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SANJERÓNIMO

OBRAS COMPLETAS
Xa
Epistolario
1

(Cartas 1-85**)

INTRODUCCIONES, TRADUCCIÓN Y NOTAS POR

JUAN BAUTISTA VALERO (f)

2 7 FEB. 2014

BIBLIOTECA DE AUTORES CRISTIANOS


M AD RID • MMXin
A r

Texto latino tornado fundamentalmente de Migne (PL 22 y PLS 2,20),


corregido con las mejoras del Corpus de Viena y las del texto
de la colección Budé.
INDICE G EN ERAL

Pàginas

Plan general de la obra............................................... XV


N ota a està edición........................................................ XVII
Introducción.................................................................... XIX
1. San Jerónimo a través de sus cartas........................ XX
a) Los anos jóvenes (347-358)............................... XX
b) Oriente o la llamada del desierto (374-382)...... XXX
c) La Roma cristiana (382-385).............................. XL
d) Belén o la «stabilitas loci» (a.385)...................... XLVI
e) Los anos de la plenitud...................................... LXV
2. El epistolario.............................................................. LXXV
3. Herencia literaria de Jerónimo.................................. LXXXII

4. Nuestra edición.......................................................... LXXXV


5. Bibliografia................................................................. LXXXVI
a) Jerónimo: EI texto de las cartas......................... LXXXVI
b) Estudios................................................................LXXXVI
6. Siglas........................................................................... XCII
© Biblioteca de Autores Cristianos, 2013
Don Ramon de la Cruz, 57. 28001 Madrid
Tel.: 91 309 08 62 CARTAS
www.bac-editorial.com
1. A Inocencio, presbitero (Sobre la mujer siete veces
Depòsito legal: M-40064-2012
ISBN: 978-84-7914-404-3 (Obra completa)
golpeada)................................................................... 3
ISBN: 978-84-7914-977-2 (Tomo Xa) 2. A Teodosio y demas anacoretas que moran en el
interior (Encargo de oraciones).............................. 13
Preimpresión: Marasän, S. A., José Romero, 2, Madrid 3. A Rufìno (Le expresa deseo de encontrarse con
Impresión: Fareso, S. A., Paseo de la Dirección, 5, Madrid
Encuadernación: Sucesores de Felipe Méndez, S. L. Carbón, 6 y 8. PoL Ind. San José de él)............................................................................... 15
Valderas, 11. Leganés (Madrid) 4. A Fiorentino (Sobre el nacimiento de una amis-
tad)............................................................................ 23
Impreso en Espana. Printed in Spain 5. A Fiorentino (Desde el desierto)............................ 27
Ilustración de cubierta: San Jerónimo leyenclo (1621-1623), de George de La Tour 6. A Juliano, diacono de Aquileya (Jerónimo le confia
Diseno: BAC el cuidado de su hermana)...................................... 31
7. A Cromacio, Jovino y Eusebio(Recuerdos y efu-
Cualquier forma de reproduction, distribution, comunicatión publica o transformation de està obra
solo puede ser realizada con la autorizatión de sus titulares, salvo exception prevista por la ley.
siones de amistad).................................................... 35
Dirijase a CEDRO (Centro Espanol de Derechos Reprogràficos) si necesita fotocopiar o escanear 8. A Niceas, subdiacono de Aquileya (Le pide corres-
algun fragmento de està obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 471.___________ n n n d e n c ia e n is tn la r).............................................................. 41
XVI Plan general de la obra

II. Comentarios al Nuevo Testamento. Prologos y prefacios


doctrinales. Vida de santos
Volumen 2 [Publicado]:
Comentarium in Mattaeum. Prologosy prefacios a diferentes trata- NOTA A ESTÀ EDICIÓN
dos. Vitae Malchi, St. H ilationis et St. Pauli. De viris inlustribus
(Virgilio Bejarano).
Agotada la ultima edición bilingiie de las Cartas de San Jerónimo,
III. Cuestiones relativas al Antiguo Testamento: aparece ahora està nueva que, basada en la anterior, se incorpora
Volumen 3a [Publicado] y 3b [Publicado]. al amplio conjunto de las Obras completas de San Jerónimo, ofreciendo
Comntarii in prophetas minores (Avelino Dominguez). por elio una nueva presentación de los textos.
Volumen 4 [publicado]: En la Introducción se ha querido destacar el contenido auto-
Hebraicae quaestiones in libro Geneseos. Uber interpretationis he- biografico de las cartas, trazando con él una sembianza de San
braicorum. Comentarioli in Palmos. Commentarius in Ecclesiastem Jerónimo que respondiera a su verdadera vida interior. Las in-
(Rosa M.a Herrera Garda). troducciones pardales a cada una de las cartas han buscado el
Volumenes 5a y 5b: contexto de la misma dentro de la biografia del escritor, y han
Comentarius in E^echielem. Comentarii in Danielem (Hipólito tenido en cuenta el aspecto prosopogräfico de los personajes mas
B. Riesco Alvarez). importantes recurrentes en el texto.
Volumenes 6a [Publicado] y 6b [Publicado]: La traducción, que en principio quiso ser unicamente revision
Comentarii in Isaiam. In Isaiamparvula adbreviatio (José Anoz). de la primera de Ruiz Bueno (1962), quien con excesiva frecuencia
Volumen 7 [Publicado]: coloreó de arcaismos tipicos de maestro Siglo de Oro el texto de
In Hieremiam prophetam (Monica Marcos Celestino y Ma­ Jerónimo, pronto pasó a ser traducción directa del texto latino,
nuel-Antonio Marcos Casquero). en lo que naturalmente, en mas de una ocasión, la ya existente
ha supuesto una valiosa ayuda. Para la correspondencia entre San
IV. Tratados apologéticos: Jerónimo y San Agustin se ha tenido presente la version ofrecida
Volumen 8 [Publicado]: por Lope Cilleruelo en la edición de las Obras de San Agustin, tomos
Contra Rufinum. Epist. Adversus Rufinum. Dailogus adversus Vili, Xla y Xlb, numeros 69, 99a y 99b de la BAC.
Pelagianos. Adversus Helvidium. Adversus lovinianum. Altercatio Las notas han tenido que reducirse al minimo dada la extension
Euciferiani et Orthodoxi. Contra Vigilantium. Contra loannem misma de la obra. En ellas se han recogido las referencias de citas
Hierosolymitanum (Manuel-Antonio Marcos Casquero y Mo­ biblicas directas, y con frecuencia también las de citas implicitas
nica Marcos Celestino). o alusiones al texto sagrado. Lo mismo ocurre con los autores
clasicos profanos.
V. Comentarios paulinos: Como texto latino de la presente edición se conserva el adop-
Volumenes 9 [Publicado]: tado por Ruiz Bueno en la primera edición de este Epistolario,
Comentarii in epistulas ad galatas, ad Ephesios, ad Titum et ad que es fundamentalmente el de Migne (PL 22 y PLS 2,20) co-
Philemonem (Manuel-Antonio Marcos Casquero y Monica rregido con las mejoras que introduce el texto ofrecido por la
Marcos Celestino). colección Budé y antes por el del Corpus de Viena. La presente
edición se ve enriquecida con dos nuevas cartas: una de Jeróni­
VI. Cartas: mo a Aurelio, obispo de Cartago, y otra de Agustin a Jerónimo,
Volumenes 10a [Publicado] y 10b: publicadas, con su debido aparato critico, en el volumen 88
Epistolario (Juan Bautista Valero). del CSEL, con los numeros 27* y 19*, respectivamente, por
el investigador Johannes Divjak. La de Jerónimo a Aurelio se
Que el mismo san Jerónimo, lector, te acompane por el itine­ publica al final de este primer volumen; la de Agustin a Jeró­
rario de sus escritos. nimo, en el segundo.
XVIII N o ta a està ediàón

Si el trabajo ha requerido no pequena paciencia, por la enorme


cantidad de detalles a los que habia que atender, y resignación no
menor ante la certeza de los muchos que se iban a descuidar y INTROD UCCIÓN
aun omitir, también ofrecia por otta parte la compensación del
encuentro con esa extraordinaria personalidad de la historia de
nuestta fe que es Jerónimo.

«Por ahora, lo unico que puedo hacer es mandarte una carta


que, en el lugar de mi persona, me represente ante d». Porque
«nada hace tan presentes a los ausentes corno hablar y oir hablar
por medio de cartas a los que amamos». Asi escribia Jerónimo
al amigo predilecto de juventud. Sus cartas, coleccionadas con
esmero por sus corresponsales, y también por él mismo, siguen
hablando y haciendo presente entre sus lectores de hoy al ausente
de tantos siglos.
Ferdinand Cavallera, el clasico biògrafo de san Jerónimo, lamen-
taba que precisamente quien habia conservado para la posteridad
el recuerdo de tantas y tan entranables figuras del cristianismo no
hubiera enconttado a su vez una piuma amiga que le hiciera pervi-
vir a él mismo (F. C a v a l l e r a , Saint Jerome. Sa vie et son oeuvre, 2 vols.
[Lovaina-Paris 1922] p.V). Es lògico que piense asi quien con tanta
intensidad se habia ocupado de la vida y la obra de un personaje
corno san Jerónimo, tan exuberante en relaciones humanas y tan
generoso literariamente con quienes compartieron su amistad. Pero
bastarà poner los ojos en la correspondencia epistolar, esa parcela
singular que Jerónimo cultivó con tanto esmero, y en generai en
el conjunto de su producción literaria, para captar que sus escritos
tienen la categoria excepcional de verdadera autobiografia.
En està autobiografia, las cartas son la clave imprescindible para
acercarse a la interioridad personal de Jerónimo; son como la guia
que invita y a l a vez conduce a través de la experiencia intima de
alguien que, escribiendo a personas particulares, sabe dar a sus
cartas el valor universal de lo privado.
A juzgar por ellas, se diria que Jerónimo quiso salvar Gelo­
samente las tres etapas a su juicio mas importantes de su vida:
la experiencia del desierto, el paso por Roma al servicio de la
Iglesia en la persona del pontifice Dàmaso, y el periodo defini­
tivo de la madurez, es decir, su larga estancia en Belén hasta el
final de sus dias. Abarcan estas tres etapas la vida propiamente
activa de Jerónimo. Su extension es desigual, y a cada una de
ellas corresponde un bloque de cartas, igualmente desigual, pero
que tiene la virtualidad de ir dejando constancia del ininterrum-
pido progreso interior en la vida de Jerónimo. Seguirle a través
XX Introduction Introduction XXI

de estas cartas es como asistir con él a las experiendas mas — Los recuerdos familiares
significativas de su vida. Asi, el epistolario de Jerónimo podria
muy bien repartirse en tres capitulos, que tendrian la desigualdad La segunda instantànea de sus tiempos de ninez se la dedica
y la discontinuidad misma de su vida: «las cartas del desierto», Jerónimo a su hermana. De ella habla, en carta del ano 375, a
«las cartas de Roma» y «las cartas de Belén». tres personajes de Aquileya: Cromacio, Jovino y Eusebio. Dos
de ellos, Cromacio y Eusebio, eran hermanos «no menos por
igualdad de caràcter que por naturaleza» (Carta 8) y formaban
1. San Jerónimo a través de sus cartas junto con su madre, sus hermanas y el tercero de la carta, Jovino,
una especie de iglesia domèstica. Jerónimo darà a la madre y a
a) Los anosjóvenes (347-358) los dos hermanos el titulo de màrtires, porque parece que habian
intervenido decisivamente contra el «virus» de la doctrina arriana.
Buena parte de los datos biogräficos sobre los anos jóvenes En este grupo habia sido acogida la hermana de Jerónimo. Era
de Jerónimo provienen fundamentalmente de las cartas escritas en ese momento una niha a las puertas de la juventud. Probable-
desde el desierto de Calcis. Y se explica porque esa etapa es una mente habia sido bautizada por el presbitero Juliano, que aparece
de las mas intensas de su vida. En la soledad del desierto cobran en la carta, y por él habia sido orientada hack la consagración de
pieno relieve aun las cosas mas insignificantes, y esa soledad se su vida en virginidad. De ella se ocupa Jerónimo no sólo con la
puebla de los recuerdos y de las anoranzas de las cosas y de las mera solicitud de hermano mayor, sino con verdadero carino y
personas que se han dejado atras. Jerónimo, al abandonar Occi­ con una notable sensibilidad por los problemas psicológicos de
dente, camino de Antioquia, donde le esperaba la experiencia del una adolescente «que està entrando en el camino de la juventud,
desierto, dejaba una situación oscura entire amigos y familiares, y ha de ser sostenida por las ensenanzas de todos y alentada por
«de cuyo lado un subito torbellino le habia arrebatado» (Carta los consuelos de todos, reconfortada con frecuentes cartas, incluso
3,3). Era lògico que en la comunicación epistolar de la nueva del obispo; pues los animos de las doncellas se afianzan con estas
etapa que empezaba fluyeran de su piuma aquellos sentimientos atenciones» (Carta 7,4).
de que estaba mas lleno su corazón. Toda la correspondencia de El recuerdo de los padres vendrà mas tarde. No sera muy prolijo
està època tiene una misma preocupación: recuperar la relación en él, pero le llenarà de orgullo poder afirmar que su fe caròtica
amistosa y familiar de un circulo de amigos con quienes ha com- es tan antigua como su cuna (Carta 82,2), y que sólo el amor del
partido momentos decisivos de su vida. Ese grupo de personas reino de los cielos le dio fuerza para separarse de su casa, padres,
està vinculado geograficamente a la patria chica de Jerónimo y hermana y patientes (Carta 22,30). De su hermano Pautiniano
son para él una especie de patria espiritual en la que busca cobijo hablarà mas a menudo, puesto que seguirla muy pronto los pasos
y calor humano. de Jerónimo en la vocación ascètica y viviria largos anos a su lado.
Una de las primeras cartas de Jerónimo, escritas por este tiempo, Determinar la fecha del nacimiento de Jerónimo es mas compii-
està dirigida a Rufino, companero de estudios y participe de su cado. Porque cuando él mismo hace referencia a su edad, parece
misma vocación, que se encuentra por ese tiempo recorriendo el no conocer mas que dos edades en su vida, la juventud y la vejez.
interior de Egipto y visitando los «coros de los monjes». En ella Se define como «adolescente, casi un nino», cuando en el desierto,
aflora, corno en fotografia de familia, uno de los recuerdos mas por los anos 375-77, se dedica a refrenar sus primeras pasiones
emocionados, el recuerdo de Bonoso, el amigo inseparable desde la (Carta 52,1). Unos catorce anos mas tarde, por el 389, presumirà
mas tierna infanda, que ahora, «corno nuevo morador del paraiso», de su cabeza cubierta de canas, signo de una edad ya avanzada
se ha retirado a un islote del Adriatico para dedicarse a la vida (Carta 84,3). Con toda probabitidad, Jerónimo naceria a mediados
ascètica y a l a meditación: «las mismas nodrizas nos estrecharon a del siglo iv. De este punto se han ocupado los biógrafos modernos
los dos en sus regazos, los mismos ayos nos acariciaron y, después con especial allineo, aunque pocos han corregido al gran biògrafo
de los estudios en Roma, ambos comimos el mismo pan, ambos E Cavallera, que propone corno fecha de nacimiento el ano 347.
nos cobijamos en un mismo albergue junto a las riberas medio Habria que salir de las cartas de Jerónimo y espigar en otros
barbaras del Rin» (Carta 3,5). escritos suyos para enriquecer, ya que no completar, su cuadro
XXII Introduction
Introduction XX III

familiar. El mismo, en el escrito sobre «Los hombres ilustres»


Un nombre quedarìa grabado en el recuerdo agradecido de
de las letras cristianas, dejarà la siguiente ficha biografica de si
Jerónimo, el de Elio Donato. Para él reservarà un puesto en su
mismo: «Jerónimo, nacido de Eusebio, en Stridon, villa destruida
Crònica, y sólo a él le concederà el tìtulo de «praeceptor meus». Eho
por los godos, confin que fue en otto tiempo de Dalmacia y de
Donato es para Jerónimo «el maestro», sin mas, de este tiempo, y
Panonia» (De viris illustribus, CXXXV: PL 23,719). Està escueta
es probable que fuera el maestro unico, tanto para la etapa de la
noticia conserva dos nombres importantes en la biografia de gramatica corno para la de la retòrica. De él se han conservado
Jerónimo, el nombre de su padre, y también el de su ciudad comentarios a Terencio y a Virgilio, lo que hace comprensible la
natal, de cuya existencia la historia tiene conocimiento a través facilidad con que fluyen las citas virgilianas en la obra de Jerónimo.
exclusivamente de està nota de Jerónimo. Desaparecida con el
Del aprovechamiento de Jerónimo es buen testimonio toda su
avance de los pueblos barbaros, de la ciudad de Stridon no queda obra. El mismo es muy consciente de elio, y lo deja enttever de
vestigio alguno. No parece que estuviera lejos de puntos corno manera especial en sus escritos polémicos, donde la descalifìcación
Aquileya y la antigua Hemona, hoy Liubliana. La vinculación del adversario por falta de formación es, de rechazo, exaltación de
sentimental de Jerónimo con Stridon no es precisamente fuerte. las propias virtudes. A Rufino, amigo de siempre, y companero de
Asi se explica que no salgan los mejores elogios de su piuma estudios, al parecer poco aventajado, le escribirà mas tarde, en piena
cuando habla de ella: «porque alla en mi pueblo natal toda rus- polémica: «Supongo que en tu juventud leerfas los comentarios
ticidad tiene su asiento, el vientte es Dios, y es mas santo quien de Aspro a Virgilio y a Salustio, los de Volcato a Cicerón, los de
es mas rico» (Carta 7,5). Victorino a los diàlogos de éste, y los de mi maestro Donato a las
Una sola carta de familia se conserva entte las de Jerónimo, la comedias de Terencio y a Virgilio, y tantos ottos comentarios a
dirigida, en la primera època, a Castorina, ria materna, a quien invita ottos, por ej empio a Plauto, a Lucrecio, a Flaco (Horacio), a Per­
a «deponer el viejo rencor», un enfado sobre el que «el sol se ha sio y a Lucano» ( J e r ó n im o , Apol. 116: PL 23,410). Un poco mas
puesto no un solo dia, sino muchos anos» (Carta 14). Jerónimo no comedido sera el balance que hace de sus estudios en una carta no
explicita mas, pero queda claro que no faltaron problemas en sus polémica del ano 411 : «después de las agudezas de Quintiliano, los
relaciones familiares. Ademàs, segun él mismo deja entender, no es rios de elocuencia de Cicerón, la gravedad de Frontón y la suavidad
reciente esa desavenencia. Sin que haya que ponerla en la primera de Plinio, me puse a aprender el alfabeto hebreo» (Carta 125,12).
infanda, es, sin embargo, un dato mas, asociado al recuerdo de Prueba del entusiasmo de Jerónimo por estos estudios es que
la gente de Stridon, que no favorece precisamente en Jerónimo el «nunca podrìa desprenderse de aquella biblioteca, que con extrema
apego a su ciudad natal. diligenda y trabajo se habìa copiado de propia mano en Roma»
(Carta 22,30). Su sensibilidad por la palabra escrita no le hacìa
olvidar la importanda de la palabra hablada. Asì, durante los anos
— Tiempo de formación (359-367) de Roma, no sólo asistirìa asiduamente a los discursos del foro, sino
que él mismo se ejercitarìa declamando piezas fìctidas: «también yo
Mas placenteros, en su conjunto, seràn los recuerdos de su època declamé con frecuencia fìngidos discursos judiciales» (Carta 81,1).
de estudios en Roma. A juzgar por el bagaje de conocimientos Roma formò al humanista en Jerónimo. Sus propias cartas son
objetivos y metodológicos de que hacen alarde sus obras, Jerónimo buen ej empio de un estilo cuidado con esmero, de variedad en el
no perdio el tiempo en la capitai del Imperio. Su formación hubo vocabulario, de origmalidad en la selección de imàgenes y figuras
de ajustarse al ordenamiento habitual de los estudios que siguen a la literarias y de rigor en el empieo de los recursos de la oratoria. Sus
escuela primaria: cuatto anos de gramatica, dedicados basicamente composiciones literarias fluyen con la espontaneidad y limpidez de
a la lectura y el comentario de poetas e historiadores, y cuatto anos lo que se hace sin esfuerzo ninguno. El juicio que Jerónimo dedica
para el estudio de la retòrica^ y la filosofìa ( D a r e m b e r g - S a g l i o , al joven Paulino de Nola es justamente el juicio que él mismo se
Diet, des Antiquités, término «Education», t.II, p.483). Una ley de merece mejor que ninguno de sus contemporaneos en las letras
este tiempo, con aplicación al menos en Roma, disponìa que el cristianas: «He Ìeìdo con agrado el panegìrico que con talento y
estudiante habìa de dar por concluido el ciclo de los estudios a arte compusiste en honor del emperador Teodosio, y que te dig-
los veinte anos de edad corno muy tarde. naste enviarme, y muy particularmente me ha gustado su plan. El
XXIV Introduction Introduction XXV

estilo es conciso y claro, y aun brillando con pureza tuliana, es rico insistir una vez mäs ante el mutismo de Dämaso: «como ya te dije
de pensamiento. Hay ademäs foerte trabazón en la materia, y un antes, yo he recibido la vestidura de Cristo en Roma» (Carta 16,2).
punto depende de otro. Todo lo que tratas o es conclusion de lo Extraria la parquedad con que Jerónimo se refiere a su bautismo.
anterior o introducción de lo que sigue» (Carta 58,8). Por otta parte, el hecho mismo, testimoniado por él, de su celebra-
El cuidado de los aspectos formales en el quehacer literario ción en Roma ilumina no pocos aspectos de la època estudiantil. Y,
es algo que nunca olvidarä Jerónimo. Ya de mayor recordarä con en primer lugar, sin quitar nada a la sinceridad de sus confesiones
ingenua complacencia su aprecio de la estédca. Los ejercicios posteriores sobre los pecados de juventud, no parece que las «de­
estillsticos de juventud no eran para él un esfuerzo, sino un licias romanas» (Carta 22,30) descarriaran gravemente al «hombre
juego. Y el verbo de acción que utiliza no sera «exercere», sino romano» de Stridon. Los mismos estudios, lievados corno los lleva-
«ludere». En una carta inèdita hasta ahora, dirigida al obispo ba él, tenian que absorberle pienamente. El mismo reconocerä mäs
Aurelio de Cartago, le advierte para que no confonda ciertas tarde, recapitulando el efecto que éstos haclan en él: «los poemas
obras suyas, escritas corno «divertimento» y otras escritas con de los poetas, la sabiduria de los clàsicos, la pompa de las palabras
piena madurez: «Me escribes que denes algunas obrillas de mi retóricas, todo esto agrada por su suavidad a todo el mundo y, al
pequenez, a saber, unas pocas homilias sobre Jeremias y dos arrebatar los oidos con versos que corren dulcemente modulados,
sobre el Cantar de los Cantares; siendo todavia un jovenzuelo, penettan también el alma y encadenan lo Intimo del corazón» (Carta
y a ruegos de un hermano, jugué con ese dpo de ejercicio, del 21,13). El corazón de Jerónimo, tan foertemente encadenado por
que exceptuo las dos homilias sobre el Cantar de los Cantares, el estudio, no es fäcil que tuviera muchos espacios libres para las
que traduje en Roma a petición del bienaventurado Dämaso» (J. liviandades de la vida, que indudablemente si que conoció.
D rvjA K [ed.], Sancti Aurelii A.ugustini opera, Sect.II, pars VI: CSEL El circulo de amigos, a juzgar por la trayectoria que cada uno
88,131). Lo mismo dira de una de las cartas mas bellas de su de ellos va a seguir, tampoco parece que foera un obstàculo, sino
colección, la dirigida a Heliodoro de Aldno (Carta 14), invitandole mäs bien todo lo contrario, para la maduración de la fe cristiana,
a que se una a él en el propòsito de la vida monacai. El mismo que Jerónimo habla vivido en su propia familia. En varios de
la juzga asi: «cuando yo era un mozo, o, por mejor decir, casi sus escritos recogerä las menudas experiencias de fe, hechas en
un nino, escribi al santo Heliodoro una carta exhortatoria, llena comparila de sus amistades, a lo largo de su estancia estudiantil
de lagrimas y de quejas. En aquella obra, llevado por mi edad, en Roma. Recuerda la impresión que le hacen sus visitas a las
me permiti juguetear con ciertas florituras y, corno aun hervian catacumbas, «inmersos en una noche lóbrega que nos trala a la
en mi los estudios y las regias de la retòrica, pinté algunas cosas memoria el verso de Virgilio: “horror por doquier, y silendo que
con florecillas de estudiante» (Carta 52,1). pettifica el alma”» (Comm. in E^eeh. 40,5: PL 25,375). No es po­
De Roma se llevó Jerónimo, ademäs de su formación y de su stole determinar con qué frecuencia asistia a las reuniones de la
biblioteca, el afecto de un inolvidable punado de amigos como comunidad; pero se admira de la asiduidad y del fervor con que
Rufino de Concordia, mas conocido corno el de Aquileya; He­ el pueblo acude a las iglesias y a las memorias de los màrtires, y
liodoro de Aitino y Panmaquio; y, sobre todo, el recuerdo de la le sobrecoge el «Amén» pronunciado por los fieles, que «resuena
vida cristiana, y la intima alegria del bautismo. De éste habla con corno un trueno y llega con su eco hasta los templos vados de
orgullo en las dos cartas que escribira al papa Dämaso desde el los Idolos» (Comm. in Gal. II: PL 25,355).
desierto. El bautismo se va a convertir para él en el vinculo que No se puede decir que estas vivencias religiosas sean por si
mäs Alertemente le unirà con Roma. Se trata de una unión afectiva, solas tan profundas como para provocar en Jerónimo la decision
por una parte, y de adhesion doctrinal a la cätedra de Pedro, por por el bautismo. En todo caso, significan una cierta familiaridad
otta. El bautismo le confìere una curiosa conciencia de romani- con la vida cristiana, tal corno ésta se expresa en la liturgia y en el
dad interior. Dice que el confusionismo arriano que le rodeaba culto externo a los santos. Si la vida de fe de Jerónimo no es en
y le presionaba durante su estancia en Antioquia, le decidió a él, estos anos un dechado de profondidad, tampoco se puede decir
«hombre romano», a dirigirse «a la cätedra de Pedro en busca de que estuviera del todo aletargada. Esa fe tuvo la foerza suficiente
alimento para su alma, pues en ella habia recibido en otto tiempo la corno para llevarle al bautismo, que recordarä de mayor como la
vestidura de Cristo» (Carta 15,1 y 2). Y éste serà el argumento para gran experiencia que marca su vida de estudiante.
XXVI Introduction
Introduction xxvn
Sin embargo, su formación religiosa deja mucho que desear.
Pero està noticia sobre el trabajo de copista, realizado por Je­
Unos veinte anos mas tarde reconocerà él mismo que, asi corno
rónimo, està probablemente en conexión con la otta, de la carta
su formación clàsica se le habia convertido en una especie de
a Rufino, en la que dice con claridad que en ese viaje, hecho en
segunda naturaleza, el dogma cristiano apenas pasaba de ser un
compania del amigo Bonoso, «empezó él, el primero, a querer
mero anadido: «admito que me equivocaba en mi juventud, y que,
servir al Senor». Para elio necesitaba un bagaje especial. Quien,
formado en los estudios de los fìlósofos, es decir, de los gentiles,
embebido en los clàsicos, se habia pertrechado con una biblioteca
ignoraba en los comienzos de mi fe los dogmas de Cristo, al pen­
copiada de propia mano, una vez decidido al servicio de Cristo,
sar que en los apóstoles se hallaba lo mismo que yo habia leido
era lògico que hiciera algo semejante. Es decir, Tréveris supuso el
en Pitàgoras, Platón y Empédocles» (Carta 84,6). El Jerónimo
primer acopio de lo necesario para el nuevo camino de Jerónimo.
posterior considerarla a este Jerónimo recién bautizado corno un
Consideraba Jerónimo que esas obras, que con tanto ahinco habia
«parvulo en Cristo». copiado, eran «alimento para el alma cristiana, que ha de meditar
dia y noche en la ley del Senor» (Carta 5,2).
Hay una circunstancia cronològica, en el anterior pasaje de la
— Tréveris y Aquileya (368-374) carta a Rufino, que conviene sopesar todavia. Es la referencia a
los estudios de Roma: «después de los estudios de Roma, cuando
Terminados los estudios en Roma, por el ano 367, comienza una en las orillas semibarbaras del Rin compartia con Bonoso mesa y
etapa apresurada y confusa en la vida de Jerónimo. Una frase escueta albergue». No es la unica vez que Jerónimo relaciona su vocación,
lanza una tenue luz sobre este riempo. Rememorando, en carta a aunque sólo sea cronològicamente, con los estudios romanos. En
Rufino, la vocación de Bonoso, el amigo comtin, Jerónimo se eleva el pròlogo al Contentano de Abdtas, escrito a finales del ano 396 y
en oración a Cristo y le presenta los propositos del amigo y los dedicado a Panmaquio, se desahoga Jerónimo con el amigo evo­
suyos propios: «Tu sabes que fili yo el primero en quererte servir, cando aquellos tiempos mejores, «mas dulces que la luz del dia»,
cuando, después de nuestros estudios en Roma, ambos compartimos en los que «después de dejar la escuela de los rétores emprende-
mesa y albergue junto a las riberas semibarbaras del Rin» (Carta 3,5). riamos caminos dispares. Yo y Heliodoro nos preparàbamos para
Este viaje hacia el Norte, en compania de Bonoso, probable- la soledad del desierto sirio de Calcis» (PL 25,1098).
mente no se limita a una unica ciudad. Tréveris es lugar cierto de De ese riempo vivido a orillas del Rin data precisamente un
estadia. Alli Jerónimo copiò de propia mano el «tratado sobre los primer comentario al profeta Abdias. Es un trabajo de orientación
salmos davidicos» y el voluminoso «libro de los sinodos» de san mistico-alegórica. Jerónimo lo hace impulsado por su ardiente amor
Hilario (Carta 5,2), lo cual lògicamente supone su riempo. Pero el a la Sagrada Escritura. Se encuentta, segun rettospectiva tardia, «en
conocimiento que demosttarà, mas tarde, de las principales ciu- la adolescenda». Habia leido aquello de que todo es posible a quien
dades germanas y gàlicas (Carta 123,16) permite pensar que no tiene fe; pero aun no sabia que existian carismas muy diversos. El,
estuvo confinado exclusivamente en Tréveris. sin embargo, por el hecho de conocer la literatura profana, pensò
No es fäcil adivinar con precision cuäl fue la intención de Je­ que estaba capacitado para leer y comentar un libro, propiamente
rónimo en este viaje. Pero su ocupación de copista en Tréveris «sellado», corno el de Abdias. Y no parece que le costara mucho
es particular mente orientadora. ^Qué puede significar este interés trabajo ni mucho riempo sacar a luz està que posiblemente fue su
repentino por la literatura cristiana? El puro valor literario no primera obra exegética.
parece que sea todo lo que busca. De Hilario, en concreto, piensa El riempo le habia hecho olvidar aquel trabajo primerizo. Daba
Jerónimo que «se eleva sobre el gàlico coturno y adornandose por perdido este comentario, hasta que, muchos anos después, un
con flores de Grecia se pierde a menudo en largos periodos y joven venido de Italia le trae un ejemplar y se lo muestra, entusias-
està muy lejos de ser lectura para hermanos demasiado sencillos» mado de la obra. «Por muy mal que uno escriba — dice Jerónimo
(Carta 58,10). Còrno se justifica que quien piensa asi del escritor que pensò— , siempre encuentta un lector a su altura, que le haga
Hilario dedique un riempo precioso y un trabajo improbo para honor con su ignoranda». Jerónimo, en ese trance, hubiera querido
copiar todo un tratado y un «voluminoso» libro de ese autor? ^No expresar su pudor con la cabeza bien baja. «Era yo entonces un
hubiera bastado con una lectura sosegada? nino — dice— y aun no habia aprendido a escribir» (ibid.). Por el
XXVIII Introduction Introduction XXIX

contrario, ahora quedan lejos aquellos tiempos de audacias juveni­ imponen los retóricos», que tan fielmente observaba él mismo en
les, y piensa que algo ha tenido que avanzar «en estos treinta anos las muchas biografias que trazó a lo largo del epistolario, pero
de sudor en la obra laboriosa de servicio al Seiior». Lo mejor iba a que también rompió en casos concretos. Posiblemente estos casos
ser comenzar un nuevo comentario, y superar «la obra del ingenio no hacen sino reflejar el esquema valorativo de su propia vida.
pueril» con otta mas propia de «la madura senectud». Asi, por ejemplo, al trazar la bella biografia de Fabiola, que se
Si al Abdias de juventud le separan treinta anos del Abdias de podrä leer en la carta 77 de este epistolario, afirma que tendra
la madurez, quiere esto decir que Jerónimo ya hada sus primeros que exaltarla «con nuevo gènero de elogios y, dejando de lado el
ensayos exegéticos por el ano 367, es decir, muy poco después de orden que imponen los retóricos, habra que tornar corno punto
los anos de formación en Roma. El que el ejemplar del inmaduro de partida no su noble alcurnia, sino su conversion y su peni-
Abdias venga de Italia, hace mas que verosimil que Jerónimo habia tencia» (Carta 77,2).
encarrilado su futura forma de vida y el tipo de trabajo con el que Para Jerónimo, la vida de Fabiola, en su interés propiamente
«queria servir al Senor» ya en època muy cercana a los estudios. biografico, empieza en el momento de su conversion. Del mismo
Esa referencia a la conclusion de los estudios en Roma trata modo, el silendo de Jerónimo sobre su propia infanda y sus anos
de situar cronològicamente el periodo inmediatamente anterior jóvenes podria apuntar a que ese periodo de su vida no tiene rele­
al retiro de Calcis. Eso mismo quiere decir que este periodo es vanda biografica en su valoración personal. De hecho, la biografia
considerado, mas tarde, por Jerónimo corno un periodo de transi- insinuada por sus cartas da comienzo con la etapa vivida por él
ción. En él nace su vocación de asceta, y en él ensaya las primeras entte los amigos de Aquileya, que formaban, segun él mismo es-
armas de lo que iba a ser una de sus principales ocupaciones, la cribiria, un verdadero «coro de bienaventurados».
de copilador. En ella hard progresos notables. De tal forma que, Elios son los destinatarios de sus primeras cartas. Todo hace
pocos anos después, quiza el ano 375, podria decir a Fiorentino, pensar que la expresión «coro de bienaventurados», utilizada por
monje de Jerusalén destacado por sus obras de caridad, y aficio­ jerónimo en su Crònica, significa un movimiento consolidado de
nado corno Jerónimo a la recogida de escritos cristianos: «y corno, ascetismo, al que pertenecfa corno figura destacada Cromacio, quiza
por largueza del Senor, poseo una biblioteca sacra rica en códices, promotor y gufa espiritual del grupo, juntamente con ottos, como
a ti te toca encargar; te enviaré todo lo que desees. No me resulta Heliodoro, corresponsal también de Jerónimo, y que no siempre
cosa pesada, porque tengo un grupo de alumnos interesados en vivió en Aquileya, ya que seria pronto nombrado obispo de la
la trascripción de obras antiguas» (Carta 5,2). pequena ciudad cercana de Aitino. A este mismo grupo pertene-
Después del viaje al Norte, con Tréveris corno meta destacada ció Rufino de Concordia, mas tarde conocido corno Rufino de
y expresamente nombrada por Jerónimo, parece obligado hacerle Aquileya precisamente por su relación con el denominado «coro
volver a su pueblo natal. Es lo que suponen todos sus biógrafos; de bienaventurados» de esa ciudad. La relación de Rufino con
pero, en las cartas de Jerónimo, no hay apoyo documentai de que este cfrculo era particularmente profunda porque habfa recibido
asi fuera. Si lo hay de un paso relativamente prolongado por Aqui- el bautismo, ya en edad adulta, de manos de Cromacio. Al mismo
leya, y alrededores, donde se va a enconttar con antiguos y nuevos grupo perteneció igualmente Bonoso, el amigo y companero de
amigos, que le van a enfervorizar en su propòsito de enttegarse a infanda de Jerónimo, y del que ya se conoce su futuro anacorètico
la vida monacai. A estos amigos, y a este tiempo, se refìere en sus en una isla solitaria del Adriatico.
primeras cartas. Cartas, como se ha podido ver, llenas de afectos Mas que un convento, aun en sentido amplio, el aspecto que
personales y de anoranzas de los tiempos, de las que brotan corno ofrece ese grupo, en el que la amistad juega un papel importante
chispas sueltas casi todas las noticias sobre sus anos jóvenes. corno lo demuestta la primera correspondencia de Jerónimo, es
La impresión que se desprende de estas cartas es que Aquileya mas bien el de una comunidad de creyentes entusiasmados por
tiene una importanda decisiva para Jerónimo. No deja de ser la vida ascètica, tan en boga por ese tiempo, y probablemente
significativo el conttaste entte el afecto que suscita en Jerónimo también por el estudio. Hay clérigos y hay seglares, corno se vera
el grupo de los primeros amigos y la repulsa que le produce el en la lectura de las cartas; pero esa diferencia quedaba allanada
solo recuerdo de su ciudad natal. Si Jerónimo hubiera hecho su por una extraordinaria talla moral de todos los componentes del
propia biografia, es muy probable que hubiera roto «el orden que cfrculo. Es posible que dentro de este grupo haya que encuadrar
XXX Introduction Introduction XXXI

a los destinatarios de las cartas 3 a 12. En el mismo contexto el torbellino de Aquileya puede que precipitara el momento, pero
ascètico hay que incluir también un grupo de virgenes, que denen no es la causa del propòsito.
su residenda en la ciudad cercana de Hemona. Si se exceptuan De està precipitación es reflejo una de las primeras cartas de
estas ultimas, los demäs integrantes de este movimiento ascètico Jerónimo, la que escribe a Rufino, que por entonces estaba reco-
no parecen estar ligados a un lugar fìjo. Hay ademas variedad de rriendo el interior de Egipto y visitando «los coros de los monjes».
inclinaciones; tres de ellos, Crisocomas, Pablo y Antonio, reciben En ella, Jerónimo le comunica el ardiente deseo de reencontrarse
el apelativo de monjes. El primero vive en Aquileya, y los otros con él. Alude también a su decision repentina de abandonar Aqui­
dos en Concordia y en Hemona respectivamente. leya, y describe al amigo la peripecia dramàtica de su «peregrinar
Quizà està autenticidad, y al mismo tiempo pluralidad, en el errante hacia lo desconocido». El viaje empieza por mar, pero
seguimiento de la vocación cristiana era lo que mas atraia a Jero­ a partir de Grecia transcurrira todo él por tierra: «la travesta de
nimo, y lo que mas le alejaba interiormente de su patria chica, no Tracia, Ponto y Bitinia, todo el camino de Galacia y Capadocia,
muy distante de Aquileya. Està se va a convertir en su verdadera y el calor ardiente de Cilicia habian quebrantado mi salud, antes
patria espiritual y terminara por suplantar, en el terreno del afecto, de que, por fin, me acogiera Siria, puerto segurisimo para este
a la Stridon que pronto destruirian los godos, hecho que no va a naufrago errante» (Carta 3,3).
entristecer particularmente a Jerónimo. Bastaria con ir trazando una linea sobre el mapa, a través de
Tréveris y, a continuación, Aquileya seràn en la formación cris­ las regiones que recorre Jerónimo, para confirmar que su viaje
tiana de Jerónimo lo que fue Roma en su formación humanistica. fue realmente un peregrinar errante hacia lo desconocido. Siria le
Son, en total, unos siete anos de vivendas acumuladas, muy distin­ recibió corno puerto segurisimo para el naufrago. Jerónimo habia
tas de las de Roma. En Aquileya, y probablemente ya en Tréveris, llegado al puerto que siempre necesitaba, el puerto de la amistad.
gustò con toda intensidad los nuevos modos de vida religiosa, En Antioquia moraba Evagrio, a quien habia conocido en los
circunstancialmente tan relacionada con el arrianismo, corno es ambientes de Aquileya. Este Evagrio, a quien con sobradas ra­
el caso de Cromacio y acompanantes. No sin razón se atribuye a zones Jerónimo dedicarà todo su agradecimiento, tiene una cierta
san Atanasio, el obispo continuamente desterrado por instigación importanda historica, sobre todo por su capacidad de mediador.
de los grupos arrianos, buena parte del florecimiento de focos de Proveniente de una ilustre familia latina de Antioquia, que habia
vida ascètica por toda la geografia de Europa. Justamente Tréveris contraido méritos militares importantes, Evagrio dispoma de una
y Aquileya son ciudades por las que pasó en sus diversos viajes notable fortuna y, en consecuencia, también de una posición social
este propagandista del monacato. ante la que no se cerraba ninguna puerta, ni siquiera las de palacio.
Por razones difìcilmente precisables, Jerónimo tendria que ale- A Occidente llegó hacia el ano 362 corno presbitero acompanante
jarse bruscamente de Aquileya. El mismo habla de un «subito del obispo de Vercelli. Evagrio permaneceria algun tiempo en
torbellino, y de un cruel desgarrón» (Carta 3,3), que le separa de Italia, donde dejó buen recuerdo por sus actuaciones en favor de
los amigos con quienes ha compartido el periodo de Aquileya. los obispos católicos, entre ellos el papa Dàmaso, acosados por
sus homólogos arrianos. Esto ya era suficiente motivo para que
Jerónimo sintiera una especial afección por està personalidad. A
b) Oriente o la llamada del desierto (374-382) elio se atiade sin duda la perspectiva de encontrarle algun dia en
el Oriente anhelado.
— La vocación de anacoreta En Antioquia, Jerónimo «pasó cuanto puede pasarse en punto a
enfermedades» (Carta 3,3). Asi comenzó la experiencia orientai. Es
A partir de la huida de Aquileya comienza para Jerónimo la que posible que Jerónimo no contara con este previo desierto interior
se podria llamar la gran experienda: la experiencia del desierto. Por de la enfermedad, a la que se sumarà la pérdida dolorosa de un
mas que lo parezca, la brusca ruptura de Aquileya no es la causa gran amigo de los tiempos de Aquileya, que, corno él, disfrutaba
de su marcha hacia el desierto, para el que desde hacia tiempo en Antioquia de la hospitalidad de Evagrio. Cuando Jerónimo re-
venia preparandose junto con su amigo Heliodoro; aunque no cuerde algun ano mas tarde la muerte de este companero, todavia
parece que hubieran pensado en un lugar determinado. Asi pues, sus palabras sonaran corno un lamento: «y perdi uno de mis dos
XXXII Introduction
Introduction XXXIII

ojos, pues una fìebre repentina me arrebató a Inocencio, que era — Consolación-desolación
una parte de mi alma» (Carta 3,3). Es éste uno de los sentimientos
mas hondos de Jerónimo, quien, andando el riempo, lograra la Las esporàdicas visitas de Evagrio le colmaban de gozo a Jeró­
perfección consumada en el gènero del escrito consolatorio, tan nimo, lo mismo que las despedidas le dejaban una gran tristeza.
propio de su sensibilidad. Oyéndole, es dificii comprender que le quedara todavia fuerza
Este Inocencio habia sido el destinatario de la primera carta de voluntad para seguir en su destierro voluntario: «aunque el
que se conserva de Jerónimo. Es una carta intrascendente por el sobredicho hermano —Evagrio— me visita con frecuencia y me
tema, y estilisticamente resulta un tanto amanerada. Pero en elio quiere como a sus propias entranas en Cristo, està separado de
precisamente se refleja lina faceta muy tipica del estilo de Jeró-‘ mi por tan larga distanda, que no me ha dejado menos soledad
nimo. La decision final de escribir esa carta se debe, segun él, a al marcharse que alegria me trajo viniendo» (Carta 7,1). Evagrio le
que Inocencio se la habia solicitado con insistencia. Parece que llevaba el propio consuelo y también la correspondencia de fuera.
Jerónimo, que con tanto gusto escribia, necesitaba el impulso de Las cartas eran para Jerónimo en este tiempo, y lo seràn durante
alguien que se lo pidiera. toda su vida, corno la presencia constante de sus amigos ausentes.
Nadie, sin embargo, aparece como impulsor de la gran decision Elias, tanto las que él escribe como las que recibe, mitigan en
de Jerónimo de retirarse al desierto. Es como un sueno suyo, del buena medida la soledad de Jerónimo. Es el terna dominante de
que nunca dudó. Todavia pasaria algun tiempo en comparila de las cartas del desierto.
Evagrio. Lo exigia su misma enfermedad: «ahora gozo de maestro En su retiro, Jerónimo no està solo. Pero tampoco parece que
amigo Evagrio, a quien yo, enfermo siempre, me he juntado para sus relaciones con los monjes cercanos colmen su necesidad con­
colmo de su trabajo» (ibid.). naturai de afecto, ya que éste buscara a los amigos de siempre,
Pero su mente estaba en el desierto. ^Valdrian para Jerónimo por el cauce de las cartas. En Calcis ha tratado de su fe personal
los argumentos que, a favor del yermo, esgrimia para convencer con dos personajes, el presbitero Marco, a quien dedica una carta,
a otros? El companero de estudios en Roma, Heliodoro, que con y el «bienaventurado hermano» Zenobio (cf. Carta 17,4).
él compartió durante algun tiempo el propòsito de retirarse a la No todo es consolación en el desierto. Hay dias largos en que
soledad, terminò dejando solo a Jerónimo. De regreso de una todo le parece absurdo, todo le molesta: «jCuàntas veces, estando
peregrinación a Tierra Santa, se habia encontrado con él en An- yo en el desierto y en aquella inmensa soledad que, abrasada de los
tioquia. Con toda probabilidad estudiarian los pros y los contras ardores del sol, ofrece horrible asilo a los monjes, me imaginaba
del proyectado retiro al desierto. Heliodoro no se decide, pero hallarme en medio de los deleites de Roma! Me sentaba solitario,
tampoco quiere decepcionar a Jerónimo, a quien, en una clara porque estaba rebosante de amargura. Contemplaba con espanto
maniobra de dilación, va a pedir que, una vez esté en el desierto, mis miembros deformados por el saco; mi sucia piel habia tornado
le escriba una carta de invitación. Cuando Jerónimo le escriba, el color de un etiope. Todo el dia llorando, todo el dia gimien-
algun tiempo mas tarde, ya conoce los secretos del desierto: «jOh do. Por miedo al infìerno me habia encerrado en aquella càrcel,
desierto en que brotan las flores de Cristo! jOh soledad en que se companero unicamente de escorpiones y fieras. Mi rostro estaba
crian aquellas piedras con las que en el Apocalipsis se construye pàlido por los ayunos; pero mi alma ardia de deseos dentro de
la ciudad del gran rey! jOh yermo que goza de la familiaridad de un cuerpo helado, y muerta mi carne antes de morir yo mismo,
Dios!» (Carta 14,10). sólo hervian los incendios de los apetitos. Asi pues, desamparado
Esa busqueda de la familiaridad de Dios es la unica explicación de todo socorro, me arrojaba a los pies de Jesus, los regaba con
de que Jerónimo perseverara durante dos largos anos (375-377) mis làgrimas, los enjugaba con mis cabellos y domaba mi carne
en la soledad mas rigurosa. El desierto de Calcis se encontraba rebelde con ayunos de semanas. No me avergiienzo de mi desdi-
al sudeste de Antioquia y distaba de ella algo mas de cincuenta cha; antes bien, lamento no ser el que fai. Recuerdo haber muchas
millas. Para Jerónimo, aquello era « el punto en que Siria confun­ veces empalmado entre clamores el dia con la noche, y no haber
de sus limites con los de los sarracenos» (Carta 5,1), o también cesado de herirme el pecho hasta que, al increpar el Senor a las
«este desierto que separa a Siria de los confines de la barbarie» olas, volvia la calma. Y el Senor mismo me es testigo que des-
(Carta 15,2). pués de muchas làgrimas, después de estar con los ojos clavados
XXXIV Introduction Introduction XXXV

en el cielo, me pareria hallarme entre los ejércitos de los ängeles; como es màs probable, en los momentos fuertes de su experiencia
entonces cantaba con alegria y regocijo: En pos de ti corremos al olor ascètica en Calcis.
de tus ungüentos» (Carta 22,7). Una y otta cuestión importan en realidad bien poco. Lo deci­
Tentaciones y, en definitiva, desolación son situaciones nor­ sivo es el relato mismo, y la viveza emocional con que se expresa
males en el desierto; pero no por eso menos dolorosas. A las Jerónimo sobre una experiencia ocurrida «hace de elio ya muchos
mortificaciones habituales de Jerónimo, en este riempo, se sumaba anos». Los elementos elaborados en el sueno jeronimiano no tienen
el desconocimiento de la lengua siria; aunque no parece que està nada de quiméricos, y màs bien reflejan una situación existencial
deficienda le hiciera sufrir demasiado. Pero se hace sentir, por de disociación interior, que estaba pidiendo urgentemente una
contraste, cuando recibe cartas de sus amigos de Occidente: «Elias solución. «Después de largas vigilias de la noche, después de las
son las unicas que aqui saben latin» (Carta 7,2). Con todo, no sintió làgrimas que el recuerdo de los pecados pasados me arrancaba de
la necesidad de aprender la lengua que se hablaba en el desierto, lo hondo de mis enttanas, tomaba en mis manos a Plauto y, si
«lengua barbara a medio formar», y prefirió en esa misma linea la alguna vez volviendo en mi mismo me decidia a leer un profeta,
ascètica del silendo. su estilo tosco me repella». La formación en la literatura clàsica,
No ocurrió lo mismo con otta lengua que cada vez se le hacia esa segunda naturaleza que se habia desarrollado en Jerónimo, no
mas necesaria, el hebreo. A medida que se adenttaba mas en el dejaba lugar para la otta formación, la biblica, que al igual que
estudio de la Escritura, la lengua de los libros santos le parecia cada ella exigia todo el hombre. Es comprensible el sufrimiento que
vez mas imprescindible. Qué mejor practica ascètica para un estu- està situación provocaba en él. Un dia de cuaresma, con el cuerpo
dioso integrai, corno Jerónimo, que la de preparar pacientemente abrasado por la fiebre, seria «arrebatado subitamente en el espiritu,
un instrumento tan importante. Ademàs, el tiempo que dedicara al y arrasttado ante el tribunal del juez». Preguntado por su condición,
hebreo era tiempo que quitaba a la imaginación. En rettospectiva, Jerónimo responde que es cristiano. «Pero el que estaba sentado
contara él mismo: «Siendo yo joven y estando recluido entre las me dijo: “mientes; no eres cristiano; eres ciceroniano; pues donde
fronteras del desierto, no podia soportar el aguijón de los vicios y la està tu tesoro, alli también està tu corazón”». El juez manda que
fogosidad de mi naturaleza. Procuraba doblegarlos con frecuentes lo azoten. Jerónimo pide compasión, y a su oración se unen «los
ayunos, pero mi imaginación era un hervidero de pensamientos. circunstantes, que suplican al juez que perdone mi mocedad y me
Para domarla me hice discipulo de un hermano hebreo que se conceda lugar a penitencia por el error» (Carta 22,30).
habia convertido, y me puse a aprender el alfabeto hebreo y a La «mocedad» de Jerónimo, en ese momento, equivalia a la
ejercitarme en la pronunciación de vocablos fricativos y aspirados. edad de los treinta anos aproximadamente. El «error» no era otta
Cuànto trabajo consumi en elio, por cuàntas dificultades pasé, cosa que el desajuste entre dos amores: el amor, ya enraizado, a
cuàntas veces me desanimé, cuàntas desisti, para volver a empezar los clàsicos y el amor naciente a la palabra divina. El sueno refleja
de nuevo por el deseo de aprender, de todo elio me es testigo una lucha sorda, la lucha de todos los dias, por la integración de
mi conciencia, y no sólo la mia, aunque era yo quien pasaba por estas dos fuerzas. Es, en definitiva, una experiencia de maduración
elio, sino también la de cuantos vivian conmigo» (Carta 125,12). para Jerónimo, que en el sueno reviste todos los caracteres de un
drama. De hecho, una de las cualidades màs destacadas en la obra
posterior de Jerónimo serà la maestria con que une la eleganda
— El sueno de la integración interior clàsica con la ciencia biblica.

En relación con el desierto, Jerónimo pasa por una experiencia


que va a tener repercusiones importantes a lo largo de toda su — La decision doctrinal
vida. Es lo que se ha llamado el «sueno jeronimiano». Se ha es­
ento mucho y se seguirà escribiendo sobre este acontecimiento: si El tiempo del desierto transcurre lento, entte oración y estudio,
fue realmente un sueno, o mäs bien una alucinación o un delirio entire ayunos y pequenas victorias, entte consolación y desola­
febril. Tampoco se sabe con exactitud en qué momento ocurre, ción. De està època proceden los primeros ensayos biogràficos y
si antes del desierto, durante la primera estancia en Antioquia o, exegéticos, y, sobre todo, las primeras cartas. Son, en total, unos
XXXVI Introduction
lntroductión xxxvn
dos anos los que Jerónimo pasa en Calcis. La soledad en que vi­ drà a todos los obispos reunidos una fòrmula de fe, que ni es
vid todo ese tiempo fue mas psicològica que real. Conoce otros arriana ni tampoco propiamente nicena. De ahi saldria el llamado
monjes, que como él buscan los secretos del desierto. Pero ni la «arrianismo histórico», el arrianismo que se difundió a través del
lengua siriaca ni el caräcter orientai le facilitaron un contacto cer­ pueblo visigòtico. Pero lo interesante es que de ese concilio pudo
cano y personal. El ultimo ano, ademàs, estarà marcado por los salk el triunfo de la ortodoxia, si hubiera sido respetada la nueva
malentendidos, caracteristicos de este tiempo, entre teólogos que, generación de obispos elegidos para sustituk a los depuestos, abier-
sin querer ser manifìestamente arrianos, sin embargo se resistian tamente arrianos. En concreto, para Antioquia fue elegido Melecio,
a Nicea. Los monjes convecinos de Jerónimo le presionaràn para hasta ahora obispo de Sebaste, que, sin ser formalmente niceno,
que tome posición en el terreno dogmatico. Se ve que, entre ellos, es sin embargo de confesión objetivamente ortodoxa. De hecho,
no todo era silendo ascètico, ni concordia teològica. El tema en su piedad y su rectitud moral le ganarian pronto los ànimos de
discusión es el de las «hipóstasis», nombre nuevo, que no acaba de buena parte de los fieles. Pero apenas habia pasado un mes desde
perder su ambigiiedad, y sigue significando, en muchos circulos, su enttonización, el grupo arriano logra del emperador una orden
tanto persona corno naturaleza. Esa es igualmente la idea que de destierro contra Melecio. En su lugar sera elegido el obispo
comparte Jerónimo: «toda la escuela secular no endende otta cosa arriano Euzoyo. Està ckcunstancia es aprovechada por el grupo
por hipóstasis que ousta o sustancia» (Carta 15,4). de fieles a la memoria de Eustacio para constitukse en comunidad
Pero en el fondo, todavia mas que adhesiones claras a doctri­ autònoma bajo la guia del presbitero Paulino.
nas, lo que se pide son adhesiones claras a personas. Està es la La muerte del emperador Constancio, el ano 361, y la subida
angustia que llevarà a Jerónimo a escribir nada menos que al papa de Juliano al poder imperiai traeràn corno de la mano un cambio
Damaso en petición de consejo. El patetismo de la carta descubre en la escena eclesiàstica. El emperador «impio» concede amnistia
la hondura del sufrimiento de Jerónimo: «Sacudido por el viejo generai a todos los obispos desterrados, lo que llevaba consigo
furor que enfrenta a los pueblos entre si, el Oriente desgarra en la recuperación de sus respectivas diócesis. Entre los afectados
pedazos la tunica inconsulti del Senor, la que fue tejida de una estaba lògicamente Melecio. Pero oidi no seria su sorpresa cuando
sola pieza, y las zorras devastan la vina de Cristo, hasta el punto a su regreso se encuentte no sólo con el obispo arriano Euzoyo,
de que entre las cisternas rotas y sin agua se hace difìcil adivinar sino con otto obispo ortodoxo, el presbitero Paulino, que ha sido
dónde està la fuente sellada y el huerto cerrado. Por eso, juzgué ordenado apresuradamente por Lucifer de Cagliari a su paso por
que debia yo consultar a la cätedra de Pedro y a la fé alabada por Antioquia, de regreso para su diócesis.
boca apostòlica, y buscar alimento para mi alma alli donde en otto A las anteriores calamidades de la iglesia de Antioquia se anade
tiempo recibi la vestidura de Cristo» (Carta 15,1). La imagen de desde ese momento la de este cisma interno, representado por dos
las cisternas rotas centra el problema de discernimiento en que obispos ortodoxos, Melecio, a quien asisten fuertes razones de
se encuentta Jerónimo: «No conozco a Vital, rechazo a Melecio, legitimidad, y Paulino, designado y consagrado obispo anticanó-
ignoro a Paulino; sólo sé que quien no recoge contigo desparrama; ideamente por uno de los obispos mas «ortodoxos» del momento.
es deck, el que no es de Cristo es del anticristo». Por si esto fuera poco, unos diez anos mas tarde, Vital, sacerdote
La situación de la iglesia de Antioquia por estas fechas no podia de Melecio, se pasaria al partido del obispo heterodoxo de Apolinar
ser mas complicada. Tres eran los obispos docttinalmente orto- de Laodicea, y consagrado obispo por éste intentarla imponer su
doxos, pero ninguno de ellos dispoma de una clara legitimidad. jurisdiction sobre toda la comunidad antioquena. Nunca llegó, es
Desde el ano 330, en que Eustacio, obispo de confesión nicena, fue verdad, a tener gran prestigio; pero habia sido él precisamente
depuesto y desterrado, la sede episcopal de Antioquia habia estado quien, antes de su consagración cismàtica, en un viaje a Roma,
ininterrumpidamente provista con obispos arrianos. La mayoria de habia logrado que el papa Damaso reconociera a Paulino como
los fieles pasaria a la disciplina del obispo ardano; pero un grupo unico obispo legitimo de Antioquia.
reducido se mantenia fiel a la memoria de Eustacio. Aglutinador La opción de Jerónimo no era fàcil. Excluido Euzoyo, el guia
de este grupo era el presbitero Paulino. El ano 360 pudo cambiar espkitual mas attactivo no podia ser sino quien siempre habia
la situación. En los primeros dias de enero se celebra un concilio mantenido una linea de impecable ortodoxia, y éste era Paulino,
en Constantinopla, en el que el emperador Constancio impon- por mas que Jerónimo asegurara en la carta a Damaso: «ignoro
XXXVIII Introduction lntroductión XXXIX

a Paulino». Éste estaba asistido en ese momento por uno de los nocido sobre todo por sus erróneas doctrinas cristológicas, lo que
mas apreciados amigos de Jerónimo, Evagrio, quien, andando el no era incompatible con una extraordinaria habilidad en el trata-
riempo, el ano 388, terminarla siendo el sucesor de Paulino en la miento de las Escrituras. Atios mas tarde, Jerónimo lo recuerda asi:
sede antioquena. Precisamente con la muerte de Evagrio, el ano «Cuando yo era joven, me sentia arrebatado por un extraordinario
393, al no ser elegido nadie corno sucesor suyo, iba a terminar deseo de aprender, y nunca me tuve por maestro a mi mismo. En
pacificamente el cisma de Antioquia. Antioquia oi con frecuencia a Apolinar de Laodicea y cultivé su
amistad. Y aunque él me instruyó en las Santas Escrituras, jamäs
acepté su discutible doctrina acerca de la inteligencia de Cristo»
— Introducción a la exégesis (Carta 84,3).
Es posible que en Antioquia no estuviera Jerónimo mucho
Seria aproximadamente el ano 376 o el 377 cuando Jerónimo riempo. En todo caso, lo aprovechó bien, no sólo aprendiendo,
se vio sometido a la mas cruda guerra por parte de sus conveci- sino produciendo ya algunos trabajos teológicos. Su «extraordinario
nos del desierto: «Por un lado, se embravece aqui el furor arriano deseo de aprender» le llevaria pronto a Constantinopla, donde se
sostenido por los poderes del mundo; por otto, la Iglesia se halla enconttaria con san Gregorio Nacianceno, a quien por ese riempo,
escindida en tres bandos y cada uno tiene empeno en attaerme el ano 378, se habia encargado de la iglesia de la nueva capitai del
hacia si. La antigua autoridad de los monjes que moran en estos imperio. No es extrario que Jerónimo sintiera la fascinación de un
contornos se levanta contra mi» (Carta 16,2). personaje de tantas cualidades humanas y espitituales. De la mano
No parece que Jerónimo hubiera puesto un limite a su vida de Gregorio enttara Jerónimo en los secretos de la exégesis alegóri-
anacorètica; pero ésta se le hizo insoportable a raiz del conflicto ca, a la vez que descubrira los valores del mundo teològico griego,
teològico con sus vecinos. En carta a Marco, uno de los pocos con apenas conocido en Occidente. Uno de los buenos propositos de
quien trataba en su soledad, describe su situación animica de los Jerónimo sera hacer de puente entte la teologia griega y la latina:
ùltimos dias del desierto: «antes de hablar contigo de mi fe, que ofrecer a los latinos la rica ciencia de los griegos. Dos autores
conoces perfectamente, me veo forzado a gritar contra la barbarie llamaron al principio la atención de Jerónimo: Eusebio de Cesarea,
de este lugar... No se me concede ni un rincón del desierto... Lo con sus trabajos historicos, y Origenes. Del primero traduciria la
unico que les gustarla es que me fuera de aqui. Yo mismo, si no Crònica universal, a la que, segun carta a Damaso, darla el bonito
me retuviera la debilidad de mi cuerpo y la aspereza del invier no, titulo de «Libro de los tiempos» (Carta 18A,1). Con elio haria
ahora mismo emprendia la fuga. Pero mienttas llega la primavera, un gran servicio al mundo latino, tan ayuno de obras de caracter
suplico se me conceda por unos pocos meses la hospitalidad del histórico. Jerónimo aprovecharia para intercalar de vez en cuando
desierto» (Carta 17,2 y 3). Por el contexto de la carta, Marco habia notas propias, en las que se aprecia la huella de sus simpatias o
hecho de pacificador entte Jerónimo y los que le hostigaban, y le antipatias por determinadas personalidades de su riempo.
habia pedido una confesión escrita de fe. Jerónimo le notifica que El gran descubrimiento de Jerónimo en està època sera in-
tal esento obra ya en poder del santo monje Citilo, con quien, dudablemente Origenes, cuyo mètodo en su doble aspecto, de
junto con Zenobio, une a ambos una piadosa amistad. comparación de las diversas versiones con el texto originai hebreo
Asi se despidió Jerónimo del desierto. Probablemente en la o griego, y la profundización en su sentido mistico, marcara a
primavera de ese ano regresó a Antioquia, al lado de Evagrio. Jerónimo para toda su vida. De este riempo data la traducción de
La amistad de éste aliano el camino de Jerónimo hacia el obispo diversas homilias de Origenes sobre Jeremias, Ezequiel e Isaias, y
Paulino, quien no tardarla en ordenarle sacerdote. Para elio Jeró­ los primeros ensayos exegéticos personales, de los que son buena
nimo dio su consentimiento, pero con una condición: «si de tal muestta las cartas 18A y 18B al papa Damaso. En ellas coordina
forma me concedes al presbitero, que no suprimas en mi al monje» lo aprendido de Origenes con su aportación personal.
( J e r ó n im o , Contra Iohan. Hier. 4 1 ).
Àvido siempre de nuevos conocimientos, Jerónimo aprovechó
su estancia en Antioquia para perfeccionarse en la exégesis. El
maestro singular de està ciencia seria Apolinar de Laodicea, co-
XL Introduction Introduccióu XLI

c) 1m Roma cristiana (382-385) infructuosamente sus talentos en el trabajo formalista del escribano
y en la conversación àrida de la administración. Pero su encuentro
La remancia de Gregorio Nacianceno a la sede episcopal, poco con el papa Dàmaso iba a ser decisivo en su vida y sobre todo
después del Concilio de Constandnopla, del ano 381, deja a Jeroni­ en su obra. El interés de Dàmaso por las cuestiones biblicas y la
mo un tanto desamparado en la ciudad. Es verdad que durante este atención personal y càlida hacia Jerónimo tendràn mucho que ver
riempo habia entablado amistad con personalidades interesantes, con el despertar decidido de la vocación del escritor. No es difi-
corno por ej empio Anfìloquio de Iconio y Gregorio de Nisa; pero cil comprender el impulso que darian a Jerónimo palabras corno
ninguna tan importante corno la de Epifanio de Chipre, quien éstas: «porque estàs durmiendo, y porque enfrascado en la lectura
va a ejercer durante mucho riempo un fuerte influjo en la vida te olvidas de escribir, por eso vengo a despertarte con algunas
de Jerónimo. Con él y con Paulino està relacionada la marcha de preguntas. No es que no hayas de leer, pues ése es el alimento
Jerónimo de Constandnopla a Roma. El mismo, arios mas tarde, diario que nutre el espiritu; pero el fruto de la lectura se prue-
lo recordarà con palabras bien escuetas: «Un buen dia, también a ba escribiendo» (Carta 35,1). Ningun estimulo mejor podia tener
ml las necesidades de la Iglesia me llevaron a Roma en comparila Jerónimo, tan sensible al aprecio que le mostraban sus lectores.
de los santos obispos Paulino y Epifanio. El primero de ellos Desde el retiro de su «aposentillo» (Carta 42,3) de Roma, y
presidia la iglesia de Antioquia, de Siria; el segundo la de Salamina, «hurtando el riempo a la noche», Jerónimo corresponderà a las
de Chipre» (Carta 127,7). consultas de Dàmaso y de otros que iràn conociendo el camino de
El testimonio de Jerónimo indica que no se trata de una de­ este nuevo exegeta, generoso y abierto a toda clase de preguntas.
cision personal mas, a las que Jerónimo era tan proclive, sino de Dàmaso calò pronto la psicologia de su protegido. Las palabras
una misión oficial, quién sabe si corno acompariante de esos dos con que le espolea apuntan intencionadamente a ese insaciable
obispos orientales que, con otros, habian sido convocados para deseo de aprender, que nunca abandonarà a Jerónimo. Sólo la
el Concilio de Roma, del afio 382, en el que se pretendia resolver oportunidad de aprender algo nuevo es capaz de distraerle de sus
algunos puntos pendientes del Concilio de Constantinopla. obligaciones afectivas màs fuertes. La contestación a Dàmaso serà
una prueba de elio: «nada màs recibir la carta de tu santidad, llamé
sin pérdida de riempo a mi taquigrafo, y le mandé que se aprestara
— Junto al papa Dàmaso para copiar; pero cuando ya estaba yo para mover mi lengua y él
su instrumento, se presentò de subito un hebreo que me traia una
Es de suponer que los servicios de Jerónimo habian sido re- buena cantidad de rollo s que habia recibido de la sinagoga con
clamados por estos dos prelados. Que su misión fuera satisfacto- el pretexto de leerlos, y me dice: “aqui tienes lo que me pediste”.
riamente cumplida lo demuestra el hecho de que Dàmaso lo va Dejàndolo todo, me puse immediatamente a copiar, y es lo que he
a retener en Roma al frente de los archivos eclesiàsticos y corno estado haciendo hasta ahora» (Carta 36,1).
encargado de la correspondencia sinodal entre Oriente y Occiden­ La cercania de Dàmaso serà para Jerónimo un continuo aliciente
te. Mas alla de este quehacer burocràtico, la responsabilidad que en su afàn por conocer y dar a conocer los secretos de la Sagrada
recae sobre Jerónimo le coloca en la posición excepcional de ser, Escritura. Dàmaso es probablemente quien fuerce los primeros
con sus palabras, «la voz de Dàmaso» (Carta 45,3). La cercania del pasos de Jerónimo por el camino màs apropiado para él, el de la
«secretario» se ilumina de manera especial en la carta, recientemente difusión en Occidente de los conocimientos biblicos.
encontrada, de Jerónimo al obispo de Cartago, Aurelio: «Recuerdo
que, siendo tu sacerdote de la iglesia cartaginesa, fuiste enviado a
Roma como delegado... Y corno preguntara yo al obispo Dàmaso, — Los cenàculos ascético-biblicos
santo y venerable para mi, sobre quién eras..., me respondió que
una persona tal corno lo acreditaban [tu vida y] los informes que Una de las obras màs comprometidas que lleva entre manos
de ti tenia». Jerónimo por este riempo es la colación de la edición biblica de
A pesar de toda està confìanza depositada por Dàmaso en su Àquila (prosèlito judio de Sinope, que, en tiempos de Adriano,
secretario, el peligro de Jerónimo era evidentemente el de enterrar tradujo la Biblia al griego, siguiendo literalmente el texto hebreo)
XLII Introduction Introduction X L in

con el texto de los rollos hebreos, «para ver si la sinagoga, por ha trazado una bella sembianza de està mujer en carta a la virgen
odio a Cristo, ha cambiado algo y, lo confìeso a un alma amiga, Principia (Carta 127).
hallo mucha materia para fortalecer nuestra fe. Ya tengo hecha La nota mas caracteristica de Marcela es su personalidad. Ella es
con toda exactitud la recension de los Profetas, Salomon, el Sal­ propiamente la inspiradora de un grupo de mujeres que se reunen
terio y los libros de los Reinos; llevo entre manos el Exodo, y periodicamente para estudiar la Biblia. Tiene un gran aprecio por
voy a pasar al Levitico» (Carta 32,1). Jerónimo, y lo demuestra preguntando hasta llegar al limite de lo
Es lìamativo en Jerónimo que, a pesar de este trabajo tan variado, soportable; pero sus preguntas, siendo sinceras, son a la vez corno
encuentre tiempo para cultivar el campo de la dirección espiritual, pautas de estudio insinuadas a Jerónimo. Por temperamento, o
al que entregaria buena parte de sus energias. En Roma no le quizà por educación, adoptaba siempre actitudes moderadas, buen
faltaban posibilidades. En torno a él se van a formar dos nucleos conttapeso para la fogosidad agresiva de Jerónimo. El mismo lo
de personas consagradas a la vida espiritual y al estudio, que, si reconoce en una carta confidencial, en la que se queja ante Marcela
por una parte le van a exigir una atención continua, no siempre de la falta de comprensión que algunos circulos romanos exterio-
fàcil, por otta le estimularàn continuamente en sus aridos trabajos rizan por su trabajo de revision del texto sagrado. En estos casos,
exegéticos. Eran personas que, corno él, «en la Urbe turbulenta, las quejas de Jerónimo son a la vez punzadas contra el adversario.
supieron hallar el yermo de los monjes» (Carta 24,4). No son ésas las maneras que gustan a Marcela; por eso Jerónimo
Con uno de esos dos nucleos, el de la noble mattona Marcela, se disculpa enseguida: «sé que cuando leas esto vas a fruncir el
entablaria contactos desde muy pronto. Lo describe asi anos mas ceno y, si pudieras, me pondrias el dedo delante de la boca para
tarde: «yo procuraba evitar modestamente los ojos de las nobles que no me lance a decir lo que ottos no se avergiienzan de hacer»
damas; pero ella se las arregló, importuna y oportunamente, corno (Carta 27,2).
dice el Apóstol, para vencer con su ingenio mi encogimiento. Y Con el circulo moderado por Marcela se relacionaba otto grupo
corno yo gozaba ya entonces de cierto prestigio en el estudio de las de mujeres, muy avanzadas en la pràctica ascètica y que pronto
Escrituras, siempre que me vela me preguntaba sobre algun punto se haràn fìeles seguidoras de Jerónimo. Destaca entre ellas Paula.
de ellas» (Carta 127,7). Es mèrito de Marcela el haber inspirado En su casa se habia hospedado Epifanio de Salamina durante su
con sus preguntas un nuevo estilo epistolar a Jerónimo, la epistola estancia en Roma el ano 382. También Paulino de Antioquia visi­
didàctica sobre puntos concretos, generalmente relacionados con tarla con frecuencia la mansion de Paula y recibiria de ella trato de
la Sagrada Escritura. Se podria decir que ella fue la que inttodujo huésped propio. «Inflamada por las virtudes de aquellos hombres,
a Jerónimo por la via del apostolado epistolar, que va a cultivar empezó a bullirle la idea de abandonar su patria» (Carta 108,6).
cuidadosamente en Roma. De este tiempo se conservan dieciséis Noble por su linaje, Paula descendia de la «estirpe de los Gracos,
cartas dirigidas a ella; de las cuales diez son de temas biblicos, y de la alcurnia de los Escipiones, heredera de Paiòlo, cuyo nombre
notablemente técnicos corno: los diez nombres con que Dios es lleva, y verdadera descendiente de Mecia Papiria, madre de Esci-
llamado por los hebreos; el sentido de palabras usuales del hebreo pión Africano» (Carta 108,1). Eran sus padres Blesila y Rogato. A
corno el aleluya, el amén, el efod; el signifìcado del diapsalma, y ottos, éste le hace Jerónimo descendiente de Agamenón, el destructor de
que indican una seria formación biblica. Troya. Paula se caso con Toxocio, «que lleva la nobilisima sangre
Marcela es una de esas mujeres excepcionales, «insigne por el de Eneas y de los Julios». De él tuvo cinco hijos: Blesila, Paulina,
equilibrio de su caracter», que si recibió mucho de Jerónimo, tam- Eustoquia, Rufina y Toxocio. Muerto su marido, Paula se enttegarà
bién ella supo dejar huella en él. «Huérfana por la muerte de su pienamente a la vida del espiritu, haciendo de su casa una especie
padre, se vio también privada de su marido a los siete meses de de iglesia domèstica. Tenia entonces treinta y tres anos.
casada». Renunciando a un nuevo matrimonio, de su palacio en A diferencia de Marcela, Paula era la mujer dòdi a Jerónimo.
el Aventino haria un centro de vida religiosa y de estudio. En él Ninguna corno ella encarnó tan perfectamente el ideal que su direc­
vivia voluntariamente recluida junto con su madre Albina y, quizà, tor espiritual terna sobre la vida entregada a Dios. Por encima de la
con la virgen Asela, y a él acudian ottas damas de la ciudad, en obra escrita de Jerónimo, habria que poner està obra viviente que
busca de apoyo mutuo y para disfrutar de las exposiciones sabias fue Paula. De ella ha trazado Jerónimo una emocionada sembianza
de Jerónimo sobre la vida espiritual y la ciencia biblica. Jerónimo en el «Epitafio de Santa Paula», que se recoge en la carta 108 de
XLIV Introduction Introduction XLV

està serie. Se adivina el legitimo orgullo de Jerónimo cuando sobre y de los ecos que suscitan los escritos que él les envia desde el
su dirigida escriba: «no habia naturai mas dócil que el suyo. Era taller de Tierra Santa.
tarda para hablar y diligente para escuchar. Conocia las Escrituras
de memoria y, aunque amaba el sentido literal, al que llamaba ci-
miento de la verdad, seguia con mas gusto el sentido espiritual, y — El carismàtico molesto
con està techumbre protegia el edificio de su alma» (Carta 108,26).
Al ideal espiritual de Paula se unirà pronto su hija Eustoquia, La actuación de Jerónimo en Roma no fue de la aceptación de
y algo mas tarde Blesila, la hija mayor, que habia quedado viuda todos. Sus escritos sobre la vida monàstica, su estima sobreelevada
a los veinte anos de edad y tras sólo siete meses de matrimonio. de la virginidad, la dura critica contra ciertas formas de monacato
Junto a Paula vivia también la virgen Feliciana y «el restante coro giròvago, bastante extendido en Roma y, no en ultimo lugar, su
de la castidad», por el que Jerónimo dice «temer aun en lo mas mismo comportamiento austero y espiritual hacian de Jerónimo un
seguro». Era un grupo considerable. Todas ellas acudian con Paula personaje demasiado perfecto para muchos. Al final de la carta de
al palacio del Aventino, a la casa de Marcela, donde Jerónimo tenia perfección, escrita por él para la virgen Eustoquia, se hace cargo
sus conferencias sobre temas biblicos. No se trataba de una mera de que «todo lo que acaba de exponer le tiene que parecer duro a
exposición magistral. En el circulo del Aventino se trabajaba a quien no ame a Cristo» (Carta 22,37). Sin duda que no eran pocos
fondo, y muchas de las participantes dominaban el griego, e incluso los que creian amar a Cristo y al mismo tiempo pensaban que lo
algunas, corno Paula, manejaban el hebreo con suficiente facilidad que exigia Jerónimo era realmente duro.
corno para recitar los salmos en la lengua originai. Mientras vivió el papa Dàmaso, su principal protector, Jerónimo
La ensenanza de Jerónimo se prolonga con frecuencia a través no percibió mucha oposición a su akededor: «toda la ciudad me
de una correspondencia epistolar curiosa. Todas las cartas escritas rendia acatamiento, se me consideraba incluso digno del sumo
durante la etapa romana estàn dirigidas o bien a Dàmaso o bien sacerdocio, me llamaban santo, me llamaban humfide y elocuente»
a las mujeres del circulo del Aventino. A todos ellos les urna el (Carta 45,3). Pero bastò la desaparición de Dàmaso para que la
interés cornun por los libros sagrados y por la vida ascètica. Eran oposición màs violenta se abatiera sobre Jerónimo. En sus cartas
los dos ideales de Jerónimo, a los que no escatimaba ni riempo no aparecen motivos concretos. Se trata màs bien de sospechas
ni energia. difusas: «desgarran el santo propòsito de los demàs, y se imaginan
Durante tres anos largos ejerceria Jerónimo està actividad en que el remedio de su propio castigo consiste en que nadie sea
Roma. En ese tiempo se sintió siempre arropado por este activo santo» (Carta 45,4).
circulo de mujeres: «a algunas les declaré con frecuencia los libros En està situación, Jerónimo siente hastfo de Roma y vuelve
divinos lo mejor que pude. La lección trajo consigo la asiduidad; a anorar el desierto. Asi se lo manifiesta a Marcela en una carta
la asiduidad, la familiaridad; la familiaridad, la confianza» (Carta quejumbrosa, donde, comparàndose con una navecilla, verà su vida
45,2). Es claro que Jerónimo se sentia a gusto en su trabajo y «unas veces agitada por el torbellino de las tormentas, y otras, per-
con su publico. forada en el choque con los escollos», y sentirà el impulso interior
Este no seria exclusivamente femenino, bien es verdad que Je­ de «retirarse cuanto antes, como a puerto seguro, a lo màs escon-
rónimo no logró aglutinar un grupo compacto de hombres que dido del campo. Quédese Roma con sus tumultos, que la arena
representaran la cara masculina del circulo biblico de Marcela. Sin se encrespe, sigan las locuras de su circo, sus teatros fomenten la
embargo, de està etapa romana ha conservado un nucleo de amigos lujuria y, por decir también algo de los nuestros, que el senado de
incondicionales, corno Domnión, Ocèano y Rogaciano, a quienes las matronas siga siendo diariamente visitado» (Carta 43,3).
se unirà màs tarde el compariero de estudios Panmaquio, quien Lo que parecia una crisis pasajera de desaliento se convertirà
entretanto se habia casado con Paulina, una de las hijas de Paula. en la decision firme de abandonar Roma. Està vez la meta de
Junto con Marcela, estos hombres van a ser los propagandistas, en Jerónimo està en Belén. Paula y Eustoquia han decidido acom-
Roma y en Occidente, de las obras de Jerónimo. Con ellos estarà panarle, para establecerse cerca de él en la tierra del Senor. Està
en contacto ininterrumpido desde Belén, y ellos le tendràn infor- huida de Roma tiene su paralelismo con la de Aquileya y aun
mado de los vientos que soplan en el mundo teològico romano, con la escapada de Calcis. Jerónimo soporta mal la contradicción
XLVI Introduction Introduction XLVII

a su alrededor. Prefiere huir antes que luchar inutilmente; porque seguro de lo que quiere: està vez, establecerse en Tierra Santa. No
cuando lucha, lo hace con todas las fuerzas de su ser, timido pero cabe duda de que el viaje habfa sido cuidadosamente planificado.
a la vez fuerte. Quizä haya que tener en cuenta este rasgo de su En carta a la virgen Asela, Jerónimo describirà su marcha de Roma
caràcter para entender la violencia de sus polémicas. con los colores fuertes del desengano. Muchos anos después, en
el «Epitafio de Santa Paula» (carta 108 de està serie), Jerónimo
recordarà mucho màs sereno, corno quien redacta las memorias
d) Belén o la «stabilitas loci» (a.385) de su vida, las peripecias de este viaje.
Con toda probabilidad, Jerónimo emprende viaje él solo. Es lo
No fue larga la segunda etapa romana de Jerónimo, pero tuvo que se desprende de un pasaje de su Apologia (III 22), donde, a
una extraordinaria intensidad espiritual y afectiva. Quizä se Uevaba grandes rasgos, traza el itinerario seguido hasta Antioquia, pasan-
de Roma lo mejor, la compania de Paula y de Eustoquia; pero alli do por Sicilia, las islas Jónicas y Chipre. En el entretiempo, Paula
dejaba muchas horas de trabajo, de estudio y de apostolado; dejaba y Eustoquia habian partido de Roma, con destino igualmente a
amistades importantes y, sobre todo, atras quedaban pérdidas muy Tierra Santa. El encuentro de todos tendria lugar en Chipre, donde
sensibles, como la de Lea, «madre de virgenes», y la de Blesila, que ciertamente fueron recibidas Paula y Eustoquia por espacio de
murieron durante ese riempo. A ellas habia dedicado el llanto de sus diez dfas, màs probable quizä en Antioquia, donde son recibidos
primeros elogios funebres. Parricularmente significativo es el consa- ya todos por el obispo Paulino. En todo caso, a partir de aqm, y
grado a Blesila. En él se funden tres imàgenes, la de Blesila, la de su «en pieno invierno, calentado por el fervor de la fe» (Carta 108,7),
madre Paula y la de Jerónimo. Las tres tienen vida propia; pero, a la comienza la peregrinación comun. Dice Jerónimo que «no se ha
vez, en cada una de ellas estàn implicitas las otras dos. La carta de propuesto escribir un diario de viaje, y que sólo harà mención de
Jerónimo a Paula sobre la muerte de Blesila (Carta 39) es un fragmento los lugares que se contienen en los libros sagrados» (Carta 108,8).
insustituible en la biografia de estos tres personajes. De Jerónimo, en Tiene razón, en cuanto que su narración es mucho màs breve que
concreto, sabriamos mucho menos si no existiera està carta. otros relatos de viaje a Tierra Santa, escritos por este riempo, corno
En la etapa que ahora comienza, tan llena de gestos duros, a la Peregrinatio Egeriae. Se parece màs bien a un àlbum fotogràfico,
Jerónimo le pasarà con frecuencia lo que le pasa en està carta de en el que, en instantàneas apresuradas, pero escogidas desde su
consolación a Paula por la muerte de su hija. Su vision ascètica mejor àngiolo, ha quedado plasmado lo màs significativo de està
de la vida le dieta los reproches mas duros contra una madre que importante experiencia. La descripción de Jerónimo, limitada a lo
no sabe aceptar con fe serena la muerte de la hija; pero él mismo esencial, rebosa de información y de devoción. De la importan­
sera incapaz de superar la contradicción de su propio dolor. Y da de este viaje para Jerónimo y para sus acompanantes, Paula
se da cuenta de elio: «Pero ^qué estoy haciendo? Quiero prohibir principalmente, es buen argumento el espacio que ocupa, casi una
a la madre que fiore, y yo mismo estoy fiorando. Reconozco mi tercera parte, en el elogio funebre dedicado por Jerónimo a Pau­
emoción: todo este libro està escrito con làgrimas. No es el mejor la unos dieciocho anos màs tarde. Todavfa entonces està viva la
consolador aquel a quien vencen sus propios gemidos, y de cuyas emoción de Jerónimo: «Antes me faltarfa el riempo que la palabra
entrarias enternecidas salen palabras entrecortadas por las làgri­ si quisiera enumerar todas las cosas que la venerable Paula visitò
mas» (Carta 39,2). El polemista temible, que va a nacer en Belén, con fe increible» (Carta 108,13).
muestra de antemano su punto vulnerable, la sensibilidad. Ella es La peregrinación va desde el invierno, es deck, finales del ano
la que pone la intensidad en el amor a los amigos y la dureza en 385 o comienzos del 386, hasta el verano de este ultimo ano
el combate a los adversarios. (Carta 108,14), y comprende dos partes, Palestina y Egipto, es
deck, el escenario de la Biblia y el escenario del monacato. Un
viaje tan largo, de distandas y de riempo, hubo de plantear ne-
— «De Babilonia a Jerusalén» cesariamente problemas logisticos. Jerónimo, absorbido por otros
intereses, no repara en ellos; si bien en varias ocasiones hablarà de
La decision de abandonar Roma supone para Jerónimo un nue- la prodigalidad con que Paula da, de sus propios bienes, limosnas
vo comienzo. Tiene unos treinta y ocho arios. Como siempre, està a los monjes de Chipre y, sobre todo, a los de Egipto. Està base
XLVTII Introduction Introduction XLIX

econòmica y la red de amigos con que contaban los peregrinos torno suyo a numerosas virgenes, venidas de diversas provincias
a lo largo del trayecto facilitaron la realización material del viaje. y procedentes de la nobleza, de la clase media y de la infima,
Chipre, con Epifanio, antiguo huésped de la casa de Paula en Roma, y las distribuyó en tres secciones o monasteries, de forma que,
y Antioquia, con Paulino, eran seguros puntos de apoyo. En Elia aunque vivian separadas para el trabajo y la comida, se juntaban
Capitolina hubieran podido aprovecharse de los servicios puestos todas para la salmodia y la oración. Por la manana, a las horas
a su disposición por el procónsul de Palestina, «que conoda muy de tercia, sexta y nona; por la tarde y a media noche, cantaban
bien a la familia de Paula» (Carta 108,9). En Egipto experimentaràn el Salterio siguiendo su orden. Ninguna de las hermanas debia
la hospitalidad acogedora de los monjes, entre quienes Paula «hu- ignorar los salmos ni dejar de aprender de memoria cada dia algo
biera querido habitar con sus virgenes, y si no la hubiera retraido de las Santas Escrituras. Solamente el domingo salian para ir a la
su mayor amor a los santos lugares, quizà lo hubiera hecho, pues iglesia» (ibid., 20).
todos estaban dispuestos a recibirla» (ibid., 14). La organización del monasterio masculino tendria lògicamente
Jerónimo aprovecharia el viaje por Egipto para hacer una visita sus correspondientes variantes. Pero hay algo centrai en la vida
detenida a Didimo el Ciego: «mi cabeza blanqueaba ya por las misma de Jerónimo, que necesariamente hubo de pasar al espiritu
canas, y me corresponderia ser antes maestro que discipulo. No de ambos monasterios: «ninguna hermana debia ignorar los sal­
obstante, me fui a Alejandria para oir a Didimo, a quien en muchos mos ni dejar de aprender de memoria cada dia algo de las Santas
puntos estoy agradecido. Aprendi cosas que no sabia; y no porque Escrituras». No podia ser de otra forma, pues para Jerónimo «el
él me ensefiara perdi lo que sabia» (Carta 84,3). En el retiro de desconocimiento de la Escritura es desconocimiento de Cristo»
Belén, Jerónimo iba a traducir el tratado «Del Espiritu Santo» de (In Is. 17B).
Didimo, lo que prueba su estima por el teòlogo alejandrino. En Belén pasaria la segunda mitad de su vida, unos treinta
Los «ardentisimos calores del verano» precipitaron el regreso y tres anos, la etapa mas larga de todas. En este largo encierro,
a Tierra Santa. Paula, acompanada de Jerónimo, «se embarcó en jerónimo no tuvo riempo de conocer el aburrimiento. Los prime-
Pelusio rumbo a Mayuma, y fue tal la celeridad de la vuelta, que ros anos, hasta el ano 393, son de una intensa actividad literaria.
se la hubiera creido un ave. Y poco después, la que habia de per- Es quizà la etapa mas creativa. De este riempo no se conserva
manecer para siempre en la santa Belén, se instalo durante tres ninguna carta, a excepción de la esenta por Paula y Eustoquia a
afios en una pequeria vivienda, mientras constinola las celdas y los Marcela invitandola a que se incorpore también ella a la nueva vida
monasteries, y un albergue de peregrinos, junto al camino, porque inaugurada en Belén. Nadie duda de que la piuma que escribe esa
tampoco Maria y José habian encontrado posada. Hasta aqui, la carta es la de Jerónimo.
descripción del viaje que hizo en compania de muchas virgenes y Llama la atención la variedad de trabajos que ocupan a Jeró­
de su propia hija» (Carta 108,14). nimo en este periodo: biografias, trabajos historicos, traducciones
de tratados teológicos griegos, comentarios biblicos, revision y
traducciones del texto sagrado, tratados sobre cuestiones de to­
— La sujeción al lugar escogido ponimia y de onomàstica hebreas. Son unos siete anos marcados
por una rica cosecha en obras relacionadas en su mayor parte con
Lo que Jerónimo acaba de decir de Paula y de sus compane- el campo biblico.
ras vale también de si mismo. También él habia de permanecer El ano 393 Jerónimo rompe su silendo epistolar, y va a inaugu­
perpetuamente en Belén, al principio de manera provisional, y, rar, en este terreno, la etapa màs fecunda. El circulo de correspon-
al cabo de tres anos, en el monasterio construido para él y sus sales adquiere la dimension de la universalidad. Sin abandonar a sus
companeros. El monasterio de hombres fue concluido antes que amigos, jerónimo se dirigirà a todos los rincones de Occidente. Ya
el de mujeres; ambos se debieron a la generosidad de Paula. Asi no es fàcil catalogar las cartas de Jerónimo agrupàndolas por desti-
consta por la sembianza dedicada por Jerónimo a la fundadora natarios. Estos son los de antiguo, pero también otros muchos, que
(Carta 108,20). En ella recoge también muchos detalles sobre la tienen corno preocupación comun alguna de las preocupaciones
organización del monasterio femenino: «después del monasterio preferentes de Jerónimo: la Sagrada Escritura o la vida monàstica
de hombres, que entregó, para gobernarlo, a varones, congregò en corno servicio total al Serior. La lectura de este conjunto de cartas
L Introduction
Introduction LI

deja la impresión de que Jeronimo era el director espiritual a quien sólo la teoria espkitual, sino sobre todo el ejemplo de las dos
se podia acudir desde cualquier parte y en cualquier momento; su mujeres mas cercanas a Jerónimo, Paula y Marcela, eran para él
generosidad no le permite dejar a nadie sin contestación, aunque un fuerte argumento de que estaba en lo cierto cuando aconsejaba
haya de robar tiempo a la noche. en esa forma. Entre las personas conquistadas, o por lo menos
La correspondencia de este periodo va a tener ademàs la particu- sostenidas en su propòsito por Jerónimo, està Fabiola, una de las
laridad de desarrollarse en medio de situaciones muy complicadas figuras mas encantadoras del entorno jeronimiano.
para Jerónimo, debido a sus posturas forzadamente polémicas a Quien hiciera consultas a Jerónimo, con ànimo de perfeccionar
partir del ario 393. No siempre las cartas de este tiempo llevan su vida por el camino del ascetismo, podia estar seguro de obtener
el poso de la polémica circunstancial; pero eso precisamente es inmediata respuesta de él. El otto tema que siempre enconttaba a
mèrito de Jerónimo. Jerónimo dispuesto era el tema biblico. Muchas de las cartas vienen
La primera carta conocida, después del largo silendo, sera la de lejos en busca de aclaraciones a pasajes dificiles, o, sobre todo,
dirigida a Desiderio, un buen cristiano romano, «varón culto y mendigando un poco de la riqueza de Jerónimo en el conocimiento
elocuentisimo», que, de comun acuerdo con su esposa Serenila, y en su habilidad para exponer la palabra divina. Un ejemplo de
ha tornado la decision de vivir en continenda el resto de su vida. esto ultimo sera la exposición «sobre las etapas de los hijos de
Asi debió de comunicarselo en carta a Jerónimo. La noticia no Israel por el desierto», escrita a titulo pòstumo para Fabiola, quien
podia ser mas del agrado de éste; tampoco le disgustaron mucho poco antes de mork se la habia pedido a Jerónimo.
los elogios recibidos del nuevo corresponsal, pero los rechaza con Naturalmente, buen numero de sus cartas estàn relacionadas
fina humildad: «me ha dolido mucho no ser digno de tan grandes con las principales polémicas en que Jerónimo se vio envuelto. Las
alabanzas». Lo que ante todo quiere Jerónimo es que una vocación relaciones con Panmaquio, el compariero de estudios y amigo de
tan limpia se consolide, y para elio nada mejor que una visita a Jerónimo, se habian enfriado a raiz de la huida de Paula de Roma a
Tierra Santa, donde «nuestra fe puede adorar la rierra que hollaron Tierra Santa, dejando attàs a todos los de su familia, entre los que
los pies del Serior y contemplar las huellas recientes, corno quien contaba la hija Paulina, esposa de Panmaquio. Una de las primeras
dice, de su natividad, de su cruz y de su pasión» (Carta 47,2). polémicas de Jerónimo vendrà a restariar esa amistad pràcticamente
Jerónimo se comunica con especial emoción y simpatia con este rota: la polémica suscitada en los ambientes teológicos romanos
tipo de personas que acuden a él comunicandole su nueva voca­ por la obra de Jerónimo Contra Joviniano. Es éste un personaje
ción. Cosa que ocurrió repetidas veces, corno, por ej empio, con paradójico. Siendo monje, su teologia, sin embargo, es lo opuesto
la pareja espariola de Lucinio y Teodora (Carta 71), o con la mas del ascetismo. Todo bautizado, segun él, era, por el mismo hecho,
notable de Paulino de Nola y Terasia (Carta 53). inexpugnable al demonio; y el bautismo, fruto de la redención,
Caso mas normal es el de quienes, estando libres de compro­ hacia iguales a todos los cristianos a la hora de la recompensa
mise matrimonial, o habiendo quedado libres de él por viudez, se eterna. Las diferencias de los estados de vida cristiana, matrimonio,
deciden por la vida religiosa. La solicitud de Jerónimo entonces vkginidad o viudez, eran diferencias secundarias. Joviniano suscita
es notable. El tratado sobre la virginidad dedicado a Eustoquia un movimiento religioso en torno a él, que supondrà un importan­
tendrà su correspondiente en la carta al joven Nepociano, sobrino te desprestigio del monacato. Habia sido condenado por el papa
del compariero Heliodoro, que deseaba vivir corno presbitero y Skicio, y también por san Ambrosio de Milan y ottos obispos.
corno monje a la vez: «el que es personalmente kléros, es deck, A Jerónimo le llegaràn noticias de alarma de parte de sus amigos
parte del Serior o tiene al Serior por parte suya, de tal manera ha romanos, principalmente de Marcela, tan comprometida en la vida
de portarse que posea al Serior y sea del Serior poseido» (Carta ascètica, y de ottos; de forma que, sin dudarlo, pondria manos a
53,5). Bastaba que alguien de los que se confiaban a Jerónimo la obra y escribkia un tratado Contra Joviniano. Este tratado es, por
enviudara para que éste le recomendara abiertamente el camino lo demàs, casi la unica fuente sobre la doctrina y la vida de ese
de la continenda, como lo mejor que se podia hacer por el Serior. personaje. La refutación de Jerónimo fue tan celosa, que a muchos
Asi lo haria con Panmaquio, que iba a desempefiar un papel tan les pareció que caia en el extremo contrario: ensalzaba de tal forma
importante en la vida de Jerónimo; y lo mismo haria con varias la vida ascètica y la vkginidad, que elio equivalia, segun algunos, a
damas, sobre todo jóvenes, que habian perdido a su marido. No rebajar indebidamente el valor del matrimonio cristiano. Los mis-
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mos partidarios de Jerónimo quedaron consternados por su forma Domnión es uno de los encargados de difundk los escritos de
de argumentar. Personas tan poco sospechosas como Panmaquio y Jerónimo, junto con Marcela (Carta 47,3). También él ha escrito
Marcela, que habian tornado partido contra Joviniano ante el papa a Jerónimo dandole cuenta de la crispación que ha producido en
Siricio, juzgaron prudente, y deber de caridad, retirar del dominio Roma el escrito «Contra Joviniano». Entte los oponentes de Jeró­
publico los ejemplares de la obra de Jerónimo. nimo parece destacarse un monje hablador, que «anda perorando
La primera carta a Panmaquio (Carta 48) desde Belén lleva la contra Jerónimo y, con diente canino, despedaza y desgarra los
reacción de Jerónimo ante està medida de moderación tomada por libros que éste ha escrito contra Joviniano» (Carta 50,1). Està carta
sus protectores de Roma. La actitud de Jerónimo en està carta es quizä la diatriba mas violenta de Jerónimo contra quienes han
està determinada por la ambivalencia, por una parte, de la alegria criticado su «guerra declarada» a Joviniano. Fue desde luego una
de recuperar la comunicación fluida con el amigo, y, por otta, de guerra a distanda y, corno se ve, por los intermediaries romanos
una cierta amargura por la incomprensión de quienes no quieren del cuculo del Aventino. A Joviniano le olvidarian pronto no sólo
comprenderle. «Apenas escribo algo — dira—, amigos y envidiosos, Jerónimo, sino los mismos ambitos romanos en los que habia
con intención distinta pero con el mismo celo, divulgan mis escritos tenido alguna acogida.
a los cuatto vientos, y lo mismo exageran en la alabanza que en
el vituperio, pues no hacen caso del mèrito o valor del estilo sino
de su propio humor. Asi pues, hago lo ùnico que puedo hacer, — Nuevas opeiones doctrinales
que es enviarte una defensa» (Carta 48,2).
Està defensa es la siguiente carta, que lleva como titulo «Apo­ Por el mismo riempo, ano 393, se levantaban en torno al con­
logètico a Panmaquio». Jerónimo se aferra a dos ideas sobre todo. vento de Belén los nubarrones de una tormenta que iba a ensom-
La primera es que nunca ha pretendido condenar ni siquiera me- brecer el ùltimo tercio de la vida de Jerónimo: el origenismo. Es
noscabar el matrimonio. La segunda es que la diferencia entte éste uno de los capitulos mas delicados de la vida de Jerónimo.
virginidad, viudez y matrimonio es una diferencia establecida por A él, personalmente, el origenismo le acarreó las tristezas mas
el mismo Senor en el evangelio, en el pasaje de Mt 13,23, que en hondas de sus ùltimos anos; a sus oponentes, y en concreto a
el caso presente se puede leer asi: «el fruto de dento, de sesenta Rufino, el amigo de infancia, los impactos mas brutales de la mas
y de treinta por uno, aun cuando nazca de una misma tierra y de sofìsticada arriderla de la retòrica romana, utilizada a la perfección
una misma semiila, mucho difìere en cuanto al nùmero. El treinta por Jerónimo; y, por ùltimo, a los historiadores, el problema de
se refìere al matrimonio...; el sesenta representa a las viudas...; en discernir entte lo razonable y lo emocional de la contienda, de
el nùmero cien se expresa la corona de la virginidad» (Carta 49,2). uno y de otto lado.
Jerónimo apela continuamente al espiritu de moderación con que «Origenismo» no es palabra del riempo. Se ha plasmado poste­
ha querido tratar el asunto. Pero su moderación consiste en haber riormente para denominar las tesis de Orlgenes que mas escandali-
sido «mucho mas benigno para los matrimonios que casi todos los zaron, corno la preexistencia de las almas, la divinidad subordinada
autores griegos y latinos» (Carta 49,3). En realidad, siendo correcta del Hijo y la posible reconciliación del diablo al final de los tiem-
su argumentación desde el punto de vista de la pura lògica, sin pos. SI que era del riempo el término «origenista». El historiador
embargo, hay en Jerónimo, tanto en el tratado Contrajoviniano corno cristiano Sócrates refiere que «los monjes que estaban de parte de
en està carta, un celo excesivo por la vida ascètica, que no podia Teófilo llamaban a los demas hermanos origenistas e impios» ( S ó c r a ­
gustar a todos los lectores por igual. Véase, por ejemplo, lo que t e s , Historia Eccl. VI 7). En toda la contienda origenista lo que
dice de las segundas nupcias, que se conceden a la mujer viuda mas destaca sera està equiparación de origenismo e impiedad. La
para que evite el peligro de la fornicación: «Efectivamente, mas vale doctrina propiamente dicha pasa a un segundo plano.
conocer a un solo marido, aunque sea el segundo o tercero, que a Teòlogo penetrante y exegeta incansable del siglo ni, seria Ori-
una muchedumbre de ellos; es deck, es mas tolerable prostitukse genes la fuente de inspkación, en algunos casos, y de aprovisio-
a un solo hombre que a muchos» (Carta 49,8 y Adv. Iov. 114). namiento, la mayor parte de las veces, para la mayor parte de los
El estruendo de la contienda antijoviniana sonarà todavia una comentaristas de los siglos posteriores. En todo riempo ha tenido
ùltima vez en la carta de Jerónimo a Domnión, de Roma. Este seguidores devotos y acérrimos detractores; pero ni siquiera los
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mas entusiastas del teòlogo alejandrino defendian la totalidad del (Origenes) y a nuestto Calcéntero, que trabajó con tanto sudor
sistema origenista. Siempre se guardaban determinadas reservas en comentar las Santas Escrituras, que con razón recibió el so-
sobre puntos principalmente dogmaticos, que en Origenes obe- brenombre de Adamancio, es decir, hombre de acero. <;Queréis
decian mas a sus presupuestos filosófìcos que a su fe. El orige- conocer los monumentos que nos dejó su genio? La lista que sigue
nismo nunca se abordó con ei celo y la universalidad con que os lo hara ver». Muchos lo condenaron «no por razón de herejia,
se afrontaron otras herejfas. Es mas, solfa hacer su aparición en sino porque no podian soportar la gloria de su elocuencia y de
el horizonte cuando el ambiente estaba relativamente limpio de su ciencia, y porque, cuando él hablaba, todos los demas parecian
ellas. Justo en esos momentos, «el demonio de la discordia, que mudos» (Carta 33,4 y 5).
nunca descansa, colocaba sobre el tapete la cuestión de Orlgenes» En la època de mas actividad literaria de Jerónimo, durante los
( D u c h e s n e , Histoire ancienne de l’Eglise, III, 38).
primeros anos de Belén, Origenes seria siempre el gran inspira-
A Jerónimo le tocarfa soportar uno de estos turbiones origenis- dor. Pero todo este entusiasmo confesado de Jerónimo empieza
tas. Suscitado por Epifanio de Chipre, el ano 393, justo cuando a tambalearse cuando, a principios del ano 393, un cierto Atarbio
el arrianismo, ultima herejia de ese riempo, habia declinado, el aparece en el horizonte de los monasterios de Jerónimo, en Belén,
origenismo se va a convertir en una contienda personal entre el y de Rufino, el amigo de Jerónimo, que se habia establecido en
obispo de Salamina y Juan, obispo de Jerusalén. Este primer envite, Jerusalén, bajo la protección de Juan, obispo de la ciudad santa.
en el que iban a quedar envueltos Jerónimo, de parte de Epifanio, Atarbio visitara ambos monasterios e invitara a sus moradores a
y Rufino, de parte de Juan, durara unos cuatro anos, hasta el ano que abjuren de Origenes. Jerónimo accede con facilidad, mientras
397. Termina practicamente por agotamiento de las partes, y los que Rufino se resistira ante este «inquisidor sin encargo». No se
escritos que han quedado de ese altercado, si no fuera por sus explica la rapidez con que cede Jerónimo si no es porque dettas
valores historicos, serian dignos de cualquier otta causa mejor. El de Atarbio estaba la sombra de Epifanio.
ano 398, el fuego del origenismo, que parecfa dominado del todo, Antes de ser nombrado obispo de Salamina, en Chipre, Epifanio
se vuelve a encender en un doble frente, primero en Roma, y algo habia sido monje en un monasterio de Eleuterópolis, en Palestina,
mas tarde en Egipto, donde tendrfa corno protagonistas a Teófìlo, su propia patria. De ahi que, con frecuencia, abandonara la isla
en la parte «ortodoxa», y a un grupo de monjes de la region de para visitar su antiguo monasterio y la ciudad de Jerusalén. En
Nitida, en la parte heterodoxa. septiembre del 393, con ocasión de las fiestas de las «encenias», o
de la dedicación de las dos iglesias, la de la Anastasis y la del Mar­
tyrium, Epifanio se encontraba en Jerusalén. Como era costumbre,
— El primer origenismo: Jerónimo y Epifanio el obispo de la ciudad, Juan, le invitò para que pronunciata un
sermón ante el pueblo, oportunidad que aprovechó Epifanio para
^Qué supone el origenismo en la vida de Jerónimo? Antes del anatematizar a Origenes y a todos sus seguidores. A su vez, Juan
ano 393, la estima de Jerónimo por Origenes es manifìesta, y él en los dias siguientes predicaria sobre los principales puntos de la
es el primero en confesarse deudor y admirador de Origenes. fe, pero sin hacer alusión a Origenes. Epifanio le alabaria publica-
Y no podia por menos, dado que tanto su «maestro» Gregorio mente, pero en su interior no quedó satis fecho. Cuenta Jerónimo
Nacianceno corno Didimo, a los que Jerónimo dice deber tanto, en un tratado posterior, su Apologia contra Rufino, que Epifanio,
estaban manifìestamente en la linea de Origenes. Desde sus pri- después de oir el sermón de Juan, renunciando a la hospitalidad
meros ensayos exegéticos (véase, por ejemplo, la carta 18 sobre de éste, se fue al monasterio de Belén, completamente fuera de
los serafines de Isaias), Jerónimo se va a inspirar en el alejandrino. si, y asegurando que no estaba dispuesto a mantener relaciones
Y nada se diga de la continua utilización de las diversas versiones de comunión con Juan. Después de una larga conversación con
biblicas recogidas en los Hexapla de Origenes. En el epistolario el obispo fugitivo, le convencieron para que volviera a Jerusalén;
jeronimiano hay una carta a Paula (Carta 33), que Jerónimo no cosa que hace, pero para escapar a medianoche (Apol. III 33).
sabe muy bien còrno inttoducir, y que resulta un verdadero ho- Un ano mas tarde, el 394, la situación entre Epifanio y Juan se
menaje a Origenes: <qA qué viene, os preguntaréis, està mención va a agravar debido a dos intervenciones desafortunadas del pri­
de Varrón y Calcéntero? Para venir a parar a nuestto Adamancio mero. Estando Epifanio en su antiguo monasterio de Besanduc, en
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Eleuterópolis, Jerónimo le manda una delegación de «desagravio», de Epifanio a Juan, en la que el de Chipre acusaba de herejia al de
de la que formaba parte su hermano Pauliniano. Epifanio tenia Jerusalén. Juan recurriria al brazo secular en contra de Jerónimo,
que estar disgustado de que el ano anterior Jerónimo y sus monjes quien a punto estuvo de ser desterrado, si el ministro del empera-
no le hubieran recibido con los brazos abiertos la noche en que, dor Arcadio, el prefecto Rufino, que era la persona competente en
después del sermón de Juan, hubiera deseado acogerse a la paz del el asunto, no hubiera muerto en el entretiempo (27 de noviembre
monasterio de Belén, para perder de vista al obispo «hereje» Juan. de 395). De elio da cuenta Jerónimo en carta posterior a Teófilo,
Parece ser que Epifanio habia ya olvidado la falta de los monjes patriarca de Alejandria (Carta 82,10).
bedemitas, o al menos simulaba haberla olvidado. Una cosa no La acusación masiva de origenismo, contra Juan de Jerusalén y
olvidaba: el ano anterior, los mismos que le habian despachado Rufino, nunca habia llegado a concretale en puntos determinados,
amablemente, se habian también quejado ante él de que en el si no es en los enumerados de manera confusa por la carta de
monasterio no tenian sacerdote propio que les celebrara los mis- Epifanio (Carta 51). El ano 396 sera un ano de iniciativas por la
terios del Senor. Asi pues, Epifanio considerata una verdadera paz. Inutilmente intervendràn el gobernador de Palestina, Arque-
providencia de Dios que ahora, con la embajada de los monjes de lao, y posteriormente Isidoro, presbitero de Teófilo de Alejandria.
jerónimo, viniera precisamente Pauliniano, hermano de éste. Sin Juan, entonces, enviarà cartas a Roma y a Occidente, donde va a
pérdida de tiempo, en una celebración liturgica organizada para el encontrar en generai buena acogida frente a Epifanio. La noticia
caso, Epifanio ordenaria presbitero a Pauliniano, observando para no tarda en llegarle a Jerónimo, quien inmediatamente movilizarà
elio un procedimiento nada inusuai en aquellos tiempos. «Sin que a los suyos de Roma por medio de una carta a Panmaquio (Carta
él supiera nada ni tuviera la menor sospecha, mandamos a muchos 57). Al mismo tiempo empezarà a escribir uno de sus escritos mas
diaconos que lo sujetaran y le taparan la boca, no fuera que, por violentos, el titulado Contra Juan de Jerusalén, que afortunadamente
el deseo de liberarse, nos conjurara por el nombre de Cristo; y de iba a quedar interrumpido por la paz, una paz en la que interviene
este modo le ordenamos diàcono» (Carta 51,1). A continuación, de manera decisiva Teófilo de Alejandria. Asi se desprende de ima
Epifanio le ordenaria presbitero utilizando idénticos recursos de carta dirigida a éste por Jerónimo: «nosotros queremos la paz de
persuasion. Cristo, deseamos la verdadera concordia, y te rogamos le adviertas
La actuación de Epifanio no era la mas oportuna en una situa- (a Juan) que también él quiera la paz. Sea tal corno fuera antano,
ción mas que tensa. Ofìcialmente notificarla la ordenación tanto cuando porque queria, nos amaba» (Carta 82,11). La reconciliación
a las jerarquias y monjes del monasterio de Belén corno, sobre de Jerónimo con Juan y con Rufino tendrà lugar en la iglesia de
todo, al obispo de Jerusalén, Juan. Este no podia dar por buena la Resurrección de Jerusalén, en el marco de la eucaristia: «en la
una ordenación que se hacia para territorio de su jurisdicción y sin Anastasis, inmolado el Cordero, nos dimos la mano derecha» (Je ­
contar para nada con él. En un primer momento Juan amenazaria r ó n im o , Apoi. Ili 33). P. Nautin, apoyado en la expresión «corderò
con denunciar el hecho a los obispos de Palestina y al de Roma. inmolado», que implica una alusión bastante clara a la celebración
Epifanio replicarà con una carta de justifìcación, en la que le acusa pascual, fijarà corno fecha del acontecimiento la pascua del 397,
apertamente de herejia. Es la carta 51 de la colección de Jerónimo; que ese ano fue el 5 de abril (REAug XVIII, p.213). Por lo que
de ella estàn tornados los detalles de la ordenación de Pauliniano. se refiere a Rufino en concreto, Jerónimo tendrà frases bellisimas
En vista de lo dificil que era dialogar con Epifanio, Juan sacaria para este acto en una carta destinada para él, pero que nunca
las consecuencias lógicas de la situación: prohibir la entrada en la le Uegaria: «El Senor es testigo, en el interior de mi conciencia,
iglesia de la Natividad, de Belén, a quienes dieran por buena la de que, a partir del restablecimiento de nuestra amistad, ningun
ordenación de Pauliniano. A esto Epifanio responde convocando a resentimiento se ha interpuesto por el que yo haya ofendido a
la ruptura de comunión con Juan, medida que Juan, por su parte, nadie. Y quiero que adviertas que doy sincero culto a la recuperada
harà efectiva con todos sus oponentes. Detalles aparentemente sin amistad» (Carta 81,1).
trascendencia alguna agravarian mas aun el conflicto. La carta 57 de En todo este asunto, Jerónimo aparece màs corno sujeto pasivo
Jerónimo a Panmaquio da cuenta de la exacerbación que produjo que corno sujeto activo. Arrastrado por la personalidad absorbente
en Rufino y en Juan la traducción «sesgada» que Jerónimo habfa de Epifanio, romperà amistades de muchos anos, corno la de Rufino
hecho, para uno de sus monjes, Eusebio de Cremona, de la carta o la màs reciente de su obispo Juan, y sobre todo tendrà que romper,
\
L vni Introduction
Introduction LIX

al menos oficialmente, con fidelidades tan enraizadas corno la de ocurrir algo parecido. Teófilo, con su prestigio, ejerció un influjo
su adhesion, cuidadosamente matìzada por lo demas, a Origenes. casi absoluto sobre él; tanto mas que detras del de Alejandria se
La participación de Jeronimo en la desavenencia origenista no percibia de nuevo la presencia de Epifanio (Cartas 90 y 91).
tiene la misma intensidad desde el principio. Siempre del lado de La paz tan laboriosamente alcanzada apenas iba a durar un
Epifanio, es deck, del lado de lo que él considera la «ortodoxia», ano para Jerónimo. La vieja contienda en torno a Origenes se
Jerónimo practicarà un cierto autocontrol inicial, que en definitiva va a repetir en dos frentes nuevos: en Roma y en Alejandria. De
era consecuencia de la duda. A raiz de los sermones acusatorios los anteriores combatientes, sólo Juan de Jerusalén quedarà defi­
intercambiados entire el obispo de Chipre y el de Jerusalén, Je­ nitivamente fuera. Rufino sera la personificación del origenismo
rónimo supo evitar, no sin diplomacia, que Epifanio, decidido a romano, y contra él kàn todos los ataques de Jerónimo y de los
abandonar la hospitalidad del obispo Juan, se acogiera al monas­ suyos. En Alejandria sera el patriarca Teófilo quien protagonice
terio de Belén. Parece claro que este gesto de Jerónimo tendia a la campana antiorigenista.
evitar la ruptura entire los dos jerarcas, al mismo tiempo que daba En la primavera del ano 397, a pocos dias de la reconciliación,
a entender su deseo de mantenerse al margen del asunto. Rufino se trasladaba a Roma por asuntos familiares. Alli es recibido
Mas comprometido es el episodio de la ordenación anticanónica con verdadera expectación por un grupo de estudiosos interesados
de Pauliniano, a cargo de Epifanio, y con destino al monasterio por la teologia griega. Conocedor del griego y de los teólogos de
de Jerónimo. También aqui es significativa la actuación de Jeró­ esa cultura, nadie corno él podia hacer de puente entire lo griego
nimo. Si su corazón està con Epifanio y, por supuesto, con sus y lo latino, para enriquecimiento de lo latino. Como acuciado por
propios monjes, su cabeza conserva un rincón reservado para la la urgencia de la tarea, y animado por Macario, personaje curioso
duda. Y asi, en el terreno de la practica, tomarä la determinación en los ambientes romanos, antiguo vicario del prefecto de la Urbe
inmediata de no abrk brechas peligrosas con el caso de Pauliniano, y ahora asceta, muy interesado en las obras de Origenes, Rufino
a quien recomendarà un destierro voluntario, junto a su obispo acometeria la empresa de traduck, para empezar, la Apologia de
«personal» Epifanio, en la isla de Chipre. De hecho, nunca ejerció Origenes, atribuida al màrtk Panfilo, y, a continuación, el tratado Peri
Pauliniano su cargo presbiteral en el monasterio de Belén. Pero archón, del mismo Origenes. En el pròlogo a este ùltimo trabajo se
si en el aspecto formai Jerónimo guardò un dificil equilibrio, no presentaba corno continuador de Jerónimo en el proyecto, abando-
ocurrió lo mismo en el campo de las ideas, o mejor dicho, de las nado ya por éste, de «hacer romano a Origenes, para regalarselo
susceptibilidades personales, como demuestra su escrito contra a los oidos romanos». A los jeronimianos de Roma, Panmaquio,
Juan de Jerusalén. A propòsito de la actitud agresiva de Jerónimo Ocèano y Marcela, no les gustò que en el pròlogo al Peri archon
frente a Juan, F. Cavaüera comenta: «Unicamente la exasperación y Rufino apelara a la autoridad de Jerónimo y se propusiera corno
el acaloramiento de la lucha pueden excusar su tono. Hoy dia no continuador suyo. No tardarian en hacerse con el material prepa-
estamos habituados a ver còrno un simple monje arremete contra rado por Rufino, y en concreto con el pròlogo, y se lo enviarian
un representante de la jerarquia y le conmina a que haga profesión todo al de Belén para que se defendiera. En la carta de envio
de su fe» ( C a v a l l e r a , jéróme, I 223). El tono empleado por Jeró­ (Carta 83) senalaban lo que les parecia mas grave. En realidad,
nimo en ese escrito frente a su superior jeràrquico no se explica dos aspectos que no afectaban al verdadero problema doctrinal,
simplemente por su celo de ortodoxia ni por el acaloramiento de sino mas bien a la sensibilidad personal de los remitentes de la
la lucha. La protección implicita de Epifanio, de la que Jerónimo carta y, sobre todo, del destinatario: «en esos escritos hay muchas
era consciente, le daba alas para oponerse, no a un superior, en cosas que perturban nuestra inteligencia y muchas que pensamos
nombre propio, sino a un igual en nombre de Epifanio. estan dichas menos católicamente; ademas, para excusar al autor se
han suprimido de esos libros muchos pasajes que podrian delatar
impiedad manifiesta» (Carta 83). Con estas vaguedades senalan
— El segundo origenismo: los amigos de Roma un problema metodològico al que Jerónimo va a dar gran impor­
tanda: la teoria, sostenida por Rufino y otros origenistas, de que
Por lo que se refiere al segundo periodo, al origenismo renacido, los pasajes discutibles de Origenes habian sido interpolados. El
primero en Roma y poco después en Egipto, a Jerónimo le va a segundo punto senalado en la carta tocaba un resorte psicològico
LX ìntroducdón ìntroducdón LXI

peligroso: «Con toda sutileza, en el prefacio de su obra, el autor dràsticamente contra un grupo importante de monjes origenistas,
menciona a tu santidad, aunque silenciando tu nombre, en el sen- y no quiere perder la ocasión de dar a conocer al mundo creyente
tido de que no hacla sino llevar a cabo una obra prometida por sus victorias personales en favor de la fe. Escribirà a los obispos
ti y dando a entender indirectamente que tu piensas de la misma de Palestina y Chipre, y también al de Roma, para que se sumen
manera» (Carta 83). a él en la condena de los escritos de Origenes. Eso terminò de
Renuente al principio, Jerónimo terminarà implicändose en las convencer al papa Anastasio, que el ano 400 condenaria los escritos
acciones e intrigas romanas en torno al renacido origenismo. En de Origenes (ver Carta 95).
las cartas 80, 81, 83 y 84 se ocupa directamente del asunto. Su Ante està presión del ambiente, Rufino se veria forzado a escri-
comportamiento fue, corno minimo, poco diplomàtico. Al riempo bir al papa Anastasio defendiéndose contra las acusaciones vertidas
que escribe una carta conciliadora y sensata a Rufino (Carta 81), contra él por Jerónimo en la carta a Panmaquio y Ocèano. La carta
en la que le manifiesta su ardiente deseo de mantener la «renovada escrita por Rufino a Anastasio darla lugar, un ano màs tarde, el
amistad», escribe otra (Carta 84) a Panmaquio y Ocèano, en la que 401, a un escrito màs amplio y de dominio publico: una Apologia
con àsperos exabruptos atacarà principalmente los dos puntos (PL 21,541-624) contra dichas acusaciones de Jerónimo.
senalados por éstos: la pretension de Rufino de continuar la obra Este escrito de Rufino tendria la consiguiente respuesta del
del propio Jerónimo para «hacer romano a Origenes», y la teoria de Belén en un primer escrito, Apologia contra los libros de Rufino,
sobre la interpolación de los escritos del alejandrino por personas que seria completado poco màs tarde por el Libro tenero contra los
malintencionadas. libros de Ratfino.
Por desgracia, los jeronimianos de Roma se guardaron la carta La contienda se habria hecho interminable si Rufino, bien
destinada a Rufino, ausente ya de Roma, y difundieron la dirigida a aconsejado por su amigo Cromacio, obispo de Aquileya, y amigo
ellos, que naturalmente pronto llegaria al conocimiento de Rufino, igualmente de Jerónimo, no hubiera optado por el silendo. Era
a quien no pudieron agradar mucho las palabras que Jerónimo le el ano 402. En los anos que le quedaban de vida, sus trabajos de
dedicaba ya en el primer pàrrafo: «estas buenas gentes me quieren traducción enriquecieron al mundo latino con una serie de titulos
tanto, que no pueden ser herejes si no es en mi compania» (81,4). de obras de autores griegos, hasta entonces sólo disponibles para
La carta de Jerónimo llegaba a Roma dos anos después que Rufi­ quienes dominaran el griego. Jerónimo, aunque no por condes­
no, quien en este momento estaba en el norte de Italia, en Aquileya, cendenda, también callo, pero ocasionalmente seguirla dedicando
junto al obispo Cromacio, adonde se habia retirado cediendo a la calificaciones màs bien duras contra un adversario que se le habia
presión que sobre él se ejercia en Roma y para consolarse de la convertido en pesadilla.
muerte de su madre.
La publicación de la carta de Jerónimo a Panmaquio y Ocèano
desencadenaria una serie de batallas menores. La mas importante, — Jerónimo y Teófilo
la movilización de Panmaquio, Marcela (véase Carta 127,10) y
Ocèano, primero ante el papa Siricio, sin lograr éxito alguno, y Cuando Jerónimo, diez anos màs tarde, en el elogio dedicado
mas tarde (a.400) ante el sucesor de éste, Anastasio. En la campana a Marcela, recuerde la acción de ésta en los acontecimientos del
contra Rufino intervenia muy activamente también otto personaje origenismo romano, concluirà elidendo: «Pasando la tormenta de
tan poco sensato corno Eusebio de Cremona, que ya habia com- Occidente a Oriente, amenazaban a muchlsimos grandes naufra-
prometido en otra ocasión al mismo Jerónimo, haciendo publica gios» (127,11). Y a continuación describirà brevemente, en estilo
una traducción privada, hecha por éste, de la carta de Epifanio a figurado y sin referencias concretas, lo ocurrido con el origenismo
Juan (véase Carta 57). Ahora se encargaba de recorrer por toda egipeio.
Italia las ciudades y monasteries por donde se hacia sentir el in- Con esa frase, Jerónimo parece establecer una relación de de­
flujo de Rufino a fin de dar a conocer las verdaderas intenciones pendenda entre el origenismo romano y el egipeio. Pero quizà no
de éste y el peligro de la doctrina de Origenes. se träte màs que de una relación de simultaneidad cronològica.
A todo elio se van a sumar las noticias que llegan a Roma de Porque, en realidad, en ninguna parte habia tantas razones para
Alejandria. Teófilo, obispo de la ciudad, ha tenido que intervenir que se produjeran auténticas batallas en torno a la doctrina de
LXII Introducdón lntroducdón LXIII

Origenes como en Egipto. EI monacato estaba dividido en «ori- serio, realizado por Teófìlo en griego y traducido por Jerónimo al
genistas» y «antropomorfìtas», o simplemente no origenistas. Los latin, para enriquecimiento de los occidentales, es, todo hay que
primeros constituian minoria, una verdadera elite de monjes cultos. decido, una justificación racional bastante tardia del primer envite
En el epistolario de Jeronimo hay una serie de cartas (90, 92, antiorigenista del patriarca de Alejandria, que estuvo dominado por
93, 94, 96, 98, 100), en su casi totalidad de Teófìlo, patriarca de la emotividad mas que por la razón.
Alejandria, que se refìeren a un antiorigenismo, se podria decir, En el epistolario de Jerónimo aparecen contactos esporadicos
de corte practicamente personal: el de Teófilo frente a los monjes con Teófilo. Aunque no son muchas las cartas que se conservan,
origenistas de los desiertos de Nitida, en el norte de Egipto. Jerónimo da a en tender que habia un intercambio epis tolar fluido
Origenista de siempre, Teófìlo se vena forzado a declarar la entire ellos. La primera carta conocida de Jerónimo a Teófìlo es
guerra al origenismo a raiz de un motin de monjes antropomor­ del ano 397, un poco antes de la reconciliation entire Jerónimo
fìtas, venidos del desierto, que le pedian con amenazas la condena y Juan de Jerusalén. Es la carta 82, una carta llena de confianza
de las doctrinas de Origenes y la proscripción y castigo de sus filial, en la que Jerónimo se desahoga con el padre y dibuja todo
seguidores. Eso es lo que ocurrió el ano 400: Teófilo reunió un el drama interior de su desavenencia con el superior jerärquico.
sinodo de obispos e hizo condenar los escritos de Origenes. Al Muy poco riempo después llegaria la paz con él, pero empezaria,
poco riempo, apoyado por los amotinados y con el debido per- incomprensiblemente para Jerónimo, un largo silendo epistolar
miso de la autoridad civil, Teófìlo arremeteria con toda violencia por parte de Teófilo.
contra las celdas y aun lugares sagrados de los monjes origenistas Ese silendo se rompe el ano 399. Jerónimo escribe al de Ale­
de Nitria, que tendrian que huir para refugiarse, algunos en Jeru- jandria alegràndose de haber logrado «ablandar las entranas del
salén, otros, corno los llamados «Hermanos Largos», por razón padre» y conseguido que hablara el que «durante tanto riempo ha­
de estatura, en Constantinopla, junto a Juan Crisòstomo; lo que bia callado». En esa carta respondia Jerónimo con agradecimiento
justificaria la persecución declarada por Teófilo contra éste hasta humilde a una advertenda de orden disciplinar que el patriarca le
el destierro y el olvido. Victima del antiorigenismo de Teófilo seria habia hecho. De paso aprovechaba la ocasión para mostrar al padre
también el sacerdote y monje Isidoro, hasta hace poco su hombre una inquietud: «respecto de la nefasta herejia, a muchos santos no
de confianza, encargado por él un par de arios antes para mediar les agrada que la lleves con tanta paciencia» (63,3).
en el conflicto origenista entire Jerónimo y Juan de Jerusalén, y Apenas pasado un ano, Jerónimo recibia una breve misiva de
que, perseguido por su obispo, habia optado por retirarse a las Teófilo, en la que le anunciaba la visita de Agatón, obispo de Egip­
celdas de Nitria, donde podia seguir fiel a sus ideas sanamente to, y del diacono Anastasio, quienes le llevaban noticias de primera
origenistas de siempre. mano sobre lo acontecido con los origenistas del desierto monacai.
Las cartas 87, 88 y 89 hablan de estos acontecimientos, aun- «No dudo —le decia el Alejandrino— que aprobaras nuestto celo
que lo hacen con medias palabras, corno si se avergonzaran de y te felicitaràs de las victorias de la Iglesia». Y terminara animan­
transmitir a la historia unos hechos bien poco gloriosos. Sera el dole: «Date, pues, tu también prisa, ya que te corresponde parte
historiador del momento, Socrates (380-439), el jurisconsulto de de este botin» (Carta 87).
Constantinopla, quien con mas lujo de detalles se ocupe de estos La contestación de Jerónimo no se hizo esperar. A la noticia
acontecimientos en el libro sexto de su Historia Eclesiàstica. anterior se sumaban las que de Roma le tirala el presbitero Vicente,
El papel de Jerónimo en el desarrollo del origenismo egipcio es miembro del monasterio de Belén. Y a todo esto hay que ana-
mas bien oscuro. Otta cosa son sus entusiasmos por el protago­ dir que Jerónimo no habia estado con los brazos cruzados: «Yo
nista Teófilo. Pero, en realidad, su aportación se reduce al apoyo mismo, antes de escribiros, habia ya mandado cartas a Occidente
moral de los elogios dedicados al vencedor y a la humilde tarea de sobre este asunto para informar a los hombres de mi lengua sobre
traductor de los escritos de Teófilo. Es verdad que algunas de las algunas de las falacias de estos herejes» (Carta 88). Se refiere pro-
cartas pascuales de éste, traducidas por Jerónimo, son los unicos bablemente a la correspondencia mantenida con Panmaquio y los
documentos donde se analiza con alguna mayor profundidad la del grupo romano. Felicitación, euforia y deseo de no ser excluido
doctrina de Origenes; pero no se puede decir que sean un dechado del triunfo son los sentimientos que se agolpan en està breve
de perfección teològica. Ademàs, este esfuerzo de estudio algo mas carta de Jerónimo a Teófilo: «La voz de tu beatitud ha resonado
LXIV Introduction Introduction LXV

en todo el orbe, y, para jübilo de todas las iglesias de Cristo, han Dàmaso, asi, en el primer origenismo, lo harà con el intachable
enmudecido los venenos del diablo. Ha dejado de silbar la antigua Epifanio, y en el segundo, con el poderoso Teófìlo. Màs que las
serpiente; retorcida y desenttanada, se esconde en las tinieblas de supuestas herejias de Origenes, a Jerónimo le preocupó siempre la
sus cavernas y no soporta la claridad del sol». De las noticias que propia ortodoxia, la que le garantizaban personalidades del rango
le han llegado de Roma, le comunicarà con el mismo entusiasmo: de Dàmaso, Epifanio y Teófìlo, la que corria peligro en compania
«Roma e Italia entera deben su liberación a tus cartas, después de a de seguidores acriticos de Origenes, corno él creia que eran Rufino
Cristo». Pero quizà lo mas significativo, para fìjar el papel real que y Juan de Jerusalén.
desempena Jerónimo en està etapa del origenismo, sea la petición
que, corno «de paso», formula al final de su carta: «De paso te
pido que, si tienes algun esento sinodal, me lo envies; para que, e) Los arìos de la plenitud
apoyado en la autoridad de tan gran obispo, pueda yo con mas
libertad y confìanza abrir mi boca en favor de Cristo» (Carta 88). — Jerónimo y Agustin
Està humildad hizo de Jerónimo el traductor ofìcioso de varios
escritos de Teófìlo. De esa labor quedan tres cartas pascuales, que Ya habia pasado algun tiempo desde las ultimas refriegas del
forman parte del epistolario de Jerónimo (Cartas 96, 98, 100), y origenismo, pero corno quien se asoma a un precipicio sin fon­
se sabe de otros escritos corno un fuerte alegato de Teófìlo con­ do, Agustin se esttemece todavia ante el misterio de animosidad
tra Juan Crisòstomo, obispo de Constantinople, que también fue surgido entre Jerónimo y Rufino: «Me siento attavesado por los
traducido por Jerónimo (Cartas 113 y 114). Este se enorgullece màs duros aguijones del dolor al considerar que entre vosotros, a
de su trabajo, y lo devuelve, ya terminado, a su destinatario con quienes Dios habia satisfecho amplia y generosamente ese mismo
palabras corno: «recibe tu esento, y aun el mio, o mejor, el maes­ anhelo que nosottos abrigamos ahora, para que unidos y com-
tro» (114,3). A la vez solia mandarlo a sus amigos a Roma corno penettados gustarais las mieles de las Santas Escrituras, se haya
mercanda rara y preciada: «De nuevo os proveo de mercandas podido deslizar un cumulo de tanta amargura. ^Cuàndo, pues, y
orientales, y con el comienzo de la primavera os hago llegar a Roma dónde no serà de temer lo mismo, y qué hombre estarà libre de
las riquezas alejandrinas» (97,1). No pasó de aqui la participación elio si eso os ha ocurrido a vosotros, que habiais depuesto el fardo
que se le concedió a Jerónimo en la lucha contra el origenismo del mundo y caminabais ligeros en pos del Senor y aun viviais
egipeio. En realidad, lo que deseaba Teófìlo, lo mismo ante él en aquella tierra que el Senor recorrió con sus pies humanos, y
que ante sus propios colegas de episcopado, no era otta cosa que en la que saludó didendo: os doj mi parp? jLàstima que no pueda
reconocimiento, mienttas que los méritos de sus hazanas los querìa yo enconttaros juntos en alguna parte! En mi conmoción, en mi
para él solo. Esa es la impresión que se saca del grupo de cartas sufrimiento, en mi temor me arrojaria a vuestros pies, lioraria con
intercambiadas con Jerónimo o, simplemente, recogidas por éste. todas mis fuerzas y os suplicaria con todo mi amor... para que no
El ano 402 todos daban por terminado el origenismo. Teófì- continuéis litigando» (Carta 110,8, del ano 404).
lo, segun afirma el historiador Sócrates, seguirà leyendo a Orige- El laborioso acercamiento entre Agustin y Jerónimo es uno de
nes como lo habia hecho antes, y unicamente Jerónimo quedarà los capitulos màs importantes en la vida de ambos. Los intentos
marcado por una cicattiz de la que siempre se resentirà. Habia de Agustin por establecer con Jerónimo relaciones de amistad
cumplido a la perfección el papel de humilde servidor, y seguirà cristiana y de ayuda mutua en las difìciles cuestiones biblicas del
cumpliéndolo, demosttando, una vez màs, que era hombre de fì- momento no pudieron empezar peor. Su primera carta (Carta
delidades personales inquebrantables, hasta el punto de sacrificar 56), del ano 395, cuando Agustin todavia era simple presbitero,
con frecuencia su propio trabajo, como en este caso de adhesion por extranas circunstancias terminarla su viaje en Roma, donde
al patriarca de Alejandria. se hace publica, y desde donde, pasados varios anos, irà negan­
La experiencia origenista deja al descubierto lo importante que do a Jerónimo el contenido desfìgurado de la misma. Es verdad
eran para Jerónimo esas adhesiones personales en su afàn de or- que Agustin no habia sido un modelo de tacto en està primera
todoxia. Igual que en medio del acoso arriano, en los ultimos dias ocasión, y venia a decide a Jerónimo lo que tenia que hacer: màs
de su etapa de desierto, se aferra a la fe romana personifìcada en que nuevas traducciones del texto de la Escritura interesaba que se
LXVI Introduccìón
Introduction Lxvn

tradujera a los comentaristas griegos, y en concreto a Orfgenes. El también tu vences; porque no son los hijos los que atesoran para
otto punto critico de Agustin era la interpretación que Jerónimo los padres, sino los padres para los hijos» (Carta 112,2).
hace del enfrentamiento entte Pablo y Pedro en Antioquia (Gal Agustin podrä seguk preguntando sobre puntos determinados
1,11-14), en la que viene a deck que Pablo desfiguró la realidad de exégesis, sobre problemas filosóficos como el origen del alma,
al juzgar a Pedro; en ottas palabras, que mintió. y podrä contar siempre con Jerónimo, aunque éste no siempre
La mentka oportunista u «oficiosa», como clave de interpreta­ conteste puntualmente: «Nada me molesta tanto, cuando estoy
ción para ese pasaje, sera uno de los temas fuertes de la corres- en apuros por algun problema dificil, corno la distanda que nos
pondencia entte Agustin y Jerónimo. Volvera a afiorar en una separa a uno de otto; tanta que he de esperar tus cartas no ya dias
segunda carta (Carta 67) de Agusrin a Jerónimo, del ano 398, en y meses, sino anos enteros. Pero ya que no puedo hacer todo lo
la que aquél pide al de Belén que se retracte de la interpretación que quiero, no por eso voy a dejar de hacer todo lo que puedo»
que ha hecho del episodio de Anrioquia. (Carta 131,1).
También està carta se pierde. Entte ella y la anterior ha media- Para Jerónimo, Agustin llegara a convertkse en el confidente
do un breve saludo de Agusrin a Jerónimo y una breve carta de de los momentos difìciles, con él desahoga su preocupación ante
éste a Agustin. La próxima de Agustin (Carta 101) sera del ano la amenaza pelagiana de los ultimos anos, y «no deja pasar hora
402. Han pasado siete arios desde la primera. Agusrin conoce ya sin mentar su nombre» (Carta 141), a él transmite los saludos «de
el disgusto de Jerónimo: «Me han dicho que no sé qué hermanos los hermanos que estàn con maestra pequenez, y senaladamente
han sugerido a tu caridad que yo he escrito un libro contra ti y de tus santas y venerables hijas, que se encomiendan a ti humil-
que lo he enviado a Roma. Säbete que esto es falso» (Carta 101,2). demente» (Carta 142).
La respuesta de Jerónimo (Carta 102) «està dictada con tristeza».
Reconoce que le han hecho sufrir unas cartas de Agustin destinadas
a él y conocidas por todos antes que por él, que sólo ha conseguido — Las despedidas
unas copias, que no le ofrecen la garantia de la autenticidad para
poder responder como seria debido, pues «me resisto a creer que Los quince ultimos anos de la vida de Jerónimo estàn marcados
sea tuyo lo que en otto quiza ya habria reprendido». por tres ckcunstancias que van a terminar de modelar su perso-
El rettaso de las cartas, su contenido, y sobre todo el rumor que nalidad espkitual: la desaparición paulatina de los seres afectiva-
suscitaron en Roma, de que Agustin habia escrito contra Jerónimo, mente mas cercanos, la vivencia tragica de la krupción masiva de
era demasiado para la susceptibilidad de Jerónimo. La correspon- los nuevos pueblos en el Imperio, y la ultima lucha en el campo
dencia entte ambos se va a regularizar, pero serian necesarios dogmatico frente al pelagianismo.
varios atios mas, hasta que la humildad y la paciencia de Agustin Ante la perseveranda con que Agustin suplica de Jerónimo
superaran la desconfianza y enfado de Jerónimo. Es verdad que correspondencia epistolar, éste acabaria por ceder; pero no podfa
toda la buena voluntad de Agustin hubiera sido insuficiente sin la hacerlo sin dar antes disculpas de su silencio igualmente perse­
sinceridad de Jerónimo, quien, al borde del exabrupto, sabra do- verante. La verdadera disculpa era el enojo que habfa producido
minarse y pedir a Agustin en el momento mas critico de la mutua en él no sólo el contenido de las primeras cartas de Agustin,
correspondencia: «Retiremos de maestra amistad toda sombra de sino sobre todo la ckcunstancia de haber sido éstas conocidas
sospecha, y hablemos con el amigo como se debe hablar, es deck, por todos antes que por él, y estar produciendo la impresión de
como con otto yo» (Carta 105,2). que entte ambos se està dando una lucha de chiquillos, que no
Se explica asi que, cuando Jerónimo se decide a contestar a hace sino aoomentar los prejuicios de los detractores: «no puedo
Agustin sobre las preguntas que éste le ha ido proponiendo, su comprender còrno esa carta, escrita personalmente para mi, ande
conciencia sea absolutamente diafana, corno para poder afkmar. circulando por Roma y por Italia entera y sea yo el unico a quien
«No dudo de que tu también oras para que la verdad triunfe por no ha llegado». Jerónimo da importancia al mal que haya podido
encima de nosottos en este debate, ya que no buscas tu gloria, hacerle una «reprensión» de la que no ha podido defenderse. A
sino la de Cristo. Y si vences tu, venceré yo también, si es que este tipo de disculpas verdaderas, Jerónimo anade otta. Se trata
logro reconocer mi equivocación; y por el contrario, si venzo yo, de un rasgo de desvalimiento afectivo, que deja al descubierto la
Lxvin Introduction
Introduction LXIX

situation aritmica de Jeronimo, que en ese momento està viviendo cantidad, si por la originalidad. De los anos que van del 404 hasta
de manera especial ei acoso del dolor: «Otra causa de mi tardanza la aparición del pelagianismo en Palestina proceden casi todos los
en contestarte ha sido una larga enfermedad de la santa y venerable grandes comentarios biblicos de Jerónimo: a Zacarias, a Malaquias,
Paula. Al tener que asistir durante tanto riempo a la enferma, me a Oseas y Joel, a Amós, a Daniel, a Isaias, a Ezequiel, a Jeremias.
olvidé pràcticamente de tu carta, tuya o de quien quizà la haya De este riempo es también un importante grupo de cartas par-
escrito en tu nombre» (Carta 102,1). ticularmente extensas y comprometidas corno son, por no citar
Durante la enfermedad de Paula, desde finales del ano 402 o màs que algunas, la dirigida a Hedibia (Carta 120) sobre doce
comienzos del 403 hasta enero del 404, Jerónimo apenas puede cuestiones biblicas, el libro sobre once cuestiones a Algasia (Carta
escribir nada, si no es alguna que otra carta. Una vez terminada 121), las cartas a san Agustin y, jcómo no!, la carta 127, a la virgen
la travesta de este breve desierto literario, y en lo que se podria Principia, que contiene el elogio funebre de Marcela.
llamar correspondencia de ofìcio, abrirà su corazón a Teófìlo para En este riempo, los lamentos de Jerónimo se hacen cosa habi­
confìarle los senrimientos de estos dias pasados junto al lecho de tual, aunque no rutinaria. Aparte de que la muerte de Paula tuvo
la enferma: «Te ruego perdones mi tardanza, pues me hallo tan que marcarle profondamente, los tiempos no estaban hechos a
agotado a raiz de la dormición de la santa y venerable Paula, que la medida de quien reaccionaba con la sensibilidad de Jerónimo
hasta ahora no he escrito nada en punto a ternas divinos. De re­ ante los problemas de la Iglesia y los problemas de la cultura. Es
pente hemos perdido todo nuestro consuelo» (Carta 99,2). Y por a Teófìlo, en la ya citada carta 99, a quien escribe en los prime-
mas que Jerónimo quisiera precisar que no es él quien propiamente ros meses del ano 404: «hasta el dia de hoy me he encontrado
necesita ese consuelo, sino los hermanos y hermanas a quienes tan agobiado por la tristeza del duelo y por la ansiedad que me
Paula atendia con toda solicited, sin embargo el estilo mismo de producen las notitias que acerca del estado de la Iglesia llegan de
la carta, en la que la explication del trabajo hecho alterna con la una y otra parte, que me ha sido del todo imposible cumplir te
confidentia de lo ocurrido, descubre los verdaderos senrimientos encargo» (Carta 99,1).
de quien no ha podido terminar antes el trabajo porque «estaba Las notitias sobre el estado de la Iglesia no eran propiamen­
sumido en la tristeza del duelo». te notitias sobre ninguna herejia particular, aunque sabia que el
Paula moria el martes 26 de enero del ano 404, «siendo cónsules corresponsal a quien se dirigia Jerónimo estaba, por este riempo,
Honorio Augusto, por sexta vez, y Aristenio. Vivió en Roma, des- maquinando contra Juan, el Crisòstomo, patriarca de Constantino-
pués de muerto su marido, Toxocio, corno viuda apostòlica y corno pla. Pero lo que màs inquietaba a Jerónimo era la devastación que
religiosa y santa, cinco anos; en Belén veinte, y fueron todos los caia sobre las regiones del Imperio por donde pasaban las oleadas
de su vida cincuenta y seis, ocho meses y veinriun dias». Jerónimo, bàrbaras. El mismo habia conocido de cerca la amenaza bàrbara.
que habia inmortalizado con sus elogios funebres a tantas personas A punto estuvo de tener que dejar Tierra Santa, con todos los
queridas, tardarà algun riempo en fijar la memoria de Paula en el suyos, cuando el ano 395 los hunos invadieron Siria y amenaza-
mas bello monumento literario salido de su piuma; «porque ^quién ban con llegar hasta Palestina, justo en un momento en que en
podrà sin làgrimas en los ojos contar la muerte de Paula?» (Carta Belén habia una visita importante, la noble Fabiola, que pensaba
108,27). La carta 108 de su epistolario, que lleva por titulo «Epi- establecerse, para hacer penitencia, junto a los ascetas romanos
tafio de Santa Paula», està dirigida a la hija Eustoquia, pero es a la de los lugares donde nació el Setior. «Surgió entonces el rumor
vez, por excelencia, la carta que Jerónimo escribió para si mismo. unànime de que los hunos se dirigian a Jerusalén, y que hacia esa
ciudad los empujaba su desmesurada sed de oro. Nosotros, para
prevenir la llegada del enemigo, nos vimos forzados por esos dias
— Un mundo que cambia a preparar naves y esperar en el litoral; y aunque los vientos eran
borrascosos, temiamos màs a los bàrbaros que al naufragio y nos
Repuesto a duras penas de este importante acontecimiento, y preocupaba màs por la pureza de las virgenes que maestra propia
superada la enfermedad que, dias después de la muerte de Paula, salud. Lo que nos retuvo en Oriente fueron nuestras viviendas
le obligó a guardar cama durante algunos dias, Jerónimo iba a ya instaladas y nuestro acendrado amor a los santos lugares. Pero
entrar en una de las etapas màs creativas de su vida, si no por la ella, que siempre tema todo su bagaje a punto, y era peregrina en
LXX Introduction Introduction LXXI

cualquier parte del mundo, regresó a su patria para vivir pobre El saco de Roma, llevado a cabo por las fiierzas de Alarico el
donde habfa sido rica» (Carta 77,8). ano 410, trajo consecuencias dramàticas para toda la población. No
Lo que en Belén se quedó en puro sobresalto, en el resto de hubo casa que no fuera expoliada ni familia que no conociera la
Europa se iba a convertir en situación de hecho. Aunque de las muerte en su propia carne. Familias enteras huian a Sicilia, Africa
narraciones de Jerónimo haya que quitar su fuerte dosis retòrica, y Oriente. En los monasteries de Belén tuvieron que multiplicar
no dejan de impresionar las descripciones que hace de los dafios las fuerzas para atender a tantos fugitivos romanos como llamaban
provocados por las invasiones. En el elogio funebre de Nepociano, a sus puertas. A Jerónimo le afectaba de manera especial la suerte
del ano 396, Jerónimo no puede menos de lamentarse: «El alma de los que habìan quedado en Roma. La distanda aumentaba aun
se horroriza siguiendo las catàsttofes de nuestros tiempos. Ya van màs su ansiedad. En Roma estaba Marcela, que desde haefa algu-
veinte afios, y aun mas, que desde Constantinopla hasta los Alpes nos anos se habfa retirado en compatita de la virgen Principia a
Julianos se derrama diariamente sangre romana» (Carta 60,16). la soledad de la canapina romana. Descubiertas por un grupo de
No eran mas que los comienzos. A Jerónimo, que ha extendido soldados bàrbaros, Marcela, en su afàn de defender la virtud de
el radio de sus relaciones de una manera increible, le llegan noti- Principia, sufrió humillaciones y malos tratos, pero logró que se
cias de los efectos de la invasion por toda Europa. En una carta las permitiera refugiarse en la basìlica de san Pablo, donde ottos
del ano 409 dirà, refìriéndose a los movimientos de pueblos a refugiados compartian la desgracia comun.
principios de siglo: «Todo lo que hay entre los Alpes y el Pirineo, Pocos meses màs tarde, segun cuenta Jerónimo, morìa Marcela a
lo comprendido entre el Rin y el Ocèano, ha sido devastado por consecuencia de su debilidad: «sana, intacta, y con su cuerpo peque-
cuados y vàndalos, sàrmatas y alanos, gépidos, hérulos, sajones, fio, pero vigoroso, se durmió en el Sefior». No le faltarìa su propio
borgofìones, alamanes y — jdesdichada republica!— hasta por los elogio funebre (Carta 127, a la virgen Principia), redactado, corno
enemigos panonios. E l mismo Asur se ha aliado con ellos (Sai 82,9). el de Paula, sin romper las normas de los rétores, pero haciendo
Maguncia, ciudad ilustre en otto tiempo, ha sido tomada y destrui- màs caso de las imposiciones del afecto: «Para ti, venerable Marcela,
da, y miliares de hombres han sido asesinados en la iglesia. Worms y para ti, hija mìa Principia, he dictado esto en una sola y corta
ha caldo tras largo asedio. La poderosa ciudad de Reims, Amiens vigilia, no con elegandas de estilo, sino corno expresión de afecto
y Arras, y “los morinos, ultimos habitantes de la tierra” ( V i r g i l i o , hacia vosottas y deseando agradar a Dios y a quienes lo leyeren».
Aen. 8,727), Tournai, Nemetas y Esttasburgo, han sido deportadas Asì termina el elogio de Marcela. A medida que Jerónimo envejece,
a Germania. En las provincias de Aquitania, Novempopulania, se recata menos de sincerarse aun en el plano de los sentimientos.
Lugdunense y Narbonense todo ha sido devastado a excepción Victimas igualmente del saco de Roma, aunque no inmediatas,
de algunas ciudades, a las que castigan la guerra por hiera y el fueron Rufino, que fallece en Sicilia, y Panmaquio. Las noticias le
hambre por dentro. No puedo menos de llorar al hacer mención van llegando a jerónimo tan ràpidas, que no tiene tiempo para
de Tolosa, a la que han salvado de caer los méritos de su santo rehacerse. Con toda lucidez habìa previsto que los tiempos que
obispo Exuperio. Las mismas Hispanias, siempre a punto de caer, se avecinaban eran «tiempos de làgrimas».
se esttemecen a diario al recordar la invasion de los cimbros, y lo
que ottos han-sufrido de una vez, ellas lo sufren constantemente
por el temor. Callo lo demàs, para que no se piense que desconfìo — La vejez
de la clemencia de Dios» (Carta 123,15).
Nada conmoverà tanto a Jerónimo corno la suerte de Roma: Con la calda de Roma llegarian a Palestina personas entrafìa-
«Hace algun tiempo quise empezar con el libro de Ezequiel, para bles a quienes Jerónimo y los suyos pudieron obsequiar con los
cumplir una promesa repetidamente hecha a unos lectores estudio- gestos màs exquisitos de la caridad. Pero también llegaron otros
sos. Pero cuando me dispoma a dictar, mi alma quedó tan confusa menos deseables por las doctrinas que representaban. Entre los
por la devastación de las provincias occidentales, y en especial evadidos de Roma a raìz de la gran devastación, estaban Pelagio
de Roma, que, segun el proverbio vulgar, me olvidé hasta de mi y su compafiero Celestio, que, junto con un activo grupo de dis­
nombre. Hube de guardar un largo silendo, sabedor de que eran cipulos, buscaron, a las inmediatas, refugio en Africa, para pasar
tiempos de làgrimas» (126,2). poco después a Oriente y terminar concentràndose en Jerusalén.
LXXII Introduction Introducción Lxxm

En un primer momento Jeronimo no actua contra el pelagia- demanda respecto de la edición de los Setenta, porque, por fraude
nismo propagado por los recién venidos sencillamente porque no de alguien, una gran parte del trabajo me ha sido susttaido» (Carta
tema información. O quizà porque tema una información mas 134, al final).
bien favorable. Entre los iniciadores de la doctrina que poma en En relación con los desmanes cometidos por los monjes pe­
duda la transmisión del pecado originai a todos los hombres a lagianos contra los monasterios de Jerónimo se conservan en la
partir de Adàn, estaba un tal Rufino el Sirio, que habia vivido en colección jeronimiana tres cartas del papa Inocencio y dos de
el monasterio de Belén y a quien Jerónimo mismo habia mandado Jerónimo. Tienen en comun la brevedad, pero al mismo tiempo el
a Roma (cf. Carta 81,2) por el ano 399. Alli habia sido amigo y dramatismo de lo que se dice con medias palabras. La clave para
huésped de Panmaquio. Segun Mario Mercator, contemporaneo leer estas cartas (135-139) es un pasaje de san Agustin (De gestis
de los hechos, Rufino habria formado a Pelagio, y éste a Celestio, Pelag. 46: PL 44,358), en que informa del ataque perpetrado por
que serian los portavoces de lo que Rufino no se habia atrevido los pelagianos contra los siervos y siervas de Dios que estaban al
a deck en publico ( M a r i u s M e r c a t o r , Commonit. adv. haer. Velagli: cuidado de Jerónimo, de la muerte de un diàcono, del incendio de
PL 48,111). los editicios y de còrno los de Jerónimo pudieron salvar la vida
Sera Agustin quien informe con precision a Jerónimo sobre en una fortaleza aneja al monasterio.
el pelagianismo enfiandole una importante documentación por Las tres cartas del papa Inocencio van dirigidas, respectivamen-
medio del joven sacerdote espanol Orosio. Era el ano 415. Ese te, a Aurelio, obispo de Cartago, a Jerónimo, y a Juan, obispo de
mismo ano, en una carta que tiene por destinatario a un tal Cte- Jerusalem Por ellas se ve que Jerónimo habia pedido la mediación
sifonte, Jerónimo afronta ya el tema pelagiano. Esto indicarla que de su amigo Aurelio para que éste notificara los sucesos al papa
Jerónimo habia caldo en la cuenta del peligro pelagiano antes de Inocencio. Por otta parte, Eustoquia y Paula la joven habian acu-
que Agustin le avisara. Pero la imprecision con que describe la dido directamente a Inocencio, que responde con las tres cartas
doctrina pelagiana, y sobre todo sus origenes, demuestra que no dichas, el ano 417. A Aurelio le anuncia que ya ha escrito a Juan
terna un conocimiento muy exacto. Eso si, los anos no le han sobre el asunto, y a él le recomienda que por su parte escriba a
doblegado, y alli donde hay un peligro para la recta doctrina, alli Jerónimo para tranquilizarle (Carta 135). En la carta a Jerónimo
està Jerónimo. (Carta 136) hay un comienzo extrano. Inocencio habia de cierta
El impulso de Agustin llevaria a Jerónimo a redactar con toda vacilación en la represión de la herejia, pero no es posible aclarar
rapidez un importante tratado antipelagiano, el Diàlogo contra los las intenciones de està frase del papa. Lo que si està clarp es que
Pelagianos, que, sin estar terminado para el sinodo reunido en Je- Inocencio està dispuesto a hacer uso de su autoridad apostòlica
rusalén en julio de 415, Orosio ya anunciaba con expectación: y a senalar jueces que entiendan en el asunto del allanamiento
«Esto mismo piensa el bienaventurado Jerónimo, cuyo discurso de los monasterios de Belén; pero para elio necesitaria nombres
està esperando todo Occidente, igual que el vellón espera el rodo». concretos de acusados, que ni Jerónimo ni Eustoquia ofrecen en
Escribiendo a san Agustin el ano 416, Jerónimo ya le da la sus notificaciones. También le dice que ha escrito a Juan.
noticia de la conclusion del Diàlogo contra los Pelagianos. Es el ultimo La carta a este ultimo es de una gran dureza. Le habia de la
tratado largo de Jerónimo; lo demàs seràn cartas, que, a excepción denuncia que, sin dar nombres concretos, han puesto ante él Eus­
de la escrita a Cipriano (Carta 140), cada vez seràn màs breves. toquia y Paula, y le asegura que, a pesar de està circunstancia, «no
A partir de este momento, Jerónimo vive acosado por dos es dudoso quién haya cometido los desafueros». El resto de la carta
frentes: uno exterior, el pelagianismo; otto interior, el progresivo es una fuerte reprensión del màximo responsable de la Iglesia a un
envejecimiento. Del partido pelagiano tendrà que sufrir vejaciones pastor que no ha sabido prevenir males enormes ni socorrer a los
indignas, como la rapina de los manuscritos de la edición revisada hermanos afectados, ni siquiera consolarlos (Carta 137).
de los Setenta, y para colmo, en el verano del ano 416, el alla- Cuanto tuvo de deplorable la acción de los pelagianos y la
namiento de sus monasterios, a cargo de una banda de monjes actitud del obispo responsable del lugar, tanto y màs tuvo de edi­
pertenecientes al partido de Pelagio. ficante y de magnànima la reacción de Jerónimo y los suyos. Pro-
De lo primero da cuenta a su confidente Agustin, aunque, corno bablemente insttuidos por su maestro, se comprometieron éstos a
harà siempre, ocultando los nombres: «No puedo satisfacer tu guardar silencio sobre los nombres de los culpables, y unicamente
L x x rv Introduction Introduction LXXV

a modo de notificación informaron sobre los hechos al papa Ino- cada uno de los corresponsales, y sólo en segundo lugar, aunque
cencio y al obispo amigo Aurelio. Es posible que la consigna dada con toda la fuerza del sufrimiento, entra el tema de la muerte de
por Jerónimo, para tranquilizar y consolar a los de su casa, y aun Eustoquia. Asi, la carta al papa Bonifacio es respuesta emocionada
para animarles a soportar cristianamente una agresión corno la a la noticia, por parte de éste, de su consagración como pontifice
sufrida, fuera aquella màxima que aparece en carta suya a Ripario de toda la Iglesia: «jQué gran alegria he sentido por tu ordenación!
(Carta 138): «no debemos luchar con las fuerzas del cuerpo, sino El hombre interior es tan dueno de si mismo, que no se turba
con la caridad del espiritu». En carta a Apronio, que es el otto por los quebrantos del hombre exterior. Unicamente està realidad
corresponsal a quien se dan noticias sobre este acontecimiento, mitiga mi dolor por la muerte de la santa y venerable virgen de
se dice algo parecido: «nuestra casa, totalmente saqueada en sus Cristo Eustoquia» (Carta 153).
riquezas materiales, està llena de riquezas espirituales» (Carta 139). Estas son pràcticamente las tiltimas palabras autobiogràficas que
Jerónimo muestra una gran paz de espiritu en todas las cartas resuenan a través del epistolario de Jerónimo. Pocas veces habló
que escribe por este tiempo. No es sólo la satisfaction de haber él de la alegria. Es, por consiguiente, significativo que al final de
sufrido por el Senor. Probablemente tiene conciencia de que sus su vida se junten estas dos palabras: «gaudium» y «dolor». Alegria
escritos han hecho bianco en las tesis pelagianas, y asi se lo dice y dolor, entusiasmo y trabajo, son como las dos antorchas que
al corresponsal Apronio: «aqui todo està tranquilo. Y aunque no pueden iluminar la compleja interioridad de Jerónimo.
han perdido el veneno del pecho, ya no se atteven a abrir su boca
impia» (Carta 139). Pero en addante se contentarà con permanecer
en contacto con quienes siguen combatiendo al pelagianismo y 2. El epistolario
con animarles a hacer lo que él ya no puede hacer por los acha-
ques propios de la vejez. En esa linea van las dos tiltimas cartas Son cuarenta y cinco anos aproximadamente de actividad epis-
conocidas a Agustin (141 y 142). tolar, senalados por un llamativo escalonamiento en la madura-
El luchador de siempre se convierte en espectador activo, que ción de Jerónimo. Su correspondencia comienza probablemente
anima a los nuevos combatientes y se aiegra con sus triunfos. Las en los dias previos al desierto, finales del 374 o comienzos dei
tiltimas cartas a Agustin son del ano 418, y de este mismo tiempo 375, y termina con seguridad el mismo ano de su muerte, fijada
o un poco màs tarde es también una segunda carta a Ripario, en con buenas razones el 20 de septiembre dei 419 (F. C a v a l l e r a ,
la que Jerónimo le felicita por «haber luchado denodadamente Jéróm II 56-63). En las cartas procedentes del desierto, que son
contra los herejes y haber vencido en los combates de Cristo». en sentido amplio las dieciocho primeras, hay una preocupación
Pero a la felicitación se une la necesidad que tiene Jerónimo de primordial en Jerónimo. Està empezando un nuevo gènero de
calor fraternalmente cristiano: «Quisiera saber dónde piensas estar vida. Ha gustado y sufrido la soledad y siente la necesidad acu-
en lo porvenir, y si todavia te encuenttas en la Urbe, para que ciante de comunicarse con alguien; por eso busca urgentemente el
por lo menos una carta al ano que nos escribamos, no se pierda» acompanamiento de la amistad. Es un periodo fuerte de afecto, y
(Carta 151,2). por lo mismo de una gran belleza humana. En las cartas de este
Y es comprensible està necesidad de Jerónimo, porque a renglón tiempo se cuenta a si mismo, y declara abiertamente su necesidad
seguido le va a comunicar su verdadera angustia: «En cuanto a mi, de calor fraternal. Las cartas que él recibe Henan su desierto con
la dormición repentina de la santa y venerable virgen Eustoquia la presencia espiritual de quien le escribe: «siempre que los signos
me causa una gran tristeza, y ha cambiado hasta mis hàbitos de trazados por mano conocida me traen a la memoria los rosttos
vida, porque muchas cosas que quisiera hacer no las puedo hacer, de personas queridas, me parece no estar yo aqui, o que vosottos
y el ardor de mi espiritu no se ve acompanado por la debilidad de estàis junto a mi; y mienttas os escribo està carta me parece que
mi vejez» (Carta 151,2). Eran los tiltimos meses del ano 418 o los os estoy viendo» (Carta 7,2). Esas cartas escasas que le Hegan al
primeros del 419. Agustin, el papa Bonifacio y Donato, un desco- desierto, y a las que él contesta, le colman de una alegria que sólo
nocido antipelagiano, seràn, corno de paso, pano de làgrimas para él sabe describir: «desde que Hegó vuestra carta hablo con eUa,
Jerónimo por està dolorosa pérdida. No deja de ser admirable que la abrazo, y eHa habla conmigo, porque aqui sólo eUa sabe latin»
en estas cartas (143, 153, 154) lo primero sea el asunto personal de (ibid.). A otto corresponsal le dirà: «hasta mi morada del desierto,
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Introduction Lxxvn
en la parte de Siria que limita con la region de los sarracenos, me que fìjar, si tanto es el interés metodològico, un quinto campo:
han traido una carta de tu dilección; que ni el riempo ni la distancia el de «variedades». Dentro del campo de la amistad enttarian no
de los lugares rompan està amistad nacida en nosotros y a la que sólo las primeras cartas, que traen la densidad del desierto, y las
da consistencia el amor de Cristo. Confirmémosla con reciprocas ùltimas, con la emoción de las sucesivas «dormiciones», sino sobre
cartas que corran del uno al otto, se crucen por el camino y hablen todo el extraordinario conjunto de elogios fùnebres dedicados a las
con nosotros» (Carta 5,1). personas afectivamente mas cercanas a Jerónimo. Literariamente,
Una vez que Jerónimo abandone el desierto se va a producir este bloque de cartas es el mas cuidado. El grupo de cartas exegé-
un cambio perceptible en el tono y en los contenidos de sus ticas comprenderla todas las relacionadas directamente con el texto
cartas. Asi, las escritas desde Roma remitiràn en la efusión del sagrado. À veces se refiere a tratados sobre cuestiones técnicas, de
afecto y ganaràn en racionalidad. Es verdad que ya no son cartas concordancia entre los diversos autores o libros de la Escritura, de
a corresponsales ausentes, puesto que todos los destinatarios viven traducción, de interpretación de pasajes concretos, etc. Con mas
en Roma misma, cerca de Jerónimo. En ellas se va a imponer frecuencia estas cartas son verdaderos comentarios a determinados
una clara intención didàctica. Se dirigen a personas cultivadas por salmos o libros sagrados, que, sin llegar a las dimensiones de un
Jerónimo y responden generalmente a preguntas procedentes de tratado, sobrepasan sin embargo, y con abundancia, las dimensio­
éstas. Se puede decir que es el momento en que la correspondencia nes de una carta. La exégesis de Jerónimo parte normalmente de
de Jerónimo se depura, y sin menoscabo de la espontaneidad de un estudio escrupuloso del texto, para terminar en una exposición
siempre, darà un significativo giro hacia la acción educadora del espiritual del mismo, no siempre del gusto de los lectores actuales,
gènero epistolar. De hecho, las cartas de este periodo, al menos pero siempre impregnada de un fuerte sentido cristológico. En el
las que se conservan, tienen cinco destinatarios que coinciden con grupo dogmàtico enttarian algunas cartas ocasionales, corno las
las personas mas interesadas en el magisterio de Jerónimo, tanto escritas al papa Dàmaso (Cartas 15 y 16) desde el desierto, muy
en el campo biblico corno en el de la vida monacai. interesantes por sus formulaciones trinitarias, y algunas ottas de
El ùltimo bloque de cartas, el de las escritas desde el monasterio cuestiones puntuales, corno las referentes al origenismo. En ellas se
de Belén, es el mas rico y representa la època de la madurez de muestra de manera llamativa el polemista, que sabe utilizar todos
Jerónimo en su actividad epistolar. Està deja su rango de ocasiona- los recursos de la retòrica y de la dialéctica. Las cartas, en fin, de
lidad y se convierte en un importante magisterio o, si se prefiere, intención ascètica constituyen, junto con las exegéticas, el fondo
en un originai apostolado. Jerónimo es en estos tteinta arios de su doctrinal màs tipicamente jeronimiano. El magisterio espiritual de
vida el corresponsal de todo el Occidente. El sedentario de Belén Jerónimo consistió màs en la gufa cercana de quienes se confiaban
es conocido en toda Europa. Lògicamente, sus cartas navegan de a él que en teorias teológicas sobre la vida de servicio al Setior.
forma ininterrumpida hacia Roma, donde ha dejado importantes Hay en él un cierto pudor para hablar de las realidades espiritua-
circulos de amigos que le siguen fìeles; pero conocen igualmente les y mfsticas con las que normalmente se enconttarà la persona
los vericuetos de las Galias y de Espana, y llegan también hasta consagrada. Por eso, aparte de la continua referencia al libro del
Àfrica, al encuentto de Agustin, una de las mas importantes amis- Cantar de los Cantares, prefiere escribir, cuando tiene que hacerlo,
tades de Jerónimo. El nùmero de corresponsales se multiplica en sobre cosas muy pràcticas. Y ni siquiera asi podria trazarse un
este riempo. Son muchas las personas que pasan por el monasterio esquema fijo en sus notables cartas de tema ascètico. La renuncia
de Belén con ocasión de una peregrinación a Tierra Santa. Ese incondicional de todo lo mundano es para él el primer paso en
encuentto ocasional con Jerónimo es, frecuentemente, el desenca- la vida espiritual, lo que lleva corno consecuencia inmediata la
denante de una relación epistolar. El hecho mismo demuestra que vigilanda extrema para evitar todo posible rettoceso en forma de
Jerónimo no era persona que se hiciera de rogar. Se comprende vanidad o autosuficiencia. De ahi sus determinaciones en puntos
que su manera de ser le atrajera tantos amigos. aparentemente tan secundarios como el vestido, las companias,
Por lo que respecta a los contenidos, las cartas de Jerónimo la comida, el ttabajo. Para todo guia espiritual, la ascètica es el
cultivan cuatto campos fundamentalmente: el de la amistad, el camino que prepara la unión del hombre con Dios. En Jerónimo
exegético, el dogmàtico y el ascètico. No siempre sera fàcil clasi- ese camino tiene corno meta lograr la disposición optima para una
ficar una determinada carta en un campo determinado, y habria lectura sosegada y atenta de la palabra divina. En ella, la persona
Lxxvni Introduction
Introduction LXXIX
consagrada podrà encontrar lo que ningun ser humano puede valor perdurable de lo escrito. De sobra sabe que sus cartas no
comunicarle ni revelarle. van a terminar en la papelera del destinatario.
No es, pues, difìcil situarse desde el principio ante cada una de Y, sin embargo, las cartas de Jerónimo son ante todo « cartas»,
las cartas de Jerónimo. La clasificación que se acaba de proponer es decir, comunicación de persona a persona. No puede sentir
no es algo absoluto, pero seguro que puede ayudar a comprender de otto modo quien toma tan a mal que cartas dìrigidas a él
mejor a Jerónimo en el contexto de cada una de sus cartas y a no lleguen antes a manos de extranos. Este fue uno de los motivos
esperar lo que él mismo no se ha propuesto dar. Lo cual no quiere del prolongado enojo de Jerónimo con Agustin, cuyas primeras
decir que la sorpresa no sea ingrediente casi habitual de estas cartas. cartas se habian extraviado, pero no perdido; habian encontrado
A la vista del epistolario de Jerónimo, ^se puede realmente ha- el camino de Roma burlando el camino de Belén: «escrita perso­
blar de «cartas»? Se trata realmente de cartas que sobrepasan en la nalmente para mi, a mi es al unico a quien no ha encontrado»
mayor parte de los casos los limites materiales del gènero epistolar. (Carta 105,1). Ya al comienzo de su actividad epistolar definirà
Pero no sólo es eso. Jerónimo es consciente de que, cuando escribe Jerónimo lo que debe ser una carta: «El sentido de una carta es
una carta, escribe para ser leido por muchos. Este es su deseo, no escribir sobre algun asunto de familia o sobre temas cotidianos.
sólo en el caso de instrucciones espirituales de alcance universal, Asi, en cierto modo, los ausentes se hacen presentes, mientras se
como la dedicada a Eustoquia (Carta 22), citada con frecuencia por comunican unos y ottos lo que quieren o lo que hacen. A veces,
él corno si se tratara de un escrito del dominio publico, o la carta naturalmente, este convite de la conversación puede ir sazonado
a Heliodoro sobre las excelencias del yermo (Carta 14), que, segun con la sai de la cienda» (Carta 29,1). Eso es lo que dice a Marcela,
el testimonio del mismo Jerónimo, Fabiola se habia aprendido de y lo que cumple en todas sus cartas. «Asunto de familia» es para
memoria (Carta 77,9), sino incluso cuando se trata de cartas que Jerónimo el doble tema de la vida espiritual y de la palabra divina.
podrian parecer especialmente privadas, corno las escritas desde Ser corresponsal suyo es como pertenecer a su familia, cosa, por
el desierto de Calcis, y que el papa Dàmaso ha tenido ocasión de lo demàs, no difìcil. Basta interesarse sinceramente por estos dos
leer y copiar con toda avidez (Carta 35,1). temas para ser amigo de Jerónimo.
En este sentido, las cartas de Jerónimo denen en si mismas la Su relación epistolar se extiende a toda Europa. Roma serà corno
dinàmica de la difusión. Dedicadas a una persona concreta, buscan la cabeza de puente; pero, desde aqui, las cartas de Jerónimo, no de
el mayor numero posible de lectores. En casos como las cartas otta manera que sus escritos, llegan a todos los rincones del Imperio.
de consolación, o elogios funebres, Jerónimo saca lo mejor de El viaje inverso que han de hacer las misivas de sus corresponsales
sus recursos, tanto de los naturales como de los aprendidos en la le traerà a Jerónimo no sólo las consultas y confidendas personales,
escuela de retòrica. Lo cual es prueba evidente de que escribe con sino también las noticias importantes de las respectivas iglesias y de
la vista puesta en el futuro. Con ocasión del elogio de Paula no se los acontecimientos politicos de las provincias. Este viaje de ida y
recata de citar el verso de Horacio: «te dedico un monumento mas vuelta en el intercambio epistolar de Jerónimo harà de él uno de
duradero que el bronce». Del resto de las cartas se puede decir algo los personajes mejor informados de la historia de la Iglesia y del
parecido. Si se tiene en cuenta la variedad de temas y el esfuerzo Imperio de finales del siglo iv y comienzos del v. En esto reside
que Jerónimo pone en cada consulta que se le hace, ^qué otta cosa el interés principal y el valor del epistolario de Jerónimo. Desde el
podia querer un escritor nato corno él que ser leido por muchos? encierro de su monasterio de Belén, y a través principalmente de
Se diria que el lenguaje propio de Jerónimo es el escrito. Es sus cartas, Jerónimo es un destacado maestro espiritual de su riempo
lògico que desde la lejania de Belén no tenia otta posibihdad de y a la vez un testigo de excepción de una importante parcela de la
contestar a las consultas que le llegaban sino por escrito. Pero no historia del Bajo Imperio.
es éste el caso de los breves ahos de Roma, tan poblados de cartas El epistolario de Jerónimo, en su actual edición crìtica, compren­
a Marcela y a Dàmaso, asi corno de «las innumerables a Paula y de ciento cincuenta y cuatto cartas. En esa cifra se contabilizan
Eustoquia», de las que habla en su tratado De viris illustribus y que algunas cartas que denen a Jerónimo corno destinatario, corno
no se conservan. Todas éstas son cartas a presentes, no a ausentes. serian las diez que le escribe san Agustin, las del papa Dàmaso o
La explicación de està correspondencia no es sólo el deseo de las que le envìa el obispo de Alejandrìa, Teófìlo. Entre las de éste
precisar, sino sobre todo el fuerte sentido que Jerónimo tiene del cuentan algunas dirigidas a él personalmente; ottas, con el encargo
LXXX Introduction Introduction LXXXI

de que las traduzca. De este modo figura también como carta suya S. Jerónimo: su difusión en Espana y pervivenda en la ensenanza
la traducción hecha por él de una importante carta de Epifanio del latin»: Stylus. Cuadernos de Filologia, Universidad Castilla-La
a Juan de Jerusalén (Carta 51). Otras no denen a Jerónimo ni Mancha 2 [1987-1989] 201-226).
corno autor, ni corno destinatario, ni como traductor, como una Seria sobre todo el sacerdote veronés Domenico Vallarsi quien,
carta de Teófìlo a Epifanio (Carta 91), las dirigidas por Teófìlo en dos ediciones cercanas, una de 1734-1742, aparecida en Vero­
a los obispos de Palestina y Chipre y sus respectivas respuestas na, y otta de 1766-1772, en Venecia, abriera el camino hacia una
(Cartas 92, 93, 94), la de Anastasio papa a Simpliciano (Carta 95), edición rigurosamente critica. A él se debe la numeración, hoy dia
una carta de Agustin a Posidio (Carta 111), dos cartas del papa universalmente reconocida, de las cartas de san Jerónimo; sólo que
Inocencio, una a Aurelio de Cartago (Carta 135) y otta a Juan en su edición Vallarsi unicamente llegaba a la carta 150. La colec-
de Jerusalén (Carta 137), y, por ultimo, una de Agustin a Optato, ción de Migne reproduce el texto de la segunda edición de Vallarsi.
obispo de Mileve (Carta 144). De todas formas, la gran mayorfa de La edición propiamente critica seria acometida por el profesor
las cartas del epistolario tienen a Jerónimo corno autor, y las que M. Isidoro Hilberg, de la Universidad de Bukowine. Los tres vo-
no lo tienen son cartas relacionadas con él. Tres de las incluidas ltimenes de su edición aparecen en los anos 1910, 1912 y 1918, y
en el epistolario, la «carta a Celanda» (Carta 148), una «discusión constituyen los tomos 54, 55 y 56 de la colección patristica Corpus
sobre la solemnidad de la Pascua» (Carta 149) y una carta que Scriptorum 'Ecclesiasticorum Catinorum, publicada por la Academia de
tiene corno destinatario a un Jerónimo egipcio (Carta 150), son Viena. A las 150 cartas editadas por Vallarsi ariadiria otras cuatro,
espurias o no tienen nada que ver con Jerónimo, por lo que han descubiertas por entonces, y que aumentan el numero hasta 154.
quedado excluidas de està edición. La de Hilberg es hoy dia la unica edición critica existente; sin em­
Respecto de la difusión del epistolario de san Jerónimo, pocos bargo, no puede ser considerada corno definitiva, dado el avance
escritos habrän sido tan frecuentemente copiados corno sus cartas. que ha experimentado el estudio de los manuscritos utilizados
De elio da cuenta la espléndida obra de B. L ambert Bibliotheca en ella e incluso el descubrimiento de muchos nuevos. Aparte
Hieronymiana Manuscripta. Lm tradition manuscrite des oeuvres de S. Jero­ de esto, el mismo Hilberg proyectaba publicar indices, obra que
me (Coll. Instrumenta Patristica, IV: 4 t. en 7 vols.) (Steenbrügge nunca llegó a culminar.
1969-1972). Son muchos y variados, segun los criterios de selectivi- En cuanto a traducciones se refiere, las cartas de san Jerónimo
dad, los epistolarios medievales de san Jerónimo (véase P. L ardet, han tenido mejor suerte que el resto de sus obras. En lengua
«Epistolaires médiévaux de S. Jéróme: jalons pour un classement»: castellana es clàsica la traducción de Juan de Molina, editada en
FZPhTh 28 [1981] 271-189). Valencia en 1515 y varias veces reeditada. Existe también una
Las primeras ediciones impresas de las cartas de san Jerónimo selección de Epistolas del glorioso Doctor de la Yglesia san Geronimo, de
datan de finales del siglo xv y provienen de Roma, Maguncia, Ba­ Francisco Lopez Cuesta, del ano 1613, que conocerà una veintena
silea, etc. Se tirata de ediciones meritorias, pero poco ütiles debido larga de ediciones, la ultima del ano 1898. El benedictino German
a que mezclan cartas y otros escritos sin hacer apenas critica algu- Prado, el ano 1943, entresacaba del epistolario de san Jerónimo una
na. Como en otros casos, el impulso decisivo vendrà de Erasmo, breve selección de Cartas espirituales. Poco después, Sigfrido Huber,
quien establece ya un primer catàlogo de cartas de Jerónimo en argentino, publicó Cartas selectas de san Jerónimo (Buenos Aires 1946).
su edición de Basilea de 1516-1520. El penultimo eslabón de està cadena de traducciones al castellano
En este momento, es interesante hablar de la obra Divi Hiero­ fiie la benemèrita obra de Daniel Ruiz B ueno (ed.). Cartas de san
nymi stridonensis epistolae aliquot selectae, preparada por el P. Jerónimo Jerónimo, edición bilingue, 2 vols. (BAC, 1962), sustituida por la que
Gómez, mercedario, que consiguió un numero extraordinario de es la base de nuestra edición actual: Juan Bautista V alero (ed.),
reediciones, de tal manera que se calcula que del ano 1586 al 1829 Epistolario, 2 vols. (BAC, 1993-1995).
se publicaron en torno a cuarenta y tres ediciones, lo que da un Entre las traducciones a otros idiomas merece especial men­
promedio de una edición cada siete anos (cf. J. D evesa Blanco, tion la edición francesa bilingüe: J. L abourt, Saint Jéróme. Lettres,
«El padre Jerónimo Gómez Pereyra y su obra. “Divi Hieronymi I-VIII (Les Belles Lettres, Paris 1949-1964). Es una publication
stridonensis epistolae aliquot selectae”»: Analecta Mercedarìa 8 [1989] muy bien cuidada, con abundantes notas y estudios monogrà-
85-160; C. D iez del Castillo, «Las “Epistolae aliquot selectae” de ficos. En inglés hay también una traducción muy rica en notas
LXXXII Introduction Introduction LXXXIII

explicativas: C. C. M ierow - T. C. L awler, The Tetters of St. Trascripción del Evangelio de los Nazareos (Pseudo-Mateo).
Jerome (Londres 1963ss). En italiano existen dos traducciones: la Epistularum ad diversos liber unus (Cartas 1-17).
de E. L ogi, en 3 vols. (Siena 1935), y la de S. C ola, en 4 vols.
(Roma 1960-1964). Las selecciones de cartas dedicadas a un tema A nos 378-382
concreto son frecuentes. Altercatio Tuciferiani et Orthodoxi.
Crònica de Eusebio de Cesarea (traducción).
X IV Homilias de Origenes sobre Jeremias (traducción).
3. Herencia literaria de Jeronimo X IV Homilias de Origenes sobre Esequiel (traducción).
IX Homilias de Ongenes sobre Isalas (traducción).
El capitulo de la correspondencia no es el menos importante
en el conjunto de la obra literaria de Jerónimo. Pero es una parte Afios 382-385
minima: es como la parcela reservada a la interioridad. En ella, De Seraphim (Carta 18).
el autor habla literalmente de su vida. No importa que los temas De Osanna (Cartas 19-20).
tratados sean a veces técnicos y aridos. La erudición con que De frugi et luxurioso filiis (Carta 21).
son expuestos nunca hace olvidar al amigo que està escribiendo De tribus quaestionibus legis veteris (Cartas 35-36).
a un amigo. En su correspondencia, Jerónimo traza su mejor au­ II Homilias de Origenes sobre el Cantar de los Cantares (traduc­
tobiografia, al mismo tiempo que deja a la posteridad una guia ción).
insustituible a través de su vasta labor literaria. Revision de los Evangelios.
Jerónimo es el primero en recoger uno por uno los diversos Revision de los S almos (salterio romano).
escritos que ha ido publicando hasta el ano 393. Lo hace al final Adversus Elvidium de virginitate Mariae perpetua.
de su obra De viris illustribus. En esa lista de sus obras se distinguen A d Eustochium de virginitate servanda (Carta 22).
claramente diversos periodos: el de su estancia en el desierto, el A d Mancellam epistularum liber unus (Cartas 23-46).
de Antioquia y Constantinopla, el de Roma y el de Belén hasta el A d Taulam consolatorium de morte filiae.
ano 393. Las obras de cada periodo estan ordenadas por grupos
temàticos, segùn la importanda de cada tema. Dentro de cada gru- A nos 385-393
po, el orden es ya el cronològico. En cada periodo, corno grupo Comentarios a Filemón, Galatas, Efesios y Tito.
primero figura siempre el escrituristico, y corno ùltimo, el de las Comentario sobre el Eclesiastés.
cartas. Unicamente cuando las cartas tratan asuntos biblicos son Tiber quaestionum hebraicarum.
recogidas dentro del bloque primero, de obras escrituristicas. Este Uber locorum.
orden complicado revela el criterio con que Jerónimo desea que Tiber nominum hebraicorum.
se valore su obra. Para un recorrido completo de las obras de san Sobre el Espiritu Santo (traducción de la obra de Didimo).
Jerónimo habria que remitir a recopilaciones especializadas, corno X X X IX Homilias de Ongenes sobre san Tucas (traducción).
la Clavis Tatrum Tatinorum, de E. D ekkers - A. G aar, numeros 580 Tractatus in Psalmos X X V I.
a 621; o a los manuales de Patrologia (véase la Bibliografia). Vita Malchi.
Con la ùnica intención de dar la debida perspectiva a su acti- Vita Hilarionis.
vidad epistolar en medio de los restantes escritos, se ofrece aqui, Revision sobre los LXX de la version latina de: Tos libros
en forma de esquema, ordenado cronològicamente y siguiendo de Salomon, los Salmos (salterio galicano) y Job.
el criterio antes apuntado de Jerónimo mismo, un simple cuadro Commentarioli in Psalmos.
impresionista de la obra jeronimiana: Traducción del hebreo de: Isalasy los otros quinceprofetas mayores
j menores, de los Salmos, de los 4 libros de los Reims, de Job.
A nos 374-377 Comentarios a: Nahum, Miqueas, Sofonlas, Ageo, Habacuc. Epis­
Primer comentario sabre Abdlas (perdido). tularum ad Paulam et Eustochium incertus numerus.
Vita Tauli monachi. De viris illustribus.
L x x x rv Introduction
Introduction LXXXV

A nos 393-404 Sirvan estas palabras de Agustin corno invitación a la lectura


Adversus Tovinianum libri duo. directa del incansable estudioso de Belén.
Revision sobre el hebreo: Esdrasj Nehemlas.
Revision sobre el hebreo: Las Crónicas.
Contra lohannem Hierosolymitanum. 4. N u e s tra ed ició n
Comentarios: a Jonasy a Abdlas.
Comentario sobre las visiones de Isaias. Agotada la ùltima edición bilingùe de las Cartas de san Jerónimo,
Revision del Comentario de Victorino sobre el Apocalipsis. aparece ahora està nueva que, basada en la anterior, se incorpora
Comentario sobre san Mateo. al amplio conjunto de las Obras completas de san Jerónimo, ofreciendo
Traducción del hebreo: Libros Salomónicos. por elio una nueva presentación de los textos.
Traducción del Perl archón de Origenes. En la Introducción se ha querido destacar el contenido auto­
Traducción de un tratado anònimo Sobre la vision de Isaias. biogràfico de las cartas, trazando con él una sembianza de san
Apologia adversus libros Pufini. Jerónimo que respondiera a su verdadera vida interior. Las in-
Uber tertius adversus libros Pufini. troducciones pardales a cada una de las cartas han bus cado el
Cartas 47-112. contexto de la misma dentro de la biografia del escritor, y han
tenido en cuenta el aspecto prosopogràfico de los personajes mas
A nos 405-410 importantes recurrentes en el texto.
Traducción de escritos ascéticos de: Pacomio, Teodoro y Orsiesio. La traducción, que en principio quiso ser ùnicamente revision
Traducción del hebreo del Octateuco. de la primera de Ruiz Bueno (1962), quien con excesiva frecuencia
Comentario a Zacarlas. coloreó de arcaismos tipicos de maestro Siglo de Oro el texto de
Comentario a Malaqulas. Jerónimo, pronto pasó a ser traducción directa del texto latino,
Comentario a Oseasj Joel. en lo que naturalmente, en mas de una ocasión, la ya existente
Comentario a Amós. ha supuesto una valiosa ayuda. Para la correspondencia entte san
Contra Vigilantium. Jerónimo y san Agustin se ha tenido presente la version ofrecida
Comentario a Daniel. por Lope Cilleruelo en la edición de las Obras de san Agustin, tomos
Comentario a Isaias. Vili, Xla y Xlb, nùmeros 69, 99a y 99b de la BAC.
Cartas 113-124. Las notas han tenido que reducirse al minimo dada la extension
misma de la obra. En ellas se han recogido las referendas de citas
A nos 411-419 biblicas directas, y con frecuencia también las de citas implicitas
Comentario a Esequiel. o alusiones al texto sagrado. Lo mismo ocurre con los autores
Comentario a Jeremias. clàsicos profanos.
Dialogi contra Pelagianos. Como texto latino de la presente edición se conserva el adop-
Cartas 124-154. tado por Ruiz Bueno en la primera edición de este Epistolario,
que es fundamentalmente el de Migne (PL 22 y PLS 2,20) co-
Agustin, que sentia gran admiración por la obra de Jerónimo, le rregido con las mejoras que introduce el texto ofrecido por la
escribia en una de sus primeras cartas: «Los libros que has compues- colección Budé y antes por el del Corpus de Viena. La presente
to utilizando la despensa del Senor te muestran a mi casi por com­ edición se ve enriquecida con dos nuevas cartas: una de Jeróni­
pleto. Si, por no haber visto tu sembiante corporal, no te conociera, mo a Aurelio, obispo de Cartago, y otta de Agustin a Jerónimo,
por la misma razón tampoco tu te conocerias, pues tampoco tu lo publicadas, con su debido aparato critico, en el volumen 88
ves. Pero si te conoces a ti mismo no por otta razón sino porque del CSEL, con los nùmeros 27* y 19*, respectivamente, por
ves tu propia alma, también yo la veo mas que medianamente en el investigador Johannes Divjak. La de Jerónimo a Aurelio se
tus escritos, en los cuales bendigo a Dios, que te hizo como eres, publica al final de este primer volumen; la de Agustin. a Jeró­
para ti, para mi y para todos los hermanos que leen tus obras». nimo, en el segundo.
LXXXVI Introduction
Introduction LXXXVII
Si el trabajo ha requerido no pequena paciencia, por la enorme — «Jéròme antique et chrétien»: REAug 16 (1970) 35-46.
cantidad de detalles a los que habia que atender, y resignación no — «La vieillesse chez S. Jéròme»: REAug 17 (1971) 43-54.
menor ante la certeza de los muchos que se iban a descuidar y — «Authenticité de Jéròme, ep.53,I,4»: SE 10 (1958) 359-362.
aun omitir, también ofrecia, por otra parte, la compensation del — «Le monachisene selon S. Jéròme», en Melanges bénédictins (Paris
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5. A D RVFINVM 5. A RUFINO
[L e expresa deseo de encontrarse con él]

Jerónimo convalece en casa de su amigo Evagrio, en la ciudad de An- pre cuenta el corasfin. Compatterò de estudios, y originario de Aquileya, la
tioqula. E l viaje, desde Occidente hasta Oriente, atravesando las provindas dudad mas importante de las cercanlas de Sttidon, cotnparte también con
asiàticas, enpleno calor del verano, habla dejado secuelasfunestas en la salud Jerónimo los primeros entusiasmos literariosy ascéticos. Jerónimo le manda
de este peregrino erràtico. Durante la travesta pasó por «todas las enferme- està carta, «que te salga al encuentroy te traiga hasta ml sin pérdida de
dades»; al cabo de unos meses, ya en Antio quia, murió su acompanantey riempo, atado por el la%o del afecto».
amigo Inocencio, y él mismo, debilitado fisicamente, se considera una pesada No tuvo. éxito la invitadón. Pero Jerónimo y Rufino estaràn siempre
cargapara Evagrio. En estas drcunstancias recibe la visita de su compatriota cerca, presentes siempre el uno al otro: alprindpio de sus vidas, por el afecto
y compatterò de estudios Heliodoro, que regresa de Palestina con la noticia de la amistad; mas tarde, por el antagonismo doctrinal, que cambiarà el
de que Rufino, el amigo comm, recorre los lugares del monacato egipcio. afecto de la amistadpor una amistad decepdonada, amistad alfiny al cabo.
Se puede decir que Rufino es una figura inseparable de Jerónimo. En Era el verano del ano 375.
estos primeros momentos de su vida es el amigo entranable, con quien siem-

1. Plus Deum tribuere quam rogatur, et ea saepe concedere, 1. Queridisimo Rufino, aunque por la ensenanza de los libros
quae nec oculus uidit nec auris audiuit nec in cor hominis ascenderent, licet sagrados siempre he sabido que Dios otorga mas de lo que se le
ex sacrorum magisterio uoluminum ante cognouerim, tamen in pide y que con frecuencia concede cosas que ni el ojo vio, ni el oldo
causa propria nunc probaui, Rufine carissime. Ego enim, qui auda­ oyó, ni al coratfin del hombre llegaron (1 Cor 2,9), sin embargo ahora
cia satis uota credebam si uicissitudine litterarum imaginem nobis lo he experimentado en causa propia. Pues yo que creia deseo muy
praesentiae mentiremur, audio te Aegypti secreta penetrare, mo­ atrevido si pudiéramos imaginar una especie de presencia entire
nachorum inuisere choros et caelestem in terris circuire familiam. nosotros, por el intercambio de nuestras cartas, me entero ahora
O si mihi nunc Dominus Iesus Christus uel Philippi ad eunuchum que estas penetrando por el interior de Egipto, visitas los coros de
uel Ambacum ad Danihelum translationem repente concederet, los monjes y andas rodeando la familia celeste en la tierra. jOjalà
quam ego nunc arte tua stringerem colla conplexibus, quam illud en este instante el Senor Jesucristo me concediera de repente ser
os, quod mecum uel errauit aliquando uel sapuit, inpressis figerem trasladado junto a ti, corno lo fue Felipe junto al eunuco o Abacuc
labiis! Verum quia non mereor et inualidum etiam cum sanum est junto a Daniel! jCon qué abrazos me estrecharia a tu cuello, qué
corpusculum crebri fregere morbi, has mei uicarias et tibi obuias besos imprimirfa en aquella boca que en otro tiempo se equivocò
mitto, quae te copula amoris innexum ad me usque perducant. conmigo o conmigo fue sensata! Pero ya que no lo merezco y
2. Prima inopinati gaudii ab Heliodoro nuntiata felicitas. Non que frecuentes dolencias quebrantan mi pobre cuerpo, débiti aun
credebam certum quod certum esse cupiebam, praesertim cum estando sano, por eso, en mi lugar, mando a tu encuentro està
et ille ab alio audisse se diceret et rei nouitas fidem sermonis carta, que te traiga hasta mi sin pérdida de tiempo atado por el
auferret. Rursum suspensam uoto nutantemque mentem quidam lazo del afecto.
2. La primicia feliz de està inesperada alegria me vino de
Heliodoro. Yo no creia ser cierto lo que deseaba que lo fuera,
sobre todo porque él decia haberlo oido de un tercero y porque
la novedad del caso restaba fe a sus palabras. Seria cierto monje
16 O bras completas de S . Jeronimo X a 3. A Riifino 17

Alexandrinus monachus, qui ad Aegyptios confessores et uoluntate alejandrino, que por piadosa devotion del pueblo habia sido en-
iam martyres pio plebis fuerat transmissus obsequio, manifestus ad viado a los confesores egipcios, verdaderos märtires en el deseo,
credulitatem nuntii auctor inpulerat. Fateor et in hoc meam labasse quien por fin sugetia en mi mente, llena de ansiedad y vacilante,
sententiam. Nam cum et patriam tuam ignoraret et nomen, in eo la crecübilidad de la notitia. Confieso que, aun con éste, mi sentir
plus tantum uidebatur adferre quod eadem adserebat quae iam alius siguió vacilante, pues, corno ignoraba tu patria y tu nombre, lo
indicauerat. Tandem plenum ueritatis pondus erupit; Rutinum enim unico nuevo que parecia aportar era que afirmaba lo mismo que
Nitriae esse et ad beatum perrexisse Macarium crebra conmean- ya otto habia indicado. Al final se abrió paso la verdad con toda
tium multitudo referebat. Hic uero tota credulitatis frena laxaui et su fuerza. Las continuas multitudes de transeuntes contaban que
tunc uere aegrotum esse me dolui. Et nisi me adtenuatae corporis Rufino estaba realmente en Nittia y que se habia encaminado
uires quadam conpede praepedissent, nec mediae feruor aestatis hacia el bienaventurado Macario. Entonces ya quité por entero
nec nauigantibus semper incertum mate pia festinatione gradienti el freno de mi deseo y senti verdaderamente estar enfermo. Y si
ualuisset obsistere. Credas mihi uelim, frater, non sic tempestate las debilitadas fuerzas de mi cuerpo no me lo hubieran impedido
iactatus portum nauta prospectat, non sic sitientia imbres arua de­ corno poniendo un cepo a mis pies, ni siquiera el calor abrasador
siderant, non sic curuo adsidens litoti anxia filium mater expectat. de la mitad del verano, ni el mar siempre inseguro para los na-
3. Postquam me a tuo latere subitus turbo conuoluit, post­ vegantes, hubieran sido suficientes para hacerme desistir de ir a
quam glutino caritatis haerentem inpia distraxit auulsio, «tunc tu encuentto con piadoso apresuramiento. Yo quisiera, hermano,
mihi caeruleus supra caput adstitit imber», tunc «maria undique que me creyeras: ni el marino, lanzado de un lado a otto por la
et undique caelum». Tandem in incerto peregrinationis erranti, tempestad, busca con tanto ernpeno el puerto, ni los resecos sem-
cum me Thracia, Pontus atque Bithynia totumque Galatiae uel brados echan tanto de menos la lluvia, ni la madre, sentada en el
Cappadociae iter et feruido Cilicum terra fregisset aestu, Syria sinuoso litoral, espera con tanta ansiedad al hijo.
mihi uelut fidissimus naufrago portus occurrit. Vbi ego quicquid 3. Desde que un inesperado torbellino me arrebató de tu lado,
morborum esse poterat expertus e duobus oculis unum perdidi; desde que un cruel desgarrón arrancò a quien estaba unido a ti
Innocentium enim, partem animae meae, repentinus febrium ardor con el lazo de la caridad, desde entonces «negra tormenta se cierne
abstraxit. Nunc uno et toto mihi lumine Euagrio nostro fruor, cui sobre mi cabeza»1; desde entonces «mar por doquiera, por doquiera
ego semper infirmus quidam ad laborem cumulus accessi. Erat cielo»2. La travesta de Tracia, Ponto y Bitinia, todo el camino de
nobiscum et Hylas sanctae Melaniae famulus, qui puritate morum Galacia y Capadocia, y el ardiente calor de Cilicia habian destto-
maculam seruitutis abluerat; et hic necdum obductam rescidit ci­ zado mi salud antes de que por fin Siria me saliera al encuentto,
catricem. Verum quia de dormientibus contristari apostoli uoce cual puerto segurisimo para quien iba errando corno un naufrago
prohibemur et nimia uis maeroris laeto superueniente nuntio tem- en la incertidumbre de mi peregrinación. Alli, después de pasar
cuanto hay de enfermedades, perdi a uno de los que eran corno
mis dos ojos, pues a Inocencio, parte de mi alma, lo arrebató el
fuego repentino de unas fiebres. Ahora dispongo de una unica
lumbrera, de nuestto queridisimo Evagrio, que lo es todo para
mi, y a quien yo, que estoy siempre enfermo, me he anadido para
colmo de su trabajo. Estaba también con nosottos Hilas, esclavo
de la santa Melania, que, por la pureza de costumbres, habia lavado
la mancha de su esclavitud. También éste me abrió una cicatriz
que aun no habia cerrado. Pero, ya que la voz del Apóstol nos
prohibe entristecernos por los difuntos, y el exceso de la pena se
ha templado por una aiegre noticia que me ha llegado, te la voy a

1 V irg ilio , Aen. 3,19.


2 Ibid., 5,9.
18 O bras completas de S . Jeronimo X a 3. A Rufino 19

perata est, indicamus tibi ut, si nescis, discas, si ante cognouisti comunicar para que te enteres si la desconoces, y si ya la sabfas,
pariter gaudeamus. nos alegremos juntos.
4. Bonosus tuus, immo meus et, ut uerius dicam, noster, sca­ 4. Tu querido Bonoso, mejor dicho, el mio, o, para decirlo mas
lam praesagatam Iacob somniante iam scandit: portat crucem suam exactamente en verdad, el nuestro, està ya subiendo la escalera que
nec de crastino cogitat nec post tergum respicit. Seminat in lacrimis viera en suenos Jacob; soporta su cruz y no se preocupa del dia
ut in gaudio metat, et sacramento Moysi serpentem in heremo de manana ni se vuelve a mirar atras. Siembra con lägrimas para
suspendit. Cedant huic ueritad tam Graeco quam Romano stilo segar con gozo y levanta la serpiente en el desierto, como en el
mendaciis ficta miracula. Ecce puer honestis saeculo nobiscum misterio de Moisés. Que se retiren ante està verdad los falsos mi-
artibus institutus, cui opes adfatim, dignitas adprime inter aequales, lagros inventados por la elocuencia griega o romana. Ahi tienes a
contempta matre, sororibus et carissimo sibi germano insulam un joven, que se formò con nosotros en las artes liberales del siglo,
pelago circumsonante nauifragam, cui asperae cautes et nuda saxa que posee cuantiosas riquezas y, sobre todo, prestigio entre los de
et solitudo terrori est, quasi quidam nouus paradisi colonus insedit. su clase, desprecia a su madre, a sus hermanas y a un hermano
Nullus ibi agricolarum, nullus monachorum, ne paruulus quidem queridisimo para él, y se instala, corno nuevo morador del paraiso,
quem nosti Onesimus quo uelut fratre minusculo fruebatur, in en una isla peligrosa para las embarcaciones por el mar que ruge
tanta uastitate adhaeret lateri comes. Solus ibi, immo iam Christo a su alrededor, y cuyos asperos penascos, desnudas rocas y total
comitante non solus, uidet gloriam Dei quam etiam apostoli nisi in soledad producen terror. Alii, en tan grande vastedad no tiene a
deserto non uiderant. Non quidem conspicit turritas urbes, sed in nadie por companero, ni un solo labriego, ni un monje, ni siquiera
nouae duitatis censu dedit nomen suum. Horrent sacco membra tiene a su lado al pequeno Onésimo, a quien tu conoces y con
deformi, sed sic melius obuiam Christo rapietur in nubibus. Nulla quien él disfrutaba corno un hermano pequeno. Solo en aquel lugar,
euriporum amoenitate perfruitur, sed de latere Domini aquam vitae o mejor, no solo, porque lo acompana Cristo, contempla la gloria
bibit. Propone tibi ante oculos, amice dulcissime, et in praesen­ de Dios, que los mismos apóstoles no vieron sino en el desierto.
tiam rei totus animo ac mente conuertere; tunc poteris laudare Ciertamente no ve ciudades con torres, pero ha inserito su nombre
uictoriam cum laboreen proeliantis agnoueris. Totam circa insulam en el censo de una nueva ciudad. Se deforman sus miembros con
fremit insanum mate et sinuosis montibus inlisum scopulis aequor el horroroso saco, pero asi sera arrebatado mas facilmente sobre
reclamat; nullo terra gramine uiret; nullis uernans campus densa­ las nubes al encuentro de Cristo. No goza del piacer de los banos,
tur umbraculis; abruptae rupes quasi quemdam horroris carcerem pero bebe el agua de la vida del costado de Cristo. Ponlo ante tu
claudunt. Ille securus, intrepidus et totus de apostolo armatus vista, amigo dulcisimo, y concentra por entero tu animo y tu mente
nunc Deum audit cum diuina relegit, nunc cum Deo loquitur cum en lo que estas viendo: cuando hayas comprendido el esfuerzo del
Dominum rogat, et fortasse ad exemplum Iohannis aliquid uidet luchador, entonces podras alabar la victoria. En torno a toda la
dum in insula commoratur. isla brama un mar enfurecido, y sus olas, al chocar en los escollos,
5. Quas nunc diabolum nectere credis tricas, quas parare ar- retumban por los montes escarpados. No reverdece la tierra con
bitraras insidias? Forsitan antiquae fraudis memor famem suadere hierba alguna; en primavera no se oscurece el campo de ninguna
temptabit. Sed iam illi responsum est non in solo pane uiuere sombra; las rocas abruptas forman corno una carcel horrorosa. El,
hominem. Opes forsitan gloriamque proponet, sed dicetur illi: qui tranquilo, intrèpido y armado con las palabras del Apóstol (cf. E f
cupiunt diuitesfieri inädunt in muscipulam et temptationes, et: mihi gloriatio 6,11-17), unas veces escucha a Dios cuando lee la palabra divina,
otras habla con Dios cuando ora al Senor; y quién sabe si, puesto
que mora en una isla, no tiene alguna vision a ejemplo de Juan.
5. ^Te imaginas los enredos que el diablo estara urdiendo
ahora, y las trampas que estara tramando? Quiza, acordandose del
antiguo embuste, le tentara por medio del hambre. Pero ya se le
respondió una vez que no sólo de pan vive el hombre. Tal vez le
proponga riquezas y gloria; pero se le dira: Los que quieren hacerse
ricos caen en el la%o de las tentaciones (1 Tim 6,9), y: Toda mi gloria està
20 O bras completas de S . Jerónimo X a
3. A . Rufino 21
omnis in Christo est. Fessa ieiuniis membra morbo grauante concu­
tiet, sed Apostoli repercutietur eloquio: quando infirmor, tuncfortior en Cristo (Gai 6,14). Golpearä con grave enfermedad su cuerpo
sum, et: uirtus in infirmitate perficitur Minabitur mortem, sed audiet: extenuado por el ayuno; pero sera rechazado con la palabra del
cupio dissolui et esse cum Christo. Ignita iacula uibrabit, sed excipientur Apóstol: Cuando me hago débil, soy mas fuerte (2 Cor 12,10), y: Ca
scuto fidei. Et, ne multa, inpugnabit satanas sed tutabitur Christus. virtud se petfecciona en la debilidad (2 Cor 12,9). Le amenazara con la
Gratias tibi, Domine Iesu, quod in die tuo habeo qui pro me te muerte, pero oirà: Deseo morir para estar con Cristo (Flp 1,23). Dis-
possit rogare. Scis ipse — tibi enim patent pectora singulorum qui pararä dardos encendidos, pero daran sobre el escudo de la fe. Y,
cordis arcana rimaris, qui tantae bestiae aluo inclusum prophetam para no alargarme, atacarä Satanäs, pero defendera Cristo. Gracias
in profundo uides— ut ego et ille a tenera pariter infantia ad flo­ te doy, Senor Jesus, de que tengo quien en tu dia pueda rogarte
rentem usque adoleuerimus aetatem, ut idem nos nutricum sinus, por mi. Tu mismo sabes —pues te estän patentes los corazones
idem amplexus fouerint baiulorum et, cum post Romana studia de todos, y sondeas lo intimo del alma, y ves al profeta encerrado
ad Rheni semibarbaras ripas eodem cibo, pari frueremur hospitio, en lo profundo del vientre de la bestia grande— , tu sabes que él
ut ego primus coeperim uelle te colere. Memento, quaeso, istum y yo crecimos juntos desde la tierna infanda hasta la juventud
bellatorem tuum mecum quondam fuisse tironem. florida, que los mismos regazos de las mismas nodrizas y los mis-
Habeo promissum maiestatis tuae: qui docuerit et non fecerit, mini­ mos brazos de los mismos ayos nos calentaron a los dos, y que,
mus uocabitur in regno caelorum (qui autem fecerit et docuerit, hic magnus cuando, después de los estudios en Roma, ambos compartiamos
uocahiturin regno caelorum). Fruatur ille uirtutis corona et ob cotidiana confida y hospedaje junto a las riberas medio barbaras del Rin,
martyria stolatus agnum sequatur. Multae sunt mansiones apudpatrem fui yo el primero que comenzó a quererte servir. Acuérdate, te
et stella ab stella differt in claritate, mihi concede ut inter sanctorum ruego, de que este luchador tuyo fue un dia soldado bisono a mi
calcanea possim leuare caput; [ut] cum ego uouerim, ille perfecerit; lado. Tengo la promesa de tu majestad: quien ensenare y no hiciere
mihi ignoscas quia inplere non potui, illi tribuas praemium quod sera llamado minimo en el reino de los eidos; mas el que hicierey
meretur. ensenare, sera llamado grande en el reino de los rielos (Mt 5,19). Disfrute él
6. Plura fortasse quam epistulae breuitas patiebatur longo ser­ de la corona de la virtud y revestido con su estola siga al corderò
mone protraxerim, quod mihi semper accidere consueuit quando en premio de su martirio de cada dia. Muchas son las mansiones de
la casa de tu Padre Qn 14,2) j una estrella difiere de otra por su claridad
aliquid de Bonosi nostri laude dicendum est. Sed ut ad id redeam
unde discesseram, obsecro te, ne amicum qui diu quaeritur, uix (1 Cor 15,41). Concèdèrne que pueda yo levantar la cabeza hasta
el calcanar de los santos: siendo yo quien prometió, fue él quien
inuenitur, difficile seruatur, pariter cum oculis mens amittat. Ful­
cumplió. Perdonarne a mi que no haya podido cumplir, y dale a
geat quilibet auro et pompaticis ferculis corusca ex sarcinis metalla
él el premio que merece.
radient: caritas non potest conparari; dilectio pretium non habet;
6. Tal vez he alargado el discurso mas de lo que permitia la
amicitia quae desinere potest, uera numquam fuit.
brevedad de una carta. Esto me suele ocurrir siempre que se trata
de decir algo en elogio de maestro Bonoso. Pero volviendo al punto
de que me habia desviado, te ruego que mi alma no pierda al que
han perdido mis ojos: al amigo que por tanto riempo se busca,
a duras penas se encuentra y con dificultad se conserva. Brille
cubierto de oro quien lo desee, y fulguren los metales preciosos
de sus vestidos en suntuosos banquetes; la amistad es cosa que
no se compra, el amor no tiene precio. Una amistad que puede
cesar, nunca ha sido sincera.
78. A D FABIOLAM DE AfANSIONIBVS 78. A FABIOLA
FIUORVM ISRAH EL PER HEREM VM [S obre l a s etapas de los hijos de Isr a e l
POR EL DESIERTO]

Mas que carta es éste un tratado ascético-espiritual sobre el significado Fabiola mereció no sólo un elogio funebre, sino también, a titulo pòs­
de las etapas recorridas por el pueblo de Israel en el desierto. Era un tumo, este largo tratado sobre las etapas del desierto. Tratado màs que
trabajo prometido a Fabiola, y aun pendiente de ejecución. A sl lo dice comentario, en este ensayo busca Jerónimo una interpretation alegórico-
Jerónimo en la carta anterior: (Aprovechàndose ella de mi resistenda espiritual aplicable a la vida de pefección evangèlica. En la exegesis
interior a decir que no, consiguió que le prometiera una obra espedal alegórica, tan asiduamente practicada por Jerónimo, bay un instinto es­
sobre este pequeno tema; obra que, segun ahora entiendo, ha quedado pecial para leer los acontecimientos de la historia sagrada. Si el mètodo
difenda por voluntad de Dios basta el tiempo presente, para que lefuera resulta en generai artificioso en otros autores, Jerónimo sabe utilizarlo con
dedicada a su memoria: de està manera, ataviada ya con las vestiduras sobriedad occidentaly enriquecerlo con un verdadero lujo de referendas
sacerdotales del anterior tratado (Carta 64), se aiegre de haber llegado paralelas para cada pasaje, que hacen convincente la aparente debilidad
por fin a la tierra de promisión, a través del desierto de este mundo» del mètodo alegórico.
(Carta 77,7). Està carta, junto con la anterior, forma parte de un mismo envio, des-
tinado a Ocèano. Es, pues, del ano 400.

1. In septuagesimo psalmo, quem iuxta euangelistam Mattheum 1. En el salmo setenta y siete, que segun el evangelista Ma­
ex persona Domini dictum credimus, decem plagarum in Aegypto teo (13,35) creemos que està dicho desde la persona del Senor,
et egressionis Israhel in solitudinem, narratur historia. Cumque se narra la historia de las diez plagas de Egipto y de la salida de
nulli dubium sit, facta esse quae scripta sunt, quasi aliud littera Israel camino del desierto. Y aunque nadie duda de que todo su-
sonet, aliud spiritus clausum teneat: Aperiam, inquit, in parabola os cedió tal corno està esento, sin embargo, corno si la letta tuviera
meum; loquarpropositiones ab initio. Ouanta audiuimus et uidimus, etpatres un sentido y el espiritu escondiera otto, el salmista dice: Abriré
nostri narrauerunt nobis. Vnde et Apostolus isdem uerbis, quia eodem mi boca en parabolas; hablaré de los enigmas del pasado. /.Lo que ornos
et spiritu: Haec autem, ait, omnia in figura contingebant illis; scripta sunt y aprendimos, lo que nuestros padres nos contaron! (Sai 77,2s). Por eso,
autem ad commonitionem nostram, in quosfines saeculorum deuenerunt. Et: también el Apóstol se expresa con las mismas palabras, animado
Nolo uos ignorare, fratres, quoniam patres nostri omnes sub nube fuerunt, por el mismo espiritu: Todo està les acontetia en figura, y quedó escrito
et omnes mare transierunt, et omnes in Moyse baptizari sunt, in nube et in para aviso de los que hemos llegado a la plenitud de los tiempos (1 Cor
mari; et omnes eandem spiritalem escam manducauerunt, et omnes eundem 10,11). Y: No quiero que ignoréis, hermanos, que nuestrospadres estuvieron
potum spiritalem biberunt. Bibebant autem de spiritali sequenti eos petra; todos bajo la nube, y todos atravesaron el mar, y todos fueron bauifados
petra autem erat Christus. Si ergo pars historiae itineris ex Aegypto en Moisés, por la nubey el mar;y todos cotnieron del mismo alimento espi-
spiritaliter accipitur, et cetera, quae ab Apostolo pro angustia tem­ ritual, y todos bebieron la misma bebida espiritual, pues bebian de la roca
poris praetermissa sunt, eiusdem intellegentiae conuincitut: Nam espiritual que los seguia;y la roca era Cristo (1 Cor 10,1-4). Luego, si
idem propheta, qui in alio loco dixerat: Habitaui cum habitantibus una parte de la historia del camino desde Egipto se toma en sen­
tido espiritual, se supone que también el resto, que por brevedad
fue omitido por el Apóstol, ha de tomarse en el mismo sentido.
Asi, el mismo profeta que en otto pasaje habia dicho: he habitado
858 O bras completas de S . Jeronimo X a 78. A Fabiola 859

Cedar; multum incola fuit anima mea, absentiam Terrae sanctae non con los habitantes de Cedar, por mucho tiempo fue extranjera mi alma (Sai
sustinens, lacrimabiliter ingemescit, et dicit: Haec recordatus sum, et 119,5s), no pudiendo soportar la ausencia de la tierra santa, girne
effudi in me animam meam, donec transeam in locum tabernaculi admirabilis, entre lagrimas y dice: Me he acordado de estas cosasy mi alma se ha
usque ad domum Dei in uoce exsultationis et confessionis, sonus epulantis. derretido dentro de mi, hasta que llegue al lugar del tabernaculo admirable,
Et in alio psalmo: Rettela oculos meos, et considerabo mirabilia de lege tua. a la casa de Dios, entre voces dejubilo y alabanqa, en el bullicio de lafiesta
Paulus quoque: Lex spiritalis est; et ipse Dominus: Si crederetis Moysi, (41,5). Y en otto salmo: Abreme los ojosy contemplai las maravillas de
et mihi crederetis, de me enim ille scripsit. Et euangelium secundum tu ley (118,18). También Pablo: La ley es espiritual (Rom 7,14); y el
Lucam: Tunc incipiens a Moyse et omnibus prophetis, interpretabatur illis Senor mismo: Si creyerais a Moise's, también me creerlais a ml, pues de ml
in cunctis scripturis, quae de se ipso dicta erant. Igitur Iudaei paruuli, et escribió él (Jn 5,46). Y el evangelio segun Lucas: Entonces, empe^ando
qui solidum cibum glutire nequeunt, sed adhuc lacte nutriuntur por Moisésy todos los profetas, les explicó lo que habla sobre él en todas
infantiae, legant Pharaonem carneum, et Mare Rubrum, per quod las Escrituras (Lc 24,27). As! pues, que los judlos, parvulos aun e
ad Indiam nauigatur, et manna coriandro simile, et omnia quae incapaces de ingerir un manjar sòlido y que se alimentan todavia
scripta sunt, audiant corporaliter: lepram domorum, et lepram con la leche propia de la infanda, lo entiendan todo còrno dicho
pellis et staminis; taurum homicidam, et iumentum adulterii reum; del faraón carnai y del mar Rojo, por donde se navega hacia la
et Hebraei propter uxorem ac liberos seruire cupientis, aurem India, y del mana semejante al coriandro; que entiendan en senti-
subula perforatam. Nos autem derelinquentes Capharnaum, agrum do material todo lo que està escrito: la lepra de las casas, la lepra
quondam pulcherrimum, et cum Iesu egredientes in desertum, pas­ de la piel y del vestido, el toro homicida, y la bestia culpable de
cimur panibus eius, si incipientes sumus et iumentorum similes, adulterio, y lo de la oreja del hebreo, perforada por una aguja,
hordeaceis, si rationale animal, triticeis, et ex grano frumenti com­ porque por causa de su mujer y de sus hijos desea permanecer
molitis, quod in terram cadens et mortuum mallos fructus attulit. esclavo. Pero nosottos, abandonando Cafarnaun, campo en otto
Nouem plagis percussa est Aegyptus; fractus Pharao, ut dimitteret tiempo hermoslsimo, y retirandonos con Jesus al desierto, tenemos
populum Dei. Ad extremum primogenita perdit, ut primogenita corno alimento sus panes: si somos irracionales y semejantes a
Israhelis Domino sacrarentur. Qui prius tenere cupiebant, instan­ las bestias, sus panes de cebada; pero si somos seres racionales,
tes expellunt. Exterminator transit, et terram Gesen pastoralem sus panes de trigo, molidos de aquel grano que cayendo en tierra
et pluuis inrigatam, non audet adtingere, erat enim postes eorum muere y da mucho fruto. Con nueve plagas fue herido Egipto y
agni cruore signati, et opere loquebantur: Signatum est super nos quebrantado el faraón para que dejara salir al pueblo de Dios. Al
lumen uultus tui, Domine. Vnde et apellatur ipsa sollemnitas «Phase», final perdio a los primogénitos, para que los primogénitos de Israel
quam nos «transitum» possumus apellare, eo quod de peioribus ad hieran consagrados a Dios. Los que al principio querian retenerlos,
meliora pergentes, tenebrosam Aegyptum relinquamus. Sed iam ahora los expulsan. Pasa el exterminador y no se atteve a tocar la
tempus est, ut promissa conplentes, mansionum Israhel ordinem tierra de Gesén, dedicada al pastoreo y regada de lluvias, pues las
persequamur. jambas de las puertas estaban senaladas con la sangre del corderò
2. Scriptum est in ultima parte uoluminis Numerorum, quod y hablaban con la lengua de los hechos: Se hafijado sobre nosotros la
apud Hebraeos appellatur «uaiedabber»: Haec sunt castra filiorum lu^ de tu rostro, Senor (Sai 4,7). De ahi que la solemnidad misma se
Israhel, qui egressi sunt de terra Aegypti per turmas suas in manu Moysi llame phase, que nosottos podriamos denominar «transito»; pues
et Aaron; quas Graeci cutapaei^ uocant, nos propter linguae pro­ marchando de lo peor a lo mejor, abandonamos el Egipto tene­
prietatem significantius «mansiones», siue quia de exercitu dicitut; broso. Pero ya es hora de que, cumpliendo lo prometido, sigamos
por su orden las etapas de Israel.
2. En la ultima parte del volumen de los Numeros, que en
hebreo se llama vaiedabber, està escrito: Estos son los campamentos de
los hijos de Israel, que salieron de la tierra de Egipto repartidos en cuerpos
de ejército, a las órdenes de Moisés y Aarón. Los griegos las llaman
aTttipaeig; nosottos, mas en consonancia con la propiedad de maes­
tra lengua, lo hemos traducido corno «etapas» o, ya que se trata de
O bras conrpktas de S . Jerónimo X a
78. A Fabiola 861
860

«castra» transtulimus. Fit autem catalogue mansionum a prima un ejército, «campamentos». Y se hace la lista de las etapas, desde
usque ad ultimam; et numerantur simul quadraginta duae, de qui­ la primera a la ultima, y se enumeran en total cuarenta y dos, de las
bus Mattheus loquitur: A b Abraham usque ad Dauid generationes que dice Mateo: De Ahrahàn a David, catone generationes; de David a la
quattuordetim, et a Dauid usque ad transmigrationem Babylonisgenerationes deportation de babilonia, catone generationes; de la deportation de babilonia
quattuordecim: et a transmigratione Babylonis usque ad Christum genera­ a Cristo, catone generationes (Mt 1,17); es decir, en total cuarenta y
tiones quattuordecim, id est simul generationes quadraginta duae. dos generaciones. Son las que debe recorrer el verdadero hebreo,
Per has currit uerus Hebraeus, qui de terca transire fesdnat ad que tiene prisa por pasar de la tierra al cielo, y dejandò el Egipto
caelum, et Aegypto saeculi derelicta, terram repromissionis in­ del siglo, entra en la tierra de promisión. Y no es de extranar que
greditur. Nec mirum, si in illo numeri sacramento perueniamus lleguemos al reino de los cielos por el misterio de este nùmero, bajo
ad regna caelorum, sub quo Dominus atque Saluator a primo el que nuestro Senor y Salvador llegó desde el primer patriarca a
patriarcha peruenit ad uirginem, quasi ad Iordanem, quae pleno la Virgen, verdadero Jordan que, fluyendo a cauce Ueno, rebosaba
gurgite fluens, Spiritus sancti gratiis redundabat. Quod autem «in gracia del Espiritu Santo. El que esté escrito que saUeron «a las
manu Moysi et Aaron» egressus scribitur; intellege legem et sacer­ órdenes de Moisés y de Aarón» hay que entenderlo de la Ley y
dotium, opera et cultum Dei, quorum alterum altero indiget. «Nihil del sacerdocio, de las obras y del culto de Dios: lo uno necesita
enim prodest» exercere uirtutes, nisi noueris Creatorem; nec Dei de lo otto. Pues no sirve de nada ejercitar las virtudes si no se
ueneratio proficiet ad salutem, nisi praecepta Conditoris inpleueris. conoce al Creador; ni el culto de Dios tiene valor alguno para la
His duabus manibus, quasi duobus Seraphim, in confessionem salvación si no se cumplen los mandamientos del Creador. Gracias
sanctae Trinitatis erumpimus, dicentes, «Sanctus, sanctus, sanctus a estas dos manos, que son como dos serafines, nos elevamos a
Dominus Deus Sabaoth». la confesión de la Trinidad santa, elidendo: Santo, santo, santo, Senor
Dios de los ejértitos (Is 6,3).
[P rim a m a n s io ]
E ta pa p r im e r a
3. Mouerunt autem de Thamesse mense primo, quinta decima die mensis
primi, altera diepost Pascha egressi suntfilii Israhel in manu excelsa in conspectu 3. Partieron de Ramses el mes primero, el dia quince del mes primero,
omnium Aepyptiorum. E t Aegyptii sepeliebant quos percusserat Dominus ex al dia siguiente a la Pascua, salieron los hijos de Israel con la mano en alto,
eis, omneprimogenitum in terra Aegypti; et in diis eorumfecit Dominus iudicia a la vista de todos los egipeios. Los egiptios estaban sepultando a sus pri­
(Num 33,2-4 sqq). mogenitos, que habta berido el Senor entre ellos, hadendo astjustitia contra
Ramesse a quibusdam interpretatur «commotio turbulenta», aut sus dioses (Ntim 33,3-4).
«amaritudo commotioque tineae»; nos autem uerius aestimamus Ramsés lo interpretan algunos por «conmoción turbulenta» o
exprimi «tonitruum gaudii». Ad hanc urbem quae in extremis «amargura y conmoción de la polUla»; pero nosottos pensamos
Aegypti finibus erat, populus congregatus est, qui in desertum que se traduce mas exactamente corno «el trueno de la alegria».
exire cupiebat, eo quod tumultum saeculi derelinquens, mouebatur En està ciudad, que estaba situada en la frontera mas alejada de
a uitiis pristinis, et ab excomedente se prius tinea peccatorum, Egipto, se congregò el pueblo que deseaba salir para el desierto.
et omnem amaritudinem uertens in dulcedinem, Dei uocem in Abandonando el tumulto del siglo, se apartaba de sus anteriores
Sina monte desuper tonantis audiret. Quod autem uerba diuina vicios y de la polUla de sus pecados que antes lo devoraba; de
et eloquia scripturarum, in istius saeculi et mundi rota, tonitruus este modo, convirtiendo la amargura en dulcedumbre, podria oir
appellentur, psalmista declarat, dicens: Vox tonitrui tui in rota. Et Dei la voz de Dios, que tronaba desde la cima del Sinai. Y que las
Patris uocem in baptismo Saluatoris audientes tonitruum putaue- palabras divinas y los oràculos de las Escrituras, en el rodar del
runt. Cumque commoti fuerimus ad euangelicam tubam, et excitati siglo y del mundo, sean Uamados truenos, lo declara el salmista al
decir: rodaba el esimendo de tu trueno (Sai 76,19); y los que oyeron
la voz de Dios Padre en el bautismo del Salvador pensaron que
era un trueno. Asi pues, cuando hayamos sido sobrecogidos por
la trompeta evangèlica y despertados por la alegria del trueno,
78. A . Fabiola 863
862 O bras completas de S . Jeronimo X a

tonitrui gaudio, eximus in mense primo, quando hiems praeteriit, et saldremos el mes primero, cuando el invierno ha pasado y ya se ha
abiit sibi, quando ueris exordium est, quando terra parturit, quando ido (Cant 2,11), cuando la primavera empieza, cuando la tierra se
cuncta renouantur, et eximus «quinta decima die mensis primi», in hace fértil, cuando todo se renueva. Y salimos «el dfa quince del
crastinum Paschae, pleno mensis lumine, post esum agni inmacu­ mes primero», al dia siguiente de la Pascua, a la plena luz dei mes,
lati; et calciatos pedes de Apostolo, et accinctos pudicitia lumbos, después de comer el corderò inmaculado, con los pies calzados
et baculos in manibus praeparatos. Quamuis enim in Aegypto como quiere el Apóstol, con los lomos cenidos por la castidad y
quarta decima die mensis Pascha facientes, comederimus agnum, provistos de bastones en las manos. Porque, aunque al celebrar la
tamen tunc nobis lux plena conpletur, quando «in manu excelsa» Pascua en Egipto el dia catorce dei primero, hayamos comido ya
Ramessem dimittimus; quae excelsa dicitur; uel quod Aegyptum el corderò, sin embargo la luz plena no nos llegarä hasta que no
percusserit, uel quod protexerit Israhel, uidentibus Aegyptiis, qui abandonemos a Ramsés «con la mano en alto». «En alto» se dice
admirantur nos exire de saeculo, et torquentur inuidia, et postea o bien porque hirió a Egipto, o porque protegió a Israel a la vista
tenere cupientes, in persecutionibus suffocantur; quando et Aegyp­ de los egipcios, que se admiran de que salgamos del siglo, y son
tii sepeliunt primogenitos suos, et patres mortui terrenis operibus atormentados por la envidia, y luego, queriendo retenernos, son
opprimunt mortuos filios. Mihi uidentur Aegyptiorum primogeni­ ahogados en las persecuciones. Salimos, en fin, cuando los egipcios
ta dogmata esse philosophorum, quibus deceptos homines atque entierran a sus primogénitos, y los padres, muertos por sus obras
inretitos tenebant. Quae cum Israhel uiuus effugerit, circumdant terrenas, aplastan a sus hijos muertos. Yo diria que los primogéni­
mortuis suis, ne exeuntium imitentur exemplum. Porro quod sequi­ tos de los egipcios son las doctrinas de los fìlósofos, con las que
tur: «In diis eorum fecit iudicia», siue ut Septuaginta transtulerunt, retenian enganados y enredados a los hombres. Cuando Israel logra
«ultiones», illud Hebraei autumant, quod nocte qua egressus est esquivarlas vivo, ellos cercan a los demas con sus cadàveres para
populus, omnia in Aegypto templa destructa sint, siue motu terrae, que no imiten el ejemplo de los que escapan. Respecto a lo que
siue tactu fulminum. Spiritaliter autem discimus quod egredientibus sigue: «haciendo justicia contra sus dioses» o, como tradujeron los
nobis ex Aegypto, errorum idola corruant, et omnis peruersarum Setenta, «haciendo venganza», piensan los hebreos que, la noche
doctrinarum cultura quatiatur. en que salió el pueblo, fueron destruidos todos los templos de
Egipto, bien por el terremoto, bien por el rayo. En sentido espiri-
[Se c v n d a m a n s io ]
tual decimos que, al salir nosotros de Egipto, caen derribados los
idolos dei error y toda cultura de doctrinas perniciosas es golpeada.
4. E t proficiscentes filili Israhel de Ramesse, castra metati sunt in So-
choth (Num 33,5). E ta pa segunda
Secunda mansio. In hac coquunt panes azymos, et primum ten­
dunt tabernacula, unde et ex re locus nomen accepit. «Sochoth» 4. Partieron los hijos de Israel de Ramsés y acamparon en Sukkot
quippe interpretatur in lingua nostra «tabernacula», siue «tentoria». (Num 33,5).
Et ob hoc septimo mense, quinta decima die mensis sollemnitas Etapa segunda. En ésta cuecen panes acirnos y ponen por vez
tabernaculorum est. Cum ergo exierimus ex Aegypto, primum ta­ primera las tiendas; de ahi tomo su nombre aquel lugar. Sukkot,
bernacula figimus, scientes nobis ad ulteriora pergendum. Tunc efectivamente, significa en nuestra lengua «tabernäculos» o «tiendas».
non comedimus de fermento Aegypti, «de fermento malidae et Y por eso el séptimo mes, el dfa quince del mes, tiene lugar la fiesta
nequitiae»: sed nescimur azymis sinceritatis et ueritatis, Domini praecepta de los Tabernäculos. Asf pues, una vez hemos salido de Egipto, al
opere consummantes: Cauete a fermento pharisaeorum. In hac nobis principio levantamos tiendas, porque sabemos que tenemos que
praecipitur mansione, ut semper egressionis ex Aegypto memores seguir addante. Y no comemos de la levadura de Egipto, de la leva­
simus; ut celebremus «transitum», id est, Phase Domini; ut pri- dura de la maldad y de la iniquidad, sino que tomamos los ààmos de la
sincerìdady la verdad (1 Cor 5,8), poniendo por obra los preceptos del
Senor: Tened cuidado con la levadura de losfariseos (Mt 16,11). En està
etapa se nos manda que recordemos siempre la salida de Egipto,
que celebremos el transito, es deck, la pascua del Senor, que en vez
864 O b ras completas de S . Jeronimo X a 78. A Fabiola 865

mogenita nostri uteri, cunctarumque uirtutum, pro primogenitis de los primogénitos de Egipto que fueron heridos, consagremos al
Aegypti, quae percussa sunt, Domino consecremus. Sehor las primicias de nuestro seno y de nuestras virtudes.

[T e r t ia m a n s io ] E ta pa tercera

5. E t profecti de Sochoth, castra metati sunt in Aetham, quae est in 5. Y partiendo de Sukkot, acamparon en Etam, que està en el extremo
extremo solitudinis (Num 33,6). del desierto (Nüm 33,6).
Tertia mansio offertur post tabernacula, in qua primum uidetur La etapa tercera viene después de las tiendas; en ella se ve por
Dominus norte in columna ignis, et per diem in columna nubis, ut primera vez al Senor en la columna de fuego por la noche y en
praecedat populum, et dux itineris fiat. «Aetham» nobiscum sonat la columna de la nube durante el dia, para marchar delante del
«fortitudo», atque «perfectio», de qua et Dauid canit: Tu disrupisti pueblo y ser gufa del camino. Etam para nosotros es lo mismo
fluuios Aetham, id est, «fortes». Grandis est fortitudo, Aegyptum que «fortaleza» y «perfección», y de elio canta también David: Tu
dimittere et in extrema solitudine commorari. Ex quo intellegimus deshiciste los rìos de Etam (Sai 73,15), es deck, «fuertes». Se necesita
locum Sochoth adhuc iuxta Aegypti fuisse regiones. In eo enim mucha fortaleza para abandonar Egipto y morar en el extremo
quod dicitur, quae est in extremis finibus solitudinis, ostenditur inter del desierto. De ahi concluimos que el lugar de Sukkot estaba
confinia esse heremi et Aegypti. Praeparemus nobis fortitudinem, aun cerca de las regiones de Egipto. Con la frase «que està en el
adsumamus perfectum robur, ut inter errorum tenebras et con­ extremo del desierto», se da a entender que se halla en el limite
fusionem noctis, scientiae Christi lumen appareat. Dies quoque entre el desierto y Egipto. Armémonos de fortaleza, consigamos
noster nubem habeat protegentem, ut his ducibus ad sanctam la fuerza perfecta, para que entre las tinieblas de los errores y la
terram peruenire ualeamus. confusion de la noche aparezca la luz de la cienda de Cristo. Tenga
también nuestro dia una nube que lo proteja, para que con estos
[Q varta m a n s io ] guias podamos llegar a la tierra santa.
6. Trofectique de Aetham, reuersi sunt Thiahiroth, quod est contra
E ta pa cuarta
Beelsephon, et castra metati sunt e regione Magdol (Num 33,7).
Quarta mansio est «Phiahiroth», quae interpretatur «os nobi­ 6. Partieron de Etam y volvieron bacia Piahirot, que està frente a
lium», scribiturque per litteram «hech». Quidam male, «hiroth», Balsefón, y acamparon delante de Migdol (Nüm 33,7).
«villas» putant, errorque manifestus, quod pro supra dicto ele­ La etapa cuarta es Piahirot, que se traduce «boca de nobles» y
mento, «ain» litteram legant. «Beelsephon» in linguam nostram se escribe con la letra «heth». Algunos piensan equivocadamente
uertitur «Dominus aquilonis», aut «ascensus speculae», aut «habens que «hkot» son «pueblos», y es un error patente, pues en lugar de
arcana». Porro «Magdol», «magnitudo» uel «turris». Adsumpta igi­ la letra indicada leen la letra «ain». Balsefón se traduce en maestra
tur fortitudine nobilitamur in Domino, et Beelsephon idoli arca­ lengua por «senor del aquilón» o «subida a la atalaya» o «el que
na contemnimus, illiusque magnificentiam et turritam superbiam tiene secretos». En cuanto a Migdol, quiere deck «grandeza» o
declinamus. Non enim est ab austro, unde Dominus uenit, et a «torre». Asi pues, una vez armados de fortaleza, nos ennoblecemos
meridie, in qua sponsus recumbit in floribus; sed possessor aqui­ en el Senor y desdenamos los secretos del idolo de Balsefón, y
lonis uenti frigidissimi, a quo exardescunt mala super terram: qui nos apartamos de su magnificencia y de la soberbia de sus torres.
cum sit frigidissimus, nomine dexter uocatut; falso sibi adsumens Porque Balsefón no procede del austro, de donde viene el Senor
uocabulum uirtutis ac dextrae, cum totus sit in sinistra. (cf. Hab 3,3), ni del mediodia, donde el esposo descansa entre las
flores (cf. Cant 1,6); sino que es el dueno del aquilón (cf. Prov
27,16), viento muy frio, con el que se encienden todos los males
que hay sobre la tierra. Y por ser tan frio, se le llama «dexter»;
pero falsamente toma su nombre de la virtud, o sea de la derecha,
cuando en realidad està todo él colocado a la izquierda.
78. A Fabio Ia 867
866 O bras completas de S . Jeronimo X a

E ta pa q u in t a
[Q v in t a m a n s io ]

7. Partieron de Piahiroty pasaron por medio del mar hasta el desietio


7. E t profecti de Phiahiroth, transierunt per medium mare in deserto,
y caminaron durante tres dias por el desierto de Etam, y acamparon en
et ambulauerunt uiam trium dierum in solitudine Metham, et castra metati
Mara (Num 33,8).
sunt in Mara (Num 33,8).
La quinta etapa es Mara, que se traduce «amargura». No podian
Quinta mansio «Mara», quae interpretatur «amaritudo». Non
llegar a los torbellinos del mar Rojo, para ver còrno perecia Faradn
poterant ad Rubri maris gurgites peruenire, et Pharaonem cum suo
con su ejército, hasta que no tuvieron palabras de nobleza en su
exercitu uidere pereuntem, nisi postquam habuerunt in ore nobi­
boca, es deck, hasta que no confesaron las maravillas del Senor,
litates, id est, in Domini confessione uirtutes, quando crediderunt
y confiaron en el Senor y en su siervo Moisés y oyeron de él:
Deo et Moysi famulo eius, et audierunt ab eo: Dominus pugnabit
E l Senor combatirà por vosotrosy vosotros guardaréis silendo (Ex 14,14).
pro uobis, et uos tacebitis: et uictores, Maria praecinente, in tympanis
corporum resonarunt carmina triumphantium: Cantemus Domino, Vencedores, hicieron resonar con tambores y danzas, siguiendo
gloriose enim honorificatus est, equum et ascensorem proiecit in mare. Post a Maria, los cantos de la victoria: Cantemos al Senor, pues se cubrió
praedicationem euangelii, post tabernacula transmigrantium, post de gloria, arrojando en el mar caballoy caballero (15,20s). Después de
adsumptam fortitudinem, post confessionis nobilitatem, pericu­ la predicación del Evangelio, después de los tabernaculos de los
la rursus occurrunt. Vnde discimus cauendas semper insidias et emigrantes, después de habernos armado de fortaleza, después
inuocandam misericordiam Dei, ut insequentem Pharaonem pos­ de la noble confesión, nuevamente nos salen al paso los peligros.
simus effugere, et nobis in spiritali baptismo suffocetur. Egressis Asi aprendemos que hay que desconfiar siempre de las asechanzas
de mari Rubro, occurrit heremus Sur, quae et solitudo Aetham del enemigo e invocar la misericordia de Dios, para que podamos
dicitur, in qua tribus diebus ingredientes non habuerunt aquam, et escapar al Faraón que nos persigue y que él quede ahogado para
peruenerunt ad Mara, quae ex amaritudine nomen accepit. Habe­ nosotros en el bautismo espiritual. Al salir del mar Rojo, se encon-
bat fons aquam, et dulcedinem non habebat. Murmurat populus traron ante el desierto del Sur, que se llama también desierto de
uidens aquas, et potare non sustinens. Intellege Mara, aquas oc­ Etam, en el que durante tres dias de caminar no encontraron agua,
cidentis litterae, quibus si inmittatur confessio crucis, et passionis hasta que llegaron a Mara, que tomo su nombre de la «amargura».
Dominicae sacramenta iungantur; omne quod inpotabile et triste La fuente terna agua, pero no tenia dulzura. El pueblo murmurc» al
uidebatur ac rigidum, uertitur in dulcedinem. Vnde et scriptum ver el agua y no poder beber. Por Mara has de entender las aguas
est: Constituit Deus populo legem et iudida, et temptauit eum. Vbi enim de la letta que mata; pero si en ellas se introduce la confesión
magnitudo gratiae, ibi magnitudo discriminis. Nec terrearis, si post de la cruz y se les anaden los misterios de la pasión del Senor,
uictoriam uenias ad amaritudinem, quia uerum Pascha facientes, entonces lo que parecia imbebible, triste y duro, se convierte todo
azyma cum amaritudinibus comedunt, et temptatio probationem, en dulzura. Por eso està escrito: E l Senor dio alpueblo leyyjuidosy le
probatio spem, spes parit salutem. Apud medicos quoque, quae­ puso a prueba (Ex 15,25). Porque donde hay abundancia de grada,
dam antidotus, noxios humores temperans, ex amaritudine nomi­ alli también hay abundancia de peligro. No te asustes si después de
natur, quae dulcis ostenditur; restituens sanitatem; sicut e contrario la victoria te encuenttas con la amargura; porque quienes celebran
uoluptas atque luxuria amaritudine terminatur, dicente Scriptura: la verdadera Pascua comen los panes äcimos con hierbas amargas;
Quae ad tempuspinguefadtfauces tuas, nouissime uero amariusfelle inuenies. y la tentación engendra vktud probada; la vktud probada, espe-
ranza, y la esperanza, salvation (cf. Rom 5,4s). También entre los
médicos hay un antidoto que regula los humores daninos y toma
su nombre de la amargura; sin embargo demuestta ser dulce, pues
restablece la salud. Igual que, por el contrario, la sensualidad y la
lujuria terminan en amargura, corno atestigua la Escritura: Lo que
momentàneamente endulya corno el aceite tu paladar, alfin te parecerà mas
amargo que la hiel (Prov 5,3s [LXX]).
868 O bras completas de S . Jeronimo X a 78. A . Fabiola 869

[Se x t a m a n s io ] E ta pa SEXTA

8. E t profecti de Mara, uenerunt in A e lim, ubi erant duodecimfontes 8. Partieron de Maray llegaron a Elim, donde habla doce fuentes de
aquarum, et septuaginta palmae; ibique castra metati sunt (Num 33,9). aguay setenta palmeras, y alll acamparon (Num 33,9).
Sexta mansio in «arietes fortesque» uertitur. Quam pulcher ordo La etapa sexta se traduce por «carneros» y por «fuentes». iQué
uirtutum: post uictoriam temptado, post temptadonem refectio. bello es el orden de las virtudes! Después de la victoria, la tenta-
De amaritudine uenimus ad arietes, et robustos principes gregis, ción; después de la tentación, el descanso. De la amargura venimos
quos apud Ezechiel Dominus iudicaturum esse se dicit, quod alii a los carneros, a los robustos jefes del rebano, a los que dice
eorum conculcauerint aquas, et conpresserint oues, alii lenes et el Senor en Ezequiel (cf. Ez 34,17-31) que va a juzgar, porque
placabiles fuerint. De his et uicesimus octauus psalmus loquitur: algunos de ellos oprimieron a las ovejas y pisotearon sus aguas;
Adferte Dominofilii Dei, adferte Dominofilios arietum. Sextae mansionis otros fueron suaves y apacibles. De éstos habla también el salmo
tenemus hospitium. Numquam prius occurrerunt fontes purissimi, veintiocho: Elevad al Senor, hijos de Dios; llevad al Senor los hijos de
nisi ubi magistrorum doctrina prorumpit. Nec dubium quin de los carneros (Sai 28,1). Retenemos el hospedaje de la etapa sexta.
duodecim apostolis sermo sit, de quorum fontibus deriuatae aquae, Nunca nos habian salido antes al paso fuentes purisimas, hasta
totius mundi siccitatem rigant. Iuxta has aquas septuaginta creuere que ha brotado la doctrina de los maestros. Y no hay duda que se
palmae, quos et ipsos secundi ordinis intellegimus praeceptores, trata de los doce apóstoles, de cuyas fuentes manan las aguas que
Luca euangelista testante, duodecim fuisse apostolos, et septua­ riegan la sequedad de todo el mundo. Junto a estas aguas habian
ginta discipulos minoris gradus, quos et binos ante se Dominus crecido setenta palmeras, en las que podemos ver a los maestros
praemittebat. De quibus et Paulus refert, quod apparuerit Domi­ de segundo orden; pues, corno testifica Lucas (cf. Le 6,13), hubo
nus primum duodecim, deinde apostolis omnibus, alios uolens doce apóstoles y setenta discipulos de grado inferior, a los que el
intellegi primos, et alios secundos Christi discipulos. Bibamus de Senor enviaba de dos en dos delante de si. De quienes también
huiuscemodi fontibus, et dulces fructus uictoriae devorantes, ad Pablo refìere que el Senor se apareció primero a los doce y luego
mansiones reliquas praeparemur. a todos los apóstoles, dando a entender que los unos fueron los
primeros discipulos de Cristo, y los otros, los segundos (cf. 1 Cor
[S e p t im a m a n s io ] 15,5-7). Bebamos de estas fuentes, y, devorando los dulces frutos
de la victoria, preparémonos para las restantes etapas.
9. Profectique de Helim, castra metati sunt ad Mare Rubrum
(Num 33,10). E ta pa s éptim a
Mare Rubrum, quod Hebraice dicitur, «Iam Suph», septima
mansio est. Et quaeritur quomodo post transitionem Maris Rubri 9. Partieron de Elmi y acamparonjunto al mar Rojo (Num 33,10).
et fontis Marae et Helim, rursum ad Mare Rubrum uenerint, nisi El mar Rojo, que en hebreo se llama «Iam Suph», es la séptima
forte in itinere pergentibus, sinus quidam maris occurrerit, iuxta etapa. Se preguntarà còrno es que después del paso del mar Rojo,
quem castra metati sunt. Aliud est enim transire mare, aliud in de la fuente de Mara y de Elim, volvieron otra vez al mar Rojo; a
proximo figere tabernacula. Ex quibus monemur, etiam post euan­ no ser que supongamos que, siguiendo su camino, se les presentò
gelicam disciplinam inter cibos dulcissimos triumphorum, apparere alguna ensenada del mar, junto a la cual acamparon. Porque una
nobis interdum mare, et praeterita discrimina poni ante oculos. cosa es pasar el mar, otra poner las tiendas junto a él. Con esto se
Quamquam multae differentiae sit transire mare, et mare procul nos avisa que aun después de la disciplina evangèlica, y en medio
aspicere. Verbum «Iam Suphr», apud Hebraeos ex mari et rubro de los dulces banquetes del triunfo, todavia nos sale al paso el
compositum est. «Suph» autem et «rubrum» et «scirpus» uocatur. mar y surgen ante los ojos los peligros pasados. Aunque va mucha
Vnde possumus suspicari, quod uenerint ad paludem quandam diferencia de pasar el mar a mirarlo de lejos. La palabra «Iam Suph»
et lacum, qui carecto et iuncis plenus fuerit. Quod autem omnes en hebreo està compuesta de mar y rojo. «Suph» quiere decir «rojo»
y también «junco». Por lo que podemos sospechar que vinieran a
dar en alguna marisma o lago que estuviera cubierto de carrizo y
870 O bras completas de S . Jeronimo X a 78. A Fabiola 871

congregationes aquarum scriptura sancta mare uocet, nulla dubi­ juncos. Pero que la Escritura santa llame mar a la confluenda de
tatio est. Haec mansio in Exodo non habetur, sed scriptum est todas las aguas no cabe duda alguna. Està etapa no se recoge en
pro ea, quod de Mari Rubro uenerint «ad desertum Sin, quod est el Éxodo, sino que en lugar de ella se escribe que del mar Rojo
inter Helim et Sinai, quinta decima die mensis secundi egressionis vinieron al desierto de Sin, que està entre Elim y el Sinai, el dia
eorum ex Aegypto», id est, tricesima prima postquam egressi sunt quince del mes segundo de la salida de Egipto, es decir, el dia
de Ramesse. treinta y uno después de salir de Ramsés.

[ O ctava m a n s io ] E ta pa octava

10. E t profecti de Mari Rubro, castra metati sunt in solitudine Sin 10. Partieron del mar Rojo y acamparon en el desierto de Sin
(Num 33,11). (Num 33,11).
Octaua mansio, licet iuxta ordinem Exodi septima sit. Sed scien­ Es la octava etapa, que, segun el orden del Éxodo, resultarla la
dum quod omnis usque ad montem Sinai heremus Sin uocetur, séptima. Pero conviene saber que todo el desierto hasta el monte
et ex tota prouincia etiam locus unius mansionis nomen accepe­ Sinai se llama Sin, y el nombre de una sola etapa tomo el nombre
rit, sicut et Moab tam urbis quam prouinciae nomen est. In hac de toda una provincia, lo mismo que Moab es nombre tanto de
solitudine quinque mansiones: Iam Suph, de qua supra diximus, ciudad corno también de provincia. En este desierto hay cinco
et heremus Sin, et Dephca, et Halus, et Raphidim, de quibus lo- etapas: Iam Suph, de que acabamos de hablar; el desierto de Sin,
quemur in consequentibus. Sin autem interpretatur «rubus», uel Dofca, Halus y Rafìdim, de que hablaremos seguidamente. Ahora
«odium», quorum utrumque facit ad mysticos intellectus, quod bien, Sin significa «zarza» y «odio». Ambos se prestan para la in-
postquam uenerimus ad eum locum, de quo nobis sit Dominus terpretación mistica, en cuanto que tan pronto corno llegamos al
locuturus, grande odium mereamur inimici. Tunc uidebimus ardere lugar desde el que el Senor nos va a hablar, nos atraemos todo el
rubum et non comburi, inflammari ecclesiam persecutionibus, et odio del enemigo. Entonces veremos arder la zarza sin consumirse,
eam, loquente in illa Domino, non perire. Et nota quod in octaua que se incendia la Iglesia por las persecuciones, pero que no pe-
mansione, in qua torcularia postra sunt, unde et octauus psalmus rece, pues el Senor habla en medio de ella. Fijate también que en
hoc titulo praenotatur desertum capimus rubi, quia plures filii de­ la octava etapa, que es donde estan nuestros lagares, y de donde
sertae, magis quam eius quae habet uirum. el salmo octavo toma su titulo preliminar, llegamos al desierto de
la zarza, porque mas son los hijos de la abandonada que los de la mujer
[N o n a m a n s io ] que tiene mando (Is 54,1).

11. E t profecti de deserto Sin, castra metati sunt in Dephca (Num 33,1). E ta pa novena
Nona mansio. Hoc nomen apud Hebraeos xpotioga, id est,
«pulsado» dicitur: iuxta quod et Dominus ait: Vulsate et aperietur 11. Partieron del desierto de Siny acamparon en Dofca (Num 33,12).
uobis. In libro autem Hebraicorum Nominum, «adhaesionem, re­ Etapa novena. Esa palabra en hebreo significa «golpe» o pulsa-
missionemque» transtulimus, quod lectorem turbare non debet. ción, conforme a lo que dice el Senor: Golpead a lapuertay os abriràn
Nec putet nos dissonantia scribere; ibi enim iuxta id quod uulgo (Mt 7,7). En mi libro Sobre los Nombres Hebraicos lo tradujimos por
habetur, edidimus, si medium uerbum scribatur per «Beth» litte­ «adhesión y relajamiento», cosa que no debe desorientar al lector.
ram; hic autem in Hebraico uolumine scriptum repperi per «Phe», No piense que escribimos cosas contradictorias, pues alli lo ex-
quod elementum magis pulsationem quam glutinum sonat; sen­ pusimos de acuerdo con la acepción vulgar, que en la mitad de la
susque manifestus; post responsa Domini, post octauum numerum palabra escribe la letra «beth»; pero aqui, en el volumen hebreo, veo
resurrectionis, Christi incipimus sacramenta pulsare. Prudentem que se escribe con «phe», y està letra expresa mas bien pulsación
que no adhesión. Y el sentido es entonces evidente: después de
las respuestas del Senor, después del numero octavo, que es el de
la resurrección, empezamos a golpear a la puerta de los misterios
872 O bras completas de S . Jeronimo X a 78. A . Fabiola 873

studiosumque lectorem rogatum uelim, ut sciat me uertere nomina de Cristo. Quisiera rogar al lector inteligente y celoso que sepa
iuxta Hebraicam ueritatem. Alioquin in Graecis et Latinis codicibus que yo traduzco los nombres segun el original hebreo. Y es que,
praeter pauca omnia corrupta repperimus; et miror quosdam eru­ excepto unos pocos casos, en los codices griegos y latinos lo he
ditos et ecclesiasticos uiros ea uoluisse transferre quae in Hebraico hallado todo corrompido. Me admira que algunos doctos varones
non habentur, et de male interpretatis fictas explanationes quaerere, eclesiästicos se hayan empenado en traducir lo que no figura en
ut in praesenti pro «Dephca», legant «Raphaca», litteram ponentes el texto hebreo, y en buscar explicaciones fantästicas a partir de
pro littera, eo quod «Res» et «Daleth» paruo apice distinguantur, cosas mal traducidas, como ocurre en el caso presente, que en vez
et interpretantur «curationem», atque exinde tropologiam similem de Dofca leen Raphaca, poniendo una letta por otra, pues la «res»
prosequuntur. y la «daleth» sólo se distinguen por un leve rasgo, y lo traducen
como «curación», y de aqui sacan una tropologia semejante.
[D e c im a m a n s io ]
E ta pa d è c im a
12. E l profecti de Dephca, castra metati sunt in Halus (Num 33,13).
Decima mansio in Exodo non habetur, creditutque in Sin he- 12. Partieron de Dofcay acamparon en Halus (Num 33,13).
remo contineri, eodem narrante libro: Profecta est omnis multitudo La etapa dècima no se halla en el Exodo, y se supone que se
filiorum Israhel de heremo Sin per mansiones suas iuxta os Domini, et incluye en el desierto de Sin, pues el mismo libro narra asi: Siguió
uenerunt Raphidim. Ex quo perspicuum est plures mansiones unius avanzando toda la multitud de los hijos de Israel desde el desierto de Sin, a
regionis uocabulo demonstrari. Interpretatur Halus «fermentum»: través de las etapas que el Senor les ordenara, y llegaron a Pjfiidim (17,1).
quod tollens mulier miscuit farinae salis tribus, donec fermentaretur totum. Segun esto, es claro que varias etapas estàn designadas por el
In hac solitudine murmurat populus propter famem, et conuersus nombre de una sola region. Halus se traduce «levadura»: aquella
respicit procul in nube gloriam Dei; accipitque uespere coturni­ que una mujer toma y mescla con tres medidas de harina, hasta que fer­
cem, et mane alterius diei manna. Et nota in mansione decima menta toda la masa (Mt 13,33). En està soledad el pueblo murmura
fermentum poni, et post esum carnium, manna tribui, inplerique por causa dei hambre, y volviendo sobre sus pasos ve a lo lejos
Scripturam: Panem angelorum manducauit homo. en la nube la gloria de Dios; por la tarde recibe las codornices,
y a la mahana del dia siguiente el mana. Fijate que en la etapa
[V n d e c im a m a n s io ]
dècima se pone la levadura, y después de la comida de las carnes
es concedilo el manà, con lo que se cumple la Escritura: Pan de
13. Profectique de Halus, castra metati sunt in Raphidim; et non erat àngeles comió el hombre (Sai 77,35).
ibi aqua populo (Num 33,14).
Vndecima mansio est, quam uiolenter interpretatam in libro E ta pa u n d é c im a
Hebraicorum Nominum repperi, «uidit os sufficiens eis», aut certe,
«uisio oris fortium»: meliusque transfertur «dissolutio fortium», 13. Partieron de Halusy acamparon en Rafidim,y elpueblo no tenia
uel «sanitas fortium», siue iuxta proprietatem linguae Syrae, «re­ alll agua (Num 33,14).
missio manuum». Haec et in Exodo legitur post profectionem Undécima etapa, que veo haber interpretado de manera forzada
de heremo Sin. Queritur in ea populus ab ardore sitis; fons de en mi libro Sobre los Nombres Hebraicos: «Vio una boca suficiente
petra Oreb erumpit et profluit; et quia tentauerunt Deum, locus para ellos», o bien: «Vision de la boca de los fuertes». Mejor se
Raphidim, «temptationis» quoque, id est, «Massae», sortitus est traduciria «ruina de los fuertes» o «salud de los fuertes» o, segun la
nomen. Moyses ascendit in montem, Iesus contra Amalec militat; etimologia de la lengua siriaca, «debilidad de las manos». Està etapa
se lee también en el Exodo después de la partida del desierto de
Sin. En ella el pueblo se queja del ardor de la sed, y una fuente
salta y corre de la pena de Horeb, y por haber tentado a Dios, el
lugar de Rafidim recibió también el nombre de «tentación», es de­
ck, «Massa». Moisés sube al monte, Josué combate contra Amalec,
874 O bras completas de S . Jeronimo X a
78. A Fabiola 875

ad crucis signum superatur inimicus; remissis orantis manibus, al signo de la cruz es derrotado el enemigo; cuando se abaten las
hostis uictor insequitur. Sedet Moyses super lapidem dictum de manos dei orante, el enemigo, vencedor, persigue a Israel. Moisés
Zacharia, qui septem habebat oculos, et in Samuhelis uolumine se sienta sobre la piedra de que habló Zacarias (Zac 3,9), que
appellatur Aben e%er, id est, «lapis adiutor»; et utramque manum tenia siete ojos, y que en el libro de Samuel se llama «Abel ezer»,
eius Aaron, et Vr, id est, «montanus», «lucidusque» sustentant. De­ esto es, «piedra del socorro». Aarón y Ur, es deck, el «montanés»
likte adversario superuenit Iethro, adducit Sepphoram, et utrosque y el «luminoso», sostienen las dos manos de Moisés. Derrotado
filios; dat consilium septuaginta seniorum, et in typum Ecclesiae el enemigo, llega Jetró (cf. Ex 18), trayendo a Séfora y sus dos
de gentibus congregatae, legis imminutio, evangelio suggerente, hijos; da el consejo de establecer a los setenta ancianos, y asi, en
conpletut. Pulchre autem «dissolutio», ac «sanitas fortium», Raphi- figura de la Iglesia congregada de entre los gentiles, la debilitación
dim dicitur, uel propter dissipatum Amalec, uel propter sanatum de la ley es completada por las indicaciones del Evangelio. Por lo
Israhel. Sin autem «remissionem manuum» iuxta Syros «Raphidim» demäs, Rafìdim se llama bellamente «mina» o «salud de los débiles»,
sonat, dicemus propter offensam populi: quia contra Dominum bien sea por haber sido derrotado Amalec, bien sea por haber
murmurarit, istud loco nomen inpositum. Haec tangimus potius sido salvado Israel. Pero si Rafìdim segun la lengua skia significa
quam exponimus, breuiter indicarse contenti, quod post fermen­ «debilidad de las manos», dkemos que elio se debe a la ofensa del
tum Halus, et Massam Ecclesiae, soleant multiplicia daemonum pueblo: porque murmuró contra el Senor, se le puso este nombre
aduersum nos temptamenta consurgere. a aquel lugar. Todo esto lo tocamos superficialmente, pero no
lo desarrollamos, satisfechos de haber indicado brevemente que
después de la levadura de Halus, después de Massa, es deck, de
[D v o d e c im a m a n s io ]
las pruebas de la Iglesia, suelen levantarse contra nosotros las mas
14. E l profecti de Raphidim, castra posuerant in solitudine Sinai variadas tentaciones de los demonios.
(Num 33,15).
Duodecima mansio est. Statim tibi ueniat in mentem aposto­ E ta pa d u o d è c im a
lorum numerus. Vna de pluribus, sed maior ab omnibus, non
separatur in ordine, et praecellit in merito. Ad hunc locum qua­ 14. Partieron de Rafìdim y acamparon en el desierto del Sinai
dragesima septima die perueniunt, Scriptura dicente: Mense tertio (Num 33,15).
egressionisfiliorum Israhel de Aegypto, in die hac transierunt in solitudinem Es la etapa duodècima. En seguida deberà venk a tu memoria el
Sinai, profectique simul de Raphidim, uenerunt in desertum Sinai, et cas­ nùmero de los apóstoles. Es una entre muchas, pero la mas impor­
tra metati sunt in heremo, seditque ibi Israhel e regione montis; et Moyses tante de todas; no rompe el orden, pero sobresale en importanda.
ascendit ad Deum, uocauitque eum Dominus de monte dicens, et reliqua. A este lugar llegan el dia cuarenta y siete, al decir de la Escritura:
Et rursum: Vade, inquit, ad populum, et sanctifica eos hodie et cras, et A l tener mes de la salida de los hijos de Israel de Egipto, ese dia, llegaron
lauent uestimenta sua, sintqueparati in diem tertium, quia tertia die descendet al desierto del Sinai; partiendo juntos de Rafìdim, llegaron al desierto del
Dominus, uidente uniuerso populo, super montem Sinai. Quod et factum Sinaiy acamparon en el desierto, e Israel tomo asiento frente al monte. Y
est. Laueruntque uestimenta sua, et ab uxorum coitu separatis, Moisés subió bacia Dios, y el Senor le llamó desde el monte, didendo, etc.
die terno descendit Dominus in montem; quo fumante, et ful­ (Ex 19,1-3). Y luego le dice: Ve donde el pueblo y santiflcalos boy y
gore, tonitru, caligine, uoce tubae mortalium corda terrentibus, manana; que laven sus vestidosy estén preparados para el tener dia, porque
Moyses loquebatur, et Dominus respondebat ei. Supputemus numerum, al tener dia descenderà el Senor a la vista de todo el pueblo sobre el monte
et inueniemus quinquagesimo die egressionis Israhel ex Aegypto Sinai (19,10s). Y asi se hizo. Lavaron sus vestidos, se abstuvieron
in uertice montis Sinai legem datam. Vnde et Pentecostes cele- de träte con mujeres, y al tercer dia el Senor descendió sobre el
monte. Y mientras éste humeaba, y los corazones de los mortales
estaban aterrados por los relàmpagos, los truenos, las tinieblas y la
voz de la trompeta, Moisés hablabay el Senor le respondla. Hagamos
numeros y veremos que la ley fue dada sobre la cima del monte
Sinai el dia quincuagésimo de la salida de Israel de Egipto. Aqui
78. A Fabiola 877
876 O bras completas de S . Jeronimo X a

tiene su origen la festividad de Pentecostés, y por eso, mas tarde,


brattar sollemnitas, et postea euangelii sacramentum Spiritus sancti
el misterio del Evangelio se consuma con la venida del Espiritu
descensione conpletur: ut sicut priori populo quinquagesima die,
Santo. De manera que, asi corno al primer pueblo le fue dada
uero iubelaeo, et uero anno remissionis, et ueris quinquaginta et
quingentis denariis, qui debitoribus dimittuntur, lex data est: ad la ley el dia quincuagésimo, en el verdadero jubileo y verdadero
apostolos quoque, et qui cum eis erant, in centum uiginti Mosaicae ano de la remisión, representado por los cincuenta y por los qui-
aetatis numero, constitutis, descenderit Spiritus sanctus, et diuisis nientos denarios que se perdonaron a los deudores, asi también a
linguis credentium, totus euangelica praedicatione mundus expletus los apóstoles y a los que con ellos estaban, en numero de ciento
sit. Longum est si replicare uelim, quid in lege praeceptum sit: veinte, que es la edad de Moisés, descendió el Espiritu Santo, y a
quomodo fabricatum tabernaculum, quae uarietas hostiarum, quae pesar de la diversidad de lenguas de los creyentes, todo el mundo
uasorum diuersitas, quae indumenta pontificia, quae sacerdotum, ac quedó lleno de la predicación apostòlica. Seria largo intentar repetir
leuitarum caerimoniae, quid egerint, quomodo populus numeratus lo que se manda en la ley: còrno se fabricó el tabernaculo, cuàl
sit. Hoc tantum dicam, quod media pars Exodi, et totus Leuiti- era la variedad de victimas, cuàl la diversidad de los utensilios, las
cus liber, et Numerorum praecepta non modica, et per singulas vestiduras del pontifice, las de los sacerdotes, las ceremonias de
tribus populi distributio, et oblationes principum in hac mansio­ los levitas, sus oficios y còrno fue censado el pueblo. Unicamente
ne descriptae sint, multorumque uoluminum disputado huic loco diré que la mitad del Exodo, todo el libro del Levitico, no pocas
sufficere uix possit. Interpretatur autem Sinai «rubi»; non unus ut prescripciones recogidas en los Numeros, la distribución del pueblo
supra in solitudine Sin, sed plures: ut ibi principium, hic perfectio; por sus tribus y las ofrendas de sus principes, todo està deserito
ibi solitarius numerus, hic multiplex. Aliud est enim unam, et aliud en el contexto de està etapa, y apenas si bastaria para este pasaje
omnes gratias possidere. una disertación de muchos voltimenes. Por lo que hace al Sinai,
habria que traducirlo por «zarzas». No una sola, como amba, en
el desierto de Sin, sino muchas: alii estaba el comienzo; aqui, la
[T e r t ia d e c im a m a n s io ]
consumación; alii el numero singular, aqui el plural. Porque una
15. E l profecti de solitudine Sinai, castra metati sunt in sepulcbris cosa es tener una sola gracia, y otta, tenerlas todas.
concupiscentiae (Num 33,16).
Tertia decima mansio, cuius nomen cum interpretatione editum E ta pa d e c im o t e r c e r a
est, apud Hebraeos appellatur «Cabaroth Atthavan. Est autem sen­
sus die de euangelio, quod Iesus baptizatus statim ab Spiritu ductus 15. Partieron del desierto del Sinaiy acamparon en el sepulcro de la
est in desertum, et temptabatur a diabolo. Itaque et Israhel post concupiscenda (Nüm 33,16).
familiarem cum Deo sermonem, postquam iuxta montem Sinai La etapa decimotercera, cuyo nombre se da acompanado de tra-
commoratus est anno uno et diebus quattuor, mira dispositione ducción, se llama en hebreo «Cabaroth Atthava». El sentido es el
castrorum egressus est in solitudinem Pharan, quae interpretatur mismo que en el Evangelio cuando se dice que Jesus, inmediata-
«onager», aut «feritas», ibique succumbit malae bestiae, fastidiens mente después de bautizado, es conducido por el Espiritu al desierto
caelestem panem et Aegyptiorum carnes desiderans, quando mul­ para ser tentado por el diablo. Asi, también Israel, después de su
tos subitum uorauit incendium; et intercedente Moyse, fumum trato familiar con Dios, después de morar un ano y cuatro dias
uorax flamma consumpsit. Tunc accipiunt coturnices, et usque ad junto al monte Sinai, siguiendo el orden misterioso de sus etapas,
nausiam ac uomitum deuorant. Eliguntur septuaginta presbyteri; salió hacia el desierto de Faràn, que significa «onagro» o «fiereza»,
uadunt ad ostium tabernaculi, duo remanent, Heldad et Medad, y alii sucumbe a la mala bestia, hastiado del pan celeste y echando
non imperii neglegentes, sed humilitate submissi, dum se honore de menos las carnes de Egipto. Un fuego subito devoró a muchos;
pero por intercesión de Moisés la llama consumiti aquel fuego de-
vorador. Entonces reciben las codornices, y comen hasta la nàusea
y el vòmito. Son elegidos los setenta ancianos, que van a la puerta
del tabernàculo; pero dos de ellos, Heldad y Medad, se quedaron
rezagados no porque despreciaran el mandato, sino anonadados por
878 O bras completas de S . Jeronimo X a 78. A Fabiola 879

arbitrantur indignos, unde et absentes prophetant; saturatoque po­ su humildad, teniéndose por indignos de tal honor. Y aunque ausen-
pulo, cum adhuc escae essent in ore ipsorum, ira Dei ascendit super eos, et tes, también se pusieron a profetizar (cf. Num 11). Harto el pueblo,
ocdditpingues eorum, et electos Israhelpraepediuit ne ad malum uelociter cuando am tenia la comida en la boca, la ira de Dios cayó sobre ellosy mató
currerent: unde et appellatus est locus, «sepulchra concupiscentiae» a los mas robustosy doblegó a laflor de Israel, para que no se precipitaran
siue, ut in Septuaginta legimus, «memoriae desiderii». Ex quibus en el mal (Sai 77,30s). De ahi que el lugar se llamara «sepulcros de
omnibus nos docemur, qui sapientiam dimisimus saecularem, et la concupiscenda» o, como leemos en los Setenta, «tumbas de la
Aegyptias ollas contempsimus, non debere murmurare contra cae­ glotoneria». De todo esto hemos de aprender que quienes hemos
lestem Scripturarum panem, nec iurulentias Aegyptiorum, qui abandonado la sabiduria mundana y hemos despreciado las ollas de
sunt magnarum carnium, sed simplicem mannae cibum quaere­ Egipto, no debemos murmurar del pan celeste de las Escrituras ni
re; alioquin si rursus eas uoluerimus appetere, uorabimus usque apetecer las salsas de los egipcios, que son grandes comilones, sino
ad nausiam; et statini Domini igne torquebimur, desideriumque buscar el alimento simple del manà. De lo contrario, si las apete-
nostrum uertetur in tumulos, ut simus «sepulchra dealbata, quae cemos otta vez, las devoraremos hasta la nàusea e inmediatamente
foris parent hominibus speciosa, intus autem plena sunt ossibus seremos atormentados por el fuego del Senor, y maestra glotoneria
mortuorum, et omni spurcitia». se convertirà en sepulcro, y vendremos a ser sepulcros blanqueados,
que porfuera parecen hermosos a los hombres, pero por dentro estàn llenos de
[Q varta d e c im a m a n s io ]
huesos muertosy de toda inmundicia (Mt 23,27).

16. E t profecti de sepulchris concupiscentiae, castra metati sunt in Ase- E ta pa d e c im o c u a r t a


roth (Num 33,17).
Quarta decima mansio in solitudine Pharan, quae in «atria» uer- 16. Partieron de los sepulcros de la concupiscenda y acamparon en
titur. In hac Aaron et Maria propter Aethiopissam contra Moysen Aserot (Num 33,17).
murmurant, et in typum zeli aduersus Ecclesiam de gentibus con­ La etapa decimocuarta se situa en el desierto de Faràn, que
gregatam, populus Iudaeorum leprae sorde perfunditur; nec redit se traduce por «attios». En ella Aarón y Maria murmuran contra
ad tabernaculum, et pristinam recipit sanitatem, donec statutum Moisés por causa de la etiope, y en figura, para escarmiento por
plenitudinis gentium tempus inpleat. Et hoc, prudens lector, adten- la envidia contra la Iglesia congregada de entre los gentiles, el
de, quod post consummatam in duodecimo numero uirtutem, quia pueblo judio queda cubierto con la mancha de la lepra. No vuelve
superbiti Israhel, et in sepulchris concupiscentiae carnes Aegyptias al tabernàculo ni recupera la salud anterior hasta que se cumpla la
desiderauit, rursum iacit aliud fundamentum, et atria, id est, ues- plenitud del riempo, establecida para los gentiles. Has de tener en
tibula uirtutis ingreditut; ostendens nobis, et eos qui stant posse cuenta, lector prudente, que después de haber alcanzado la cumbre
cadere, et qui ceciderunt, resurgere. Positus est Iesus in ruinam et de la virtud en el numero doce, por haberse ensoberbecido Israel
resurrectionem multorum, et ipse loquitur per prophetam: Numquid y haber echado de menos en los sepulcros de la concupiscencia
qui cadit, non resurget? las carnes de Egipto, de nuevo tienen que echar otros fundamen-
tos y entrar en los atrios, es decir, en el vestibulo de la virtud,
[Q v in t a d e c im a m a n s io ]
para ensenarnos que aun los que estàn en pie pueden caer, y los
que han caldo, levantarse. Jesus està puesto para calday elevadón de
17. Etprofecti deAseroth castra metati sunt in Rethma (Num 33,18); muchos (Le 2,34), y El mismo dice por el profeta: jA caso el que cae
pro quo supra in hoc eodem libro legimus: «Postquam profectus est no se levantarà? (Jer 8,4).
propulus de Aseroth, castra metati sunt in solitudine Pharan».
E ta pa d e c im o q u in t a

17. Partieron de Aseroty acamparon en Retma (Num 33,18). En


lugar de esto, leemos màs arriba en el mismo libro: Después que
salió el pueblo de Aserot, acamparon en el desierto de Faràn (Num 13,1).
78. A . Fabiola 881
880 O bras completas de S . Jeronimo X a

Haec est autem quinta decima mansio. Et notandum quod Està es la etapa decimoquinta. Y es de notar que de las dieciocho
reliquae mansiones decem et octo, quarum nunc breuiter ca­ etapas que quedan y cuya lista se consigna aqui escuetamente, las
talogus describitur, a Rethma usque ad Asiongaber, id est, comprendidas entre Retma y Asiongaber, es deck, hasta la etapa
usque ad tricesimam secundam mansionem sub Pharan soli­ treinta y dos, se incluyen bajo el nombre del desierto de Faràn, y
tudinis nomine contineantur, in quibus uniuersa quae scripta todo lo que en ellas se relata creemos que ha tenido que suceder en
sunt, diuersis temporibus gesta sentimus; quae quia non sunt diversos tiempos; sin embargo, corno no està distribuido por etapas
per mansiones singulas distribuia, a nobis quoque in commune particulares, lo trataremos también nosotros de forma generai, para
dicentur, ut postea ueniamus ad reliqua. «Rethma» transfertur volver luego a lo demàs. Retma se traduce «sonido», o «enebro»,
«sonitus» aut «iuniperus», quamquam plerique «arceuthon» apud aunque son muchos los que aseguran que aQxetiOog en griego signi­
Graecos aliud genus arboris significare contendant. Iuniperum fica otta clase de àrbol. Enebro dice también, segun el texto hebreo,
autem et primos graduum psalmus, iuxta ueritatem hebraicam en el primer salmo de los grados, donde està esento: pQué se te va
sonat, ubi scriptum est: Quid detur tibi, aut quid apponatur tibi ad a dar, qué se te ofrecerà contra la lengua traidora? Y responde el profeta:
linguam dolosam?, et propheta respondit: Sagittae potentis acutae, cum Flechas de arquero afiladas con ascuas de enebro (Sai 119,3s); en vez de lo
carbonibus iuniperorum, pro quo apud nos legitut; «desolatoriis». cual, entre nosotros se lee «de desolación». Se dice que està madera
Ferunt autem lignum hoc ignem multo tempore conseruare, mantiene por mucho riempo el fuego, de modo que, si se cubre la
ita ut si prona ex eius cinere fuerit operta, usque ad annum brasa con su propia ceniza, puede durar hasta un ano. De lo cual
perueniat. Ex quo discimus post sepulchra concupiscentiae et aprendemos que, después de los sepulcros de la concupiscenda y de
uestibula, transire nos ad lignum quod multo tempore calorem los vestibulos de la vktud, pasamos al àrbol que mantiene por mucho
tenet, ut simus feruentes spiritu, et claro sonitu atque in altum riempo el fuego, para que seamos fervorosos de espkitu, y con claro
exaltata uoce, euangelium Domini praedicemus. Ab hac itaque sonido y elevando la voz prediquemos el Evangelio del Senor. Asi
mansione usque ad tricesimam secundam istius modi continentur pues, entre està etapa y la treinta y dos, se contienen las siguientes
historiae: duodecim exploratores mittuntur ad terram sanctam, historias: los doce exploradores son enviados a Tierra Santa y es
botrus refertur in ligno, et Christi breuiter passio demonstratur. trafdo el racimo en el varai, con lo que se significa sumariamente la
Murmurat populus Iudaeorum, gigantum impetum reformidans. pasión de Cristo; el pueblo judlo murmura porque teme un ataque
Pugnat contra Amalec et Chananaeum, nolente Deo, et uictus de los gigantes; lucha contra Amalec y el cananeo, cosa que Dios
intellegit quae debeat in Terra sancta exercere sacrificia. Dathan no queria, y al ser venddo comprende cuàles seràn los sacrificios
et Abiron, et filii Core consurgunt contra Moysen et Aaron, et que ha de ofrecer en la Tierra Santa. Datàn y Abitón y los hijos
terrae uoragine gluttiuntur. Inter mortuos et uiuentes pontifex de Coré se levantan contra Moisés y Aarón, y son tragados por
medius turibulo armatus ingreditur, et currens ira Dei sacer­ una sima abierta en la rierra. El pontifice, provisto de incensano, se
dotis uoce prohibetur. Virga Aaron et florem profert et folia, interpone entre los vivos y los muertos, y la ka desatada de Dios es
et in aeternam memoriam uirens siccitas conseruatur. Necdum contenida a la voz del sacerdote. La vara de Aarón echa flor y hojas,
templum, et iam aeditui, necdum sacerdotes, et leuitae obtulere y està sequedad florecida se conserva para memoria eterna. Todavia
sacrificia, et partes eorum mysticus sermo describit. Vitula rufa no hay tempio, pero ya hay porteros; aun no hay sacerdotes, pero
in holocausto concrematur, et cinis eius piacularis aspersio est. ya los levitas ofredan sacrificios, y el lenguaje mistico describe sus
Quorum omnium figurae proprios libros flagitant, et melius reor respectivos ministerios. Una novilla roja se inmola en holocausto y su
tacere quam pauca dicere. ceniza se convierte en aspersion expiatoria. Cada una de estas figuras
requerina un libro aparte, y creo que es mejor callar que hablar poco.
[Se x t a d e c im a m a n s io ]
E ta pa d e c im o s e x t a
18. E t profecti de Rethma, castra metati sunt in Remmon Phares
(Num 33,19). 18. Partieron de Retmay acamparon en Remmón Fares (Nüm 33,19).
Sexta decima mansio est, quae interpretatur Graeco sermone La etapa decimosexta se traduce en griego corno poiäg öiaxo-
QOiàc, òiaxojtr], Latine, «mali punici diuisio», quod alii «malum Jtfj, en latin «corte de la manzana punica», que otros llaman «gra-
78. A Fabiola 883
O bras completas de S . Jeronimo X a

ii» uocant. Cuius arboris fructus in scripturis dupliciter nada». El fruto de este arbol se torna en las Escrituras en doble
r: aut in Ecclesiae gremio, quae omnem turbam creden- sentido: o por el seno de la Iglesia, que protege con su corteza a
0 cortice tegit, aur in uarietate consonantiaque uirtutum, toda la muchedumbre de creyentes, o por la variedad y armonia de
id quod scriptum est: Multitudinis autem credentium erat cor las virtudes, segun lo que està escrito: Ea muchedumbre de los creyentes
una; sicque diuisi sunt singuli gradus, ut omnes eadem tenia un solo corapón y una sola alma (Hch 4,32). Y de tal manera
: teneantur. estan repartidos los diversos grados, que todos se sostienen pol­
la misma trabazón.
[S e p t im a d e c im a m a n s io ]
E tapa d e c im o s é p t im a
E t profecti de Remmon Phares, castra metati sunt in Lebna
3,20). 19. Partieron de Remmón Faresy acamparon en Eebna (Num 33,20).
ma decima mansio est, quam in «lateres» possumus uertere, A la etapa decimoséptima podemos darle el nombre de «los
dam «Txbonau transferentes, male «candorem» interpretati ladrillos», aunque algunos, que transcriben «Lebona», lo traducen
igimus Aegyptios lateres in Exodo, quos populus faciens equivocadamente como «candor». En el Exodo (cf. 1,14) se lee de
t. Legimus in Malachia lateres, pro quibus Idumaea de­ los ladrillos de Egipto, y que el pueblo gemia cuando los fabricaba.
politos lapides reponere nititur. Et laterem in Ezechiel, in En Malaquias (1,4) leemos que Idumea, en lugar de los ladrillos
sessae Hierusalem pictura describitur. Ex quibus discimus estropeados, se empena en colocar piedras labradas. Y en Ezequiel
e istius uitae, et de alio in aliud transitu, nunc nos crescere, (cf. Ez 4,ls) se habla también de un ladrillo en el que se describe
:crescere, et post ordinem ecclesiasticum saepe ad laterum en forma de grabado el cerco de Jerusalén. De todo elio aprende-
:ansmigrare. mos que, en el camino de la vida presente y en el continuo pasar
de una cosa a otta, unas veces crecemos, ottas rettocedemos, y
[ O ctava d e c im a m a n s io ]
después de haber ocupado una dignidad eclesiastica, con frecuencia
pasamos al trabajo de los ladrillos.
E t profecti de Eebna, castra metati sunt in Ressa (Num 33,21).
ua decima mansio in «frenos» uertitur. Si enim post profec- E tapa d ec im o c t a v a
rsum ad luti opera descendimus, infrenandi sumus, et cur-
1 atque praecipites scripturarum retinaculis dirigendi. Hoc 20. Partieron de Eebnay acamparon en Ressa (Num 33,21).
, quantum memoria suggerit, nusquam alibi in scripturis La etapa decimoctava se traduce por «frenos». Efectivamente, si
ipud Hebraeos inuenisse me nord, absque libro apocrypho, después de hacer progresos nos volvemos otta vez al trabajo de
•raecis Xejrtr], id est «parua» Genesis, appellatur: ibi in ae- barro, hemos de ser frenados, y nuesttas carreras sin rumbo y pre-
>ne turris, pro stadio ponitur, in quo exercentur pugiles et cipitadas han de ser dirigidas por las riendas de las Escrituras. Està
, et cursorum uelocitas conprobatur. Dicit et Psalmista: In palabra, en cuanto me sugiere la memoria, no recuerdo haberla
camo maxillas eorum constringe, qui non adpropinquant ad te. Et encontrado en ningun otto lugar de las Santas Escrituras hebreas,
Ius: Nescitis quoniam qui in stadio currunt, omnes quidem currunt; si no es en un libro apòcrifo llamado por los griegos Genesis lepté,
accipit brauium? Sic cunite, ut comprehendatis. es decir «menor». A1H, en la narración de la consttucción de la
Torre (cf. Gén 11,3-9), designa el «estadio» en que se ejercitan
los pugiles y adetas y se prueba la velocidad de los corredores.
También el salmista dice: Sujeta con freno y bnda las quijadas de los
que no se acercan a ti (Sai 31,9), y el Apóstol: jN o sabe'is que los que
corren en el estadio, todos corren pero sólo uno recibe el premio? Corred de
manera que lo consigàis (1 Cor 9,24).
884 O bras completas de S . Jerónimo X a 78. A Fabiola 885

[N o n a d e c im a m a n s io ] E tapa D ECIM O N O V EN A

21. E t profecti de Ressa, castra metati sunt in Caaltha (Num 33,22). 21. Partieron de Ressay acamparon en Caaltha (Num 33,22).
Nona decima mansio interpretatur «ecclesia». Vagi currentium La etapa decimonovena se traduce por «iglesia». Los pasos sin
gressus frenis ad Ecclesiam retrahuntur, et fores, quas ante reli­ rumbo de los corredores son reducidos por los frenos a la Iglesia
querant, rursum intrare festinant. y se dan prisa por entrar de nuevo por las puertas que habi'an
abandonado.
[V ic e s im a m a n s io ]
E ta pa v ig é sim a
22. E t profecti de Ressa, castra metati sunt in monte Sapher
(Num 33,23). 22. Partieron de Caalthay acamparon en elmonte Safer (Num 33,23).
Vicesima mansio interpretatur «pulchritudo», et in monte deco­ La etapa vigésima se traduce por «belleza» y està situada en
ris est constituta, de qua et quarti decimi psalmi principium sonat: el monte de la hermosura. De ella habla el comienzo del salmo
Domine, quis habitabit in tabernaculo tuo, aut quis requiescet in monte sancto catorce: Senor, iquién morarà en tu tienda?, iquién descansarà en tu monte
tuoi Vide quid prosint frena. A uitiis nos retrahunt, introducunt ad santo? (v.l). Mira para qué valen los Aenos. Nos retraen de los
uirtutum choros, et in Christo, monte pulcherrimo, habitare faciunt. vicios, nos introducen en el coro de las virtudes y nos hacen ha-
Iste, iuxta Danihel, lapis excisus de monte sine manibus, creuit in bitar en Cristo, monte bellisimo. El es, segun Daniel (cf. 2,34s), la
montem magnum, et inpleuit omnem terram. Iste, iuxta Ezechiel, piedra cortada dei monte sin intervención de mano alguna, la que
uulnerauit principem Tyri. Ad istum in Esaia et Michaea populi credo hasta hacerse un monte grande y ocupar la tierra entera.
confluunt, dicentes: Venite, ascendamus in montem Domini et ad domum El, segun Ezequiel (cf. 28,16), hirió al principe de Tiro. A El, en
Dei Jacob; et adnuntiabit nobis uias suas, et ambulabimus in semitis eius. Isaias y Miqueas, confluyen los pueblos diciendo: Venid, subamos
al monte dei Senory a la casa dei Dios de Jacob, y E l nos anunciara sus
[V ic e s im a p r im a m a n s io ] caminosy andaremos por sus sendas (Is 2,3; Miq 4,2).

23. E t profecti de monte Sapher castra metati sunt in Arada E ta pa v ig é s im a p r im e r a


(Num 33,24).
Vicesima prima mansio uertitur in «miraculum». Quam pulcher 23. Partieron dei monte Safery acamparon en Harada (Num 33,24).
ordo profectuum, quam egregia textura credentium! Post opus La etapa vigésima primera se traduce como «milagro». jQué her-
lateris infrenamur, post frenos in ecclesiam introducimur; post moso es el orden de los progresos, qué sublime la union de los
habitationem ecclesiae, ad Christum monterà ascendimus, in quo creyentes! Después del trabajo con los ladrillos, somos Aenados;
positi stupemus atque miramur: ut noster in laudibus eius sermo después de los frenos, somos introducidos en la Iglesia; después
superetur, inuenientium in eo, quae nec oculos uidit, nec auris audiuit, de morar en la Iglesia, subimos al monte de Cristo, y puestos en él
nec in cor hominis ascenderunt. nos invade el estupor y la admiración, de suerte que todas nuestras
palabras en alabanza suya quedan superadas, pues en El descubrimos
[V ic e s im a s e c v n d a m a n s io ] lo que ni el ojo vio, ni el oldo oyó, ni al common del hombre llegó (1 Cor 2,9).

24. Etprofecti deArada, castra metati sunt in Maceloth (Num 33,25). E ta pa v ig é s im a s e g u n d a


Vicesima secunda mansio in «coetus» uertitur. In hac enim
consistit multitudo credentium: Ecclesia primitiuorum, uirtutum 24. Y partiendo de Harada, acamparon en Maceloth (Num 33,25).
omnium consonantia. Tunc uere possumus dicere: Ecce quam bonutn La etapa vigésima segunda se traduce como «reuniones». Pues
en ella se detiene la muchedumbre de los creyentes: la Iglesia de
los primeros, la sinfonia de todas las virtudes. Entonces podemos
deck en verdad: jVed: qué dulcqira, qué delicia, convivir los hermanos
O bras completas de S . Jeronimo X a 78. A . Fabiola 887

r iocundum, habitare fratres in unum! Et: Dominus habitare facit unidos! (Sal 132,1). Y: E l S enor hace habitar a los de un mismo sentir en
'oris in domo. una casa 67,7).

[V ic e s im a t e r t ia m a n s io ] E t APA VIGÉSIM A TERCERA

E t profecti de Maceloth, castra metati sunt in Thaat (Num 33,26). 25. Partieron de Macelothy acamparon en Thaath (Num 33,26).
;sima tertia mansio potest et «subter» intellegi, sed melius A la etapa vigésima tercera se le puede dar el sentido de «bajo»,
em» interpretabimur. Venisd ad Ecclesiam, ascendisti ad pero mejor la traduciriamos como «temor». Has llegado a la Igle-
m pulcherrimum, stupore et miraculo Christi magnitudinem sia, has subido al monte hermosfsimo, con estupor y admiración
ris: uides ibi multos uirtutis tuae socios: noli altwn sapere, confiesas la grandeza de Cristo, aquf ves a los muchos compane-
e. Dominus enim superbis resistit, humilibus autem dat gratiam. ros de tu virtud: No te engrìas, mas bien teme (Rom 11,20). Porque el
! se exaltat, uideat ne cadat. Potentes potenter tormenta patientur. Senor resiste a los soberbios y da su grada a los humildes (Sant 4,6). Y:
uirtutum custos est, securitas ad lapsum facilis. Vnde et E l que se exalta, mire no caiga (Le 4,11; 1 Cor 10,12). Los poderosos
dam psalmo, postquam propheta dixerat: Dominus regit me, poderosamente seràn atormentados (Sab 6,7). El temor es el guardiàn
mihi deerit, in loco pascuae ibi me conlocauit, iungit timorem, de las virtudes; la seguridad lleva fàcilmente a la calda. Asf, en un
stos est beatitudinis, et infert: 'Virga tua et baculus tuus, ipsa salmo (cf. 22,1 s.4), después que el profeta habia dicho: el Senor me
colata sunt. Et est sensus: «dum tormenta formido, seruaui gobierna, no me faltarà nada, me ha colocado en verde pradera, recurre al
a quam acceperam». temor, que es el guardiàn de la fidelidad, y anade: Tu varay tu cayado
me han consolado; lo que quiere decir: «mientras tema los castigos,
[V ic e s im a q varta m a n s io ]
guardaré la gracia que he recibido».

E t profecti de Thaath, castra metati sunt in Thare (Num 33,27). E ta pa v ig é s im a cuarta


esima quarta mansio, quam nonnulli uertunt in «malitiam»,
isturam»; nec errarent si per «Ain» litteram scriberetur; nunc 26. Partieron de Thaathy acamparon en Thare (Num 33,27).
:um adspiratio duplex in extrema sit syllaba, erroris cau- La etapa vigésima cuarta algunos la traducen por «malician o
rdfesta est. Hoc eodem uocabulo et isdem litteris scriptum «pasto», y no se equivocarlan si se escribiera con la letra ain; pero,
o patrem Abraham, qui in supradicto apocrypho Geneseos corno en la ultima silaba hay una doble aspiración, la causa del
ine, abactis coruis qui hominum frumenta uastabant, «abac- error es patente. Con esa misma palabra y las mismas letras hallo
uel «depulsoris» sortitus est nomen. Itaque et nos imitemur escrito el nombre del padre de Abrahàn, que en el ya citado libro
; et uolucres caeli quae iuxta uiam satum triticum deuorare apòcrifo del Génesis, porque espantaba los cuervos que devastaban
int, solliciti prohibeamus. Nam et Abraham patriarches, in los sembrados de los hombres, recibe el mote de «espantador» o
srahelis, hostiarum diuisit membra, sacrificiaque a uolucribus «disuasor». Asf pues, imitemos también nosotros a Thare y espante-
init deuorari; et contemptorem oculum effodiunt corui de mos solfcitamente a las aves del cielo que se dan prisa por devorar
Ilibus: uerusque Moyses et Helias ducit Aethiopissam et a el trigo sembrado junto al camino. El mismo patriarca Abrahàn,
pascitur. Si habueris pauorem, sollicitus eris; si sollicitus en figura de Israel, partió los miembros de las victimas y no dejó
leo in caulas ouium tuarum introire non poterit. Quod uel que los sacrifìcios fueran devorados por las aves. El ojo despectivo
lepositos ecclesiarum, uel ad custodiam refer animae tuae, lo arrancan los cuervos que vienen de los valles (cf. Prov 30,17),
am diabolus, per diuersa uitiorum foramina, ingredi nititur. y el verdadero Moisés se casa con una etiope (negra corno los
cuervos), y Eifas es alimentado por los cuervos. Si tienes temor
andaràs solfcito; y si andas solfcito, el león no podrà entrar en la
majada de tus ovejas. Esto mismo puedes aplicarlo a los prelados
de las iglesias o a la custodia de tu propia alma, en la que el diablo
pretende entrar por las diversas rendijas de los vicios.
O bras completas de S . Jerónimo X a 78. A Fabiola 889

[V ic e s im a q v in t a m a n s io ]
E t APA VIGÉSIMA QUINTA

E l profecti de Ubare, castra metati sunt in Methca (Num 33,28). 27. Partieron de Ubarey acamparon en Methca (Num 33,28).
lima quinta mansio uertitur in «dulcedinem». Ascendisti in La etapa vigésima quinta se traduce por «dulzura». Una vez que
n, admiratus es uirtutum choros, timuisti ruinam, abegisti has subido a lo alto, admirado los coros de las virtudes, temido la
>res, dulcis te protinus fructus laboris insequitur, et in mo­ calda y espantado a los insidiosos, el dulce fruto de tu esfuerzo
erarum, radicum amaritudinem pomorum suauitas conpen- te seguirà en seguida, y como ocurre con el estudio de las letras,
dices: Quam dulciafaucibus meis eloquia tua, super mei ori meo. la amargura de la rafz quedarà compensada con la suavidad de
mque tibi audies concinentem: Mei distillant labia tua, soror los frutos, y diràs: \Qué dulces a mi paladar tus palabras, mas que la
nsa. Quid enim suauius disciplina? quid eruditione melius? miei para mi boca! (Sai 118,103). Y oiràs al esposo que canta para
ilcius Domino? Gustate et uidete quoniam suauis est Dominus. ti: Uus labios destilan miei, hermana mia, esposa mia (Cant 4,11). Y, en
: Sampson qui abegerat a fructibus suis aues, et uulpes quae realidad, <;qué cosa puede haber mas suave que el saber? ^Qué
nant uineas conligauerat, leonemque interfecerat rugientem, cosa mejor que la ciencia? ^Qué mas dulce que el Senor? Gustad
inuenit in ore mortui. y ved qué dulce es el Senor (Sai 33,9). Por eso, también Sansón, que
habia espantado de sus frutos a las aves y atado a las zorras que
[V ic e s im a s e x t a m a n s io ]
devastaban las vihas, y matado al león rugiente, hallo un panai en
la boca del león muerto.
E t profecti de Methca, castra metati sunt in Asmona (Num 33,29).
sima sexta mansio in lingua nostra «festinationem» sonat, E ta pa v ig é s im a sex ta
[ud quod in psalmo scribitur, uenient legati ex Aegypto. Pro
» in Hebraeo, «festinantes» legimus: ut postquam dulces 28. Partieron de Methcay acamparon en Asmona (Num 33,29).
laboris messuerimus, non simus quiete contenti et otio; et La etapa vigésima sexta en nuestra lengua quiere deck «prisa», se-
ad ulteriora properantes, obliuiscamur praeteritorum, et in gun lo que se escribe en el salmo: Vendran legados de Egipto (Sai 67,32).
nos extendamus. Por legados, en el texto hebreo leemos «presurosos». El sentido es
que, después de haber recogido los dulces frutos de nuestro esfuerzo,
[V ic e s im a s e p t im a m a n s io ] no nos entreguemos al ocio y al descanso; y apresuràndonos a lo
que resta, olvidemos lo pasado y nos dediquemos a lo por vertir.
E t profecti de Asmona, castra metati sunt in Museroth
33,30). E ta pa v ig é s im a s é p t im a
sima septima mansio «uincula», siue «disciplinas» sonat, ut
gradu pergamus ad magistros, et eorum teramus limina, 29. Partieron de Asmonay acamparon en Museroth (Num 33,30).
cepta uirtutum, ac mysteria scripturarum, uincula putemus La etapa vigésima séptima significa «cadenas» o «disciplinas»,
., iuxta illud quod in Esaia dicitur: E t Sabaim uiri sublimes ad para que con paso ligero acudamos a los maestros y gastemos
ibunt et tui erunt; post te ambulabunt uincti manicis. Et: Paulus, sus umbrales, y consideremos los preceptos de las virtudes y los
lesu Christi. Duplicia sunt in scripturis uincula quae quamdiu misterios de las Escrituras corno cadenas eternas, conforme a lo
ampson, uicit inimicos. Et in Ecclesiaste de meretrice legi- que se dice en Isafas: Y los sebaltas, de elevada estatura, vendran a tiy
oinculum in manibus eius». Et ex persona Domini dicentis: tuyos seràn. Iran detràs de ti encadenados con esposas (Is 45,14). También
amus uincula eorum, etproiciamus a nobis iugum ipsorum. Et alibi: Pablo se declara prisionero de Cristo Jesus (Ef 3,1). Dos son en
r contritus est, et nos liberati sumus. Christi autem uincula uolun- las Escrituras las cadenas que, mientras Sansón logró romper-
las, vendo siempre a sus enemigos. Y en el Eclesiastés leemos a
propòsito de la ramerà: tiene una cadena en sus manos (Ecl 7,26). Y
poniéndolo en boca del Senor dice: Rompamos sus coyundas, sacudamos
su yugo (Sai 2,3). Y en otto lugar: Ea trampa se rompióy escapamos
890 O bras completas de S . Jeronimo X a 78. A Fabiola 891

taria sunt, et uertuntur in amplexus. Quicumque his fuerit conli- (Sal 123,7). Las cadenas de Cristo son voluntarias y se convierten
gatus, dicet. Sinistra eius sub capite meo, et dextra eius complectetur me. en abrazos. Todo el que se ata con ellas podrà decir: Su fiquierda
està bajo mi cabega, y su derecha me abrada (Cant 2,6).
[V ic e s im a octava m a n s io ]
E ta pa v ig é s im a octava
30. E t profecti de Museroth, castra metati sunt in Baneiacan
(Num 33,31). 30. Partieron de Muserothy acamparon en Beneiacàn (Num 33,31).
Vicesima octaua mansio transfertur in «filios necessitatis», seu La etapa vigésima octava se traduce por «hijos de la necesidad»
«stridoris». Si ab uno incipias numero, et paulatim addens ad sep­ o «del crujido». Si empiezas por el uno, y, sumando siempre el
timum usque peruenias, uicesimus octauus numerus efficitur. Qui siguiente, llegas hasta el siete, resulta el numero veintiocho. Quiénes
sint isti filii necessitatis, psalmus ipse nos doceat: Afferte Domino, sean estos hijos de la necesidad, nos lo dira ese salmo mismo: Elevad
filii Dei, afferte Domino filios arietum. Quae est tanta necessitas, quae al Senior, hijos de Dios, llevad al Senor los hijos de los carneros (Sai 28,1).
nolentibus inponatur? Cum diuinis scripturis fueris eruditus, et cjCual es esa gran necesidad que se impone a los que se niegan?
leges earum ac testimonia uincula scieris ueritatis, contendes cum Cuando estuvieres instruido en las divinas Escrituras y sepas que
aduersariis, ligabis eos, et uinctos duces in captiuitatem; et de hos­ sus leyes y testimonios son cadenas de la verdad, lucharas con tus
tibus quondam atque captiuis, liberas Dei facies, ut repente dicas adversarios, los ataràs y, una vez atados, los llevaras al cautiverio. Y
cum Sion: Ego sterilis et non pariens, transmigrata et captiua, et istos quis de los que un dia fueron enemigos y cautivos haras hijos de Dios,
enutriuit? Ego destituta et sola, et isti ubi erant? Miraris Isaiam, eiusdem de modo que de repente podras decir corno Sión: Yo era estérily sin
psalmi sacramenta cognosce: Vox Domini in uirtute, uox Domini in hijos, desterraday aparte, y a éstos iquién los crió? Yo estaba abandonaday
magnificentia, uox Domino confringentis cedros, ut postquam aduersarios sola,y éstos £dónde estaban? (Is 49,21). Tu que admiras a Isaias, pro­
fregerit, et concusserit desertos prius gentium populos, praepa­ cura entender los misterios de ese mismo salmo: La vo% del Senor
rentur cerui in montibus, et sit dilectus sicut filius unicornium, in espotente, la vo%del Senor es magnifica, la vo%del Senor descuaja los cedros.
temploque eius omnis dicat gloriam. Porro quod uertimus, «folios Asi, después de aplastar a los enemigos y sacudir a los pueblos de
stridoris», ad illum sensum refer, quod timore supplicii et eius loci los gentiles antes abandonados, los ciervos se prepararan en los
ubi est fletus et stridor dentium, deserentes diaboli uincula, Christo montes y el amado sera corno una crìa de unicornio (Sai 28,4-6), y en su
Domino credentium turbae colla submittant. tempio todos gritaràn: jGloria! En cuanto a la traducción de «hijos
del crujido», puedes aplicarlo en el sentido de que, por el temor
[V ic e s im a n o n a m a n s io ] del castigo y de aquel lugar en el que habra liantoy crujir de dientes
(Mt 8,12), las muchedumbres de los creyentes, abandonando las
31. E t profecti de Baneiacan, castra metati sunt in Gadgad ataduras del diablo, someten su cuello a Cristo Senor.
(Num 33,32).
Vicesima nona mansio interpretatur «nuntius», siue «expeditio» E ta pa v ig é s im a n o v e n a
et «accinctio» uel certe (quod nos uerius arbitramur) xataxoTtTj,
id est, «concisio». Haud aliter possumus magistri discipulorum 31. Partieron de Beneiacàn y acamparon en el monte Gadgad
atque credentium eos facere filios necessitatis, nisi praeceptores (Num 33,32).
eorum interfecerimus. Crudeles simus in occisione eorum; non La etapa vigésima novena se traduce «mensaje» o «expedición y
parcat manus nostra armum aut extremum auriculae de ore leonis preparativos», o bien, cosa que nosotros consideramos mas exacta,
extrahere. Maledictus quifacit opus Domini neglegenter, et quiprohibet gla­ «matanza». Los que somos maestros de los discipulos y de los fìeles
dium suum a sanguine. Vnde et Dauid: In matutino, inquit, interfitiebam no podemos hacer de ellos hijos de la necesidad si no matamos a
sus preceptores anteriores. Seamos crueles en matarlos; no se apiade
nuestra mano y quiera arrebatar de la boca del león el brazo o la
punta de la oreja. Maldito quien hace la obra de Dios con negligentia e impide
a su espada vertersangre (Jer 48,10). Por eso dice David: Porla mananayo
892 Obras completas de S . Jeronimo X a 78. A Fabiola 893

omnespeccatores terrae. De nuntio autem et acdnctione haec breuiter exterminaba a todos lospecadores delpals (Sal 100,8). Respecto al sentido
possumus dicere, quod filiis necessitatis grandes ad uirtutem sti­ de «mensaje» y «preparativos», podemos deck sucintamente que a
mulos suggeramus, cum eis nuntiauerimus praemia futurorum, et los hijos de la necesidad debemos presentarles grandes alicientes
accinctos inire bella docuerimus. Horum trium quicquid magister para la vktud, anunciàndoles los premios futuros y ensenàndoles
fecerit, in monte consistit. a estar preparados para comenzar el combate. Cualquiera de estas
tres cosas que hiciere el maestro se situa sobre el monte.
[T r ic e s im a m a n s io ]
E ta pa t r ig è s im a
32. E t profecti de monte Gadgad, castra metati sunt in letabatha
(Num 33,33). 32. Partieron dei monte Gadgad y acamparon en letabatha
Tricesima mansio «bonitas» interpretatur, ut cum peruenerimus (Num 33,33).
ad perfectum uirum, in sacerdotalem gradum, et in aetatem ple­ La etapa trigèsima se interpreta «bondad». El sentido es que,
nitudinis Christi, in qua et Ezechiel erat iuxta fluuium Chobar, una vez que hayamos alcanzado estado de varón perfecto, el gra­
possimus cum Dauid in tricesimo psalmo canere: In te, Domine, do sacerdotal, la edad plena de Cristo (Ef 4,13), en la que estaba
speraui, non confundar in aeternum. Pastor enim bonusponit animam suam Ezequiel junto al rio Cobar, podremos cantar con David en el
pro ouibus suis. salmo treinta: A ti, Senor, me acojo, no quedejo nunca defraudado (v.2).
Porque el buen pastor da su vida por sus ovejas (Jn 10,11).
[T r ic e s im a p r im a m a n s io ]
E ta pa t r ig è s im a pr im e r a
33. E t profecti de letabatha, castra metati sunt in Hebrona
(Num 33,34). 33. Partieron de Jetabathay acamparon en Hebrona (Num 33,34).
Tricesima prima mansio interpretatur xcapeXeuaig, id est: «trans­ La etapa trigèsima primera se traduce «transito» o «transición».
itus», siue «transitio». Ad hanc uenit uerus Hebraeus, id est, A ésta llega el verdadero hebreo, es deck, el «transeunte», que
jtSQaTT]5, «transitor» qui dicere potest: Transiens uidebo uisionem hanc puede deck: Me acercaré a ver està gran vision (Ex 3,3). De él canta
magnam; de quo et psalmista canit: et non dixerunt qui praeteribant, también el salmista: N i le dicen los quepasaban: Que el Senor te bendiga
benedictio Domini super uos. Praeterit enimfigura huius mundi, et propter- (Sai 128,8). Porque pasa la figura de este mundo (1 Cor 7,31), y por
ea sancti cupiunt ad meliora transire, nec praesenti statu conten­ eso los santos desean pasar a cosas mejores, y no contentos con
ti, ingemes eunt cotidie: Haec recordatus sum, et effudi in me animam el estado presente, gimen a diario: Recuerdo otros tiempos, y desahogo
meam, quoniam transibo in locum tabernaculi admirabilis usque ad domum mi alma conmigo, porque caminaré haäa el lugar del tabernaculo admirable,
Dei. Multum est, si de omnibus scripturis super uerbo transitionis bacia la casa de Dios (Sai 41,5). Seria largo querer recoger de todas
uelim exempla congerere. las Escrituras los ejemplos de la palabra «transito».

[T r ic e s im a s e c v n d a m a n s io ] E ta pa t r ig è s im a s e g u n d a

34. E t profecti de Hebrona, castra metati sunt in Asion-Gaber 34. Partieron de Hebronay acamparon enAsion-Gaber (Num 33,35).
(Num 33,35). La etapa trigèsima segunda se traduce por «maderos del varón»
Tricesima secunda mansio transfertur in «ligna uiri», siue «do­ o «vkutas de hombre», que se dice en griego mas expresivamente
lationes hominis», quod significantius Graece dicitur |uXcwuo[AOi ^lAcoaajioi àvòpóg, y se escribe con la letta «ain», no con «gui-
dvÖQÖg, scribiturque per «Ain» litteram, non, ut Graeci et Latini mel», como equivocadamente piensan griegos y latinos. ^De dónde
errant, per «Gimel». Vnde in solitudine multitudo lignorum, nisi proviene tanta abundancia de madera en el desierto sino para ha-
quod seduli et diligentis magistri disciplina monstratur, caeden­ cer ver la doctrina del maestro aplicado y diligente, que corta los
tis ligna informia, et dolantis facientisque uasa diuersa, quae in troncos informes y los pule, y de ellos hace recipientes variados,
domo magna necessaria sunt? Possunt «lignationes uiri», saltuum que son necesarios en una casa grande? «Maderos del varón» puede
894 Obras completas de S. Jerónimo X a 78. A. Fabiola 895

et omnium arborum genera, ac per hoc credentium multitudinem ser imagen de todo tipo de bosques y ärboles y, por la variedad
figurare, dicente Dauid: Inuenimus eam in campis siluae. Hucusque de éstos, de la muchedumbre de los creyentes, conforme a lo que
solitudo Pharan decem et octo continet mansiones, quae descriptae dice David: Ea hemos encontrado en los campos del bosque (Sai 131,6).
in catalogo superiori itinere non ponuntur. Hasta aqul el desierto de Faran contiene dieciocho etapas que,
aunque recogidas en la lista, no figuran en el itinerario anterior.
[Tricesima tertia mansio]
E tapa trigèsima tercera
35. E i profecti de Asion-Gaber castra metati sunt in deserto Sin: haec
est Cades (Num 33,36). 35. Partieron de Asion-Gabery acamparon en el desierto de Sin, que
Quaeritur cur octaua mansio nunc tricesima tertia esse dicatur es Cades (Num 33,36).
Sed sciendum quod prior per «Samech» litteram scribitur, interpre- Uno se pregunta por qué la octava etapa se dice ahora que es
taturque «rubus», siue «odium»: haec autem per «Sade», et uertitur la trigèsima tercera. Pero hay que saber que la primera se escribe
in «mandatum». Illudque quod iungitur, «Cades», non ut plerique con la letra «sàmech», y se traduce «zarza» u «odio»; mientras
aestimant, «sancta» dicitur: sed «mutata», siue «translata». Legimus que ésta se escribe con «sade», y se traduce por «mandato». La
in Genesi iuxta hebraicam ueritatem, ubi ludas meretricem putans adición de «Cades» no significa «santa», corno muchos creen, sino
Thamar, dona transmittit: et sequester munerum interrogat, «ubi «mudada» o «trasladada». Leemos en el Génesis (c.21), segun el
est cadesa», hoc est, «scortum», cuius habitus a ceteris feminis texto hebreo, en el pasaje en que Juda, creyendo que Tamar era
inmutatus est. In multis quoque locis hoc idem repperimus. Sin una ramerà, le manda sus regalos, que el depositario de ellos pre­
autem «sancta» interpretatur, m x à à v x i ^ p a a i v intellegendum: gunta: dónde està la cadesa?», es deck, la cortesana, cuyo vestido
quomodo Parcae dicuntur ab eo quod minime parcant, et bellum, estaba cambiado respecto del de las otras mujeres. En muchos
quod nequaquam bellum sit, et lucus, quod minime luceat. In hac otros pasajes hallamos esto mismo. Ahora bien: si se interpreta
mansione moritur Maria, et sepelitur, et propter aquas contra­ por «santa», habra que entenderlo por antifrasis, del mismo modo
dictionis Moyses et Aaron offendunt Dominum, et prohibentur que las Parcas se llaman asi porque no perdonan, y la guerra bellum
transire Iordanen, missisque nuntiis ad Edom, transitus petitur, nec porque no es bella, y el bosque lucus porque no luce. En està etapa
inpetratur. Quis timeret post tantos profectus murmur populi, et muere Maria y es enterrada, y por las aguas de la contradicción
offensam magistrorum, et uiae transitus denegatos? Videtur mihi Moisés y Aarón ofenden al Senor, y se les prohibe pasar el Jordan;
in Maria prophetia mortua, in Moyse et Aaron legi et sacerdotio son enviados mensajeros a Edom para pedk el paso, pero no
Iudaeorum finis inpositus, quod nec ipsi ad terram repromissionis se consigue. Después de tantos progresos, <;quién iba a temer la
transcendere ualeant, nec credentem populum de solitudine huius murmuración del pueblo, la ofensa de los maestros y la negación
mundi educere. Et nota quod post mortem prophetiae et aquas del paso? A mi parecer, en Maria muere la profeda, y en Moisés
contradictionis, Idumaeum carneum atque terrenum transire non y Aarón termina la ley y el sacerdocio de los judios, pues ni ellos
possint, et cum multis precibus et conatu uiam non inpetrent; sed mismos fueron capaces de pasar a la tierra de promisión, ni de
egrediatur Edom aduersus eos in populo multo et in manu forti. sacar al pueblo creyente del desierto de este mundo. Fijate ademàs
Interpretatio quoque nominis morti et offensae et negato transitui que, después de la muerte de la profeda y después de las aguas
conuenit. Vbi enim mandatum, ibi peccatum: ubi peccatum, ibi de la contradicción, no pueden dejar atras al idumeo carnai y te­
offensa; ubi offensa, ibi mors. Haec est mansio de qua psalmista rreno y, a pesar de los ruegos y empeno, no logran la entrada. En
canit: Commouebit Dominus desertum Cades. cambio, Edom sale contra ellos con un ejército numeroso y faerte.
La interpretación misma del nombre concuerda con la muerte, la
ofensa y la negación del paso. Porque donde hay mandato, alli
hay pecado; donde hay pecado, hay ofensa; donde hay ofensa, hay
muerte. Està es la etapa de que canta el salmista: E l Senor sacudirà
el desierto de Cades (Sai 28,8).
896 O b ras completas de S . Jerónimo X a 78. A Fabiota 897

[Tricesima qvarta mansio] E tapa TRIGÈSIMA CUARTA

36. Profectique de Cades, castra metati sunt in Or monte, in extremo 36. Partieron de Cades y acamparon en el monte Or, en la frontera
terrae Edom. Ascenditque Aaron sacerdos in montem Or, iuxta praeceptum del pals de Edom. E l sacerdote Aarón subió al monte Or por orden del
Domini, et mortuus est ibi anno quadragesimo egressionisßliorum Israhel de Senior, y mudò alll el ano cuarenta de la salida de los hijos de Israel de
terra Aegypti, mense quinto, prima die mensis. Eratque Aaron centum uiginti Egipto, el mes quinto, el primer dia del mes. Tenia Aarón dento veintitrés
trium annorum quando mortuus est in monte Or. E t audiuit Chananaeus anos cuando murió en el monte Or. E l rey cananeo de Arad, que habitaba
rex Arad, qui habitabat ad Austrum in terra Chanaan, quod uenissent al sur en el pals de Canaan, se enteró de que hablan llegado los hijos de
filii Israhel (Num 33,37-40). Israel (Num 33,37-40).
Tricesima quarta mansio est, quam plerisque interpretantur Etapa trigèsima cuarta, que la mayoria traducen por «luz», y no
«lumen». Nec errarent, si per «Aleph» litteram scriberetur. Alii se equivocarian si se escribiera con la letta «àleph». Ottos traducen
«pellem», et ipsi uerum dicerent, si esset «Aro» positum. Nonnul­ «piel», y tendrian razón si figurara la letta «ain». Algunos traducen
li «foramen», quod posset accipi, si «Heth» haberet elementum. «agujero», y pudiera pasar si tuviera la letta «heth». Pero, corno se
Cum autem legatur pet «He», magis «mons» intellegitur: et legi lee la letta «he», hay que entenderlo mejor como «monte»; y se
potest: «Ascendit Aaron sacerdos in montis montem», id est, in puede entender asi: «Subió el sacerdote Aarón al monte del monte»,
uerticem eius. Ex quo animaduertimus non in monte simpliciter, es deck, a su cima. De lo que podemos concluk que el pontifice
sed in monte montis pontificem mortuum, ut dignus locus meritis no murió simplemente en el monte, sino en el monte del monte,
illius monstraretur. Moritur autem eo anno, quo nouus populus es deck, en un lugar digno de sus méritos. Ademas, muere el ano
repromissionis terram intraturus erat, in extremis finibus terrae mismo en que el pueblo nuevo habia de entrar en la tierra de pro-
Idumaeorum. Et quamquam in monte sacerdotium Eleazaro filio misión, en los ultimos confines de la tierra de los idumeos. Ahora
dereliquerit, Lexque eos, qui eam inpleuerint, perducat ad sum­ bien: aunque dejaba el sacerdocio a su hijo Eleazar en el monte,
mum, tamen ipsa sublimitas non est trans fluenta Iordanis, sed y hasta la cima del monte lleva la ley a quienes la cumplieren, sin
in extremis terrenorum operum finibus: et plangit eum populus embargo, la sublimidad misma no està al otto lado de las corrientes
triginta diebus. Aaron plangitur, Iesus non plangitur. In lege de­ del Jordan, sino en los limites ultimos de las obras terrenas. El
scensus ad inferos, in euangelio ad paradisum transmigratio. Audit pueblo lo llora durante treinta dias. Aarón es llorado, Jesus no es
quoque Chananaeus quod uenisset Israhel, et in loco exploratorum, llorado. En el régimen de la ley se desciende a los infiernos, en el
ubi quondam offendisse populum nouerant, ineunt proelium, et del Evangelio se transmigra al paraiso. También el cananeo oye que
captiuum ducunt Israhel. Rursumque in eodem loco pugnatur; ex ha llegado Israel, y en el lugar de los exploradores, donde sabian
uoto uictor uincitur, uicti superant, appellaturque nomen «Horma», que el pueblo habia pecado un dia, entablan batalla y se llevan
id est, «anathema». Eadem dicere mihi non est pigrum, legentibus prisionero a Israel. Y de nuevo se combate en el mismo sitio;
necessarium, quod semper humanus status in huius saeculi uia pero, gracias al voto hecho, el vencedor es vencido, los vencidos
fluctuet, et alius in ualle, alius in campis, aliud moriatur in monte; vencen y el lugar es llamado «horma», es deck, «anatema». Yo no
nec in monte simpliciter, sed in montis monte, id est, in excelso me canso de repetir siempre lo mismo, ya que es necesario para
uertice. Cumque nos Dei auxilio destitutos hostis inuaserit, duxe- los lectores, a saber, que la condición del hombre fluctua mucho
ritque captiuos, non desperemus salutem, sed iterum armemur ad en el caminar por este mundo, y uno muere en el valle, otto en
proelium. Potest fieri ut uincamus ubi uicti sumus, et in eodem los llanos, otto en el monte; y no simplemente en el monte, sino
loco triumphemus, in quo fuimus ante captiui. en el monte del monte, en la cima mas alta. Y si el enemigo nos
sorprende desprovistos del auxilio de Dios y nos lleva cautivos,
no desesperemos de la salvación; antes bien, preparémonos otta
vez para el combate. Puede acontecer que venzamos donde fui-
mos vencidos, y celebremos el triunfo en el mismo lugar en que
anteriormente fuimos hechos prisioneros.
898 O bras completas de S . Jerónimo X a 78. A Fabiola 899

[Tricesima qvinta et tricesima sexta mansio] E tapa trigèsima quinta y trigèsima sexta

37. E t profecti de monte Or, castra metati sunt in Selmona. Profectique 37. Partieron de Ory acamparon en Selmona. Partieron de Selmona
de Selmona, uenerunt in Phinon (Num 33,41 s). y vinieron a Phinón (Num 33,41-42).
Hae duae mansiones, tricesima quinta et tricesima sexta, in or­ Estas dos etapas no se hallan en el relato historico, sino que en
dine historiae non inueniuntur, sed scriptum est pro eis: Egressi de lugar de ellas està escrito: A.bandonaron el monte Or, por el camino del
monte Or, per uiam maris Rubri, ut circumirent terram Edom. Ex quo mar Rojo, para rodear la tierra de Edom (Num 21,4). Por donde se ve
ostenditur in finibus atque circuitu terrae Edom eas positas. Nec que estän situadas en los confines y alrededores del pais de Edom.
secundum morem legitur: Profecti de monte Or, castra metati sunt in Y no se lee como de costumbre: Partieron de Or y acamparon
Selmona, siue in Phinon, sed post ambitum terrae Idumaeorum uenit en Selmona o en Phinón, sino que, después del rodeo en torno
ad extremum, et ait: Profecti filii Israhel castra metati sunt in Oboth. al pais de los idumeos, el autor sagrado narra el final elidendo:
Nec dixit: profecti sunt de illo et illo loco, quia duas mansiones Partieron los hijos de Israely acamparon en Oboth (Num 33,43). No dijo:
silentio praetermiserat, quas cum in supputatione tacuerit, reddidit Partieron de este o del otto lugar, pues habia pasado en silendo
in summa. Prima mansio «Selmona», interpretatur «imaguncula». dos etapas, y por haberlas callado en la relación, las recogió en el
Secunda «Phinon», diminutiue «os» (ab ore, ron ab osse, intellege). resumen. La primera etapa, «Selmona», se interpreta corno «pe-
In his Aaron mortuo, murmurant contra Deum et Moysen, manna quena imagen». La segunda, «Phinón», es diminutivo de «boca».
fastidiunt, a serpentibus uulnerantur, et in typum Saluatoris, qui En ellas, después de la muerte de Aarón, murmuran contra Dios
uerum antiquumque serpentem in patibulo triumphauit, diaboli y Moisés, se hastian del mana, son mordidos por las serpientes y,
uenena superantut Vnde et imaguncula uerae expressaeque ima­ por medio de la figura del Salvador, que triunfó en la cruz de la
ginis Filii Dei passionem eius intuens conseruatur; et quod corde verdadera serpiente antigua, son vencidos los venenos del diablo.
credit, ore pronuntiat, legens illud Apostoli: Corde creditur ad iusti- En lo cual se perpetua una pequena imagen de la verdadera y
tiam, ore autem confessio fit ad salutem. Simulque nota, quod utraque expresa imagen del Hijo de Dios, por referenda a su pasión; y lo
mansio IntoxopiOTixcog appelletur, quia ex parte uidemus, et ex parte que de corazón se cree, se pronuncia con la boca, conforme a lo
prophetamus, et nunc per speculum uidemus in aenigmate. que se lee en el Apóstol: Con el corazón se creepara conseguir lajustitia,
y con la boca se confiesapara conseguir la salvation (Rom 10,10). Observa
[Tricesima septima mansio] de paso que una y otta etapa estàn nombradas en diminutivo, pues
en parte vernosy en parte profetigamos, y ahora sólo vernos en espejoy en
38. E t profecti de Phinon, castra metati sunt in Oboth (Num 33,43). enigma (1 Cor 13,9.12).
Tricesima septima mansio uertitur in «magos», siue «pythones»;
uel secundum uerba Heliu, «lagoenas grandes», quae cum musto E tapa trigèsima séptima
plenae fuerint, absque spiramine, ilico disrumpuntur. Pugnauerunt
magi contra Moysen et Aaron; et a muliere, quae erat in Endor, et 38. Partieron de Phinóny acatnparon en Oboth (Num 33,43).
habebat, iuxta Septuaginta interpretes, spiritum «pythonem», iuxta La etapa trigèsima séptima se traduce como «magos» o «pi-
Hebraeos, «magum», regi Israhelis inluditur. Multae sunt praesti­ tones» o, segun las palabras de Eliu, tondes grandes, que si se
giae, et innumerabiles laquei, quibus animae capiuntur humanae; llenan de mosto y no se deja respiradero no tardan en reventar
sed nos dicamus, in Domino confidentes: Eaqueus contritus est: et (cf. Job 32,19). Unos magos lucharon contra Moisés y Aarón, y
nos liberati sumus. Et: Si ambulauero in medio umbrae mortis, non timebo la mujer que estaba en Endor y tenia segun los Setenta espiritu
mala, quoniam tu mecum es. Cadent a latere nostro mille, et decem milia a «pitón», o segun el hebreo, un espiritu «mago», se burla del rey
de Israel. Son muchos los hechizos e incontables las trampas con
que son cazadas las almas humanas; pero nosotros, conflando en
el Senor, digamos: Ea trampa se rompióy escapamos (Sai 123,7). Y:
A.un cuando anduviere por entre sombras de muerte, no temerò mal alguno,
porque tu estàs conmigo (22,4). M il caeràn a nuestro lado, y die^ mil
78. A Fabiola 901
900 Obras completas de S. Jeronimo X a

a nuestra derecha (90,7). No temeremos la incursion del demonio del


dextris nostris. Non timebimus ab incursu, et daemonio meridiano;
mediodla (90,6), sino que nos taparemos los oidos, para no oir la
sed obturabimus aures nostras, ne audiamus uoces incantantium, et
voz de los encantadores, y desdenaremos los cantos de las sirenas.
sirenarum carmina neglegemus. Post imaginem Dei, quae in cordis
Después de la imagen de Dios que se muestra en el interior del
ratione monstratur, et confessionem fidei, quae ore profertur, con­
corazón, y después de la confesión de fe, que se profiere con la
surgunt serpentes, et artes maleficae ad bella nos prouocant. Sed
nos, qui habemus pretiosissimum thesaurum in uasis fictilibus, quae boca, surgen las serpientes, y las artes maléficas nos provocan a
frangi possunt, ita ut de quodam uix testa remanserit in qua hauriri la guerra. Pero nosotros, que llevamos un tesoro preciosisimo en
possit aquae pusillum, omni custodia circumdemus cor nostrum. vasos de barro que pueden quebrarse, hasta el punto de que de
alguno no quede ni un cascote donde coger un poquito de agua,
protejamos nuestro corazón con toda vigilanda.
[Tricesima octava mansio]

39. E t profecti de Oboth, castra metan sunt in Hieabarim, in finibus E tapa trigèsima octava
Moab (Num 33,44).
Tricesima octaua mansio «aceruos lapidum transeuntium» sonat. 39. Partieran de Oboth j acamparon en Jeabarim, en los confines de
Sunt sancti lapides, qui uoluuntur super terram, leues, politi et Moab (Num 33,44).
rotunditate sua rotarum cursibus similes. Sunt et alii quos pro­ La etapa trigèsima octava suena a «montón de piedras que pa-
pheta iubet tolli de uia, ne ambulantium in eos offendant pedes. san». Hay piedras santas, que ruedan sobre la tierra, ligeras y pulidas
Qui sunt isti ambulantes? utique uiatores et praetereuntes, qui per y, por su redondez, corren corno ruedas. Pero hay también otras
istud saeculum ad alias mansiones transire festinant. Quod autem que el profeta manda quitar del camino para que no tropiecen con
dicitur, «in finibus Moab», et supra scriptum est, «in solitudine quae ellas los pies de los caminantes. ^Quiénes son estos caminantes?
respicit Moab contra solis ortum», ostendit iuxta litteram, quod Sin duda los peregrinos y transeuntes, que a través de este siglo
huc usque in finibus terme Idumaeorum fuerint, et nunc ueniant caminan presurosos hacia otras moradas. El que se diga «en los
ad terminos Moab, de alia prouincia ad aliam transeuntes. Non confines de Moab», y antes se escriba: «En el desierto que mira a
enim semper uni uirtuti danda est opera; sed sicut scriptum est: Moab por la salida del sol», nos da a entender que, segun la letta,
Ibunt de uirtute in uirtutem, de alia transeundum est ad aliam, quia hasta ahora han permanecido en el pais de los idumeos, y que ahora
haerent sibi, et ita inter se nexae sunt, ut qui una caruerit omnibus estan llegando a los términos de Moab, pasando de una provincia
careat. Et tamen transire de alia ad aliam, eorum est proprie, qui a otta. Pues no hay que dedicar siempre todo el esfuerzo a una
solis iustitiae ortum considerant. sola virtud, sino que, estando escrito: Caminaràn de virtud en virtud
(Sai 83,8), hay que pasar de una a otta, pues estan unidas entre
[Tricesima nona mansio]
si y trabadas de tal forma que quien carece de una sola carece de
todas. Y, sin embargo, pasar de una virtud a otta sólo pertenece
40. E t profecti de Hieabarim (siue ut in secundo loco apud Hebraeos a los que miran hacia el nacimiento del sol de justicia.
habetur H ihim), castra metati sunt in Dibon-Gad (Num 33,45).
Tricesima nona mansio interpretatur, «fortiter intellecta tempta­ E tapa trigèsima novena
tio». Pro hac in ondine historiae aliter scriptum repperi. Postquam
enim castra metati sunt in Hieabarim, in finibus Moab, contra 40. Pariieron de Jeabarim (o, corno se lee en segundo lugar en
ortum solis, legitur: Inde profecti sunt, et deuerterunt ad torrentem Zared. hebreo, Hihim) y acamparon en Dibon-Gad (Num 33,45).
E t de hoc loco proficiscentes, castra metati sunt trans A.rnon, quae est in La etapa trigèsima novena se interpreta «tentación valientemente
comprendida». En su lugar he hallado escrita otta cosa en el rela­
to histórico (cf. Num 21,10-13). Porque, después de acampar en
Jeabarim, en los confines de Moab hacia la salida del sol, se lee:
Partieron de alllj torderon hacia el torrente Zared. Y saliendo de este lugar,
acamparon al otro lado delArnón, que està situado en el desierto, en lafrontera
902 O bras completas de S . Jeronimo X a 78. A Fabiola 903

solitudine finium Amorraei, eo quod Arnon in terminis sit Moabitarum et de los amorreos, ya que el Arnón està en lafrontera entre los moabitasy los
Amorraeorum; et post haec uenerunt ad puteum, ubi cecinit Israhel amorreos. Y luego llegaron al pozo, donde cantò Israel este poema:
carmen hoc: Ascende putee quem foderunt principes, et aperuerunt duces Sube, po%o que cavaron los principes, que excavaron losjefes delpueblo con el
populorum in datore legum, et in baculo eius. E t de solitudine in Matthana; cetro, con sus bastones. Y del desierto marcharon a Matthana, y de Matthana
et de Matthana ad torrentes Dei; et de torrentibus Dei, ad excelsa; et de a los torrentes de Dios, y de los torrentes de Dios a los oteros, y de los oteros
excelsis, ad uallem quae est in regione Moab, in uertice Phasga, qui prospicit al valle que està en la region de Moab, en la cima de Phasga, que domina
contra desertum. Haec loca in finibus Amorraeorum quidam interpre­ la parte del desierto (Nüm 21,17-20). Estos lugares de la frontera de
tantes, putant non mansiones esse, sed transitus, nec praeiudicare los amorreos, algunos intérpretes piensan que no son etapas, sino
debere catalogo mansionum extraordinariam expositionem. Alii lugares de paso, y que està descripción particular no debe distraer de
autem spiritalibus spiritalia conparantes, nolunt regiones significari; la lista de las etapas. Pero otros, comparando lo espiritual con lo espirìtual
sed per locorum nomina, uirtutum profectus esse, quod post ma­ (1 Cor 2,13), no admiten se träte de regiones, sino que con los nom-
gos, et congregationem lapidum, frequenter ueniamus ad torrentes bres de lugares se significan los progresos en las virtudes; de modo
«Zared», quod interpretatur «aliena descensio»; et in descensione que, después de los magos y de los montones de piedras, frecuen-
positi, transeamus ad «Arnon», quod «maledictionem» sonat, quae temente venimos a parar al torrente Zared, que significa «descenso
est posita in finibus «Amorraeorum», qui uel «amari» hostes sunt, ajeno», y puestos en el descenso, pasamos hacia el Arnón, que suena
uel multa «locuntur» inflati. Sin autem transierimus terminos Moab, a «maldición», y està situado en el territorio de los amorreos, que son
qui de incestu generatus est, et recessit a uero patre statim no­ enemigos «amargos», e hinchados por el orgullo «hablan» mucho.
bis occurrit puteus, quem nemo de plebe fodit, nullus ignobilis, Pero si pasamos a los términos de Moab, que fue engendrado de un
sed principes et duces, qui iura dant populis; et canentes carmen incesto (cf. Gén 19,36s) y se apartó del verdadero padre, nos saldrà
in aqua putei, et in Dei muneribus gratulantes, prophetant quo en seguida al paso un pozo que no cavò nadie de la plebe, ningun
transituri sunt et ad quae peruenturi loca, quod scilicet de de­ innoble, sino los principes y jefes que dan leyes a los pueblos. Y
serto ueniant in «Matthana», quod interpretatur «donum», et de cantando un poema al agua del pozo y congratulàndose de los dones
Matthana ad «Nahaliel», quod dicitur ad «torrentes Dei», et de de Dios, profetizan por dónde van a pasar y a qué lugares van a lle-
Nahahel ad «Bamoth», quae interpretatur «excelsa», siue «adueniens gar. Es deck, que del desierto llegaràn a Matthana, que se interpreta
mors»: quando conformes efficimur mortis Christi, et de Bamoth «don», y de Matthana a Nahaliel, que significa «torrentes de Dios»,
occurrit nobis uallis humilitatis, quae tamen in uertice posita est y de Nahaliel a Bamoth, que se traduce «excelso» o «muerte que
montis «Phasga», qui interpretatur «dolatus», quod nihil habeat sobreviene»: cuando nos hacemos conformes a la muerte de Cristo,
informe et rude, sed artificis sit politus manu; qui mons respiciat y después de Bamoth nos sale al paso el valle de la humildad, que,
solitudinem, quae Hebraice dicitur Isimum. Quando enim fueri­ no obstante, està situado en la cima del monte Phasga, que significa
mus in uirtutum culmine constituti, tunc totius mundi ruinas, et «pulimentado», porque no tiene nada deforme ni àspero, sino que
omnium peccatorum respicimus «uastitatem». Paene obliti sumus, parece pulido por mano de artifice. Este monte da sobre el desierto
currente oratione, dictare, quare «Dibon-Gad» interpretatur: «for­ que en hebreo se llama Isimün. Asi, cuando nos hayamos establecido
titer intellecta temptatio». Post Dibon-Gad geritur bellum contra en la cumbre de las vktudes, contemplaremos las ruinas del mundo
Seon regem Amorraeorum, et Og regem Basan; et discimus, quod entero y la «devastación» de todos los pecados. Casi nos olvidamos,
cum uenerimus ad summum, et de fonte principum regumque en el fluir del discurso, de dictar por qué Dibon-Gad se traduce por
biberimus, ascendentes ad montem Phasga, non debeamus eleuari «tentación valientemente comprendida». Después de Dibon-Gad se
in superbiam, sed propositam nobis e contrario solitudinem noue- hace la guerra contra Seón, rey de los amorreos, y contra Og, rey
rimus. Ante contritionem enim eleuatur cor uiri, et ante gloriam humiliatur. de Basàn; y aprendemos que, cuando hayamos llegado a la cumbre
y hayamos bebido de la fuente de los principes y los reyes, una vez
hayamos subido al monte Phasga, no tenemos que dejarnos llevar
de la soberbia; antes al contrario, hemos de reconocer que tenemos
el desierto por delante. E l common humano se engrìe antes de la ruina, y
delante de la gloria va la humildad (Prov 18,12).
904 Obras completas de S. Jeronimo X a 78. A. Fabiola 905

[Qvadragesima mansio] ETAPA CUADRAGÉSIMA

41. E t profecti de Dibon-Gad, castra metati sunt in Ahn on Deblatbaim 41. Partieron de Dibon-Gad y acamparon en Almón Deblathaim
(Num 33,46). (Nüm 33,46).
Quadragesima mansio uertitur in «contemptum palatharum», La etapa cuadragésima se traduce por «desprecio de los pasteles
siue «obprobriorum». Et per hanc discimus, omnia dulcia et inlece- de higos» o «de los oprobios». En està etapa aprendemos que hay
bras uoluptatum in saeculo contemnendas, nec inebriari nos debere que despreciar toda dulzura y la seducción de los placeres del
uino, in quo est luxuria. Mei non offertur in sacrificiis Dei, et cera mundo, y que no hemos de embriagarnos con vino, que es fuente
quae dulcia continet, non lucet in Tabernaculo, sed oleum purissi­ de libertinaje (Ef 5,18). La miei no es ofrecida en los sacrificios
mum, quod de oliuae profertur amaritudine. Mei enim distillat a labiis de Dios, ni en el tabernaculo luce la cera, que contiene elementos
mulieris meretricis; de quo puto iuxta mysticos intellectus gustasse dulces, sino el aceite purìsimo, que se extrae de la amargura de
Ionathan, et sorte deprehensum, uix populi precibus liberatum. la oliva. Pues los labios de la ramerà destilan miei (Prov 5,3). De ella,
Quod autem obprobria contemnenda sint, et, si falso obiciantur, segun el senddo mistico, pienso que gustò Jonatàs, y descubierto
beatitudinem pariant, Saluator plenissime docet. por la suerte, a duras penas pudo ser liberado por los ruegos del
pueblo (cf. 1 Re 14,25-45). Que los oprobios hayan de ser des-
[Q vadragesima prima mansio] preciados, y que, cuando se nos imputan falsamente, nos acarrean
bienaventuranza, lo ensena sobradamente el Salvador.
42. E t profecti de Almon-Deblathaim, castra metati sunt in montibus
Abarim, contra fadem Nabo (Num 33,47). E tapa cuadragésima primera
Quadragesima prima mansio uertitur in montes «transeuntium»,
et est contra faciem montis Nabo, ubi moritur et sepelitur Moyses, 42. Partieron de Almón Deblathaimy acamparon en los montes Aba­
terra repromissionis ante conspecta. Nabo interpretatur «conclu­ rim, frente al Nebo (Nüm 33,47).
sio», in qua finitur Lex, et non inuenitur eius memoria; porro gratia La etapa cuadragésima primera se traduce por montes de los
Euangelii absque ullo fine tenditur. In omnem terram exiuit sonus eius, «transeuntes» y està situada frente al monte Nebo, donde muere
et in fines orbis terrae uerba illius. Simulque considera, quod habitatio y es enterrado Moisés después de contemplar la tierra prometida.
transeuntium in montibus sita sit, et adhuc profectu indigeat. Post Nebo significa «conclusion»; aqui termina la ley y no se encuentra
montes enim plurimos ad campestria Moab et Iordanis fluenta ya memoria de ella; por el contrario, la gracia del Evangelio se
descendimus, qui interpretatur «descensio». Nihil enim, ut crebro prolonga sin limite: A toda la tierra alcanna su pregóny hasta los limites
diximus, tam periculosum est quam gloriae cupiditas et iactantia, del orbe suspalabras (Sai 18,5). Considera también que la morada de
et animus conscientia uirtutum tumens. los transeuntes està situada en los montes y que todavia hay que
avanzar. Porque después de tantos montes bajamos a los llanos de
[Q vadragesima secvnda mansio] Moab y a las corrientes del Jordan, que se traduce «bajada». Como
hemos dicho muchas veces, no hay nada tan peligroso corno el
43. E t profecti de montibus Abarim, castra metati sunt in campestri­ deseo de gloria y la jactanda, y un alma engreida y consciente de
bus Moab super Iordanen iuxta Hiericho, ibique fixerunt tentoria, a domo sus virtudes.
solitudinis usque ad Abel Sattim, in planitie Moab (Num 33,48-49).
In quadragesima secunda, quae et extrema mansio est, cursim
E tapa cuadragésima segunda
quae sint gesta narremus. Residens in ea populus a diuino Balaam,
43. Partieron de los montes Abarim y acamparon en las estepas de
Moab, cerca delJordan, a la altura de Jericó,y alli clavaron las tiendas, entre
la Casa del desiertoy Abel Sattim, en las estepas de Moab (Nüm 33,48s).
En la etapa cuadragésima segunda, que es también la ultima,
contaremos ràpidamente lo que ocurrió. Durante su estancia en
906 Obras completas de S. Jeronimo Xa 78. A Fabiola 907

quem mercede conduxerat Balac filius Sepphor, Dei benedicitur ella, el pueblo, por orden de Dios, es bendecido por el adivino
iussione, et maledictio mutatur in laudes; audit uoces Domini ex Balaàn, a quien habfa contratado a sueldo Balac, hijo de Sepphor;
profano ore resonantes: Orietur stella ex Jacob, et consurget homo de y esa maldición se convierte en alabanza, pues el pueblo oye la
Israhel, et percutiet principes Moab, et uastabit cunctos filios Seth, et erit voz dei Senor saliendo de una boca profana: Una estrella nacerà
Edom hereditas eius. Fornicatur cum filiabus Madian; et Finees filius de Jacob, y un hombre surgirà de Israel, y herirà a los principes de Moab
Eleazar, zelatus zelum Domini, Zamri et scortum Madianitidem y asolarà a los hijos de Set, y Edom sera su herencia (Num 24,17.18).
pugione transfigit; unde et accepit praemium in aeternam me­ Fornica con las hijas de Madian, y Fineés, hijo de Eleazar, infla-
moriam, aluum uictimae. Numeratur rursum populus ut interfectis mado por el celo del Senor, traspasa con un punal a Zamri y a
pessimis, nouus populus Dei censeatur. Interpellant quinque filiae la cortesana madianita; de ahi que, para memoria eterna, recibió
Salphaad, et ex iudicio Domini herediatem accipiunt inter fra­ corno recompensa el vientre de las victimas. Por segunda vez es
tres suos, nec femineus a possessione Dei sexus excluditur. Iesus censado el pueblo, para que, eliminados los peores, se forme un
Moysi in monte succedit, et discit a Lege, quae spiritaliter offerre nuevo pueblo de Dios. Las cinco hijas de Salphaad reclaman, y por
debeat in Ecclesia: primum quid per singulos dies, deinde quid in juicio del Senor reciben herencia con sus hermanos, y asi el sexo
sabbato, quid in calendis, quid in Pascha, quid in Pentecoste, quid femenino no queda excluido de la posesión de Dios. Josué sucede
in neomenia mensis septimi, quid in ieiunio eiusdem mensis, die a Moisés en el monte y aprende de la ley lo que espiritualmente
decimo; quid in Scenopegia, quando figuntur tabernacula, quinto ha de ofrecer en la asamblea: en primer lugar, cada dia; luego, el
decimo die supra dicti mensis. Vxorum et filiarum uota absque säbado, en las calendas, en la Pascua, en Pentecostés, en la neome­
auctoritate patrum et uirorum cassa memorantur; bellum contra nia del mes séptimo, en el ayuno del mismo mes, el dia decimo,
Madianitas, et mors diurni Balaam, et praedae diuisio, et oblatio en la Escenopegia, cuando se ponen las tiendas, el dia quince del
ex ea in tabernaculo Dei. Primus Ruben et Gad et dimidium tri­ mes arriba dicho. Se recuerda que los votos de las esposas y las
bus Manasse, citra Iordanen in heremo possessionem accipiunt. hijas no son validos sin la autorización de los maridos o de los
Plurima enim habebant iumenta, et necdum ad id uenerant, ut padres; se recuerda la guerra contra Madiän y la muerte del adivino
possent habitare cum templo. Docetur populus, ut in terra sancta Balaàn, el reparto del botin, y la ofrenda de parte del mismo en
idola destruat; et nullus de priori habitatore seruetur. Describitur el tabernaculo. Rubén y Gad y la mitad de la tribu de Manasés
olim cupita prouincia, et duarum semis tribuum haereditas sepa­ reciben los primeros su parte al otto lado del Jordan, en el de­
ratur. Numerantur tribuum principes, qui terram sanctam debeant sierto. Tenian efectivamente muchas bestias, y todavia no estaban
introire. Quadraginta duas urbes cum suburbanis suis usque ad en condiciones de poder habitar en un pais dotado de tempio. Se
mille passus per circuitum Leuitae accipiunt, tot numero, quot et instruye al pueblo para que destruya los idolos en la tierra santa,
istae sunt mansiones. Et adduntur fugitiuorum sex alia duitates, y no deje ni uno solo de los anteriores habitantes. Se describe
tres intra Iordanen, et tres trans Iordanen, ut sint simul quadraginta la tierra tanto tiempo deseada y se separa la herencia de las dos
octo. Qui fugitiuorum suscipi, qui interfici debeant, et usque ad medias tribus. Se enumeran los jefes de tribu que deberän entrar
mortem pontificis maximi reseruari. en la tierra santa. Los levitas reciben cuarenta y dos ciudades con
Succedit Deuteronomium, secunda Lex, meditatorium euangelii: sus alrededores hasta mil pasos a la redonda, tantas en numero
ibique breuiter discimus quae inter Pharan et Tophel et Laban et cuantas son estas etapas. Se anaden ademàs otras seis ciudades de
Aseroth, et loca aurea, abiecto Iuda infelicissimo, undecim diebus asilo, tres de este lado y tres del otto lado del Jordan, de modo
uia de Choreb, per uiam montis Seir usque ad Cades-Barne Moyses que en total son cuarenta y ocho. Se determina qué fugitivos hayan
de ser recibidos, cuales ejecutados y cuàles deban guardarse hasta
la muerte del sumo sacerdote.
Viene seguidamente el Deuteronomio, la segunda ley, prepa-
ración del Evangelio. Aqui nos enteramos en resumen de lo que
Moisés habló al pueblo entre Pharàn y Tophel, Laban y Aseroth
y los lugares auriferos, después de rechazar al infortunado Judà,
a once dias de marcha desde Coreb, por el camino del monte
908 Obras completas de S. Jeronimo Xa 78. A . Fabiola 909

populo sit locutus, et extremum canat canticum, in quo apertissime Seir hasta Cades-Barne; y còrno canta su cantico final, en el que
synagoga proicitur, et ecclesia Domino copulatur: Inpinguatus est et la Sinagoga es claramente repudiada y la Iglesia se une con el
incrassatus ac dilatatus, et recaldtrauit dilectus, et oblitus est Dei Saluatoris Serior: Se cebo, engordó, se dilatòy recaldtró el amado,y se olvidó de Dios,
sui. Et iterum: Generatio pessima, filii ineruditi, ipsi ad aemulationem su Salvador (Dt 32,15). Y también: Es una generadón torrida, hijos
me prouocauerunt in eo qui non erat Deus. Inritauerunt me in sculptilibus sin lealtad, que me han provocado con lo que no es Dios. Me han irritado
suis, et ego gelare eosfaciam nationes, et contra gentem stultam imitabo eos. con sus esculturas, y yo haré que ellos envidien a las nadones, y los irci-
Benedicuntur filii Israhel, et rursus in Simeone ludas miserandus tarò con gente insensata (32,21). Son bendecidos los hijos de Israel,
excluditur. Ascendit Moyses ad montem Nabo, in uerticem Pbasga, qui est y nuevamente el infortunado Juda es excluido en Simeón. Subió
contra Hiericho: et ostendit ei Dominus omnem terram Galaad usque Dan, Moisés al monte Nebo, en la ama del Phasga, y el Senior le mostrò toda la
et Nepthalim et Ephraim et Manassen, et uniuersam terram Iuda, usque tierra, de Galaad hasta Dan, Neftall, Efralny Manases, y toda la tierra
ad mare magnum contra austrum, et regionem campestrem Hierichuntis, de Judà, hasta el mar grande al ocddente, la region liana de Jericó, la dudad
duitatis palmarum, usque Segor. Quis potest tanta nosse mysteria? de las palmeras, hasta Segor (34,1-4). <:Quién puede comprender tan
Quis in extremis Legis et huius uitae finibus constitutus, intellegit altos misterios? El que, habiendo alcanzado los ultimos limites
semper sibi esse pugnandum; et tunc plenam uictoriam, dari, si de la ley, y colocado al final de la presente vida, entiende que
fuerit in campestribus, si in Abel Sattim, quod interpretatur, «luctus ha de combatir siempre, y que la plena victoria no se darà hasta
spinarum», fleuerit antiqua peccata, et spinas, quae suffocauerunt que haya ascendido a los llanos, a Abel Sattim, que significa «llano
sementem uerbi Dei, et de quibus propheta dicit: Versatus sum de las espinas», y llore sus pecados pasados, que son las espinas
in miseria, dum mihi configitur spina: et tunc praeparatus, deficiente que ahogan la semilla de la palabra de Dios y de las que dice
manna, sub duce Iesu Iordanen transeat; et circumcisus cultro el profeta: Me hallaba en la desgrada, mientras se me clava la espina
euangelii, primum comedat de caelesti pane; et occurrat ei princeps (Sai 31,4); el que asi preparado, al faltar el manà, pase el Jordan
exercituum Dei, ut uerum Pascha nequaquam in Aegypto, sed in al mando del caudillo Josué, y circuncidado por el cuchülo del
finibus terrae sanctae comedat. 0 profundum diuitiarum et sapientiae, et Evangelio, coma por vez primera del pan del cielo, de suerte
sdentiae Dei, quam inscrutabilia sunt iudida eius, et inuestigabiles uiae illius! que el capitan de los ejércitos de Dios venga en su ayuda para
Quis sapiens et intelleget haec? intellegens et cognoscet ea? Quia redae uiae que coma la verdadera pascua, no en Egipto, sino en la frontera
Domini: et insti ambulabunt in eis. Praeuaricatores autem corruent in illis. de la tierra santa. jOh abismo de la liquefa, de la sabidurìay de la den-
da de Dios! jQué insondables son sus designios e inescrutables sus caminos!
(Rom 11,33). iQuién es el sabio que entenderà estas cosas, elprudente que
las conosca? Porque los caminos del Senor son rectos, y los justos caminan
por ellos; pero los rebeldes trope^ardn en ellos (Os 14,9).

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