You are on page 1of 8

Expediente : 20519-10

Especialista : Dra. Indigoyen


Sumilla : PRESENTA ALEGATOS

SEÑOR JUEZ DEL VIGÉSIMO JUZGADO


ESPECIALIZADO EN LO PENAL DE LIMA:

ALEJANDRO JAIME SUERO PRETTO, en el proceso penal que


se me sigue por el delito de Conducción de Vehículo en estado de
ebriedad (Peligro Común) y el presunto delito de Violencia y
Resistencia a la Autoridad, en agravio del Estado peruano, a
usted con el debido respeto digo:

PETITORIO:
Que, dentro del termino de Ley y por convenir a mi defensa y
estando a lo dictaminado por el señor Fiscal Provincial, quien
solicita se me condene a tres años de pena privativa de libertad y
al pago de una reparación civil por 1,000.00 (UN MIL Y 00/100
NUEVOS SOLES), por considerarme autor de los delitos
tipificados en los arts. 274 y 368 del Código Penal Vigente, y de
conformidad con lo establecido por el art. 62 del Código Penal y
estando a los medios probatorios que corren en autos, solicito a
su judicatura disponer LA RESERVA DEL FALLO
CONDENATORIO, con el consecuente archivo definitivo de este
proceso, conforme a los fundamentos de hecho y derecho que
expongo:

FUNDAMENTOS DOCTRINARIOS:
Derecho Penal: Las excusas absolutorias integran una categoría
dogmática, ciertamente compleja y controvertida, cuya
introducción en el Derecho español se atribuye al penalista LUIS
SILVELA. Se trata, según la opinión doctrinal más generalizada,
de circunstancias personales que, por estrictas razones de
utilidad o conveniencia, determinan la exclusión de la pena en un
comportamiento antijurídico y culpable. En este sentido, se ha
manifestado el Tribunal Supremo, al señalar que, bajo la
denominación de excusas absolutorias, se «vienen comprendiendo
un conjunto de circunstancias de dudosa y controvertida
naturaleza jurídica [...], que aconsejan dejar sin punición
determinados hechos delictivos no obstante estar presentes en
ellos las notas de antijuricidad tipificada y culpabilidad»
(Sentencia de 26 de diciembre de 1986). Más debatido que el
propio concepto o su fundamento, resulta, en la doctrina, la
determinación de las previsiones legales constitutivas de
auténticas excusas absolutorias. En este lugar no cabe sino dejar
constancia de aquellos supuestos a los que, por algún sector
doctrinal, se le atribuye la indicada naturaleza. 1. En el Código
Penal han sido consideradas excusas absolutorias las contenidas
en las siguientes previsiones legales: a) El artículo 16, que, en su
párrafo 2, contempla el desistimiento en la tentativa, al disponer
que «quedará exento de responsabilidad penal por el delito
intentado quien evite voluntariamente la consumación del delito,
bien desistiendo de la ejecución ya iniciada, bien impidiendo la
producción del resultado, sin perjuicio de la responsabilidad en
que pudiera haber incurrido por los actos ejecutados si éstos
fueren ya constitutivos de otro delito o falta». Con igual salvedad,
establece el párrafo 3 del citado artículo 16 que, «cuando en un
hecho intervengan varios sujetos, quedarán exentos de
responsabilidad penal aquél o aquéllos que desistan de la
ejecución ya iniciada, e impidan o intenten impedir, seria, firme y
decididamente, la consumación». b) El artículo 218.2, según el
cual, quien, para perjudicar al otro contrayente, hubiese
celebrado matrimonio inválido «quedará exento de pena si el
matrimonio fuese posteriormente convalidado». c) El artículo 269,
que, en una disposición «no aplicable a los extraños que
participaren en el delito», recoge la tradicional excusa parental, si
bien alterando tanto su ámbito subjetivo (posibles beneficiarios y
condiciones para serlo) como el contenido material de la excusa,
ampliándose el número de delitos sobre los que puede incidir.
Prevé, en efecto, esta disposición que «están exentos de
responsabilidad criminal y sujetos únicamente a la civil los
cónyuges que no estuvieren separados legalmente o de hecho o en
proceso judicial de separación, divorcio o nulidad de su
matrimonio y los ascendentes, descendentes y hermanos por
naturaleza o por adopción, así como los afines en primer grado si
viviesen juntos por los delitos patrimoniales que se causaren
entre sí, siempre que no concurra violencia o intimidación». d) Los
artículos 305, 307 y 308, que incorporan unas generosas excusas
absolutorias introducidas, por la Ley Orgánica 6/1995, de 29 de
junio, en relación a los delitos contra la Hacienda Pública y
contra la Seguridad Social. e) El artículo 462, que contempla la
retractación del falso testigo como excusa absolutoria o atenuante
específica. Confiere la norma el primer efecto al establecer que
«quedará exento de pena el que, habiendo prestado un falso
testimonio en causa criminal, se retracte en tiempo y forma,
manifestando la verdad para que surta efecto antes de que se
dicte sentencia en el proceso de que se trate». Naturaleza bien
distinta tiene el artículo 715 de la Ley de Enjuiciamiento
Criminal, que no es más que una norma procesal con
fundamento en el principio acusatorio adoptado como sistema,
para el juicio oral, por nuestra ley procedimental y que configura
una específica condición objetiva de procedibilidad o, lo que es lo
mismo, un requisito previo sin el que no puede abrirse el proceso
y que impide, en consecuencia, la imposición de la pena.

BIBLIOGRAFÍA:

CALDERÓN SUSÍN, E.: «El nuevo artículo 226», en el t. X de los


Comentarios a la Legislación Penal. Edersa, Madrid, 1989, págs.
485-544.

COBO DEL ROSAL, M.: «Función y naturaleza del artículo 226 del
Código Penal», Anuario de Derecho Penal y Ciencias Penales, t.
XXI, 1968, págs. 53-76.

GARCÍA-PUENTE LLAMAS, J.: «Nuestra concepción de las


excusas absolutorias», Anuario de Derecho Penal y Ciencias
Penales, t. XXXIV, 1981, págs. 81-983.

HIGUERA GUIMERÁ, J.-F.: Las excusas absolutorias. Pons,


Madrid, 1993. MILLÁN GARRIDO, A.: «Falso testimonio y
retractación», Revista General de Derecho, núm. 423, 1979, págs.
1.214-1.224. - «Las excusas absolutorias en el Ordenamiento
jurídico español (con especial referencia a las contenidas en el
Código Penal Militar)», Revista General de derecho, núm. 612,
1995, págs. 9.627-9.673.
NAVARRETE URIETA, J. M.ª: «El encubrimiento entre parientes»,
Anuario de Derecho Penal y Ciencias Penales, t. XIII, 1960, págs.
229-241. PASTOR ALCOY, F.:

«La excusa absolutoria de parentesco», Revista General de


Derecho, núms. 598-599, 1994, págs. 7681-7738.

FUNDAMENTOS DE HECHO:

PRIMERO: Que, conforme aparece en el Dictamen Fiscal Nº 392,


de fecha 21 de julio del 2008, he confesado haber consumido
alcohol el día en que sucedieron los hechos, ello es 9 cervezas
entre 3 personas, es decir 3 botellas de cerveza, cantidad que no
imaginé podría rebasar los límites permitidos por la Ley, mucho
menos imaginar que me ocasionaría problemas para conducir mi
vehículo, siendo ello así que aquel día después de pasar unas
horas de tertulia con mi conviviente PATRICIA VIOLETA ORTIZ
ARRIETA MONIER y una amiga de ella, me dirigía tranquilamente
a mi domicilio, siendo intervenido por los efectivos policiales en el
frontis del mismo.

SEGUNDO: Que, si bien es cierto, tal como manifiestan los


efectivos policiales pudieron haber hecho alertas a fin de que
detenga mi vehículo, desde la Av. La Marina; sin embargo, como
he reiterado en todo momento a nivel de mi manifestación policial
e instructiva, de ninguna forma, durante el trayecto a mi
domicilio, me percaté de que tales señalizaciones y persecución
estaban dirigidas hacia mi vehículo, ciertamente por la confusión
en la que me encontraba por mi estado etílico, como he
reconocido en mi instructiva, y de lo cual me encuentro
profundamente arrepentido.

TERCERO: Que, como he manifestado en mi instructiva en


instantes en que me encontraba bajando de mi vehículo en
compañía de mi conviviente, los efectivos policiales procedieron a
intervenirme ejerciendo la fuerza y me enmarrocaron de pies y
manos en forma inmediata, lo que en ese momento consideré
como una violación a mis derechos porque como dije
anteladamente no sabía que había hecho caso omiso a ninguna
orden policial, por lo cual reconozco haber referido palabras
soeces, en contra de los efectivos en los mismos instantes en que
era enmarrocado, llegando incluso a amenazarlos de que los
denunciaría por el maltrato del cual era objeto, ya que no
comprendía el porqué del ejercicio de la fuerza para intervenirme,
por lo cual NIEGO TOTALMENTE la imputación que se me
atribuye de haber actuado con Violencia en contra de los
efectivos policial que me intervinieron.

CUARTO: Que, el referido dictamen fiscal alude la manifestación


de mi conviviente Patricia Violeta Ortiz Arrieta Monier, que
resultaría contradictoria con la del recurrente, manifestación
sobre la cual mi conviviente ha presentado ya su Declaración
Jurada a través de la cual niega enfáticamente la veracidad de
dicha declaración, por cuanto, los efectivos policiales
aprovechando su estado de ebriedad la coaccionaron a firmar algo
que ella de ninguna forma había declarado.
QUINTO: Señor Juez, entiendo que el motivo de las falsas
imputaciones que me hacen los efectivos policiales sobre la
supuesta violencia que habría ejercido en su contra se debe a que
deben haber supuesto que

¿El certificado de dosaje etílico que corre a fojas 08, si bien es


cierto, arroja el resultado de 0.86 gl., se debe tener en cuenta
que no solo el consumo de bebidas alcohólicas aumenta el grado
de alcohol en la sangre de la persona, sino también la ingesta de
algunas comidas o frutos, siendo que el grado de certeza de un
dosaje etílico es de 90%, lo que ciertamente hace que el referido
examen no refleje el real grado de alcohol en la sangre?

CUARTO: Señor Juez, el recurrente nunca he tenido problemas


de ningún tipo, es así que no tengo antecedentes penales, además
debe considerarse que habiendo sido sancionado
administrativamente por el Ministerio de Transportes, he
cancelado la multa impuesta, tal como acredito con los recibos
que adjunto al presente recurso.

QUINTO: El art. IX del Titulo preliminar del Código Penal, refiere


que los fines de la pena, son de carácter de preventiva y
resocializadora, siendo ese mi caso, al haber prestado confesión
sincera y sentirme arrepentido, siendo el derecho penal “ultima
ratio”, por lo que se debe buscar la reincorporación del sujeto
infractor al seno de la sociedad y no destruirlo social y
moralmente, siendo este criterio subyacente en el principio de
humanidad.
¿SEXTO: El Ministerio Público pese a ser una sus funciones, en
ningún momento me ha convocado para acogerme al principio de
oportunidad, y lamentablemente he presentado mi recurso en
forma extemporánea lo que hubiera significado extinguir la
acción penal, por lo que me permito por este medio solicitar la
Reserva del Fallo Condenatorio.?

ANEXOS:
1.- En fs. 2 Papeleta y su recibo de pago.

POR TANTO:
A usted, Señor Juez, solicito se sirva resolver conforme a Ley. Es
justicia.
Lima, 21 de mayo del 2009.

You might also like