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2018
INTRODUCCIÒN
Los Títulos VI y VII regulan las múltiples situaciones y efectos jurídicos que se
producen a partir de la desaparición de una persona y su fin vital.
La preocupación por el Código se centra en tal situación de riesgo, es por eso que,
cuando existe representante nombrado por el ausente, no procede el nombramiento de
curador. Por lo tanto el Código previniendo este riesgo natural, faculta a todos los
interesados, a fin de que puedan solicitar el nombramiento de un curador interino. La
calidad de interino se explica porque ésta cesa cuando el desaparecido aparezca, o se
declare judicialmente su ausencia o muerte presunta. En el segundo supuesto, la
sentencia que lo declare judicialmente ausente ordenará el cese de las facultades
ordenará el cese de las facultades de curador interino y la entrega de la posesión de
curador interino y la entrega de la posesión temporal de los bienes del ausente a
quienes resulten sus herederos forzosos, en caso de que éstos no existan, el curador
interino mantendrá todas sus facultades.
En relación al Título VII: FIN DE LA PERSONA, dada las grandes consecuencias que
tiene la muerte para toda persona, resulta sumamente importante determinar los
criterios técnicos mediante los cuales se puede determinar tanto el momento exacto de
la ocurrencia de la muerte como la calificación de la muerte misma.
Pero la ciencia médica que es la única autorizada en estos temas, ha demostrado que
el transcurso de la vida a la muerte no es un fenómeno instantáneo, sino que es un
proceso gradual que atraviesa varias fases como la muerte relativa (ene. Cual se da el
cese de las funciones cardiovasculares, respiratorias y nervios, inclusive, pero dicho
estado es reversible, ya sea espontáneamente como artificialmente, por medios
técnico-quirúrgicos), la muerte intermedia( en el cual la cesación de las funciones
vitales sucedidas durante la primera fase, ha sido de tal magnitud, que han causado
lesiones graves e irreversibles, las cuales desencadenan lenta y continuamente la
muerte; en este estado se dan los llamados estados vegetales) y la muerte absoluta(es
la muerte biológica total, hay total cesación de cualquier tipo de vida celular).
1.EVOLUCIÒN HISTÒRICA.
A. SISTEMA FRANCÈS.
Por medio del cual se considera al ausente con tal y no se utiliza la peligrosa
presunción de su muerte. Se comprenden tres etapas en esta institución, vale
decir:
1. Ausencia presunta.
2. Ausencia declarada.
3. Posesión definitiva de bienes.
B. SISTEMA ALEMÀN.
1
ESPINOZA ESPINOZA, Juan. “Derecho de las Personas”.Editorial Huallaga, tercera edición.
Lima, agosto del 2000. Pág. 373-395.
El cual se pone de manifiesto a través de la ley de ausencia de 1951. Se
establecen, dentro de este orden de ideas, las siguientes fases:
1. Desaparición.
2. Plazo.
3. Declaración de fallecimiento.
Esta última, establece una presunción iuris tantum, es decir, se admite como un
hecho verdadero la muerte, de la cual no se tiene certeza, admitiéndose prueba
en contrario. La carga de la prueba corresponde a quien afirma la vida del
ausente.
2. CONCEPTO.
Becerra Palomino, citado por Víctor Guevara Pezo 2, dice, con acierto, que la
ausencia es una situación jurídica que corresponde a una persona que:
2
GUEVARA PEZO, Víctor. “Personas Naturales”. Editorial Gaceta Jurídica, primera Edición.
Lima, 2004.Páginas 229-241.
3.DEFINICIÒN Y ALCANCE DEL TÈRMINO Y “DESAPARICIÒN”.
Hemos visto que cada cuerpo legal adopta voces distintas para identificar este
concepto, es por esto que debe tenerse en cuenta que el Código Civil peruano,
en un primer momento, se refiere a la desaparición (situación de hecho) y en
segundo lugar término, a la declaración judicial de ausencia (homologación por
el juez).
Para Breccia, Bigliazzi Gerì, Natoli y Busnelli “´la desaparición´ (…) es una
situación de hecho, que se presenta cuando quiera que concurren los dos
presupuestos siguientes: que una persona no esté presente más “en el lugar de
su último domicilio de la última residencia suya”, y que no tengan de ella más
noticias.
Los efectos que la ley asigna a la simple ocurrencia del hecho del
desaparecimiento de una persona conciernen exclusivamente a las relaciones
patrimoniales referidas a dicha persona.
Alterini advierte que: “Es frecuente que una persona desaparezca de los
lugares que frecuenta, sin dejar noticia suya; por cierto, sin que esa
desaparición pueda determinar que se lo tenga por muerto”.
2. A los padres.
3. A los descendientes, prefiriéndose el más próximo al más remoto
y en igualdad, al más idóneo. La preferencia la decidirá el juez,
oyendo al consejo de familia.
5. A los hermanos.
El artículo 49 dice: “Transcurridos dos años desde que se tuvo la última noticia
del desaparecido, cualquiera que tenga legítimo interés o el Ministerio Público
pueden solicitar la declaración judicial de ausencia.
Es competente el juez del último domicilio 3 que tuvo el desaparecido o el del
lugar donde se encuentre la mayor parte de sus bienes”.
3
Concordancia con el artículo 66 del Código Civil Peruano: “el juez que considere
improcedente la declaración de muerte presunta puede declarar la ausencia”.
4
Concordancia con el artículo 616 del Código Civil Peruano: “la curatela de los bienes del
desaparecido cesa cuando reaparece o cuando se le declara ausente o presuntamente
En el artículo 51 se establece que “la posesión temporal de los bienes del
ausente, a que se refiere el artículo 50, debe ser precedida de la formación del
respectivo inventario.
El poseedor tiene los derechos y obligaciones inherentes a la posesión 5 y goza
de los frutos con la limitación de reservar de éstos una parte igual a la cuota de
libre disposición del ausente”.
El articulo 52, reiterando lo concerniente a la condición de meros poseedores
de los receptores de los bienes, indica que éstos no podrán enajenarlos ni
gravarlos, salvo que demostrando necesidad o utilidad, obtengan aprobación
judicial.
muerto”.
5
Concordancia con el artículo 896 del Código Civil Peruano: “la posesión es el ejercicio de
hecho de uno o más poderes inherentes a la propiedad”.
6
Concordancia con el artículo 2030.2 del Código Civil, por el cual: “se inscriben en el Registro
las resoluciones que declaren la desaparición, ausencia, muerte presunta y el reconocimiento
de existencia de personas”.
7
“Son frutos los provechos renovables que produce un bien, sin que se altere ni
disminuya su sustancia”. (Artículo 890 del Código Civil Peruano).
3. Reservar en cuenta bancaria, o con las seguridades que señala el
juez, la cuota a que se refiere el artículo 51.
4. Distribuir regularmente entre las personas que señala el artículo
50 los saldos disponibles, en proporción a sus eventuales
derechos sucesorios.
5. Ejercer la representación judicial del ausente con las facultades
especiales y generales que la ley confiere.
6. Ejercer cualquier otra atribución no prevista, si fuere conveniente al
patrimonio bajo su administración, previa autorización judicial.
7. Rendir cuneta de su administración en los casos señalados por la
ley.
“En el caso de que existan cónyuge u otros herederos forzosos 8 que eran o se
conviertan después de la desaparición en económicamente dependientes del
ausente, careciendo de rentas que les permitan atender sus necesidades
alimentarias; el artículo 58 dispone que, éstos pueden solicitar al juez la
asignación de una pensión, cuyo monto será señalado según la condición
económica de los solicitantes y la cuantía del patrimonio afectado.
Esta pretensión se tramita conforme al proceso sumarìsimo de alimentos, en
lo que resulte aplicable”.
8
“Son herederos forzosos los hijos y demás descendientes, los padres y los demás
ascendientes, y el cónyuge”. (art. 481 del Código Civil Peruano).
El artículo 60 señala que “según las disposiciones del código, los efectos
previstos en los puntos 1 y 2 del artículo 59 se restituye a su titular su
patrimonio como proceso no contencioso con citación de quienes solicitaron la
declaración de la ausencia.
En los casos 1 y 2 del artículo 59, se procede a la apertura de la sucesión”.
Esta última prescripción no se limita a ser una norma lírica, ni un ritual inútil,
porque en caso de que el representante hubiera conocido la existencia del
ausente o impidiera toda pesquisa sobre su persona y el ausente apareciera, el
representante tiene que devolver los frutos percibidos por concepto de
enumeración, ya que ha configurado su mala fe.
“Transcurridos dos años desde que se tuvo la última noticia del desaparecido,
cualquiera que tenga legítimo interés o el Ministerio Público pueden solicitar la
declaración judicial de ausencia.
Es competente el juez del último domicilio que tuvo el desaparecido o el del
lugar donde se encuentre la mayor parte de sus bienes”. (Artículo 49 del
Código Civil Peruano).
La ley establece los órdenes sucesorios en los artículos 816 y 817 del
Código Civil de la siguiente manera:
9
Concordancia con el artículo 616 del Código Civil Peruano: “la curatela de los bienes
del desaparecido cesa cuando reaparece o cuando se le declara ausente o
presuntamente muerto”.
El poseedor tiene los derechos y obligaciones inherentes a la posesión 10 y goza
de los frutos con la limitación de reservar de éstos una parte igual a la cuota de
libre disposición del ausente”.
10
Concordancia con el artículo 896 del Código Civil Peruano: “la posesión es el
ejercicio de hecho de uno o más poderes inherentes a la propiedad”.
11
Art.725: “El que tiene hijos u otros descendientes, o cónyuge, puede disponer
libremente hasta el tercio de sus bienes”.
12
Art.726 “El que tiene sólo los padres u otros ascendientes, puede disponer libremente
hasta la mitad del tercio de sus bienes”. En este caso, la cuota que se debe reservar de
los frutos.
7. RECONOCIMIENTO DE EXISTENCIA.
Las soluciones que ofrece el Código de 1984 para la situación de ausencia son
mejores que la respuesta que daba el Código de 1936, sin embargo, para
Víctor Guevara Pezo, es pertinente formular algunas observaciones sobre las
mismas, en procura de perfeccionarlas.
La fórmula de solución por el Código peruano, entre los artículos 47 y 48, hace
aparecer a un curador que tendría las características del detentador del Código
italiano (inexistente en nuestro sistema jurídico), situando en el limbo a los
dependientes del desaparecido, convirtiéndolos en desprovistos de todo
derecho por dos año. Recién a los dos años les da a los herederos forzosos del
ausente la posibilidad de ser poseedores de los bienes de este, pero
cometiendo el error de incluir a todos los “herederos forzosos” como
poseedores por igual, siendo así que en esta condición se encuentran, según lo
preceptuado por el art.724 de nuestro Código: “los hijos y demás
descendientes, los padres y los demás ascendientes, y el cónyuge” y siendo
además, que no todos estos concurren a la herencia al mismo tiempo y en igual
condiciones puesto que conforme a los señalado por el art.816 “Son herederos
del primer orden , los hijos y demás descendientes; del segundo orden, los
padres y los demás ascendientes; del tercer orden, el cónyuge; del cuarto,
quinto y sexto órdenes, respectivamente, los parientes colaterales del segundo,
tercero y cuarto grado de consanguinidad.
El cónyuge es heredero en concurrencia con los herederos de los dos primeros
órdenes indicados en este artículo”.
Artículo 822: “El cónyuge que concurre con hijos o con otros
descendientes del causante, hereda una parte igual a la de un
hijo”.
No queda realmente claro quién debería tener la posesión de los dos años o
más, previos a la declaración de ausencia. Tampoco se dice cuáles deben ser
los derechos y deberes de los poseedores en el tiempo siguiente a la
declaración. Muchos son pues los vacíos e incongruencias de las normas sobre
ausencia en nuestro sistema jurídico. Una solución, según Guevara Pezo es
que se tome en cuenta lo siguiente:
FIN DE LA PERSONA
MUERTE
1. MUERTE O FIN DE LA PERSONA.
Según Aníbal Torres Vásquez, la muerte es un hecho natural que a todos nos
ha de llegar y tiene como consecuencia la extinción de la personalidad jurídica;
la desaparición del ser humano como sujeto de derecho. Su cadáver ya no es
persona sino cosa. De ahí, la necesidad de precisar el momento del
fallecimiento y, en tal sentido, el D.S. 014-88-S.A. establece en su art.21 que
“La muerte cerebral de una persona es la cesación definitiva e irreversible de
la función cerebral la misma que tiene traducción clínica y
electroencefalográfica. La muerte cerebral de una persona corresponde a la
muerte legal de una persona, de conformidad con lo dispuesto en el art.61 del
Código Civil”.
2. CLASES DE MUERTE.
Para Carbonnier, “La muerte que, desde el punto de vista biológico se señala
prácticamente por la interrupción de la circulación y los movimientos respira-
torios, desde el punto de vista jurídico supone la extinción de la personalidad”.
En igual sentido se pronuncia Santos Briz.
Como se observa, la muerte es un hecho que produce consecuencias jurídicas,
frente a la cual existen dos posiciones que debemos tomar en cuenta, a saber:
Bajo este punto de vista, puedo decir que no interesa si la persona fallece o no,
sino que se toma al cuerpo humano como un todo orgánico que va culminando
su existencia paulatinamente.
Sobre la base de lo expuesto, también cabe decir que una persona al fallecer
no muere totalmente, sino que algunos órganos, como por ejemplo, las
córneas, riñones y otras partes del cuerpo, inclusive, hasta el corazón,
sobreviven, a pesar de que la persona, como ente de relaciones humanas,
haya cesado. De esta manera se permite la posibilidad de efectuar los
trasplantes de órganos y/o tejidos, de acuerdo a la receptividad que tengan en
el cuerpo de otro ser humano que goce de vida.
MUERTE APARENTE.
MUERTE RELATIVA
MUERTE INTERMEDIA.
El art. 108 de la Ley General de Salud. Ley N" 26842. del 15.07.97, estable ce
que:
La Ley 24703, que modifica a la Ley 23415, describe a la muerte como "la
cesación definitiva e irreversible de la actividad cerebral".
La muerte civil fue una institución que durante muchos siglos existió en las
legislaciones de los más variados pueblos. Por ella se reputaba muerta a una
persona que seguía con vida, fuera como pena adicional por la comisión de
un delito que mereciese grave sanción (generalmente el destierro) o en el
caso de la profesión religiosa'. Incluso siguió subsistiendo en el siglo XIX con
la sanción de los códigos de la época; tanto es así, que Francia la suprimió
por la ley el 31 de mayo de 1854, aunque en este país la personalidad del
sujeto no desapareció en forma absoluta, pues podía recibir o efectuar
contratos a título oneroso.
2.2.1. ANTECEDENTES.
- Como pena
- Por profesar el sujeto en las órdenes monásticas.
2.2.3. EFECTOS.
Para que se produzca los efectos jurídicos del fallecimiento es necesario que
se pruebe fehacientemente la muerte. Pero además, ha organizado la
legislación civil la institución de la "presunción de fallecimiento", por la cual, no
siendo posible la prueba de la muerte mediante la presentación del cadáver o a
través de los medios supletorios previstos por la ley, por el transcurso de
determinados períodos de tiempo en los que se halle ausente una persona sin
tenerse noticias de ella, se la declara presuntivamente fallecida, produciéndose
entonces los efectos concomitantes de la muerte natural.
En estos casos se prueba la muerte por los respectivos asientos que se llevan
en los lugares donde la muerte se produce, sin perjuicio de las pruebas
generales. Si se trata de fallecimientos acaecido con anterioridad a la creación
de los registros civiles, sería posible la aplicación de esta disposición; pero al
haber sido organizados en toda la República, no cabe duda de que la única
prueba posible, por regla general, es la de partidas. Por tanto, los asientos de
los hospitales, lazaretos u otros lugares de esta naturaleza donde se produzca
la muerte, solamente valdrán como medio de prueba supletoria.
La prueba supletoria del fallecimiento procede cuando es imposible la
obtención de la partida de defunción, ya por falta de registros, ya, aun
existiendo éstos, cuando se ha omitido la realización del asiento, o se lo ha
hecho de forma tan irregular, que obste a su valor probatorio.
3. MUERTE PRESUNTA.
Están previstos en el artículo 63 del Código Civil que sostiene que "se trata,
pues, de una presunción y no de una ficción. Esa presunción es la
consecuencia de un estado de hecho, fortalecida por resoluciones judiciales
que, sin embargo, y por lo mismo que no declaran una verdad absoluta,
tendrán que ceder ante la realidad demostrada por el reaparecimiento del
desaparecido o ante la prueba en contrario producida por quien tenga interés
en acreditar que el desaparecido vive o murió realmente en una fecha
distinta13".
3.- La monogamia.
14
En concordancia con el artículo 793 del Código Civil peruano. “la sentencia que ampara la
solicitud, establece la fecha probable de la desaparición, ausencia o muerte presunta y en su
caso, designan al curador. La sentencia es inscribible en los registros en donde debe producir
efectos”.
La experiencia humana nos confirma que por encima de toda elucubración
teórica hay un hecho real, el cual es que el matrimonio puede disolverse por
una serie de causales, justamente una de ellas es la muerte presunta de uno
de los cónyuges.
A. EL SISTEMA ALEMÁN.
B. EL SISTEMA ITALIANO.
Resulta ilustrativo observar cómo el art. 197 del C.C. Español regula este
supuesto, al establecer que:
CONCLUSIONES
Tanto la ausencia como el fin de la persona, constituyen figuras de suma
relevancia jurídica ,nuestro Código acoge un sistema mixto entre el
francés y el alemán, frente a la ausencia de la persona.
BIBLIOGRAFÌA
CÓDIGO CIVIL. . Editorial Fénix, Décima sétima edición. Lima, marzo
del 2007. Páginas 33-38.
INDICE
INTRODUCCIÒN……………………………………………………………………….……
MARCO TEORICO
AUSENCIA
1. EVOLUCIÒN HISTÒRICA……………………………………………………...
2. CONCEPTO……………………………………………………………………….
7. RECONOCIMIENTO DE EXISTENCIA………………………………………….
FIN DE LA PERSONA
MUERTE
1. MUERTE O FIN DE LA PERSONA…………………………………………….
2. CLASES DE MUERTE.
3. PREMORIENCIA Y CONMORENCIA……………………………………….
3.1. PREMORIENCIA…………………………………………………….....
3.2. CONMORIENCIA……………………………………………………….
CONCLUSIONES…………………………………………..……………………….…………..
BIBLIOGRAFÌA…………………………………………………….……………………
INDICE…………………………………………………………………………..