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Aurelio Pedroza-Sandoval
Universidad Autónoma Chapingo
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Evaluación de fuentes de materia orgánica fecal como inoculo en la producción de metano View project
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RESUMEN
La demanda nacional e internacional de los subproductos derivados de la sábila, tomó auge
a partir de la década de los 50´s, al incrementarse enormemente la demanda en la industria
de productos naturistas, ya sea como complementos alimenticios, bebidas, productos
farmacológicos y sobre todo cosméticos. Existe una demanda de hoja de sábila insatisfecha
y creciente a nivel mundial, sobre todo en los países industrialmente desarrollados, los
cuales tienen alto nivel de compra. El objetivo del presente estudio fue: Generar un paquete
tecnológico de aplicación regional en la producción de hoja de sábila de importancia en la
industria alimentaria, industrial y farmacéutica. El proyecto de desarrollo tecnológico se
llevó a cabo de 1994 al 2002 en el área experimental de la Unidad Regional Universitaria
de Zonas Áridas de la Universidad Autónoma Chapingo, ubicada en la región norte del
Estado de Durango, México. El estudio agronómico fue realizado para un sistema de
producción moderna, donde la mejor densidad de población fue de 10,000 plantas por
hectárea en un sistema de plantación en cama, con riego con agua por gravedad aplicado
cada 30 días o bien riego por goteo, preferiblemente éste último en caso de baja
disponibilidad hídrica. Se puede fertilizar química u orgánicamente, dependiendo del
mercado objetivo de la hoja de sábila. Generalmente los subproductos de ésta están
destinados para la industria farmacéutica e industrial las cuales no son tan requisitorias en
la naturaleza química u orgánica del gel, jugo o polvo; pero cuando el destino es para
alimento y sobre todo para el mercado europeo, se prefiere producir la sábila bajo
condiciones orgánicas. El uso de acolchado plástico de color también es útil para la
conservación de la humedad, el control de plagas y fitopatógenos de la raíz, disminuir el
impacto de las heladas y tener un mejor control de la maleza.
Palabras clave: Aloe, Sábila, Manejo integrado, Prácticas agronómicas.
I. INTRODUCCIÓN.
La sábila es una planta antiguamente utilizada en diversas formas por nuestros ancestros en
el hogar como remedio contra una serie de malestares presentes en el ser humano. La
primera mención documentada, data de hace 35 siglos, en un papiro egipcio donde se
mencionan sus propiedades medicinales. A través del tiempo se han generado una gran
cantidad de historias y creencias, convirtiéndola en una planta mítica, a la cual se le ha
asociado una serie de propiedades que seguramente en algunos casos se ha exagerado, pero
que en otros, sus beneficios es una realidad, ya que posee características químicas y físicas
poco comunes al resto de las especies vegetales. Es una planta ampliamente conocida tanto
por el ama de casa al tenerla en huertos familiares para los remedios caseros o el
procesamiento de la hoja en forma manual y la obtención artesanal de diversos productos;
así como por grandes empresarios agrícolas que han construido verdaderos emporios
comerciales alrededor de los subproductos obtenidos de esta generosa planta.
Desde este punto de vista, la planta de sábila es de gran valor económico tanto a nivel
familiar como empresarial, este último a través de grandes plantaciones comerciales y
complejos agroindustriales que procesan los diferentes subproductos obtenidos a partir de
1
la hoja, como jugo concentrado, gel o polvo, los cuales sirven a su vez para diferentes
propósitos. Pese a que las bondades de la sábila han sido reconocidas y aprovechadas a lo
largo de varios siglos, recientemente se busca el aval científico a través de la investigación
de sus propiedades para confirmar lo que se conoce y encontrar nuevas aplicaciones. Las
nuevas tendencias en los hábitos alimenticios buscan reducir los riesgos de enfermedades
degenerativas. El consumo de la sábila como alimento siempre se ha ligado a sus atributos
medicinales más que culinarios, aunque en algunas regiones se consume la flor como
verdura.
Existe una demanda insatisfecha y creciente a nivel mundial, sobre todo en los países
industrialmente desarrollados, los cuales tienen alto nivel de compra. Actualmente se
producen cerca de 5, 000,000 de toneladas de hoja de sábila anualmente en las 55, 740 ha
establecidas en el mundo. De este volumen de producción, EUA consume 1, 800,000
toneladas que representa el 36 %. La demanda proyectada para los próximos cinco años es
de 8, 500,000 toneladas, para lo cual se requerirá un 70 % mas de superficie a plantar
(López, 1999).
A nivel nacional, el cultivo de la sábila se inició en la década de los 80’s con una superficie
menor a las 20 ha, sin embargo para el año de 1999, ya superaba las 4,500 ha. Los
principales Estados productores de sábila en México son Tamaulipas y Yucatán
representando cerca del 75 % de la superficie cultivada, siguiéndole en importancia con
porcentajes menores al 10 % los Estados de Coahuila, Nuevo León, Guerrero, Veracruz y
Puebla, este último con un auge reciente y abriendo brecha como exportador de materia
prima (hoja) a los Estados Unidos; en contraste Coahuila, ha registrado una disminución en
la superficie dedicada a este cultivo, por cuestiones de mercado, el cual es aparentemente el
problema principal de este cultivo, ya que el potencial productivo es alto en todo el país,
aunque en la zona norte existe el riesgo de heladas, uno de los principales factores de daño
de tipo físico. Tamaulipas y Yucatán son los Estados que en los últimos años han registrado
un incremento significativo en la superficie de cultivo de sábila, aunque en términos
generales, hay una tasa de incremento anual del 37.4 % de 1986 al 2000, de acuerdo a las
cifras reportadas por el gobierno federal (ASERCA, 2002).
OBJETIVOS:
1. Generar un paquete tecnológico de aplicación regional en la producción de hoja de
sábila de importancia en la industria alimentaria, cosmetológica y farmacéutica.
2. Evaluar las diferentes opciones agronómicas que permitan elevar la calidad de gel
de hoja de sábila en zonas áridas.
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Las plantas del género Aloe se encuentran en los más diversos ecosistemas y en
combinación con diferentes tipos de vegetación, aunque la colección de las estaciones del
Oeste de África coincide con las de las sabanas de Guinea y todos pueden ser encontradas
en bosques ecuatoriales, comunidades de montañas y desiertos (Granados y Castañeda,
1988). De esta manera Aloe ocupa un amplio rango de hábitats naturales, desde el bosque
seco hasta el desierto de matorrales, pasando por el trópico y el subtrópico. Algunas
especies son arborescentes, mientras que otras son prácticamente herbáceas, aunque todas
muestran raíces profundas y con un alto poder de enraizamiento ante condiciones leves de
humedad en el suelo. Son plantas perennes suculentas y tienen una alta capacidad de
mantener su turgencia sin estar enraizadas, siempre y cuando no estén expuestas
directamente a los rayos solares.
En ambientes ex situ y en referencia especial a la sábila en América, este cultivo se
encuentra en los diferentes microambientes, desde regiones con climas secos y extremosos
como la zona ixtlera de Tamaulipas en México o áreas con climas semicálidos con lluvias
en invierno y promedio de precipitación de 450 mm como el Valle de Rio Grande de Texas,
E.U. hasta el trópico húmedo en Aruba, en Venezuela o República Dominicana en el
Caribe.
El género Aloe se desarrolla en áreas con promedios de precipitación desde los 200 mm ,
aunque su crecimiento disminuye considerablemente con lluvias menores de los 600 mm.
Es resistente a la sequía y en condiciones de estrés las hojas adquieren un color verde
pardo-rojizo, ello debido posiblemente a la acumulación de prolina, un aminoácido que
ayuda a mantener potenciales hídricos altos en condiciones de estrés. Se adapta a cualquier
tipo de clima, pero se le encuentra más en los ambientes tropicales y templados. Se le
puede localizar desde las regiones costeras al nivel del mar, hasta en regiones superiores a
los 2,500 msnm.
La sábila crece mejor en suelos profundos y bien drenados, de textura media y
preferentemente suelos francos con tendencia arenosa, no obstante, se desarrolla bien en
suelos superficiales de origen sedimentario, principalmente calizas y conglomerados, suelos
someros, pedregosos, escasos en materia orgánica, con pH que va del alcalino al neutro o
ligeramente ácido. En el Estado de Tamaulipas, donde predominan suelos con pH alcalino,
se han tenido buenos resultados a escala comercial; además de presentar resistencia a la
salinidad, repercutiendo en una mejor calidad del gel por el desarrollo de la planta bajo
condiciones de estrés (Pedroza, 1999 y Santos, 1995).
La planta crece y se desarrolla adecuadamente en un régimen térmico de los 18 a los 27º C
(Nessman, 1998). Es susceptible a las bajas temperaturas, menores a 5º C, las cuales dañan
a las hojas exteriores de la planta, sobre todo en temperaturas por debajo de lo 0° C.
Después de una helada, la planta difícilmente muere pero tarda hasta dos años en
recuperarse. Requiere altos niveles de luminosidad para realizar su actividad fotosintética y
acumular los fotoasimilados requeridos, de tal forma que con un sombreado mayor del 60%
se afecta considerablemente el desarrollo de la planta.
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sobre todo cuando los fines son comerciales. Aunque generalmente se reporta en la
literatura que la reproducción asexual se puede realizar haciendo cortes de hoja o raíz y
dejándolas suberizar para evitar infecciones y pudrición, lo cierto es que la forma mas
común de reproducción asexual es mediante el transplante de hijuelos extraídos a partir de
la planta madre.
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de diferente hilera, aproximadamente. Este sistema en cama ha permitido mayores y
mejores rendimientos de producción, dado que la sábila es una planta que resiste a la
sequía, pero que requiere de una humedad edáfica adecuada, no menos de 2/3 partes de la
capacidad de campo, para que tenga un buen rendimiento, en cantidad y calidad de hoja. Es
pertinente decir que la sábila es muy sensible a los excesos de humedad, por encima de la
capacidad de campo, produciendo hojas “aguanosas” de color blanco plomizo para
finalmente presentarse una pudrición general de la planta. Por lo tanto, un sistema en cama
con riego por gravedad, propicia un humedecimiento por ¨trasporo¨, donde el agua sube a la
superficie por capilaridad, manteniendo por mayor tiempo y en forma más uniforme la
humedad edáfica, lo cual tiende a favorecer el buen desarrollo de la planta, que se refleja en
un mayor vigor y sanidad, así como un mayor ancho de hoja, sobre todo cuando se abona
con materia orgánica (Cuadro 11 ) ( Pedroza, et al, 2004 ).
Acolchado plástico
En años recientes y ante la cada vez mayor necesidad de hacer un uso eficiente del agua,
dada la carencia de este preciado recurso, se han estado probando diferentes prácticas de
acolchado plástico, la cual es una practica cada vez de mayor aplicación, sobre todo en
cultivos hortícolas como melón y tomate, pero ya de uso también en otros cultivos como la
sábila y sobre todo en regiones donde el agua es escasa. Peña (1981), señala que una buena
forma de disminuir las altas tasas de evapotranspiración en los cultivos es el uso de
plásticos en la agricultura. La técnica del acolchado, se refiere a la colocación de una
lámina de plástico de un determinado calibre de grosor -160 en plástico blanco y 700 en
plástico negro, por ejemplo- y hasta 1.4 m de ancho, el cual se extiende sobre el surco o
cama, cuyos márgenes laterales del mismo quedan enterrados en el propio suelo, al
momento de su colocación con una máquina acolchadora mecanizada (Fig. 11 ).
El beneficio mayor de este tipo de práctica, es que todo redunda en una mayor calidad y
cantidad de cosecha de hoja, con la consecuente ganancia significativa en el rendimiento de
hoja por hectárea y por ende un incremento en contenido de gel, jugo o polvo una vez que
es procesada la materia prima, como consecuencia de una mayor longitud y grosor de hoja
cuando se usa el acolchado plástico (Cuadro 12).
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Cuadro 12. Efecto del acolchado plástico en el desarrollo de la planta y producción de
la hoja de sábila
Acolchado Altura de Longitud de Grosor de hoja Rendimiento de
plástico planta hoja 1998 1999 hoja en un
1998 1999 1998 1999 corte (ton ha-1)
1998
Sin acolchar 47.9 51.2 39.0 38.9 1.5 1.2 24.4
Acolchado negro 51.6 56.5 42.6 44.6 1.6 1.4 25.0
Acolchado 50.5 55.7 41.8 44.5 1.6 1.4 28.0
blanco
Promedio 50.0 54.46 41.3 42.6 1.56 1.33 25.8
Fuente: Pedroza, et al 1998; Pedroza, 2000).
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el mes de agosto. En plantaciones de temporal, la mejor época es antes de la temporada de
lluvia o al inicio de ésta y procurar hacer las operaciones respectivas durante el día de
menor insolación, sea por la mañana o por la tarde, sobre todo en regiones extremosas
como las del norte de México.
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La cantidad de agua utilizada y su correlación con el rendimiento, algunas veces no se le
presta demasiada atención y, ante la crisis generalizada del vital líquido, bien valdría la
pena sacrificar un mínimo de producción, por un ahorro importante de los recursos
hídricos. Los riegos ligeros y frecuentes pueden ser benéficos desde el punto de vista
agronómico y productivo, dado que hay un régimen más estable del rango de humedad
aprovechable y ello disminuye la emergencia de plagas y patógenos de la raíz, lo cual al
mismo tiempo permite un desarrollo mas vigoroso de la planta, por una administración más
constante y adecuada del agua, aunque esta práctica de riego significa una consecuente
mayor cantidad de empleo de mano de obra.
Abonado y fertilización
Como cualquier otro cultivo, la sábila requiere del suplemento de macro y
micronutrimentos que favorezcan el desarrollo y crecimiento de la planta, sobre todo
después de uno o dos años de establecida la plantación. Es posible que en los primeros dos
años no se requiera tanto la aplicación de fertilizantes, sobre todo si es un terreno que se
mantuvo sin cultivo algunos años antes de establecer la huerta o bien, se haya hecho alguna
práctica de mejora al suelo como la incorporación de estiércol seco en suelos alcalinos. De
hecho, hay reportes donde los productores de sábila del Estado de Texas, E.U.A. que no
fertilizan sus plantaciones, han obtenido buena respuesta en la producción de hoja y por
ende de gel y jugo (Rodríguez y Huerta, 1992; Alvarez, 1987).
Uso de estiércoles
Respecto al abonado, es bueno decir que la sábila como cultivo perenne o por lo menos de
un mínimo de explotación de 6 a 8 años, es recomendable la aplicación de materia orgánica
al momento de hacer la preparación del terreno (barbecho y rastreo) de tal manera que
quede bien incorporado al suelo. Esta práctica agrícola se justifica más en suelos calcáreos
pobres en materia orgánica, como es el caso de las zonas áridas y semiáridas. Las dosis de
estiércol seco varían desde las 40 hasta las 80 toneladas ha-1. No se recomiendan dosis
mayores a las 80 ton ha-1 debido al efecto salino y al enmalezado que conlleva la aplicación
de estiércoles, de hecho en los dos primeros años de aplicado el estiércol hay una tendencia
de efecto negativo en el desarrollo de la hoja, como el grosor (Cuadro 14), lo cual indica
que es necesario tener cuidado con la dosis a aplicar. Después de dos años de aplicación, el
estiércol bovino empieza a mostrar sus efectos benéficos, conforme se incorpora al suelo.
Efectos como mejoramiento de la estructura del suelo y fomentar el incremento de la
microflora y microfauna benéfica, además de incorporar, aunque sea en cantidades
menores, algunos macro y microelementos.
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En general el estiércol es un abono de baja concentración de nutrimentos y tiene un impacto
mayor como mejorador del suelo, sobre todo tratándose de suelos compactos, superficiales
y alcalinos, ya que reduce la densidad aparente, al ocupar volumen de baja densidad y
aumentar la proporción de poros medianos y promover la formación de agregados,
incrementando la capacidad de retención de humedad del suelo y, por el contenido de
ácidos orgánicos, baja el pH del mismo.
Cuadro 14. Efecto de la dosis de estiércol bovino en el grosor de la hoja de sábila, dos
año después de su aplicación.
Dosis de estiércol bovino en ton ha-1 Grosor de la hoja (cm)
0 1.6
60 1.5
120 1.5
Promedio 1.53
Pedroza et a.l, 2004.
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siempre y cuando los subproductos obtenidos no se comercialicen bajo la certificación de
producción orgánica. Si así fuera, hay recomendaciones regionales que pueden responder al
tipo de suelo en una plantación especifica, como la de 500 kg ha-1 de nitrógeno, usando
como fuente la Urea (46-00-00), recomendándose dos aplicaciones por año, principalmente
antes y durante la época de corte de la hoja, que corresponde a las estaciones de primavera
y verano. En otoño, aunque se hacen cortes mas espaciados de hoja, ya que la tasa de
crecimiento neta del cultivo es menor y no justifica el suplemento nutricional. En otras
regiones donde además del nitrógeno, el fósforo es deficiente en el suelo, se recomienda la
fórmula 18-46-00 a una dosis de 150 kg ha-1 una vez al año (Rodríguez, 1992).
LITERATURA CITADA
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10
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