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Índice
Partiendo por reconocer que proveer seguridad y respetar derechos humanos son
obligaciones esenciales del Estado, ¿cómo se relacionan entre sí ambas obligaciones?
¿Existe preeminencia de una respecto de la otra? Para empezar, debemos comprender que
ambas se deben imponer límites recíprocamente.
Sin embargo, cierto es también que si no se admitieran ciertas afectaciones razonables a los
derechos de las personas, la seguridad podría terminar resquebrajándose, dando pie al
descontrol o al caos y, con ello, a la afectación de otros tantos derechos fundamentales.
Equilibrar, a través de la fuerza pública, la seguridad con el pleno respeto de los derechos
humanos no es, pues, asunto sencillo.
El objetivo de este primer tema, por tanto, será proporcionar al alumno los contenidos y
criterios que le permitan analizar la legitimidad de las afectaciones a los derechos humanos
causadas a través de la fuerza pública por razones de seguridad. El estudio de cada tema
se complementará con la revisión de sesiones virtuales o con la lectura de este material de
estudio; a ello se une el fortalecimiento y la ampliación de los contenidos a partir de la
revisión de las lecturas seleccionadas para cada tema, así como también las actividades
programadas para el curso (sean estas opcionales u obligatorias).
1
Lectura de la teoría de John Locke que efectúa Salazar Ugarte, Pedro en “Redefiniendo el
concepto de seguridad para buscar las causas de inseguridad en México”. En: SELA 2010.
Inseguridad, democracia y derecho. Buenos Aires: Libraria, 2011. Pág. 254.
2
CADH. Artículo 32 inciso 2.
3
El artículo 4.1 del PIDCP establece: “En situaciones excepcionales que pongan en peligro la
vida de la nación y cuya existencia haya sido proclamada oficialmente, los Estados Partes en el
presente Pacto podrán adoptar disposiciones que, en la medida estrictamente limitada a las
exigencias de la situación, suspendan las obligaciones contraídas en virtud de este Pacto [...]”. Por
su parte el artículo 27.1 de la CADH señala: “En caso de guerra, de peligro público o de otra
emergencia que amenace la independencia o seguridad del Estado parte, éste podrá adoptar
disposiciones que, en la medida y por el tiempo estrictamente limitados a las exigencias de la
situación, suspendan las obligaciones contraídas en virtud de esta Convención [...])”.
4 o
Cfr. Comité de Derechos Humanos. Observación General N. 29. Suspensión de obligaciones
durante un estado de excepción (artículo 4). 72º período de sesiones (2001). Parágrafo 4.
5
Ibídem. Loc. Cit.
6
CEDH. Case of A. and others vs. The United Kingdom. Application N° 3455/05. Judgement.
Strasbourg. 19 February 2009. Parágrafo 173. Traducción libre.
7
Corte IDH. El Hábeas Corpus Bajo Suspensión de Garantías (arts. 27.2, 25.1 y 7.6 Convención
Americana sobre Derechos Humanos). Opinión Consultiva OC-8/87 del 30 de enero de 1987.
Serie A No. 8. Parágrafo 22.
8
Cfr. Caso Zambrano Vélez y otros vs. Ecuador. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 4 de
julio de 2007. Serie C No. 166. Parágrafo 52.
En resumen, estos son los criterios que habremos de tomar en cuenta para determinar
si la afectación a la seguridad de un Estado es de la magnitud suficiente como para
permitirle a este suspender los derechos de las personas:
1) Contexto.
Carácter, intensidad, profundidad y
particularidad suficientes para considerarlo
emergencia.
2) Medidas.
Necesarias y proporcionales al contexto.
3) Nivel de amenaza.
Extraordinario; inseguridad superior a la
generada por la criminalidad común.
En cuanto a los derechos a suspender, en primer lugar, debe tratarse de aquellos cuya
suspensión demuestre ser eficaz para superar la situación de emergencia o amenaza
a la vida de la nación. Dicho en otros términos, solo se encuentra justificado suspender
el ejercicio de ciertos derechos humanos si esta suspensión contribuye directamente a
retornar a una situación de estabilidad en la que el Estado nuevamente se encuentre
en aptitud de garantizar la totalidad de los derechos reconocidos a las personas.
Entre los derechos no suspendibles también llamados “núcleo duro de los derechos
humanos” destacan el derecho a no ser privado arbitrariamente de la vida (artículos
6.1 PIDCP y 4.1 CADH); la prohibición de la tortura (artículos 7 PIDCP y 5 CADH) y la
prohibición de la esclavitud (artículos 8.1 PIDCP y 6.1 CADH), entre otros, 9 así como
las garantías judiciales para hacerlos efectivos.
9
Para una enumeración más exhaustiva Cfr. Artículo 4.2 PIDCP y 27.2 CADH.
10 o
Comité de Derechos Humanos (CDH). Observación General N 29. Ob. cit. Parágrafo 7.
11
Cfr. CADH, Artículos 30 y 32.2
12 o
Cfr. CDH. Observación General N. 27. Parágrafo 11. En el mismo sentido, revísense los artículos
15 (Derecho de reunión); 16.2 (Libertad de asociación) y 22.3 (Derecho de circulación) de la
CADH.
13
Corte IDH. Opinión Consultiva OC-5/85 del 13 de noviembre de 1985. La colegiación obligatoria de
periodistas (Arts. 13 y 29 CADH). San José. parágrafo 46.
14
Corte IDH. Caso Velásquez Rodríguez vs. Honduras, Sentencia de 29 de julio de 1988 (Fondo).
Parágrafo 154.
15
Cfr. CARRILLO SALCEDO, Juan Antonio. Soberanía de los Estados y Derechos Humanos en el
Derecho Internacional Contemporáneo. Madrid: Editorial Tecnos, 1995. Págs. 16 y ss.
16
Respecto de estas obligaciones generales del Estado, cfr. Corte IDH. Caso Velásquez Rodríguez
vs. Honduras. Cit. Parágrafo 166.
17
Cfr. CIDH. Informe sobre Seguridad Ciudadana y Derechos Humanos. OEA/Ser.L/V/II. Doc. 57, 31
diciembre 2009. P. 31. Parágrafo 72.
Revisión de lecturas
Para profundizar en el estudio de este tema, usted deberá revisar la siguiente lectura:
Corte Interamericana de Derechos Humanos:
18
Cfr. Corte IDH: Caso de los Hermanos Gómez Paquiyauri vs. Perú. Sentencia de 8 de julio de
2004, Serie C No. 110, párrafo 91.
Una primera reflexión importante es que la definición del término “arbitrario” resulta
clave para determinar cuándo una muerte causada por un funcionario encargado de
hacer cumplir la ley (FEHCL) 24 deviene en violación del derecho humano a la vida y
cuándo no. Por otro lado, cabe afirmar que, si solo se proscribe la privación “arbitraria”
de la vida, existen entonces privaciones “no arbitrarias” de la vida que, en
consecuencia, no constituirían violaciones a este derecho humano y que sería
necesario identificar caso por caso. El concepto de “arbitrariedad” en el empleo de la
fuerza pública y sus implicancias respecto de los derechos humanos se desarrollará
en el Tema 2 de este Módulo.
19
Cfr. Corte IDH. Caso de los “Niños de la Calle” (Villagrán Morales y otros) vs. Guatemala
Sentencia de 19 de noviembre 1999 (Fondo), Serie C No. 63, parágrafo 144.
20
Corte IDH. Caso Myrna Mack Chang vs. Guatemala. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de
25 de noviembre de 2003. Serie C No. 101, parágrafo 153.
21
Cfr. PIDCP, art. 6.1; CADH, art. 4.1;
22 o
CDH. Observación General N. 6 Derecho a la vida. 16º período de sesiones (1982). Párrafo 3.
23
EL ESPECTADOR. “Consejo de Estado le ordenó al Ejército pedir perdón por ejecución
extrajudicial en 1993”. El Espectador. México D.F., 22 de mayo de 2015. Consulta: 20 de julio de
2015. http://www.elespectador.com/noticias/judicial/consejo-de-estado-le-ordeno-al-ejercito-pedir-
perdon-ej-articulo-561899
24
En adelante utilizaremos el término “Funcionario Encargado de Hacer Cumplir la Ley” (FEHCL)
para aludir a aquellos agentes estatales, sean policías o militares, que ejercen o pueden ejercer en
determinadas circunstancias funciones de Policía, tales como arresto, detención o uso de la fuerza
pública.
Esto destierra la errónea concepción según la cual un FEHCL solo puede emplear
el arma de fuego para repeler una amenaza generada con un medio de fuerza
equivalente o superior. Existen innumerables ejemplos en la realidad nacional e
internacional en los que la vida de las personas ha sido segada o puesta en
inminente riesgo a través de armas blancas, objetos punzocortantes,
contundentes e incluso a través de la sola fuerza física superior. Para Patrick y
Hall: “Una persona asesinada con un arma de fuego está tan muerta como aquélla
acuchillada hasta morir, aquélla pateada hasta morir o aquélla impactada con un
25
PPBB. Ob. Cit. Principio 9.
26
LA REPÚBLICA. “Defensoría del Pueblo pide reactivar diálogo en conflictos sociales de Piura”. El
Espectador. Lima, 23 de julio de 2015. Consulta: 03 de agosto de 2015.
http://larepublica.pe/impresa/sociedad/17306-defensoria-del-pueblo-pide-reactivar-dialogo-en-
conflictos-sociales-de-piura
auto y asesinada. La fuerza letal tendría que ser razonable y justificada para
prevenir cualquiera de esos ejemplos”. 27
Para Patrick y Hall, “inminente” significa “simplemente que el peligro puede ocurrir
en cualquier momento. No tiene por qué haber ocurrido o estar ocurriendo
todavía, pero podría ocurrir en cualquier momento”. 29 Esto implica que el FEHCL
no está en la obligación de esperar a que la amenaza contra la vida se concrete ni
mucho menos a tener una certeza absoluta de que el hecho se concretará. Si un
FEHCL percibe de los hechos y de las circunstancias concretas, sobre la base de
su conocimiento y experiencia, que una situación determinada representa una
amenaza inminente de muerte para sí o para terceros, entonces está en la
obligación de emplear el arma de fuego para detener esa amenaza. Sobre el
particular, en el caso McCann vs. The United Kingdom, en el que agentes del
Ejército británico dispararon contra tres sospechosos que, según información de
inteligencia, estaban próximos a detonar un coche bomba frente a la Asamblea
Legislativa de Gibraltar, la Corte Europea de Derechos Humanos señaló que para
la decisión del empleo de la fuerza letal bastaba un riesgo “percibido como válido
en el momento” pues “[s]ostener lo contrario sería poco realista y supondría una
carga para el Estado y su funcionarios en el ejercicio de su deber, tal vez en
detrimento de sus vidas y las de los demás”. 30
27
PATRICK, Urey W. & John C. HALL. In defense of self and others. Issues, Facts & Fallacies: The
realities of Law Enforcement’s Use of Deadly Force. Durham: Carolina Academic Press, 2010.
Pág.175. Traducción libre.
28
RPP. “Gobierno regula el uso de la fuerza por parte de la Policía Nacional”. RPP. Lima, 16 de
agosto de 2015. Consulta: 17 de agosto de 2015. http://www.rpp.com.pe/2015-08-16-gobierno-
regula-el-uso-de-la-fuerza-por-parte-de-la-policia-nacional-noticia_827001.html
29
Ibídem. Pág.64. Traducción libre.
30
CEDH. McCann vs. United Kingdom. Case 17/1994/464/545. Sentencia del 5 de setiembre de
1995. Parágrafo 200.
31
Ibídem. Parágrafo 148. Traducción libre.
32
MINISTERIO DE JUSTICIA y otros - ECUADOR. Manual de Derechos Humanos aplicados a la
Función Policial. Ob. Cit. Pág. 228. En el mismo sentido, cfr. MINISTERIO DEL INTERIOR - Perú.
Manual de Derechos Humanos aplicados a la Función Policial. Ob. Cit. Pág. 70; y, POLICÍA
NACIONAL DE BOLIVIA. Manual de Técnicas Básicas de Intervención Policial en el contexto de
los Derechos Humanos. Ob. Cit. Pág. 92.
33
ENTORNO INTELIGENTE. “Proporcionalidad, congruencia y oportunidad, tres principios para el
uso de armas de la Policía”. ENTORNO INTELIGENTE. Lima, 26 de noviembre de 2014. Consulta:
17 de agosto de 2015. http://www.entornointeligente.com/articulo/4260088/Porporcionalidad-
congruencia-y-oportunidad-tres-principios-para-el-uso-de-armas-de-la-Policia-26112014
34
MADRID-MALO, Mario. Estudio sobre derechos fundamentales. Defensoría del Pueblo. Bogotá,
1994. Citado por: DEFENSORÍA DEL PUEBLO. Derecho a la Integridad. Bogotá, Defensoría del
Pueblo, 2001. Pág. 18. Disponible en:
http://www.defensoria.org.co/red/anexos/publicaciones/derecho_a_la_integridad.pdf
35
CT. Entrada en vigor: 26 de junio de 1987. Artículo 1.1 in fine.
36
CIPST. Entrada en vigor: 28 de febrero de 1987. Artículo 2 in fine.
37
MEDINA QUIROGA, Cecilia. La Convención Americana: Teoría y jurisprudencia. Vida, integridad
personal, libertad personal, debido proceso y recurso judicial. San José: Universidad de Chile,
Facultad de Derecho, Centro de Derechos Humanos, 2005. Pág. 153.
38
Ibídem. Pág. 155.
39
MEDINA QUIROGA, Cecilia. Ob. Cit. Pág. 157.