You are on page 1of 13

3.

MARCO TEORICO

I. Radiación ionizante.
a. Rayos X y radiodiagnóstico
b. Interacción de la radiación con la materia
c. Efectos biológicos de la radiación ionizante

II. La TC como modalidad de radiodiagnóstico


a. Tomografía Computada
b. Rayos X en TC
c. Avances y TC en la actualidad?

III. Dosimetría en TC
a. Métodos de dosimetría en TC
b. Indicadores de dosis en TC

IV. Niveles de referencia diagnósticos

I. Radiación ionizante
a. Rayos X y radiodiagnóstico

El descubrimiento de los rayos X se remonta a finales del 1800, donde Wilhelm


Roentgen estaba investigando la conducción de los rayos catódicos (o electrones) en un
tubo de Crookes. En este experimento, se percató de que un material fluorescente
comenzó a brillar en ausencia de cualquier estimulo lumínico, donde el brillo aumentaba
al acercarlo al tubo. Al darse cuenta de esto, comenzó a investigar esta “luz X”, lo que lo
llevo a recibir el premio nobel de física en 1901.
Actualmente, se sabe que los rayos X son un tipo de radiación electromagnética
de tipo ionizante (capaz de desprender un electrón de un átomo con el que interactúa), la
cual, además de tener un origen natural, es generada en fuentes fabricadas por el hombre
con diferentes fines, ya sea industriales o médicos.
Los rayos X con fines diagnósticos constituyen a la mayor fuente de radiación de
origen humano, donde, a medida que ha pasado el tiempo, se ha visto un aumento en la
dosis de radiación entregada a los pacientes por el uso de este tipo de fuentes
(principalmente desde el año 1990 hacia delante, donde se introdujo la tomografía
computada multicorte). (1)
En el ámbito medico, la radiación es generada dentro de un tubo de rayos X. Este
se conforma de un cátodo, un ánodo y una fuente de poder. El cátodo (parte negativa)
tiene filamentos de tungsteno, los que, al calentarse, permite que los electrones de los
átomos del tungsteno se liberen, con el fin de poder acelerarlos y hacerlos chocar con el
ánodo (esto gracias a una diferencia de potencial generada entre cátodo y ánodo). Al
realizar esto, los electrones obtienen un aumento en su energía cinética (medida en Kilo-
electrón Volt o keV) y, al chocar en el ánodo (específicamente en el blanco, que es una
zona en el ánodo compuesta por una placa de tungsteno) van perdiendo su energía
cinética, ya sea por procesos de excitación (moviendo electrones dentro de los átomos
del blanco a capas de mayor energía), ionización (desprendimiento de un electrón de
algún orbital de un átomo) o radiación (la energía se utiliza para crear un fotón).(2) En
resumen, las interacciones producidas en el blanco por los electrones liberados desde el
cátodo (llamados también electrones proyectil) pueden producir la conversión de la
energía cinética del electrón, tanto en energía térmica (calor), como en energía
electromagnética (radiación infrarroja en forma de calor y rayos X).
La mayor parte de la energía cinética de los electrones proyectil es convertida en
calor, cerca del 99% de esta, debido a que la transferencia de energía a los electrones de
capas mas externas solo los hace saltar a un estado excitado, para luego decaer
rápidamente a su estado normal, liberando energía como radiación infrarroja. Este
proceso ocurre de manera constante, por lo que es responsable de la mayoría del calor
generado en un tubo de rayos X. El 1% restante de energía es usada para generar rayos
X, por lo que queda en claro que, por mas sofisticados que sean los sistemas generadores
de rayos X, son ineficientes. Este fenómeno es conocido como calor anódico y este efecto
es directamente proporcional a la corriente (su unidad de medida es el mili Ampere y
corresponde al flujo de electrones dentro del tubo) seleccionada para el tubo de rayos X.
El 1% de energía utilizada en generar rayos X puede dividirse según las formas
en que se genera este tipo de radiación (que son dos): La radiación característica y la
radiación de frenado (o Bremsstrahlung). (tablita, mapa, esquema)
Antes de continuar, es importante tener en cuenta que un átomo posee un núcleo
(donde esta la mayor parte de su masa, conformada por protones y neutrones) y orbitas
electrónicas (las cuales determinan como el átomo reacciona químicamente y donde
encontramos a los electrones). Los electrones solo pueden estar en ciertas capas, las
cuales tienen diferentes energías de enlace electrónico o niveles de energía (que van
aumentando la complejidad de su configuración a medida que aumenta el numero
atómico). Estas capas de orbitales electrónicos se reconocen por el código K, L, M, N,
etc. (donde se reconoce que la capa K es el orbital mas cercano del núcleo). Mientras mas
cerca este un electrón del núcleo, mayor es la energía de enlace de este electrón.
La radiación característica es el efecto producido cuando un electrón proyectil
interacciona con un electrón de la capa interna del átomo del blanco y produce la salida
de este electrón (ionización). Esto genera un hueco electrónico temporal, lo cual es un
estado antinatural y es corregido llenando ese espacio con un electrón de una capa mas
externa. Esta transición va acompañada de la emisión de energía electromagnética en
forma de rayos X, llamados rayos X característicos (este nombre debido a que son
característicos del material con el que estén interaccionando los electrones, en este caso,
con átomos de tungsteno del blanco del ánodo). Hay que tener en cuenta que los únicos
rayos X característicos que son útiles para la obtención de imágenes son los producidos
cuando se genera un vacío electrónico en la capa K (la capa electrónica mas interna) del
átomo de tungsteno del blanco, ya que aunque se pueden generar muchos rayos X
característicos de las diferentes capas, estos tienen energías especificas (constantes), por
lo que rayos X provenientes un hueco electrónico diferente a uno formado en la capa K
genera rayos X con una energía inadecuada (baja) para el uso diagnostico. Estos rayos X
poseen energías constantes debido a que la energía de los rayos X producidos es igual a
la diferencia de energías de enlace de los electrones orbitales involucrados.
Por otro lado, tenemos la radiación de frenado (o Bremsstrahlung, palabra
alemana que significa “radiación de frenado”). Esta también ocurre por transformación
de la energía cinética en energía electromagnética pero de una forma diferente. Cuando
el electrón proyectil evita los electrones orbitales de un átomo, termina interactuando con
el campo magnético del núcleo atómico. Por tema de diferencia de cargas (el electrón
tiene carga negativa y el núcleo por los protones y neutrones tiene carga positiva), existe
una fuerza electrostática de atracción entre ellos. Esto hace que el electrón proyectil se
frene, variando su energía cinética y su trayectoria. La energía cinética perdida en esta
interacción es transformada en radiación electromagnética en forma de rayos X, es decir,
los rayos X Bremsstrahlung se considera la radiación resultante producto del frenado de
electrones proyectil por el núcleo.
Los electrones pueden perder cualquier cantidad de energía cinética cuando
interaccionan con el núcleo del átomo blanco (por ejemplo: si se selecciona una energía
de trabajo de 70 kVp o kilo volt peak, los electrones proyectil tendrán una energía cinética
de hasta un máximo 70 keV, pudiendo perder desde 0 hasta los 70 keV de su energía
cinética), por lo que los rayos X generados van a depender del valor de kVp seleccionado
(siguiendo el ejemplo anterior, pueden haber rayos X con 1 keV o con 70 keV de energía).
Los rayos X producidos de esta forma predominan por sobre los rayos X
característicos, debido a que se pueden producir a cualquier energía de un electrón
proyectil; En cambio, para producir rayos X K (de la capa K) característicos, se necesita
una diferencia de potencial en el tubo de rayos X de, como mínimo, 69 kVp (debido a
que, para sacar un electrón de la capa electrónica a la que pertenece, se necesita romper
la energía de unión del electrón con el orbital; En el caso de la capa K del tungsteno,
material del que esta fabricado el blanco, la energía de unión es de 69 kVp).(1)

b. Interacción de la radiación con la materia

La radiación electromagnética interactúa con estructuras similares al tamaño de


la longitud de onda de su radiación. En el caso de los rayos X, sus longitudes de onda son
muy cortas (de entre 10-8 a 10-9 m); en conjunto con esto, existe una relación inversamente
proporcional entre la energía del haz y la longitud de onda. Por ende, los rayos X de baja
energía tienden a interactuar con átomos enteros, los de energía moderada con los
electrones de los átomos y, los de alta energía, con los núcleos atómicos.
Hay 5 mecanismos de interacción entre los rayos X con las diferentes estructuras
del átomo, los cuales son: la dispersión coherente, el efecto Compton, el efecto
fotoeléctrico, la producción de pares y la fotodesintegración. De estos, solo 2 (el efecto
Compton y Fotoeléctrico) son los que mas implicancias tienen en la radiología
diagnostica.
En la dispersión coherente (también conocida como dispersión clásica o
dispersión de Thompson, debido a que este, J. J. Thompson fue el primer físico en
describir este efecto), un rayo X incidente de baja energía (inferiores a 10 keV)
interacciona con un átomo diana, haciendo que este pase a ser un átomo excitado. De
forma inmediata, se libera el exceso de energía en forma de rayo X disperso, con una
longitud de onda y energía igual al rayo X incidente, pero con diferente dirección. Debido
a que corresponde solo a un cambio de dirección, no existe transferencia de energía ni
ionización en este proceso. Estos rayos X de baja energía contribuyen escasamente a la
formación de la imagen.
El efecto Compton corresponde a una interacción de los rayos X con los
electrones de las capas mas externas del átomo. Estos no solo dispersan el rayo X, si no
que absorben parte de su energía y producen ionización en el átomo. En detalle, lo que
ocurre es que el rayo X incidente interacciona con un electrón de la capa atómica mas
externa, expulsándolo del átomo (generando la liberación de un electrón Compton) y
produciendo la ionización de este.
Durante esta interacción, la energía se divide entre el rayo X disperso y el electrón
Compton, donde normalmente la mayor parte de la energía se queda en el rayo X disperso.
Tanto el rayo X disperso como el electrón Compton poseen la energía suficiente como
para seguir ionizando átomos a su paso, antes de perder su energía por completo. Cuando
esto sucede, el rayo X es absorbido fotoeléctricamente y el electrón Compton pierde toda
su energía cinética, alojándose finalmente en una vacante electrónica creada por alguna
otra interacción del tipo ionizante. La probabilidad de aparición de este efecto es
inversamente proporcional a la energía del rayo X, sin depender del numero atómico del
átomo implicado en la interacción.
La importancia de este efecto radica en que los rayos X dispersos producidos por
las interacciones Compton es la fuente de gran parte de la exposición ocupacional en
procedimientos radiológicos, además de que esta radiación dispersa disminuye la calidad
radiográfica de la imagen (principalmente producido por la pérdida de contraste en la
imagen final).
Por otro lado, los rayos X también pueden interaccionar con electrones de capas
atómicas mas internas. En este caso, el rayo X es absorbido completamente por el electrón
sin provocar una dispersión del rayo X. Esto provoca que el electrón abandone el átomo
(pasando a llamarse fotoelectrón). Este proceso es denominado como efecto fotoeléctrico.
Hay que tener en cuenta que, al existir una vacante electrónica en la capa K de un átomo
(y al ser esto un estado antinatural), la vacante es ocupada por un electrón de una capa
mas externa, lo cual es acompañado por la emisión de un rayo X característico para ese
átomo. Estos no contribuyen de ninguna forma para entregar información diagnostica,
pero debido a que son de baja energía (ya que no son rayos X característicos de átomos
de elevado numero atómico), no penetran en el receptor de imagen.
La probabilidad de que un rayo X sufra una interacción de este tipo, va a depender
tanto de la energía del rayo X como del numero atómico del átomo con que interacciona
(a diferencia del efecto Compton, donde solo depende de la energía del rayo X).
Para que exista una interacción fotoeléctrica, el rayo incidente necesita una
energía igual o superior a la energía de unión del electrón; Por ejemplo, un electrón de la
capa K de un átomo de bario, con una energía de unión de 37 keV no va a ser separado
del núcleo por un rayo X de 36 keV de energía. Ahora, si presenta la energía suficiente
para lograr este efecto, la probabilidad de ocurrencia del efecto fotoeléctrico disminuye
con la tercera potencia de la energía del fotón (1/E3).
En cuanto a lo relacionado con el numero atómico, la probabilidad de ocurrencia
del efecto fotoeléctrico aumenta proporcionalmente según la tercera potencia del numero
atómico del átomo con que interacciona el rayo X (Z3). Se debe tener en cuenta que, al
hablar de terceras potencias, un pequeño cambio en el numero atómico o en la energía del
rayo X produce un cambio importante en la probabilidad de ocurrencia del efecto
fotoeléctrico.
La producción de pares ocurre cuando el rayo X interacciona con el campo
eléctrico del núcleo atómico, provocando que el rayo X desaparezca y aparezcan dos
electrones, uno cargado positivamente (positrón) y otro negativamente (electrón), siempre
y cuando el fotón incidente tenga, como mínimo, 1,02 MeV de energía (ya que la
equivalencia de energía de la masa de un electrón es de 0,51 MeV, y al producirse 2
electrones, 1,02 MeV es la energía mínima necesaria para que se produzca este efecto).
Por otro lado, la fotodesintegración se presenta cuando el rayo X incidente es
absorbido directamente por el núcleo, provocando que se liberen fragmentos nucleares.
Este proceso ocurre con rayos X de energías superiores a los 10 MeV.(1)

c. Efectos biológicos de la radiación ionizante


II. La TC como modalidad de radiodiagnóstico

a. Tomografía computada (hacer solo parte del tubo y hacer tabla con componentes de
TC)

La TAC es una herramienta critica para el tamizado, diagnostico, terapia y el


manejo de la salud del paciente. En emergencias, esta herramienta tiene un impacto tanto
en el diagnostico como en la toma de decisiones sobre el paciente crítico (3). Esta es una
prueba diagnostica que usa rayos X y un sistema informático que procesa los datos
obtenidos, con el fin de obtener imágenes en forma de secciones progresivas de una
región corporal de interés. Estas imágenes permiten un análisis de las estructuras internas,
permitiendo facilitar el diagnostico de un sin fin de patologías, convirtiéndose en una
técnica diagnóstica importante para el estudio, estatificación y posterior control de
diversas enfermedades (2).
Pero, ¿Cómo trabaja el equipo para lograr esto y cuales son sus características?,
para explicar esto, hay que tener en cuenta que, a nivel general, podemos identificar 3
componentes principales en los sistemas de TAC: el gantry o cabezal, el ordenador y la
consola de control. Estos elementos poseen varios subsistemas que permiten el
funcionamiento del equipo (1).
La consola de control cumple la función de centro de mando. En esta, el operador
es capaz de controlar los diferentes protocolos de examen y permite preparar y ejecutar
los estudios. Hay equipos que poseen 2 o 3 consolas: una para controlar el equipo, otra
para realizar el postprocesado e impresión de las imágenes y una tercera para
visualización y manipulación de exámenes ya tomados. La consola donde esta ubicado
el operador es desde donde se controla el equipo. Desde aquí se puede seleccionar el
protocolo adecuado según el examen a realizar; también permite la modificación de
diversos factores técnicos con el fin de adecuarse a las características del paciente (como
la región a estudiar, miliamperaje, kilovoltaje, tiempo de estudio, grosor de corte,
velocidad de movimiento de la mesa, etc) (4).
El ordenador es un subsistema en el que se resuelven, simultáneamente, hasta
250.000 ecuaciones (según el formato de la imagen), por lo que requiere una gran
capacidad de computación. Esta compuesto de un microprocesador (hay equipos que
poseen mas de un procesador en vez de un microprocesador) y una memoria principal,
los cuales determinan el tiempo entre que se terminan de obtener los datos (los cuales se
obtienen recopilando las señales enviadas desde el sistema de adquisición de datos o
DAS) y la aparición de la imagen (la cual se obtiene mediante la reconstrucción de los
datos obtenidos mediante algoritmos matemáticos, los cuales terminan formando la
imagen).
El gantry (cabezal o pórtico) es una estructura cúbica que presenta un agujero
central (similar a una dona), a través de la cual se desplaza la mesa de exploración. El
gantry provee de un soporte mecánico a los elementos eléctricos que están alojados dentro
de este: el tubo de rayos X, los detectores, el generador de alta tensión, el sistema de
adquisición de datos (DAS) y los colimadores. Todos estos componentes son controlados
por el operador, recibiendo ordenes eléctricas desde la consola de control. También estos
elementos transmiten datos hacia el ordenador para producir la imagen final.
Los diferentes componentes del gantry serán definidos a continuación:
1. Tubo de rayos X: Este es el encargado de producir los rayos X, los cuales
interactuaran con el paciente en múltiples proyecciones alrededor del paciente (el tubo
puede girar 360º dentro del gantry debido a que se encuentra montado en un anillo
giratorio). Los tubos de rayos X de los equipos de TAC son muy similares a los utilizados
en radiología convencional y producen rayos X de la misma forma: haciendo colisionar
electrones con alta energía cinética contra un material blanco.
El tubo de rayos X consta de dos partes: El cátodo, en donde podemos encontrar
el filamento (el cual se utiliza como fuente de electrones) y el blanco (la zona de impacto
donde chocan los electrones acelerados, ubicado en el ánodo). Hay un circuito asociado
al filamento, que tiene como finalidad calentar este para alcanzar una temperatura
suficiente para hacer que los electrones de este filamento se volatilicen y rodeen el cátodo.
Al aumentar mas la temperatura, genera un aumento en la energía cinética de los
electrones, lo cual provoca que se liberen en una mayor medida. Este proceso es conocido
como emisión termoiónica.
El ánodo corresponde al blanco. Puede girar y posee un punto focal (zona donde
impactan los electrones acelerados desde el cátodo) muy pequeño (aproximadamente 1
mm).
El tubo debe ser capaz de generar haces de rayos X de alta energía, entre 110 a
150 kV lo mas monocromático (homogéneo) posible, lo cual es posible gracias a filtros
de aluminio. Este filtro permite eliminar los rayos X de baja energía, solo dejando pasar
los mas energéticos y con longitudes de onda similares entre ellos. Además, debido a que
en esta modalidad se trabajan con corrientes muy altas (de aproximadamente 1000 mAs),
el ánodo debe tener una gran capacidad de disipación de calor. Una forma de lograr esto
es utilizar ánodos rotatorios con una alta velocidad de giro (de 16.000 RPM).
2. Generador: Corresponde al equipo eléctrico que alimenta al tubo de rayos X.
Este permite que el equipo obtenga la potencia necesaria para hacer funcionar el tubo de
forma correcta. Estos son pequeños, por lo que se montan dentro del gantry y trabajan a
potencias aproximadas de 50 kW.
3. Detectores: Un detector de radiación corresponde a cualquier material que
permita registrar alguna propiedad de un campo de radiación ionizante. Estos recogen la
energía de los rayos X (que previamente han interactuado con el paciente y han sido
atenuados) y transforman esta energía en una señal eléctrica que es llevada al ordenador
para ser convertidas posteriormente en la imagen final. En los equipos actuales,
encontramos múltiples detectores ordenados en filas.
Los detectores deben poseer 3 características importantes: la eficiencia/eficacia
(capacidad de captar los rayos X, en donde la eficacia debería ser de un 100%), la
estabilidad (capacidad del detector de estar listo para trabajar en cualquier momento o
situación) y la conformidad (tiempo que demora en recibir, transformar y distribuir la
señal hasta que aparezca en el monitor).
También hay que tener en cuenta que existen 2 formas en que los detectores
transforman la radiación que captan: pueden transformar los rayos X en luz (los rayos X
lo convierten en energía luminosa y luego en energía eléctrica) o en electricidad
(transformación directa en corriente eléctrica). Actualmente los equipos poseen detectores
solidos (o semiconductores), los que, al interactuar con los rayos X, emiten una luz que
tienen una intensidad directamente proporcional a la energía de los fotones que inciden
sobre este. Esta luz es recogida por un fotodiodo (el cual esta adosado al detector), el cual
traduce la luz visible en una señal eléctrica.
4. Sistema de adquisición de datos: El sistema de adquisición de datos (DAS)
es el mecanismo de interface encargado de transformar las señales eléctricas procedentes
de los detectores a un formato digital, para luego transmitirlas al ordenador con el fin de
reconstruir la imagen. Lo realiza de la siguiente manera: La señal que llega desde los
detectores es amplificada para, posteriormente, ser almacenada en un circuito de
integración. Este permite proporcionar una señal de salida que representa la suma de todas
las señales de entrada recibida en un periodo de tiempo determinado. Esta señal
almacenada es transferida a un convertidor análogo digital, el cual convierte la señal
eléctrica análoga en una señal digital. Luego, el ordenador es capaz de integrar toda la
señal digital para finalmente ejecutar la función de reconstrucción de forma instantánea.
5. Colimación: La colimación es el medio técnico del que se dispone para poder
limitar el haz de rayos X. La importancia de la colimación radica en que permite disminuir
la dosis entregada al paciente, ya que limita el área a estudiar, y además, permite reducir
la radiación dispersa (mejorando el contraste de la imagen). En los equipos de TAC,
encontramos 2 colimadores, uno prepaciente y otro predetector o postpaciente.
El colimador prepaciente se encuentra en el tubo de rayos X o adyacente a este,
permitiendo limitar la zona a irradiar en el paciente. Esto influye en el grosor de corte y
en la dosis recibida por el paciente.
En cambio, el colimador postpaciente se encuentra en la matriz de detectores.
Este colimador influye en la nitidez de la imagen, debido a que reduce a la radiación
dispersa que llega a los detectores y, si es que esta correctamente alineado con el
colimador prepaciente, permite definir el grosor de la sección examinada en el paciente.
Gracias a esta reducción en la radiación dispersa que forma la imagen, la TAC posee una
excelente resolución de contraste (capacidad de reconocer un tejido de partes blandas con
respecto a otro).
6. Anillos deslizantes: Esta es una tecnología que corresponden a dispositivos
electromecánicos que conducen la electricidad y las señales eléctricas a través de anillos
y cepillos, de una superficie rotatoria a una superficie fija. Una de las superficies es un
anillo liso (el cual transmite las señales eléctricas) y la otra es un anillo con cepillos que
barren al anillo liso (estos cepillos se deslizan a través de muescas en el anillo estacionario
y son los encargados de transmitir información a los componentes del gantry). Esta
tecnología permite que el cabezal (donde podemos encontrar al tubo de rayos X y a los
detectores, entre otros elementos) gire de forma continua, sin necesidad de depender de
cables eléctricos (que impedirían la rotación continua).
A parte de los elementos mencionados anteriormente, tenemos la presencia de
una mesa de exploraciones, que es donde se coloca al paciente y permite al equipo realizar
barridos del paciente en cada exploración. Esta mesa esta conectada al ordenador y al
gantry, con el fin de cambiar de posición después de cada barrido, según como esté
determinado en el protocolo de estudio seleccionado. Esta debe ser lo mas
radiotransparente posible, por lo que se diseña con elementos de bajo numero atómico,
generalmente de fibra de carbono (la que además tiene la ventaja de ser resistente) (1,4).
A continuación se presenta una tabla resumen con los elementos de un equipo de
TC, sus funciones y ubicación:

Tabla 3,14159265359; Resumen de elementos que conforman equipo de TC, sus


funciones y ubicación.
Elemento Función Ubicación
Consola de control Control del equipo y del Sala de comandos
manejo de las imágenes
Ordenador Manejo de datos digitales Sala de comandos
del DAS para reconstruir
imagen
Tubo de rayos X Genera rayos X Gantry
Generador Alimenta eléctricamente al Gantry
tubo de rayos x
Detectores Detectan radiación Gantry
remanente proveniente del
paciente y la convierten en
señal eléctrica
DAS Toma señal desde los Gantry
detectores y la digitaliza
Colimación Controla el grosor de corte, Gantry
la dosis entregada al
paciente y disminuye
radiación dispersa que llega
a detectores
Anillos deslizantes Permiten giro continuo de Gantry
los elementos al interior del
gantry
Mesa de exploración Se mueve a través del Sala de examen
gantry de forma coordinada
con el equipo según el
protocolo seleccionado

b. Rayos X en TC
c. Avances y TC en la actualidad

1. Bushong SC. Manual de radiología para técnicos: física, biología y protección


radiológica.
2. Ramírez Giraldo JC, Clavijo CA, Mccollough CH. Tomografía computarizada por
rayos X: fundamentos y actualidad. [cited 2018 Mar 8]; Available from:
http://www.scielo.org.co/pdf/rinbi/v2n4/v2n4a08.pdf
3. Kanal KM, Butler PF, Sengupta D, Bhargavan-Chatfield M, Coombs LP, Morin RL.
U.S. Diagnostic Reference Levels and Achievable Doses for 10 Adult CT
Examinations. Radiology [Internet]. 2017;284(1):120–33. Available from:
http://pubs.rsna.org/doi/10.1148/radiol.2017161911
4. Costa Subias J, Sorias Jerez JA. Tomografía Computarizada dirigida a Técnicos
Superiores en imagen para el diagnóstico. 2015. 3-10 p.

You might also like