El Proceso de Preparación y Alerta para Emergencia Local fue preparado por el Programa
de las Naciones Unidas para el Ambiente (PNUMA) a partir de 1988. Tiene por finalidad
preparar y orientar a la comunidad para actuar en situaciones de riesgo en la actividad
industrial, portuaria, de minería, de transporte terrestre y también desastres naturales. Se
basa en la cooperación entre instituciones públicas, privadas y comunitarias. Espera
promover una mayor concientización y desarrollar mejor la capacidad de movilización de
la población local, en cuanto a los peligros a los que está expuesta frente a un gran
accidente. También pretende preparar los servicios de atención en situaciones de
emergencia, con sistemas adecuados de información y de coordinación, minimizando la
situación de pánico y optimizando la atención de las personas. Para saber más:
http://www.uneptie.org/pc/apell

4. Proceso de información y de comunicación de riesgos

El proceso de información y de comunicación se hace presente en las emergencias


químicas, tanto en las acciones de prevención como en las operaciones de respuesta
(cuadro 1):

Cuadro 1: Proceso de información y comunicación de riesgos en


emergencias químicas

Acciones de prevención Acciones de respuesta


Elaboración de estudio de análisis de riesgo en Información del accidente a los órganos
una empresa u otra fuente potencial competentes
Identificación de los principales problemas de Accionamiento de los grupos de combate
comunicación existentes en la empresa
(aspectos humanos y operacionales)
Información de los resultados obtenidos en los Evaluación del escenario de accidente y toma
ítems anteriores a los funcionarios de la de decisiones en el proceso de atención
empresa
Elaboración del plano de comunicación de la Coordinación de la operación de emergencia
empresa, internamente y con órganos externos
Realización de entrenamientos y simulacros Orientación a los equipos involucrados en los
sobre comunicación y sobre acciones de frentes de trabajo
respuesta en la misma empresa y con actores
externos

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Acciones de prevención Acciones de respuesta
Desarrollo de estudios de percepción de riesgos Evaluación de las consecuencias (daños a la
con los funcionarios de la misma empresa salud pública, a la seguridad, al ambiente)
Identificación y caracterización de la población Contacto con la comunidad
vecina a una planta industrial o semejante
Desarrollo de estudios de percepción de riesgos Diseminación de informaciones técnicas a los
con la población vecina medios de comunicación
Preparación de la comunidad para actuar en Divulgación de informaciones e imágenes por
situaciones de emergencia los medios de comunicación
Capacitación de profesionales involucrados en Decisión para el cierre de los trabajos y
las emergencias químicas para comunicación evaluación de los pros y contras de la
operación

4.1 Acciones de prevención

Para minimizar las consecuencias negativas a la población y al medio ambiente debido a


los desastres químicos, el proceso de comunicación de riesgos deberia constar del plan
de acción de emergencia de una empresa (mirar el ítem 5.1.2).

4.1.1 Plan de comunicación de riesgos con la comunidad

Teniendo como base el Estudio de Análisis de Riesgo, la empresa debe tener mejor
conocimiento sobre los posibles escenarios de accidentes y sobre los riesgos sociales y
ambientales relacionados con su actividad y así justificar el plan de comunicación con la
población vecina de la empresa. Por consiguiente, es necesario definir claramente si el
escenario de peor descarga será el enfoque principal o no y cuál será la comunidad
objetivo.

Beth Fernandes, de la Elabore Assesoria Estratégica em Meio Ambiente, experta en


comunicación de riesgos, resalta que antes de que la empresa estructure el plan de
comunicación con la comunidad vecina a la empresa, es fundamental iniciar este proceso
dentro de la empresa, incluso porque es probable que muchos de sus funcionarios vivan
en las inmediaciones y se transformen en agentes facilitadores de contacto con los
habitantes de los distritos más cercanos (Ambiente Global, 2006).

Entre los principales temas que se van a abordar en este trabajo destacan: la evaluación
de los escenarios de accidentes, la elaboración de los criterios de tolerabilidad, la
identificación de los riesgos objetivos y subjetivos, la evaluación de los impactos
socioambientales previstos, el conocimiento sobre las hojas de seguridad de los productos
químicos manipulados por la empresa, la evaluación de los procedimientos de seguridad y
la divulgación del contenido del plan de acción de emergencia de la empresa,
procedimientos de abandono y rutas de fuga. Estos temas también pueden incluir el
proceso de comunicación con la comunidad, el cual se podrá guiar mediante los
siguientes procedimientos, elaborados con base en las metodologías que se están
usando para implementar el programa APELL.

A. Identificación del público objetivo: con base en los estudios de análisis de riesgos
se pueden identificar los distritos o áreas más vulnerables en el caso de un accidente
considerado peor caso (situado en la zona caliente y tibia).

B. Caracterización del público objetivo: la aplicación de cuestionarios y entrevistas a


los habitantes de los distritos elegidos permite obtener las siguientes informaciones
fundamentales para facilitar la estructura del plan de evacuación: grupo de edad,

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deficiencias de movilidad (personas con muletas o en silla de ruedas), deficiencias
visuales y auditivas, presencia de animales domésticos, disponibilidad de medios de
locomoción propia, medios de comunicación más usados (radio, televisión), posibles rutas
de fuga. En esta fase también se puede identificar a personas que presenten un perfil de
liderazgo.

C. Puntos de encuentro social: identificación de lugares más frecuentados por la


comunidad, tales como clubes, centros religiosos, escuelas, entre otros. Estos datos
también ayudarán a encontrar lugares que ocasionalmente se podrían usar como punto
de encuentro y de refugio en caso de emergencia, por lo que es importante evaluar si está
situado en la zona fría, es decir, fuera de peligro.

D. Preparar estrategias para que la empresa entre en contacto con la comunidad a


fin de manejar miedos e incertidumbres en relación con las actividades peligrosas
desarrolladas en la instalación y mostrar inversiones en el área de seguridad, salud y
ambiente. Esta fase puede incluir organización de visitas monitoreadas al interior de la
misma empresa; investigar sobre la percepción de riesgo, visitar escuelas, organizar
concursos literarios o dibujos sobre temas relacionados con la percepción de riesgos; usar
puntos de encuentro social para presentar películas famosas e institucionales; promover
eventos culturales preparados por la misma comunidad (feria de ciencias, presentaciones
teatrales o musicales), divulgar material informativo mediante folletos, carteles, periódicos
de la ciudad y programas informativos en radios locales.

De acuerdo con Marchi (2002), también es importante desarrollar este tipo de actividades
para que las personas puedan oír, comprender y confiar en las informaciones recibidas y
después asimilarlas e implementarlas en su vida diaria. Ella cree que no basta proveer la
información a las personas, es necesario crear mecanismos de aprendizaje para fijar
estos conceptos, partiendo del presupuesto de que las personas olvidan la información
recibida y que es necesario actualizarla en función de los cambios de las actividades de la
empresa.

E. Estructurar el plan de acción de emergencia junto con la comunidad: organizar un


grupo de trabajo participativo, con liderazgo de los habitantes y personas de confianza de
la población tales como representantes de asociaciones de habitantes, de escuelas, de
centros religiosos y de clubes, así como de instituciones oficiales con las que se tenga
bastante credibilidad. Por ejemplo, el cuerpo de bomberos y de defensa civil, entre otras.
Presentar, de manera simple, didáctica e interactiva, el resultado de la investigación sobre
percepción de riesgos, en caso de haberse realizado, los principales objetivos del plan, los
escenarios de accidentes, los peligros a los que podrá estar expuesta la comunidad y las
acciones de prevención y de respuesta previstas. Elaborar, en conjunto, procedimientos
de alerta, de movilización y evacuación (de ser necesario) de habitantes y mascotas y
definir las rutas de fuga, los medios de transporte que se van a usar, los puntos de
encuentro y las áreas de refugio. Esta etapa es muy trabajosa, ya que puede ser
necesario gerenciar varios tipos de conflictos.

Nardocci (2002) comenta que las personas tienden a percibir riesgos menores cuando
perciben beneficios mayores, es decir, si perciben que hay algún tipo de compensación.
Sin embargo, alerta que no siempre esta asociación es directamente proporcional, es
decir, la población no siempre estará dispuesta a cambiar un riesgo por un beneficio y no
todos los riesgos se podrán compensar. Johnson y Chess (2003) identificaron que las

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personas que de alguna manera dependen de la industria (funcionarios o pariente de
funcionarios) tienden a presentar una visión más positiva de la instalación que las que no
tienen ningún vínculo.

F. Poner en práctica el plan de preparación y de alerta: organizar capacitaciones


teóricas y prácticas con la comunidad, tales como de primeros auxilios, de combate contra
incendios, de actividades recreativas con evacuación por las rutas de fuga hasta los
puntos de encuentro y, finalmente, organizar simulacros abiertos, que se podrían concluir
con alguna presentación musical o “festividad” gastronómica, de acuerdo con las
costumbres y tradiciones culturales del lugar.

5. Comunicación de riesgos en las acciones de combate


La información inmediata sobre el inicio de la ocurrencia a los órganos competentes, pela
empresa siniestrada, es muy importante para minimizar las consecuencias de las
emergencias químicas.

En Brasil, este procedimiento es obligatorio por la Ley Federal n.° 9.605/1998 - Art. 14
(BRASIL,1998) y la Ley Federal n° 9.966/2000 - Art. 22 (BRASIL, 2000).

5.1.1 Actores involucrados

El accidente ambiental se podrá constatar e informar mediante los actores:


- operador o vigilante, en caso de tratarse de una instalación industrial, portuaria, de un
terminal químico o petroquímico, por ejemplo;
- policía civil o militar o incluso representante de una empresa concesionaria de
carreteras y ferrovías;
- representante gasolineras;
- representante de la sociedad.

Posteriormente, se van involucrando otros actores, como el coordinador de la operación;


los equipos de campo responsables por las actividades de contención, recoleción y
transferencia de la sustancia química liberada; los representantes del contaminador y del
órgano ambiental; los profesionales de defensa civil, el cuerpo de bomberos, socorro
médico y seguridad y las personas encargadas de prestar soporte logístico necesario
(suministro de energía, de equipos, de alimentación y de transporte).

Según Rector y Neiva (1997), el Sistema de Comunicación de Riesgos en Emergencias


Quimicas es un proceso dinámico y adaptable porque comienza de manera simple,
básicamente entre la persona que informa el derrame de una sustancia química y el
receptor de este mensaje, que es quien empieza a tomar medidas para controlar la
situación. Este sistema pasa gradualmente por un proceso de alimentación, a medida que
engloba nuevos actores e innumerables secuencias de mensajes. Los hechos y las
opiniones van y vienen (feedback y feedforward), en situaciones muchas veces inusitadas,
las cuales exigen que todos hagan mucho esfuerzo para hacerse entender,
principalmente en la coordinación de la emergencia.

5.1.2 Plan de comunicación de la empresa

Para optimizar las acciones de respuesta a las emergencias quimicas es importante


disponer de un plan de comunicación interno (da empresa) y externo.

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El plan de comunicación da empresa incluye preparar una lista con los nombres y medios
de contacto (números de teléfono y frecuencia de radio) que se van a usar en caso de una
emergencia y colocarla en un lugar fácil de visualizar. Una vez que se haya preparado
esta lista, se debe crear el hábito de promover pruebas de comunicación entre los
operadores y los gerentes (dentro y fuera de las horas de trabajo) y evaluar los puntos de
mejora: lenguaje usado, cantidad y calidad de los instrumentos usados e identificación de
puntos neutros donde no funcionen radios ni teléfonos mobiles.

Además del plan de comunicación interno, la empresa debe preparar y mantener


actualizado el plan de comunicación externo que debe incluir nombres y medios de
contacto de todas las instituciones que puedan participar en caso de emergencia. La
validación de este plan también exige organizar simulacros frecuentes y en horarios
alternados, durante el día y la noche. Asimismo, es importante verificar si los radios
comunicadores de una empresa pueden operar con los radios comunicadores de otras
instituciones, como por ejemplo, de los bomberos y de la defensa civil. Identificar también
los puntos neutros.

Después de realizar un simulacro o una operación de emergencia, es recomendable que


la gerencia de la empresa se reúna con los grupos involucrados en las acciones de
combate para evaluar la calidad de la comunicación en el evento e indicar qué aspectos
se deben mejorar.

5.1.3 Calidad de la comunicación

Según Henderson (2004), frecuentemente se asume que las principales causas de los
accidentes, por ejemplo en las industrias y en los terminales químicos, están relacionadas
con deficiencias por parte de los individuos involucrados, como fallas en cumplir
completamente su trabajo, imprudencia en los procedimientos operacionales, falta de
competencia, entre otros motivos. En general, se da poca importancia a otras causas,
como deficiencias en la capacitación, deficiencia en las instrucciones por parte de los
supervisores, falta de seguimiento gerencial, errores en los procedimientos operacionales
y fallas en el modelo de comunicación, que pueden crear las condiciones que causan los
accidentes. Según este autor, la calidad de la comunicación es fundamental.

Para evitar fallas de comunicación y errores operacionales, es muy importante que las
informaciones y las instrucciones sean eficientes y claras, entre la sala de control y los
operadores que están en el área externa de la instalación, así como entre la sala de
control y todos los demás sectores de la empresa. Además, la calidad de la comunicación
también depende del buen funcionamiento de los radios comunicadores y de los
instrumentos telefónicos disponibles. De no ser así, en el caso de una emergencia
química es probable que la eficiencia de las acciones de combate no sean eficaces y que
se puedan agravar el impacto socio ambiental.

Ejemplos de fallas simples de comunicación al inicio de un accidente:

- La sala de control de un órgano de emergencias química es informada de un escape


de una sustancia química, pero la persona que recibió la llamada no se atentó sobre la
dirección correcta de la industria y repasó una información equivocada para el equipo
de guardia, el cual tuvo dificultad para llegar al local del accidente;

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- Un camión tanque con producto químico se chocó con otro camión tanque que estaba
vacío. Las primeras informaciones que llegaron sobre el número ONU del producto
derramado fueron del camión vacío o sea, de un producto inflamable y toxico pero en
verdad era sólo inflamable.

Ejemplo de una falla más compleja:


El accidente de la Baia de Guanabara, Rio de Janeiro (Brasil) ocurrido en el año 2000,
ilustra la importancia de la calidad de la comunicación, principalmente al inicio de una
ocurrencia. La ruptura de un oleoducto causó el derrame de 1.300 m³ de aceite
combustible marino (MF 380), que causó un grave impacto ecológico y socioeconómico
en la región. El bombeo del producto en la refinería hacia el terminal de almacenamiento
empezó a la una de la mañana. La sospecha del derrame empezó alrededor de las cinco
de la mañana, cuando los operadores del terminal observaron la diferencia entre el
volumen bombeado y el volumen recibido, con divergencia de opiniones entre los
operadores de ambas instalaciones. Durante la inspección a las 05:25 A.m., no se había
encontrado ninguna anormalidad en la línea, pero seguía la diferencia de volumen. Esto
indica que así mismo con cierta incertidumbre de una fuga del producto, el bombeo no fue
interrompido. Se informó al gerente de la refinería a las 6:50 A.m. El derrame se constató
únicamente a las 09:45 A.m. cuando, al sobrevolar el área, se observó una gran mancha
de aceite (MILANELLI et alli, 2000).

Por lo tanto, las acciones de combate se empezaran demasiado tarde y Henderson (2004)
estava certo por afirmar que la calidad de la comunicación es fundamental.
.
Así, para evitar el agravo de los riesgos y de sus consecuencias es fundamental que las
fuentes potenciales de accidentes ambientales, como industrias, terminales químicos y
petroquímicos, empresas responsables por el transporte de cargas peligrosas, entre otras,
cuenten con un buen plan de comunicación interno, con procedimientos que se deben
adoptar internamente, accionando a las personas responsables dentro de la empresa,
incluso en caso de duda de una ocurrencia real. Además, también es esencial que
contenga procedimientos para accionar a las instituciones competentes sobre las
emergencias químicas, como los órganos ambientales y de salud, el cuerpo de bomberos,
la defensa civil, empresas especializadas en acciones de combate, hospitales, entre otros.

5.2 Procesos de comunicación en las operaciones de respuesta

Dado que la magnitud de la ocurrencia varía de acuerdo con el volumen liberado, el tipo
de sustancia química involucrada y la sensibilidad del área afectada, existen dos procesos
diferentes de comunicación en emergencias químicas: uno con ocurrencias de poca
magnitud y otro con ocurrencias de magnitud mediana a grande, teniendo en común
solamente procedimientos iniciales.

El primer caso cubre mensajes sobre la detección e interrupción de la fuente del derrame,
el tipo de producto involucrado, las acciones de combate pertinentes y las consecuencias
generadas, las cuales se espera que sean mínimas y con pocas probabilidades de causar
daños ecológicos y sociales. La dinámica es mayor en los casos de ocurrencias de
magnitud mediana y grande. En el segundo caso, el proceso de comunicación inicial es
idéntico al anterior. Sin embargo, como el volumen liberado es mayor y se trata de una
sustancia peligrosa, será más difícil contenerlo y removerlo en la fuente del derrame
durante las primeras horas, por lo que es necesario usar y orientar más trabajadores en
esta operación, algunas veces debidamente equipados.

11
Las posibilidades de impacto ecológico y social también serán mayores debido a la
amenaza de que algunas áreas sensibles sean afectadas, como residencias, fuentes,
plantas de captación de agua, playas, manglares y unidades de conservación, entre otras.
Dado que es muy probable que haya víctimas y mortandad de aves y peces, es necesario
crear más frentes de trabajo y solicitar la presencia de especialistas. También se podrán
llamar a voluntarios para que ayuden en los trabajos. Será necesario capacitarlos para
que sepan cómo deben actuar. De hecho, estos accidentes atraerán la atención de los
medios de comunicación, de curiosos, de oportunistas y de las autoridades.

El flujo de comunicación en una operación de emergencia involucra varios actores,


quienes tienen una visión particular de los hechos, intereses que defender y su propia
percepción del riesgo ambiental. Estos actores presentan comportamientos específicos
determinados por las reglas de convivencia o por imposiciones de los sistemas en los que
participan. Tales comportamientos reciben diferentes tipos de influencia, provenientes de
la misma situación tensa de manejar un evento indeseado e inesperado, así como
también de las presiones que surgen de todos lados para minimizar los impactos lo más
rápido posible (POFFO, 2006).

Como cita Amaral y Silva (2004), los choques de estas influencias pueden ocasionar
situaciones conflictivas entre los involucrados que muchas veces no se pueden negociar y
que, incluso, pueden influir en el buen desempeño en los trabajos de campo. Sin
embargo, con el pasar de los días los frentes de trabajo disminuyen, la operación de
emergencia termina y todos regresan a las actividades rutinarias.

5.2.1 Recursos de comunicación que se pueden usar en emergencias químicas

Existen muchos recursos de comunicación disponibles que los técnicos involucrados en


las emergencias químicas pueden usar entre ellos y entre ellos y los demás actores.
Adaptando el modelo propuesto por Ruesch y Bateson (apud BERLO, 1989), se pueden
citar:

- comunicación verbal: uso de la voz por intermedio de instrumentos de comunicación,


como radios y teléfonos, para transmitir informaciones entre los técnicos involucrados
en las operaciones de campo y entre ellos y la coordinación general;
- comunicación escrita: transmisión de informes y relatos sobre la ocurrencia y sobre el
desarrollo de las actividades entre los técnicos involucrados en la operación y entre el
coordinador y las autoridades, realizada por fax o por correo electrónico;
- comunicación gestual: uso de señales con las manos, básicamente entre los técnicos
que están en el campo, en los diferentes frentes de trabajo;
- comunicación impresa: divulgación de noticias sobre el evento por los medios de
comunicación, en periódicos locales, regionales, nacionales e internacionales;
- comunicación por símbolos: uso de lenguaje simbólico por medio de placas, como los
símbolos usados en el transporte de productos peligrosos y placas de advertencia
usadas en áreas industriales, portuarias y en carreteras, entre otros lugares;
- comunicación individual: ocurre cuando los profesionales involucrados practican el
diálogo interno y reflexionan sobre hechos y opiniones;
- comunicación grupal: ocurre entre los miembros de los diversos frentes de trabajo y en
las reuniones de evaluación de las tareas desarrolladas;
- comunicación en masa: ocurre cuando los informes sobre las operaciones de
emergencia se transmiten por la radio, televisión o Internet;

12
- comunicación no verbal: manifestada por las diversas formas de expresión facial,
como cansancio, irritabilidad, descontento, alegría y satisfacción, entre otras.

5.2.2 Algunas recomendaciones

Algunas recomendaciones pueden ayudar a mitigar situaciones de conflicto en la gestión


de las emergencias químicas, ejemplos:

- Preguntar el nombre de la persona con quién está hablando, su teléfono y la ubicación


del accidente, con alguna referencia en la cercanía;
- Preguntar cual producto está involucrado y el número de ONU;
- Confirmar se hubo escape y si ya le controlaron;
- Preguntar si hubo victimas, heridos y si áreas sensibles fueran impactadas;
- Solicitar confirmación después de recibir y emitir una información;
- Conferir si los radios comunicadores están en la misma frecuencia;
- Quedar algunos señales que podrán ser hechos con las manos cuando los
profesionales involucrados estén llevando equipos de protección respiratoria los
cuales dificultan la comunicación oral;
- Quedar reunión previa entre los profesionales involucrados en las inspecciones antes
de pasar informaciones adelantes al coordinador. Por ejemplo, cuando un escenario
accidental alcanzar localidades lejas del punto donde hubo el escape, y sea necesario
dividir los equipos para inspecciones por medio terrestre, aéreo o por el agua. Los
profesionales deben llevar mapas del área o región, cámara fotográfica, aparatos de
GPS y apuntar todo que fue observado, incluso las coordinadas geográficas. Al
regresar de las inspecciones deben hacer reuniones de evaluación de las tareas
desarrolladas y comparar las observaciones hechas. Entonces se podrá informar al
coordinador todas las informaciones unificadas;
- No utilizar termos muy técnicos y de lengua extranjera cuando estuvieren pasando
orientaciones para personas sencillas que estuvieron trabajando en la operación.

5.3. Ruidos de comunicación y percepción de riesgos en las operaciones de


emergencia

Los ruidos de comunicación o interferencias en el proceso de comunicación pueden


afectar el desempeño satisfactorio de la misión de gestionar las emergencias quimicas.
Debido a tales accidentes, varios actores interactúan para atender la emergencia, siempre
con la finalidad de preservar la salud y la seguridad de la comunidad, así como para
minimizar los efectos negativos a los ecosistemas. De acuerdo con el tipo y lugar de la
ocurrencia, pueden estar presentes los siguientes actores:

- técnicos del órgano ambiental, municipal, estatal o federal;


- representantes de la municipalidad;
- representantes de industrias;
- representantes de empresas de transporte;
- cuerpo de bomberos;
- policía terrestre, estatal o federal;
- marina;
- defensa civil, municipal o estatal;
- autoridades diversas, dependiendo del porte del evento y del momento político;
- representantes de universidades;
- periodistas;
- pescadores, agricultores, miembros de la comunidad;

13
- representantes de organizaciones no gubernamentales;
- empresas diversas, prestadoras de servicio, y
- equipos técnicos, especializados en emergencias químicas.

Todos poseen diferentes formaciones profesionales y culturales, funciones y atribuciones


propias e intereses diversos. También tienen diferentes percepciones de los riesgos que
los accidentes ambientales pueden causar a la seguridad, a la salud de las personas, a la
seguridad del patrimonio público y privado y a los recursos naturales (POFFO, GOUVEIA
y HADDAD, 2005).

Algunos casos reales, citados por estos autores ilustran ejemplos de ruidos de
comunicación relacionados con las emergencias químicas:

­ Accidente en carretera con producto químico

Durante la atención a un camión tanque que transportaba estireno (sustancia inflamable),


volcado en una carretera de gran movimiento, los técnicos del órgano ambiental
solicitaron por teléfono al representante de la administradora de la carretera que se
prohibiera el paso total debido a la amenaza de incendio y explosión mientras se dirigían
al lugar. Se les informó que solo podía haber una interrupción parcial del tránsito y que
para tal fin se proveería la señalización de seguridad. Cuando los técnicos llegaron
constataron que alrededor del camión tanque se había colocado señalización con latas
que contenían aceite combustible en llamas en su interior, sin haber prestado atención a
la simbología del producto inflamable fijada en el vehículo. Para el representante de la
administradora de la carretera, se trataba de otro simple accidente de tránsito y no de una
ocurrencia con sustancia química peligrosa. Felizmente, no ocurrió nada grave.

Lecciones para aprender: 1) hubo ruido de comunicación, ya que el receptor del mensaje
no escuchó todas las recomendaciones del órgano ambiental o no se dio cuenta de que
se trataba de un producto inflamable y, por lo tanto, no informó correctamente a la
persona que determinó la señalización de la pista; 2) falla en la comunicación por
símbolos, ya que no se vio la placa de identificación del producto inflamable en el camión
(o no conecía su significado), y 3) baja percepción de la posibilidad de explosión, con lo
que se expuso la seguridad de muchas vidas.

­ Contaminación de pozos de agua por solvente

En la Región Metropolitana de São Paulo, los pozos de agua de diversas residencias


fueron contaminados por solvente proveniente de una disposición clandestina. Los
habitantes se sentían incómodos por el mal olor y tenían miedo de que se produjera un
incendio. Los representantes del órgano ambiental y del cuerpo de bomberos
monitorearon el área y evaluaron que no había peligro. La prensa también estaba en el
lugar para proporcionar imágenes al vivo a un importante programa de noticias de alcance
nacional. El presentador, al enterarse de la situación y del temor de los habitantes,
aconsejó a las personas que salieran de sus viviendas deliberadamente y los alertó sobre
la posibilidad de ocurrir un incendio y explosión. Incluso después de que los
representantes del órgano ambiental, los bomberos y la defensa civil habían informado al
programa de noticias que la situación estaba bajo control y que no había riesgo de
incendio, el presentador seguía cuestionando la ejecución de los trabajos de estas
autoridades y siguió aconsejando a los habitantes según su entendimiento, generando
14
mucho malestar emocional. La comunidad no entró en pánico porque confió en los
órganos presentes en el lugar.

Lecciones para aprender: 1) la desastrosa interferencia que los medios pueden


proporcionar a una ocurrencia, poniendo en duda el trabajo de equipos experimentados
para lidiar con emergencias químicas, sin ningún fundamento técnico y 2) la importancia
de la credibilidad de los habitantes en los órganos involucrados.

La credibilidad es esencial para la comunicación de riesgos, principalmente para que la


comunidad siga las orientaciones suministradas por las autoridades. Si se viera afectada
por un simple error de comunicación, es probable que se termine cuestionando toda la
conducta ética de la operación, lo que agravará la situación. Hay instituciones que tienen
mayor credibilidad en la sociedad que otras. Es importante cultivar la imagen pública
antes de que ocurran las emergencias.

­ Derrame de aceite en transporte marítimo

Debido al derrame de aceite durante el abastecimiento de un barco en un área portuaria,


un periodista de un importante periódico local preguntó a uno de los técnicos del órgano
ambiental cuál era el volumen derramado y la dimensión de los daños ambientales. El
técnico, que acababa de llegar al lugar, respondió que aún no se podía calcular el
volumen derramado, ya que necesitaba evaluar el escenario y obtener más información
sobre la situación. Al día siguiente, este periódico tenía en primera página los titulares:
“cantidad incalculable de aceite es arrojada al mar”.

Lecciones para aprender: 1) ruido de comunicación, ya que el mensaje emitido por el


técnico no fue recibido claramente por el periodista; 2) el tiempo de los medios es la
inmediatez, ya que necesitan obtener informaciones rápidas y después dejar el lugar para
buscar otras noticias; 3) la tendencia de los medios de divulgar noticias tendenciosas y
magnificar el accidente ambiental, lo que muchas veces puede perjudicar el trabajo
técnico y generar reacciones adversas de la población y de las autoridades.

­ Contaminación de fuente por transporte en carretera

En 1997, el vuelco de un camión cisterna en los márgenes de una represa causó el


derrame de 29.000 litros de BTEX (mezcla de benceno, tolueno, etilbenceno y xileno),
seguido de incendio. El derrame contaminó el suelo, la represa y causó la mortandad de
peces y aves. Dada la peligrosidad de la sustancia involucrada y la sensibilidad del área
afectada (abastecimiento de agua potable a millares de personas, usos para recreación y
pesca), el órgano ambiental sugirió a la defensa civil que colocara avisos informativos
(comunicación visual) y que distribuyera folletos a la comunidad (comunicación impresa)
para informar lo ocurrido y aconsejar no usar la represa en las proximidades del lugar del
accidente hasta que fuera liberada. En los siguientes días se podía observar a personas
pescando.

Lecciones para aprender: 1) la iniciativa de alertar a la comunidad fue correcta y 2) la


comunicación no fue totalmente eficaz, ya que no logró plenamente su objetivo debido a
que la comunidad “no supo leer ni interpretar” los informes, o porque los medios usados
no fueron muy didácticos o todavía porque no se prestó la debida atención al mensaje.

6. Comunicación con la mídia

15
Aristóteles definió el estudio de la retórica (comunicación) como la búsqueda de “todos los
medios disponibles de persuasión”, es decir, el intento de llevar a otras personas a
adoptar el punto de vista de quien habla (Roberts, 1946 apud BERLO, 1989). Esta forma
de ver el objetivo de la comunicación permaneció hasta fines del siglo XVII, a pesar de
que el énfasis cambió un poco con tendencia a buscar percibir el lado “bueno” del orador.
En pleno siglo XXI, pese los avances tecnológicos en los medios de comunicación, no
desapareció el énfasis persuasivo de la intención comunicativa.

6.1 Consejos para mejorar la relación con los medios de comunicación

Con base en las experiencias prácticas vivenciadas en la atención de emergencias


químicas, se presentan algunas recomendaciones para mejorar el proceso de información
y de comunicación de riesgos entre los técnicos involucrados en las acciones de combate
y los profesionales de los medios de comunicación.

6.1.1 Cómo manejar los conflictos

Muchas veces, el periodista es percibido como alguien que causa problemas y que puede
perjudicar los trabajos que se están realizando. Esto puede deberse al recuerdo de
experiencias desagradables que los mismos técnicos o sus colegas hayan tenido que
pasar frente a los medios; por la tendencia de los periodistas de “distorsionar” las
informaciones suministradas por el cuerpo técnico, de manera tendenciosa de acuerdo
con sus intereses; o incluso por la inseguridad de dar una entrevista.

Sin embargo, es necesario considerar que el periodista es una persona que ejerce su
actividad profesional con la obligación de preparar ese reportaje. Es muy cierto que tanto
los entrevistados como los entrevistadores necesitan preparación para transmitir hechos y
opiniones relacionadas con las emergencias químicas. Este problema se podría
solucionar con cursos de capacitación para ambas partes.

Otro tema de conflicto se debe al hecho de que los técnicos no siempre disponen de
informaciones precisas cuando son entrevistados, por ejemplo, al depender de la
respuesta de los equipos que están evaluando el área afectada. Por otro lado, los medios
necesitan respuestas inmediatas para elaborar rápidamente la materia y divulgarla y, en
esa ansiedad de obtener hechos e imágenes inéditas, muchas veces pueden colocar en
peligro su propia seguridad y perjudicar el trabajo de los equipos.

6.1.2 Cómo mejorar las entrevistas

El problema de las entrevistas se puede solucionar si se eligen lugares y horarios que


sean adecuados para ambas partes, quizá hasta dos veces al día, de acuerdo con la
magnitud de la ocurrencia, y considerar incluso la hipótesis de promover entrevistas
colectivas, reuniendo tanto a representantes de las diferentes instituciones involucradas
en las acciones de respuesta como a representantes de los diferentes medios de
comunicación (local, regional o incluso nacional).

Se podría invitar a los periodistas a visitar los lugares de trabajo, siempre que acepten
seguir los procedimientos básicos de seguridad, por ejemplo, evitar acercarse a áreas
extremadamente peligrosas y, si fuera el caso, usar equipos de protección personal. Dado
que ellos necesitan tener buenas imágenes, se pueden sugerir puntos de filmación y

16
fotografía en áreas seguras, preferiblemente acompañados de técnicos que puedan
proveer las aclaraciones necesarias.

También se sugiere a las personas que darán las entrevistas que dispongan previamente
de informaciones básicas para responder a las preguntas más frecuentes:

- ¿Qué sucedió?
- ¿Qué se derramó? ¿Es peligroso? ¿Cuándo se derramó? ¿El derrame se detuvo o fue
controlado?
- ¿Qué se está haciendo para controlar la situación?
- ¿Hay muertos y heridos? ¿Cuántos? ¿A donde se les está llevando?
- ¿Hay animales muertos o moribundos? ¿Cuántos? ¿Hay centro de rescate? ¿Donde?
- ¿Qué áreas fueron afectadas? ¿La población será evacuada? ¿A dónde se le llevará?
- ¿Hay áreas de importancia socioeconómica que hayan sido afectadas? ¿Se ha
calculado el daño?
- ¿Hay áreas de importancia ecológica que hayan sido afectadas? ¿Qué se está
haciendo?
- ¿Las playas están contaminadas? – caso de derrames de aceite.
- ¿Cuál es el valor de la multa?

Estas son solo algunas de las preguntas que los periodistas están acostumbrados a
formular. Se recomienda que cada institución, dentro de sus competencias legales, se
prepare adecuadamente para responder lo que sea más pertinente y evitar conflictos
entre los demás órganos involucrados.

7. Comunicación com la población durante las emergencias químicas

Cuando una emergencia química ocurre en el entorno urbano, a orillas de carreteras y


ferrocarriles, e incluso en las industrias químicas o terminal, donde hay viviendas
cercanas, y otros casos similares, la coordinación de la operación debe ser consciente de
la necesidad de desarrollar un trabajo de comunicación de riesgos con la población.

Así, debería ser despedido un grupo de profesionales de diversas especialidades para


trabajar junto con la coordinación de la operación, por ejemplo con expertos en
comunicación, psicólogos, sociólogos y biólogos, entre otros, capaz de actuar en
situaciones de emergencia. En ausencia de este grupo multidisciplinario, podrían
movilizarse las personas que tienen conocimientos básicos de las emergencias químicas
y que tienen facilidad para comunicarse con la comunidad. Es recomendable que sea
indicado quien será el "portavoz" de la operación.

La información que se puede ofrecer a la población sería:

­ aclarar que hubo fugas del producto "x" y que están siendo adoptadas medidas
necesarias para controlar la situación;
­ revelar algunas características del producto, para la adopción de medidas de
protección tales como alejarse del lugar del derrame para evitar la contaminación, no
beber agua si una fuente o lago haya sido contaminada, no pescar si una fuente, lago
o mar haya sido contaminada, cerrar las ventanas y poner un trapo mojado si la
dispersión aérea del producto ocurrir hacia las residencias;
­ proporcionar un número de teléfono de contacto para obtener más información, este
teléfono sería, bajo la dirección de la coordinación de las operaciones de emergencia;
­ orientación a buscar ayuda médica en caso de malestar.
17
Recursos que pueden ser utilizados para la comunicación con la población incluyen:

­ divulgación de los informes en los medios de comunicación como radio, televisión y


periódicos;
­ distribución de folletos informativos;
­ colocación de pancartas o carteles en lugares donde está prohibida la pesca, el
consumo del agua, el baño y el acceso a las zonas contaminadas hasta que la
situación esté fuera de peligro;
­ un sitio Web donde más información se puede obtener como la agencia del medio
ambiente, la Defensa Civil y la OPS.

Un hecho importante a considerar en esta situación es que muchas personas tienden a


acercarse al lugar del accidente, por curiosidad, se pretende ayudar, o incluso para
determinar si podrán tener alguna ventaja personal, tales como "robar" la gasolina. Por lo
tanto, es necesario fortalecer sus medidas de seguridad para evitar el acercamiento de
personas no autorizadas.

En ciertas situaciones, cuando hay una necesidad de evacuar las viviendas y cuando un
incendio o de explosión ocurrir, es recomendable llamar la policía para garantizar la
evacuación de personas y la seguridad pública.

Para saber más: http://www.bvsde.paho.org/cursocr/e/index.php

8. Consideraciones finales

Los casos citados ilustran la necesidad de que los técnicos involucrados en las
emergencias químicas tengan una mayor preparación para saber comunicarse con la
comunidad y con los medios de comunicación, ya sea en las acciones de prevención o en
las acciones de combate. Por otro lado, es necesario que los profesionales de los medios
de comunicación estén mejor preparados para actuar en situaciones de emergencia,
principalmente con el fin de informar y no generar pánico.

En los desastres químicos, la calidad de las informaciones y la claridad de la


comunicación pueden verse afectadas por factores operacionales, por la calidad de los
equipos usados y también por factores emocionales. Los emisores y receptores acaban
por confundir hechos con opiniones y sentimientos personales, principalmente en las
situaciones de crisis, cuando están cansados y estresados. El escenario tiende a volverse
más complejo cuando hay muertes, personas intoxicadas, agua potable contaminada,
muerte de animales domésticos y carismáticos, por ejemplo, delfines (POFFO, 2006).

La comunicación de riesgos en las emergencias químicas, dentro de las instituciones,


entre las instituciones, con la comunidad y con los medios de comunicación, es una
herramienta de extrema importancia y es decisiva para el éxito de la operación (POFFO,
GOUVEIA y HADDAD, 2005). Por lo tanto, es necesario perfeccionarla constantemente.

9. Bibliografía

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