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Año 1 al 1499 d. de C.
650 Molino de Viento Pleno desarrollo precolombino de las civilizaciones aborígenes americanas,
800 a 900 Papel Moneda especialmente Mayas, Aztecas, Chibchas e Incas.
800 a 900 Pólvora En el S. X aparece la herradura para caballos y un arnés
868 Impresión de libros
950 Arado de ruedas
999 Cristales coloreados en ventanas de
Inglaterra
800 a Partituras
1.100
1.000 Lentes Hacia 1140- "Mio Cid" - Dos juglares de Medinacelli componen el primer texto en
1.000 Cámara oscura lengua romance castellano.
1.100 Brújula magnética 1271. Parte de Venecia Marco Polo rumbo a China.
1.105 Primer molino de viento en Francia En el S. XIV se perfecciona la fabricación del vidrio y se inventa el telar a pedal.
1.118 Cañón (Usado por los moros) 1492 - Descubrimiento de América.
1.121 Clavecín
1.200 Timón de popa
1.232 Globos de aire caliente (China)
1.257 Espejos cóncavos
1.268 Anteojos
1.272 Máquina de bobinas de seda en Bolonia
1.280 Reloj mecánico
1.298 Rueda de hilar
1.400 Pinturas al óleo
1.420 Velocípedo
1.450 Imprenta de tipos móviles
Siglo XV Laúd
1.500 Reloj (1.500) 1522 - Sebastián Elcano completa el viaje alrededor del mundo.
1.500 Puntilla (1.500) 1530- Comienza el comercio de esclavos
1.565 Lápiz 1589: Sir John Harrington (GB) inventa el inodoro con depósito, pero pasó mucho
1.581 Péndulo tiempo antes de imponerse, y se siguieron usando bacines y retretes con agujeros
1.569 Mapa en proyección hacia pozo o foso.
1.589 Telar
1.589 Inodoro
1.590 Microscopio compuesto
1.593 Termómetro de agua
1.609 Telescopio refractor 1605 / 1615: Cervantes publica "El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de La Mancha"
1.620 Diligencia 1620: Arriba el "Maryflower" a América del Norte.
1.620 Submarino
1.640 Bayoneta
1.642 Calculadora de Pascal
1.657 Reloj de péndulo Halley descubre el cometa denominado con su nombre (1682)
1.665 Microscopio mejorado
1.668 Telescopio reflector
1.672 Bomba neumática
1.687 Higrómetro
1.851 Cámara de placas El motor de cuatro tiempos inventado por Otto (Al. 1877) permitió la invención del
1.860 Linóleo automóvil
1.860 Esquiladora
1.870 Máquina de escribir
Luis Pasteur, en 1881 comenzó sus experimentos contra la rabia.
1.876 Teléfono
1.876 Frigorífico
1.877 Fonógrafo
1.877 Motor de cuatro tiempos
1.880 Bombita eléctrica
1.884 Generador de turbina de vapor
1.885 Automóvil
1.885 Bicicleta de pedales
1.888 Gramófono
1.889 Ascensor eléctrico
1.890 Rayos X
1.890 El tubo de Crookes
1.894 Radio
1.894 Primer periscopio
1.897 Motor Diesel
1.897 Motor eléctrico compacto
1.899
1.900 El dirigible rígido Zeppelin En 1901, Marconi emite un mensaje de radio a través del Océano Atlántico.
1.900 Tractor
1.901 Mecano
Se abre el Canal de Panamá en 1904
1.902 Frenos de disco
1.903 Cuchilla de seguridad
1.903 Máquina de hacer botellas
1.903 Electrocardiograma
1.903 Cinturón de Seguridad
1.903 Osito de peluche
1.906 Lámpara Termoiónica
1.907 Lavarropas
1.920 Secador de Pelo Se engrandece la figura del Mahatma Gandhi, en su posición contra el gobierno
1.921 Autopistas británico en la India.
1.922 Se funda el Círculo Argentino de Inventores.
Contador Geiger
1.925 Televisor
1.926 Tostadora
1.927 Caucho sintético
1.927 Antibióticos
1.928 Ciclotrón
1.929
1.949
1.950 Tarjeta de Crédito Mediante arduas investigaciones, se descubre la estructura del ADN (1.953).
1.954 Central Nuclear Realizan el ascenso al Everest, en 1.953, Hillary y Tenzing
1.954 Radio a transistores
1.955 Plancha de vapor
1.956 Velcro
1.956 Video Cámara
1.957 Satélite Espacial
1.958 Aerodeslizador
1.959 Chip de Silicio
1.959 Lycra
LA IMPRENTA
EL PAPEL
LA PÓLVORA
LA BRÚJULA
LA CARABELA
EL ASTROLABIO
Una de las primeras necesidades del ser "racional" fue transmitir a los demás, de su
época o de futuras generaciones, sus vivencias e impresiones. Las primeras
manifestaciones impresas fueron ideográficas. El primer escrito que se conoce se
atribuye a los sumerios de Mesopotamia y es anterior al 3000 a.C. Como está escrito
con caracteres ideográficos, su lectura se presta a la ambigüedad,
Los egipcios dejaron documentos que proceden de unos cientos de años después y
testimonian el principio de transferencia fonética (Jeroglíficos).Posteriormente,
surgieron también sistemas ideosilábicos en el Egeo, el valle del Indo y China.Otro
sistema de escritura parecido data del 1300 a.C., y se ha encontrado en la costa
norte de la actual Siria, pero en este caso los caracteres de la escritura eran unas
En sus comienzos, en Oriente, las impresiones se conseguían oprimiendo el papel con un trozo de madera
contra el bloque entintado. Los primeros impresores occidentales utilizaron prensas mecánicas de madera .
Los impresores orientales que utilizaron tipos móviles los mantenían unidos con barro o con varillas a través
de los tipos. La primera fundición de tipos móviles de metal se realizó en Europa hacia mediados del siglo XV;
se imprimía sobre papel con una prensa.
El gran logro de Gutenberg fue el desarrollo de un método que permitió fundir letras con dimensiones
precisas , la fecha aproximada de dicho invento fue el año 1450, este avance en la impresión contribuyó sin
duda de forma decisiva a la aceptación inmediata del libro impreso como sustituto del libro manuscrito. A los
libros impresos antes de 1501 se los conoce como los incunables.
Su primera obra impresa con este sistema fue la Biblia. La invención de Gutenberg fue acompañada de la
fabricación del papel. En el período comprendido entre 1450 y 1500 se imprimieron más de 6.000 obras
diferentes. El número de imprentas aumentó rápidamente durante esos años. A partir de allí, fueron
cambiando las prensas primitivas, pasaron a automatizarse las máquinas de imprimir, así como a la par fue
evolucionando la fabricación y producción de papeles . Hacia 1800, los avances en el mundo de la impresión
hicieron hincapié en aumentar la velocidad.
Hacia fines del S. XIX los equipos se perfeccionaron, permitiendo reducir drásticamente el tiempo necesario
para componer un libro en comparación con las labores manuales. Por último, la fotografía ha venido a
contribuir al desarrollo de los modernos procesos de fotomecánica.
Desde los años sesenta, los avances en la fotografía y la electrónica han revolucionado la impresión. Los
nuevos materiales sensibles a la luz, como las resinas de diazonio y los fotopolímeros, han creado superficies
de impresión duradera por medios fotográficos y no mecánicos. Los sistemas informáticos permiten fabricar
con rapidez películas para transferir imágenes a cualquier superficie de impresión. Incluso se obtienen
impresiones o grabados directamente por medio de máquinas que utilizan ciertos tipos de rayo láser o agujas
de diamante.
Tomados en conjunto, todos estos cambios han sido considerados como una revolución de la impresión y del
oficio gráfico, el que ha tenido que ir actualizándose rápidamente en la última década, para no quedar
relegado a los tantos oficios obsoletos que han sido desplazados por la evolución de las nuevas tecnologías.
La escritura había sido inventada en Sumeria (Irak) hace 5.500 años, para contar y registrar hechos
históricos, usando la escritura de símbolos cuneiformes, y fue tornándose en el elemento más importante
para que el hombre se informe y se comunique. El primer alfabeto, donde las letras podían unirse para ir
formando palabras lo inventaron los fenicios alrededor del 1.300 antes de Cristo.
Los primeros libros se realizaron en planchas de barro que contenían caracteres o dibujos incididos con un
punzón. Las primeras civilizaciones que realizaron estos documentos fueron los antiquísimos pueblos de
Mesopotamia, entre ellos los sumerios y los babilonios. Con mayor semejanza a los libros actuales fueron los
rollos que realizaban los egipcios, griegos y romanos, compuestos por largas tiras de papiro -un material
parecido al papel que se realizaba a partir de los juncos del delta del río Nilo - y que se enrollaban alrededor
de un palo de madera. El texto se escribía con una pluma también de junco, en densas columnas y por una
sola cara, y se podía leer desplegando el rollo. La longitud de las láminas de papiro era muy variable. La más
larga que se conoce (40,5 metros) se encuentra en el Museo Británico de Londres.
Más adelante, durante el periodo helenístico, hacia el siglo IV a. C., los libros más extensos comenzaron a
subdividirse en varios rollos, que se almacenaban juntos.
Los escribas (o escribientes) profesionales se dedicaban a copiarlos o a escribirlos al dictado, y los rollos
solían protegerse con telas y llevar una etiqueta con el nombre del autor. Atenas, Alejandría y Roma eran
grandes centros de producción de libros, y los exportaban a todo el mundo conocido en la antigüedad.
Sin embargo, el copiado a mano era lento y costoso, por lo que sólo los templos y algunas personas ricas o
poderosas podían poseerlos, (y hasta eran celosamente custodiados por el valor que tenían) y la mayor
parte de los conocimientos se transmitían oralmente, por medio de la repetición y la memorización. Aunque
los papiros eran baratos, fáciles de confeccionar y constituían una excelente superficie para la escritura,
resultaban poco duraderos, muy frágiles, hasta el punto de que, en climas húmedos, se desintegraban en
menos de cien años. Por esta razón, gran parte de la literatura y del resto de material escrito de la
antigüedad se ha perdido de un modo irreversible. El pergamino y algunos materiales derivados de las pieles
secas de animales no presentan tantos problemas.
El siglo IV marcó también la culminación de un largo proceso, que había comenzado en el siglo I, tendiente a
sustituir los incómodos rollos por los primeros códices (del latín, 'libro'), antecedente directo de los actuales
libros. El códice, que en un principio era utilizado por los griegos y los romanos para registros contables o
como libro escolar, consistía en un cuadernillo de hojas rayadas hechas de madera cubierta de cera, de modo
que se podía escribir sobre él con algo afilado y borrarlo después, si era necesario. Entre las tabletas de
madera se insertaban, a veces, hojas adicionales de pergamino. Con el tiempo, fue aumentando la
proporción de papiro o, posteriormente, pergamino, hasta que los libros pasaron a confeccionarse casi
exclusivamente de estos materiales, plegados formando cuadernillos, que luego se reunían entre dos
planchas de madera y se ataban con correas. Las columnas de estos nuevos formatos eran más anchas que
las de los rollos.
En la Europa de comienzos de la edad media, eran los monjes quienes escribían los libros, ya fuera para
otros religiosos o para los gobernantes del momento. La mayor parte de ellos contenían fragmentos de la
Biblia, aunque muchos eran copias de textos de la antigüedad Estos monjes medievales se interesaron
también en la elaboración de nuevos compuestos químicos para perfeccionar la fabricación de tintas, e
inventaron así la llamada tinta ferrotónica, perfeccionada en el siglo XVIII, mezclando ácido gálico con sulfato
de hierro.
Los monjes solían escribir o copiar los libros en amplias salas de los monasterios denominadas escritorios. Al
principio utilizaron gran variedad de estilos locales que tenían en común el hecho de escribir los textos en
letras mayúsculas, costumbre heredada de los tiempos de los rollos. Más tarde, como consecuencia del
resurgimiento del saber impulsado por Carlomagno en el siglo VIII, los escribas comenzaron a utilizar
también las minúsculas, cursivas, y a escribir sus textos con una letra fina y redondeada que se basaba en
modelos clásicos, y que inspiraría, varios siglos después, a muchos tipógrafos del renacimiento.
Muchos libros medievales contenían dibujos realizados en tintas doradas y de otros colores, que servían para
indicar los comienzos de sección, para ilustrar los textos o para decorar los bordes del manuscrito. Estos
adornos iban desde los intrincados ornamentos del Libro de Kells, una copia de los Evangelios llevada a cabo
en Irlanda o Escocia en el siglo VIII o IX, a las delicadas y detallistas escenas de la vida cotidiana del Libro de
horas, del duque de Berry, un libro de oraciones confeccionado en los Países Bajos por los hermanos
Limbourg en el siglo XV. Los libros medievales tenían portadas de madera, reforzadas a menudo con piezas
de metal, y poseían cierres en forma de botones o candados. Muchas de las portadas iban cubiertas de piel y,
a veces, estaban ricamente adornadas con trabajos de orfebrería en oro, plata, esmaltes y piedras preciosas.
Estos bellísimos ejemplares eran auténticas obras de arte en cuya confección intervenían, hacia el final de la
edad media, orfebres, artistas y escribas profesionales. En esta época se usaban las letras capitales para
iniciar cada capítulo o cada párrafo.
Se cree que los primeros libros del Lejano Oriente estaban escritos sobre tablillas de bambú o madera, que
luego se unían entre sí. Otro tipo de libros eran los constituidos por largas tiras de una mezcla de cáñamo y
corteza inventada por los chinos en el siglo II d. C. Los Chinos fueron los primeros en experimentar la
fabricación de papel (extraído de la morera y del bambú) y de tintas, pues desde muy antiguo usaban
líquidos coloreados, y el negro de humo, y desde el 3000 antes de Cristo lograban hacer esas tintas
indelebles y vivas, que hasta hoy se usan: la tinta china.
Al principio, estas tiras se incidían con plumas o pinceles de junco y se envolvían alrededor de cilindros de
madera para formar un rollo. Más adelante, se comenzaron a plegar en forma de acordeón, a pegarse en uno
de los lados y a colocarles portadas hechas de papel fino o tela. Los sabios y funcionarios que sabían escribir
se esforzaron especialmente en caracterizar sus escritos de estilos distintivos de caligrafía, que era
considerada como una de las bellas artes, lo cual no es de extrañar, pues tanto el chino como el japonés y el
coreano, utilizan para su escritura los ideogramas.
En el siglo VI a. C., en China ya se imprimían textos utilizando pequeños bloques de madera con caracteres
incisos, aunque el más antiguo de los libros impreso de este modo de que se tenga noticia, el Sutra del
diamante, data del año 868. El Tripitaka, otro texto budista, que alcanzaba las 130.000 páginas, fue impreso
en el 972. Por supuesto, imprimir libros a partir de bloques reutilizables resultaba más rápido y cómodo que
tener que escribir las distintas copias del libro a mano, pero se necesitaba mucho tiempo para grabar cada
bloque, y se podía utilizar para una sola obra. En el siglo XI, los chinos inventaron también la impresión a
partir de bloques móviles, que podían ensamblarse y desensamblarse entre sí para componer distintas obras.
Sin embargo, hicieron muy poco uso de este invento, debido a que el enorme número de caracteres (kanji o
ideogramas) del chino -unos 7,000- hacía prácticamente inabordable la utilización de este sistema.
En Europa, se comenzaron a imprimir trabajos a partir de bloques de madera en la edad media, idea que
debió llegar como consecuencia de los contactos que por entonces ya se tenían con Oriente. Los libros
impresos con bloques de madera solían ser obras religiosas, con grandes ilustraciones y escaso texto.
En el siglo XV se dieron dos innovaciones tecnológicas que revolucionaron la producción de libros en Europa.
Una fue el papel, cuya confección aprendieron los europeos de los pueblos musulmanes (que, a su vez, lo
habían aprendido de China). La otra fue los tipos de imprenta móviles de metal, que habían inventado ellos
mismos. Aunque varios países, como Francia, Italia y Holanda, se atribuyen este descubrimiento, por lo
general se coincide en que fue el alemán Johann Gutenberg (nacido en los últimos años del siglo XIV en la
ciudad de Mainz, cerca del Rin, en Alemania) quien inventó la imprenta basada en los tipos móviles de metal,
y publicó en 1456 el primer libro importante realizado con este sistema, la Biblia de Gutenberg. Aunque es de
señalar que con ese sistema, que agilizó la impresión, Gutenberg podía imprimir 40 páginas de su Biblia de
42 líneas, y tardó tres años en terminarla. El ingenioso inventor lograba copias en una aleación de plomo,
antimonio y estaño que podían volverse a fundir cuantas veces fuera necesario.
Se sabe que en 1472 Johann Parix imprimió el Sinodal de Aguilafuerte, que se considera hoy en día, (a falta
de datos sobre otros) el primer libro impreso español. El primer libro fechado impreso en España fue
Comprehensorium de Johannes Grammaticus, que salió de la imprenta valenciana de Lambert Palmart el 23
de febrero de 1475.
En los siguientes años, y auspiciados por la política cultural de los Reyes Católicos, aparecerían otros
muchos libros, como la primera gramática española, la Gramática Castellana del humanista Elio Antonio de
Nebrija, impresa en Salamanca en 1492, y que resultaría fundamental para la fijación de nuestro idioma.
Esta Gramática fue publicada en el Siglo XX por la Edición de la Junta del Centenario MCMIXLVI, Madrid,
1946, en 2 volúmenes, en la que el segundo es una reproducción del incunable, sobre la edición "princeps"
de 1942, y un apéndice con reproducciones de gramáticas románicas.
La prensa fue el primer instrumento usado por la imprenta, con la que se imprimía por presión.
La imprenta llegó a América algo más tarde, en 1540, año en que comenzó a funcionar la primera en México.
La edición de libros se inició en seguida y se multiplicó vertiginosamente. Los impresores renacentistas
italianos del siglo XVI establecieron algunas tradiciones que han sobrevivido hasta nuestros días. Entre ellas
se encuentran, por ejemplo, la del uso de caracteres de tipo romano e itálico, de composiciones definidas o
de portadas de cartón fino, a menudo forradas en piel. Utilizaban también las planchas de madera y de metal
para incidir en ellas las ilustraciones y establecieron los distintos tamaños de los libros -folio, cuarto, octavo,
duodécimo, 16º, 24º y 32º.
Estas designaciones se refieren al número de páginas que se pueden conseguir plegando una gran lámina de
papel en las imprentas. Así, una lámina doblada una sola vez forma dos hojas (o sea, cuatro páginas), y un
libro compuesto por páginas de este tamaño se denomina folio. Del mismo modo, una lámina doblada dos
veces forma cuatro hojas (ocho páginas), y el libro consiguiente se denominará cuarto, y así sucesivamente.
Los editores europeos contemporáneos y las imprentas tradicionales continúan utilizando esta
terminología. A partir de la Revolución Industrial, la producción de libros se fue convirtiendo en un proceso
muy mecanizado. En nuestro siglo, se ha hecho posible la publicación de grandes tiradas de libros a un precio
relativamente bajo gracias a la aplicación al campo editorial de numerosos e importantes avances
tecnológicos.
Así, la baja en el costo de producción del papel y la introducción de la tela y la cartulina para la confección de
las portadas, de prensas cilíndricas de gran velocidad, de la composición mecanizada de las páginas y de la
reproducción fotográfica de las imágenes han permitido el acceso a los libros a la mayor parte de los
ciudadanos occidentales. En América Latina se han desarrollado varios grandes centros productores de libros,
a través de sus editoriales más conocidas, en Argentina, Chile, Colombia, México y Cuba.
A pesar de que los modernos medios de comunicación, como la radio, el cine y la televisión, han restado
protagonismo cultural al libro, éste continúa siendo el principal medio de transmisión de conocimientos,
enseñanzas y experiencias tanto reales como imaginadas y la principal fuente de aporte cultural del
individuo. Por otro lado, aunque se ha especulado con la posibilidad de que el desarrollo de las tecnologías
informáticas -que han acelerado el proceso de creación de libros, tanto en cuanto a la escritura como en
cuanto a la producción industrial y, por tanto, reducido su costo- tengan, paradójicamente, como efecto la
sustitución del libro por otras experiencias ligadas a la imagen (realidad virtual, películas interactivas u
otros), cabe, sin duda, la posibilidad de que, del mismo modo que la reducción del precio del papel posibilitó
la extensión del libro a amplias capas de la población, la sustitución del libro tradicional por el libro
electrónico, con su consiguiente disminución de costos de producción y distribución, permita hacer accesible
el conocimiento de textos, y da mayor acceso al libro electrónico a discapacitados motores y/o visuales.
El libro, en los comienzos en piedra, arcilla, papiro o pergaminos, en los tiempos modernos en papel, y en la
actualidad en formatos digitales, CD, Internet u otra forma, si su finalidad es hacer circular las palabras e
ideas, reales o de ficción, sigue siendo un libro.
Una característica unida al libro desde sus comienzos fue la de la inclusión en él de imágenes, que servían,
en algunos casos, como apoyo o explicación del texto, pero que, en otros, tenían una finalidad puramente
estética. En efecto, en muchas ocasiones, el escriba que copiaba a mano los libros incluía adornos o
ilustraciones que servían para separar distintas partes, secciones o capítulos del texto o para embellecer o
amenizar su lectura. Posteriormente, con la introducción del grabado a partir de planchas de metal o madera,
muchos autores, añadieron ilustraciones a sus libros, imágenes que se convirtieron en algo más que meras
extensiones del texto. Algunos de los primeros y más bellos ejemplos modernos de interacción entre texto e
imagen, lo constituyen las obras del poeta, pintor y grabador inglés William Blake.
Con la invención de la primera rotativa en 1846 y de la máquina linotipo, recién se agilizó la impresión
periodística, pues resultaban lentos y complicados los sistemas que se utilizaban para la impresión de libros.
Se considera que la primera novela El primer libro escrito en Braille es un La Biblioteca del Congreso de
fue "La vida de Genji", basada en la compendio y cronología de Historia Washington, en los Estados Unidos de
vida palaciega del Japón, escrita en el Francesa, publicado en 1837. América es considerada la más grande,
año 1007 después de Cristo por y contiene 28 millones de libros y
Musaraki Shikibu. folletos, en estanterías que miden 940
kilómetros.
Problemáticas actuales
EL PAPEL Y SU PODER DE CONTAMINAR
Por Abraham Bastida Aguilar
El papel y la imprenta guiaron a Europa a la salida de la edad del oscurantismo, más o menos 50 años
después de que Johannes Gutemberg inventara la imprenta a mediados del siglo XV, se habían publicado
más de seis millones de libros de leyes, ciencias, política y religión, exploración y poesía.
El primer papelero, según la leyenda fue Ts´Lun, quien lo creó usando fibras de cáñamo, corteza de árbol,
jirones y pedazos de red de pescar en el año 105 de nuestra era, quizá para satisfacer el deseo de los
calígrafos chinos de trabajar con un material más práctico que la seda o las tiras de bambú. Desde entonces
los chinos profesan gran amor por el papel; siglos antes de Gutemberg fueron los primeros en hacer papel
moneda, papel higiénico y libros. Incluso entre ellos existía la prohibición de pisar una hoja de papel que
tuviera algo escrito.
De sus usos más notables a los más ordinarios, el papel es un signo de la magia de la innovación; esta
presente lo mismo en la simpleza de un rollo de toallas de cocina que en lo extraordinario de las exquisitas
bandas para ceñir kimonos. De papel son los billetes que corren por las prensas de una casa de monedas
fuertemente custodiada y una caja de cartón que guarda partes de computadora en algún almacén, la misma
caja que desechada, un indigente de la ciudad convierte en refugio temporal.
En cuanto artículo industrial, el papel está a la par de gigantes como el petróleo y el acero. Las
monedas fabricadas de todo el mundo producen alrededor de 300 millones de toneladas de papel al año, lo
que en peso equivale al triple del total de la producción de vehículos automotores en el mundo.
La industria del papel ha cumplido con su deber de ciudadana corporativa. En 1995 recicló 43.3 millones de
toneladas de papel en comparación con los 22.5 millones de toneladas de 1986. Y por años ha cumplido con
las leyes en materia de contaminación del aire y el agua.
El negocio papelero actual difiere de la enorme producción artesanal de papel que practicaron a lo largo de
los siglos algunas personalidades de sobrada habilidad como Sakamoto. Los fabricantes de papel
contemporáneos emplean aún la misma fórmula que sus antecesores aplicaron: aguas y fibra de celulosa. El
papel toma forma cuando los átomos de las fibras se enlazan con los que están en las moléculas del agua;
cuando éstas se dejan escurrir por un bastidor sus moléculas tiran de las fibras con tal fuerza que entre ellas
se enredan y forman nuevos lazos que crean una superficie sólida. Actualmente Estados Unidos cuenta con
modernas y gigantescas máquinas de hacer papel, enormes rollos, conductos y tubos que con enormes
ruidos emiten vapor. En un extremo, agua que contenía una pequeña cantidad de pulpa de madera caía
sobre una banda transportadora, y mientras una cinta de papel del ancho de una carretera de dos carriles se
iba produciendo.
El problema se origina en el siglo XIX, cuando los papeleros desplazaron el uso de pedazos de materia prima
por el de fibras de árbol por ser más barata y abundante. Las fibras de los árboles están unidas por una
sustancia llamada lignina (sustancia de protección de las plantas), que con el tiempo se oxida y hace que el
papel se torne café. Hoy en día casi todos los libros que se publican se imprimen en papel sin componentes
ácidos para que se conserve mejor.
Esta cantidad de papel termina a veces en los tiraderos, donde ocupan más espacio que cualquier otro tipo
de desperdicios, por si esto fuera poco, según acusaciones de los ambientalistas, la industria del papel arrasa
con los bosques y contaminan el aire, la tierra y el agua al emitir residuos venenosos, como las dioxinas
que llegan a la cadena alimenticia de los seres humanos mediante el consumo de peces, aves y otras
criaturas.
Personas con ideas innovadoras ya trabajan en la solución de estos problemas, mediante el reciclaje de
papel e incluso contemplan la creación de nuevos materiales con el papel usado para hacer de este producto
un mejor uso y menos daño para el medio ambiente.
Estos nuevos productos podrán reducir algún día el número de árboles talados para obtener madera de
construcción, pero no impedirán que los bosques sean talados para obtener pulpa. Se calculan que cada año
se recolectan 283 millones de metros cúbicos de pulpa de madera para hacer productos papeleros en todo el
mundo.
Los ambientalistas continúan en la lucha, ejerciendo presión sobre la industria del papel, que arroja dioxinas
y compuestos organoclorados relacionados con las descargas de sus fábricas como residuos de los procesos
de blanqueamiento que ejecuta para eliminar las impurezas residuales de la madera y mejorar la calidad de
impresión del papel.