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2) Observa el siguiente fragmento de Rodolfo Walsh acerca de los fusilamientos de 1946 y responde:
Los fusilamientos de 1956
La primera noticia sobre los fusilamientos clandestinos de junio de 1956 me llegó en forma casual, a fines de ese
año, en un café de La Plata (…) En ese mismo lugar, seis meses antes, nos había sorprendido una medianoche el
cercano tiroteo con que empezó el asalto al comando de la Segunda División y al Departamento de Policía, en la
fracasada revolución de Valle. (…) Seis meses más tarde, una noche asfixiante de verano, frente a un vaso de
cerveza, un hombre me dice: -Hay un fusilado que vive.
No sé qué es lo que consigue atraerme en esa historia difusa, lejana, erizada de improbabilidades. No sé por qué
pido hablar con ese hombre, por qué estoy hablando con Juan Carlos Livraga. (…) a cada momento las figuras del
drama volverán obsesivamente: Livraga bañado en sangre caminando por aquel interminable callejón por donde
salió de la muerte, y el otro que se salvó con él, disparando por el campo entre las balas, y los que se salvaron sin
que él supiera, y los que no se salvaron. Porque lo que sabe Livraga es que eran unos cuantos, y los llevaron a fusilar,
que eran como diez y los llevaron, y que él y Giunta estaban vivos. (…)
Ya no recuero cómo hice. Pero son siete (los sobrevivientes). Entonces puedo sentarme, porque ya he hablado con
sobrevivientes, viudas, huérfanos, conspiradores, asilados, prófugos, delatores presuntos, héroes anónimos. En el
mes de mayo, tengo escrita la mitad de este libro. Otra vez el paseo en busca de alguien que lo publique.
Rodolfo Walsh, Operación Masacre, 1957.
Medidas económicas
Aramburu entendía que el gobierno militar debía administrar los destinos de la Nación hasta tanto éste
estuviera en condiciones de darse un gobierno libremente elegido. Por esta misma razón, no creía conveniente
tomar decisiones que en el futuro condicionaran el accionar de la próxima gestión. Interrogantes como la
conveniencia o no de liberalizar la economía o –por el contrario- fortalecer la intervención estatal, quedaron
por resolverse. Sin embargo, la falta de definiciones económicas no hizo más que profundizar los problemas
económicos ya existentes.
La grave situación exigía respuestas inmediatas. Con la intención de diseñar un plan económico, el gobierno
provisional le solicitó un informe diagnóstico de la economía a Raúl Prebish, economista de la CEPAL, otrora
presidente del Banco Central durante la presidencia de Castillo. Las medidas no se hicieron esperar.
Se suprimieron los controles de cambio y la comercialización de exportaciones con intervención estatal. Los
instrumentos a partir de los cuales el Estado Peronista intervenía en la economía (como el IAPI o el manejo
de los depósitos bancarios) fueron desmontados. Se aplicaron fuertes devaluaciones que beneficiaron a los
sectores agrarios más concentrados.
Argentina se incorporó al Fondo Monetario Internacional (FMI) y al Banco Mundial, con el objetivo de
acceder al financiamiento externo.
Las consecuencias tampoco se hicieron esperar.
Se estancó la producción industrial.
Se provocó una importante transferencia de ingresos hacia el sector agropecuario.
La balanza comercial dio saldos deficitarios.
La inflación se descontroló.
Los salarios fueron congelados.
Se suprimieron todos los subsidios dirigidos al consumo de los sectores populares.