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ENSAYO

PATRIMONIO DEL ESTADO COLOMBIANO

YURLEY KARINA QUINTERO LEÓN


COD. 230461

Profesor
JHON FRANCISCO GIRALDO PICÓN

UNIVERSIDAD FRANCISCO DE PAULA SANTANDER


FACULTAD DE CIENCIAS ADMINISTRATIVAS Y ECONOMICAS
CONTADURIA PÚBLICA
OCAÑA
2013
ENSAYO
PATRIMONIO DEL ESTADO COLOMBIANO

El concepto de patrimonio no necesariamente se vincula al concepto de propiedad, sino al


de afectación, como imposición de un gravamen o alguna obligación específica, que intima
al dueño a respetar ciertas cargas impuestas al bien. Es decir, el patrimonio está referido al
conjunto de bienes afectados a un fin determinado. Por tal motivo estos bienes muebles e
inmuebles, tanto de propiedad privada como del Estado, se encuentran sometidos a ciertas
cargas propias de su naturaleza, como son un especial cuidado y protección, disposición
para su estudio, contemplación, exhibición, etc.; pero los atributos propios al derecho de
propiedad, no se modifican, ya que a nadie por razones artísticas o culturales se le puede
violentar el legítimo derecho de propiedad sobre tales bienes. El patrimonio, como
concepto general, es un conjunto de bienes (tangibles e intangibles) poseídos por una
persona, apreciables en dinero y asociados a relaciones jurídicas constituidas por deberes y
derechos. Para personas no obligadas a llevar contabilidad este concepto no representa
mayores problemas en eventos en que tenga que denunciarlo, por ejemplo, en la
declaración de renta.

El concepto de patrimonio adquiere cierta complejidad para personas obligadas a llevar


contabilidad. ¿Por qué? Porque estas personas eventualmente se ven en la obligación de
declarar el patrimonio al estado.

Ante este evento, deben tener en cuenta que aunque en principio, el patrimonio contable y
el patrimonio que se denuncia al estado (patrimonio fiscal) son iguales, se pueden presentar
diferencias de valor en algunas de las partidas que lo conforman,

Como puede verse, la teoría del patrimonio público está por desentrañarse, y por
sistematizarse, a partir de la Constitución y de las leyes. Basta con destacar la ausencia de
desarrollo constitucional en el caso las regiones administrativas llamadas a ostentar
autonomía y patrimonio propio dentro del marco establecido por la Constitución. En fin, el
derecho nos da cuenta de acontecimientos jurídicos e históricos de alto contenido social,
por lo cual ésta investigación prosigue en procura de mayores fundamentos y nuevas
respuestas para tema tan trascendental como el que denominamos patrimonio público, su
contenido conceptual y nuevas expresiones. El interés general en el espacio público se
encuentra destacado igualmente en la Constitución, pues los bienes de uso público figuran,
entre otros, en una categoría de tratamiento especial, ya que son inalienables,
inembargables e imprescriptibles.

De la misma forma se plantea el interés sobre el patrimonio cultural de la Iglesia, por parte
de los Estados y la propia Iglesia Católica, con una creciente, ampliada y perfeccionada
regulación sobre el tema a través de la redacción de Acuerdos. En este sentido podemos
observar dos series de Acuerdos, los antiguos y los nuevos, correspondientes a distintos
períodos de tiempo. Entre los primeros, donde todavía la regulación es escasa, se destaca el
de la Santa Sede con Portugal en el pontificado de Pío XII, y el Concordato Lateranense
con Italia de 1929, el cual aporta muy poco. Una característica de la mayoría de los
Acuerdos o Concordatos de esta época, es que se fijan casi exclusivamente en la titularidad
del patrimonio (devolución, inviolabilidad, expropiación, etc.).

Es importante abogar por actualizar la ley sobre el Patrimonio Histórico, Artístico y


Cultural de la Nación, para que, entre otras cosas, contemple esta problemática sobre la
titularidad de los bienes culturales de propiedad privada, especialmente eclesiásticos, que
va a ir creciendo junto con el despertar de la conciencia histórica y la responsabilidad de
salvaguardar lo que es parte de nuestra identidad. A la vez que estimulamos para que
despropósitos como el que hemos analizado no disminuyan el entusiasmo y esfuerzo para
luchar contra todo atropello a la cultura, es decir, para no frenar el desarrollo humano
integral.

En cuanto tiene que ver con el detrimento al patrimonio público o como también se
denomina lesión del patrimonio público, conlleva un menoscabo, disminución, perjuicio,
pérdida, uso indebido o deterioro de los bienes o recursos públicos, o de los intereses
patrimoniales del Estado, producida por una gestión antieconómica, ineficaz, inequitativa e
inoportuna que, en términos generales, no se aplique al cumplimiento de los fines y
cometidos esenciales del Estado, consistentes en servir a la comunidad, promover su
prosperidad general y garantizar en favor de ésta la efectividad de los principios, derechos
y deberes consagrados en la propia Constitución Política y en las Leyes que implementan
su desarrollo.

Dicho menoscabo se podrá ocasionar por acción, por omisión o por la extralimitación en el
ejercicio de funciones por parte de los servidores públicos o por las personas naturales o
jurídicas de derecho privado, que en forma dolosa o culposa produzcan directamente o
contribuyan al deterioro del patrimonio que le corresponde a la comunidad por disposición
entre otros del principio del interés general.

Los daños al patrimonio del Estado pueden provenir de múltiples fuentes y circunstancias,
y la norma demandada, de talante claramente descriptivo, se limita a una simple definición
del daño, que es complementada por la forma como éste puede producirse. Así, la
expresión intereses patrimoniales del Estado se aplica a todos los bienes, recursos y
derechos susceptibles de valoración económica cuya titularidad corresponda a una entidad
pública, y del carácter ampliamente comprensivo y genérico de la expresión, que se orienta
a conseguir una completa protección del patrimonio público, no se desprende una
indeterminación contraria a la Constitución.

No cabe decir lo mismo de la expresión “inequitativa”, pues al disponer la norma que la


responsabilidad fiscal puede ser producto de una gestión fiscal inequitativa no está dando
parámetros que permitan establecer de manera previa, cierta y objetiva, cuando una
conducta puede considerarse inequitativa y, por esa razón, determinante de que un daño
patrimonial al Estado pueda ser atribuido al agente a título de dolo o de culpa. Esa
indeterminación resulta violatoria de los principios de legalidad y tipicidad consagrados en
el artículo 29 de la Constitución y que resultan aplicables en todos aquellos eventos en los
que se pretenda establecer la responsabilidad de una persona.
En cuanto a la Restitución de Bienes de Uso Público el artículo 132 del Código Nacional de
Policía señala que: “Cuando se trata de la restitución de bienes de uso público, como vías
públicas urbanas, los Alcaldes, una vez establecido, por los medios que están a su alcance,
el carácter de uso público de la zona o vía ocupada, procederá a dictar la resolución de
restitución que deberá cumplirse en un plazo no mayor de treinta días. Los artículos 679 y
680 del Código Civil, son explícitos al decir, que nadie podrá construir, ni ocupar ningún
espacio, por pequeño que sea de los terrenos de propiedad de la unión o de los bienes de
uso público.

El Estado colombiano es parte de diversos tratados y acuerdos de carácter multilateral y


bilateral dirigidos al desarrollo común de acciones de cooperación para la defensa del
patrimonio cultural y arqueológico, y para su recuperación o devolución frente a
situaciones de sustracción, comercio y exportación ilícitas de los bienes que lo integran.

De otra parte, el patrimonio desagregado tiene imposiciones a algunos activos que lo


conforman, por ejemplo el impuesto predial o contribuciones por valorización que gravan
la posesión de inmuebles. Esta clase de tributos no son objeto de análisis en el presente
artículo como tampoco lo son las contribuciones a superintendencias que deben efectuar
algunas sociedades y cuya base son el total de activos contables. Ahora, el patrimonio visto
como una “masa” de bienes y deudas, como un todo, como una unidad, tiene imposiciones
específicas que se configuran como tributos a la posesión de riqueza. Esas imposiciones
son la renta presuntiva -que eventualmente es base para liquidar el impuesto de renta- y el
impuesto al patrimonio.

Las normas tributarias que fijan su base gravable en el patrimonio fiscal como son el
cálculo de la renta presuntiva y el impuesto al patrimonio, permiten restar de su base
impositiva, algunos activos, que como ya se dijo, hacen parte del patrimonio bruto. Cuando
no se especifica por la norma, estos activos se restan a valor bruto y cuando se especifica se
restan a valor neto, es decir, aplicando el porcentaje resultante de dividir el patrimonio
líquido (activos menos pasivos) sobre el patrimonio bruto (activos).

En los últimos 20 años el país ha presenciado la sistemática pérdida de uno de los baluartes
del desarrollo científico, artístico y humanístico de la sociedad: la educación pública. Desde
el preescolar, pasando por la básica, la media hasta llegar a la educación superior pública,
es innegable que la política de incentivar su privatización y la mercantilización, promovida
por el Estado, mediante la renuncia sistemática de la adecuada financiación a la educación
pública, ha provocado un desastre social.

La regulación legal de la defensa del patrimonio, tiene una finalidad garantista que asegura
la protección normativa de los intereses colectivos, en consecuencia toda la actividad
pública está sometida a dicho control, la cual, si afecta el patrimonio público u otros
derechos colectivos podrá ser objeto de análisis judicial por medio de la Acción Popular.
Para la Sala, el debido manejo de los recursos públicos, la buena fe y el derecho colectivo a
la defensa del patrimonio público, enmarcan el principio de moralidad administrativa,
ámbito dentro del cual se debe estudiar el caso concreto".
En el ámbito legal el concepto significa algo así como «el conjunto de relaciones jurídicas
pertenecientes a una persona, que tienen una utilidad económica y por ello son susceptibles
de estimación pecuniaria, y cuya relaciones jurídicas están constituidas por deberes y
derechos.

Desde este punto de vista la consideración del valor de un bien patrimonial se descontará
del mismo el valor de las cargas que se hallen gravando los bienes patrimoniales, a partir
del Código Napoleónico, considerando el patrimonio ya sea como la herencia de un
individuo o como su propiedad, el patrimonio solamente abarca elementos capaces de ser
evaluados monetariamente o de apreciación pecuniaria.

Así, existen derechos extrapatrimoniales, como lo son el derecho a la vida, a la libertad, al


voto, etc., que, a pesar de ser ejercidos individualmente, no son de propiedad individual
propiamente tal, razón por la cual el sujeto no puede disponer de ellos como sí lo puede
hacer con los bienes de su patrimonio. El patrimonio es independiente de los bienes que
una persona posea. Inclusive, una persona puede no tener ningún bien, y aún así, tiene un
patrimonio. Es, en otras palabras, una aptitud para poseer, de tal forma que el patrimonio de
una persona también incluye derechos de propiedad futuros. (En el sentido, por ejemplo,
que una obligación actual recae sobre cualquier bien (o derecho sobre tal), incluso los
adquiridos en el futuro). Los bienes de la persona forman un todo unitario que responde por
las obligaciones que esta haya contraído, es decir, cuando una persona se obliga, obliga a la
masa de bienes. El mejor ejemplo del resultado práctico de esta definición de patrimonio es
el caso de los acreedores quirografarios.

Desde este punto de vista se considera que el acreedor quirografario tiene un derecho
personal sobre el patrimonio del deudor, pero no sobre los bienes. El deudor puede enajenar
todos sus bienes y sustituirlos por otros totalmente distintos, y el acreedor no puede hacer
nada para evitarlo, pero cualquiera sean esos bienes, el acreedor continúa manteniendo su
derecho. Así, el acreedor quirografario tiene un derecho personal sobre el patrimonio del
deudor, pero no puede disponer sobre sus bienes (salvo un acto simulado con la intención
por parte del deudor de perjudicarle).

Es importante manifestar que Colombia ya cuenta con Ley que protegerá el Patrimonio
Cultural. El Congreso de la República aprobó el proyecto de Ley de Patrimonio Sumergido
liderado por el Ministerio de Cultura. Ahora pasa a sanción Presidencial.

Esta iniciativa busca emprender acciones en el terreno jurídico y científico que puedan
hacer viable el anhelo histórico de recuperar y poner este Patrimonio al acceso de la
humanidad. En los mares, ríos y ciénagas también existe patrimonio cultural. Por esta
razón, esta Ley permitirá que el país considere un territorio sobre el cual no ejerce aún
soberanía por desconocimiento. “Ante la exploración realizada por ‘cazatesoros’ sobre el
patrimonio sumergido se propone una normatividad estricta y unas normas de intervención
en fondos marinos claras y en beneficio del país”, explicó la Ministra de Cultura, Mariana
Garcés Córdoba.
El proyecto de ley define los procedimientos y los controles para las actividades de
investigación, conservación, extracción y divulgación de los bienes asociados al Patrimonio
Cultural Sumergido. Al no existir una normatividad completa y clara, se abre la puerta a
que estos temas se definan en las cortes. Como consecuencia, el Estado colombiano
enfrenta multimillonarias demandas la última, interpuesta por la Sea Search Armada por 17
mil millones de dólares.

Así mismo, la conservación integral del patrimonio inmueble debe registrar la posición
asumida en la restauración, los criterios de intervención, el concepto y la calidad en la
ejecución del proyecto y, por ende, qué tiempo, presupuesto y tipo de intervención se
realizó.

Estos pasos previos o posteriores a una necesidad de intervenir, dar primeros auxilios o
mantenimiento en las edificaciones urbanas y rurales que, por su representatividad histórica
y cultural, son reconocidos, declarados y/o protegidos como bienes de interés cultural, de
los ámbitos nacional, departamental o municipal, presentan una etapa frágil y
completamente vulnerable que va paralela a los procesos de realización de los trámites,
cambios de administración y la ejecución de recursos a fin de año o periodo en las
entidades del Estado.

Como conclusión se dice que el patrimonio del Estado se haya constituido por una
universalidad de derechos y acciones de que es titular y pueden valorarse pecuniariamente,
sumados estos a las obligaciones que los gravan y revisten la cualidad expresada, puesto
que es el conjunto de bienes y derechos, recurso inversiones, que como elementos
constitutivos de su estructura social o como resultado de su actividad normal ha acumulado
el Estado y posee un título de dueño, o propietario, para destinarlos o afectarlos en forma
permanente, a la prestación directa o indirecta de los servicios públicos a su cuidado, o la
realización de sus objetivos o finalidades de política social y económica.

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