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“Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, para no mostrar a
los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que
ve en lo secreto; te recompensará en público” (Mat.6:17-18)
¿Que es el ayuno?
El Ayuno es una herramienta espiritual que Dios nos da para preparar nuestra
vida. No es que el ayuno le haga cambiar de opinión a Dios o le tuerza el brazo.
Lo que el ayuno hace no es modificar a Dios, sino modificarnos a nosotros. El
ayuno nos pone en las condiciones espirituales para recibir lo que Dios quiere
darnos.
El espíritu del ayuno no es cambiar a Dios, sino que el ayuno te ayuda a que vos
seas modificado. Te ayuda a que te pongas en armonía con Dios y te prepares
para recibir lo que Dios quiere darte.
El ayuno nos prepara porque al apartarnos para Dios y buscar de Él, Él se revela.
Nos muestra nuestra condición, nuestro pecado, nos muestra lo que Él quiere para
nosotros, lo que hará en nuestras vidas, nos da palabra y promesas.
En el evangelio de (Mateo 9:14) Nos relata que los discípulos de Juan el bautista
vinieron a Jesús y le preguntaron porque sus discípulos no ayunaban. “Jesús les
dijo: ¿acaso pueden los que están de bodas tener luto entre tanto que el
esposo está con ellos? Pero vendrán días cuando el esposo les será
quitado, y entonces ayunarán” (Mat.9:15)
Fíjate bien que mientras Jesús estuvo en persona con los discípulos ellos no
ayunaron, pero él les dijo que cuando él fuera quitado ayunarían. Aquí quedó
establecido que su pueblo tendría que ayunar. Esto lo constatamos en la primera
iglesia como algo normal, ellos ayunaban y oraban en decisiones importantes. La
Biblia dice:“Y constituyeron ancianos en cada iglesia, y habiendo orado con
ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían creído”. (Hech.14:23)
2.- EL PROPÓSITO DEL AYUNO. El propósito del ayuno son muchos y muy
variados, pero todos traen una bendición especial tanto para el que ayuna, como
por lo que, o para quien se ayuna.
Con el ayuno adecuado se rompen las ligaduras del diablo que atan a tus seres
queridos y estos vienen a Cristo y se salvan. Con el ayuno creces espiritualmente
y adquieres autoridad para predicar con libertad a Cristo.
Detecta cuál es tu mayor pasión. Puede ser la música, puede ser el fútbol u otro
deporte. Puede ser la computadora, o cualquier otra cosa o práctica. Una vez que
hayas detectado tu mayor pasión, realiza un ayuno de esa práctica. Ayunamos
hasta mantener el control de la práctica en lugar de ser controlado. No podemos
ser instrumentos de libertad para la nación, si estamos esclavizados.
Estas prácticas no producen nada por sí solas, sino que son simplemente
herramientas para que el Espíritu Santo las utilice. Tu dependencia de Él es lo
más importante. Pero incorporar a tu vida la disciplina de los distintos ayunos
puede ser una bendición que revitalice tu vida espiritual y te conduzca a un nivel
nuevo de victoria.