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VIII.

Smart Cities, innovación y conectividad digital en la Zona Metropolitana de


San Luis Potosí: ¿hacia un nuevo modelo de gestión en las ciudades mexicanas?

Benjamín Alva Fuentes

Adrián Moreno Mata

Introducción

Los conceptos y el desarrollo de ciudades del conocimiento, inteligentes,


eficientes o digitales, constituyen un nuevo fenómeno en el que la aplicación de
las nuevas tecnologías de la información, comunicacionales y del transporte,
entre otras, ha dado lugar a formas de socialización emergentes que es necesario
documentar. Este trabajo invita a reflexionar teóricamente, a discutir un estudio
de caso y a mostrar posturas sobre el impacto, tendencias y perspectivas futuras
en el desarrollo de ciudades inteligentes en México, y para lograr una mayor
concientización sobre la importancia de la creación de ciudades inteligentes
como territorios esenciales para el desarrollo sustentable y el mejoramiento de las
condiciones de bienestar social. Se parte de la idea de que no existe una receta
mágica que permita la creación de ciudades inteligentes o de ciudades digitales,
ya que su implementación requiere de una cantidad considerable de recursos
económicos, y del trabajo conjunto de diversos sectores de la sociedad como son
gobierno, empresas privadas, instituciones y organizaciones sociales, entre otros.
Todos deben visualizar tanto intereses comunes como particulares y, al mismo
tiempo, cubrir la atención de servicios para los ciudadanos, lo que implica
gobernanza y gestión de la ciudad.


Profesor e Investigador de Tiempo Completo de la Licenciatura en Diseño Urbano y del
Paisaje, UASLP. Director de Investigación del Instituto de Investigación y Posgrado de la
Facultad del Hábitat, en esa misma institución. Integrante del Cuerpo Académico
“Hábitat y Sustentabilidad del Territorio”. E-correo: balvaf©gmail.com.mx


Profesor e investigador de Tiempo Completo del Instituto de Investigación y Posgrado de
la Facultad del Hábitat, y del Programa Multidisciplinario en Ciencias Ambientales, de la
Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Líder del Cuerpo Académico “Hábitat y
Sustentabilidad del Territorio”. E-correo: adrian.moreno©uaslp.mx

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Con la revolución tecnológica, la gestión del conocimiento y el uso intensivo de
las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), se ha modificado la
dinámica social, la movilidad de las personas, su integración y la forma como ellas
se conectan en la ciudad. Este cambio, entre otros, ha obligando a los gobiernos
locales a innovar en sus prácticas públicas, con dos propósitos principales:
agregar valor al ciudadano y estar mejor conectados con fines de comunicación,
información y gestión.
Paralelamente, el crecimiento desmedido y acelerado de la ciudad ha traído
consigo esquemas de ciudad discontinua y desconectadas, por ello, deben existir
mejores estrategias que permitan por un lado el desarrollo de alternativas de
conectividad, tanto física –sistema de transporte- como digital -infraestructura
para telecomunicaciones-. En este escenario caracterizado por el uso intensivo
de las TIC y la acelerada dinámica urbana, es necesario contar con indicadores
agregados, -de tercera generación- que permitan sintetizar un conjunto de
variables y tomar decisiones estratégica oportunas. Por lo anterior es pertinente la
pregunta ¿cómo se están preparando los gobiernos locales para transitar hacia
“la ciudad digital” en dónde se utiliza de manera intensiva el conocimiento y las
TIC en el territorio?

En este marco se estudia el caso de la Zona Metropolitana de San Luis Potosí,


tomando como base la experiencia previa del Sistema de Innovación de esa
ciudad, se analizan las posibilidades y obstáculos para impulsar una estrategia de
ciudad inteligente y digital, que aproveche el potencial actual de la ciudad en
materia de infraestructura científica y tecnológica. Para ello se analiza la
evidencia empírica y se discuten posturas sobre el impacto, tendencias y
perspectivas futuras en el desarrollo de ciudades inteligentes en México. Más
adelante se elabora un análisis FODA, con el fin de evaluar, de manera ex ante y
ex post, los alcances e impactos de ambas estrategias. Se concluye que su
implementación requiere de una visión de largo plazo de las ciudades, voluntad
política, capacidad de gobernanza y trabajo conjunto entre diversos sectores de
la sociedad que deben visualizar tanto intereses comunes como particulares y, al

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mismo tiempo, vencer los obstáculos y deficiencias clásicas de la planeación y la
gestión urbanas en las ciudades de México.

Marco de referencia

En el contexto de la globalización, reestructuración económica, liberalización


comercial, flexibilización de los procesos productivos y cambio tecnológico, se ha
observado una generalizada recuperación del crecimiento y la expansión de las
principales áreas metropolitanas de economías maduras y emergentes. Las
ciudades en general, pero primordialmente las regiones metropolitanas o las
regiones pivotales (Boisier, 1998), han visto ensanchado su potencial espacio
económico y han aumentado los vínculos entre ellas. Gracias a las ventajas
competitivas que ofrecen para el crecimiento de los sectores industrial y de
servicios (Garza, 2010; Sobrino, 2007), las ciudades han despertado un gran interés
para l economía internacional, apareciendo en el entorno global como sedes de
grandes distritos tecno-industriales y de una economía urbana ascendente (Kresl,
1998; Sobrino, 2003). Asociadas a la intensificación de la movilidad del capital, las
principales áreas metropolitanas y, de manera creciente las ciudades intermedias
(ubicadas en un rango que oscila entre 100 mil y 1 millón de habitantes), revelan
una mayor atracción de inversión productiva, que muestra una clara preferencia
por aquellos lugares cuya historia lo ha dotado de un mayor potencial endógeno,
acumulación de factores estratégicos (capital físico, capital humano y
conocimento) y fertilidad productiva.

La globalización vincula prácticas locales de convivencia con relaciones


sociales a nivel mundial y reorganiza aspectos de la vida cotidiana; es un efecto
de la revolución de las telecomunicaciones que ha creado una audiencia a nivel
mundial e innumerables redes de intercomunicación especializadas (Giddens,
2000). Con la reorganización mundial y los ajustes de las economías, el concepto
de ciudad ha incorporado el adjetivo “global”. Las relaciones globales han
trascendido la geografía de los países, disminuyendo la importancia de las
fronteras, creando nuevas formas de interacción espacial y nuevos patrones
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territoriales. La ciudad deja de estar definida únicamente a partir de sus límites y,
sus relaciones con otras ciudades, ya no están condicionadas sólo por la
proximidad o sus carreteras; en las ciudades ahora se realizan actividades
globales. Las “actividades globales” son aquellas que permiten crear
interacciones entre territorios no contiguos o distantes y crean “espacios
globales”; éstas podrían ser las comunicaciones, el comercio, los procesos
productivos, los flujos financieros (Scholte, 2000).

La globalización se materializa en el comercio internacional, la inversión


extranjera directa (IED), los flujos del mercado de capitales y los movimientos de
información y de personas entre diversos territorios de manera creciente y
acelerada, los cuales se intensifican en la ciudad. En este escenario la ciudad
global es un espacio urbano que tiene influencia más allá de sus límites y regiones,
a partir de las actividades globales que en ella se desarrollan. El concepto de
ciudad global hace referencia a una economía en red, a partir de sus
actividades financieras, servicios especializados, nuevos sectores multimedia y
telecomunicaciones (Sassen, 1995).
Ante el desafío que representa el surgimiento de un mercado global, otro
aspecto que alimenta la discusión sobre las ciudades, como difusoras del cambio
tecnológico, innovación y desarrollo local, es el auge que retoma el uso de los
términos sociedad del conocimiento y economía del conocimiento. Esto se debe
al éxito que ha tenido su aplicación en diversos países del mundo desarrollado, así
como en algunas economías emergentes, como el llamado grupo BRIC (Brasil,
Rusia, Indica y Corea), entre otros, para el diseño de estrategias y políticas
públicas enfocadas a estimular el desarrollo productivo, impulsar la
competitividad territorial, fomentar el empleo y generar riqueza, con base en la
innovación y el desarrollo de la tecnología (Moreno, 2010ª).

En consecuencia, además de la globalización, el conocimiento básico y


aplicado se está constituyendo en un tema recurrente para explicar los procesos
de desarrollo. En la sociedad del conocimiento el recurso básico es el saber. La
sociedad del conocimiento tiene su fundamento en el trabajo de Peter Drucker

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(1990), relacionado con la gestión empresarial y lo que definía como “sociedad
pos-capitalista”, aquella basada en la producción de riqueza en función directa
de la productividad generada por el conocimiento. Esta sociedad, la del
conocimiento, resume las transformaciones de la sociedad moderna, también las
aportaciones de Manuel Castells (2001) sobre la sociedad de la información y
sociedad red enmarcan las características para el entendimiento de este
concepto.
Las naciones más desarrolladas han experimentado revolucionarios
avances económicos e iniciado, desde años atrás, una aguda competencia por
la supremacía tecnológica mundial, en la que un factor preponderante es la
concentración de población, inversión, infraestructura, industria y servicios en las
principales metrópolis. Durante ese proceso, las empresas de alta tecnología
mantienen el patrón de concentrarse espacialmente, lo que ha acelerado la
conversión de áreas o zonas metropolitanas en regiones urbanas polinucleares o
megalópolis (Garza, 2003:323). Para fomentar las innovaciones tecnológicas y
desarrollar las regiones menos favorecidas, algunos países latinoamericanos,
como Brasil y Chile, y en menor medida México, han comenzado a incorporarse a
estas tendencias, introduciendo un cambio importante en la noción
convencional sobre lo que es una ciudad.
Se habla así, cada vez con mayor frecuencia, de ciudades inteligentes,
ciudades eficientes, ciudades digitales, urbanismo de segunda generación, entre
otros términos que ilustran las complejas relaciones entre la Sociedad del
Conocimiento, y otros procesos, algunos añejos y otros emergentes, que
comienzan a caracterizar la vida urbana: globalización e internacionalización,
multiculturalismo, uso y aprovechamiento de la información, la sociedad en red,
acceso a infraestructura moderna y digital y aprovechamiento de las tecnologías
de la información y la comunicación en la provisión de servicios y en la gestión y
administración del espacio urbano (Toffler, 1980 y 1996), véase la figura 1.

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Figura 1. Complejidad de las relaciones entre Ciudad y Sociedad del Conocimiento

Fuente: Tomado de Alva y Moreno, 2011.

En esta discusión surgen tres conceptos: el de Ciudad del Conocimiento, el de


Smart City (Ciudad Inteligente) y el de ciudad digital. La ciudad del conocimiento
tiene su referente en los estudios pioneros desarrollados en los años setenta por D.
Bell y posteriormente Aydalot, Becattini, Castells o Hall (Citados por Narváez, 2007)
en los cuales se analiza el surgimiento de una nueva forma urbana, basada en
una nueva división del trabajo que privilegia la producción de capital intelectual,
además nuevas lógicas de expansión urbana y flujos de mercancías, pero sobre
todo de conocimiento e información. En los años setenta, los trabajos orientados
al surgimiento de una nueva forma urbana, basada en una práctica diferente de
división del trabajo que privilegia el capital intelectual para la producción,
constituyó el referente contemporáneo de las ciudades del conocimiento
(Narváez, 2007).
La ciudad del conocimiento se basa en la identificación de modelos de
trabajo entre empresas y grupos científicos que se asocian para la innovación, la
atención de un problema urbano o, la identificación de áreas de oportunidad; lo
anterior genera ventajas comparativas y agrega valor a la sociedad y las
empresas que pertenecen a la ciudad. Las ciudades que tengan la capacidad
para generar o aplicar el conocimiento y que cuenten con las empresas o que

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generen las condiciones para atraerlas son aquellas que registrarán un mayor
crecimiento (Ruiz D., 2004).
La generación y aplicación del conocimiento ha dado lugar a la
revolución de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) que
también ha afectado el concepto de ciudad, agregando el adjetivo digital. En la
ciudad digital se aprovecha el uso de las TIC en la provisión de servicios y en la
gestión y administración del espacio, permite también conectar a la ciudad con
otras ciudades y crear ventajas competitivas; la sociedad y el sistema económico
utilizan o adaptan los avances tecnológicos a las necesidades que surgen, sin
embargo, el nivel de utilización y los efectos varían de acuerdo con los procesos
políticos, sociales y culturales de cada ciudad (Castells, 1995).
El segundo concepto, las ciudades inteligentes o Smart Cities se utiliza
desde hace más de dos décadas para tratar los problemas de sostenibilidad que
surgían en las ciudades y que se centraban fundamentalmente en la eficiencia
energética y en la reducción de las emisiones de carbono. Más recientemente el
término se ha vinculado al papel de la infraestructura de las TIC. IDC, una de las
empresas que impulsa la innovación, el desarrollo tecnológico y las
telecomunicaciones a escala global, define una ciudad inteligente como “…una
unidad finita de una entidad local que declara y hace un esfuerzo consciente
para contar con un enfoque integral para emplear las tecnologías de la
información y la comunicación, para un análisis en tiempo real, con el objeto de
transformar su modus operandi esencial cuya finalidad radica en mejorar la
calidad de vida de la población que vive en la ciudad, garantizando un
desarrollo económico sostenible”. El último objetivo es mejorar la calidad de vida
de la población que reside en las ciudades, garantizando así un desarrollo
económico sostenible (Achaerandio et al., 2011; IDC, 2011).

Por su parte, la ciudad digital es una comunidad local que decide usar
ampliamente las TIC en los procesos propios de la ciudad, para transformar el
quehacer cotidiano de sus actores, al propiciar la sustentabilidad integral en lo
económico, político, social y ambiental y así mejorar la calidad de vida de sus
habitantes De acuerdo con Velázquez Pastrana (2007), en una ciudad digital,

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términos como e-gobierno, e-comercio o la banca electrónica son naturales, y los
ciudadanos encuentran “e-servicios” seguros, útiles, eficaces, eficientes y
convenientes, de tal forma que la misma sociedad demandaría la generación de
mayores servicios electrónicos, con lo cual se crea un círculo virtuoso.

Para el INFOTEC1 una ciudad digital es la comunidad que utiliza de manera


estratégica e intensiva las tecnologías de la información y comunicación para
transformarse y crear valor económico, social o político (INFOTEC, 2008). De
acuerdo con Zubieta y Woodley (2006), la ciudad digital es aquella que utiliza la
infraestructura de telecomunicaciones y de informática existente, para brindar a
sus habitantes un conjunto de servicios que mejoran el nivel de desarrollo
humano, económico y cultural de esa comunidad, tanto a nivel individual como
colectivo.

En una ciudad digital cada uno de sus habitantes tiene una computadora
y un módem a través de cual se conecta, en esta red gran parte de las funciones
de la ciudad (especialmente las funciones relacionadas con la información e
imágenes) se desempeñan en un nivel virtual (Rozga, 2004). Una ciudad digital
crea también beneficios en términos de conectividad y solución de problemas a
nivel integral; genera un entorno para el acceso a internet, teléfonos, o kioscos de
información. La ciudad digital está soportada en líneas telefónicas, internet,
conexiones electrónicas y sobre todo la capacidad para intercambiar
información como “el ancho de banda”, el Bluetooth o el Wi-Fi.

La transformación de una ciudad tradicional hacia una ciudad digital,


ocurre cuando la comunidad asume el control y la elección de la manera como
vive, trabaja, se gobierna, se relaciona, se educa, crea valor y se divierte
(INFOTEC, 2008). Las ciudades digitales son células necesarias para consolidar la
transición de un país hacia la sociedad del conocimiento a partir de:

1INFOTEC (Fondo de Información y Documentación para la Industria) es un centro público


de investigación SEP-CONACYT que tiene la misión de contribuir a la competitividad del
Gobierno y de las PyME’s, a través del uso estratégico de las tecnologías de información y
comunicaciones.

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 Uso intensivo de las TIC, como estrategia para potenciar la cobertura y
disponibilidad de los servicios,
 Creación de redes de conocimiento, para generar espacios propicios para la
innovación.
 Conectar a la ciudad y a sus habitantes

En síntesis, las ciudades globales, de conocimiento y las digitales son resultado de


procesos de estructuración de la economía y del avance científico y tecnológico,
por su alta complejidad requieren de la integración de bases de datos robustas,
sistemas de información y de análisis para la toma de decisiones que resuelva
problemas, que identifique áreas de oportunidad para el desarrollo de
vocaciones científico-tecnológicas (prospectiva estratégica), que permita
aumentar la competitividad y que genere mejores condiciones de acceso,
calidad de vida y derechos de sus habitantes.

El contexto internacional

Las ciudades inteligentes o digitales, como espacios de innovación y


conocimiento, ya existen en el mundo y muchos gobiernos locales trabajan en su
creación. En el ámbito global se han lanzado algunas iniciativas de "ciudades
inteligentes" o se están sometiendo a evaluación en la actualidad. Existen varios
proyectos internacionales que están ejecutando una o más de las áreas del
concepto de ciudades inteligentes. En Europa, por ejemplo, Ámsterdam
constituye un proyecto líder, seguida de Malta, de Málaga Smart City, de Évora
InovCity en Portugal y de muchas otras. En España, la ciudad de Madrid también
está promoviendo acciones para un medio ambiente (residuos y calidad del
aire), servicios urbanos y movilidad inteligentes. El barrio de Vauban en Friburgo,
Alemania, es un claro ejemplo de cómo responder a los principios de
sostenibilidad con un enfoque integral respecto a la planificación urbana y al
diseño arquitectónico, mediante el desarrollo de viviendas pasivas (Moreno Mata
et al., 2011). Linz, en Austria, diseñó y promovió Solar City, un barrio entero que
utiliza exclusivamente energía solar. Muchas otras ciudades, como Milán en Italia,
Southampton en Reino Unido o Salzburgo en Austria, han introducido las tarjetas

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multifuncionales que permiten el acceso a distintos productos y servicios:
autobuses, bibliotecas, museos, bicicletas o incluso alquiler de vehículos
eléctricos. Otras ciudades como Estocolmo en Suecia o Toulouse en Francia han
invertido en tecnologías avanzadas para facilitar la movilidad inteligente. Entre los
ejemplos más llamativos fuera de Europa destacan el famoso proyecto de
Boulder Smart City en Colorado o el Pecan Street Project de Austin Energy, en
Texas. También cabe mencionar la ciudad de Masdar en Dubai (Emiratos
ÁrabesUnidos), Singapur en Asia Pacífico, la ciudad de Kochi en India y Durban en
Sudáfrica, que con su estrategia de banda ancha y su fuerte inversión en
infraestructura está cumpliendo su objetivo de convertirse en la ciudad más
inteligente de África (IDC, 2011).

Recientemente IDC España presentó los resultados de un estudio sobre las


“Ciudades Inteligentes en España”, con la participación y el patrocinio de
compañías comprometidas con el desarrollo de iniciativas en este ámbito. Dicho
estudio tuvo por objetivo definir y contextualizar el concepto de ciudad
inteligente en el ámbito español, así como crear el primer índice nacional de
ciudades inteligentes y precisar los aspectos que las definen: i) una mayor
eficiencia de los servicios públicos; ii) la mejora de la calidad de vida de sus
habitantes; iv) el incremento de la participación de los ciudadanos; v) la mejora
de las condiciones de sostenibilidad medioambiental y vi) el aumento de las
oportunidades que la ciudad ofrece tanto a las personas como a las empresas. El
estudio de campo contempló a las 44 ciudades españolas de más de 150.000
habitantes, a través del análisis de madurez en distintos ámbitos que implican a
ciudadanos, empresas y gobiernos locales, en las que se valoraron aspectos
como comunicaciones, movilidad, servicios, relaciones con las administraciones,
consumo de energía y agua, entre otros aspectos. Este informe pone de
manifiesto la necesidad de las ciudades españolas de evolucionar desde su
modelo de desarrollo y gestión actual, para establecer las bases de un futuro
sostenible y un funcionamiento más eficiente (IDC, 2011).

La clasificación de ciudades inteligentes españolas la encabezan las


denominadas Top Five, las cinco ciudades con mejores puntuaciones y con

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proyectos “inteligentes” ya en funcionamiento: i) Málaga, que ha sido pionera en
el desarrollo de un proyecto de ciudad eco-eficiente, basado en la integración
óptima de fuentes de energía renovable en la red eléctrica; ii) Barcelona, que
destaca por su adopción de las TIC y las soluciones de movilidad en el transporte
urbano, con el desarrollo del proyecto LIVE (Logística per a la Implementació del
Vehicle Elèctric); iii) Santander, que ocupa la tercera posición debido a sus
significativos avances en las áreas de edificación, energía y medio ambiente, y
en particular mediante el proyecto SmartSantander, orientado al control
medioambiental y de tráfico, la eficiencia en el transporte público y la gestión de
los residuos urbanos; iv) Madrid, que destaca por su economía y base TIC y cuyas
actuaciones “inteligentes” se enmarcan en el Centro Integrado de Servicios de
Emergencia (CISEM), que moderniza y coordina todos los servicios de
emergencia, y los proyectos de movilidad urbanas asistidos por sistemas
información en tiempo real, la implementación del vehículo eléctrico y el vehículo
multiusuario o Car Sharing; y v) Donostia-San Sebastián, con un especial énfasis en
los servicios y la movilidad (IDC, 2011). El estudio hace referencia, además, a las
ciudades aspirantes para ocupar alguna de las cinco primeras plazas si sus
respectivos grupos de influencia (gobierno, industria y servicios públicos) ponen en
marcha los mecanismos adecuados. Estas diez ciudades son: Coruña, Bilbao,
Burgos, Elche, Hospitalet de Llobregat, Pamplona/Iruña, Santa Cruz de Tenerife,
Terrassa, Vitoria-Gasteiz y Zaragoza (IDC, 2011).
En Latinoamérica las tres principales ciudades digitales son Sao Paulo, Brasil;
Chihuahua, México y Mérida, México; según el ranking elaborado por Motorola y
Convergencia Research, que evaluó 150 ciudades de 15 países en junio de 2009.
Para elaborar el ranking se utilizó un modelo conformado por tres dimensiones
que sintetizan más de 200 indicadores para cada ciudad. Las tres dimensiones se
refieren a: i) los actores involucrados; ii) la infraestructura, servicios, e-vinculación,
compromiso en la reducción de la brecha digital; y iii) la integración de una red o
las interacciones, transparencia y uso de tecnologías de la información de parte
de ciudadanos, empresas y otras instituciones.

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La inteligencia competitiva y los indicadores de tercera generación

En la actualidad la creación, uso, y difusión del conocimiento y la innovación son


determinantes en la creación de valor. En el proceso de gestión del
conocimiento, la información es la base para la construcción del conocimiento,
ya que incrementa el capital intelectual y genera ventajas comparativas. En el
presente siglo caracterizado por el uso intensivo del conocimiento, los sistemas de
gestión constituyen importantes herramientas en la toma de decisiones y en la
creación de valor. Los sistemas de gestión se estructuran a partir de datos, la
información permanece pasiva hasta que es utilizada en la generación de
conocimiento (Alva & Medina, 2009); es decir, el proceso para generar
conocimiento implica la organización, sistematización y síntesis de la información.
La creación de valor o la “ventaja competitiva” de una institución, sea pública o
privada, surge a partir de estrategias generadas con indicadores que sintetizan
del desempeño organizacional, que monitorean el contexto y sobre todo que
permiten tomar acciones para lograr una mejor posición en el entorno.

Existen diversas definiciones que hacen referencia a la Inteligencia Competitiva


(IC):
 Es un sistema de aprendizaje que se relaciona con la gestión del conocimiento
para tomar decisiones, que permite identificar capacidades y
comportamientos de los competidores actuales y potenciales.
 Es un proceso relacionado con la vigilancia2, que permite recoger y analizar
información sobre las actividades competitivas, del entorno y de las
tendencias en los negocios, con la finalidad de lograr “ser la mejor empresa”
(López F, Férnandez S, Manchado P, Agustín H, & Zabala D, 2008).

A diferencia de los procesos convencionales de administración de información, se


requiere capacidad y habilidad para convertir la información en conocimiento y
transformarlo en aprendizaje tanto individual como colectivo, la IC tiene un gran

2 Es importante establecer la diferencia entre vigilancia tecnológica e IC. La vigilancia


tiene un papel de detección mientras la inteligencia competitiva tiene por misión el
posicionamiento estratégico de la empresa en su entorno (Escorsa, 2007).

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componente de gestión del conocimiento orientado a la solución de problemas y
desarrollo de oportunidades; implica además recopilar y almacenar información
de forma estratégica, requerida para el “buen” funcionamiento de la
organización (Modrego & Barge-Gil, 2007), véase la figura 2.

Figura 2. Componentes de la IC

•Agregar valor
•Creación de valor
Producción de •Innovación
conocimiento •Vigilancia tecnológica
•Prospectiva estratégica

Toma de
decisiones

•Mejorar posición
•Adecuarse al entorno
•Generar ventajas
•Bajar costos Información
•Vinculación

•Administración
•Alineación con objetivos
•Indicadores
•Sistemas de información

Fuente: Elaboración propia, con base en Alva Fuentes y Moreno Mata, 2012.

La IC da cuenta del medio o entorno y de la situación de la organización, se basa


en “saber” identificar la información necesaria y sus metadatos3 a partir de los
cuales se selecciona información para el análisis y la gestión del conocimiento. El
uso de las TIC en la IC, así como la orientación hacia la investigación, el desarrollo
y la innovación (I+D+i) constituye un elemento fundamental en la era digital para
la sociedad basada en el conocimiento. Para lograr un sistema de indicadores de
tercera generación basado en IC, es fundamental estandarizar procesos de

3
Es la información que permite conocer la periodicidad, fuente, método y demás especificaciones en las que
fue producida la información.

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administración de la información, gestión del conocimiento y toma de decisiones
(Modrego & Barge-Gil, 2007).

En este enfoque, la IC implica la vigilancia tecnológica con el fin de


observar y analizar el entorno científico, tecnológico y los impactos económicos
presentes y futuros (Escorsa, 2007). El éxito de un proceso de toma de decisiones
basado en la IC se debe a la selección, organización y síntesis de información,
pero sobre todo a su alineación con los objetivos, el posicionamiento y la
generación de conocimiento para la innovación.

En síntesis, en la nueva economía global, sólo pueden competir las


ciudades que están mejor conectadas y que crean innovación a través del uso
del conocimiento, crean redes que son capaces de adaptarse a las
transformaciones y ajustes de la estructura productiva mundial. Las ciudades
digitales se constituyen en una estrategia de prospectiva estratégica para
conectar en la ciudad a los grupos de investigación con el sector productivo y el
gobierno en la solución de problemas, pero además acercan el gobierno a la
gente a través de modernos y sofisticados sistemas de gestión urbana que
proveen servicios digitales. Debido a la importancia estratégica para crear redes
en la ciudad, y ofrecer ventajas comparativas y crear valor hacia el ciudadano,
la conectividad digital se constituye en un indicador necesario para tomar
decisiones sobre donde estar conectado, o cuánto cuesta conectar a la ciudad.

Contexto nacional

En el caso de México, la creación de ciudades digitales inicia en México, en junio


de 2007, en Guadalajara, Jalisco, al obtenerse el primer lugar por mejores
prácticas del IV Premio Iberoamericano de Ciudades Digitales. Esta distinción se
logró mediante un trabajo conjunto entre el gobierno de la Ciudad de
Guadalajara y la Universidad de Guadalajara, por la creación de un portal
interactivo donde el gobierno de la ciudad ofrece a sus ciudadanos la gestión de
servicios a través de la Internet. El gobierno de la ciudad de Monterrey, Nuevo

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León, también despliega servicios gratuitos de Internet móvil en áreas abiertas y
públicas, como la Macro Plaza y su centro histórico, al tiempo que desarrolla
diversas opciones de trámites y servicios varios. De igual forma, el gobierno de la
Ciudad de México (GDF) en los portales electrónicos de sus delegaciones
políticas y del mismo GDF ofrece opciones para la obtención de información,
acerca del procedimiento y la realización de muchos trámites en red. De forma
similar, algunas dependencias federales, como el SAT, promueven activamente el
uso de la Internet para la gestión de pagos y servicios (Velázquez Pastrana, 2007).
En una etapa más reciente se han sumado a este proceso, las ciudades de
Chihuahua y Mérida, que como vimos poseen una posición importante en el
ranking de ciudades digitales a nivel Latinoamericano. La primera, ha llevado a
cabo este proceso de innovación tecnológica con base a sus componentes de
infraestructura y servicios, e-gobierno y teleseguridad, mientras que en el segundo
caso los aspectos más destacados de la conversión digital radican en la
modernización digital de los sectores gobierno y servicios, y en la reducción de la
brecha digital (Rodríguez, 2010).

No obstante, al hacer una comparación a nivel internacional, algunos


estudios (Alva y Moreno, 2011), revelan el rezago del Sistema Urbano Nacional, en
materia de ciudades digitales, en particular si se considera la disponibilidad del
Internet como un factor fundamental en esta estrategia, ya que permite el
establecimiento de redes de intercambio de información, así como la prestación
de servicios como el gobierno electrónico, la telemedicina o los entornos virtuales
de aprendizaje. Con base al Índice de Penetración de las TIC´s en la ciudad (IPU),
que contempla la cobertura de cinco indicadores de TIC´s (telefonía fija, celular,
televisión, internet y computadora personal) se observa el rezago de México, que
apenas alcanza un 62 por ciento de cobertura de internet en los hogares,
mientras que en Corea se alcanza un IPU DE 94 por ciento, en los países nórdicos
de 80 por ciento y en los países miembros de la OCDE, el promedio de hogares
con Internet es de 62 por ciento. Cabe señalar que en esta organización México
ocupa el penúltimo lugar, sólo por encima de Turquía (INEGI, 2009).

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De igual forma, se observa una cobertura diferencial si se consideran los
diferentes tipos de penetración de las TIC’s en las ciudades que integran el
Sistema Urbano Nacional: 87 por ciento de cobertura en teléfono fijo; 75 por
ciento en internet; 75 por ciento en uso de las PC; 64 por ciento en teléfono
celular y 13 por ciento en televisión por cable (INEGI, 2009). Estos diferenciales se
manifiestan de manera más aguda al considerar los extremos a escala regional,
por entidades federativas o por ciudades principales (véase la figura 3).

Figura 3. México: IPU y su influencia regional, 2010


1. Ilustración 5: México, IPU y su influencia regional, 2010.

2.

Fuente: Cálculos propios con datos del Censo de Población y Vivienda


2010.

La figura 3 ilustra cómo el patrón nacional de IPU muestra una ampliación de la


brecha en los extremos y es menor en un amplio grupo de ciudades (en el grupo
medio alto y medio bajo). Las principales diferencias se explican por el nivel de
penetración del Internet, seguido de la PC y la telefonía tanto celular, como fija,
esta última en menor proporción e importancia; la televisión es una TIC´s que no
tiene una amplia brecha entre las ciudades y mantiene altos índices de
penetración.

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El Índice de conectividad urbana en México

De acuerdo con el Índice del Desarrollo de las TIC (IDT) que presentó el informe
"Medición de la sociedad de la información", publicado por la Unión Internacional
de Telecomunicaciones (UIT) en 2009, a fines de 2008 el mundo había alcanzado
un nivel sin precedentes de acceso a las TIC: existían 4.000 millones de usuarios de
telefonía móvil, 1,675 millones de habitantes del planeta utilizan Internet, existen
1,300 millones de líneas de teléfono fijo; sin embargo, el nivel de penetración de la
banda ancha en los servicios fijo y móvil sigue siendo relativamente bajo. En el
territorio, existen importantes diferencias en cuanto al nivel de las TIC, sobre todo
entre las regiones y economías desarrolladas y en desarrollo. Según el IDT, entre
2007 y 2008 México perdió una posición, pasó del lugar 76 al 77 en un ranking de
159 países. El IDT de México (3.25) en 2008, era menos de la mitad de Suecia, país
número 1 (UIT, 2009).

Con los datos de 2010 del Censo de Población y Vivienda, es posible


observar el comportamiento de la conectividad y obtener un costo estimado
para conectar las 490 ciudades dependiendo de la cantidad de viviendas que
no cuentan con el servicio de Internet, Televisión y Teléfono fijo o móvil. En la
figura 4 se identifican los siguientes niveles de ICDU:

 ICDU Alto: Huixquilucan ocupa el lugar número 1, con un ICD de 2.13 y un


grado de penetración alto, en este grupo se encuentran 16% de las ciudades,
Las variables que ubican a Huixquilucan con el Índice más alto es que 80% de
los hogares disponen de PC e Internet.
 ICDU Medio Alto: Existen 145 ciudades que representan 30% del total de
ciudades consideradas y que ocupan del lugar 80 al 224 en la clasificación
nacional del ICDU.
 ICDU Medio Bajo: La ciudad menos rezagada en este grupo es San Miguel
Coatlinchán en Texcoco estado de México con un ICDU de 1.1585. En este
grupo existen 198 ciudades de las 490 que se consideraron.

17
 ICDU Bajo: En este grupo se encuentran 68 ciudades, entre el lugar 423 y 490
de la clasificación, la brecha entre estas ciudades es de 65%. Perote en
Veracruz tiene un ICDU de 0.91 por encima de Xoxocotla con .5552.

Figura 4. México. ICDU, cobertura de internet y costo acumulado para proveer el servicio
de Internet

Fuente: elaboración propia, con base en Alva Fuentes y Moreno Mata, 2012.

El cálculo de este indicador permite por un lado analizar la forma en que se


manifiestan las diferencias entre aquellos que tienen acceso y conectividad
digital y aquellos que no; a esta diferencia se le conoce inicialmente con el
nombre de Brecha Digital. Países desarrollados como Suecia, han impulsado
importantes iniciativas para que el Internet se constituya en un derecho
ciudadano. En el caso de México se ha decretado en términos constitucionales
como un derecho universal. Sin embargo ¿cuánto costaría garantizar este
derecho?

18
Para 2010, existían en México 17.5 millones de viviendas particulares habitadas,
31% de ellas tiene acceso a Internet. Para lograr que 69% de las viviendas
identificadas tuvieran acceso a este servicio, que significan 12.2 millones de
viviendas, le costaría al Gobierno cerca de 4,861 millones de pesos mensuales o
58,337 mdp anuales. El costo representa 2% del presupuesto anual del gobierno
federal.

El ICDU permite entonces identificar zonas de mayor conectividad, áreas


de oportunidad, amplitud de las diferencias entre la conectividad general y por
componente, como el caso de Internet, permite también identificar costos para
la provisión de servicios digitales, y en términos general el costo de lo que implica
conectar a las ciudades; sobre todo actualmente que 7 de cada 10 viviendas no
cuentan con el servicio. EL ICDU se identifica como un indicador de tercera
generación por su importancia en la toma de decisiones, por su definición como
indicador de los sistemas de inteligencia competitiva, pero también por ser un
indicador agregado.

Finalmente es importante considera la importancia de los indicadores


agregados sobre los nuevos enfoques que deben de tener la ciudad, como la
ciudad global y la ciudad del conocimiento, para tomar decisiones que permitan
ubicar mejor a las ciudades en este presente siglo.
En todo caso, es importante subrayar que una ciudad ejerce influencia
sobre su región inmediata. De hecho, en el marco de la sociedad del
conocimiento, las ciudades articulan los sistemas de innovación regional y
proveen de un conjunto de infraestructura que facilita la comunicación, el
intercambio de información y la gestión de conocimiento (Moreno Mata, 2010 y
2010ª). En este sentido, una de las principales oportunidades para México es
aprovechar el potencial que representa el amplio y creciente radio de influencia
de sus principales ciudades, y lograr que a partir de éste se incorpore un mayor
número de localidades –urbanas y rurales-, a los beneficios de la sociedad del
conocimiento.

19
Bajo estos antecedentes se analiza el caso de la Zona Metropolitana de
San Luis Potosí, que posee un alto potencial para convertirse en la sede de un
Sistema de Innovación Regional (Moreno Mata, 2010), que podría articular una
ciudad-región de aprendizaje con base al desarrollo de una ciudad digital, a
redes virtuales de conocimiento y de infraestructura física de comunicaciones y
telecomunicaciones. El objetivo del trabajo es presentar un panorama general
sobre el caso estudiado e identificar las fortalezas y debilidades de esta zona
metropolitana como núcleo de innovación y desarrollo tecnológico en la región
Centro-Occidente de México. En la primera parte del documento se desarrollan
algunos aspectos de naturaleza teórica y conceptual vinculados al desarrollo de
ciudades inteligentes y ciudades digitales, que constituyen la base de una
estrategia específica para impulsar ese objetivo. En el segundo apartado se
exploran los antecedentes del caso de estudio y se identifican los espacios físicos
e instituciones que podrían articularse en una estrategia de ciudad inteligente y
digital. El tercer apartado analiza algunos elementos enfocados hacia la
aplicación de un modelo y estrategia digital para la ciudad de San Luis Potosí.
Finalmente, se presentan las conclusiones generales.

Ciudades inteligentes y eficientes: principios, paradigmas y conceptos

Desde sus orígenes hasta inicios del siglo XXI, el crecimiento de las ciudades ha
dependido de su capacidad para evolucionar económica, social, política y
tecnológicamente, así como de la especialización productiva de cada país y, en
años recientes, de su inserción en la nueva división internacional del trabajo. En la
actualidad, existe un creciente interés por cuantificar los niveles de
competitividad de las ciudades, pues todas las naciones requieren elevar la
posición de sus urbes en esas clasificaciones para estar en posibilidades de
articularse ventajosamente dentro del proceso de mundialización de la economía
(Garza, 1999).

En este sentido, bajo la influencia de los paradigmas de la competitividad,


la sustentabilidad y la eficiencia urbanas (Moreno Mata, et al., 2012), se han
desarrollado a escala global diversos modelos de gestión de las ciudades, entre

20
los que destacan los proyectos de ciudades inteligentes y ciudades digitales. En
estos modelos, el capital que representan las ciudades se expresa en por lo
menos en 6 dimensiones: i) ambiental; ii) social; iii) humano; iv) técnico; v) político,
y vi) financiero, que integran lo que Osmont (2003) denomina la ciudad eficiente
(véase la Figura 5).

Figura 5. Dimensiones que integran a la ciudad competitiva y eficiente

Fuente: Osmont, 2003.

En conjunto, las iniciativas de carácter global para impulsar las ciudades


inteligentes se pueden clasificar en tres grupos principales: i) Servicios avanzados
para el ciudadano [movilidad, gestión del tráfico, sistemas avanzados de pago
de estacionamiento, etc.]; ii) Tecnologías dominantes [banda ancha e
infraestructuras de comunicación, sistemas avanzados de reciclaje, etc.], y iii)
Sostenibilidad climática/energética [uso de paneles solares, implementación de
contadores inteligentes y red de distribución eléctrica inteligente, etc.], que suele
respaldar otros componentes como el transporte y el sector de la construcción.
Algunas recomendaciones para que las ciudades avancen hacia una economía
inteligente las apuntan diversas organizaciones:

21
Definir la estrategia como ciudad inteligente. Las ciudades sostenibles son los
mejores lugares para vivir y resultan menos caras de gestionar. Ciudades de todo
el mundo compiten por atraer inversiones, habitantes que incrementen su PIB, y
turistas. Cada una de ellas ha de cuidar su desarrollo sostenible de cara al futuro,
y evaluar claramente los aspectos más relevantes sobre los que debe trabajar: i)
capitalidad [explotar su capital urbana en múltiples dimensiones], ii) sostenibilidad
[impulsar durabilidad del desarrollo], iii) Nueva Económica [utilizar los instrumentos
de la Nueva Geografía Económica, la Geografía Económica Relacional, la
Economía Regional, etc.], aplicar un enfoque de urbanismo de segunda
generación, ver Figura 6.

Figura 6. Estrategia
Figura para
2. Estrategia paraimpulsar unaciudad
impulsar una ciudad inteligente:
inteligente: enfoque,
enfoque, principiosprincipios y clave
y conceptos
conceptos clave

Capitalidad Sustentabilidad

Territorio Inteligente

Nueva Economia
INTELIGENTE
Urbanismo de Segunda
Generación

Fuente: Elaboración propia., adaptado de Alva Fuentes y Moreno Mata, 2011.


Fuente: Elaboración propia., adaptado de Alva Fuentes y Moreno Mata, 2011.

Construir la ciudad inteligente. Una vez clara y validada la estrategia, hay que
transformar los objetivos en un plan de implementación cuidadosamente
diseñado que se adecúe a la estrategia y con indicadores de evaluación (Villasís
Keever y Moreno Mata, 2011). El plan de acción requerirá colaboración de
actores públicos y privados.
Innovar en servicios inteligentes. Una ciudad inteligente no es un conjunto de
tecnologías independientes que proporcionan datos e información, sino un
sistema de sistemas integrados cuyo último objetivo es mejorar la calidad de vida

22
de sus habitantes y asegurar su desarrollo económico sostenible. Con este
enfoque en mente, todos los servicios, públicos y privados, deben ser reevaluados
y cuestionados para poder transformarse en servicios innovadores para los
ciudadanos.
Gestión y operaciones inteligentes. La gestión profesional de la ciudad es
necesaria para mejorar en eficiencia, medir los rendimientos y tomar decisiones
basadas en una visión realista de la ciudad, los servicios y su impacto en la
sociedad. Una gestión inteligente también implica una mejora de los procesos y
mejor organización ciudadana, un cambio que requiere un compromiso a largo
plazo.
Medición inteligente y mejora continua. La transformación en ciudad inteligente
es un camino largo. Es importante mediar y comunicar los logros intermedios.
Además, se recomienda revisar, analizar y replanificar la inteligencia de la ciudad
de forma continua (IDC, 2011). A su vez, los elementos que podrían conformar
una estrategia de ciudad inteligentes serían los que aparecen en la figura 7.

Figura 7. Elementos para una ciudad inteligente

 Son muchas las ciudades empeñadas en diseñar un modelo de


ciudad capaz de ilusionar, un proyecto de ciudad inteligente,
competitiva y sostenible que garantice crecimiento económico,
bienestar social y calidad de vida a sus habitantes.
 No todas las ciudades parten de las mismas premisas, principios,
filosofía, valores e incluso formas de entender el territorio.
 Cada ciudad tiene y debe mantener su propia identidad y la
posibilidad de que sus ciudadanos y ciudadanas se identifiquen
con ella.
 Un conocimiento profundo y minucioso de las necesidades de
sus ciudadanos y de la operación diaria de la misma ciudad.
 Una integración efectiva de los principios de capitalidad,
sostenibilidad, territorio inteligente, nueva economía y urbanismo
de segunda generación.
 Servicios que ofrezcan a los ciudadanos confiabilidad, utilidad y
seguridad, y que beneficien a la mayor parte de la sociedad.
 iv) La constante generación de proyectos tecnológicos
Fuente: Construcción
innovadores, propia, adaptado
sustentables y de IDC, 2011;
rentables queVitoria-Gasteiz,
coadyuven2010.
al
desarrollo económico, social, cultural, político, entre otras
En este marco cuestiones.
reflexivo, el esquema planteado por Alva Fuentes y Moreno Mata
(2012) para impulsar un modelo de ciudad inteligente parte de 5 principios

23
básicos [innovación y complementariedad urbana, pensar globalmente y actuar
localmente, integración regional, desarrollo sustentable y responsabilidad social].
Para ello introducen 8 ejes estratégicos: i) Gobernanza; ii) Desarrollo Económico y
sustentable; iii) Ciudad inteligente y digital; iv) Comunidades digitales; v)
Democracias; vi) Buen gobierno; vii) Cierre de la brecha digital; y viii) Desarrollo de
Sociedad de la Información (véase la figura 3). Estos ejes se traducen en aspectos
tales como seguridad y buena transportación, salud y empleo, habitabilidad y
calidad de vida, gobierno ciudadano, medio ambiente limpio e impulso a
negocios, ciencia, tecnología y cultura, educación y turismo (ver figura 8).

Figura 8. Modelo conceptual de ciudad inteligente

Fuente: Alva (2010:1438), a su vez adaptado de Rózga, 2010.

Ciudades digitales y sistemas de innovación en San Luis Potosí: antecedentes

La dinámica económica observada durante los últimos diez años por la Zona
Metropolitana de San Luis Potosí (ZMSLP), la ha convertido en destino de importantes
flujos de inversión nacional y extranjera en las ramas metal-mecánica, automotriz y
electrónica, en el comercio, hoteles y servicios turísticos, y en el desarrollo
inmobiliario, complementadas por el procesamiento de materias primas de origen
local, la producción agrícola y ganadera, y la producción de alimentos y bebidas,

24
entre otras áreas de actividad (Moreno Mata, 2012). Esta tendencia ha cristalizado
en una reestructuración económica e industrial de la ZMSLP: sus indicadores revelan
un desempeño general positivo en los últimos quince años, convirtiéndola en una
opción atractiva, con grandes capacidades competitivas y potencial de desarrollo
económico, tecnológico y de innovación a escala regional, nacional y, en algunos
sectores más dinámicos, a escala global (Sobrino, 2010). Todo ello soportado por la
continuidad de cuantiosas inversiones de los órdenes federal, estatal y municipal y la
existencia de mano de obra altamente calificada, que a su vez han atraído al
capital privado local y foráneo, e impulsado la creación de redes y capital sociales,
una reorganización empresarial, así como el surgimiento de instancias promotoras de
innovaciones y de los procesos de transferencia de tecnología (Alva Fuentes y
Medina Rivera, 2009; Moreno Mata, 2010).
Esta tendencia favorable se explica, en gran medida, por las ventajas
competitivas y de localización que ofrece: i) estratégica localización geográfica; ii)
elevado nivel de conectividad y comunicación a escala regional, nacional e
internacional (ver Mapa 5); iii) existencia de infraestructura industrial, logística y
urbana competitiva; y iv) potencial y capacidades del capital humano de las
universidades y centros de investigación locales. Todo ello la ubica como una de las
ciudades medias con mejores perspectivas de competitividad y desarrollo
económico de la región centro-occidente de México (Moreno Mata, 2010) y la
convierte en una incipiente ciudad-región de aprendizaje, con potencial para
convertirse en un pivote del desarrollo y la innovación locales en el mediano plazo.
La entidad federativa, y en particular la ZMSLP, cuentan con diversas ventajas
competitivas y locaciones para la inversión y el desarrollo económico; comenzando
por su localización geográfica, que le otorga cercanía a 10 estados de la República
Mexicana, y la existencia de importantes redes carretera y ferroviaria, con
conexiones a los puertos y ciudades más importantes del país y de Estados Unidos de
América (los puertos de Tampico y Veracruz en el Golfo de México, y Mazatlán y
Manzanillo en el Océano Pacífico, entre otros). Esta ubicación y conectividad
territoriales, constituyen una fortaleza para aprovechar las potencialidades que
ofrece el intercambio con el mercado norteamericano, y con los países de la
cuenca del Pacífico y europeos. Además, la ZMSLP se localiza en el centroide del

25
triángulo que forman las zonas metropolitanas de México, Monterrey y Guadalajara,
ubicándolo como un nodo estratégico para la inversión, con acceso a un mercado
potencial de 72.9 millones de consumidores y al 74.3 por ciento del PIB nacional, en
un radio cuyo rango va de 300 a 600 kilómetros (SEDECO, 2009), dentro del cual se
encuentran también otras ciudades de la REGCO, como Aguascalientes, León y
Querétaro (ver figura 9).

Figura 9. ZMSLP: Conectividad territorial y acceso a mercado

Fuente: Secretaría de Desarrollo Económico, Gobierno del Estado de San Luis Potosí, 2009.

Bajo este contexto, en 2008 se iniciaron trabajos de coordinación para impulsar, de


manera promisoria, el sistema de innovación estatal/regional, cuya sede sería la
ZMSLP. Dicho sistema estaría basado en: i) el desarrollo de clusters, como es el caso
de la industria automotriz, el área de nanotecnología y el área de salud; y ii) la
conformación de un polo científico, tecnológico y de innovación (C&T+i) cuya
plataforma la integrarían instituciones académicas, los centros de investigación, y los

26
sectores gobierno y empresarial. Uno de los principales objetivos del SIR-SLP consiste
en articular territorialmente instituciones clave, a partir de redes virtuales y TIC´s. La
estrategia de desarrollo del SIR consiste en la evolución hacia una economía del
conocimiento, basada en la generación de nodos locales de innovación.
La perspectiva utilizada en el proceso de gestación del SIR-SLP se conoce
como Enfoque de Sistemas de Innovación Regional (Rózga, 2012), y considera –bajo
una perspectiva evolucionista-, que el incremento en la producción de
conocimiento y las actividades de innovación depende de los vínculos entre
diferentes actores (empresas, universidades, gobierno, institutos de investigación,
entre otros) operando en una vía sistémica, lo que impulsa la creación de políticas
de desarrollo local enfocadas a la creación de competencias de los sectores locales
estratégicos en materia de innovación y aprendizaje.4
El desarrollo del SIR, considera a su vez tres esferas o actores clave
(academia, industria y gobierno), enlazados con una cuarta esfera, que
contempla las sinergias o alianzas entre las tres esferas anteriores, incluyendo el
soporte local de organizaciones que no necesariamente toman un papel activo
en los procesos de innovación y conocimiento, y un medio ambiente local que no
siempre es proclive al desarrollo de innovaciones, conocimiento y tecnología:

 Destaca, en primer término, la participación o el rol de las empresas, como


fuente de desarrollo económico, cuyo objetivo es producir bienes y servicios
con alto valor agregado, para explotar de manera eficiente nichos de
mercado específicos.
 En segundo lugar, pero no menos importante, se encuentra el rol de las
universidades y centros de investigación, cuyo papel estratégico ha sido
definido por el modelo de la triple hélice (Kresl, 2012; Rózga, 2012), en el que
dichas instituciones juegan un nuevo rol, participando más activamente en los
procesos de desarrollo económico, innovación y cambio tecnológico

4 Este enfoque, dominante en la literatura sobre los SIR’s, plantea que un sistema de
innovación actúa como una herramienta de impulso al desarrollo económico endógeno de
los territorios. Se considera que este enfoque es el más apropiado para impulsar el desarrollo
de los SIR`s en un país como México (Moreno Mata, 2010), o en territorios con las
características geográficas, económicas, políticas y educativas del estado de San Luis Potosí.

27
territoriales, y no solamente en sus funciones tradicionales de formación de
recursos humanos e investigación.
 Luego aparece el papel o rol de los gobiernos locales, que es reconocido como
una de las mejores opciones para diseñar e implementar ciertas políticas
enfocadas al desarrollo local, ya que son instancias que conocen mejor las
necesidades y el potencial de sus propios territorios. Ello no significa que esas
políticas provengan de los más altos niveles gubernamentales pues, como hemos
visto, éstas muchas veces no aterrizan en la escala regional o local; su función
ideal es que interactúen en diferentes niveles de gobierno, diseñando políticas y
objetivos acordes a la realidad y necesidades de territorios específicos.
Finalmente, se encuentran los vínculos e interacciones (internos y externos) entre
las tres esferas anteriores.
 Finalmente, un aspecto fundamental para el desarrollo de un sistema de
innovación de este tipo, consiste en las fortalezas y ventajas territoriales que
posea la sede del sistema, en este caso la ZMSLP, y que consisten en su
capacidad real y potencial, para desarrollar equipamiento e infraestructura,
tanto de carácter científico como tecnológico, incluido el desarrollo de redes
virtuales y aplicación de TIC’s a la conectividad territorial e institucional.

FODA DEL MODELO SIR-SLP

El modelo inicial del SIR-SLP, a lo largo de su primera etapa de


gestación/instrumentación (2006-2012), ha seguido un proceso no-lineal (cuyas
etapas y desarrollo se han ido ajustando a condiciones cambiantes, la mayoría
de ellas adversas, tanto del entorno nacional como local), y considera: i) 3 ejes
estratégicos;5 ii) 6 fases o etapas (mapeo estratégico, diseño de la estrategia-

5 Los ejes de la estrategia son: i) identificar e involucrar líderes regionales; ii) definir
vocaciones competitivas del estado de San Luis Potosí; iii) desarrollar una visión de
conjunto; iv) promover una fuerte vinculación entre los sectores educativo, empresarial y
gubernamental, incluyendo los centros de investigación y desarrollo; v) identificar el
mercado potencial; vi) ubicar las diversas fuentes de financiamiento; vii) crear una base
de datos de oferta y demanda de servicios de ciencia, tecnología e innovación; viii)

28
visión, definición de objetivos e indicadores, esquema de
vinculación/conectividad, identificación de oportunidades de innovación, y
formulación de políticas e instrumentos); y iii) 3 áreas o clusters prioritarios
(automotriz y autopartes; salud, biofarmacia y toxicología, biotecnología;
nanotecnología y materiales avanzados) (ver figura 7).

Figura 7. Matriz FODA de la competitividad territorial de la ZMSLP, 2009

Fortalezas Internas Oportunidades



 Ubicación y accesibilidad geográfica estratégicas  Acceso a 72.9 millones de consumidores
 Elevada conectividad carretera y ferroviaria  (radio 600 a 300 km.)
 Existencia de mano de obra calificada  Acceso al 74.3% del PIB nacional (radio de
 Formación de recursos humanos con 600 a 300 km).
alto grado de especialidad  Acceso a incentivos nacionales e
 Universidades y centros de internacionales para el desarrollo.
investigación de excelencia  Acceso conectividad a mercados
 Grupos de investigación de frontera  internacionales (TLC, UE, Cuenca del
 Unidades de transferencia tecnológica Pacífico)
 Incentivos gubernamentales  Apertura del Comercio Internacional
 Identidad empresarial  Creciente competitividad territorial

Debilidades Amenazas
 No existe una “cultura de innovación” bien arraigada  Crisis económico-financieras global y
 No existe un parque tecnológico o distritos nacional
industriales bien desarrollados.
 Cambio tecnológico acelerado
 No existen clusters industriales consolidados
 Se desatienden sectores tecnológicos que deben  Arribo explosivo de inmigrantes desde los EUA
 Incubarse  Discontinuidad en las políticas territoriales,
 Falta de apoyo y continuidad para financiamiento a las económicas y de impulso a I+D+i
actividades de I+D+i  Estancamiento de I+D+i y “Fuga de
cerebros”
 Pérdida de cohesión social y gobernabilidad
 Agotamiento de los mantos acuíferos

Fuente: Elaboración propia, con base en Moreno Mata, 2010 y Moreno Mata et al., 2008.

Cabe señalar que algunos de estos factores se relacionan de manera directa con las
características de la estructura productiva local. Otros, igual de complejos, tienen
que ver más bien con amenazas provenientes del entorno global o ambiental, y en
algunos casos, con las condiciones socioeconómicas y políticas de la entidad
federativa donde se asienta la ZMSLP.
Respecto a la esfera académica, durante la última década, los
indicadores de desempeño de las instituciones de educación superior a nivel

formular proyectos estratégicos y prioritarios para el desarrollo del SIR-SLP; y ix) generar una
Guía de actividades de cooperación, vinculación y difusión (COPOCYT, 2005).

29
nacional, ubican a la ZMSLP como un lugar con alto potencial de innovación
científica y tecnológica con proyección internacional. La existencia de capital
humano calificado en las principales instituciones académicas y centros de
investigación, infraestructura física de vanguardia, así como un alto desarrollo
organizacional de este sector, complementan uno de los vértices de la famosa
triple hélice del conocimiento, mencionada en el apartado inicial.
Entre las instituciones académicas con mayor reconocimiento por su
desempeño se encuentran la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), el
Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnológica (IPICYT), la Universidad
Politécnica y El Colegio de San Luis (COLSAN). Los tres centros CONACYT que se
localizan en la ZMSLP, el IPICYT, el COLSAN y la Unidad de Desarrollo Tecnológico
(UDIT), amplían su disponibilidad a través de esta última, hacia otros cuatro
centros de la REGCO (CIDESI, CIATEJ, CIATEQ y CIQA), ubicados en los estados de
Querétaro y Jalisco, otorgándole al estado de San Luis Potosí una posición
relevante, después de Nuevo León, México, Jalisco y el Distrito Federal, donde se
localizan las principales instituciones académicas del país (CONACYT, 2011).
En suma, podría concluirse que la ZMSLP tiene potencial para ser considerada
como la sede de un sistema de innovación regional de alto impacto territorial.
Existen oportunidades en el entorno global y nacional, que podrían impulsar el
crecimiento de la actividad industrial y el desarrollo de innovación para satisfacer la
demanda doméstica y, eventualmente, aumentar la participación en algunos nichos
del mercado de exportación. Sin embargo, de acuerdo a lo expuesto y al análisis de
las experiencias y modelos seguidos en el desarrollo de los SIR’s, San Luis Potosí aún
está lejos de ser considerada como una auténtica ciudad-región de aprendizaje. A
fin de aprovechar mejor las oportunidades y fortalezas de la ZMSLP para que llegue a
ser más competitiva y consolide su papel como pivote de un sistema de innovación
territorial a continuación se propone una estrategia para construir una ciudad
inteligente y digital.

Hacia la aplicación de un modelo de ciudad digital en la ZMSLP

La pauta de crecimiento de la ZMSLP observada en las últimas dos décadas,


indica la absorción de otras localidades cercanas, la mayoría de ellas de

30
carácter rural o rural-urbano, pertenecientes tanto al municipio central como a
otros municipios vecinos, que paulatinamente han quedado dentro del área de
influencia o hinterland de esta zona metropolitana. Una de las dinámicas de este
proceso de metropolización es la aparición de varios megaproyectos urbanos de
gran escala, impulsados durante las tres últimas administraciones estatales, y
claramente ubicados en el sector sur-poniente de la ciudad (Moreno Mata, 2012,
véanse las figuras 8 y 9.

Figura 8. ZMSLP. Sector surponiente Figura 9. ZMSLP. Megaurbanización surponiente

Fuente: Observatorio Urbano Local de SLP, 2010. Fuente: Observatorio Urbano Local de SLP, 2010.

Como ya se mencionó, destacan entre estos equipamientos el Campus Poniente


de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, el Instituto Potosino de
Investigación Científica y Tecnológica, El Colegio de San Luis, y el Campus del
Tecnológico de Monterrey y la Universidad Politécnica.
Estos equipamientos o megaproyectos urbanos, cuyo impacto sobre el
desarrollo de la ciudad ha sido importante y multidimensional, en conjunto se han
convertido en un cluster de infraestructura y equipamiento urbano, potencial
científico y desarrollo tecnológico de carácter metropolitano. La existencia de
capacidades institucionales, académicas, científicas, tecnológicas y de
innovación concentradas en la zona surponiente de la ciudad, permite afirmar
que existen amplias posibilidades de desarrollar un complejo urbano del tipo
ciudad-región de aprendizaje y, eventualmente, un sistema regional de
innovación con sede en la ZMSLP (Moreno Mata et al., 2008). La construcción de

31
los megaproyectos mencionados, su crecimiento y equipamiento han
redimensionado este sector de la ciudad, generando economías para la
construcción de infraestructura como fibra óptica o para el uso de internet que
permita ofrecer educación a distancia y telemedicina. Además, la vecindad con
espacios culturales como el Museo Laberinto de las Ciencias y las Artes y las
propias instituciones de educación superior, se pueden generar servicios culturales
a distancia y recorridos virtuales. El Centro Internacional de Convenciones, así
como el Centro Cultural Bicentenario de la UASLP constituyen espacio adecuados
para que empresarios y ciudadanos aprovechen las ventajas de una posible
infraestructura y desarrollo de las telecomunicaciones, aplicadas en
videoconferencias, video presencia, o redes de trabajo a gran escala , a través
de plataformas digitales.
Además, los megaproyectos del sector surponiente concentran grandes
cantidades de población usuaria en los sectores de salud, educación, oficinas de
gobierno, recreación, negocios, entre otros, lo cual constituye un área de
oportunidad para proveer una red digital/virtual, cuyo nodo central lo constituiría
el Centro Nacional de Supercómputo del IPICYT. En el caso del cluster de medicina
de punta ubicado en la zona de estudio [Hospitales Ángeles, Lomas, Central, del
Niño y la Mujer] (véase nuevamente la figura 6), se podría disponer de
infraestructura y desarrollo de TIC, para ofrecer servicios de telemedicina y redes
de investigación en salud para la conformación de redes de conocimiento y
atención a la salud en diversas partes del territorio potosino y nacional. Ello
permitiría el intercambio de información y el acceso a internet sin costo o a bajo
costo principal activo y podría reconvertir a este sector de la ciudad en un núcleo
urbano inteligente y digital. La vinculación entre investigación, educación y
desarrollo de las TIC, convertirían a este sector surponiente en un enclave
metropolitano idóneo para el desarrollo de una Sociedad Basada en el
Conocimiento y, eventualmente, a la ZMSLP en una ciudad digital. La vecindad
geográfica entre los puntos extremos de estos megaproyectos –ubicados en un
radio cercano a los tres kilómetros-, le confiere a este proyectos de ciudad
inteligente un valor agregado derivado de la accesibilidad física, la conectividad
y el acceso a instalaciones de internet en toda esta zona, lo cual incrementaría el

32
acceso a servicios y facilitaría el desarrollo de un sector urbano digital en esta zona
metropolitana (véase la figura 10).

Figura 10. El sector surponiente de la ZMSLP y sus relaciones a partir del uso de las TICs

y la estrategia para el desarrollo de una ciudad digital

Fuente: Tomado de Alva Fuentes, 2010.

Estrategia para el desarrollo de una ciudad digital en la zona sur de la ZMSLP

A partir de lo anterior, la estrategia para el desarrollo de una ciudad digital en la


zona sur-poniente de San Luis Potosí consiste en: i) Crear servicios digitales para la
atención de este sector de la ciudad; ii) Crear una red inalámbrica de
conectividad urbana para elevar el uso de las TIC y el acceso de mayor población
o usuarios a bajo o nulo costo a internet; iii) Incrementar las redes sociales,

33
académicas y vínculos gobierno-sociedad- investigadores para el fortalecimiento
del capital humano; iv) dar un valor agregado y fortalecer el conocimiento en los
procesos educativos; v) Incrementar la participación de todos los sectores y los
actores de la sociedad en las acciones de gobierno, la solución de los problemas y
el desarrollo de la ciudad; v) Incrementar la cultura del uso de las tecnologías en
los procesos educativos, la provisión de servicios y la comunicación; vi) desarrollo
sustentable y equilibrado (Alva Fuentes, 2010). De hecho, podría esperarse un
impacto ambiental positivo derivado de esta estrategia, consistente en una
importante disminución del uso de papel y un menor uso del automóvil, que
redundaría en una baja en las emisiones contaminantes.

Conclusiones

La importancia de la ciudad como sector de intervención es ampliamente


reconocida en la literatura. Lo es todavía más en el contexto de la globalización
que, con la apertura de los mercados a los intercambios internacionales, ha
determinado un continuo aumento de las tasas de urbanización, reforzando los
mecanismos de concentración de la población en general y, en particular, la
formación de grandes áreas metropolitanas.
Las zonas metropolitanas, tanto las viejas como las emergentes, como es el
caso de la ZMSLP, se convierten en lugares de la nueva modernidad. Es aquí
donde se concentran la infraestructura para el desarrollo, las redes viales de mejor
calidad, y las nuevas tecnologías, elementos que tienen por objetivo incrementar
la competitividad, la eficiencia, las economías de escala y las ventajas
comparativas, así como la captación de inversiones.
Al igual que lo que ocurre en otras latitudes, las ciudades mexicanas no
escapan a estas profundas transformaciones que, en el marco de la liberación
económica, comportan la aparición en la escena de nuevos actores que
disponen de cuantiosos recursos financieros, frente a los cuales es difícil que los
gobiernos locales o los actores locales tradicionales se resistan.
Lo anterior significa que, en el entorno de Latinoamérica y México, la
adopción de modelos de gestión innovadores, como sería el caso de las

34
ciudades digitales o inteligentes, influyen en las modalidades que adopta el
modelo de gestión y liderazgo urbano-local, en aras de implantar megaproyectos
urbanos que permitan posicionar a las administraciones municipales o
metropolitanas en la escala internacional, a partir de experiencias “exitosas”,
cuyo impacto no se constriñe a las dimensiones meramente tecnológica o
económica, sino que abarca desde el campo cultural, hasta los de la
comunicación y de las instituciones públicas, y trasciende el ámbito local, para
ubicarse en una esfera más amplia del modelo de ciudad eficiente, que
promueve, entre otros cambios culturales, sociales, económicos y tecnológicos, la
movilidad urbana, la sustentabilidad de las ciudades, los flujos tecnológicos, de
información y de “opinión pública”, y la creación de una imagen institucional de
los gobierno locales, gracias al marketing urbano.
En el caso de la zona metropolitana de San Luis Potosí, la pregunta podría
ser: ¿Cómo el gobierno enfrenta la construcción de una sociedad del
conocimiento?, aprovechando las ventajas de la ciudad, en medio de un
entorno poco alentador debido a la penetración de TIC´s que son la base para el
intercambio de información, la gestión de la investigación y su aprovechamiento,
la creación de redes o la articulación de sistemas de innovación, además de
considerar ahora al Internet como un servicio con alta necesidad social. La
evidencia apunta hacia la concentración de activos importantes para transitar
con ventaja hacia una Sociedad y Economía Basada en el Conocimiento. La
importancia de las actividades económicas de la capital del estado de San Luis
Potosí en la región centro del país, al ser líder en la industria automotriz y su
vocación turística, pueden vincularse y aprovechar el capital humano, social y
sobre todo educativo.
Las ciudades digitales aparecen como espacios que deben de ser construidos
con nuevos enfoques, lo cual obliga al replanteamiento de la habitabilidad en la
ciudad. La infraestructura, las condiciones de la vivienda, los servicios, el
equipamiento, la movilidad y hasta los espacios abiertos, el diseño urbano y la
planificación de la ciudad deben ahora tomar en cuenta nuevas consideraciones,
en las que el uso de las TICs ocupa un lugar trascendental. Sin embargo, el
planteamiento estratégico – en una ciudad digital – implica una gestión

35
participativa y un aprovechamiento de las tecnologías de la información y la
comunicación en la administración urbana, así como en el desarrollo de nuevas
habilidades sociales como la conectividad, la creación de redes o los servicios de
alto valor. La Economía o la Sociedad Basada en el Conocimiento se manifiestan
territorialmente en la ciudad moderna con elementos materiales e institucionales
que soportan las actividades urbanas digitales, el capital humano especializado, y
las áreas de innovación tecnológica. La importancia de las instituciones de
educación superior y centros de investigación como la Universidad Autónoma de
San Luis Potosí, el Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnológica, El
Colegio de San Luis, la Unidad de Desarrollo e Innovación Tecnológica y la UPSLP
dan cuenta de ello.
En síntesis, generar ciudades inteligentes o digitales implica una forma diferente
de gestión del espacio urbano y una visión de largo plazo en los gobiernos locales.
Las ciudades digitales implican primeramente, el uso intensivo de la tecnología en
la gestión y oferta de los servicios públicos, así como una amplia red de
conectividad digital, infraestructura para el uso de las tecnologías y la
comunicación, una estrecha vinculación academia-empresa en la solución de
problemas y el incremento de la competitividad y en finalmente una nueva forma
de construcción del espacio urbano.
Es importante señalar que no existe una receta que permita la creación de
ciudades inteligentes, eficientes o digitales, ya que su impulso requiere de un
conocimiento específico de las condiciones históricas, presentes y prospectivas de
cada ciudad. Además, la aplicación de cualquier estrategia para promoverlas
exige de una cantidad considerable de recursos económicos y financieros, y del
trabajo conjunto de diversos sectores de la sociedad como son gobierno,
empresas privadas, instituciones y organizaciones sociales, entre otros. Todos
deben visualizar tanto intereses comunes, lo que implica gobernanza y gestión de
la ciudad, comprendidas en el término governance, que es la manera de ejercer
el poder en la gestión de los recursos económicos y sociales en un territorio en
desarrollo.
Finalmente, es posible afirmar que, sin duda, los conceptos y el desarrollo de
ciudades inteligentes, ciudades eficientes y de ciudades digitales, constituyen un

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reto para la planeación de las ciudades en México, en particular si se intenta
avanzar la aplicación del urbanismo de segunda generación, en el que la
aplicación de las nuevas tecnologías de la información, comunicacionales y del
transporte, entre otras, ha dado lugar a formas de socialización emergentes que es
necesario documentar. Este trabajo permitió reflexionar teóricamente, y discutir un
estudio de caso sobre el impacto, tendencias y perspectivas futuras en el
desarrollo de ciudades inteligentes en México. No obstante, se requiere lograr una
mayor conciencia sobre la importancia de la creación de ciudades inteligentes
como territorios esenciales para el desarrollo sustentable y el mejoramiento de las
condiciones de bienestar social.

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