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Crisis de la educación

y pedagogía emancipadora

Tlacahuapahualiztli

Felipe Cuevas Méndez


Crisis de la educación
y pedagogía emancipadora

© Felipe Cuevas Méndez

Diseño de Portada
y realización gráfica:
O. López

Publicación a cargo de
Centro de Estudios Karl Liebnech

Reservados todos los derechos


de esta obra por el autor.

noviembre de 2018
Continúa el genocidio cultural

I maginemos esta idea náhuatl de comunalidad en la edu-


cación del ser humano. El arte de criar y educar a los
hombres o Tlacahuapahualiztli, de los términos tlaca:
“hombres”, y huapahualiztli: “crianza o educación”.
Para nuestros antepasados es la filosofía de forma-
ción “del rostro y el corazón” (dar sabiduría a los rostros
y firmeza a los corazones), que contrario a la filosofía
aristotélica, parte de una integración antes que de la frac-
tura, estando desde los cimientos de la historia náhuatl.
Fuera del marco de las versiones oficiales occiden-
talizadas, resulta ser el arte en la comunicación de la he-
rencia cultural, en la inducción en el amor para la forma-
ción del ser, y en la formación de las nuevas generaciones
como individuos y colectividades hacia el proceso social.
La comunalidad es entre otras cosas nuestra primera raíz
educacional y pedagógica, en este sentido, el Tlacahua-
pahualiztli es su expresión más desarrollada en nuestra
historia.

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Crisis de la educación y pedagogía emancipadora

Pues bien, a pesar de todo, pese al olvido colectivo


que nos han creado en torno a la memoria histórica, pese
al genocidio perpetrado sobre nuestras raíces y fundamen-
tos culturales, pese al despojo de la instrucción burguesa
sobre estos saberes; perdura y renace su huella genética
en ciertos trasfondos de nuestra enseñanza y vida social,
desde luego, subyugada bajo las pedagogías dominantes,
subordinada a sus pautas y desvirtuada al control social u
otras enseñanzas morales del sistema.
Semejante problemática se presenta hasta nuestra
actualidad en que las experiencias docentes son constre-
ñidas por planes, programas y teorías oficialmente asen-
tadas en torno a los procesos “aceptables” de aprendizaje
y enseñanza en la actividad escolar. Las y los docentes
somos inducidos a no encontrar condiciones para sustraer
toda la experiencia profunda en la labor, cercándonos en
los márgenes de desempeño de calidad en base a un prac-
ticismo sobre líneas rígidamente reguladas.
Naturalmente estamos lejos de tomar una actitud ex-
clusivista de posicionar esta proposición ancestral como
el centro de todo cuanto haya por hacer para replantear la
educación y la pedagogía. Más respecto de nuestra me-
moria histórica, nos enfocamos en percibir ese arte como
una entre tantas cuestiones descartadas y quebrantadas
por la ideología y enseñanza dominante
Es por demás tan notorio que su atención conduce a
ver diversos aspectos de hasta dónde hay que reconfigurar
la panorámica educativa actual en función de la concien-
cia colectiva y el desarrollo del ser social; que incluso

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algunas corrientes de la enseñanza burguesa se proponen


un utilitarismo de lo social y moral para restablecer los
fracasos estrepitosos en la materia.
Otra razón para retomar la carga histórica, resulta del
hecho de que la instrucción existente inculca la conformi-
dad con el mundo establecido tanto como lleva al rechazo
o vulgarización de lo nuestro. La educación neoliberal
aquí busca administrar el saber y la ignorancia. Esta igno-
rancia inducida fortalece la circulación cínica de posicio-
nes frívolas en torno a los grandes procesos de la historia
en México y América Latina, por ejemplo, es un lugar co-
mún comenzar las historias oficiales sobre la pedagogía a
partir de la invasión europea, poniendo la historia anterior
en un anecdotario estéril.
Si seguimos abriendo más el arco del proceso his-
tórico mexicano, advertimos que en especial el neolibe-
ralismo tiende a desmantelar la laicidad, a suplantar los
aportes sustanciales de los procesos democráticos y revo-
lucionarios acontecidos, a degradar e invisibilizar la cons-
trucción educacional y pedagógica desde abajo, a negar la
trascendencia del 2 de octubre del 68 y Ayotzinapa como
procesos en que se transparenta la naturaleza autoritaria
del Estado y la necesidad de cambios trascendentales.
Todo el sistema social establecido avanza a desesti-
mar los aportes de los sectores y clases populares en la
batalla de las ideas y por la formación, impugnando ade-
más el fondo de las tradiciones e identidades culturales
del pueblo. O negando tantas luchas y reivindicaciones
sociales en que nos debatimos hasta el presente, que in-

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Crisis de la educación y pedagogía emancipadora

negablemente aportan a la educación y la cultura, puesto


que la lucha de clases de nuestros pueblos se inscribe en
una tradición formativa y sociocultural.
A más de que, como debemos comenzar descoloni-
zándonos de las historias oficiales en torno a nuestro de-
venir. Aunque el descolonizarse es sólo un aspecto del
proceso de emancipación del dominio colonial y neoco-
lonial, los cuales no son otra cosa que expresiones histó-
ricas especiales de las relaciones sociales capitalistas en
la América Latina y el Caribe hasta nuestro presente. Una
vez despejado esto, inmediatamente cabe proyectar la ne-
cesaria visión revolucionaria.
En particular la idea-raíz de la cual partimos no solo
es viable en sí misma para recuperar el hilo de una edu-
cación emancipadora de mayores alcances en el seno del
pueblo mexicano, sino que está en la labor formativa de
nuestro desenvolvimiento socio-histórico y nuestra confi-
guración sociocultural.
Especificando esta recuperación de la memoria, tene-
mos que el arte del Tlacahuapahualiztli, expresa la con-
ciencia de los nahuas (compartida en procesos similares
por los pueblos mesoamericanos, los pueblos de Alaska o
sudamericanos), del sentido pedagógico universal de su
antigua sociedad.
Si bien este arte estuvo concebido para los objetivos
de la estructura social de su época, como incorporación
de los nuevos seres humanos a la vida y objetivos de la
comunidad. Dicha recuperación es irreemplazable, dada
la profunda interconexión de nuestros pueblos antiguos

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en el mundo que constituyeron y los sentidos que estos


dieron a su accionar social en diversos trazados comunes,
además de su permanencia entre nuestros pueblos origi-
narios y de sus reductos entre nuestras comunidades ur-
banas o rurales.

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Crisis de la educación y pedagogía emancipadora

Pretenden arrancar nuestras raíces

Necesario es señalar que el capitalismo avanzó a una


cultura de la opresión sistemática, al modo de enfocar
las cosas y relaciones según lo requiera la sujeción del
ser. Obra así, sabiendo de las potencialidades en nuestras
raíces, en la educación popular, en la pedagogía crítica,
socio-histórica y revolucionaria.
Como se sabe, el capitalismo siempre está en el em-
peño de cubrir las brechas que permitan a la pedagogía
romper con los fueros de la educación burguesa, hasta
imponiéndole fronteras conceptuales y reducción de sus
líneas. Porque la pedagogía es más que un modelo en que
se concreta la instrucción, es el vehículo de las cosmovi-
siones de clases, de las ideologías y batallas de ideas con
que se reconstruye una y otra vez las premisas de la for-
mación socio-cultural, técnica y científica de los pueblos.
La pedagogía popular es una herramienta para subvertir
el orden de la enseñanza establecida, por lo cual es fe-
rozmente rechazada desde arriba, desde sus burocracias
académicas y por sus castas intelectuales.

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Mientras tanto, volcados a la educación, en contra-


posición al tema de la comunalidad y el arte de la for-
mación del ser humano integral; asistimos al fracaso de
los valores universales del imperativo categórico liberal,
que obliga a las mayorías a unas conductas y acciones,
en tanto santifica el poder de las minorías para hacer y
deshacer. Este imperativo esconde el secreto de una re-
masterización de lo religioso al servicio de la sociedad
capitalista de nuestros días, o bien, la divinización de los
roles de la pirámide social bajo un subliminal adiestra-
miento de estos.
Actualmente en las bases de la enseñanza bur-
gués-neoliberal, como consecuencia de la inflexibilidad
del sistema educativo en su lógica empresarial, los valo-
res son enfocados a:
• La simplificación del patriotismo y la enseñanza
tradicional oficial.
• Las competencias y competitividad del indivi-
duo, al igual que a la veneración del espíritu de
lucro, la persecución individual del éxito, la feli-
cidad, el poder y la propiedad.
• El respeto al orden social, junto a la aceptación
de las relaciones de poder en el aula y la socie-
dad.
• A someterse al deber establecido bajo la estanda-
rización formativa del ser humano.

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Crisis de la educación y pedagogía emancipadora

• Al culto a las ideologías al industrialismo, al


progreso y el desarrollo tal cual son concebidos
desde arriba.
• La doble moralidad y la descalificación sobre
“pérdida de valores”.
• La centralidad de la moral y ética burguesas.
• El relacionamiento de la inteligencia con las ha-
bilidades para insertarse en las relaciones de su-
jeción.
• A desaprender, a no aprender los saberes prohi-
bidos, a no encontrar las lógicas y sentido del co-
nocimiento social imprescindible.
• A coartar, vetar e imposibilitar el pensamiento
crítico-revolucionario, científico, humanístico y
democrático del magisterio, estudiantes y pueblo
en general.
Como es reconocido, dichos modelos de la enseñan-
za en valores vienen de la mano de la exaltación de las
relaciones sociales capitalistas “posmodernas”.
Somos pensados desde una programación de nuestras
mentes que inicia con nuestras vidas, aquí somos pensa-
dos desde los valores de la educación burguesa, no para
crearnos unos valores nuestros, sino para adaptarnos a la
moralidad establecida, al deshonor de la burguesía y el
imperialismo, así también a la justificación de las accio-
nes pertinentes a esta compleja sociedad y de determina-
das clases o sectores sociales.

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Esta formación se centra en el individuo, fue pro-


yectada desde el occidentalismo a través del Emilio de
Jean-Jacques Rousseau en la relación del individuo con la
sociedad, en la construcción de un sistema educativo del
ideal individual para convivir en una sociedad corrupta.
Lo cual entra en consonancia con el carácter del actual
modo de producción, pero en su esencia constituye su
más grande “error” interno; el individualismo no es edu-
cativo en el nivel humanístico más profundo, es ante todo
un medio instruccional. El individualismo occidental vie-
ne de la desestructuración de nuestra comunalidad por la
división social sustentada en los tantos antagonismos de
nuestra sociedad.
Por lo que respecta a los antagonismos, podemos de-
cir que en el centro de estos se encuentran los que susten-
tan las bases del capital, siendo los ejes sobre los que ope-
ra el sistema a lo profundo de su proceso socio-histórico,
económico y político. No cabe desdeñar la relevancia de
otros antagonismos que acrecientan las dificultades y cri-
sis educativas del sistema.
De entre esta siguiente línea antagónica tenemos los
que surgen de las relaciones conflictuadas entre la auto-
ridad académica y el poder subyacente, frente a la base
docente y trabajadora que hace el oficio en los sistemas
educativos.
A su vez se exacerban los antagonismos ante la exis-
tencia del cuerpo y acción burocrática, la corrupción con-
génita a la estructura, el interés público en confrontación,
el poder político como centro gravitacional para las re-

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Crisis de la educación y pedagogía emancipadora

laciones opresivas, la instrucción privada, la instrucción


religiosa y más, que en su conjunto actúan en un universo
de relaciones sociales problematizadas y conflictuadas.
Es decir, que en el campo educativo se viven contradic-
ciones que llevan a conflictos. Que las relaciones sociales
como se desarrolla este campo, han sido erigidas sobre la
base de conflictos sociales en su entorno y al interior de
su formación.
Cabe incluir en ellos la naturaleza conflictiva an-
tagónica entre los propósitos globales del Estado en la
materia y los intereses radicales de los monopolios de la
cultura de masas que con sus producciones recargan la
caotización de la sociedad, des-culturizan al extremo y
replantean aprendizajes proclives a la reestructuración
de nuestras mentes hacia una ultramoderna supremacía
aristocrática burguesa hacia nuevos picos de alienación
para hacer de nosotros y nosotras otro ladrillo más en la
pared1. Si en general el sistema funciona de este modo, en
lo concreto se problematiza más creándose antagonismos,
conflictos y callejones sin salida a su crisis educacional y
pedagógica.
Consonante al sistema, el individualismo junto con el
individualismo pedagógico y la globalización de paráme-
tros sobre la identidad superficial del sujeto; vino a ser la
ideologización educativa desestructurante del ser social.
Por contradictorio que suene, a este nivel la educación en
1 La canción Otro ladrillo en la pared, del grupo de rock Pink Flo-
yd es considerada toda una metáfora del sistema educativo do-
minante engendrado por el capitalismo industrial: https://www.
youtube.com/watch?v=HUUdwuMkg_Q

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Felipe Cuevas Méndez

valores, que echa tierra a los problemas y su tratamiento


directo; es una distorsión de la lucha de clases, un intento
por paliar situaciones cuyos fundamentos y tratamientos
tienen otros epicentros.
No negaremos que para muchos y muchas la educa-
ción en valores alberga buenos propósitos, la cuestión es
que está trabajada sobre una manipulación moralista de
nuestro compromiso educativo. Sin embargo, en tanto
desintegra los procesos sociales queriendo solucionarlos
por las ramas de sus consecuencias en torno a la ética y
la moral; es una desviación de las verdaderas causas de la
mayor crisis social y educativa que estamos viviendo. Tal
crisis que golpea asimismo valores universales y particu-
lares, sin trazarse una cosmovisión de mayor calado para
nuestros pueblos, puesto que el sistema va por nuestras
raíces y saberes para hacerlos operar en su exclusivo be-
neficio, modificarlos a versiones convenientes o reducir-
les a apariencias.
En este contraste, las cosas se tornan tan manosea-
das que dichos valores liberales se adoctrinan a partir
de nuestros procesos culturales, conduciendo el llamado
epistemicidio o destrucción sistémica de los saberes de
nuestros pueblos. Llegamos al punto en que a través de
nuestra propia historia y cultura manipuladas, las burgue-
sías yanqui, europea y nacional nos meten en la cabeza
sus dogmas educacionales trans y desculturalizados.
Lo anterior está direccionado en el sentido de des-
trucción de la episteme (saber, ciencia, conocimiento) de
un pueblo para imponer la visión de los vencedores, como

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destrucción de saberes propios de los pueblos engendra-
da por el occidentalismo. Se trata de la desacreditación y
liquidación cultural supremacista de algunas formas de
aprender, crear o transmitir conocimientos-saberes comu-
nitarios, ancestrales o los propios de la cultura de todo
pueblo, apoyándose en los patrones del método científico
cuantitativo como validador positivista acrítico y absolu-
to de un tipo de conocimiento dominante.
Frente a esta realidad monocultural, es decir, de mo-
nopolio jerárquico de valores saberes y conocimientos, la
visión se debe amplificar en una raíz todavía más profun-
da. La noción remota del Toltecáyotl mesoamericano (el
arte para vivir), no debemos permitir que se le desgaje por
la monocultura con que se nos aliena de nuestro entorno
sociocultural e histórico. El Toltecáyotl es la sustentación
del buen vivir y la convivencia armoniosa del ser social
como una propuesta de conciencia para que cada uno de
los individuos de la sociedad alcance la trascendencia es-
piritual en su vida, en armonía con la comunidad, dignifi-
cado en la perspectiva de la formación y concientización
del ser social.
Visibilizar el Toltecáyotl como sabiduría cultural po-
pular, como elemento en nuestra vida social y organiza-
ción profunda de nuestros pueblos es una labor de con-
ciencia, pero también de lucha. Está en nuestras batallas
y el sentido revolucionario transformador, así como en el
espíritu reivindicador de futuro tras los grandes aconteci-
mientos de la lucha del pueblo mexicano.

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Felipe Cuevas Méndez

Respecto de las actuales condiciones que nos abru-


man; está presente aún en buena parte de los pueblos a
través de su gobernanza en usos y costumbres, tequio, tra-
bajo comunitario, ciertas estructuras del pensamiento co-
lectivista, el mandar obedeciendo, el consejo a las nuevas
generaciones, nuestro optimismo por la vida, el resurgir
de otras lógicas sobre la vida, la naturaleza y lo produc-
tivo. Es también un rechazo a la opresión y su razón, la
conexión e información colectiva para solventar algunas
de sus necesidades más urgentes y activar el sentido de
comunidad solidaria.
Reflexionando desde estas perspectivas, ante tantas
matanzas a nuestra cultura y nuestros pueblos, recuperan-
do sus realidades y ejes, podemos permitirnos pensar en
la construcción de un proyecto propio, de nuestro sentido
sobre la tríada compleja entre individualidad y lo social.
Se trata de hilvanar un pensamiento colectivo necesario
que impulse a amplias corrientes de educación popular,
integral, con formación cultural, crítica, revolucionaria y
en el arte para vivir; que procese y accione a la formación
del ser social necesaria frente al capitalismo depredador,
explotador y deshumanizante.
Como sabemos, la idea predominante, que configura
todo nuestro mundo educativo capitalista para asimilar-
nos a una realidad hecha fetiche, es muy opuesta, convir-
tiéndonos en objeto de su riqueza. Su enfoque delirante
consiste en promover el individualismo, el sujeto compe-
titivo-destructivo, lo lineal, la inserción en las reglas del
capitalismo salvaje, el socavamiento de las condiciones
sociales y de vida, el adoctrinamiento y la renuncia a un
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Crisis de la educación y pedagogía emancipadora

mundo libre de las actuales relaciones de opresión, y la


incapacidad de recuperar la fuerza transformadora de lo
colectivo.
Por supuesto, la cultura burguesa finge, está aferra-
da al sueño de suponer que combate la desigualdad, pero
a 200 años de despliegue de su fuerza institucional, ella
dista mucho de haber resuelto los dilemas de nuestra so-
ciedad al respecto, centrándose en combatir toda revolu-
ción social, cultural, educativa o política. Su premisa de
adaptar o educar al individuo para un mundo colmado de
angustias, no logró establecer armonías sociales ni mucho
menos.
Por si ese engaño fuese poco, la cultura burguesa
borra de un plumazo otras visiones, otras percepciones,
declarándolas no compatibles con sus criterios, sus in-
terpretaciones, sus valores, o más prosaicamente, al no
coincidir con sus prioridades; en tanto para el pueblo de
lo que se trata es de retomar todo el acervo conseguido,
suministrándole un sentido universal y profundo.

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Felipe Cuevas Méndez

Padecemos una educación


de sentido despótico

Situemos otro de tantos contextos de la instrucción


mexicana. Durante décadas en el cinturón de miseria de
la Ciudad de México el Estado Federal y el Estado de
México fueron omisos de las necesidades de enseñanza
entre los millones de familias desplazadas en su búsqueda
de trabajo. Allí fueron las comunidades, los barrios, las
mujeres, las organizaciones populares y revolucionarias,
quienes se encargaron de abrir escuelas a los distintos ni-
veles de enseñanza para atender a sus hijas e hijos, para
alfabetizar y capacitar, para reclamar tantas necesidades
en el abandono, extorsión y explotación de que eran ob-
jeto.
Dentro del cinturón de miseria ello dio impulso a la
construcción de fuerzas populares y proyectos de forma-
ción alternativos ante el abandono del Estado a las áreas
del proletariado y sectores suburbano-populares. Así, en
especial en estos sectores tuvo lugar la formación de una
educación popular alternativa a la impuesta por el Estado
y las empresas en la educación, por ende el conflicto con
los actores de la instrucción burguesa es constante.

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Crisis de la educación y pedagogía emancipadora

Entre tanto el régimen priista se abocó a perseguir


los liderazgos, establecer organizaciones gubernamenta-
les, especular con el suelo, captar votantes y reprimir re-
currentemente estos procesos, por lo que se desarrollaron
resistencias bajo las cuales ha sido posible continuar lu-
chando. La lucha sigue aún ahora que la burguesía actúa
con la modalidad de crear escuelas privadas y públicas
con fines económicos, ideológicos y políticos.
El factor preponderante, revelado por sí mismo en
esta madeja concreta de situaciones trazadas por la políti-
ca gubernamental; es que el sistema educativo se convir-
tió en un entramado de poder, y la educación propiamente
dicha pasó a ser una moneda de cambio de acuerdo con
las dinámicas e intereses del aparato estatal.
Todo este tiempo el sistema mundial ha operado con
la fragmentación de objetivos, la desculturización y alie-
nación de las sociedades, enfocándose con lo que respecta
a los cinturones de miseria con total indiferencia frente a
la marginación, negando el derecho a la cultura. Pone el
énfasis represivo en rechazar una educación desde abajo
que cuestiona por ello el monopolio gubernamental y que
asienta actitudes críticas donde el pueblo adquiere apren-
dizajes políticos.
El sistema se construye aparatos y medios a medida
que el desenvolvimiento social plantea desafíos de todo
tipo frente a sus controles, pero la situación es tan com-
pleja que ya no puede resolver los grandes problemas que
acarrea. Esto se percibe a flor de piel en las zonas den-
samente pobladas en torno al conjunto de problemáticas

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Felipe Cuevas Méndez

sociales. En ellas se condicionan el futuro de sus niñas,


niños y juventud bloqueando para una mayoría abruma-
dora el acceso a los grandes centros de enseñanza. Los
casos varían:
En muchos casos por la insolvencia económica.
Otros porque son inducidos por la fuerza de su reali-
dad a buscar un modo de ganar el sustento.
Así como porque la instrucción recibida resulta insu-
ficiente, ajena, fuera de su realidad e inductora de la no
continuidad en los estudios.
Sobre este último aspecto, que va en el sentido ge-
neral despótico, hay que subrayar que los métodos de en-
señanza establecidos, al tiempo que tienden al elitismo,
proporcionan una base de argumentación clasemediera
del conocimiento desvinculada con las necesidades y po-
sibilidades de producción capacitación o profesionaliza-
ción. Argumentación que no encaja en las especificidades
culturales de nuestras poblaciones urbanas, originarias y
rurales, dificultando todavía más el aprendizaje.
El sistema capitalista forjó así un ciclo para el esta-
tus de marginación que funciona con gran precisión don-
de (en comparación porcentual con las clases medias y
la burguesía), pocos contingentes de jóvenes del pueblo
logran superar los obstáculos, y generalmente en las ca-
rreras de menor remuneración. Caso sintomático de esta
situación es el de las carreras docentes, más accesibles
al pueblo, pero con la peor remuneración. Situaciones de
este tipo divulgadas por la OCDE sobre la “falla estruc-

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Crisis de la educación y pedagogía emancipadora

tural” desalientan el estudio ante la reducción del estatus


o de alcanzar un empleo estable. Sería irresponsable de-
jar pasar que la no superación de las pruebas, se debe en
cierta medida a que los dados están cargados, tratándose
de pruebas inclinadas a favorecer a determinados sectores
sociales por cuestiones de “política educativa” de las ins-
tituciones media y superior.
Frente a estos proyectos, al igual que contra toda
perspectiva de formación, la educación burguesa aniquila
otras narrativas sociales, comunitarias o libertarias. Para
este objetivo ella se articula en subsistemas y separa sus
tareas como si fuese de su exclusiva competencia resol-
ver cuestiones tales como el futuro social en torno a los
resultados supremos de su labor, en la simulación de que
con la buena instrucción se resuelve toda la madeja de
problemas sociales. Sin embargo a la hora de cuestionar
a sus autoridades sobre su crisis, los gestores de la ense-
ñanza burguesa sabrán decir que se trata de condiciones
de orden superior que les rebasan o están fuera de su com-
petencia.
De esta manera, la complejización y la problematiza-
ción del sistema llegan a ser herramientas para el discurso
del poder en su fuga de las responsabilidades y los cues-
tionamientos al sistema social en sí mismo.
Dado que desde el sistema en general y el sistema
educativo en particular se predica que cada área es una
competencia única pero que no atenderá plenamente sus
problemas o resultados; por tanto, la cuestión de la crisis
educativa será imposible de resolver si es que no se le

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Felipe Cuevas Méndez

dimensiona en el todo que es. Porque ese todo implica


innumerables relaciones de fuerza, o en el caso de redu-
cirle sus proporciones a ciertas esferas tecnocráticas para
la enseñanza, sus obligadas atenciones e intervenciones
no superarán la grave situación, ya que en 30 años en el
conjunto de problemas no han hecho otra cosa más que
empeorar sus consecuencias.
Cuando de una crisis civilizatoria se trata, el sistema
ya no tiene respuestas coherentes, no invierte lo necesario
en educación, el Estado mexicano es de los que menos
aporta en esta inversión social. Y lo que invierte lo mal in-
vierte centrándose en cubrir los ingresos de su alta buro-
cracia para pagar mal a su base docente, dedicando poco a
su infraestructura y menos a los sujetos sociales a quienes
se dedica la enseñanza. Sus subsistemas no resuelven, ni
su conjunto es capaz de conducir una energía eficaz, da-
dos los antagonismos, las implicaciones directas en dicha
crisis y su sentido despótico.
La supremacía en educación burguesa, es trasmitida
por el atributo de reproductora de la organización social y
su universo de relaciones sociales, la cual resulta ser una
función en constante crecimiento e innovación para los
fines de la reconstitución de esta sociedad. La dominación
en la enseñanza afecta a todos los seres humanos, sean
cuales sean nuestros intereses, deseos o aspiraciones.
Siempre pasamos por el filtro del adiestramiento, aquí
se ordenan nuestros pensamientos y estructuran nuestras
mentalidades conforme al mundo establecido, sin em-
bargo, permanecemos en un conflicto constante entre ese
molde y las tendencias a su ruptura.
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Crisis de la educación y pedagogía emancipadora

Como las sociedades viven en constante movimiento,


contradicciones, antagonismos y conflictos, la cultura he-
gemónica no logra forjar para siempre la armadura supre-
ma que controle totalmente nuestra acción y pensamien-
to. Por esto, el orden social siempre da más pasos hacia
ello en correspondencia de una cosmovisión burguesa de
supremacía total sobre la humanidad.
No obstante, claro está que no todo es opresión, los
pasos en cultura y humanización de la enseñanza son co-
losales, nadie lo duda, no se los pone en tela de juicio.
Esa es sólo una cara de la realidad, la única que el poder
nos permite ver, enajenándonos a ella e impidiendo que
podamos ver su cara oculta.
Lo cierto es que, por ejemplo, así como la ciencia y
las industrias desarrollan inmensas fuerzas productivas y
otras tantas formas de beneficiarse las sociedades, a su
par, dadas las relaciones sociales en que encuentran su
cauce, corren los intereses especiales y los inmensos da-
ños colaterales a la vida, a la libertad, a la igualdad. Así,
al decir del tema educativo, sus logros conllevaron a un
poder y monopolio colosal de la gran empresa y el Estado
en el control y adoctrinamiento social. Además del im-
pulso de tendencias educativas proclives a las variantes
culturales del posmodernismo, del occidentalismo y de
la cultura de masas para la sujeción de las personas en la
reproducción del capital.
Se dice en los estándares de la sociología burguesa
que la educación es un modo de buscar la felicidad, el
ascenso de estatus, la mejora del rol social, todo dentro

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Felipe Cuevas Méndez

de los márgenes de una sociedad impuesta, ante la cual no


cabe el cuestionamiento central de su legitimidad, sólo de
sus asuntos menores siempre y cuando no desestimen su
trascendencia y divinización. Eso es lo que hace reconsti-
tuir su carácter despótico de fondo.
A la llegada del siglo XXI, dicha prédica, vino ha-
ciendo agua, especialmente después de la última gran cri-
sis global. La enseñanza en más de un sentido vio reducir
sus posibilidades para nuestros pueblos, si bien mantiene
las expectativas de su sistema dada la amplitud de su pro-
pagación y su vinculación al mercado laboral. El tema
de la desigualdad hace tiempo que cobró curso también
a través de los procesos de elitización y formación del
estatus de profesiones, lo cual hizo del campo de estu-
dio un refuerzo potenciador de las tendencias del sistema,
cancelando logros antes conseguidos.
El ejército de profesiones resultó ser un amplio sector
igualmente sujeto a las leyes del capital con sus desigual-
dades internas y externas en los ámbitos del predominio
neoliberal con sus distintas vertientes entre “centros y pe-
riferias”.
Con ello, y debido a otras líneas del progreso o de-
sarrollo capitalista, la reconversión de la educación como
empresa desplomó las viejas percepciones del campo
educativo como promotor de la igualdad y bienestar de
nuestros pueblos. Si bien la absolutización de la idea de
educación como un bien deseable, su materialización en
términos capitalistas, bajo este esquema de depredación
sistémica, se hizo íntimamente despótica, se transparentó

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Crisis de la educación y pedagogía emancipadora

en la sustancia que le configura por su relacionalidad ca-


pitalista que determina los alcances de su eje individua-
lista, se volvió en el revés de su propuesta liberal al decir
de Galeano2.
Este era el tránsito ineludible en un mundo regido
por la propiedad privada y el ánimo de lucro, rectores de
nuestras relaciones: golpear una y otra vez los sueños y
aspiraciones acariciados por nuestros pueblos en torno a
la mirada de la educación como punto de apoyo para sol-
ventar algunos de sus problemas o generar capacidades
para superar las actuales condiciones. Lo cual sólo fue
posible en los márgenes de la individuación del propósito
educativo contra su sentido social-comunitario.

2 Eduardo Galeano, Patas arriba, la escuela del mundo al revés.

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Felipe Cuevas Méndez

El modelo excluyente

En la historia moderna de la instrucción en México


tenemos el registro de un gran proceso formativo de do-
centes para contribuir a la enseñanza y la pedagogía, que
sin embargo por estar integrado a las tradiciones comuni-
tarias, organizativas y de lucha de clases en el campo, las
comunidades originarias y a las zonas suburbanas, ha sido
duramente golpeado por el Estado.
Particularmente el normalismo rural, que llegó a
contar con 32 centros de internado por todo el país, an-
taño orgullo del campesinado y demás sectores populares
del campo, a estos momentos únicamente cuenta con cer-
ca de la mitad de ellos porque el Estado decidió cerrarlos
y mantener en la quiebra a los restantes para que dejen de
ser catalizadores de importantes necesidades sociales y
educativas desde abajo.
En otras formas ello es lo que el neoliberalismo re-
produce como línea económica y política hacia todo el
proceso educativo, porque hasta sus anteriores ejes de
formación son ahora motivo de reconversión privatizado-
ra o de anulación plena para hacer de la ignorancia gene-

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Crisis de la educación y pedagogía emancipadora

ral una prioridad. Dice la regla capital en esta región del


mundo que a mayor ignorancia, mayor gobernabilidad,
por lo que la ignorancia es ya una política educativa
oculta detrás de las frases superadoras oficiales. Los
programas de enseñanza tienden a anular la esencia for-
mativa del ser humano, suplantándola por lo instruccional
para asegurar dependencias, y además a impedir que fluya
el conocimiento significativo del que se pueda levantar el
hombre nuevo.
Desde el momento en que se impuso el neoliberalis-
mo en nuestro país, bajo la justificación de alcanzar la ca-
lidad educativa, la equidad, la coordinación de sus subsis-
temas y la actualización de sus programas; las realidades
arrojan un saldo que simplemente no acredita las políticas
oficiales y empresariales en este campo.
Ante el ajuste estructural y la crisis de los años 80´s,
el neoliberalismo coronó sus políticas de recambio y des-
mantelamiento de la formación nacional con Miguel De
La Madrid, en la figura de la “modernización y descentra-
lización educativa”. Experimentación que en el contexto
del resto de políticas al final pasó a ser conocida como la
década perdida. En ese periodo la matrícula escolar bási-
camente creció por la dinámica demográfica, aunque en
la enseñanza primaria fue manifiesto su estancamiento,
lo cual sería una constante en las fases sucesivas del neo-
liberalismo, resaltando un estancamiento en la captación
de alumnos, bajando la creación de nuevas infraestructu-
ras escolares.

30
El huevo de la serpiente, Carlos Salinas de Gortari,
el maestro de las privatizaciones y la corrupción, deses-
tabilizador del Estado y de las condiciones de vida de las
clases populares, se asentaron golpes demoledores a la
educación pública al despojar al Estado de los recursos de
empresas paraestatales que fueron privatizadas. En ese
sexenio se lanzó el Programa Nacional para la Moderni-
zación Educativa y la Ley General de Educación, a pesar
de la demagogia con que se revistió el régimen, todo se
centró en la defensa de la globalización, el desembarazo
del Estado respecto de sus responsabilidades, y la degra-
dación de los contenidos educativos.
El gobierno de Ernesto Zedillo (1994-2000), alardeó
de centrarse en el tema como un factor estratégico del
desarrollo, la equidad, la calidad y la pertinencia de la
formación, lo cierto es que las resistencias magisteriales
mostraron otra cara de la realidad educativa pública im-
pidiendo la reforma educativa neoliberal en ese tiempo
impulsada, así como el proceso de la huelga de la UNAM
paró la marcha de su privatización.
Vicente Fox en su gobierno de 2000-2006, el cacho-
rro del imperio, nos habló de cobertura con equidad, cali-
dad de los procesos educativos, niveles de aprendizaje e
integración, funcionamiento del sistema educativo y en-
señanza en valores, mas sus expectativas terminaron en
farsa.
Canderón se dedicó a mantener las cosas como es-
taban y continuar la línea neoliberal por mandato de las
instancias hegemónicas. Ciertamente las luchas magiste-

31
Crisis de la educación y pedagogía emancipadora

riales consiguieron formalizar la obligatoriedad de la ins-


trucción secundaria, al tiempo que se impuso el recorte al
presupuesto del sector educativo. Su reforma a los conte-
nidos educativos trajo consigo la pérdida de contenidos
históricos, el caos en estos, la anulación de contenidos
humanísticos, y el fortalecimiento de los viejos procesos
de adiestramiento.
El gobierno de Peña Nieto se presentó en la fase más
avanzada del neoliberalismo, lo suyo fue el saqueo y la
corrupción, como ya no hayan a quien robar, se roban en-
tre ellos mismos. El accionar educativo se enfocó a su
reforma punitiva, manteniendo la verborrea neoliberal de
las competencias, la educación en valores, los clubes, la
calidad, el liderazgo, el adiestramiento, la transparencia,
las habilidades.
Al final su labor consistió en arrastrarnos al desastre
de una crisis educativa, afrontando una desculturización
general, la carencia de saberes universales, la privación
de conocimientos necesarios para una sociedad que re-
quiere herramientas de transformación.
En este momento nos han estrechado el pensamiento
social del pueblo, hemos quedado sin poseer extensamen-
te los últimos adelantos del conocimiento, de la ciencia y
la tecnología, y sin recuperar el sentido de nuestro ser so-
cial o nuestra comunalidad perdida frente a la educación
individualista, consumista, conformista, instrumentalista,
conductista, memorista, mecanicista, de conocimientos
fragmentados.

32
Felipe Cuevas Méndez

En el diseño del poder hegemónico, ocurre que


quienes lo detentan, generalmente se enfrentan a la di-
ficultad, imposibilidad o incapacidad de establecer lazos
comprensivos sobre las y los otros, tienden a desechar las
experiencias alternativas al modelo instituido, a lo sumo
admiten interpretaciones acordes a lo que el sistema ape-
tece. Esta circunstancia también es llevada al nivel de las
relaciones de poder dentro del aula por los actores que en
ella concurren, sean las relaciones establecidas, la autori-
dad del saber oficial, la burocracia, el poder económico, o
la naturalización de los cánones.
Con esta admisión exclusiva de sus prerrogativas, el
neoliberalismo vino a cerrar el paso, a perturbar el es-
cenario popular alterno; porque en sus propósitos está
el reducir las perspectivas liberadoras de la educación,
máxime cuando se ponen en juego sus dogmas y estra-
tegias de dominación ideológica. Tan sólo si atendemos
a los programas de estudio, es notorio que estos buscan
reforzar la posición del Estado y la gran empresa frente a
la sociedad.
En el caso de los pactos sociales históricos del Estado
burgués con o frente a las sociedades, han sido quebrados
por las élites dominantes detrás del aparato, para quie-
nes la educación entró definitivamente en la esfera de los
grandes negocios sin perder su carácter reproductor. Esos
pactos se rompieron porque en general el capitalismo en-
tró en una fase crítica de grandes complicaciones para
seguir creciendo exponencialmente, requiriendo de la
educación, la concentración de los aprendizajes hacia la
dominación y el mercado; en tanto durante un largo pro-
33
Crisis de la educación y pedagogía emancipadora

ceso la tendencia concurrió las fuerzas al ensanchamiento


de la educación como una necesidad del crecimiento so-
cial capitalista que se fue.
A todo lo cual se le ha llamado benevolencia del ca-
pital para permitir que los pobres asciendan económica,
social y culturalmente asimilándonos a su visión, sobre la
base de la ausencia o eliminación de nuestra conciencia
social.
Para el poder político-económico la cultura viva de
los pueblos es un obstáculo a la estandarización ideoló-
gica y mercantil de la vida, en consecuencia, nos impuso
una educación deshumanizante en retroceso de sus pers-
pectivas históricas.
El modelo de calidad gerencial ve a la educación
como un gasto social, por ello se enfoca a la privatización
sistemática, asimilando las necesidades educativas hacia
la población como el impulso de un mercado fuente de
ganancias para la burguesía. Entre tanto, como ha queda-
do dicho, desde la perspectiva de los pueblos, la enseñan-
za siempre será una valiosa inversión social frente a tan-
tas necesidades implicadas en la formación hacia todos
los campos de la vida. Desde nuestra óptica el carácter
de inversión social es un factor de lanzamiento para una
política consecuente con el interés popular y social.
La narrativa dominante en pedagogía dio curso a un
neoconservadurismo y la educación neoliberal como ne-
gocio, negada a las contradicciones sociales y los trasfon-
dos del daño al planeta. En ello se atendió a las reformas
educativas para sustraerle su sentido humanista y rees-

34
Felipe Cuevas Méndez

tructurar los programas siempre en un ámbito técnico-re-


duccionista.
Si bien se resuelven temas sobre la exclusividad en
torno a los rudimentos del saber, la enseñanza siempre
corrió a la zaga de la división social, entre el trabajo ma-
nual y el intelectual, el empuje de los privilegios, o la
agudización del analfabetismo.
Para comprender la caída de la enseñanza del país en
el cambio de prioridades en la estructura del sistema de
opresión, debemos considerar los hechos acaecidos el 2
de octubre de 1968, el control sindical y represivo siste-
mático al magisterio en general, la agresión a las distintas
expresiones de la educación pública, las continuas refor-
mas emprendidas desde los años 80s del siglo pasado, y
la amplia cobertura brindada a la educación privada. Pues
estas acciones fueron propulsadas por una burguesía cada
vez con mayor capacidad de decisión, en seguimiento
de su línea estratégica de reconstitución del poder políti-
co-económico a su favor.

35
Crisis de la educación y pedagogía emancipadora

Escenario de la crisis educativa

Dicho estrechamiento contrario al movimiento en


pro de la educación popular, fue trazado bajo el proceso
de acumulación capitalista tal como se emprendió en los
últimos 30 años. Las relaciones capitalistas consolidadas,
el despotismo financiero sobre el país, la crisis global del
2008, las crisis recurrentes, al igual que el mismo proceso
de imposición absoluta del neoliberalismo; son las prin-
cipales causas de fondo del deterioro educativo tal cual
ahora podemos ver:
• La drástica reducción de los fondos públicos.
• El aumento del desempleo.
• El deterioro de la capacidad de compra del sa-
lario.
• El largo proceso migratorio.
• La pauperización de todos los sectores y clases
populares, incluidas las capas medias.
• La marginación de diversas zonas, regiones y
sectores del país.

36
Felipe Cuevas Méndez

• El problema del narcotráfico, la forma de gue-


rra del narcotráfico, y el crimen organizado que
alteraron más la economía, el poder político, la
estructura y el tejido social.
• La violencia permanente contra los sectores es-
tudiantil y magisterial.
• El contexto de dependencias del Estado mexica-
no.
Son muchos más los problemas del país que trascien-
den a este campo, pero sirvan estos de ejemplificación al
propósito nuestro. Por otra parte, en la línea de reflexión
sobre la problematización educativa, vale hacer referen-
cia a estos otros aspectos que repercuten en la situación.
Primeramente presentamos el retraso en el manejo
didáctico, pedagógico y educacional de las nuevas tecno-
logías bajo el enfoque unilateral de las tantas corrientes
de la educación burguesa enfocadas en este aspecto a su
utilitarismo.
A continuación tenemos el asentamiento de la auto-
ridad de reconocimiento de la academia establecida, la
ciencia dominante y sus procesos. De tal forma que son
estos y solo estos mecanismos con los que se define el
grado de conocimientos, su aval y autorización.
Como en otras áreas, la detentación del poder no per-
mite ver a los otros, ni a las demás perspectivas educa-
cionales, aun cuando las academias siguen saqueando co-
nocimientos ancestrales o desarrollados desde abajo para

37
Crisis de la educación y pedagogía emancipadora

presentarlos como suyos y no de nuestros pueblos en su


proceso independiente de construcción del saber.
Si gustas tomar cualquier proceso aleccionador de lo
que cuenta la historia de la instrucción en México hasta
nuestros días, notarás que para el poder político-econó-
mico, cultural e ideológico (al margen de la propaganda),
en atención a sus objetivos, no hay otras perspectivas que
las que dictan las suyas propias. Sólo tienes que revisar
cualquier hecho.
Igualmente enfrentamos el eslabonamiento del man-
do institucional educativo mediante una terrible cadena de
mandos desde las instancias centrales, hasta las locales,
con márgenes reducidos para operar debidamente con la
labor educativa tras su verdadera necesidad pedagógica.
En la educación básica se presentan circunstancias en que
la labor docente es constreñida a las piezas de un engra-
naje de enseñanza regimentada pese a que los verdaderos
sujetos de la formación crean y recrean nuevos medios e
instrumentos de su accionar cuyas bases tienden a romper
con los esquemas que vienen desde arriba e incluso divor-
ciadas de nuestras tradiciones pedagógicas.
La actividad de la educación básica debe enfocar-
se a la culturización popular y universal, al desarrollo
de los procesos intelectuales, la humanística de nuestras
relaciones y vida social, tanto como a la potenciación de
las capacidades individuales y de colectividad en las/los
escolares.
Por si fuese poco, la reproducción de las relaciones
de poder en el aula, viene eslabonada en la actividad edu-

38
Felipe Cuevas Méndez

cativa propiamente dicha. Tales relaciones afincan una


enseñanza de las reglas sociales sobre la dominación que
posteriormente habrá de sufrir o ejercer el sujeto.
Por otro lado son críticos los bajos salarios a los y las
trabajadoras de la educación, los presupuestos deplora-
bles, el deterioro y retraso del equipamiento tecnológico
de las escuelas y universidades, la creación de elefantes
blancos supuestamente para la investigación y la ciencia
cuyos aportes están muy por debajo de los recursos que
se les destina. En las universidades públicas podemos ver
esos extremos entre la vida de potentados que se dan las
autoridades educativas en tanto que algunos sectores es-
tudiantiles suelen vivir hacinados en casas de estudiantes
sostenidas con la lucha, o sus profesoras y profesores lle-
van condiciones económicas que desincentivan su labor
formativa.
Finalmente subrayamos las formas obsoletas de for-
mación y trabajo docente por los métodos burgueses, en
que sigue repitiéndose las herencias escolásticas, el teo-
ricismo y las limitaciones para la práctica como medio
esencial en la construcción de conocimientos, u otras ten-
dencias al tecnicismo.
Al respecto es de ver que a todo vaciamiento de co-
nocimientos, a toda posición rígida de contar lo que el
Estado y la burguesía cuentan en sus textos de enseñanza,
por más que se introduzcan didácticas novedosas o alter-
nativas; en el rango de dichos conocimientos lo que va en
su vena y torrente es la plasmación del proceso memorís-
tico y positivista o te saldrás del aro rigurosamente esta-

39
Crisis de la educación y pedagogía emancipadora

blecido, debiendo atenerte a las consecuencias. Como ya


se echa de ver, para eso son las evaluaciones al magiste-
rio y los procesos pedagógicos calcados de las relaciones
empresariales y de producción capitalista.
En conjunto los mecanismos de la problematización
repercuten en los siguientes aspectos:
• El incremento de los índices de repetición y fra-
caso escolar en la educación básica, así mismo
nuestros estudiantes no alcanzan el nivel que la
autoridad académica espera.
• El riesgo de deserción escolar debido a la baja
calidad escolar y al estatus económico de los ado-
lescentes y jóvenes.
• Abundan en la interrupción del proceso de incor-
poración de los hijos de las familias de sectores
populares a la instrucción media.
• Conllevan a la desintegración de las fases del sis-
tema educativo, con énfasis en el divorcio de la
escuela, academia o universidad, con la comuni-
dad.
• Son causantes estructurales de la degradación de
la calidad educativa.
• Propician la deformación mental de la niñez y
juventud desde los programas oficiales para co-
lonizar y alienar el pensamiento.
• Establecen la persuasión de los criterios de do-
minación.

40
Felipe Cuevas Méndez

• Las dificultades en el manejo de conocimientos y


su praxis entre los estudiantes de niveles medio
y superior.
• La formación unidimensional del magisterio, su
represión, el agotamiento de sus capacidades y la
inducción a que sea un sector de practicantes con
limitados potenciales intelectuales y críticos.
Entre otras situaciones, de presión y represión en la
juventud, los hechos del verano de 2018 contra los y las
bachilleres y universitarios de la UNAM, son parte de una
gran montaña de agresiones contra la juventud, contra su
libre expresión, contra su derecho a reclamar. Tal como
lo acaecido en la desaparición de los 43 de Ayotzinapa
revela el sentido que hasta hoy día ha tenido el formato
educacional del sistema, tanto como las nuevas muestras
de control del sistema educativo como monopolio de la
burguesía y una rancia burocracia que pretende continuar
por muchos años en el dominio de esa esfera.
Ahora lo privado es glorificado, es ensalzado a un
nivel de “cultura avanzada”, el paradigma del individua-
lismo es colocado en el centro de la formación del ser
humano como una fuente propulsora de la penetración del
mercado en nuestras vidas, pero nada han podido mejo-
rar las cosas en una sociedad desgarrada por los efectos
perjudiciales del individualismo asociado a las ideologías
burguesas, haciendo de este modelo, una agravante más
para la descomposición social.
Lo que se vino a asentar derivó en un capitalismo
académico, protagonizado por dos fuerzas fundamenta-

41
Crisis de la educación y pedagogía emancipadora

les, las cuales son la educación pública y la educación


privada. El poder académico como monopolio cultural
e instruccional, se impuso sobre grandes contingentes
magisteriales, estudiantiles y de comunidades afines al
campo, estableciéndose las líneas de un amplio mercado
que va de la asesoría, la “proveeduría” y la inversión ca-
pitalista directa.
Dicha actividad se sustenta en la hegemonía de sus
proyectos, la legitimidad que les fue conferida por el Es-
tado, y la fuerza institucional para acreditar el saber. Todo
esto, sin importar el cuestionamiento global a sus méritos,
la evidencia de sus fracasos formativos, la decadencia de
su paradigma educativo escolástico-neoliberal.
Sinteticemos el entorno del sistema educativo cuya
gestión es la base de tantos descontentos y conflictos so-
ciales. En el medio de esta crisis el sistema educativo lo
que hace es acumular problemáticas irresueltas o mal re-
sueltas en el marco de la acción neoliberal eficientista,
productivista y privatizadora.
El sistema Básico está compuesto por Preescolar,
Primaria y Secundaria, ha mostrado una desconexión de
sus componentes en el tránsito, contenidos y enseñanza
de estos, además de estar rigurosamente regimentado por
sus burocracias administrativas y ejecutoras. Para variar
el charrismo sindical proclive a los de arriba, mantiene
secuestradas sus estructuras en una red clientelar y co-
rrupta que impide, entre otras cosas, el debate abierto, las
propuestas de pedagogía crítica y el sentido revoluciona-
rio transformador de la educación.

42
Felipe Cuevas Méndez

Tales subsistemas insertan el entramado de la edu-


cación de sentido empresarial instruccionista, carente de
éticas, precarizado y doctrinario en falsos valores; gene-
rando a nivel institucional y privado el divorcio entre la
comunidad, la escuela y la familia como el complejo di-
námico que es necesario al escenario educativo y su sen-
tido de proceso en acción colectiva-individual.
El Medio-Superior integra el nivel de bachillerato,
los demás niveles equivalentes a éste, y el adiestramien-
to profesional que no requiere bachillerato o equivalen-
tes. Igualmente el Estado burgués y las escuelas privadas
siguen siendo intervencionistas en el día a día escolar a
través de sus políticas sobre el sentido de la educación.
En estos procesos se incentiva el espíritu acrítico y la do-
cilidad frente al sistema, al tiempo que se deja a las y los
jóvenes adolescentes a merced de tantas dificultades de
la vida social, precisamente cuando más se requiere del
acompañamiento.
El tipo superior es el punto cúspide de la ausencia
de equidad educacional, tiene una cobertura cada vez
más elitista, generada mediante un híbrido público-pri-
vado ante las protestas contra su plena privatización. Está
compuesto por la Normal, las licenciaturas en general, la
especialidad, la maestría y el doctorado, además de otras
opciones terminales previas a la conclusión de la licen-
ciatura, como el de Técnico Superior Universitario. Es
un sistema que denota la represión, la baja calidad, las
intenciones privatizadoras, las ineficiencias de todo tipo,
retraso en el diseño de contenidos, hasta la instrucción
de escasos niveles pedagógicos, deshumanizante en sus
43
Crisis de la educación y pedagogía emancipadora

contenidos y desinteresada por aproximar con todo el arte


los esfuerzos formativos.
El capitalismo ha hecho de las universidades y demás
instituciones de enseñanza superior, ejes de trasmisión
del comercio en el área y para la ideologización de su
cultura dominante. En este sentido el comportamiento de
las élites universitarias dista mucho del puro interés aca-
démico o cultural, entrelazándose con los fines y negocios
del capital, transformándose en capas aristocratizadas que
detentan presupuestos y constriñen toda posibilidad de
cambio democrático en su seno.
En la actualidad es necesaria una ardua batalla ideo-
lógica y política de largo aliento, desde los movimientos
estudiantiles y magisteriales, como condiciones para de-
bilitar el imperio tecnocrático que rige la enseñanza supe-
rior y las redes en como ésta se sostiene. Estas luchas y
estos sujetos sociales de cambio, históricamente estable-
cen bases de una auténtica revolución y democratización
en su seno, contra el tradicional adoctrinamiento en torno
a las prácticas y el pensamiento dominante formador de
sus reproductores.
Hemos descrito que de conjunto algunos aspectos
obedecen al retraso en nuestras concepciones pedagógi-
cas, los esquemas neoliberales, la atmósfera de burocra-
tismo, mercantilismo y relaciones de poder, la elitización
de la educación, la deserción escolar, los escasos incenti-
vos a estudiantes, docentes y profesionistas, los esquemas
y relaciones de poder internas.

44
Felipe Cuevas Méndez

Para completar, existen varias cuestiones que difi-


cultan o desincentivan la enseñanza superior, tales como
la disminución de los salarios de profesionistas durante
la era neoliberal, la desatención pública a la juventud y
adultos en necesidad de estudiar, hasta el esquema repre-
sivo dentro y fuera del aula. En conjunto es requerido un
nuevo modelo formativo en estos planos, una nueva po-
lítica de formación en general y particularmente superior
que se concentre en las prioridades profesionistas que nos
hacen falta como pueblo mexicano.

45
Crisis de la educación y pedagogía emancipadora

Educación popular, crítica


y revolucionaria

Sólo la gran burguesía y desde luego que sus segui-


dores, insisten en el auge de su cultura y la educación
vueltas negocio, aunque haciendo fraude sobre la realidad
en torno a la profunda crisis educativa, reportando logros
ficticios en todos los rubros del campo de la enseñanza.
Están enorgullecidos de sus nuevas elites, de lo fascinante
de sus preceptos tecnocráticos, del reduccionismo antihu-
manístico en sus contenidos, y del practicismo de generar
mentes abocadas a nichos restringidos del conocimiento
y la técnica.
Porque los hechos lo que remarcan es que ello trae
alienación, desregulación y desincorporación de las res-
ponsabilidades del Estado. Así también de aprendiza-
jes con obsolescencia programada que al cabo de unos
cuantos años dejan a las personas al margen del cauce
sin piedad de los intereses trasnacionales, de la homoge-
neización de la cultura de masas para borrar los códigos
de lucha cuando el sistema agrede las comunidades, les
saquea sus recursos e implementa la emigración.

46
Felipe Cuevas Méndez

Puede y debe cuestionarse los desastres de las refor-


mas educativas a lo largo del periodo neoliberal, para no
ir más atrás, la pésima gestión gubernamental, la corrup-
ción general y la ausencia de compromiso de sus gestores
de alto nivel; aun así, lo real es que esas reformas fueron
hechas bajo el auspicio de los grandes centros financieros
e imperiales que dominan a México, en colusión con las
castas de gobernantes.
Recapitulando, las reformas cumplieron con el obje-
tivo de desmantelar la antigua educación nacional, lo que
obligatoriamente nos trajo a esta crisis y desintegración.
La enseñanza escolarizada es una construcción histó-
rica de los estados modernos, se emplea como instrumen-
to de sus ideologías progresistas y desarrollistas poten-
ciando las fuerzas productivas y el necesario despliegue
cultural de la sociedad. Está encadenada al sistema ca-
pitalista, siendo necesaria subvertirla hasta que sea otra,
para una sociedad libre, transforme sus procesos e inclu-
sive se supere en todas las formas.
La educación burguesa es un conglomerado inte-
grado para obtener de los pueblos lo necesario según el
rol que el desarrollo capitalista les ha impuesto, pero sus
principios se caracterizan por acentuar cierto aislamiento
de nuestras cualidades sujetos así a la dependencia pira-
midal como organiza la sociedad.
Para abordar en detalle este aspecto, puede auscul-
tarse el cortometraje Mi amigo Nietzsche, a fin de faci-
litarnos el acceso a la idea del pensamiento bloqueado,
de la incapacidad de reflexionar que la formación social

47
Crisis de la educación y pedagogía emancipadora

y cultural dominante opera en los sectores magisteriales,


convirtiéndose en un serio problema para la conciencia
social y popular. Este cortometraje brasileño despeja un
conjunto de temas sobre la enseñanza formal y plantea la
necesidad de la escuela nueva, con cambios en los roles,
las didácticas, sin la opresión del pensamiento.3
Lógicamente en diversos sectores sociales se plantean
la cuestión de la crisis de la educación, algunos llaman la
atención sobre la irresponsabilidad, atraso o ineficiencia
del aparato estatal para cubrir las demandantes necesida-
des educativas de cara a un capitalismo humanizado.
También es cierto que se clarifican los problemas a
que ha llevado la privatización educativa y el florecimien-
to de la instrucción privada masificada a todos los niveles
de enseñanza. Como también se cuestiona estos dos ejes
por ser estructuralmente afines con el paradigma tradicio-
nal de la enseñanza organizada, en tanto que privan de
otras posibilidades o alternativas que retoman elementos
de las nuevas condiciones sociales para este campo, y se
niegan los saberes y formas de aprendizaje que subsisten
en nuestros pueblos y sus procesos e instrumentos de or-
ganización.
Por lo que se refiere a la presente crisis de la educa-
ción, nos hemos concentrado en un conjunto de diversos
ámbitos como los recursos e infraestructura, la formación
de docentes, “ilustración” privatizadora, la práctica do-
cente, descomposición y burocracia, inercias, relaciones

3 https://www.youtube.com/watch?v=oDgiyJKFxSQ

48
Felipe Cuevas Méndez

jerárquicas en sus estructuras, y el contexto globalizador


imperialista cultural.
La organización social de hoy va constriñendo los
derechos educativos, descarta a los sectores de adultos sin
estudio entre la clase trabajadora y el pueblo, adoctrina,
distrae y divide a la juventud, enajena desde la infancia,
niega las necesidades específicas de la mujer u otros sec-
tores que requieren tantas atenciones educativas y el re-
planteo de una pedagogía crítica y revolucionaria.
El sistema educativo se sustenta en esta norma de
exclusión social y clasista reforzada por la conducción fi-
nanciera del mundo y en especial por la política imperia-
lista norteamericana y occidentalista que durante mucho
tiempo penetró en la enseñanza nacional. Esta cuadratura
antipopular del sistema es enfocada a los fundamentos de
un orden regimentado en estructuras y acciones cuyo fin
es lograr el máximo de dominio sobre las conciencias y
capacidades de los pueblos del mundo y sus clases traba-
jadoras, como recurso para adelantarse a la constitución
de controles cada vez más penetrantes sobre nuestras vi-
das y nuestra formación.
Por supuesto, no hay idilio educativo al modo bur-
gués, sino problematización constante de la educación, no
obstante en lugar de marchar hacia la edad de piedra, la
formación debe colocarse como instrumento de la forma-
ción humanística, creadora y transformadora del proceso
social hacia la emancipación del dominio capitalista y de
todas sus ideologías. Para las y los revolucionarios en este
campo no cabe la renuncia en esta lucha, se deben tener

49
Crisis de la educación y pedagogía emancipadora

presentes las posibilidades de elevar la formación político


cultural sobre la base concreta de la enseñanza en cual-
quiera de sus niveles, y del trabajo social con los sectores
que en él concurren.
El pueblo mexicano lucha por su formación, por salir
del atraso seglar en que lo hundieron las elites de antes y
de ahora, batallando contra esas tendencias que de mane-
ra alevosa le inducen a una mayor regresión cultural. Una
pedagogía libertaria, es urgente, porque solo desde bases
socioculturales será posible reconstruir nuestro tejido
social y replantear la profundidad de nuestra educación
y cultura popular.
Una pedagogía política con sentido crítico, popular y
revolucionaria es posible para configurar las líneas indis-
pensables hacia una política educativa centrada en el pue-
blo y sus necesidades. Para ello se propone avanzar, con
la integración de Programas de estudio debidamente fun-
damentados en los conocimientos y saberes que plasmen
nuestra perspectiva de una formación popular, solidaria,
colectivista, impulsora de las conciencias y propulsora de
cambios en el hacer profesional, el compromiso y con-
junción de esfuerzos con el pueblo mexicano.
Bajo esta pedagogía instructiva, crítica, revolucio-
naria y de movilización social, se requieren contenidos
educativos que destaquen los valores del conocimiento
en la trayectoria de las auténticas necesidades sociales de
formación general y profesional frente a lo que el neolibe-
ralismo y su individualismo de consumo nos dejó.

50
Felipe Cuevas Méndez

En cada estudiante del pueblo hay la posibilidad del


humanista, del talento, del profesional comprometido,
de la joven creadora, de la mujer cultora y organizadora
de su entorno, del intelectual capacitado para hacer ges-
toría social, para liderar soluciones comunitarias, ela-
borar e impulsar proyectos del buen vivir comunitario,
desplegar la información y comunicación desde abajo,
para tejer la conciencia colectiva de su comunidad y en
su medio de trabajo.
Tal plano se proyecta por una formación integral y
multifacética, capacitación concreta, práctica continua,
además de una especialización en determinada área. Así
entonces esta formación será siempre en relación estre-
cha entre el trabajo y el estudio, entre la colectividad y la
individualidad, en las condiciones y circunstancias parti-
culares de la zona o región de trabajo, por tanto, como un
proyecto amplio para cubrir un horizonte mayor al que
actualmente se puede visualizar.
Concebimos la educación como proceso social, co-
lectivo-individua para la construcción activa de los co-
nocimientos ya dados, los que permanentemente crean
nuestras sociedades y los que hay que crear en el seno
de la actividad cultural-educativa. Esta educación se sus-
tenta en las tradiciones pedagógicas de nuestros pueblos,
donde la escuela va al pueblo, se asienta ahí y se hace
pueblo, cambiando su sentido tradicional, centrándose en
su desarrollo concreto, local, profesional, cultural, antica-
pitalista, sustentable y socialista. En esto mismo la apues-
ta está en una proyección de impacto económico hacia

51
Crisis de la educación y pedagogía emancipadora

amplios proyectos de lo productivo, social, cultural, téc-


nico, político, humanístico y ecológico.
Por otra parte, se hace indispensable superar los mé-
todos obsoletos en el trabajo docente, innovar las formas
de aprendizaje hacia la construcción colectiva del cono-
cimiento, hacia la evaluación continua y diversificada
en sentido de que constituya fuentes fehacientes de los
aprendizajes adquiridos, en lo escrito, oral, visual, expo-
nencial, la reflexión, la práctica, lo tecnológico y los cam-
bios en el ser social.
Otra educación exige combatir el charrismo sindical,
la estructura piramidal del sistema educativo, la burocra-
cia depredadora que posee todo el aparato educativo, el
espíritu de lucro y amoralidad del que está saturado, la
corrupción, la carencia de recursos, los desatinos de sus
reformas educativas, y el desvío de las prioridades edu-
cativas.
Bajo estas premisas es necesario crear universidad en
todas partes, llevarla a donde el pueblo la requiere, para lo
cual adelantamos una propuesta en el Proyecto Calmécac.
Con comunidades universitarias desplegadas en los cien-
tos de ciudades del país, en sus 2,464 municipios y las
alcaldías de la ciudad de México. La lucha de clases del
pueblo mexicano nos plantea precisamente generar más
medios que posibiliten avanzar y prepararnos política,
científica, humanística, revolucionaria y culturalmente
frente a la oligarquía, la reacción y el imperialismo.
Como queda establecido, el aprendizaje va hacia
la asimilación de la experiencia social humana, lo cual

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avanza consecuentemente en la asimilación de la expe-
riencia integral, sociocultural, moral, intelectual, estética,
motriz en el proceso escolar. Esto se da en dependencia
de los objetivos, las clases, sectores, ideologías, teorías y
métodos empleados. De esta manera la educación es un
proceso de múltiples dimensiones que se ejecuta en to-
dos los campos de la vida social, sin embargo atañe muy
especialmente a los medios propiamente educativos y for-
mativos ponerla en marcha de forma sistemática confor-
me a propósitos sociales definidos.
La educación puede significar un proceso de cons-
trucción sociocultural y lucha democrática revolucio-
naria del pueblo, de recomunalización integradora con-
tra el capitalismo, de acción social integradora por la
emancipación anticapitalista.
Ir a nuestras raíces históricas y educacionales y pe-
dagógicas, generar un nuevo mundo y espacio social para
la vida (toltecáyatl) y un nuevo arte de enseñar a pensar,
de enseñar a estudiar, de enseñarnos a aportarle a la so-
ciedad, de enseñarnos la felicidad de la libertad verdadera
(tlacahuacahualiztli); sólo tienen cabida para luchar por
una sociedad revolucionaria superadora de los antagonis-
mos, conflictos y contradicciones actuales con un modo
humanístico de formación; es la cuestión central para la
educación y pedagogía crítica-revolucionaria.
Si nos referimos al campo especial de la pedagogía
la tarea consiste en forjar también una educación popular,
cimentada en los lazos del interés colectivo y las formas

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Crisis de la educación y pedagogía emancipadora

para la adquisición, asimilación y creación del conoci-


miento.
La crisis formativa, cultural y de la educación tiene
distintas respuestas:
1. Se continúa la desestructuración neoliberal hacia
su globalización imperialista en aras de una cali-
dad elitista e individualista.
2. Se retoman posiciones conciliadoras entre mejo-
rar servicios e elevar coberturas sin alterar sus
bases capitalistas y estatistas.
3. O se trazan líneas de acción revolucionaria.
Sobre este último punto, es una revolución contra-
sistémica, organizativa, contrahegemónica, moral, ética,
epistemológica, pedagógica, magisterial, estudiantil, pro-
letaria, popular, comunitaria y formativa.
Las vicisitudes de la pedagogía en México son ma-
yores dados los fenómenos políticos, culturales, sociales
y económicos a que se encuentra sujeta, por ello, en el
esfuerzo desde abajo por reconstituir nuevos plantea-
mientos populares en materia de educación, en la visión
de un nuevo tipo de universidad-pueblo “la universidad
debe ser flexible, pintarse de negro, de mulato, de obrero,
de campesino” (Che Guevara). La formación del arsenal
pedagógico, “los educadores serán educados” (Carlos
Marx), asume la necesidad de solución a una parte de las
demandas de nuestros pueblos en la materia educativa y
de profesionalización con consciencia social de sus sec-
tores.

54
Felipe Cuevas Méndez

¿Queremos lograr una cohesión en el hacer y pro-


puesta pedagógica para afirmar los propósitos programá-
ticos de humanismo, compromiso social, la gestión de
las demandas sociales, los liderazgos en las soluciones
comunitarias, el impulso de proyectos populares? pues
tendremos que luchar por todo.
Atendiendo la diversidad temática y enfoques en la
instrucción, la perspectiva crítica y los aportes indispen-
sables en esta labor colectiva trabajamos por la formación
integral y multifacética, capacitación concreta, además de
una especialización en determinada área de los sectores y
clases populares.
Tal es el cocrear una educación popular para y por
el pueblo por una revolución también en el aprendizaje
y la pedagogía que forme a los niños y niñas en el desa-
rrollo de sus vidas hacia su felicidad y amor; que forme
en las y los estudiantes y facilitadores de la enseñanza,
auténticos, críticos, autocríticos, éticos, participativas,
protagonistas, abnegadas e identificados con la lucha so-
cial, y en la formación de las nuevas generaciones desde
la instrucción básica a la enseñanza superior, pero que
también genere para las y los adultos las posibilidades de
estudiar.
Así mismo se requiere desarrollar las habilidades
teóricas, metodológicas y procedimentales para conducir
la formación profesional crítico-revolucionaria hacia una
pedagogía emancipatoria, para el proceso social mexica-
no en sus nuevos contextos. Lo cual nos lleva a:

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Crisis de la educación y pedagogía emancipadora

• Potenciar las características pedagógicas del


pensamiento crítico-revolucionario y su sentido
libertario.
• Desarrollar la visión de escuela-universidad-pue-
blo en todos sus sectores involucrados.
• Repensar y desentrañar las circunstancias en que
se porta y se trasmite la sustancia subjetiva de la
cultura dominante en la enseñanza.
• Aplicar las herramientas didácticas, técnicas,
tecnologías, criterios e instrumentos de la educa-
ción popular crítica, científica y revolucionaria
para enseñarnos a pensar y lograr conocimientos
significativos imperiosos.
• Analizar de manera crítica consciente las bases
conceptuales de los programas oficiales y alter-
nativos en el marco de las exigencias educativas
del pueblo mexicano.
• Asimilar desde una perspectiva crítico-revolu-
cionaria nuestras experiencias pedagógicas a
partir del intercambio de situaciones y el am-
plio conocimiento de la vida y problemáticas de
nuestras niñas, niños, adolescentes, jóvenes y
trabajadores o sectores que aspiran al estudio.
• Forjar los espacios pedagógicos, acompañamien-
tos, debates, conjunción y desarrollo de la nueva
pedagogía popular, crítica y revolucionaria.
Una de las evidencias para afrontar la presente crisis
de la educación la podemos ver en la tendencia de im-

56
Felipe Cuevas Méndez

portantes sectores populares y magisteriales a retomar las


tradiciones propias y acopiarse del acervo cultural-peda-
gógico de otros pueblos que con sus luchas forjaron las
experiencias claves en su desarrollo, en torno a la educa-
ción marxista y el proceso social que les tocó vivir.
Este es un proceso necesario para la lucha de clases
y el planteamiento socialista. La educación del pueblo,
es obra de este, lo que nos lleva a la concurrencia de sus
múltiples sectores y clases trabajadoras, a la animación de
las fuerzas y organizaciones hacia propósitos de lucha, a
incentivar y estimular a la juventud y niñez con la pers-
pectiva de otro futuro opuesto a la opresión y explotación
capitalista, al trabajo de sus intelectualidades, talentos y
profesionales, con un proceso claro hacia una vida que
solucione nuestras necesidades.
Vamos a un nuevo proceso social con la primera de-
rrota electoral popular a los neoliberales, pero nada está
resuelto, el gran capital controla el poder económico y
presiona para recuperar todos los espacios del poder po-
lítico.
El Estado capitalista no ha sido alterado, por lo que
sus tendencias continúan, pero en un plano de resisten-
cia frente a los descalabros de sus acciones, ello pone en
circunstancias especiales al país, generándose perspecti-
vas de lucha desde abajo y de desarrollo de la conciencia
política de los pueblos frente a lo que es y ha sido el ca-
pitalismo. Esta situación abre otras compuertas de com-
bate por mejores condiciones de existencia, por mayores

57
Crisis de la educación y pedagogía emancipadora

transformaciones sociales, por el socialismo y la educa-


ción socialista.

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Crisis de la educación y pedagogía emancipadora
de Felipe Cuevas Méndez

Es impreso en México,
Nezahualcoyotl, EdoMex.
noviembre de 2018

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