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UNIVERSIDAD DE MURCIA
Departamento Medicina Interna

USO DE ANTIBIOTICOS EN EL HOPITAL CLÍNICO


UNIVERITARIO VIRGEN DE LA ARRIXACA 2012:
ESTUDIO DECRIPTIVO, PATRONES DE CAMBIO (1978
,1982 ,2012) E INFLUENCIA DEL TRATAMIENTO
ANTIBIÓTICO PROTOCOLIZADO EN LA EVOLUCIÓN
DE LO PACIENTES CON INFECCIONES.

Dña. Cristina Bonillo García


2014
2

INDICE

Agradecimientos .......................................................................................... pág.3

1. INTRODUCCIÓN.................................................................................. pág.5
1.1. Antibióticos disponibles en nuestro país y evolución del uso .............. pág.8
1.2. Consumo de antimicrobianos en los hospitales..................................... pág.10
1.3. Calidad del uso de antimicrobianos en los hospitales .......................... pág.11
1.4. Duración del tratamiento antimicrobiano ............................................. pág.12
1.5. Consecuencias del uso inapropiado de antimicrobianos ...................... pág.13
1.6. Razones del uso inapropiado de antimicrobianos en el hospital ......... pág.14
1.7. La resistencia antimicrobiana ................................................................ pág.15
1.8. Control del uso adecuado de antibióticos .............................................. pág.20
1.9. Importancia de la atención farmacéutica .............................................. pág.24
1.10. Programas de optimización del uso de antibióticos ............................. pág.25
1.10.1. Definición. Necesidades, requerimientos y herramientas para el
desarrollo de PROA. .................................................................... pág.25
1.10.2. Aspectos organizativos Comisión de Infecciones ...................... pág.25
1.10.3. Recursos técnicos y humanos ...................................................... pág.30
1.10.4. Objetivos de los PROA ................................................................ pág.31
1.10.5. Indicadores de funcionamiento de los PROA. .......................... pág.34

2. OBJETIVOS ................................................................................................... pág.35

3. MATERIALES Y MÉTODOS ...................................................................... pág.37


3.1. Estudio del uso de antibióticos ............................................................. pág.38
3.1.1. Estudio de pacientes ....................................................................... pág.39
3.1.2. Estudio de la infección ................................................................... pág.39
3.1.3. Estudio del tratamiento antibiótico .............................................. pág.40
3.1.4. Evolución y seguimiento ................................................................ pág.41
3.1.5. Análisis estadístico ......................................................................... pág.41
3.1.6. Protocolos de tratamiento antibiótico utilizados ......................... pág.42
3.2. Patrones de cambio del uso de antibióticos ........................................... pág.61
3.3. Encuestas a médicos prescriptores ......................................................... pág.61

4. RESULTADOS ............................................................................................... pág.69


4.1. Revisión de historias clínicas .................................................................. pág.70
4.1.1. Características Generales .............................................................. pág.71
4.1.2. Antecedentes infecciosos y microbiológicos ................................. pág.75
3

4.1.3. Características clínicas y microbiológicas ................................... pág.76


4.1.4. Estudio del tratamiento antibiótico .............................................. pág.79
4.1.5. Evolución clínica ............................................................................ pág.84
4.1.6. Estudio comparativo entre servicios médicos y quirúrgicos ...... pág.85
4.1.7. Análisis estadístico de la evolución clínica en relación con el uso
adecuado de antibióticos ................................................................... pág.102
4.2. Patrones de cambio .................................................................................. pág.107
4.3. Resultados de las encuestas ..................................................................... pág.110

5. DISCUSIÓN .................................................................................................... pág.117


5.1. Uso de antibióticos en un hospital clínico universitario ....................... pág.118
5.1.1. Introducción ................................................................................... pág.118
5.1.2. Resultados ....................................................................................... pág.120
5.1.3. Discusión ......................................................................................... pág.122
5.2. Patrones de cambio .................................................................................. pág.139
5.2.1. Resultados ....................................................................................... pág.139
5.2.2. Discusión ......................................................................................... pág.140
5.3. Encuestas a médicos prescriptores ......................................................... pág.144

6. CONCLUSIONES .......................................................................................... pág.147

BIBLIOGRAFÍA ....................................................................................... pág.151


4

Agradecimientos:

Con estas líneas quiero expresar mi más sincera gratitud a todas


aquellas personas que de una forma u otra, han contribuido a la realización
de esta Tesis Doctoral. En particular a:

Profesor Dr. Joaquín Gómez Gómez, por haberme dado la


oportunidad de realizar, bajo su dirección, esta Tesis Doctoral, por sus
conocimientos, su experiencia y su motivación, así como por el trato
recibido, tanto personal como profesional.

Dra. Elisa García Vázquez por su paciencia, por su esfuerzo y


dedicación a este trabajo.

Profesor Dr. Manuel Canteras Jordana, por su ayuda y facilidades


prestadas en la realización de esta Tesis.

Profesor. Dr. Sergio Erill, por su colaboración en este proyecto, sin la


cual no hubiera sido posible la realización de esta Tesis Doctoral.

Dra. Victoria García Zafra por su apoyo durante todo este tiempo,
por su cariño y por su amistad.

Mis compañeros del Servicio de Farmacia, por su ayuda y por hacer


cada día de trabajo más agradable.

Mis padres, por trasmitirme la fuerza y el ánimo para terminar esta


Tesis, por su cariño y por la confianza depositada en mí.

Adrián, por estar siempre ahí, por ayudarme en los momentos


difíciles, por ser como es.
5
6

1. Introducción
7

1. INTRODUCCIÓN

El descubrimiento e introducción de los antimicrobianos en la


práctica clínica supuso uno de los mayores avances de la Medicina
tanto por sus efectos directos en el curación de infecciones, como
indirectos, permitiendo el desarrollo de procedimientos terapéuticos
asociados a una alta probabilidad de aparición de infecciones graves,
como los trasplantes, la ventilación mecánica, etc. 1,2 .

El término antibiótico fue inmortalizado por Waksman al definirlo


como una sustancia obtenida de microorganismos que puede inhibir o
matar a otros microorganismos. Actualmente se considera antibiótico
a todas las sustancias con actividad antimicrobiana, excepto los
antisépticos y desinfectantes 3.

La expresión más llamativa del efecto positivo de los


antimicrobianos se observa en los pacientes con infecciones graves
(sepsis grave y shock séptico) en los que la utilización precoz de
antibióticos adecuados se asocia a un beneficio muy marcado en
términos de curación y reducción de la mortalidad 4,5.

Sin embargo, algunos estudios demuestran que la calidad del uso


no es óptima, hasta el 50% de las prescripciones son innecesarias o
6,7
inapropiadas y que hasta el 29% de las prescripciones de
antibióticos de amplio espectro no están justificadas 8.
8

El uso inadecuado de antimicrobianos tiene consecuencias a tres


niveles: para el propio paciente, en el ecosistema favoreciendo la
selección de cepas resistentes y a nivel económico 9.

La mayor parte de las prescripciones inadecuadas lo son por un uso


excesivo y en este aspecto se centran los programas de mejora. Pero
no hay que olvidar que una parte del uso inapropiado lo es por su uso
insuficiente, con graves consecuencias para el paciente. Las
consecuencias del uso inapropiado son muy graves, incrementa la
mortalidad y la morbilidad de los pacientes y las resistencias
microbianas. La razón fundamental del uso inapropiado es el
conocimiento insuficiente de la compleja información acerca del
diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades infecciosas.

Las causas y las consecuencias del uso inapropiado de


antimicrobianos tienen en el hospital su peor escenario posible. Es por
ello que en el hospital se producen, como en ningún otro lugar, la
principal consecuencia adversa del uso inapropiado de
antimicrobianos: la muerte de pacientes con infecciones por bacterias
multirresistentes adquiridas en el hospital que no reciben tratamiento
antimicrobiano apropiado.
9

1.1. Antibióticos disponibles en nuestro país y evolución del uso

En el año 2000 se disponía en el mercado español de 82 principios


activos pertenecientes al grupo de antimicrobianos de uso sistémico.
En el año 2008 descendió a 70 principios activos, lo que supone una
10
disminución de la oferta de un 14,6% . La disminución afecta
principalmente a las tetraciclinas. El único subgrupo que aumenta la
oferta es el de las cefalosporinas, con la introducción del cefamandol y
el cefditoreno.

El número de presentaciones ha aumentado de 1.010 en el año 2000


a 1.315 en 2008. La oferta en cada subgrupo terapéutico no ha sido
homogénea. Se ha producido un aumento de las presentaciones de
penicilinas, cefalosporinas, macrólidos, quinolonas, en tanto que
disminuyen las presentaciones de tetraciclinas, anfenicoles,
sulfonamidas y aminoglucósidos.

En el año 2000, las presentaciones de especialidades farmacéuticas


genéricas (EFG) representaban el 11% de la oferta de antibióticos. En
el año 2008 las EFG contribuyen en un 43%, concentrándose
fundamentalmente en 6 subgrupos: penicilinas de amplio espectro,
penicilinas con inhibidor de β-lactamasa, cefalosporinas de segunda
generación, cefalosporinas de tercera generación, macrólidos, y
quinolonas.

En el subgrupo de penicilinas, se produce un acentuado incremento


en la oferta de penicilinas con inhibidor de β-lactamasa (amoxicilina
10

con ácido clavulánico, fundamentalmente). Se ha duplicado el número


de presentaciones en el año 2008, habiendo superado las 195
presentaciones de penicilinas de amplio espectro.

La oferta de cefalosporinas muestra un ligero aumento. Se aprecia


un descenso de la oferta de cefalosporinas de primera generación y un
aumento de las de segunda y tercera generación.

El uso de antibióticos se ha mantenido estable, pero con un cierto


repunte en los últimos años, debido seguramente al incremento en el
uso de presentaciones de amoxicilina-clavulánico con mayor
concentración de principio activo en el año 2008, esto tiene un
impacto importante en el uso expresado con DHD e indica que el
incremento observado se debe a un aumento en la dosis empleada por
paciente y no a un aumento de la población expuesta 11.

El consumo de cefalosporinas disminuye debido,


fundamentalmente, al menor uso de cefalosporinas de segunda
generación. El grupo de cefalosporinas de tercera generación,
aparentemente, no ha sufrido variaciones relevantes. No obstante, se
aprecia una disminución progresiva de la utilización de cefixima,
siendo ésta más marcada a partir del año 2003, que se ve compensada
por el notable incremento del uso de cefditoreno desde su introducción
en el año 2004. El uso de macrólidos ha disminuido un 60% debido en
buena medida al descenso de la claritromicina, el único macrólido
cuyo consumo se mantiene es la azitromicina.
11

El uso de fluoroquinolonas ha aumentado. El consumo de


ciprofloxacino se mantiene constante y representa aproximadamente
el 50% del subgrupo. El discreto incremento del uso de
fluoroquinolonas se debe a una tendencia ascendente en el uso de
levofloxacino, sobre todo a partir del año 2003, y también al
incremento del uso de moxifloxacino. El uso de norfloxacino y
ofloxacino desciende más de un 50%.

En España, el uso de antibióticos de amplio espectro, especialmente


amoxicilina-clavulánico, es elevado en comparación con otros países
de la UE.

1.2. Consumo de antimicrobianos en los hospitales

La cantidad de antimicrobianos que se administran en un hospital


es muy elevada. Aproximadamente, el 60% de los pacientes
hospitalizados recibe al menos 1 dosis de antimicrobiano durante su
ingreso12.

El estudio realizado por la REIPI (Red Española de Patología


infecciosa) indican que en el año 2008 el consumo global de
antibacterianos en 5 grandes hospitales españoles fue de 83,5 dosis
diarias definidas (DDD)/100 estancias, y estratificando por áreas
alcanzó las 182,8 DDD/100 estancias en las UCI y las 77 DDD/100
estancias en las áreas no UCI.
12

Aplicando estos datos a un centro de 1.000 camas con un índice de


ocupación del 80%, diariamente se administran en ese centro 668
DDD de antibacterianos. Esta cifra expresa en qué medida el
tratamiento antimicrobiano en el hospital es una competencia médica
transversal que realizan decenas, centenas, de médicos pertenecientes
a servicios y unidades asistenciales muy diferentes 13.

1.3. Calidad del uso de antimicrobianos en los hospitales

La calidad de la administración de antimicrobianos en los


hospitales no es óptima. Aproximadamente, el 50% de los
antimicrobianos indicados en el hospital son innecesarios o
inapropiados 14.

El tratamiento antimicrobiano empírico es una de las principales


causas de uso injustificado de antimicrobianos en el hospital y, en
parte, se debe a su conocida eficacia terapéutica, que se inició hace
más de 40 años reduciendo la mortalidad de los pacientes con
neutropenia febril posquimioterapia y, posteriormente, de los
pacientes con infecciones graves. El gran éxito del tratamiento
antimicrobiano empírico ha “popularizado” su uso, y su indicación se
ha generalizado tanto que con frecuencia la primera pregunta que un
MIR realiza ante un paciente con fiebre es “¿qué antimicrobiano le
pongo?” y no “¿cuál es el diagnóstico más probable?”, y basándose en
ello, “¿está indicado el tratamiento antimicrobiano empírico?”.
13

La disponibilidad de cultivos en los hospitales ocasiona,


paradójicamente, indicaciones inapropiadas de antimicrobianos. Así
sucede cuando se interpretan los resultados de los cultivos sin tener en
cuenta el cuadro clínico y se prescriben tratamientos para
microorganismos colonizantes o contaminantes. Ejemplos comunes
son el tratamiento de pacientes con cultivos positivos de orina y/o de
secreciones respiratorias, más aún en pacientes sondados o intubados,
en ausencia de síntomas y de signos de infección, o el tratamiento de
la seudobacteriemia por Staphylococcus coagulasa negativos.

1.4. Duración del tratamiento antimicrobiano

La duración excesiva del tratamiento antimicrobiano obedece a 2


razones principales: la primera objetiva, la falta de evidencias de la
duración óptima del tratamiento antimicrobiano en muchos síndromes;
la segunda filosófica y válida para el uso de los antimicrobianos en
general, y que se refleja en el lenguaje coloquial de la práctica diaria:
“los antimicrobianos son fármacos buenos, ante la duda mejor tratar”,
“vamos a cubrir...” o “por si acaso le dejo unos días más de
tratamiento”. Frente a estas máximas carentes de fundamento, la
evaluación detenida y frecuente del paciente, característica de la
atención al paciente hospitalizado, es una herramienta extraordinaria
para individualizar apropiadamente la indicación y la duración del
tratamiento y evitar la indicación del “miedo”.
14

La profilaxis perioperatoria es también una causa común de uso


inapropiado de antimicrobianos, bien porque no se administran en el
momento adecuado, o bien porque se prolongan de forma innecesaria
15
.

1.5. Consecuencias del uso inapropiado de antimicrobianos

Las consecuencias del tratamiento antimicrobiano inapropiado son


muy graves, incrementa la mortalidad y la morbilidad, produce
reacciones adversas y aumenta la estancia hospitalaria, las infecciones
secundarias, los microorganismos resistentes y el gasto sanitario. La
mortalidad, el mal uso de antimicrobianos y las resistencias
microbianas están estrechamente relacionados. En pacientes con
infecciones graves, el tratamiento antimicrobiano inapropiado es un
factor independiente de mal pronóstico, bien porque no es activo
frente al microorganismo responsable, bien porque siendo activo se
administra tarde 16.

El uso inapropiado de antimicrobianos acelera el desarrollo de


resistencias, y las infecciones por bacterias resistentes son a su vez un
17
factor independiente de mal pronóstico . En los últimos años, el
desarrollo de resistencias ha sido tan rápido que muchos hospitales se
han quedado sin antimicrobianos de eficacia contrastada para el
tratamiento de infecciones graves por Pseudomonas aeruginosa,
15

Acinetobacter baumannii y enterobacterias productoras de


carbapenemasas 18.

1.6. Razones del uso inapropiado de antimicrobianos en el


hospital.

La razón fundamental del uso inapropiado de antimicrobianos en


los hospitales es el conocimiento insuficiente de la cada vez más
ingente y compleja información acerca del diagnóstico y el
tratamiento de las enfermedades infecciosas. La información y los
avances generados en las últimas 2 décadas sobre el diagnóstico y
tratamiento de las enfermedades infecciosas han sido extraordinarios,
ninguna otra área del conocimiento médico ha crecido tanto. En
consecuencia, la especialidad de enfermedades infecciosas se ha
convertido en una especialidad médica con reconocimiento
generalizado, con contadas excepciones como sucede con nuestro país
19
. No es de extrañar, por lo tanto, que especialistas médicos y
quirúrgicos de disciplinas distintas a las enfermedades infecciosas, en
las que el núcleo de la formación continuada no son las infecciones,
tengan dificultades para integrar adecuadamente tal magnitud de
conocimientos. Este contexto favorece el marketing comercial
centrado en el empirismo terapéutico y dirigido a la promoción de los
antimicrobianos más recientes.
16

1.7. La resistencia antimicrobiana

La resistencia a los antimicrobianos es un problema multifactorial,


con implicaciones microbiológicas (a nivel básico y en su vertiente
clínica), terapéuticas, epidemiológicas y de salud pública. Por
desgracia, las poblaciones microbianas contienen de forma natural
individuos resistentes, circunstancia que es independiente de que se
20,21
usen o no antimicrobianos . En términos generales, los
antimicrobianos actúan seleccionando esas poblaciones naturales, o
los microorganismos que mediante ciertos eventos genéticos hayan
adquirido genes que causan resistencia a dichos agentes. En este
sentido, la selección y la diseminación de microorganismos resistentes
es una consecuencia, casi ineludible, del empleo de los
antimicrobianos.

La resistencia a los antimicrobianos se reconoció al poco tiempo de


que estos fármacos comenzasen a emplearse clínicamente. El
desarrollo de decenas de nuevos compuestos y sus posteriores
modificaciones desde 1950 hasta la década de los años ochenta hizo
pensar, falsamente, que el tratamiento de las principales enfermedades
infecciosas bacterianas había quedado resuelto. Desde entonces, el
incremento de cepas resistentes y de los problemas clínicos causados
por éstas ha sido creciente.

La relación entre uso de antimicrobianos y aparición de resistencias


se sustenta en varios hechos. Los datos de tendencia histórica de
variaciones de la concentración mínima inhibitoria (CMI) a lo largo
17

del tiempo indican que, en general, los valores de CMI90 (que inhiben
al 90% de una especie o grupo bacteriano) son mayores en la
actualidad que en el momento en que se descubrió el compuesto
considerado 22.

El patrón de uso de antimicrobianos en un determinado entorno se


relaciona habitualmente con el de las resistencias existente en éste (un
buen ejemplo es el medio hospitalario y, en su situación extrema, las
unidades de cuidados intensivos). En un sentido más restrictivo, los
pacientes de quienes se obtienen cepas resistentes han recibido más
antimicrobianos que aquellos de los que se obtienen cepas más
sensibles.

La secuenciación de los genomas de decenas de bacterias ha


contribuido a aclarar el origen de la resistencia natural en diferentes
23
especies , demostrado la presencia de genes de resistencia o la
ausencia de genes que codificarían las dianas para algunos
antimicrobianos.

No se conoce con precisión cuál es el papel real de estos genes


intrínsecos, pues algunos de ellos podrían estar relacionados con
procesos metabólicos, de expulsión de sustancias nocivas o de
señalización, y sólo indirectamente con la resistencia. Cuando la
expresión de los mecanismos naturales de resistencia permite al
microorganismo sobrevivir en presencia de concentraciones de
antimicrobiano que se pueden alcanzar in vivo, el hecho alcanzará
importancia clínica. Incluso si la resistencia natural no implicase esta
18

resistencia clínica, sí que podría favorecer la adquisición de nuevos


mecanismos más eficaces, que una vez expresados conducirían a un
problema clínico.

Con independencia de la resistencia natural expresada por un


microorganismo concreto, éste podrá hacerse resistente cuando surjan
mutaciones en algunos de sus propios genes o tras adquirir uno o más
genes procedentes de otra bacteria resistente. Hablamos en este caso
de resistencia adquirida, que supone probablemente la de mayor
importancia clínica. Hay numerosos estudios, publicados sobre todo
durante las 2 últimas décadas, que indican que la resistencia observada
en infinidad de microorganismos clínicamente relevantes es la
consecuencia de la expresión simultánea, incluso coordinada, de
24
múltiples mecanismos, tanto naturales como adquiridos .La
resistencia compromete gravemente la eficacia del tratamiento
antimicrobiano. La mortalidad de los pacientes que reciben un
tratamiento antibiótico adecuado suele ser similar en infecciones
causadas por bacterias sensibles que en las causadas por cepas
resistentes. Sin embargo, las opciones terapéuticas para bacterias
resistentes son menores, y en ocasiones menos eficaces. Varios
estudios han demostrado un aumento de la morbimortalidad de los
pacientes con infecciones graves que reciben un tratamiento empírico
inadecuado durante las primeras horas, y que el riesgo de esta
situación aumenta de forma paralela con las tasas de resistencia del
25,26
entorno sanitario considerado . Las infecciones por cepas
resistentes suelen aparecer en pacientes más graves. Además, la
19

demostración de una cepa resistente disminuye considerablemente las


opciones para un tratamiento dirigido correcto, obligando al uso de
antimicrobianos con mayor espectro o actividad intrínseca, que
podrían haberse reservado para una menor proporción de casos. Las
infecciones por cepas resistentes también se asocian a una mayor
estancia hospitalaria.

Todo ello contribuye también a que la resistencia incida


negativamente en el coste de los servicios sanitarios 27.

Actualmente, se conoce la existencia de mecanismos de


transferencia de resistencia entre bacterias que están dando a lugar a
bacterias multirresistentes frente a las cuales disponemos de pocas
alternativas terapéuticas. A ello se suma el hecho de que la industria
farmacéutica apenas invierte en el desarrollo de nuevos
antibacterianos al no ser un mercado rentable. Ante el aumento de
bacterias multirresistentes y la disminución de alternativas
terapéuticas, la Unión Europea ha establecido como prioridad
incentivar el desarrollo de nuevos antibióticos 28.

La aparición de resistencias es un fenómeno complejo en el que


intervienen varios factores no todos bien conocidos 29,30.

Podemos concluir que:

 Los cambios en el uso de antimicrobianos van paralelos a


los cambios en la prevalencia de resistencias.
20

 Las resistencias son más frecuentes en microorganismos


nosocomiales que en infecciones adquiridas en la
comunidad.

 En los brotes nosocomiales de gérmenes resistentes, los


pacientes afectados han recibido más antibióticos que
pacientes controles no infectados.

 Las áreas del hospital con la tasa más altas de resistencia,


son aquellas con la tasa más alta de uso de
antimicrobianos.

 Cuanto más tiempo de exposición a antimicrobianos más


probabilidad de colonizarse con gérmenes resistentes.

El imparable aumento y la diseminación de microorganismos


resistentes implican la necesidad de desarrollar a corto y medio plazo
nuevos antimicrobianos que puedan ser usados en un entorno de
multirresistencia creciente.

Todas estas circunstancias exigen la aplicación de medidas de uso


racional de antimicrobianos y de control de infección que contribuyan
a frenar la expansión de cepas resistentes, tanto en el hospital como en
el medio extrahospitalario.

En los últimos años, no obstante, se han intensificado las campañas


31,32
y los mensajes que llaman a un uso más prudente y racional . La
monitorización del uso de antibióticos es un instrumento fundamental
21

para conocer si se producen o no cambios en la tendencia de uso y, de


este modo, orientar más adecuadamente los esfuerzos.

Esto ha llevado a que diversos organismos profesionales y


sociedades científicas hayan publicado recomendaciones para la
prevención y disminución de la resistencia antimicrobiana en los
hospitales en las que se hace hincapié en la necesidad de mejorar el
uso de antimicrobianos en los hospitales 33. Así, en la mayoría de los
hospitales se dispone de una política de antibióticos y de comisiones
de Infección Hospitalaria, considerándose estas estrategias como
elementos imprescindibles para el correcto funcionamiento de
cualquier hospital.

1.8. Control del uso adecuado de antibióticos

Se ha comprobado que la utilización de antimicrobianos en el


34,35
medio hospitalario es mejorable en el 30-50% de los casos . Son
muchas las razones que influyen en esta cifra tan elevada. En primer
lugar, la presencia de microorganismos resistentes y su variabilidad
entre hospitales e incluso dentro de las diferentes áreas de un mismo
hospital hace necesario un buen conocimiento de la epidemiología
microbiológica local. En segundo lugar, la selección óptima del
antimicrobiano y su posología en los diferentes síndromes infecciosos
requieren también una formación específica y actualizada. En tercer
lugar, la actitud individual del clínico hacia el uso de estos fármacos
22

frecuentemente se basa en una sensación de seguridad que condiciona


una excesiva y evitable presión antibiótica, traducida en
prolongaciones innecesarias de los tratamientos o espectros de
36
cobertura redundantes o desproporcionados . Finalmente existen
barreras en las propias instituciones sanitarias que dificultan la
utilización óptima de los antimicrobianos en los hospitales, como las
limitaciones prácticas para un rápido y correcto procesamiento de las
muestras microbiológicas o los retrasos entre la prescripción y la
administración de los antimicrobianos 3. .

Es importante resaltar que el uso apropiado de antimicrobianos no


sólo es necesario en aras de un beneficio ecológico (prolongación de
la vida útil de los antibióticos) sino que, fundamentalmente,
contribuye a mejorar el pronóstico de los pacientes que los necesitan.
Además, la optimización de los tratamientos antibióticos debe
minimizar la probabilidad de aparición de eventos adversos
relacionados con su uso. Son uno de los medicamentos más utilizados
en el hospital (entre el 25 y el 41% de los pacientes hospitalizados son
tratados con antibióticos y aproximadamente el 60% de los pacientes
recibe al menos una dosis durante su ingreso) y, aunque generalmente
son seguros, no están exentos de efectos adversos potencialmente
graves.

Se ha observado que los efectos relacionados con los antibióticos


suponen el 20% de las visitas a los servicios de Urgencias
hospitalarias por toxicidades farmacológicas, doblando la frecuencia
23

de visitas asociadas a otros medicamentos tradicionalmente


considerados de “alto riesgo” como los anticoagulantes orales, la
insulina o la digoxina 38.

Por último y desde una perspectiva institucional no se debe olvidar


que en algunos países desarrollados los antibióticos suponen un
39
porcentaje importante del gasto farmacéutico hospitalario y que el
uso no óptimo de los antibióticos se asocia además con costes
indirectos, como la prolongación de la estancia hospitalaria.

Ante esta situación es de gran interés mejorar la utilización de los


antibióticos mediante la estructuración de las bases del uso razonado,
estableciendo protocolos consensuados y la puesta en funcionamiento
de medidas de control para su cumplimiento, lo que conducirá a una
autentica racionalización de la terapéutica antimicrobiana, que
constituye el objetivo fundamental, el avance de mayor significación y
el futuro de la antibioticoterapia.

El primer criterio a tener en cuenta para el uso de los antibióticos


se basa en una selección crítica desde el punto de vista microbiológico
y farmacológico, considerando gravedad inicial del paciente.

Ello se complementa con una estricta normativa cuando se decide


emplear un determinado antibiótico en el medio hospitalario, estos
condicionantes permiten no solo efectuar un control de la actividad de
los antibióticos respecto a la población microbiana prevalente en el
hospital, sino también calcular los costes de su utilización y proceder a
24

las correspondientes modificaciones en su empleo según el criterio


más adecuado.

Uno de los motivos que ha llevado a la puesta en práctica de tales


disposiciones ha sido la aparición de cepas microbianas
extraordinariamente resistentes a la mayoría de los antibióticos
usuales y que han surgido como consecuencia directa del uso
indiscriminado de antibióticos en el medio intrahospitalario. Así
mismo, el importante coste que supone el consumo de antibióticos
dentro del presupuesto hospitalario ha contribuido a la implantación
de reglamentaciones de este tipo.

Para efectuar de modo correcto este control resulta imprescindible


disponer de diversos datos referentes a los antibióticos y que están
relacionados con:

 número y tipo de procesos infecciosos asistidos en el hospital

 consumo especifico de algunas áreas especializadas

 consumo global de antibióticos

 sensibilidad aislada de los microorganismos a los antibióticos.

En el estudio de los procesos infecciosos hay que distinguir entre


aquellos que se han adquirido fuera del centro médico y aquellos
adquiridos dentro del hospital. La diferencia etiológica entre ambos,
no sólo posee una importante influencia global sobre el consumo de
25

antibióticos, sino que representa un factor decisivo desde el punto de


vista clínico y pronostico.

1.9. Importancia de la Atención farmacéutica

En los últimos 10 años se han realizado numerosos estudios que


han constatado la importancia de aplicar procedimientos de atención
farmacéutica en el seguimiento del paciente, tanto a nivel hospitalario
como en la farmacia comunitaria 40. Una revisión sistemática valoró la
evidencia disponible acerca de las intervenciones de los farmacéuticos
clínicos, identificando la terapéutica antimicrobiana como una de ellas
41
.

En el estudio llevado a cabo par Bantar C y col. para evaluar el


impacto de un programa sistemático de intervención farmacéutica Se
demuestra que se trata de una estrategia costo-efectiva para optimizar
la prescripción de antibióticos.

Wickens y col. demuestran en un estudio multicéntrico llevado a


cabo en Inglaterra, que la colaboración entre los departamentos de
enfermedades infecciosas, microbiología y Farmacia Hospitalaria,
puede reducir costes asociados a antibióticos, y que se necesitan más
estudios para establecer el impacto clínico de las intervenciones
farmacéuticas 42.
26

1.10. Programas de optimización del uso de antibióticos (PROA).

1.10.1. Definición. Necesidades, requerimientos y herramientas


para el desarrollo de PROA.

Los PROA han sido definidos como la expresión de un


esfuerzo mantenido de una institución sanitaria por optimizar el uso de
antimicrobianos en pacientes hospitalizados con la intención de:

a) mejorar los resultados clínicos de los pacientes con infecciones

b) minimizar los efectos adversos asociados a la utilización de


antimicrobianos (incluyendo aquí la aparición y diseminación de
resistencias)

29
c) garantizar la utilización de tratamientos coste-eficaces .

Por tanto, son programas de mejora de calidad. Para su éxito, es


imprescindible que los PROA se constituyan como programas
institucionales en los hospitales y que sean liderados por los
profesionales con el mayor reconocimiento científico-técnico en el uso
de antimicrobianos y en el diagnóstico y tratamiento de las
enfermedades infecciosas 12, 43,44.

1.10.2. Aspectos organizativos Comisión de Infecciones


La Comisión de Infecciones y Política de Antibióticos tiene la
competencia de dirigir la política de antimicrobianos del centro, por lo
que constituye el marco de referencia natural para el diseño e
27

instauración de un PROA. Pero las actividades de campo del PROA


no pueden ser llevadas a cabo por la Comisión, sino que esta necesita
crear un grupo operativo al que, bajo su tutela, encomiende el diseño,
desarrollo, implantación, seguimiento y evaluación de un programa
global de optimización de antimicrobianos. Los PROA deben
igualmente contar con el impulso y el apoyo de la Comisión de
Calidad del hospital, que deben considerarlos como programas
estratégicos para toda el área hospitalaria.
Equipo de antibióticos.
La creación de un equipo de profesionales encargado de llevar a
cabo las tareas del PROA es una estrategia fundamental para el éxito
del programa, y así lo recomienda la IDSA junto con otras sociedades
científicas, basándose en los numerosos trabajos científicos que
muestran la utilidad de esta estrategia 45, 46,47.
Los criterios básicos para la composición de este equipo según
estas recomendaciones son los siguientes:
a) debe ser multidisciplinario y un número de miembros
reducido

b) el núcleo imprescindible debe estar formado por un


infectólogo o clínico experto en enfermedades infecciosas, un
farmacéutico clínico experto en antimicrobianos, y un
microbiólogo experto en resistencia en antimicrobianos.

c) cada centro considerará añadir los profesionales de las


disciplinas que estime necesarios, considerando que el criterio
28

de selección necesario debe ser el liderazgo profesional en el


diagnóstico y tratamiento de las enfermedades infecciosas
48,49
.

Dada la importancia estratégica de las unidades de cuidados


intensivos (UCI) en el consumo de antimicrobianos, debe considerarse
siempre la inclusión de un especialista en medicina intensiva en el
equipo. Este equipo debe trabajar de manera coordinada con el equipo
multidisciplinario de control de infecciones, por lo que debe valorarse
la inclusión de un especialista en medicina preventiva. Las tareas de
coordinación del equipo las realizará idealmente el clínico experto en
enfermedades infecciosas. Sería de interés el diseño de mapas de
competencias para los profesionales que puedan integrarse en el
equipo de antibióticos, que permita la elección de sus miembros y su
desarrollo profesional en estas tareas, así como la potencial
acreditación profesional de los integrantes del equipo.

Las funciones de este equipo son las siguientes:

a) Diseño del PROA. Adaptado a las características de su hospital


mediante la selección de las estrategias que mejor se ajusten a la
situación del centro, a su contexto cultural y organizativo, y a
los recursos técnicos y humanos disponibles y alcanzables.

b) Institucionalización del programa. El equipo debe presentar el


programa a la Comisión de Infecciones para su aprobación, tras
lo cual realizarían las gestiones necesarias para que sea
29

conocido y aprobado por las diferentes estructuras de gobierno


del hospital: Junta Facultativa y Dirección Médica.

El objetivo es conseguir el máximo reconocimiento institucional y


que el programa se incluya dentro de los objetivos estratégicos del
centro e, idealmente, que el cumplimiento del mismo esté sujeto a
incentivos. Un aspecto que puede contribuir a la institucionalización
del programa es su certificación/acreditación en calidad. Este carácter
institucional es básico para facilitar la aceptación del programa por
todos los profesionales y para conseguir los recursos necesarios ya que
normaliza las actividades del equipo responsable del mismo, al
considerarlas tan importantes como cualquier actividad asistencial.

a) Difusión del programa a todos los profesionales del centro.


Para conseguir la aceptación del programa es imprescindible
explicarlo previamente a los prescriptores, incluyendo
residentes, y mantener un feedback periódico. Los mensajes
clave son:

1. El problema: «utilizamos mal los antimicrobianos»

2. La causa: «el conocimiento insuficiente de las enfermedades


infecciosas por la desproporción entre el volumen de
conocimientos acumulado, las dificultades crecientes y el escaso
tiempo disponible para la formación continuada en
enfermedades infecciosas en la mayoría de las especialidades»
30

3. Las consecuencias: «el aumento de la mortalidad-morbilidad de


las infecciones graves; el incremento de las resistencias; y la
reducción de los antimicrobianos disponibles»

4. La mejor solución posible: «un programa global para la


optimización del uso de los antimicrobianos», resaltando que se
trata de un programa profesional para mejorar la calidad
asistencial, alejado de las medidas de control del gasto, y de
50,51
cuyos resultados se informará puntualmente . El programa
debe ser presentado a los servicios en sus sesiones formativas.
Otra medida de difusión complementaria es la comunicación a
través de la Intranet u otras herramientas similares del centro.

d) Seguimiento y evaluación del programa. Los miembros del equipo


deben realizar las tareas de campo del programa, por lo que deben
realizar una parte de su tarea asistencial ligada al mismo.

El funcionamiento del equipo de antibióticos debe normalizarse y


especificarse. Así, debe mantener un contacto frecuente, con
reuniones formales de periodicidad semanal, quincenal o mensual en
función de las necesidades cuyo contenido debe quedar documentado
y debe ser comunicado a la Dirección del hospital así como a la
comisión de infecciones y/o de política antibiótica. Asimismo se
deben distribuir explícitamente a cada miembro del equipo las tareas y
objetivos a realizar.
31

1.10.3. Recursos técnicos y humanos

El PROA necesita recursos humanos y materiales, y corresponde a


los servicios directamente implicados y a Dirección Médica
proporcionarlos. Debe realizarse un análisis detallado de la necesidad
de recursos humanos en función de la inversión de tiempo y esfuerzo
y los resultados esperables. En el caso de que hagan falta más
recursos, se planteará la posibilidad de redistribuir las tareas de los
servicios y unidades implicados en el equipo de antibióticos en
función de una diferente priorización de sus actividades, y/o la
necesidad de que se aporten nuevos recursos por parte de la dirección
del centro. Respecto a los recursos materiales, el equipo debe contar
con un lugar adecuado para realizar sus reuniones y con los recursos
técnicos necesarios para analizar la información y proporcionar la
formación acordada (ordenadores, programas informáticos,
proyectores, acceso a bibliografía actualizada, representación en la
página web institucional, etc.). El hospital debe proveer el acceso de
PROA a datos hospitalarios básicos necesarios para el cálculo de los
distintos indicadores de proceso o de resultado (estancias, ingresos,
mortalidad por GRD, etc.). Los recursos técnicos necesarios o
aconsejables para llevar a cabo el programa desde los ámbitos de
52
microbiología y farmacia se muestran en el listado de
recomendaciones.
32

1.10.4. Objetivos de los PROA

Los objetivos genéricos de los PROA en los hospitales consisten en:

1) mejorar los resultados clínicos;

2) reducir los efectos adversos relacionados con la utilización


de antibióticos, incluyendo la resistencia.

3) garantizar una terapia coste-efectiva.

Estos objetivos deben figurar en el PROA del centro, que además


debe añadir objetivos específicos en cada uno de ellos. El orden de los
elementos enumerados es intencionado. Puede parecer sorprendente
priorizar los resultados clínicos cuando los antimicrobianos resultan
tan eficaces. Sin embargo, es bien conocido que el tratamiento
antimicrobiano inadecuado es causa de mortalidad en pacientes con
sepsis y la frecuencia con que esto ocurre es sorprendentemente
elevada. Aunque los resultados clínicos dependen en parte del
huésped, del microorganismo y de la gravedad del proceso, numerosas
variables entre las que destacan la propia metodología diagnóstica, el
momento de inicio del tratamiento, la correcta elección del agente, su
dosificación y duración, la instauración de medidas adyuvantes y el
conocimiento de las interacciones farmacológicas tienen un impacto
definitivo en el pronóstico. Si a esto se añade el elevado número de
antimicrobianos disponibles, la necesidad de manejar información
microbiológica (no siempre fácil de interpretar) y la creciente
dificultad clínica en la evaluación de los pacientes, es fácil de entender
33

la complejidad de la toma de decisiones en este área. Todo lo anterior


se traduce en frecuentes tratamientos inapropiados, subóptimos o,
53
directamente, no indicados . Se comprende entonces que la
disponibilidad de equipos multidisciplinarios que establezcan
estrategias encaminadas a la mejora no solo de la prescripción de los
antibióticos sino, más concretamente, del manejo de las infecciones en
el hospital, pueda generar beneficios directos para los pacientes.

Por otro lado, una prescripción de mayor calidad tendrá como


consecuencias seguras la reducción de los efectos adversos y de las
interacciones clínicamente significativas. Habitualmente, también la
54
mejora de los resultados indirectos . La inclusión de estrategias de
reducción de costes a igualdad de resultados clínicos es un aspecto
institucionalmente relevante de los PROA. Los programas de
optimización de uso de antimicrobianos han demostrado de forma
consistente ahorros anuales en consumo de antibióticos que,
dependiendo de la magnitud del programa, pueden llegar a superar los
600.000 euros. Por tanto, se puede afirmar que este tipo de programas
ahorran más recursos que los que consumen, es decir, que su propio
funcionamiento permite retornar, habitualmente con creces, la
inversión inicial necesaria para su puesta en marcha y funcionamiento.
Como se discutirá, las evidencias respecto de la reducción de las
resistencias mediante los PROA no son sólidas. No obstante, los
beneficios de estos programas justifican su puesta en marcha, incluso
en el supuesto de que su influencia en el desarrollo de resistencias no
pudiera demostrarse.
34

Los beneficios teóricos, y por tanto los objetivos de los PROA, no


terminan aquí. La instauración de estos programas mejora la
satisfacción de los profesionales y de los propios pacientes, ya que
ambos se sienten más protegidos y mejor atendidos. Además, las
actividades organizativas respaldadas por la dirección de la
institución, cuando van encaminadas tan directamente a los resultados
clínicos, son bien aceptadas por los profesionales. Por otra parte los
PROA, al incluir siempre actividades y elementos educativos,
contribuyen a la formación continuada y la formación de posgrado
(especialistas en formación) y, por último, al utilizar datos
centralizados, mejoran los sistemas de información y gestión del
propio centro. Se trata, en definitiva, de programas de calidad 55.
35

1.10.5. Indicadores de funcionamiento de los PROA.

Cada una de las intervenciones realizadas en los PROA debe estar


dirigida a la consecución de objetivos predeterminados. Como en
cualquier programa de calidad, la verificación de la consecución de
los objetivos reside en la medición de indicadores. Los objetivos y sus
indicadores deben responder al acrónimo «SMART» (eSpecíficos,
Medibles, reAlizables, Relevantes y precisos en el Tiempo).

En todo programa de calidad se distinguen, al menos, 2 tipos de


indicadores: los de proceso y los de resultado.

Si, por ejemplo, se establece como uno de los objetivos del PROA
«mejorar la atención a los pacientes con bacteriemia por
Staphylococcus aureus», un indicador de proceso (cómo se están
prescribiendo los antibióticos) podría consistir en medir el porcentaje
de pacientes con dicha infección producida por cepas sensibles a
meticilina que son tratados con cloxacilina o cefazolina y no con
vancomicina. Por el contrario, un indicador de resultado (medida del
efecto real de la intervención dirigida al objetivo) consistiría en medir
la tasa de mortalidad y las complicaciones de la bacteriemia por S.
aureus. Aunque los indicadores de resultado son, obviamente, los más
relevantes, pueden estar influidos por otros factores externos al
programa, de manera que los indicadores de proceso se encuentran
más «cercanos» a los protagonistas de la intervención, nos informan
más directamente sobre su funcionamiento y permiten comparaciones
más precisas entre centros.
36

2. Objetivos

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37

2. OBJETIVOS

1. Estudiar descriptivamente el uso de antibióticos en el


Hospital Clínico Virgen de la Arrixaca (HCUVA) 2012.

2. Valorar la influencia de la protocolización del tratamiento


antibiótico en la evolución del paciente con proceso
infeccioso.

3. Analizar los patrones de cambio en el uso de antibióticos


(1978-1982-2012)

4. Evaluar el conocimiento, las actitudes y las prácticas, sobre


las bases del uso de antibióticos por parte de los médicos del
HCUVA.

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38

3. Materiales y Métodos

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39

3. MATERIALES Y MÉTODOS

3.1. Estudio del uso de antibióticos

Se realizó una revisión retrospectiva de las historias clínicas de


todos los pacientes a los que durante el mes de abril de 2012 se les
había pautado tratamiento antibiótico durante su ingreso en nuestro
hospital, un centro de tercer nivel, universitario, que cuenta con 863
camas, de las que 629 corresponden al hospital general. Presta
cobertura de asistencia especializada a la población adscrita al área I
(que incluye unos 550000 habitantes) y es referencia regional para las
especialidades de cirugía cardiovascular, torácica, maxilofacial,
plástica y quemados, neurocirugía, oncología médica y radioterápica,
hemodinámica, medicina nuclear y coordinación y actividad de
trasplantes de órganos sólidos y hematopoyéticos.

Para ello se revisaron prospectivamente todas las prescripciones de


antibióticos a través del sistema de prescripción electrónica en áreas
médico-quirúrgicas del centro de estudio; se excluyeron los pacientes
ingresados en la zona pediátrica, ginecología y UCI-reanimación por
no contar con el programa de prescripción electrónica. Posteriormente
y una vez finalizado el mes de abril se procedió a revisar de forma
retrospectiva todas las historias clínicas de los pacientes que habían
sido identificados en la primera fase del estudio. Se excluyeron los
pacientes que recibían tratamiento antiviral y antifúngico. La recogida
de datos se realizó según un protocolo preestablecido de estudio.
Posteriormente Se evaluó el tratamiento antibiótico administrado a
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40

cada paciente. El criterio de evaluación se ajustó a la sensibilidad del


microorganismo aislado o de acuerdo con la epidemiología y
topografía del proceso infeccioso en los casos no documentados,
siguiendo los protocolos de tratamiento antibiótico consensuados
realizados por la Comisión de Enfermedades Infecciosas y Política
antibiótica del hospital (ver esquemas adjuntos), así como las
directrices de la principal guía de tratamiento antibiótico nacional 56.

3.1.1. Estudio de pacientes

Se registró información sobre las características epidemiológicas de


los pacientes, la distribución por Servicios, los antimicrobianos que
recibían, clasificándolos por grupos terapéuticos, y el motivo de
prescripción (profilaxis versus tratamiento empírico o dirigido).
También se recogió información sobre la enfermedad de base del
paciente, el pronóstico de la misma (criterios de McCabe y Jackson) 57
y gravedad clínica del paciente al debut del proceso infeccioso
(Witson) 58.

3.1.2. Estudio de la infección

Se registró el tipo de infección que tenía cada paciente y el foco de


la misma siguiendo los criterios de los CDC de Atlanta (EE.UU) 59. El
lugar de adquisición se clasificó siguiendo la regla de las 72 horas y se
consideró infección nosocomial si aparecía en las 72 horas posteriores
al ingreso o el paciente tenía antecedente de ingreso en el mes previo.
El uso previo de esteroides se definió como la administración previa

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41

de una dosis igual o superior al equivalente de 20 mg/día de


prednisona durante 2 semanas en los 2 previos al episodio de
infección.

3.1.3. Estudio del tratamiento antibiótico.

El tratamiento empírico era el que se pautaba al debut del cuadro y


el dirigido el que se instauraba a partir de la información
microbiológica.

Se definió el uso de antibacterianos ajustado a protocolo cuando se


había realizado la elección de antibióticos siguiendo las
recomendaciones al uso y como clínicamente correcto cuando no solo
era adecuada la elección del antibiótico sino que además se utilizaba a
dosis e intervalos correctos, en duración correcta y haciendo una
secuenciación adecuada (de vía parenteral a oral al tercer día de
defervescencia de la clínica, siguiendo las recomendaciones al
respecto de la IDSA y la SEIMC) 60.

En los tratamientos dirigidos se valoró la sensibilidad del


microrganismo aislado en caso de existir documentación
microbiológica.

Los protocolos de tratamiento y profilaxis que se han utilizado


como referencia para definir la adecuación del tratamiento empírico y
dirigido y las profilaxis son las guías clínicas al respecto y las propias
de nuestro centro hospitalario, que se habían consensuado en años
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42

previos con los distintos Servicios aunque no se han hecho públicas


hasta un año después.

3.1.4. Evolución y seguimiento

La evolución de los pacientes abarca las situaciones de curación y


fracaso, considerando como tal la persistencia microbiológica en los
casos en que esta se documentó, el fracaso clínico, la recidiva y el
exitus vitae, siguiendo a tal efecto los criterios de la literatura. El
seguimiento de los pacientes se realizó hasta el alta hospitalaria.

3.1.5. Análisis Estadístico

Los datos se analizaron con el programa estadístico SPSS 19.0. La


relación o asociación entre variables cualitativas se ha efectuado
mediante análisis de tablas de contingencia con el test de la X2 de
Pearson complementado con un análisis de residuos con el objeto de
determinar el sentido de la dependencia y con el test exacto de Fisher,
en caso de variables cuantitativas se ha comparado medias con el test
de la t de Student. Se estableció el nivel de significación estadística
cuando p<0,05. Se realizó un análisis bivariado para detectar los
factores pronósticos asociados con no curación, y los mismos fueron

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43

sometidos a un análisis multivariante por el método de la regresión


logística.

3.1.6. Protocolos de Tratamiento antibiótico utilizados

Estos son los protocolos de tratamiento y profilaxis que hemos


utilizado y seguido para realizar este estudio, señalando las
infecciones más frecuentes y su tratamiento. Como ya hemos
mencionado antes, el criterio de evaluación para considerar correcto
un tratamiento se ajustó a la sensibilidad del microorganismo aislado o
de acuerdo con la epidemiología y topografía del proceso infeccioso
en los casos no documentados, siguiendo las directrices o protocolos
de política antibiótica llevadas a cabo por la Comisión de
Enfermedades infecciosas y política Antibiótica del hospital
universitario Virgen de la Arrixaca. 2010-2012, impresos en un libro
de bolsillo en Octubre 2013.

1. FLEMÓN DENTARIO O PERIODONTITIS:

• Amoxicilina-clavulánico 2 g/12 h VO o si precisa ingreso 2 g IV de


dosis de carga seguidos de 1 g/6h IV

• Si alergia a betalactámicos (o previamente ha tomado amoxi-


clavulánico): clindamicina 300 mg/8h VO (si precisa ingreso 600
mg/6h IV)

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44

2. ABCESO RETROFARINGEO:

Siempre tratamiento intrahospitalario y valorar drenaje quirúrgico:

• Amoxicilina-clavulánico 2 g. IV dosis de carga seguidos de 1 g/6h


IV

• Si alergia a betalactámicos (o previamente ha tomado amoxi-


clavulánico): clindamicina 600 mg/6h IV

3. INFECCIONES POSQUIRURGICAS DE CUELLO Y PARTES


BLANDAS (CIRUGÍA ORL-MAXILOFACIAL):

• Piperacilina-tazobactam 4 g/6 h IV ó Ceftazidima 2 g IV de carga


seguidos de 1g/6h+ Clindamicina 600 mg/6h IV.

• Si alergia a betalactámicos (o previamente ha tomado amoxi-


clavulánico): clindamicina 600 mg/6h IV + levofloxacino 500
mg/12-24 h (al menos en las primeras 48 h. administrar 750-1000
mg al día)

• En casos críticos o refractarios al tratamiento:


Imipenem/meropenem 1 g/6h IV

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45

4. OTITIS Y SINUSITIS AGUDAS:

• Amoxicilina-clavulánico 2g/12 h VO o si precisa ingreso 2 g. IV


de dosis de carga seguidos de 1 g/6h IV

• Si alergia a betalactámicos (o previamente ha tomado amoxi-


clavulánico): levofloxacino 500 mg/12h hasta mejora, después 1
comp/día VO

• En casos refractarios al tratamiento oral o si asocian gravedad


clínica inicial:

ceftriaxona 2 g/día IV (en caso de alergia a betalactámicos


levofloxacino 500mg/12 h IV, después 500 mg/día IV más
clindamicina 600 mg/6h IV)

5. MENINGITIS

A) Paciente de cualquier edad sin inmunodepresión:

• Cefotaxima 200 mg/kg/4h ó ceftriaxona 2g /12h

(En alérgicos a betalactámicos sustituir por linezolid +


levofloxacino)

B) Paciente inmunodeprimido

• Meropenem 2g/8h + ampicilina 2g/4h IV

C) Alérgicos a betalactámicos: aztreonam +/- cotrimoxazol) +/-

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46

linezolid 600 mg/12h iv

D) Postneurocirugía o tras TCE o Derivación de LCR

• Meropenem 2 gr bolo y posteriormente 2g/8h

E) Alérgicos a betalactámicos: aztreonam + linezolid 600 mg/12h

Duración del tratamiento: meningococo 7 días, el resto de 10 a 21


días.

6. INFECCIONES DE PIEL Y PARTES BLANDAS

A) Impétigo, forúnculo:

• Clindamicina 300 mg/8 h oral. Mupirocina al 2% / 8 h.

B) Foliculitis:

• Mupirocina o ácido fusídico al 2% / 8 horas.

C) Intértrigo:

• Ketoconazol 2% o clotrimazol 1% /12 h.

D) Hidrosadenitis, paroniquia, abscesos subcutáneos, bursitis

• Amoxicilina-clavulánico 875/125 c/8 h. Clindamicina 300 mg


/8 h o Levofloxacino 500mg/ día vo

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47

E) Herida por punción en la planta del pie:

 Ciprofloxacino 750 mg/12 h oral + clindamicina 300 mg /8h si


tratamiento ambulatorio.

 Ceftazidima 1 g/ 6 h iv + clindamicina 600 mg/6 h iv si precisa


ingreso.

F) Celulitis sin enfermedad subyacente:

 Amoxicilina-clavulánico 2 g/12 h oral o Levofloxacino 500 mg


vo/24 h + Clindamicina 300 mg /8 h oral

SI PRECISA INGRESO: Amoxi-clav 1 g/6h IV ó ceftriaxona 2


g/día IV (sustituir por levofloxacino 500 mg/día IV si alergia a
betalactámicos) + clindamicina 600 mg/6h IV

G) Celulitis con enfermedad subyacente o herida en contacto con


agua (o infección leve-moderada de herida quirúrgica)

 Ceftazidima 1 g iv/6 + clindamicina 600 mg iv/6 h

 Si alergia a ßlactámicos: Linezolid 600 mg c/12 h + Aztreonam


1-2 g/8h.

7. PIE DIABETICO

A) Celulitis No Complicada
1) Sin antibióticos previos y sin antecedentes de contacto con agua
salada o picaduras.
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48

• Clindamicina 600mg/6h IV (si ingreso hospitalario) o


Clindamicina 300mg/8h VO (si tratamiento ambulatorio)
2) Con antibióticos previos
• Clindamicina 600mg/6h iv + Levofloxacino 500mg/12h
B) Celulitis Complicada
1. Gravedad moderada
• Clindamicina 600mg/6h iv +ceftazidima 1g/6iv
2. Situación de sepsis grave, con inestabilidad hemodinámica
refractaria
• Daptomicina 10mg/kg/d/24h iv o Linezolid 600mg/12h iv +
Imipenem o meropenem 1g/6h iv.

Tratamiento dirigido:
- Si SASM: levofloxacino 500-750mg/d o trimetoprim 1 comp /8h
- Si SARM: linezolid 600mg/12h iv/vo
- Si Enterobacterias no BLEE: cefixima 400mg/12h o si sensible
ciprofloxacino 750mg 1 comp/12h.
- Si Enterobacterias BLEE: ertapenem 1g iv/24h
- Si P. aeruginosa: si sensible ciprofloxacino 750/12h
- Si Estreptococo o Enterococo: amoxicilina 1g/8 horas

Duración del Tratamiento antibiótico: 2-4 semanas según respuesta y


presencia o no de complicaciones.

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49

8. INFECCIONES DE PRÓTESIS ARTICULARES,


OSTEOMIELITIS Y ARTRITIS SÉPTICAS
A) Tratamiento empírico:
1. Infección precoz leve-moderada:
 Clindamicina 300mg/8h o levofloxacino 500 mg cada 12 h +
rifampicina 300mg/12h vo.
2. Infección precoz o tardía moderada-grave:
 Teicoplanina 400mg/12h iv + ceftazidima 1 g iv/ 6h (+
rifampicina 300mg/12h vo).
En alérgicos a betalactámicos sustituir por aztreonam 2g/8h +
ciprofloxacino 400mg/8h
3. Infección precoz grave o refractaria:
 Linezolid 600mg/12h iv/vo + ceftazidima 1 g iv/6h
+Rifampicina 600mg iv/24h y después 300mg vo/12h.
4. Clínica de sepsis en relación con S.epidermidis o SARM:
 Daptomicina 10mg/k/d/iv/24h + gentamicina 3-5mg/kg/día +
Rifampicina
B) Tratamiento dirigido:
1. Si aislamiento de Staphylococcus aureus:
 Si sensible a meticilina:
- levofloxacino 500 mg/12 h iv/vo
- trimetoprim160 mg/8 h vo + rifampicina 300 mg /12 h vo.
 Si resistente a meticilina:
- teicoplanina 400 mg iv/im/12 h
- linezolid 600 mg/12 iv/vo (+ rifampicina 300 mg /12 h ).

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50

 Si resistente a meticilina o trimetoprim:


- linezolid 600 mg /12 h vo + rifampicina 300 mg /12 h vo.
2. Si aislamiento de Staphylococcus epidermidis meticilin-resistente :
 Igual que el tratamiento del las infecciones S.aureus
3. Si aislamiento de BGN :
 Si sensible a ciprofloxacino :
- ciprofloxacino 750 mg/12 h + rifampicina 300 mg/8h .

 Si enterobacterias con R a cipro :


- ceftazidima 1 g iv/6 h + rifampicina 300 mg/8-12 h.
 Si alergia a ßlactámicos:
-tigeciclina 50 mg iv/12 h (dosis de carga 100 mg) + rifampicina 300
mg/8-12 h.

4. Si aislamiento de Pseudomonas aeruginosa o Acinetobacter


baumannii MR :

 Colistina 1 mill U/6 h iv + rifampicina 300 mg /8 h oral (+


tigeciclina 50 mg iv/12 con dosis de carga de 100 mg si A.
baumannii sensible)

Duración global entre 3-9 meses, según el tipo y la gravedad de


la infección, enfermedad de base del paciente y respuesta al
tratamiento antibiótico instaurado.

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51

9. ARTRITIS INFECCIOSA :

A) Si no se puede realizar tinción de Gram o esta es negativa:


• Cloxacilina 2g/4h IV + ceftriaxona 2g/dia IV
• En alergicos a betalactamicos:
- levofloxacino 500mg /12h+ gentamicina 3-5 mg/dia

B) Si tinción de Gram muestra cocos gramnegativos:


• Ceftriaxona 2g/dia IV
• En alergicos a betalactamicos: levofloxacino 500mg /12h vo +-
azitromicina 500mg dia vo
C) Si tinción de Gram muestra cocos grampositivos:
• Cloxacilina 2g/4h IV
• En alergicos a betalactamicos:
 levofloxacino 500mg /12h
 linezolid 600 mg/12 h
 vancomicina 1g/8h IV (si factores de riesgo para SARM).

10. NEUMONÍAS ADQUIRIDAS EN LA COMUNIDAD Y


NOSOCOMIALES
A) Pacientes del grupo Fine I-II o CURB-65= 0-1, en ausencia de
derrame pleural, alcoholismo, problema social, diabetes mellitus o
cualquier otra variable que a juicio del clinico haga necesario el
ingreso del paciente:

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52

• Moxifloxacino 400 mg/24 o levofloxacino 500 mg/12 h las


primeras 48 horas, luego cada 24 h.
• Amoxicilina1 1 g/8 h +azitromicina 500 mg/24 h (x 3 dosis)
• En alergicos a betalactamicos y quinolonas,:
- Telitromicina 800 mg/24 h

B) Pacientes del grupo Fine III2- IV-V o CURB-65= 2:


• Ingreso hospitalario y tratamiento durante 7-10 dias
• Levofloxacino 500 mg/12 h las primeras 48-72 horas, luego cada 24
h.
• Ceftriaxona 2 g/dia IV +azitromicina 500 mg/24 hVO (x3 dosis)
• En alergicos a betalactamicos y quinolonas:
- Linezolid 60 mg /12 h VO/IV
• Broncoaspitación:
- Ceftriaxona 2 g/dia IV/24 h +levofloxacino 500 mg/24 h +
clindamicina 600mg iv/ 6h.

C) Pacientes con factores de riesgo para infeccion por Pse


udomonas aer uginosa o BGN resistente:
1) Leve/moderada
 Ceftazidima 1 g/6h IV (dosis de carga 2g)+ levofloxacino 500
mg/12 las primeras 48-72h, luego cada 24h VO
2) Grave o toma previa de betalactámicos de amplio espectro*
 Piperaciclina-tazobactam 4 g/6h

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53

 Imipenem 500 mg/6h o Meropenem 1 g/6h IV + levofloxacino


500 mg/12 las primeras 48-72h, luego cada 24h.
 En alérgicos sustituir por Aztreonam 1-2 g/6-8h iv

11. INFECCIONES INTESTINALES:


A. Gastroenteritis aguda
1. Gravedad leve o moderada con criterios de tratamiento antibiotico:
 Ciprofloxacino 500mg/12h vo o 400mg/12hiv.
2. Gravedad severa-mala:
 Ceftriaxona 2g/24iv +- Metronidazol 1,5giv/24h (si uso previo
de betalactamicos, levofloxacino o clindamicina) +- azitromicina
500 mg iv 24h
3. Gravedad mala-critica o pacientes con enfermedad de base de mal
pronóstico:
 Imipenem 1/2g/6hiv +metronidazol 1,5g/24hiv
B. Enterocolitis aguda asociada con antibióticos
(Sospecha de Clostridium difficile):
1. Si gravedad moderada:
 Metronidazol 500mg/12h vo o vancomicina 250mg/6H vo
2. Si gravedad severa, pacientes con enfermedad de base grave o
recidivas:
• Fidaxomicina 100mg/12h vo
3. Alta gravedad:
 Metronidazol 1,5g/24hiv + vancomicina 250mg/6h por sonda
gástrica.

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54

12. INFECCIONES INTRAABDOMINALES DE ORIGEN


COMUNITARIO:
A. En caso de gravedad leve/moderada
 Amoxicilina-clavulanico 2 g. IV de dosis de carga seguidos de 1
g/6h IV
 Ceftriaxona 2 g/dia IV + Metronidazol 1500 mg/24h IV
B. En casos graves
 Piper-tazobactam 4 g/6h IV
 Ertapenem 1g/día IV (siempre que no haya riesgo de P.
aeruginosa)
C. Si alergia a betalactámicos:
 Aztreonam 1g /6h IV + Metronidazol 1500mg /24h IV
 Tigeciclina 100 mg de carga y luego 50 mg/12 h IV

13. PERITONITIS O ABSCESOS INTRAABDOMINALES


POSTOPERATORIOS, O EN PACIENTES HOSPITALIZADOS:
A. En caso de gravedad moderada
 Piper-tazobactam 4 g/6h IV
 Ertapenem 1g/día IV (siempre que no haya riesgo de P.
aeruginosa)
B. En casos graves
 Imipenem o meropenem 1g/6h IV +/- linezolid 600 mg/12 h IV
+`/- fluconazol 300-400 mg/12 h IV

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55

C. Si alergia a betalactámicos:
 Aztreonam 1g /6h IV + Metronidazol 1500mg /24h IV +
Tigeciclina 100 mg de carga y luego 50 mg/12 h IV

14. ENDOCARDITIS INFECCIOSA


A) EI sobre válvula nativa o sobre válvula protésica tardía
 Ampicilina 2 g/4 h + cloxacilina 2 g/4h +/- genta 3-5 mg/kg/día
en dosis única +/- vancomicina1 15 mg/kg/8-12 h
B) EI en pacientes ADVP:
 cloxacilina 2 g/4h. +/- (genta 3-5 mg/kg/día en dosis única) +/-
vancomicina 15 mg/kg/8-12 h
C) En alérgicos a betalactámicos:
 vancomicina 15 mg/kg/8-12 h +/- genta 3-5 mg/kg/día en dosis
unica
 daptomicina 8-10 mg/kg/dia + (gentamicina 3-5 mg/kg/dia en
dosis única o fosfomicina 4 g/8h)
E) EI sobre cable de MP o DAI:
 Cloxacilina 2g/4h IV + vancomicina 15 mg/kg/8-12 h +/- (genta
5 mg/kg/dia en dosis única)
 Daptomicina1 8-10 mg/kg/dia +/- (gentamicina 3-5 mg/kg/dia en
dosis única o fosfomicina 4 g/8h)

15. ENFERMEDAD PÉLVICAINFLAMATORIA (EPI)


A) Casos leves en que el tratamiento puede realizarse de forma
ambulatoria:
 Cefixima o cefditoren 400 mg/dia VO

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56

 Ceftriaxona 250 mg IM (dosis única) + Doxiciclina 100 mg/12 h


VO + Metronidazol 500 mg/12 h VO
B) En caso de alergia a betalactámicos:
 Moxifloxacino 400 mg/d VO
C) Casos moderados-graves en que el tratamiento deba realizarse
con hospitalización:
 Amoxi-clavulanico 1g/6h IV (o ceftriaxona 2g /dia IV +
metronidazol 500 mg/8h IV) + doxiciclina 100 mg/12 h IV
 En caso de alergia a betalactámicos:
- levofloxacino 500 mg/día VO/IV + metronidazol 500 mg/8h IV +/-
gentamicina 3-5 mg/kg/día en dosis única.

16. INFECCIONES URINARIAS DE VIAS BAJAS (CISTITIS)


A) Pacientes sin enfermedad de base predisponente:
 fosfomicina-trometanol 3gr./d (1-3 días)
B) Pacientes con patología de base predisponente a cistitis:
 fosfomicina+Trometanol 3gr/día. 2 días y después una dosis al
5º y 10º día.
C) En caso de infecciones previas y/o consumo previo de
antibióticos :
 cefixima 400 mg/dia +/- amoxicilina 1g/8h.

17. INFECCIONES URINARIAS DE VIAS ALTAS


PIELONEFRITIS O PROSTATITIS
A) Pielonefritis no complicadas
 Cefixima 400 mg/12 h los primeros días después 400 mg/día
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57

B) Pielonefritis con criterio de ingreso sin sepsis grave ni riesgo de


infección por microrganismos con multirresistencia:
• Ceftriaxona 1-2 g/día IV
En caso de alergia a betalactámicos:
 gentamicina 3 mg/kg/día IV +/- ciprofloxacino 400 mg/12 h IV
C) Pielonefritis con criterio de ingresos con sepsis grave o riesgo
de infección por microrganismos con multirresistencia:
 Piper-tazobactam 4 g/6h IV + Amikacina 1 g/día IV
 Ceftazidima 1g/6h + amikacina 1 g/día IV (+/- ampicilina 2 g
/6h si riesgo de enterococo)
 Imipenem/meropenem 1 g/6h IV ( sepsis grave)

En caso de alergia a betalactámicos:


 gentamicina 3 mg/kg/día IV + fosfomicina 4 g/8h IV (+/-
vancomicina 1 g/8-12 h si riesgo de Enterococcus o sepsis
grave)

18. SEPSIS SIN FOCO APARENTE EN PACIENTES


INGRESADOS
A) Sepsis con situación de gravedad moderada:
 Piper-tazo 4 g/6h +/- amika 1 g IV

B) Sepsis con situación de alta gravedad:


 Imipenem 500 mg/6 h o Meropenem 1 g/8h + amikacina 1 g IV.

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58

• En pacientes con drum, vías centrales, drenajes ventrículo-


peritoneales o flebitis y situación de sepsis grave añadir Vancomicina
1 g/12 h IV.

19. FIEBRE EN EL PACIENTE NEUTROPÉNICO


A) Pacientes de bajo riesgo susceptibles de tratamiento
ambulatorio:
 Amoxi/Clavulanico 2gr/12h vo + Ciprofloxacino 500mg/8h vo
o Levofloxacino 500 mg/24h vo.
B) Paciente de alto riesgo o de bajo riesgo no susceptibles de
tratamiento ambulatorio:
 Piperacilina/Tazobactam 4gr iv/6 h.
 Imipenem 1gr iv/inicial y l ½ gr/6hiv o Meropenem 1 gr iv/8h.

ASOCIAR:

Si gravedad clínica moderada o foco catéter:


 Vancomicina 1G/8-12HIV.

Si alta gravedad y sin foco pulmonar o SNC:


 Daptomicina 10mg/k/d.

En caso de foco pulmonar o SNC:


 Linezolid 600mg/8-12h.

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59

Si sospecha de infección respiratoria,


 Levofloxacino 500 mg iv/12-24h.

Si la fiebre persiste > 4-7 días o se documenta infección fúngica:


 Micafungina 100mg iv/24h

En los casos de participación pulmonar, SNC, partes blandas o uso


previo de antifúngicos

 Ambisome 5mg/k/d.

20. PROFILAXIS ANTIBIÓTICA EN CIRUGÍA: “KITS” DE


ANTIBIÓTICOS

Las dosis son únicas excepto en caso de:

• Cirugía traumatológica (mantener hasta completar 3 dosis en 24


horas, una cada 8 horas)

• Cirugía cardiaca de recambio valvular, en cuyo caso se mantiene un


mínimo de 24 horas y un máximo de 3 días (9 dosis, una dosis cada 8
h)
• Cirugía ORL oncológica, completar cada 6 horas durante 24 h. hasta
completar 4 dosis

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60

• Si la cirugía se prolonga más de 3-4 horas se debe repetir una dosis


intraoperatoria, no siendo necesario con vancomicina, teicoplamina y
gentamicina.

A) Kit nº 1: cirugía obstétrica y ginecológica, cirugía general y del


aparato digestivo, cirugía ORL, cirugía urológica y neurocirugía con
afectación de mucosa nasal u orofaríngea.

• Amoxicilina-clavulánico 2 g iv

B) Kit nº 2: cirurgia cardiovascular, cirurgia torácica, neurocirurgia,


cirurgia traumatológica

• Cefuroxima 1,5g

C) Kit nº 3: transplante de órganos

• Amoxicilina-clavulánico 2 g iv+ aztreonam 2 g iv

En pacientes alérgicos a penicilina/betalactámicos:

C) Kit nº A: cirugía obstétrica y ginecológica, cirugía general y del


aparato digestivo (excepto colorrectal, apendicectomia y trauma
abdominal), cirugía ORL, cirugía urológica y neurocirugía con
afectación de mucosa nasal u orofaríngea.

• Clindamicina 600 mg iv + Gentamicina 2 mg/kg iv


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61

D) Kit nº B: cirugia del aparato digestivo colorrectal, apendicectomia y


trauma abdominal.

• Metronidazol 500 mg iv + Gentamicina 2 mg/kg iv

E) Kit nº C: cirugia cardiovascular, cirugia toracica, neurocirugia, sin


afectacion de mucosa nasal u orofaringe.

• Teicoplanina 400 mg iv + Gentamicina 2 mg/kg iv

D) Kit nº D: cirugía ortopédica (recambio o reimplante de prótesis),


recomendado también en caso de infección previa documentada
por SCNMR o SAMR.

• Teicoplanina 400 mg iv + Gentamicina 2 mg/kg iv

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62

3.2. Patrones de cambio del uso de antibióticos

Se realizó un estudio comparativo con las cohortes


correspondientes a estudios similares realizados por nuestro grupo de
trabajo en los años 1978 y 1982. A este respecto, en 1978 no existía
política de antibióticos definida en nuestro centro. En 1980 se puso en
marcha una política de antibióticos cuya influencia evaluamos en
1982 y que consistió entre otros en el desarrollo de los primeros
protocolos de tratamiento empírico en los principales procesos
infecciosos. A partir de 1995 se establecieron protocolos consensuados
más amplios y se han realizado actualizaciones periódicas por parte de
la Comisión de Política Antimicrobiana y control de la infección
nosocomial, habiendo sido realizada la última en 2012.

Para el estudio de los patrones de cambio de uso de antibióticos se


realizó un análisis de tablas de contingencia con el test de la x2 de
Pearson, comparando las prescripciones de antibióticos de 1978, 1982,
y 2012.

3.3. Encuestas a médicos prescriptores

Para obtener una idea más real de la utilización de antibióticos en el


Hospital Virgen de la Arrixaca es necesario conocer el pensamiento de
los facultativos respecto a la antibioticoterapia. Por eso decidimos
realizar una encuesta entre la plantilla de médicos y residentes.

Hemos valorado la “autopercepción” de los médicos especialistas o

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63

en periodo de formación (de áreas médicas y quirúrgicas) del HCUVA


sobre sus prácticas de prescripción de antibióticos mediante una
entrevista directa. El estudio se desarrolló durante los meses de abril-
junio del 2012.

La encuesta era anónima, voluntaria constaba de 10 preguntas.


Analiza el criterio personal de cada médico basándonos en las
respuestas clínicas que se reseñan con distintas frecuencias: Nunca,
Raras veces, A menudo, Siempre. Al final de cada pregunta había un
espacio destinado a que los médicos prescriptores escribieran ahí sus
comentarios a la pregunta formulada. Los cuestionarios fueron
entregados personalmente a cada médico y recogidos de igual forma
tras su respuesta.

Los resultados se han analizado mediante tablas de contingencia


con el test de Pearson y el test exacto de Fisher, considerando la
significación estadística cuando p< 0,05.

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64

ENCUESTA PARA EL MÉDICO PRESCRIPTOR


Indique si Staff o Residente: Indique el servicio al que pertenece:

1. ¿Está indicada la recogida de muestras para el diagnóstico etiológico?


Nunca
Raras veces
A menudo
Siempre

Comentario

2. ¿Ajusta el tratamiento a los datos microbiológicos y evolución clínica usando el


antimicrobiano de espectro más reducido y antiguo?
Nunca
Raras veces
A menudo
Siempre

Comentario

3. ¿Elige el antibiótico según protocolo?


Nunca
Raras veces
A menudo
Siempre

Comentario

4. ¿Utiliza la vía de administración recomendada para el antibiótico que se está


utilizando?
Nunca
Raras veces
A menudo
Siempre

Comentario

5. ¿Utiliza la dosis ajustada al paciente según su patología de base?


Nunca
Raras veces
A menudo
Siempre

Comentario

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65

6. ¿La duración del tratamiento corresponde con la recomendada?


Nunca
Raras veces
A menudo
Siempre

Comentario

7. ¿Ha utilizado alguna vez algún antibiótico sabiendo que están indicadas otras
medidas terapéuticas?
Nunca
Raras veces
A menudo

Comentario

8. ¿Piensa en la aparición de resistencias antes de prescribir un antibiótico?


Nunca
Raras veces
A menudo
Siempre

Comentario

9. ¿Tiene en cuenta el coste del producto a la hora de prescribir un antibiótico?


Nunca
Raras veces
A menudo
Siempre

Comentario

10. ¿Prefiere el uso de combinaciones de antibióticos a la monoterapia?


Nunca
Raras veces
A menudo
Siempre

Comentario

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66

PROTOCOLO DE RECOLECCIÓN DE DATOS

A= Nº HISTORIA

B=FARMACO 1º: 1= Amoxi/clav 2= Piper/tazo 3= Ceftriaxona 4= Cefuroxima


5= Ceftazidima 6=Cefazolina 7= Cefotaxima 8= Cefixima 9=meropenem
10=Imipenem 11= Ertapenem 12= Levofloxacino 13=Ciprofloxacino
14=Tigeciclina 15= Cotrimoxazol 16= Clindamicina 17= vancomicina
18=Teicoplanina 19= Azitromicina 20= Amikacina 21= Tobramicina 22=
Gentamicina 23= Linezolid 24= Daptomicina 25= Rifampicina 26= Fosfomicina
27= Metronidazol 28= Doxiciclina 29= Cloxacilina 30= Ampicilina 31=
Aztreonam

C=FARMACO 2º: 1= Amoxi/clav 2= Piper/tazo 3= Ceftriaxona 4= Cefuroxima


5= Ceftazidima 6=Cefazolina 7= Cefotaxima 8= Cefixima 9=meropenem
10=Imipenem 11= Ertapenem 12= Levofloxacino 13=Ciprofloxacino
14=Tigeciclina 15= Cotrimoxazol 16= Clindamicina 17= vancomicina
18=Teicoplanina 19= Azitromicina 20= Amikacina 21= Tobramicina 22=
Gentamicina 23= Linezolid 24= Daptomicina 25= Rifampicina 26= Fosfomicina
27= Metronidazol 28= Doxiciclina 29= Cloxacilina 30= Ampicilina 31=
Aztreonam

D=EDAD

E=SEXO: 1=V 2=M

F=SERVICIO:1=CCV 2=CG 3=CMF 4=CPL 5=CTO 6=NC 7=ORL 8=TRA


9=URO 10=CAR 11=DIG 12=HEM 13=INF 14=MI 15=NEFRO 16=NML
17=NRL 18=ONC 19=REUM 20= UCE 21=Otros

G=MANIPULACIÓN PREVIA: 1=SI 2=NO

H=ESTEROIDES PREVIOS: 1=SI 2=NO

I=CITOSTATICOS PREVIOS: 1=SI 2=NO

J=CIRUGIA PREVIA(<6sem): 1=SI 2=NO

K=INFECCIONES PREVIAS(<6sem): 1=Respiratoria vias bajas 2=Urinaria

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67

3=Sepsis 4=herida quirurgic 5=piel y partes blandas 6=Intraabdominal 7= GEA


8=Resp. Vias altas 9= Cavidad oral 10=Fiebre 11=Osteoarticular
12=endocarditis 13= No infección

L=MICROORGANISMO PREVIO: 1=S.pneumoniae 2=s.aureus


3=P.aeruginosa 4=E.coli 5= Klebsiella 6= Enterococcus 7=Enterobacter
8=Proteus 9=S.epidermidis 10= Citrobacter 11=Morganella 12= Otros 13=
Negativo 14= No cultivos 15= No infección

M=TRATAMIENTO PREVIO: 1=b-lactàmicos 2=cefalosporinas


3=Carbapenem 4=Quinolonas 5=Macrolidos 6=Otros 7=No informado 8=
Ninguno

N=ENFERMEDAD DE BASE: 1=McCabe I 2=McCabe II 3=McCabeIII 4=


ninguna

O=GRAVEDAD CLINICA INICIAL: 1=Crítica 2=Mala 3=Regular 4=Estable

P=INFECCIÓN ACTUAL: 1=Inf.Respiratoria vias bajas 2=Urinaria 3=Sepsis


4=Inf.herida quirurgic 5=Piel y partes blandas 6=Intraabdominal 7= GEA
8=Resp. Vias altas 9= Cavidad oral 10=Fiebre 11=Osteoarticular
12=endocarditis 13= No infección

Q=ADQUISICIÓN: 1=comunitaria 2=Nosocomial 3= No adquisición

R=FOCO: 1=Urinario 2=Abdominal 3=Herida 4=Respiratorio 5= piel/partes


blandas 6= Oral 7=otras 8= No filiado 9= No foco

S=NUMERO DE MICROORGANISMOS:

T=PRIMER MO ENCONTRADO: 1=S.pneumoniae 2=s.aureus 3=P.aeruginosa


4=E.coli 5= Klebsiella 6= Enterococcus 7=Enterobacter 8=Proteus
9=S.epidermidis 10= Citrobacter 11=Morganella 12= Otros 13= Negativo 14=
No cultivos

U=SEGUNDO MO ENCONTRADO: 1=S.pneumoniae 2=s.aureus


3=P.aeruginosa 4=E.coli 5= Klebsiella 6= Enterococcus 7=Enterobacter
8=Proteus 9=S.epidermidis 10= Citrobacter 11=Morganella 12= Otros 13=
Negativo 14= No cultivos

V=CULTIVO 1º MO ENCONTRADO: 1=Urocultivo 2=Hemocultivo 3=Esputo

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68

4=Drenaje 5=herida 6=Copro 7=Otros 8=Ninguno (-) 9= No cultivos

W=CULTIVO 2º MO ENCONTRADO: 1=Urocultivo 2=Hemocultivo


3=Esputo 4=Drenaje 5=herida 6=Copro 7=Otros 8=Ninguno (-) 9= No cultivos

X=COMPLICACIONES: 1=1 2= 2 3= 3 4=4 5=5 6=otras 7= no complicaciones

Y=PIURIA 1=SI 2=NO

Z=HEMATURIA. 1=SI 2=NO

AA=LEUCOCITOSIS: 1=SI 2=NO

AB=LEUCOPENIA: 1=SI 2=NO

AC=PCR

AD=TIPO DE TRATAMIENTO: 1=Empírico 2=Dirigido 3=Profiláctico

AE=VIA DE ADMINISTRACION: 1=IV 2=VO 3=IM

AF=TRATAMIENTO ADECUADO SEGUN PROTOCOLO: 1= SI 2=NO

AG=DOSIS: 1=Adecuada 2=No adecuada

AH=INTERVALO TTO: 1=adecuado 2= no adecuado

AI=DURACIÓN DEL TRATAMIENTO:

AJ=DURACIÓN ADECUADA: 1= SI 2= NO 3= Exitus

AK=EVOLUCIÓN: 1=Curación 2=Recidiva 3=Persistencia MO 4=Profilaxis


5= No infección 6= Exitus

AL= USO ADECUADO DEL ANTIBIÓTICO: 1=SI 2= NO

AM= DURACIÓN DE LA ESTANCIA (días):

AN= GRUPO DE ESTANCIA: 1= hasta 10 días 2=11-14 días 3=14-21


4=>21días

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70

4. Resultados

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71

4.1. Revisión de historias clínicas

Durante el mes de abril del 2012 ingresaron en el Hospital


Clínico Virgen de la Arrixaca un total de 1245 pacientes en el pabellón
general sin tener en cuenta la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).
De estos, 602 pacientes recibieron tratamiento antibiótico (49,5%). A
servicios médicos pertenecían 354 pacientes (58,8%) y 248 (41,2%) a
servicios quirúrgicos. (Figura 4.1).

Figura 4.1.Distribución de servicios

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72

4.1.1 Características Generales

Los pacientes estudiados tenían una edad media de 61,04 años,


con un rango [11- 97]. En cuanto al sexo, 315 (52,3%) eran hombres y
287 (47,7%) mujeres.

La enfermedad de base la hemos clasificado en Mc Cabe I, II y


III .Vemos que 42 pacientes (7%) eran Mc cabe I, 319 (53%) eran Mc
Cabe II, 141 pacientes (40%) eran Mc Cabe III. (Figura 4.2).

Figura 4.2. Distribución de pacientes según su patología de base

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73

Según la Gravedad Clínica Inicial (GCI), 8 pacientes (1,3%)


tenían una GCI crítica, 56 pacientes (9,3%) tenían una GCI mala, 427
(70,9%) una GCI regular y 111 pacientes (18,5%) estaban estables en
el momento del ingreso. (Figura 4.3).

Figura 4.3. Distribución de pacientes según la gravedad crítica inicial.

Analíticas: unos 135 pacientes (22,4%) presentaban piuria y 144


pacientes (23,9%) hematuria. Respecto al recuento de leucocitos, 239
pacientes (39,7%) presentaban leucocitosis y 34 (5,6%) leucopenia.
(Figura 4.4). A 354 pacientes (58,7%) se les solicito la determinación
de la PCR. De estos 48 tenían valores de PCR < 0,5 mg/dL, 191
pacientes valores < 10 mg/dL y 115 pacientes, valores de PCR >
10mg/dL. (Figura 5.5).

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74

Figura 4.4.Datos analíticos al inicio del tratamiento antibiótico.

Figura 4.5. Valores de PCR al inicio del tratamiento.

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75

En 42 pacientes (7%) había existido una manipulación anterior a


la infección, 105 pacientes ( 17,4%) habían recibido tratamiento con
esteroides y 50 pacientes (8,3%) tratamiento con citostáticos, por
último a 43 pacientes ( 7,1%) habían sido sometidos a cirugía en un
periodo inferior a 6 semanas antes de la infección. (Figura 4.6).

Figura 4.6. Antecedentes al tratamiento antibiótico.

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76

4.1.2. Antecedentes infecciosos y microbiológicos

Al estudiar los antecedentes infecciosos de los pacientes en las 6


semanas previas al ingreso, vemos que 101 pacientes (16,7%) habían
tenido algún tipo de infección en ese periodo. Las más frecuentes
fueron la infección respiratoria de vías bajas en 57 pacientes (9,5%) y
la infección urinaria en 21 pacientes (3,5%).

De estos, 34 pacientes (5,6%) tenían cultivos positivos, 22


pacientes (3,6%) cultivos negativos y al resto, 45 pacientes (7,5%) no
se les habían realizado ningún cultivo.

El microorganismo más frecuente fue E. coli, 10 pacientes habían


tenido infección previa por este microorganismo.

Tratamiento previo: los antibióticos más usados para entre los


pacientes con infección previa fueron las quinolonas en 41 pacientes
(6,8%), seguido de β-lactámicos en 22 pacientes (3,7%), 11 pacientes
con cefalosporinas (1,8%), 6 pacientes con macrólidos ( 1%), 4 con
carbapenem (0,7%) y el resto , 7 pacientes (1,2%) ,recibieron
tratamiento antibiótico distinto a los señalados anteriormente.

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77

4.1.3. Características clínicas y microbiológicas

En este apartado veremos las infecciones que presentaban los


pacientes hospitalizados, así como el tipo de adquisición, el foco y los
microorganismos encontrados.

Tipo de infección: En los 602 casos, la infección más frecuente fue


la respiratoria de vías bajas, que apareció en 172 pacientes ( 28,6%),
después la ITU en 61 pacientes ( 10%), sepsis en 34 (5,6%), Infección
intraabdominal en 31 (5,2%), infección de piel y partes blandas en 29
pacientes ( 4,8%), fiebre en 20 ( 3,3%), gastroenteritis en 16 pacientes (
2,7%),infección herida quirúrgica en 13 ( 2,2,%), infección respiratoria
de vías altas 12 ( 2%), infección de la cavidad oral 8 (1,3%), infección
osteoarticular 5 ( 0,8%) y por ultimo un solo paciente (0,2%) con
endocarditis. (Figura 4.7)

Doscientos pacientes (33.3%) no presentaban ningún tipo de


infección, 178 eran tratamientos profilácticos (29,4%) y 22 (3,9%) no
tenían síntomas de infección.

Figura 4.7. Tipo de infección

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78

Tipo de adquisición: Del total de pacientes, 338 (56,1%)


padecían una infección de origen comunitario y 64 (10,6%) infección
nosocomial. El resto de pacientes 200 (33,3%) no tenían signos de
infección. (Figura 4.8).Teniendo solo en cuenta a los pacientes con
infección, las infecciones de origen comunitario representan un 84% y
las nosocomiales un 16%.

Figura 4.8. Tipo de infección según adquisición

Microorganismos documentados:

De las 602 historias revisadas, a 284 pacientes (47,2%) se les tomaron


cultivos. De los 285 pacientes, 109 (38,4%) tenían cultivos positivos para algún
microorganismo y 175 pacientes (61,6%) con cultivos negativos. De los
pacientes con cultivo positivo, en 86 casos (78,9%) se aisló un único
microorganismo y en 23 casos (21,1%) más de uno.

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79

De los 424 pacientes que recibían tratamiento terapéutico, a 272 pacientes


(64,2%) se les tomó cultivos y a 152 no (35,8%).En el caso de los 178 pacientes
que recibían tratamiento profiláctico, a 12 (6,7%) se les tomó cultivos.

Se encontraron 141 microorganismos (algunos pacientes tuvieron varios


aislamientos microbiológicos), 42 en urocultivos (29,8%), 27 en cultivo de
herida (19,2%), 20 (14,2 %) en hemocultivos, 19 (13,4%) en esputo, 19 (13,4%)
en cultivos de drenajes, 6 (4,3%) en coprocultivos y 8 (5,7%) en cultivos de
otros focos.

El microorganismo más encontrado fue E.Coli, aparecieron 34 cultivos


positivos, seguido de S.aureus, P. aeruginosa, klebsiella y Enteroccus que
crecieron en 11 cultivos cada uno. Proteus en 7 cultivos, S. pneumoniae y
Enterobacter en 5 y S. epidermidis y Citrobacter en 4 cultivos. (Figura 4.9)

Figura 4.9. Microorganismos aislados tras cultivo.

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80

4.1.4. Estudio del tratamiento antibiótico

Antibióticos: Los antibióticos más utilizados fueron en primer lugar


Amoxicilina/ clavulánico en 166 pacientes (22,8%), seguida de Ceftriaxona en
103 casos (14,2%), Levofloxacino en 99 pacientes (13,6%), Piperacilina/
tazobactam en 68 casos (9,4%) y Cefuroxioma en 64 (8,8 %). (Figura 4.10)

Si separamos los tratamientos de las profilaxis , vemos que en el caso de


los tratamiento terapéuticos el antibiótico más prescrito es la ceftriaxona en 102
casos ( 18,9%), en segundo lugar el levofloxacino en 99 casos ( 18,3%), seguido
de amoxicilina/ clavulánico en 70 casos ( 13%) y piperacilina/ tazobactam en 67
(12,4%).

En las profilaxis los antibióticos más prescritos son la amoxicilina /


clavulánico en 96 casos (51,3%) y la Cefuroxima en 60 (32%).

Figura 4.10. Antibióticos más utilizados.

En 477 pacientes (79,2%) se inició el tratamiento antibiótico con


monoterapia y en 125 pacientes (20,8%) con combinaciones de antibióticos.

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81

Tipo de tratamiento: De los tratamientos estudiados 342 (56,8%) eran


tratamientos empíricos, 82 (13,6%) eran dirigidos y 178 (29,6%) eran
tratamientos profilácticos. (Figura 4.11)

Figura 4.11. Tipo de tratamiento.

Vía de administración:

La vía de administración más utilizada para iniciar el tratamiento


antibiótico fue la intravenosa, en 528 casos (87,8%) se prefirió esta vía. La vía
oral se utilizó en 73 casos (12%) y la intramuscular sólo en 1 (0,2%). (Figura
4.12).

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82

Figura 4.12. Vía de administración utilizada.

Pautas de administración

Las dosis prescritas fueron las adecuadas y teniendo en cuenta la patología


de base del paciente en 576 casos (95,7%) y 26 pacientes (4,3%) recibieron
dosis inadecuadas.

El intervalo de tratamiento era adecuado en 581 tratamientos (96,5%) e


inadecuado en 21 (3,5%).

De todas las historias revisadas, 26 pacientes (4,3%) no pudieron terminar


el tratamiento antibiótico ya que fueron éxitus. En el resto, 420 casos (69,8%) la
duración del tratamiento fue la adecuada, mientras que en 156 casos (25,9%) fue
inadecuada. (Figura 4.13)

Si analizamos los tratamientos y la profilaxis por separado, vemos que en


el grupo de tratamiento la duración fue adecuada en un 75,7% y en las profilaxis
fue adecuada en un 67,4%.

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83

Figura 4.13. Pautas de administración adecuadas

Adecuación a protocolo

En 460 pacientes (76,4%) el tratamiento fue el adecuado según protocolo


y en 142 pacientes fue inadecuado (23,6%).

Si hacemos dos grupos, uno para tratamiento y otro para profilaxis, vemos
que en el grupo de tratamiento (424 pacientes), los tratamientos se adecuan a
protocolo en 292 casos (68,9%) y 132 (31,1%) no se adecuan.

En el grupo de profilaxis (178 pacientes), se adecuan a protocolo 168


casos (94,4%) y no se adecuan 10 casos (5,6%).

Uso adecuado del antibiótico: En los 602 casos estudiados, el uso del
antibiótico es el adecuado en 343 pacientes (57%). (Figura 4.14)

Separando los tratamientos terapéuticos de los profilácticos, en los


terapéuticos es uso es adecuado en 227 pacientes (53,5%) y en los profilácticos
116 (65,1%)

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84

Figura 4.14. Adecuación a protocolo y uso de antibiótico adecuado

Duración de la estancia

En 447 pacientes ( 74,3%) la estancia hospitalaria fue menor o igual a 10


días, en 64 pacientes ( 10,6%) la estancia fue mayor a 10 e inferior a 14 días, en
38 pacientes (6,3%) estuvo entre 14 y 21 días y por último en 53 pacientes
(8,8%) la estancia fue mayor a 21 días. (Figura 4.15)

Figura.4.15. Duración de la estancia

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85

4.1.5. Evolución clínica

Al estudiar la evolución, fueron excluidos 22 de los 424 pacientes con


tratamiento terapéutico por no presentar infección y recibir antibiótico. De los
402 pacientes con infección documentada, vemos que 292 pacientes (72,6%),
evolucionaron hacia la curación con el tratamiento prescrito inicialmente y no
necesitaron cambiar de antibiótico.

En el resto de paciente (110) hubo fallo terapéutico: 49 casos de


persistencia microbiológica (12,2%), 31 casos recidiva (7,7%), 30 éxitus
(7,5%). (Figura 4.16)

Figura 4.16. Evolución clínica de los pacientes con tratamiento antibiótico.

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86

4.1.6. Estudio comparativo entre servicios médicos y quirúrgicos

A) Tratamiento antibiótico

De las 602 historias clínicas 354 (58,8%) pertenecían a servicios médicos


y 248 (41,2%) a servicios quirúrgicos.

Antibióticos utilizados:

En los servicios médicos los antibióticos más prescritos fueron:


Levofloxacino (21,2%), Ceftriaxona (20,1%), Amoxicilina/ clavulánico (11,9%),
Piperaciclina/ tazobactam (11%) y Azitromicina (7,7%).

En los servicios quirúrgicos los más prescritos fueron: Amoxicilina/


clavulánico (40,9%), Cefuroxima (22,3%) y Piperaciclina/ tazobactam (6,6%).

Tipo de tratamiento:

En el grupo de servicios médicos, había 281 tratamientos empíricos


(79,4%) y en el grupo quirúrgico 61 tratamientos (24,6%). Tratamientos
dirigidos había 57 (16,1%) en los servicios médicos y 25 (10%) en los
quirúrgicos. Tratamientos profilácticos, 16 (4,5%) en los médicos y 162 (65,3%)
en los quirúrgicos.

Vía de administración:

En los servicios médicos, 285 pacientes (80,5%) recibieron el tratamiento


antibiótico inicial por vía intravenosa, 68 (19,2%) por vía oral y 1 (0,3%) por vía
intramuscular. En los servicios quirúrgicos, 243 (98 %) recibieron tratamiento
vía intravenosa y 5 (2%) por vía oral.

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87

Pautas de administración:

En el grupo médico las dosis fueron las adecuadas en 338 casos (95,5%) y
en el quirúrgico en 238 (96%).

El intervalo te tratamiento era adecuados en 344 casos (97,2%) del grupo


médico y en 237 (95,6%) en el quirúrgico.

La duración del tratamiento fue la correcta en 253 pacientes (71,5%) del


grupo de servicios médicos, incorrecta en 78 (22%) y 23 pacientes (6,5%) no se
completó el tratamiento antibiótico por éxitus. En el otro grupo la duración fue
la adecuada en 169 pacientes (68,1%), no adecuada en 77 (31,1%) y 2 pacientes
(0,8%) no completaron el tratamiento antibiótico por éxitus.

Adecuación a protocolo:

Los tratamientos de los servicios médicos se adecuaron a protocolo en 248


casos (70%) y en los servicios quirúrgicos 212 (85,4%).

Si lo separamos según sean tratamientos profilácticos o no, en el grupo de


servicios médicos la adecuación a protocolo es de un 69,2% para los
tratamientos y un 87,5% en las profilaxis. En el grupo de servicios quirúrgicos la
adecuación para tratamientos es del 67,4% y del 95% para las profilaxis. (Figura
4.17).

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88

Figura 4.17. Adecuación a protocolo según servicios

Uso adecuado del antibiótico:

En el caso de los servicios médicos el uso del antibiótico es adecuado en


198 pacientes (56%) de 354. En los servicios quirúrgicos el uso es adecuado en
145 (58,5%) de 248 pacientes. (Figura 4.18).

Figura 4.18.Uso adecuado de antibióticos según servicios

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89

Duración de la estancia:

En el grupo médico, 253 pacientes (71,5%) tuvieron una estancia inferior


a 11 días, 46 (13%) entre 11 y 14 días, 26 (7,3%) una estancia entre 15 y 21 días
y 29 (8,2) una estancia superior a 21 días.

En el grupo quirúrgico, 194 pacientes (78,2%) tuvieron una estancia


inferior a 11 días, 18 (7,3%) entre 11 y 14 días, 12 (4,8%) una estancia entre 15
y 21 días y 24 (9,7%) una estancia superior a 21 días.

B) Evolución clínica

Servicios Médicos:

Sin tener en cuenta los tratamientos profilácticos, vemos que existe una
tasa de curación del 69,8%, un 21,92% de no curación y un 8,28% de éxitus.
(Figura 4.19)

4.19. Evolución en los servicios médicos.

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90

Servicios Quirúrgicos

Sin tener en cuenta los tratamientos profilácticos, vemos que existe una
tasa de curación del 64,36%, un 33,24% de no curación y un 2,4% de éxitus.
(Figura 4.20)

4.20. Evolución en Servicios quirúrgicos

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91

TABLAS DE RESULTADOS

Fármaco prescrito

FARMACO CASOS ( 729) %


Amoxicilina/ clavulánico 166 22,8
Ceftriaxona 103 14,2
levofloxacino 99 13,6
Piperacilina/tazobactam 68 9,4
Cefuroxima 64 8,8
Azitromicina 36 4,8
Ciprofloxacino 35 4,7
Clindamicina 33 4,5
Meropenem 24 3,3
Ceftazidima 14 1,8
Metronidazol 11 1,4
Gentamicina 10 1,3
Vancomicina 9 1,1
Imipenem 6 0,8
Teicoplanina 6 0,8
Tobramicina 5 0,7
Linezolid 5 0,7
Rifampicina 5 0,7
Cefazolina 4 0,5
Fosfomicina 4 0,5
Cefotaxima 3 0,4
Ertapenem 3 0,4
Amikacina 3 0,4
Tigeciclina 2 0,3
Cotrimoxazol 2 0,3
Daptomicina 2 0,3
Doxiciclina 2 0,3
Ampicilina 2 0,3
Cefixima 1 0,3
Cloxacilina 1 0,3
Aztreonam 1 0,3

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92

Sexo del paciente

SEXO CASOS ( 602) %


Mujeres 315 52,3
Varones 287 47,7

Servicio al que pertenece el paciente

SERVICIO CASOS ( 602) %


Medicina Interna 87 14,5
Cirugía general 78 13,0
Neumología 61 10,1
Infecciosas 50 8,3
Unidad Corta Estancia 46 7,6
Oncología 45 7,5
Cirugía cardiovascular 37 6,1
Urología 31 5,1
Traumatología 27 4,5
Cirugía Plástica y Quemados 19 3,2
Otorrinología 19 3,2
Digestivo 19 3,2
Cirugía maxilofacial 17 2,8
Neurocirugía 15 2,5
Hematología 14 2,3
Cardiología 9 1,5
Neurología 8 1,3
Reumatología 6 1,0
Cirugía Torácica 5 0,8
Nefrología 5 0,8
Otros 4 0,7

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93

Existencia de manipulación en los 6 meses anteriores

MANIPULACIÓN PREVIA CASOS ( 602) %


SI 42 7,0
NO 560 93,0

Uso de esteroides en los 6 meses anteriores

ESTEROIDES PREVIOS CASOS ( 602) %


SI 105 17,4
NO 497 82,6

Administración de citostáticos en los 6 meses anteriores

CITOSTÁTICOS PREVIOS CASOS ( 602) %


SI 50 8,3
NO 552 91,7

Paciente sometido a intervención quirúrgica en los 6 meses previos

CIRUGÍA PREVIA CASOS ( 602) %


SI 43 7,1
NO 559 92,9

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94

Infecciones en los 6 meses anteriores

INFECCIÓN CASOS (602) %


Respiratoria vías bajas 57 9,5
Urinaria 21 3,5
Sepsis 2 0,3
herida quirúrgica 5 0,8
Piel y partes blandas 5 0,8
Intraabdominal 4 0,7
GEA 1 0,2
Respiratoria vías altas 3 0,5
Fiebre 2 0,3
No infección 502 83,4

Cultivos positivos para algún microorganismo en los 6 meses previos

MICROORGANISMO CASOS (602) %


S.pneumoniae 1 0,2
S. aureus 3 0,5
P. aeruginosa 4 0,7
E. coli 10 1,7
Klebsiella 4 0,7
Enterococcus 1 0,2
Enterobacter 1 0,2
Citrobacter 1 0,2
Morganella 1 0,2
Otros 8 1,3
Negativos 22 3,7
No cultivos previos 44 7
No infección 502 83,4

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95

Tratamiento antibiótico previo

ANTIBIÓTICO CASOS (602) %


β-lactámicos 25 4,2
Cefalosporinas 13 2,2
Carbapenems 4 0,7
Quinolonas 46 7,6
Macrólidos 8 1,3
Otros 8 1,3
No informado 10 1,7
Ninguno 488 81,1

Enfermedad de base según criterios McCabe

CLASIFICACIÓN CASOS ( 602) %


McCabe I 42 7
McCabe II 319 53
McCabe III 141 40

Gravedad clínica inicial.

GRAVEDAD CASOS ( 602) %


Crítica 8 1,3
Mala 56 9,3
Regular 427 70,9
Estable 111 18,4

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96

Infección actual

TIPO DE INFECCIÓN CASOS (602) %


Respiratoria vías bajas 172 28,6
Urinaria 60 10
Sepsis 34 5,6
herida quirúrgica 13 2,2
Piel y partes blandas 30 5
Intraabdominal 31 5,1
GEA 16 2,7
Respiratoria vías altas 12 2
Cavidad oral 8 1,3
Fiebre 20 3,3
Osteoarticular 5 0,8
Endocarditis 1 0,2
No infección 200 33,2

Tipo de infección según la adquisición

ADQUISICIÓN CASOS (602) %


Comunitaria 339 56,3
Nosocomial 64 10,6
No adquisición 199 33,1

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97

Foco infeccioso

FOCO CASOS ( 602) %


Urinario 77 12,8
Abdominal 54 9
Herida 16 2,7
Respiratorio 187 31,1
Piel y partes blandas 28 4,7
Oral 8 1,3
Otros 7 1,2
No filiado 25 4,2
No foco 200 33,2

Número de pacientes con cultivos positivos, negativos y sin cultivos

CULTIVOS CASOS (602) %


Positivos 109 18,1
Negativos 175 29,1
No cultivos 318 52,8

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98

Microorganismos encontrados

MICROORGANISMO CASOS (141) %


S.pneumoniae 5 3,5
S. aureus 11 7,8
P. aeruginosa 11 7,8
E. coli 34 24,1
Klebsiella 11 7,8
Enterococcus 12 8,5
Enterobacter 5 3,5
Proteus 7 4,9
S.epidermidis 4 2,9
Citrobacter 4 2,9
Morganella 4 2,9
Bacteroides 4 2,9
Otros 29 20,5

Tipo de cultivo donde se encontraron microorganismos

CULTIVOS CASOS (141) %


Urocultivo 42 29,8
Hemocultivo 20 14,2
Esputo 19 13,4
Drenaje 19 13,4
Herida 27 19,2
Coprocultivo 6 4,3
Otros 8 5,7

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99

Analítica

CASOS (602) %

PIURIA
SI 135 22,4
NO 464 77,1

HEMATURIA
SI 144 23,9
NO 457 75,9

LEUCOCITOSIS
SI 239 39,7
NO 362 60,1

LEUCOPENIA
SI 34 5,6
NO 567 94,2

PCR CASOS ( 602) %


Con datos de PCR 354 58,8
Sin datos 248 41,2

PCR CASOS ( 354) %


< 0,5 48 13,6
> 0,5 <10 191 53,9
> 10 115 32,5

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100

Tipo de tratamiento

TIPO DE TRATAMIENTO CASOS (602) %


Empírico 342 56,5
Dirigido 82 13,6
Profiláctico 178 29,9

Vía de administración utilizada

VÍA ADMINISTRACIÓN CASOS (602) %


Intravenosa 528 87,7
Oral 73 12,1
Intramuscular 1 0,2

Tratamiento antibiótico adecuado según protocolo

ADECUADO CASOS (602) %


SI 460 76,4
NO 142 23,6

Uso clínico adecuado del antibiótico.

USO ADECUADO ANTIBIÓTICO CASOS (602) %


SI 342 57,0
NO 260 43,0

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101

Pautas de administración

Dosis adecuada CASOS (602) %


SI 576 95,7
NO 26 4,3

Intervalo adecuada CASOS (602) %


SI 581 96,5
NO 21 3,5

Duración adecuada CASOS (602) %


SI 415 68,9
NO 155 25,7
EXITUS 26 4,3

Evolución clínica

EVOLUCIÓN CLÍNICA CASOS (602) %


Curación 292 48,5
Persistencia microbiológica 49 8,1
Recidivas 31 5,1
Exitus 30 5,0
No infección 22 3,7
Profilaxis 178 29,6

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102

Evolución clínica Servicios Médicos

Evolución Casos (356) %


Curación 236 66,7
Recidiva 24 6,8
Persistencia 30 8,5
Profilaxis 16 4,5
No infección 20 5,6
Éxitus 28 7,9

Evolución clínica Servicios Quirúrgicos

Evolución Casos (248) %


Curación 56 22,6
Recidiva 7 2,8
Persistencia 19 7,7
Profilaxis 161 64,9
No infección 3 1,2
Éxitus 2 0,8

Días de estancia hospitalaria

DIAS DE ESTANCIA CASOS (602) %


< 10 días 447 74,3
10 - 13 días 64 10,6
14 - 21 días 38 6,3
> 21 días 53 8,8

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103

4.1.7. Análisis estadístico de la evolución clínica en relación con el


uso adecuado de antibióticos:

En este apartado estudiaremos la relación entre la evolución que


han presentado los pacientes y cada uno de los parámetros recogidos.

Se realizó un análisis bivariante y multivariante de las variables


estudiadas de cada paciente.

Análisis bivariante

En el análisis bivariante los factores estadísticamente asociados a


curación fueron: No tener ninguna enfermedad de base ( p<
0,0005),gravedad clínica inicial regular o estable ( p< 0,0005),el
servicio de Infecciosas y la unidad de corta estancia (p< 0,0005), el
foco infeccioso respiratorio (p< 0,0005), infección comunitaria ( p<
0,0005), elección de antibiótico según protocolo y uso adecuado del
antibiótico (p< 0,0005), duración adecuada del antibiótico ( p<0,0005)
y estancia hospitalaria menor a 10 días ( p< 0,0005)

Los factores asociados estadísticamente a no curación fueron:


enfermedad de base Mccabe I (p< 0,0005), el foco infeccioso urinario
( p<0,0005), el haber sido sometido previamente a maniobras
invasivas como foco posible de infección ( p= 0,017), el uso de
corticoides previos (p< 0,0005), infección respiratoria o urinaria

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104

previa ( p< 0,0005), infección urinaria (p< 0.0005), adquisición


nosocomial ( p< 0,0005), urocultivos positivo para E.coli resistente
(BLEE y/o resistente a ciprofloxacino) (p< 0.0005), el tratamiento no
ajustado a protocolo y el uso clínico del antibiótico inadecuado ( p<
0,0005), duración no adecuada del antibiótico (p< 0,0005) y estancia
hospitalaria mayor de 21 días (p< 0,0005)

Si tenemos en cuenta las variables cuantitativas, observamos que


el mayor número de microorganismos se relaciona con no curación, al
igual que el mayor número de días de estancia y la mayor duración del
tratamiento con la curación.

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105

TABLAS DE RESULTADOS ESTUDIO BIVARIANTE

CURACIÓ FRACASO
VARIABLE N N=292 N=110 p
n (%) n (%)
SEXO
155 (53) 61 (55)
Hombre ns
137 (47) 49 (45)
Mujer

MANIPULACION PREVIA 23 (8) 18 (16) <0,017

ESTEROIDES PREVIOS 50 (17) 33 (30) < 0,0005


CITOSTÁTICOS PREVIOS 19 (6,5) 17 (15,4) < 0,0005

CIRUGÍA PREVIA 24 (8) 12 (11) ns

INFECCIÓN PREVIA (6 semanas antes) 56 (19) 37 (34) < 0,0005

TRATAMIENTO ANTIBIÓTICO
65 (22) 42 (38) ns
PREVIO

GRAVEDAD INICIAL
Crítica 2 (0,7) 5 (4,5)
Mala 25 (8,6) 25 (22,8) < 0,0005
Regular 254 (87) 75 (68,2)
Estable 11 (3,7) 5 (4,5)

ENFERMEDAD DE BASE
McCabe I 14 (4,8) 20 (18,2) < 0,0005
McCabe II 163 (55,8) 58 (52,7) ns
McCabe III 53 (18,2) 20 (18,2) ns
Ninguna enfermedad de base 62 (21,2) 12 (10,9) < 0,0005
Sepsis 25 (8,6) 9 (8,2) ns

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106

FOCO DE LA INFECCIÓN
Urinario 47 (16,1) 28 (25,5) < 0,0005
Abdominal 40 (13,7) 11 (10) ns
Herida 6 (2,1) 10 (9,1) ns
Respiratorio 147 (50,4) 40 (36,4) < 0,0005
Piel/partes blandas 22 (7,5) 5 (4,5) ns
Oral 8 (2,7) 0 (0) ns
Otros 4 (1,3) 3 (2,7) ns
No filiado 18 (6,2) 13 (11,8) ns
ADQUISICIÓN
Comunitaria 259 (89) 79 (72) < 0,0005
Nosocomial 33 (11) 31 (28)
MICROORGANISMO AISLADO
5 (1,7) 0 (0) ns
S. pneumoniae
7 (2,4) 3 (2,7) ns
S. aureus
1 (0,3) 4 (3,6) ns
P. aeruginosa
12 (4,2) 16 (14,5) < 0,0005
E. coli BLEE o resistente a quinolona
4 (1,3) 5 (4,5) ns
Klebsiella spp.
3 (1,1) 6 (5,5) ns
Enterococcus spp.
2 (0,7) 2 (1,8) ns
Enterobacter spp.
6 (2,1) 1 (0,9) ns
Proteus spp.
1 (0,3) 2 (1,8) ns
S. epidermis
1 (0,3) 2 (1,8) ns
Citrobacter spp.
1 (0,3) 2 (1,8) ns
Morganella spp.
17 (5,8) 4 (3,6) ns
Otros
124 (42,5) 35 (31,9) ns
Negativo
108 (37) 28 (25,6) ns
No cultivos
BACTERIEMIA DOCUMENTADA 11 (3,8) 6 (5,5) ns

AJUSTADO A PROTOCOLO
233 (80) 61 (55) <0,0005
(EMPÍRCO Y DEFINITIVO,)

USO CLÍNICO CORRECTO


199 (68) 29 (26) <0,0005
(EMPÍRICO Y DEFINITIVO)

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107

Análisis Multivariante

En el análisis multivariante resultaron asociarse de forma


estadísticamente significativa a una peor evolución (recidiva, no
curación microbiológica o éxitus vitae): la gravedad clínica inicial
crítica (OR 3,35; IC95% 1,602-7,009); el que el tratamiento empírico
y/o dirigido no fuesen adecuados a protocolo (OR 5,68; IC95%
2,8981-11,217); y la infección por E. coli productor de BLEE y/o
resistente a ciprofloxacino (OR 4,43; IC95% 1,492-13,184).

B Sig. OR I.C. 95% para B


Tratamiento no ajustado a protocolo 1,738 0,0005 5,68 2,881 - 11,217
Duración no adecuada 3,234 0,0005 25,38 13,099 - 49,192
Gravedad clínica inicial 1,209 0,001 3,35 1,602 - 7,009
Infección por E.coli 1,49 0,007 4,43 1,492 - 13,184

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108

4.2. Patrones de cambio

El, uso de antibióticos fue significativamente menor entre 1978


(46,4%) y 1982 (32,9%) p<0,00001, no encontrando diferencias entre
1978 (46,4%) y 2012 (49,5%). La adecuación fue similar en los dos
primeros años de estudio, siendo significativamente mayor en 2012
(68,9%) comparándolo con 1978 (49,6%) y 1982 (53,2%) p<0,0001.
Las prescripciones de los Servicios Médicos aumentaron
significativamente en 2012 (59,1%) en relación con 1978 (37,3%) y
1982 (46,8%) p<0,0001. La monoterapia se utilizó significativamente
más en 2012 (79,2%) en relación con 1978 (68%) y 1982, 64,8%
p<0,001.Las combinaciones de antibióticos se utilizaron de forma
significativa más en 1978 35,1% que en 1982(31,9% y 2012 (20,7%)
p<0,001

1978 1982 2012


CASOS % CASOS % CASOS %
INGRESOS 1057 1194 1245
PACIENTES CON ANTIBIOTICO 491 45,45 393 32,9 602 48,3
SERVICIOS MÉDICOS 183 37,27 184 46,8 356 59,1
SERVICIOS QUIRÚRGICOS 308 62,73 209 53,2 246 40,9
TTO SEGÚN PROTOCOLO 244 49,69 270 68,7 460 76,4
MONOTERAPIA 334 68,02 255 64,9 477 79,2
COMBINACIONES 157 31,98 138 35,1 125 20,8

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109

1978 2012 A. ESTADÍSTICO


CASOS % CASOS % X² p
USO ANTIBIÓTICOS
Si 491 45,45 602 48,35 0,83 N.S
No 566 53,55 643 51,65

USO ADECUADO
SI 244 49,69 460 76,42 51,75 <0,00001
No 247 50,31 142 25,58

SERVICIOS
Médicos 183 37,27 356 59,13 70,62 <0,0001
Quirúrgicos 308 62,73 246 40,87

MONOTERAPIA 334 68,02 477 79,23 12,3 <0,001


SI 157 31,98 125 20,77
No

1978 1982 A. ESTADÍSTICO


CASOS % CASOS % X² p
USO ANTIBIÓTICOS
SI 491 45,45 393 32,91 43,1 <0,0001
No 566 53,55 801 67,09

USO ADECUADO
SI 244 49,69 270 68,71 0,07 N.S
No 247 50,31 123 31,29

SERVICIOS
Médicos 183 37,27 184 46,82 0,2 N.S
Quirúrgicos 308 62,73 209 53,18

MONOTERAPIA
SI 334 68,02 255 64,88 30,4 < 0,001
No 157 31,98 138 35,12

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110

1982 2012
CASOS % CASOS % X² p
USO ANTIBIÓTICOS
Si 393 32,91 602 48,35 60,15 <0,0001
No 801 67,09 643 51,65

USO ADECUADO
SI 270 68,71 460 76,42 59,7 <0,0001
No 123 31,29 142 25,58

SERVICIOS
Médicos 184 46,82 356 59,13 61,45 <0,0001
Quirúrgicos 209 53,18 246 40,87

MONOTERAPIA
SI 255 64,88 477 79,23 95,1 <0,001
No 138 35,12 125 20,77

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111

4.3. Resultados de las encuestas

Un total de 316 médicos fueron encuestados, 195 (61,7)


pertenecían al staff y 121 (38,3) eran residentes. (Figura 4.3.1)

4.3.1. Residentes y staff encuestados

A especialidades quirúrgicas pertenecían 145 médicos: Cirugía


Maxilofacial (10), Oftalmología (7), Cirugía Cardiovascular (6),
Urología (6), Traumatología (10), Ginecología (39), Cirugía Plástica
Quemados (7), Cirugía general y aparato digestivo (31), Otorrino (11),
Cirugía Torácica (4) y Anestesia y Reanimación (14).

A especialidades médicas pertenecían 171: Nefrología (12),


Neumología (5), Pediatría (42), Neurología (11), Oncología (8),

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112

Urgencias (10), Reumatología (4), Medicina Interna (22), Digestivo


(11), Cardiología (12), Endocrino (11), Alergología (7), UCI (21).
(Fig.4.3.2)

4.3.2. Distribución por servicios médicos o quirúrgicos

Los resultados globales de la encuesta se recogen en las Tablas 1

y 2. Como puede apreciarse, el 59% de los encuestados señalaba que

está siempre indicada la recogida de muestras microbiológicas para el

diagnóstico etiológico. El 19,62% de los encuestados reconocía ajustar

siempre el tratamiento antibiótico tras recibir los resultados

microbiológicos dando prioridad al fármaco de espectro más reducido

(“desescalamiento”). El 45% admitía hacer siempre la elección del

antibiótico según protocolo (55% a menudo) y un 68%, 65% y 45%,

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113

respectivamente, consideraban siempre la vía de administración más

óptima para el antibiótico en cuestión, la dosis según el tipo de

infección y características del paciente y la duración del tratamiento

siguiendo las recomendaciones al respecto. El 31% afirmaban pensar

siempre en la aparición de resistencias cuando prescriben antibióticos

y el 10% en el coste del fármaco. El 60% raras veces prefería el uso

de combinaciones de antibióticos frente a la monoterapia.

Como diferencias significativas entre los grupos de encuestados,

encontramos que el uso de antibióticos según protocolo y el uso de la

dosis ajustada al foco y las características del enfermo eran más

frecuentemente tenidas en cuenta en los servicios médicos que en los

quirúrgicos (p<0,05). Los residentes consideran utilizar la vía de

administración idónea con más frecuencia que los especialistas ya

formados (p<0,05) y los servicios quirúrgicos admiten utilizar con

más frecuencia que las especialidades médicas el tratamiento

antibiótico sabiendo que probablemente existían otras medidas

terapéuticas (p< 0,05) más idóneas al caso.

En las siguientes tablas quedan reseñadas las respuestas a las


distintas preguntas del cuestionario.
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114

Tabla 1. Resultado global de la encuesta

Preguntas Nunca Raras veces A menudo Siempre

1.- ¿Está indicada la recogida de


muestras microbiológicas para el
diagnóstico etiológico?

0,94% 3,80% 36,08% 59,18%

2.- ¿Ajusta el tratamiento antibiótico


según los datos microbiológicos
recibidos y la evolución clínica del
paciente, usando otro antimicrobiano
de espectro más reducido?
(“desescalamiento”)
3,80% 22,78% 53,80% 19,62%

3.- ¿Elige el antibiótico según el


protocolo de su centro?
0,32% 1,90% 55,70% 42,08%

4.- ¿Utiliza la vía de administración


recomendada para el antibiótico que
se está utilizando?

0% 1,90% 30,06% 68,04%

5.- ¿Utiliza la dosis ajustada del


tratamiento antibiótico según tipo de
infección, gravedad clínica y
pronóstico de enfermedad de base?

0,31% 6,96% 27,53% 65,20%

6.- ¿La duración del tratamiento


antibiótico se ajusta a la
recomendada?

0% 4,75% 50% 45,25%

7.- ¿Ha utilizado alguna vez


antibióticos sabiendo que están
indicadas otras medidas terapéuticas?

14,24% 69,94% 15,82% 0%

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115

8.- ¿Piensa en la aparición de


resistencias bacterianas antes de
prescribir un antibiótico?

1,90% 21,20% 45,88% 31,02%

9.- ¿Tiene en cuenta el coste del


producto antes de prescribir un
antibiótico? 9,18% 42,08% 38,92% 9,82%

10.- ¿Prefiere el uso de


combinaciones de antibióticos a la
monoterapia?

5,06% 60,47% 33,22% 1,25%

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116

Tabla 2. Resultados según pertenezcan a staff o residentes

STAFF Residentes p S. S. p
Médicos quirúrgicos
PREGUNTA (n=195) (n=121) (n=171) (n=145)
1ªpregunta
Nunca/Raras veces/A 72 57 ns 70 59 ns
menudo
Siempre 123 64 101 86
2ª pregunta
Nunca/Raras veces/A 150 104 ns 139 115 ns
menudo
Siempre 45 17 32 30
3ª pregunta
Nunca/Raras veces/A 114 69 ns 111 72 p< 0,05
menudo
Siempre 81 52 60 73
4ªpregunta
Nunca/Raras veces/A 48 53 <0,05 62 39 ns
menudo
Siempre 147 68 109 106
5ªpregunta
Nunca/A veces/A menudo 69 41 ns 45 65 <0,05
Siempre 126 80 126 80
6ª pregunta
Nunca/Raras veces/A 99 74 ns 92 81 ns
menudo
Siempre 96 47 79 64
7ªpregunta
Nunca/Raras veces/A 166 100 ns 134 132 p<0,05
menudo
Siempre 29 21 37+ 13
8ªpregunta
Nunca/Raras veces/A 141 77 ns 118 101 ns
menudo
Siempre 54 44 54 44
9ª pregunta
Nunca/Raras veces/A 174 111 ns 155 131 ns
menudo
Siempre 21 10 18 15
10ª pregunta
Nunca/A veces/A menudo 192 120 ns 170 142 ns
Siempre 3 1 1 3

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117

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118

5. Discusión

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119

5.1. Uso de antibióticos en un hospital clínico universitario:


Estudio descriptivo e influencia del tratamiento antibiótico
protocolizado en la evolución de los pacientes hospitalizados con
infecciones.

5.1.1. Introducción
La antibioticoterapia es el apartado de la terapéutica médica que
mayores problemas plantea. Sus principales causas son, el frecuente
diagnóstico incorrecto de enfermedad infecciosa bacteriana, el
limitado conocimiento de la epidemiología de las infecciones y de los
patrones de sensibilidad de los microorganismos aislados con más
frecuencia, así como la escasez de conocimientos sobre las
propiedades farmacológicas de los antibióticos 61. Todo ello se asocia
con un aumento del consumo de antibióticos, que se traduce, en un
62
mayor número de tratamientos inadecuados con incremento de las
63,64
resistencias bacterianas . Asimismo, se ha encontrado una mayor
65,66
aparición de efectos indeseables de los antibióticos y emergencia
67, 68,69
de superinfecciones por microorganismos multirresistentes . De
igual forma en los últimos años y con variaciones, según el tipo de
hospital, se ha observado aumento de colitis por Clostridium difficicle
70,71 72
y candidemias por Candida no albicans . Todo ello se ha
asociado con el consiguiente aumento de la morbilidad y mortalidad,
alargamiento de las estancias hospitalarias, empeoramiento de la
73, 74, 75
calidad de vida y aumento de los costos sanitarios .

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120

Esta problemática afecta al mundo entero y lógicamente hay que


estructurar estrategias para su resolución 76.

Entre 25%-60% de los pacientes hospitalizados reciben


77
antibióticos sistémicos y de ellos, en diversos estudios se observa
que su uso es inadecuado sobre el 50’% 62. Durante muchos años se
han puesto en marcha medidas o procedimientos para mejorar su
adecuación; métodos restrictivos (formularios) y no restrictivos
(rotaciones, diversificación, pero su respuesta y aceptación por parte
de los médicos ha sido controvertida y además su influencia positiva
ha cesado, después de retirar las medidas o la vigilancia activa, por
parte del consultor de infecciones, que es el principal mecanismo
78
corrector en diversos estudios no restrictivos . Sin embargo, todos
estos procedimientos pueden contravenir el sentido de la libertad de
prescripción inicial por parte del médico en el tratamiento de sus
pacientes.

En nuestro hospital hace unos años se establecieron unos


protocolos diagnósticos y terapéuticos de la patología infecciosa que
se desarrollaron en el Servicio de MI-Infecciosas, encontrando que su
adecuado cumplimiento lo encontramos asociado significativamente
con una mayor adecuación y eficacia que la observada por el servicio
de M.Interna General, sin protocolos, sobre el mismo tipo de pacientes
e infecciones 79.

Por todo ello, realizamos a través de la Comisión de Infecciones


y Política de Antibióticos, una actualización de los protocolos

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121

antibióticos consensuados para todo el hospital, en reuniones


periódicas con todos los servicios clínicos, para estudiar el patrón de
uso de antibióticos en el HCUVA y evaluar la posible influencia del
tratamiento antibiótico protocolizado, en la calidad de las
prescripciones, mayor adecuación, sin vigilancia activa del consultor
de infecciones, así como analizar su potencial eficacia en la evolución
de los pacientes hospitalizados con infecciones.

5.1.2. Resumen resultados

Estudio Descriptivo

De 1265 pacientes que ingresaron en la Residencia general de


HCUVA en Abril del 2012, 602(49,5%), recibieron tratamiento
antibiótico sistémico. De ellos 424(70,4%) fue en régimen terapéutico
y 178(29,6%) profiláctico. Se recogieron muestras para cultivos en
284/602(47,2%), 272(64,2%) en régimen terapéutico y 12(6,7%) en
régimen profiláctico. De 284 cultivos realizados, 109 (38,3%) fueron
positivos y 175/284(61,7%) negativos. E. coli, S. aureus, P.
aeruginosa, K.pneumoniae y E.cloacae fueron los microorganismos
aislados por orden de frecuencia. Los antibióticos más usados fueron:
ceftriaxona y levofloxacino como tratamiento y
amoxicilina+clavulanico y cefuroxima como profilaxis.

El tratamiento antibiótico era empírico en 342/602(56,8%),


dirigido en 82(13,6%) y profilaxis quirúrgica en 178(26,6%). La

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122

elección del tratamiento empírico y dirigido se ajustaba a protocolo en


292/424(68,9%) y 132(31,1%) era inadecuada. En profilaxis fue
adecuado en 168/178(94,4%) y no adecuado en 10(5,6%).
Monoterapia se utilizó en 477(79,2%) y combinaciones de antibióticos
en 125(20,8%).

El uso clínico del antibiótico se encontró adecuado en


343/602(57%), siendo 227/424 (53,3%) en tratamiento y 116/178
(65,1%) en profilaxis.

De los 424 que reciben tratamiento antibiótico terapéutico, 402


tenían criterios de infección y de ellos 292/402(72,13% evolucionaron
bien hacia la curación, tras tratamiento empírico ajustado a protocolo
No curación la encontramos en 110(27,36%); persistencia
microbiológica en 49(12,8%); recidivas en 31(7,71%) y éxitus
30(7,46%).

Influencia del Tratamiento Antibiótico Protocolizado

En el análisis bivariante hemos encontrado como factores


pronóstico asociados a peor evolución: Enfermedad de base
rápidamente fatal, foco urinario, manipulación previa, infección
previa, uso previo de corticoides, adquisición nosocomial, urocultivo
positivo para E. coli multiresistente (BLEE o R a ciprofloxacino),
tratamiento empírico no adecuado ni ajustado a protocolo, uso

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123

inadecuado del antibiótico, duración no apropiada del tratamiento


antibiótico y estancia hospitalaria > 21 días. (p<0,0005).

En el análisis multivariante encontramos como factores


independientes asociados significativamente a peor evolución:
Gravedad Clínica Inicial Crítica OR 3,35 (IC95 1.602-7.009);
Tratamiento empírico y dirigido no adecuado a protocolo OR 5,68
(IC95 2.8981-11.217); Infección por E.coli multiresistente con BLEE
y/o R a ciprofloxacino OR 4,43 (IC95 1.492-13.184); Duración no
adecuada del tratamiento antibiótico OR 25,38 (IC95 13.009- 49.192).

Como factores protectores de peor evolución tenemos:


Tratamiento antibiótico empírico ajustado a protocolo y duración
adecuada del tratamiento antibiótico.

5.1.3. Discusión

Nuestros resultados ponen de manifiesto que en el uso global de


antibióticos ( 49,5%) en loa pacientes hospitalizados en el HCUVA,
encontramos que, el tratamiento empírico y dirigido no adecuado o
ajustado a protocolo OR 5,68 IC95(2,881-11,217), duración no
apropiada del tratamiento antibiótico OR 25,38 IC95(13,099-49,192),
gravedad clínica inicial crítica OR 3,35 IC95( 1,602-57,009) e
infección por E. coli con BLEE y/o resistente a ciprofloxacino OR
4,43 IC95(1,4902-13,184), se asociaron de forma significativa como
factores independientes con la peor evolución, explicando el 88,2%

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124

de los casos de curación y 73,1% de los no curados. Como factores


independientes protectores de peor evolución (persistencias
microbiológicas, recidivas y mortalidad), encontramos, el tratamiento
empírico adecuado ajustado a protocolo y duración adecuada del
tratamiento antibiótico.

El uso global de antibióticos en pacientes hospitalizados, 49,5%


(602/1245), es superior a lo detectado en los hospitales primarios de
80
Europa en 2012 (36,2%) y ligeramente superior a lo encontrado en
81
el EPINE de 2011(42,5%) y en los hospitales terciarios del EPINE
82
2012 (45,6%) . Estas diferencias pueden estar relacionadas, en
primer lugar a la participación en el EPINE de 2011 de un mayor
número de hospitales menores de 500 camas con una menor
incidencia de infecciones graves y en segundo lugar a una mayor
complejidad de los pacientes ingresados en nuestro hospital. De
hecho, en nuestro centro (HCUVA), existe un desarrollo avanzado del
programa de trasplantes (órgano sólido y hematopoyéticos), junto con
un mayor número de pacientes con tratamiento inmunosupresor,
unidades de Neurología y Reumatología con pacientes en tratamientos
biológicos y unidades quirúrgicas de cirugía neoplásica de alto riesgo.
En este sentido, el porcentaje de pacientes con tratamiento antibiótico
(no profilaxis) es equivalente al de otros centros.

En la actualidad el uso de antibióticos en el hospital puede


medirse por diversos parámetros que precisan de unos estudios más
profundos para conseguir su mayor fiabilidad y calidad.

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125

Uno de los parámetros más usados en su medida es


Dosis/definida/día (D/D/D), dividiéndolo por el número de días de
83
tratamiento y expresándolo por cada 1000 pacientes/día . Así en un
estudio multicéntrico en 530 hospitales en Francia, encontraron unos
niveles de uso que oscilaban entre 60 D/D/D por cada 1000
pacientes/día en los hospitales primarios o psiquiátricos y 633 D/D/D
84
por cada 1000 pacientes día en los hospitales universitarios . De
igual forma, Polk et.al. 85, en EE.UU en un análisis sobre 50 hospitales
universitarios el uso de antibacterianos oscilo entre 600 días de
tratamiento (DOT) por cada 1000 pacientes/día y 110 DOT/1000 PD.
Sin embargo, estas valoraciones tienen varias limitaciones, como el
cambio de formulario, según el tipo de hospital y que estas medidas
no se ajustaron a la gravedad del paciente (Case/Mix) según los
diferentes grupos.

86
Por este motivo, se introdujo en 2006 por Kuster et.al. en
Suiza, el estudio del uso de antibióticos en 12 hospitales de agudos,
correlacionándolos con case/Mix index (CMI) a partir de los grupos
de diagnóstico relacionado (GRD), de esta forma pudo observarse
que la utilización de antibióticos en Suiza era muy distinta a la de
EEUU, Inglaterra o España. Esta variabilidad la encontró Amadeo B.
87
et al en los hospitales de Francia, siendo explicada por Rogues
et.al.88 en un 84% de los casos, en un estudio en los Hospitales de
Burdeos, tomando como medida las D/D/D/1000 paciente/día
evaluando los servicios médicos, quirúrgicos y de UCI como
variables predictoras. Todo ello traduce la necesidad de medir de
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126

forma multivectorial, el uso de antibióticos en los hospitales, teniendo


en cuenta todos los apartados expuestos, pero especialmente la
gravedad clínica, pronóstico de la enfermedad de base, junto con otros
parámetros como Dosis total del antibiótico recibida (DOT) por alta
hospitalaria, proporción de pacientes que reciben monoterapia frente a
los que reciben combinaciones de antibióticos. Estos marcadores de
uso de antibióticos son de gran importancia para poder mejorar la
adecuación de su uso a través de los PROA. Lord Kelvin dice: Si Ud.
No puede medir, Ud. No puede mejorar 83.

Las peticiones de estudios microbiológicos figuran como


procedimientos básicos en la valoración diagnóstica de la patología
infecciosa y su evaluación terapéutica más precisa. Sin embargo, al
igual que en un estudio europeo multicéntrico (ESAC), cuyo índice de
89
solicitud de cultivos era inferior al 50% , en nuestro análisis, se
recogieron cultivos globalmente en 284/602 (47,2%) pacientes,
aunque el porcentaje ascendía al 64% si se consideraba el subgrupo de
pacientes que recibían antibióticos no con fines profilácticos si no
terapéuticos, lo cual es una valoración más correcta, ya que la
indicación de recogida de muestras para cultivo es excepcional en los
casos de profilaxis bacteriana. Aún así, este bajo porcentaje de
peticiones de cultivos se asocia con una limitada educación en el
apartado de la patología infecciosa y terapéutica antimicrobiana, como
se comenta y valora en diversos estudios de la literatura tanto clásicos
90, 91,92
como más recientes . Esta baja prevalencia en la petición de
muestras para cultivo determina que un elevado porcentaje de los
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127

tratamientos prescritos en nuestro estudio sean empíricos (57%). Si


además añadimos que muchos de los pacientes de nuestros hospitales
son mayores o con un cierto grado de inmunodepresión y que en
muchas ocasiones esto hace que presenten poca o nula hipertermia,
por lo que no se toman muestras para cultivo y se inician tratamientos
empíricos que difícilmente pasan a ser dirigidos en función de los
datos microbiológicos, es fácil comprender la importancia de unos
protocolos adecuados a cada centro y que permita a los clínicos una
correcta elección de tratamiento antibiótico inicial.

Por otra parte en cuanto al tipo de antibiótico utilizado con más


frecuencia nuestros resultados son similares a lo encontrado en el
EPINE 2012 en el que se detectaró un mayor uso de
amoxicilina+clavulánico, levofloxacino, ceftriaxona, ciprofloxacino y
cefazolina, mientras que en nuestro hospital amoxicilina + clavulánico
y cefuroxima fueron los más usados en profilaxis antibiótica ( de
acuerdo con los protocolos en vigor en nuestro centro) y ceftriaxona y
levofloxacino en tratamiento terapéutico, lo cual , en un mes como
abril, ya de menor prevalencia de infección respiratoria resulta quizá
cuestionable.

Por otra parte el tratamiento más realizado fue el empírico en


342/602 (56,8%) ligeramente superior a lo descrito en el EPINE de los
años 90 que era del 50% 93.Estas diferencias pueden estar asociadas a
tres factores:

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128

a.- Mayor uso de antibióticos en el hospital por la mayor


frecuencia de pacientes con edad > 70 años, con presencia de diversas
infecciones graves no bien valoradas conduciendo a un mayor
porcentaje de uso inadecuado de antibióticos, que puede llegar al 60%
en sepsis, motivando prolongaciones de estancia y mayor mortalidad
94
.

b.- Mayor gravedad de los pacientes ingresados en hospitales


terciarios con una tasa elevada de microorganismos multiresistentes
(S.aureus RM y/o CMI >1 a vancomicina, A. baumannii y P.
aeruginosa resistente a carbapenem, K.pneumoniae con BLEE, así
como un aumento de las resistencias bacterianas de los patógenos más
habituales en la comunidad y hospital, E. coli con BLEE, que puede
encontrarse en algunos centros hasta 24% 95.

c.- Existencia en nuestro centro de protocolos de tratamiento


96
antibiótico consensuados , de acuerdo con el tipo y gravedad de la
infección, pronóstico de la enfermedad de base, epidemiologia de la
infección y antecedentes de uso previo de antibióticos en las seis
semanas anteriores. De esta forma es posible favorecer la mayor
adecuación en el tratamiento empírico y su precocidad, asociado
probablemente a la existencia de un programa de optimización del uso
de antibióticos (PROA) 97 sin procedimientos activos de vigilancia.

En relación con la adecuación de antibióticos a protocolo y su


influencia en la evolución de los pacientes con infecciones graves, en
diversos estudios se ha demostrado que el tratamiento inadecuado en

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129

98, 99,100
sepsis, se asocia con una peor evolución y mayor mortalidad .
Sin embargo, este ha sido un aspecto fruto de controversia y en
muchos estudios no se identifica como tal, dándole más peso a la hora
de determinar el pronóstico a la mayor o menor gravedad clínica
inicial o el peor pronóstico de su enfermedad de base. En nuestra
cohorte ambos factores tenían influencia aunque el peso del primero
parece ser mayo. En nuestra opinión, el hecho de que un tratamiento
no ajustado a los protocolos se asociase a una mala evolución incide
en la necesidad de que los centros cuenten con protocolos ajustados a
su idiosincrasia.

En nuestro análisis, el tratamiento empírico o dirigido elegido se


ajustó a protocolo consensuado en 292/424(68,9%) y no se ajustó de
forma adecuada en 132(31,1%). En profilaxis quirúrgica la elección
del antibiótico se ajustó a protocolo en 168/178(94,4%). Estos
resultados traducen el buen índice de cumplimiento de los protocolos,
por parte de los facultativos en posible relación con su mayor
participación activa en la elaboración de los mismos, así como por la
buena inter-relación con el Servicio de MI-Infecciosas de nuestro
hospital, sin requerir su participación activa en la instauración del
tratamiento empírico inicial. Asimismo ha podido influir la labor
educativa, la realización periódica de cursos de avances en patología
infecciosa y antibioticoterapia dentro de un programa de formación
101
médica continuada en nuestro hospital .En estudios anteriores,
encontramos que la participación activa del consultor de infecciones
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130

lograba una mayor adecuación del tratamiento antibiótico, que la


102
información microbiológica de forma aislada . Por otra parte la
interpretación de la información microbiológica debe ser realizada por
el especialista clínico en infecciosas, al encontrar en un reciente
estudio una mayor implementación tras su participación a diferencia si
la realizaba un internista no especialista en infecciosas 103.

Es de destacar en nuestra serie el alto grado de adecuación de los


tratamientos profilácticos, de acuerdo con un proyecto previo de
nuestro grupo de trabajo en el que se mejoró el circuito de
prescripción y dispensación de estos fármacos, siendo en nuestro
centro, al igual que en otros, el problema de estas pautas la duración
(profilaxis prolongadas en el tiempo en lugar de solo en el momento
de la cirugía)
El grado de adecuaciones en el tratamiento empírico es también
aceptable aunque no excelente en nuestro centro (70%), e
interesantemente algo menor en los tratamientos dirigidos (67%).
Estos resultados probablemente traducen un relativamente buen índice
de cumplimiento de los protocolos. Hoy en día se intenta conseguir
una optimización de las prescripciones antibióticas y en este sentido
son varios los grupos y proyectos centrados en su consecución. Es lo
que ha dado en llamarse en nuestro país Programas de Optimización
del Uso de Antimicrobianos (PROA).

Estos PROAS , han sido diseñados a partir de las directrices de


la IDSA 12 y de la SEIMC 104 y su objetivo fundamental es mejorar el

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131

uso de antibióticos en los hospitales de España dada su inadecuación


105
del 50% encontrada en el Eurobarometro y la alta tasa de
resistencias bacterianas de los principales microorganismos
patógenos, que es similar a las naciones del sureste de Europa, que
tienen un consumo de antibióticos semejante, pero algo inferior, a lo
106
encontrado en los hospitales de España . Otros objetivos es
disminuir los efectos indeseables de los antibióticos, especialmente la
disminución de colitis por Clostridium difficile que motiva numerosos
ingresos 66, 70,71.

Desgraciadamente en España solo el 40% de los hospitales


encuestados tienen actividades para optimizar el uso de antibióticos,
encontrando grandes diferencias entre las diferentes áreas geográficas
107
y tipos de hospital . Uno de los principales problemas de estos
PROA, es unificar los criterios de evaluación, para definir y clasificar
el uso adecuado de antibióticos 77.

Así, la clasificación de Kunin et al.108 adaptada por


Apisarnthanarak et.al.35 señalan varias categorías del uso de
antibióticos:

1.- Prescripción adecuada por clínica. 2.- Prescripción


probablemente adecuada por alta gravedad del proceso infeccioso del
paciente. 3.- Prescripción adecuada pero optimizable por ser más
ventajoso el uso de antibióticos de espectro más reducido. 4.- Uso
apropiado pero con modificación de dosis y duración del tratamiento
antibiótico. 5.- Uso no apropiado y administración injustificada. En la

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132

actualidad, los criterios para evaluar el uso adecuado de antibióticos,


incluyen: indicación de tratamiento, elección del tratamiento
antibiótico de acuerdo con protocolos locales, tiempo de inicio del
tratamiento, dosis, vía de administración, intervalos de aplicación,
tiempo de aplicación del tratamiento secuencial iv/oral y duración del
tratamiento antibiótico según las principales guías y ajustándose a los
12, 77,104
protocolos locales . Estos criterios han sido los seguidos en
nuestro estudio, señalando que el tratamiento empírico se inicia dentro
de las primeras 4 horas del ingreso del paciente en el hospital y que
tras evolución favorable, entre 3-5 días se realiza tratamiento
secuencial, pasando de la vía venosa a la oral, en los casos de
prescripción de antibióticos con elevada biodisponibilidad
(fluorquinolonas, linezolid, Amoxicilina+clavulanico).

Cuando analizamos el porcentaje de uso del antibiótico correcto


de acuerdo a los parámetros farmacológicos (vía, dosis, intervalo y
duración), encontramos que solo fue apropiado en 343/602 (57%),
correspondiendo a 227/424 (53,5%) y 116/178 (65,1%). Es decir más
del 35% del uso de los antibióticos fue inadecuado en algunos de sus
parámetros farmacológicos y de duración de tratamiento, poniendo de
manifiesto la auténtica necesidad de estructurar programas de
implementación del uso de antibióticos, con la participación activa del
Servicio de MI-Infecciosas y Microbiología con el apoyo logístico de
Farmacia Hospitalaria, mediante la puesta en marcha de
procedimientos conjuntos entre servicios, con seguimiento y controles
periódicos, para una mejor y mayor adecuación del uso
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133

farmacoterapéutico de los antibióticos. Todo ello tiene que


acompañarse de programas educacionales y de enseñanza a lo largo de
los estudios de Medicina en nuestras Facultades de España y de todo
el mundo, ya que estos resultados cambian poco de unas a otras
latitudes, aunque la estructuración de las bases está más conseguida en
EE.UU. que en Europa 109, 110.

111
En este sentido, Cobo Reinoso et.al y López- Medrano et.
al.112 en los primeros estudios realizados en España, han evaluado
programas de optimización del uso de antibióticos en hospitales,
mediante procedimientos intervencionistas. En ellos, ha estudiado
costo del tratamiento antibiótico, mortalidad, readmisiones tras
infecciones e incidencia de SARM y C. difficile durante dicho periodo
de estudio comparándolo con el mismo periodo en el año anterior.
Estos autores concluyen que las sugerencias escritas del especialista
clínica en infecciosas, fue bien aceptada, asociándose con un menor
uso de antibióticos, disminución del costo cambiando el tratamiento
de amplio espectro por otro de espectro más limitado y sencillo sin
impacto negativo en la evolución de los pacientes. En el estudio de
Lopez-Medrano, de las 524 recomendaciones del especialista fueron
aceptadas el 80%, disminuyendo el consumo de antibióticos, pero no
influyó de forma significativa en la mayor estancia hospitalaria y
mortalidad, si bien se observó una reducción de la incidencia de
algunas infecciones nosocomiales.

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134

Arco et.al.113 realiza 236 intervenciones dentro de un programa


multidisciplinario, evaluando la adecuación del tratamiento empírico,
posibilidad de tratamiento secuencial, dosis, duración del tratamiento,
evolución de la sensibilidad antimicrobiana de los principales
microorganismos, así como una análisis costo/eficacia. Sus resultados
muestran que este PROA, puede prevenir el incremento de resistencias
bacterianas y reducir los costos del tratamiento antimicrobiano.

Cisneros et.al.114, encuentra que la implementación basada en un


programa educacional de asesoramiento por especialistas del uso de
antibióticos, mejora su prescripción, reduciendo su consumo, siendo
aceptado por el 97%. Todos estos estudios utilizan procedimientos de
participación activa del especialista clínico en Infecciosas y aunque
muestran una mejora de la calidad de las prescripciones, no influyen
significativamente en su mayor eficacia ni en disminuir su morbilidad
y mortalidad.

En nuestro análisis sobre la influencia de la protocolización del


tratamiento antibiótico, encontramos que el tratamiento empírico y
dirigido ajustado a protocolo adecuado, se asocia de forma
estadísticamente significativa, como factor independiente, con un
mayor porcentaje de curaciones OR 5,68 IC95(2,881-11,217) a
diferencia del no ajustado a protocolo adecuado. Así de 424
tratamientos terapéuticos, 402 tenían infección cumpliendo los
criterios de diagnóstico aceptados. De ellos 292/402(72,3%)
evolucionaron hacia la curación, mientras que 110(27,7%) no

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135

evolucionaron hacia la curación: 49(12,8%) tenían persistencia


microbiológica precisando cambio del tratamiento antibiótico.
31(7,7%) presentaron recidivas de la infección y 30(7,4%) fueron
éxitus.

Estos resultados sin la participación activa del consultor de


infecciones, traducen la gran importancia del consenso en la
protocolización del uso de antibióticos en el hospital. Este consenso
debe obtenerse a través de la Comisión de Infecciones y Política de
Antibióticos, bajo la dirección del Servicio Clínico de Infecciosas en
estrecha colaboración con Microbiología y Farmacia hospitalaria y
especialmente con la participación activa de representantes de todos
los servicios clínicos mediante reuniones periódicas. En nuestro
hospital se vienen realizando desde el año 1995, con una participación
cada vez más creciente de los representantes de cada servicio clínico,
traduciéndose estos protocolos actualizados durante reuniones entre
2010 y 2012 en un librito de Protocolos Consensuados de Tratamiento
Antibiótico, que tras estos resultados se ha impreso en 2013.

Nuestros resultados, sin procedimientos activos de consultoría o


sugerencias clínicas, son semejantes a los obtenidos por Fariñas
et.al.115, en un estudio prospectico y randomizado sobre pacientes
hospitalizados que recibían tratamiento antibiótico intravenoso. De un
total de 1173 pacientes incluidos, 571 recibieron recomendaciones
escritas en la historia clínica por los especialistas clínicos en
infecciosa. En este grupo, observaron una evolución más favorable y

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136

un acortamiento de las estancias de forma estadísticamente


significativa en comparación con el grupo sin intervención del
especialista. El grado de adherencia total y parcial asciende a 59,5% y
no adherencia 40,5%. En nuestra experiencia histórica102 en 1995 con
la participación activa del consultor de infecciones, encontramos unos
resultados superponibles a los del estudio señalado. Por ello
comenzamos a realizar protocolos de tratamiento antibiótico
consensuado, encontrando en nuestro primer estudio en 1996, una
disminución del consumo de antibióticos de amplio espectro, mayor
adecuación, mayor eficacia y menores costos, así como una tendencia
a disminuir el desarrollo de resistencias bacterianas 116,117. Finalmente,
recientemente hemos estudiado la influencia de los protocolos
consensuados en el diagnóstico y tratamiento de la patología
infecciosa. Se han evaluado las posibles diferencias entre el
cumplimiento de esta metodología protocolizada realizada en un
Servicio Clínico de Infecciosas en comparación con la metodología no
protocolizada realizada en un Servicio de Medicina Interna, frente a
los principales GRD en patología Infecciosa: sepsis, neumonías,
celulitis y pielonefritis. Encontramos de forma significativa que el
adecuado cumplimiento del protocolo diagnóstico y terapéutico en
estos procesos se asoció con una disminución de la mortalidad en
sepsis y neumonías y un acortamiento global de todas las estancias
79
hospitalarias . Estos resultados son semejantes a los obtenidos en
EE.UU, donde encontraron que la intervención de los especialistas
clínicos en infecciosas, se asociaba significativamente con una mejor

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137

evolución de los pacientes con infecciones y disminución de los costos


118
. Estas consultas con el especialista, aunque no son necesarias en el
manejo de rutina de diversas infecciones de la comunidad, hoy día,
constituyen un eslabón de gran importancia en el hospital,
119
especialmente en el manejo de infecciones graves .Todo ello
justifica de forma definitiva la necesidad de disponer de un Servicio
Clínico especializado en Infecciosas, ante las enormes necesidades
que se presentan, cada vez con más frecuencia, en los grandes
hospitales y las demandas sociales de los pacientes con infecciones
graves, que solicitan ser valorados por auténticos especialistas clínicos
en infecciosas en todos los hospitales, realzando de forma significativa
el papel del consultor de infecciones en todos ellos.

Por último, es muy importante señalar, que junto con el


tratamiento empírico y dirigido no ajustado a protocolo OR 5,68
IC)%( 2,881.11,217) y la duración no adecuada del tratamiento
antibiótico OR 25,38 IC95( 13,099-49,192), hemos encontrado otros
factores que influyen de forma independiente en su peor evolución.
Estos factores (gravedad clínica y presencia de resistencias bacterianas
en patógenos comunes), ponen de manifiesto la trascendencia de un
mejor conocimiento de estos factores, que permita mejorar el uso de
76
antibióticos y disminuir las resistencias bacterianas . El
conocimiento de los facultativos es muy limitado, precisando de
seminarios en cada uno de los servicios más afectados, estableciendo
ajustes en la política de antibióticos 90, 91,92.

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138

Así, nuestros resultados muestran que la gravedad clínica inicial


crítica OR 3,35 IC95 1,602-7,009) y la presencia de infección por E.
coli con BLEE o R a ciprofloxacino se asocian significativamente con
una peor evolución OR 4,43 IC95 (1,492-13,184). Esto se produce,
dado que las resistencias condicionan el inadecuado uso empírico de
antibióticos, al no conocer bien sus factores predictivos, que se han
incorporado en nuestros protocolos a través del epígrafe “Si uso
120
previo de antibióticos” . Esto incide en que en muchos de estos
enfermos el tratamiento empírico inicial pueda ser inadecuado y que
sea necesario adecuar los protocolos a este creciente perfil de
resistencias en los hospitales.

Como en el primer estudio español del uso de antibióticos en el


Hospital de la Santa Cruz y San Pablo de Barcelona 60, la duración del
tratamiento vuelve a ser un factor fundamental en la mejor evolución
de los pacientes, teniendo que realizar estrategias terapéuticas
adecuadas en cada paciente, de acuerdo con su enfermedad de base,
tipo de infección y gravedad clínica inicial, antecedentes de
infecciones y uso previo de antibióticos. De esta forma ajustando la
duración más adecuada a cada paciente, podemos disminuir las
recidivas y mortalidad. Por todo ello, el mejor conocimiento de las
bases para optimizar el uso de antibióticos en la clínica hospitalaria
(valorar la gravedad clínica inicial y el uso previo de antibióticos
como factores predictivos de infecciones resistentes), posibilitan una
mejor elección en el tratamiento empírico inicial y un mejor y mayor
cumplimiento de los protocolos consensuados. Nuestra experiencia se
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139

apoya en todos estos apartados, es decir según escalones terapéuticos,


siguiendo las directrices del uso racional y responsable de antibióticos,
ajustado al denominado “common sense”, como guía fundamental del
tratamiento antibiótico 121,122,123,124 .

En resumen, podemos concluir indicando que la protocolización


consensuada del tratamiento antibiótico en el hospital terciario,
realizados con la participación activa de todos los servicios clínicos
del hospital, a través de la comisión de infecciones y política de
antibióticos y bajo la dirección del servicio clínico de infecciosas en
estrecha colaboración con microbiología y farmacia, la encontramos
asociada con una mayor calidad de las prescripciones del tratamiento
antibiótico (optimización), junto con una mayor eficacia y mejor
evolución de los pacientes con infecciones graves, disminuyendo las
persistencias microbiológicas, recidivas y mortalidad. Finalmente,
para mantener la eficacia de la protocolización consensuada durante
largo tiempo, se precisa de una colaboración activa del consultor de
infecciones en todos los servicios hospitalarios, controles periódicos
de Farmacia señalando por servicios del mayor uso de antibióticos de
amplio espectro, notificación cada 6 meses, por parte de
Microbiología, de los patrones de sensibilidad o resistencias de los
patógenos aislados, así como un mejor control de la infección
nosocomial, complementándose, con la realización anual de un
programa de formación médica continuada en Patología Infecciosa y
Antibioticoterapia, como venimos haciendo desde hace años en
nuestro centro con la participación de los principales especialistas y
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140

expertos nacionales de cada tema(). Es decir se requiere el


funcionamiento integrado de un programa multidisciplinario en todos
los hospitales, para concienciar a todos los facultativos, que el
objetivo fundamental es conseguir un mejor uso de los antibióticos
para el mayor beneficio de los pacientes y del sistema sanitario.

5.2. Uso de antibióticos en un hospital universitario: Patrones de


cambio 1978-1982-2012.

5.2.1. Resumen Resultados

El, uso de antibióticos fue significativamente menor entre 1978


(46,4%) y 1982(32,9%) p<0,00001, n o encontrando diferencias entre
1978(46,4%) y 2012(49,5%). La adecuación fue similar en los dos
primeros años de estudio, siendo significativamente mayor en 2012,
68,9% comparándolo con 1978 49,6% y 1982 53,2% p<0,0001. Las
prescripciones de los Servicios Médicos aumentaron
significativamente en 2012, 59,1% en relación con 1978, 37,3% y
1982 46,8% p<0,0001. La monoterapia se utilizó significativamente
más en 2012, 79,2% en relación con 1978, 68% y 1982, 64,8%
p<0,001.Las combinaciones de antibióticos se utilizaron de forma
significativa más en 1978 35,1% que en 1982(31,9% y 2012 (20,7%)
p<0,001

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141

5.2.2. Discusión

La instauración de una política de antibióticos la encontramos


asociada significativamente con una disminución del uso entre
1978(46,4%) y 1982(32,9%) x2=43,1 p<0,0001(a), incrementándose
de nuevo en 2012(49,6%). La protocolización consensuada del
tratamiento antibiótico se asoció a una mayor adecuación en 2012
(68,9%), estadísticamente significativa frente al 49,6% y 53,2% de
1978 y 1982 respectivamente. X2= 51,72 X2= 59,7 p<0,00001, en
probable relación con el mayor y mejor cumplimiento de los
protocolos consensuados de tratamiento antibiótico en nuestro
hospital.

En los primeros estudios nacionales de uso de antibióticos en


hospitales (1978- 1986), entre 32%- 46% de los pacientes
hospitalizados recibían antibióticos sistémicos, con una inadecuación
125,
entre 36% en régimen terapéutico y 75% en profilaxis quirúrgica
126, 127,128
. Esta inadecuación podía estar relacionada, a tres causas
fundamentales:

1.- diagnóstico incorrecto de enfermedad infecciosa bacteriana.

2.- limitado conocimiento de la epidemiología de las infecciones y de


los microorganismos causantes de las mismas con más frecuencia.

3.- escasez de conocimientos farmacológicos de los facultativos


hospitalarios.

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142

Por todo ello era necesario una actualización de las bases o


129
principios del uso racional de antibióticos , para poder obtener un
mejor conocimiento de los factores que influyen en su utilización,
posibilitando de esta forma una optimización de la terapéutica
antimicrobiana. De esta forma se estableció en nuestro hospital una
política de antibióticos, que en 1982 encontramos asociada
significativamente con una disminución del consumo de
antimicrobianos, con una menor inadecuación, en comparación con
130
los obtenidos en 1978 sin política de antibióticos . Estos hallazgos,
pueden estar en probable relación, con la colaboración del consultor
de infecciones, al crear una concienciación de la gran importancia que
tiene el uso racional de antibióticos, traduciéndose en una disminución
del uso de antibióticos en paciente sin clara evidencia de infección
bacteriana.

Ante estos resultados, a partir de 1995 hemos realizado protocolos de


tratamiento antibiótico consensuado, con actualizaciones periódicas, la
última en 2012, complementándolos con cursos educacionales sobre
los avances en patología infecciosa y antibioticoterapia dentro de un
programa de formación clínica dirigida a residente y facultativos del
hospital, cuya formación en estos temas era limitada en un estudio
histórico 131.

En 2012, evaluamos la influencia de los protocolos de tratamiento


antibiótico consensuados, encontrando en el mes de Abril, al igual que
los otros estudios en 1978 y 1982, una verdadera optimización del uso

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143

de antibióticos, con una adecuación significativamente mayor 68,9%


que la encontrada en los análisis anteriores 49,6% en 1978 y 53,2% en
1982 respectivamente. Estos resultados pueden estar asociados a un
mayor y mejor cumplimiento de los protocolos de antibióticos, sin
participación activa del consultor de infecciones en la elección del
tratamiento empírico inicial, al tener los facultativos de todos los
servicios clínicos del hospital, una mayor participación en la
elaboración de los protocolos, mayor concienciación sobre el uso
racional de antibióticos y tener a su disposición para consulta, un
servicio clínico de Infecciosas, en estrecha relación con Microbiología
y Farmacia.

En estudios realizados en otros centros, existía la participación activa


del especialista clínico en infecciosas, bien ajustando el tratamiento
antibiótico de amplio espectro por uno de menor espectro y eficacia
semejante o escribiendo en la historia clínica las recomendaciones de
tratamiento más adecuado o con la instauración de un programa
educacional, lográndose, una disminución de su consumo y una
mejora de su adecuación 132,133.

En la actualidad en nuestra opinión, para lograr una verdadera


optimización de la terapéutica antimicrobiana, hay que tener en cuenta
factores multidireccionales:

1.- Mejorar conocimiento de las bases de uso racional y adecuado de


antibióticos mediante programas educacionales con presencia directa
y personal de los expertos o especialistas nacionales en cada tema y

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144

con participación del especialista y colaboradores de cada área u


hospital.

2.- Actualización periódica de los protocolos consensuados de


tratamiento antibiótico, con la participación de todos los servicios y
bajo la dirección de la comisión de infecciones y política de
antibióticos.

3.- Un mejor control de la infección nosocomial, que es un apartado


de gran impacto en la mejora del uso de antibióticos con disminución
de las resistencias bacterianas, efectos colaterales propios de diversos
grupos de antibióticos y evitar la superinfecciones en especial la
colitis por Clostridium difficile, que es cada vez más frecuente en
nuestros hospitales.

4.- Fomentar la formación de especialistas clínicos de Infecciosas, en


colaboración muy estrecha con Microbiología y Farmacia, mediante la
creación de Servicios o Unidades Clínicas de Infecciosas en los
Hospitales Terciarios y de consultores en otros centros hospitalarios,
así como en Atención Primaria.

Resumen: La instauración de una política de antibióticos seguida de


una estructuración de protocolos consensuados de tratamiento
antibiótico influye significativamente en la optimización del uso de
antibióticos en medio hospitalario.

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145

5.3. Encuestas a médicos prescriptores

Las respuestas obtenidas en esta encuesta sobre los


conocimientos o principios básicos del tratamiento antibiótico ponen
de manifiesto el aparentemente limitado conocimiento de los
facultativos médicos hospitalario (y residentes) sobre estos aspectos
generales.

En la encuesta llama la atención que tan solo el 31% piense


siempre en las resistencias antes de iniciar el tratamiento antibiótico y
que un porcentaje muy reducido (19,6%) admitan llevar siempre a
cabo alguna pauta de “desescalamiento”. Esto da pie a pensar que en
nuestra institución cualquier programa dirigido a optimizar la
104,
prescripción antibiótica debe hacer hincapié en este último aspecto
134
. Sin embargo prácticamente la totalidad de los encuestados,
excepto un 2%, refería guiarse en su prescripción siempre o a menudo
por los protocolos diseñados por los especialistas en patología
infecciosa del centro en consenso con el resto de especialidades
médicas.

Al evaluar los datos de la encuesta, si bien no hemos detectado


diferencias estadísticamente significativas entre residentes y médicos
ya formados, los datos apuntan siempre a una “autopercepción” menos
positiva sobre sus prácticas prescriptoras en el caso de los médicos en
formación. Es posible que esta autovaloración más crítica deba
interpretarse en el contexto del dato descrito por otros autores según el
cual hasta un 70% de los residentes reconocen tener una limitada

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146

formación médica en enfermedades infecciosas.91 Se trata este punto


de un aspecto crítico, y algunos autores han señalado76,104,135 que para
que exista una mejor formación en patología infecciosa y se optimice
el uso de antibióticos tiene que existir una mayor exigencia por parte
de las instituciones sanitarias y direcciones de hospitales,
estableciendo, a través de un programa multidisciplinario, la
estrategias más apropiadas según tipo de hospital, hábitos
terapéuticos, epidemiología del área y problemas estructurales
propios. Trabajos recientes hablan a favor de que la labor formativa en
estos aspectos y en la necesidad de programas de optimización de
prescripción antibiótica debe hacerse extensiva a los estudiantes de
medicina.135

Nuestro grupo de trabajo ha estudiado durante más de 30 años la


influencia de las diversas medidas, métodos y programas dirigidos a
optimizar el uso de antibióticos: política de antibióticos 76,101, medidas
136
restrictivas por parte la Farmacia hospitalaria , influencia del
101, 136,79
Servicio de Microbiología y del Consultor de Infecciosas
protocolización razonada y consensuada, 117 etc. En todos los estudios
los resultados de las intervenciones fueron positivos, especialmente
los referidos a la participación activa del consultor de infecciones,
amparada siempre en el consenso y la labor multidisciplinar, junto a
los especialistas de Farmacia Hospitalaria y Microbiología. La
encuesta presentada avala la necesidad de puesta en marcha de un
proyecto PROA en nuestro centro, estructurado y multidisciplinar, con

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147

una actividad de consultoría y asesoría por parte del equipo de trabajo


necesariamente ha de ser mantenida en el tiempo.104

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148

6. Conclusiones

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149

6. Conclusiones

1. De 1265 pacientes ingresados en el HCUVA, 602 (49%) recibieron


tratamiento antibiótico, 70,4% en régimen terapéutico. Se
recogieron muestras para cultivo en un 41,2% de los casos, siendo
E.coli, S. aerius y P. aeruginosa los microorganismo encontrados
con mayor frecuencia. Los antibióticos más usados fueron
ceftriaxona y levofloxacino en los tratamientos terapéuticos y
amoxicilina/ clavulánico en los profilácticos. La elección del
antibiótico según protocolo fue adecuada en un 68,9% con una
curación del 72,13%.

2. Como factores independientes asociados a peor evolución en el


análisis multivariante encontramos, el tratamiento empírico y
dirigido no adecuado a protocolo ; infección por E.coli
multiresistente con BLEE y/o R a ciprofloxacino ; duración no
adecuada del tratamiento antibiótico y la gravedad clínica inicial
crítica

3. Como patrones de cambio en 2012 encontramos que el uso de


antibióticos se asoció de forma significativa, con mayor
adecuación, incremento de las prescripciones en los Servicios
Médicos y aumento de la monoterapia como principal régimen
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150

terapéutico en comparación a los estudios de 1978 y 1982. No


encontramos diferencias de su consumo entre 1978 y 2012.

4. Las respuestas obtenidas en esta encuesta sobre los conocimientos


o principios básicos del tratamiento antibiótico ponen de
manifiesto el aparentemente limitado conocimiento de los
facultativos médicos hospitalario (y residentes) sobre estos
aspectos generales.

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151

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