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LA TERCERA MONEDA

EL DILEMA: UNA POLITICA MONETARIA Y


ECONOMICA CORRECTA O EL CAOS POLITICO
y SOCIAL
A Arturo Jauretche

"Money matters most of the time,


at some rare but important times
it is all that matters, and sometimes
money hardly matters at all. "

"El dinero importa durante la mayor


parte del tiempo, en algunas raras
pero importantes ocasiones
es lo unico que interesa, y a veces
apenas si tiene importancia."

Hyman P. Minsky

I. CONSIDERACIONES PRELIMINARES

Ya son pocos los que dudan de que la Argentina se encamina hacia una crisis
económica, política y social sin precedentes. Son aun menos los que todavía creen que
el actual modelo económico esta en condiciones de impedirla o de contenerla.

Pero son muchos los que, frente a esta situación, adoptan una actitud abiertamente
fatalista, y comparan las crisis de las sociedades humanas - como la que padece nuestro
país en estos momentos - con fenómeno naturales, contra los cuales nada se podría
hacer. Piensan, estos fatalistas, que estamos frente a una situación límite, en la cual la
única actitud sensata consistiría en salvar de la mejor manera posible los intereses
individuales propios o, en el mejor de los casos, los sectoriales. En cuanto a los
problemas colectivos, habría que desentenderse de ellos, porque serian insolubles e
incontrolables.

Esta actitud proviene del predominio, desde hace unas dos décadas, de la ideología
monetarista, presentada como el único camino posible para un desarrollo exento de
riesgos de inflación. Vale la pena señalar que actualmente las recetas de ajuste que
propicia el monetarismo están en decadencia en el mundo entero, incluso en el F.M.I.
aunque en la Argentina esta noticia no se ha difundido demasiado (como tampoco se ha
difundido adecuadamente la fundamental propuesta de Juan Pablo II de un jubileo total
de la deuda externa en el año 2000).
Desde luego, los monetaristas siguen insistiendo en que su miope ideología representa
el único camino "sano".

En la Argentina, con 7.680.000 desocupados + semi-empleados (son cifras oficiales del


INDEC, mayo 1995), fruto directo de esta teoría, se puede poner en duda tal afirmación
pues ha puesto en marcha (no por mucho tiempo mas) una extraña economía de
mercado sin mercado.

Los obstáculos no son técnicos sino ideológicos.

No puedo extenderme sobre este tema. Lo he hecho, desde distintos ángulos, en otros
trabajos. Este documento se propone ir directamente a la solución del "impasse"
monetario y económico actual. Se formularan aquí soluciones monetarias y económicas
perfectamente conocidas (si bien olvidadas por completo, en muchos casos, por algunos
integrantes de ese singular gremio que formamos los economistas) y avaladas por una
amplia experiencia practica, invariablemente positiva, en varios países que cruzaron por
grandes dificultades, iguales o peores que las nuestras. Los problemas que ofrece su
aplicación a la Argentina son de carácter político, no técnico.

En otras palabras, "los principales obstáculos que se deben superar" para implementar
tales soluciones no se refieren a los aspectos prácticos, sino a los ideológicos. Lo cual
no significa en modo alguno restar importancia a estos últimos, por el contrario, toda la
Historia demuestra que los prejuicios y la desconfianza ante cualquier innovación,
presunta o real, desempeñan un papel preponderante en la vida de los hombres.

II. ¿ES POSIBLE AISLAR LAS MEDIDAS MONETARIAS DE LAS


ECONOMICAS?

Obviamente, no. En este terreno, lo único que se puede modificar es el orden de las
prioridades. Por lo general, en las épocas estables las medidas monetarias son la simple
consecuencia de una determinada política económica.

Muy distinto es el caso en las situaciones de agudísima crisis, como la actual.

Aquí se impone actuar en primer termino, con mano de hierro y de una manera
fulminante, en el campo monetario. En efecto, la desmonetización de la economía, la
desfinanciación de las empresas, el descalabro del sector bancario, la insuficiencia de la
recaudación fiscal y la ruptura de la cadena de pagos en el plano comercial, que se
agravan día por día, con su secuela laboral inevitable, el desempleo creciente y masivo,
implican el colapso inevitable de todo el sistema a carta plaza si no se toman a tiempo
las medidas necesarias.

El panorama que acabamos de describir produce incalculables repercusiones sociales y


familiares de todo tipo, que exigen respuestas inmediatas y contundentes. Debe actuarse
de inmediato para salir de la zona de altísimo riesgo actual, de tal modo que la mayoría
pueda seguir viviendo, trabajando y comiendo todos los días" Las medidas
recomendadas apuntan a la recapitalización, la remonetización y la refinanciación del
país, condición sine qua non para que la economía pueda seguir funcionando. Pues sin
un ordenado proceso de ahorro e inversión de capitales en la economía real no hay
capitalismo posible, ni aquí ni en ninguna parte. La economía de mercado y la sociedad
de consumo no pueden subsistir durante mucho tiempo con un mercado y un consumo
en permanente y fuerte contracción. Eso es lo que ocurre ahora, en el marco del actual
modelo económico aplicado a rajatabla en la Argentina por verdaderos
fundamentalistas, con una pertinacia y una obcecación dignas de mejor causa.

Como se maquillan los costos reales

III.UN MODELO QUE HACE AGUA

No repetiré aquí, por ser muy conocidas, las criticas, en general bien fundadas, que se le
han hecho desde los mas diversos ángulos al modelo económico y social que impera en
la actualidad en la Argentina... si bien no por mucho tiempo mas.

Señalare tan solo que dicho modelo, aprobado en forma plebiscitaria el 14 de mayo de
1995 por el 96% de los votantes (del PJ, del FREPASO y de la UCR, que coincidieron
en considerarlo intocable) se sostuvo durante cuatro años, aunque con crecientes
dificultades, gracias a una conjunción de factores muy favorables, que permitieron
maquillar el déficit fiscal y los pavorosos costos reales de todo el proceso:

a) ingreso de capitales legales e ilegales aprovechando el diferencial de tasas de interés


sobre las plazas financieras centrales, lo cual permitió una cierta cosmética del balance
en cuenta corriente;

b) elevación de las ventas internas, Como resultado de la primera etapa de la


estabilización monetaria, que elevo los salarios reales;

c) aumento pasajero de las exportaciones al Brasil, que Compensaron el déficit del


balance comercial con los países centrales;

d) suba internacional de los precios de los bienes transables;

e) un buen stock de "joyas de la abuela", fácilmente liquidables a precios de ocasión.

Esa conjunción de factores fue reemplazada en forma progresiva, desde el 20 de


diciembre de 1993, por otro cuadro, crecientemente desfavorable, cuyos rasgos
principales se detallan en lo que sigue:

a) salida de capitales externos, acompañada por una fuga de capitales nacionales, a


causa del alza de las tasas de interés en las plazas centrales y también para precaverse de
la precariedad y la creciente endeblez, cada vez mas evidente, del modelo económico
aplicado desde el l° de abril de 1991;

b) fin de la ola de ventas internas y puesta en marcha de una recesión que se agrava mes
tras mes, como consecuencia: 1) del deterioro creciente del salario real, a causa de la
inflación en dólares, con la consiguiente erosión del poder de compra de la mayoría de
la población, y 2) del proceso de exclusión social implantado en la Argentina por la
Revolución Informática. que permitió un aumento del 35% del PBI y simultáneamente
una triplicación de la desocupación, a causa de la eliminación de puestos de trabajo
provocado por la racionalización de los procesos productivos y de servicios; ese
proceso, es obvio, reduce cada vez mas el mercado interno;
c) declinación de las exportaciones al Brasil, donde se abre camino una recesión ya
incipiente, que obliga a ese país a tomar sin ninguna vacilación (y no se lo puede criticar
por esas medidas proteccionistas), aun si, estas se oponen al espíritu y a la letra del
Tratado de Asunción, que consagro el MERCOSUR;

Un modelo agotado no puede seguir funcionando

d) amesetamiento de la exportación de los productos básicos ("commodities"),


manejada por firmas que, no reinvierten sus utilidades en otros sectores de la economía
real de este país;

e) liquidación casi total de las "joyas" en cuestión, lo cual termina de hacer inviable la
continuación del modelo vigente.

Dicho modelo esta prácticamente agotado, en suma. Enderezarlo, emparcharlo y lograr


que continúe funcionando de una manera eficiente es un trabajo de Sisifo: cuando
parece solucionado un problema, aparece otro aun peor. Cuanto mas tiempo se tarde en
comprenderlo, tanto mas penoso y costoso resultara el complejo proceso subsiguiente de
reconversión y reingeniería económica y social en gran escala que será necesario en un
plaza perentorio, si se quiere seguir contando con un país vivible para todos, y donde al
mismo tiempo sea factible continuar haciendo negocios.

En el curso de ese impostergable proceso de reconversión - que deberá estar en manos


muy expertas y libres de toda sospecha - será necesario neutralizar el gran daño
infligido a la sociedad argentina por estos años de locura y alienación en que ha caído,
en todos sus estratos sociales, sin excepción, tras un objetivo utópico y carente de
sentido. Me refiero a la llamada "inserción en el Primer Mundo", que presupone creer
en la posibilidad y en la necesidad de adoptar este ultimo como el modelo supremo a
imitar y a seguir en sus menores detalles.

Desde luego, aquí se descartan las salidas suicidas y genocidas, y se insiste en


soluciones que signifiquen paz, trabajo y prosperidad para todos. Condiciones que
existen, por ejemplo, en los países escandinavos y en Japón. La Argentina, con su
territorio riquisimo y su gente ingeniosa, hábil y deseosa de vivir bien, no tiene por que
estar peor que cualquier otro país. Mejor dicho, no tiene por que haber caído en la
critica situación en que se encuentra actualmente, asfixiada por un modelo impuesto
desde el exterior, y que ya no puede beneficiar a nadie... ni siquiera a sus presuntos
beneficiarios externos o internos. Pues un país reventado y fundido como lo es el
nuestro en la actualidad no puede cumplir con ninguno de sus compromisos, reales o
ficticios.

IV. ¡NO HAY JUGADAS BUENAS!

Actualmente, el circulante en poder del publico (efectivo y cuentas a la vista) + las


imposiciones a interés (depósitos en cajas de ahorro y a plazo fijo) (que sumados dan lo
que se designa en la teoría monetaria como el M2), representan en su conjunto la tercera
parte del M2 de los países llamados "avanzados", donde la economía de mercado
funciona todavía mas o menos normalmente. Esta situación disparatada no fue prevista
en lo mas mínimo por quienes elaboraron la ley de convertibilidad, pero es su inevitable
consecuencia. Ahora estos prestigiosos "técnicos", deberán responder ante el país por su
irresponsabilidad y su incompetencia, que se ha puesto crudamente de manifiesto.

Pretender que una economía funcione en tales condiciones seria tan cuerdo como
sostener que un hombre, que necesita aproximadamente cuatro litros y medio de sangre
para vivir, puede subsistir con un litro y medio. Y así como una persona en estas ultimas
condiciones necesitaría una inmediata transfusión de sangre para tener una mínima
chance de sobrevivir, del mismo modo una economía como la nuestra, con la tercera
parte de la moneda que se requiere como mínimo para mantener una economía de
mercado, necesita emitir los dos tercios restantes en forma perentoria, bajo riesgo en
caso contrario de una "muerte súbita" en el plazo arriba indicado (seis a diez meses).

La devaluación provocaría una histeria colectiva

Como es obvio, emitir el vo1umen de dinero necesario para que la economía argentina
pueda seguir funcionando es lisa y llanamente imposible en las condiciones creadas por
la ley de convertibilidad. Sin embargo, algunos consideran ese marco regulatorio como
el único punto de partida posible, pues temen las temibles consecuencias que produciría
en forma inmediata su derogación lisa y llana, moviéndose en el marco de esa ley, si se
quisiera producir una expansión de la oferta monetaria, seria forzoso en primer termino
enmendarla, autorizando la modificación de la paridad 1 dólar US = 1 peso, para llevar
esa paridad, como mínimo, así fuera por etapas, a 1 dólar US = 1,30 pesos.

Pero ante el mas mínimo rumor de una devaluación del 30%, se lograría únicamente la
formación inmediata de inmensas colas de personas frenéticas y al borde de la
desesperación frente a las casas de cambio y los bancos, que agotarían la totalidad de las
reservas en divisas extranjeras (esencialmente dólares oro) del país. ¿En Cuanto tiempo?
El estrictamente necesario para poder retirar sus depósitos a la vista, sus colocaciones a
plazo fijo y en caja de ahorro y los distintos bonos, letras y otros titulos-valores del
Estado argentina, así como todas las acciones del mercado bursátil nominadas en pesos.
Desde luego, las grandes empresas pasarían sus activos de pesos a dólares con rapidez
incomparablemente mayor, y los colocarían en plazas mas seguras. La consecuencia
seria la bancarrota instantánea del sistema bancario privado y su forzosa
renacionalizacion, para que pudiera seguir funcionando de alguna manera.

Obviamente, al gobierno no le quedaría otro remedio que instaurar sin perdida de


tiempo un feriado cambiario y bancario y, a renglón seguido, el control de cambios,
única forma posible de reabrir las entidades crediticias, despojadas, desde luego, de toda
operatoria en divisas. De esta manera se ingresaría a tambor batiente al infierno mas
temido. En efecto, se estaría "reperonizando" de hecho al país, al privar al
"establishment" financiero de su mas preciada conquista desde la caída de Perón en
1955: la posibilidad de pasar sin dificultades sus tenencias en pesos a monedas duras,
poniéndolas a salvo de cualquier "cimbronazo" político, es decir, de cualquier medida
"demagógica" (peronista) que podría adoptar el gobierno para salvar sus votos, que se
están licuando rápidamente, y sus propios recursos fiscales, ya en vertiginosa picada.

Ya sabemos que estas se están reduciendo rápidamente a cantidades insuficientes para


subvenir sus propias necesidades y las de las provincias, ante la parálisis progresiva de
todas las actividades económicas.
En este contexto de crisis, ¿que significaría el reemplazo del Sr. Cavallo, delegado de
ciertos intereses internacionales (aunque no los mas importantes) por otro personaje que
mantuviera la misma orientación básica? El único candidato realmente potable, el Dr.
Roberto Alemann, se niega cortes pero firmemente a hacerse cargo del muerto, lo cual
revela su lucidez intelectual, su pragmatismo y su escaso o nulo optimismo sobre la
evolución y el desenlace de la crisis en curso. Los otros candidatos carecen de las
apoyaturas que logro Cavallo gracias a su buena letra durante 13 años. En efecto, la
actuación de este ultimo se debe contabilizar desde octubre de 1982, cuando este
campeón de las privatizaciones nacionalizó o estatizó la deuda privada argentina,
concediéndole el aval del B.C.R.A. De este modo puso a cargo de todos los argentinos
una deuda Privada de unos 20.000 millones de dólares, que se han convertido ahora en
una deuda de mas de 40.000 millones: mas de la tercera parte de la deuda externa
exigible, y fuente de la actual distorsi6n absoluta del presupuesto fiscal, cuyo objetivo
fundamental es satisfacer las exigencias externas, y no las necesidades internas.

De esta manera se ha llegado, a pocos meses de un abrumador triunfo electoral, a una


posición que los ajedrecistas llaman de "zug-zwang", donde no hay jugadas buenas,
porque todas son perdedoras (dentro del esquema actual y con las reglas' de juego que
implica, por supuesto). Si se quedara Cavallo, la situación seria muy mala, por no decir
catastrófica; si se fuera y se mantuviera el modelo actual, se volvería aun peor, pues
devaluar (única alternativa que parecen conocer algunos economistas) y emitir en esas
condiciones es pan para hoy y hambre... para esta noche. Es necesario señalar, a esta
altura del análisis, que tanto en un caso como en el otro, a breve plazo afloraría un
proceso ya en plena marcha: la desintegración del sistema de alianzas que hizo posible
la sobrevida del modelo político y económico en vigor durante cuatro años y fracción, y
que en estos momentos esta dando sus ultimas boqueadas.

En este nuevo contexto, todos los grupos del "establishment", aun los mas
conservadores y refractarios a cualquier cambio, percibirán muy pronto que este ciclo se
encuentra en su fase terminal. De aquí en mas, si esos grupos desean seguir operando en
este país, deberán efectuar una drástica "reingenieria" de sus estrategias, en el marco de
nuevas reglas de juego, que serán muy distintas de las actuales. No es seguro que todos
quieran hacerlo. Pero quienes lo hagan deberán aceptar tasas de beneficio civilizadas y
políticas que no impliquen el saqueo del patrimonio nacional, pues una vez matada la
gallina de los huevos de oro, nadie puede pretender que los siga poniendo.

Por otra parte, téngase presente que si no se diera un fuerte golpe de timón y no se
rectificara rápidamente el rumbo actual, en los próximos tiempos, en la mejor de las
hipótesis, sobrevendría de una manera obligada un agudo "default" (cesación de pagos
externos); Teniendo en cuenta que el único deseo de los acreedores es cobrar la mayor
cantidad posible, si se produjera el "default" en cuestión, o su simple amenaza, el Sr.
Cavallo habría perdido su virtud esencial- la de ser un buen pagador- y en ese caso tanto
les daría lo mismo el actual ministro de economía que cualquier otro.

Aclaremos que en cualquiera de las dos hipótesis (permanencia del Sr. Cavallo o
recambio), los organismos internacionales de crédito - dado que ya no existe un
prestamista de ultima instancia, como se vera luego . no prestaran un solo centavo mas
ni moverán un solo dedo para impedir que se produzca en el plano local una hecatombe
monetaria, financiera y económica de una magnitud hasta ahora desconocida. Quienes
crean que se puede atemorizarlos y obtener concesiones señalándoles las inevitables y
catastróficas repercusiones sociales y políticas de esa falta de créditos en el plano local,
se equivocan. Es necesario ser totalmente realistas, de la trampa mortal en que se ha
convertido la convertibilidad no se sale con ilusiones ni con medias tintas.

V. SE DEBE DESCARTAR POR COMPLETO CUALQUIER


DEVALUACION

El autor mantiene - con respecto a nuestro país y en las duras condiciones actuales,
aclaremos - una posición claramente keynesiana, privilegiando por sobre todas las cosas
el nivel del empleo y la reactivación econ6mica. A estos objetivos ineludibles se deben
supeditar todos los instrumentos disponibles del arsenal económico. La salida es
clarisima, y consiste en llevar de nuevo el índice de monetización a niveles razonables.

A pesar de la convertibilidad, eso carece de toda dificultad técnica. La puesta en marcha


de soluciones adecuadas tiene antecedentes muy conocidos - Los métodos a emplear
para salir de la crisis ya fueron aplicados con pleno éxito en diferentes épocas y en
distintos países, que padecían problemas aun peores que los nuestros.

Para aclarar el panorama, señalemos en primer lugar que se debe rechazar de plano
cualquier devaluación, directa o indirecta, del peso argentino, cuyas consecuencias,
serian terroríficas en forma inmediata. Por ende, de una devaluaci6n, ni hablar. En
efecto, lejos de remonetizar los circuitos económicos, estos se desmonetizarian aun mas,
como lo demuestran, sin ninguna excepción, todas las devaluaciones realizadas hasta la
fecha.

El motivo real del sólido apoyo prestado hasta ahora por el "Grupo de los 8" y demás
sectores del "establishment" al actual ministro de economía es justamente que temen - y
con razón, desde su punto de vista - que cualquier recambio abriría en forma casi
inmediata las compuertas a una devaluación que lo arrasaría todo hasta sus mismos
cimientos. Pues, mas que cualquier otro país... salvo los Estados Unidos, los pasivos de
esos sectores están casi totalmente dolarizados cuando no están nominados directamente
en marcos alemanes, yenes, francos suizos, oro u otras divisas duras (lo cual es aun
peor). Mientras tanto, sus activos locales están en pesos. Capear el temporal en esas
condiciones es simplemente utópico.

Para el sector publico, las consecuencias de una devaluación serian tremendas

Si ya ahora es arduo satisfacer los mas mínimos compromisos financieros, contraidos


por la Nación con sus acreedores internacionales, tanto estatales como privados, es
obvio que una devaluación mandaría a pique las cotizaciones de todos, los títulos
estatales internos y externos y haría entrar en pocos días al sector publico en "default"
total, sin atenuantes ni justificativos posibles, y sin soluciones a la vista.

No menos impolítica seria esta medida para los numerosos que creyeron a pie juntillas
en el carácter perenne de la ley de convertibilidad. Su nivel de endeudamiento en
dólares es menor que el de los sectores arriba mencionados, pero de cualquier manera,
se verían fuertemente afectados en sus deudas pagaderas en incomodas cuotas
mensuales dolarizadas. En caso de que la devaluación se transformara - como es
prácticamente seguro en una incontenible estampida inflacionaria, esas cuotas se
volverían impagables Teniendo en cuenta que en dólares se pagan casas, departamentos,
alquileres coches - (televisores, heladeras. otros artículos electrodomésticos,
maquinarias, hardware y software, etc.). es fácil imaginar el efecto político de semejante
decisión. No habría ministro de economía ni gobierno capaces de aguantar sus
consecuencias, junto con un desempleo que ya afecta total o parcialmente a la mitad de
la población, y que amenaza por eso mismo a buena parte del resto. En ese momento,
todo se vuelve "fusible"... y todo funde.

A la luz de esta situación, seria una verdadera locura tirar por la borda la única ventaja
real que nos puede dejar la convertibilidad, reemplazando una moneda dura, mejor
dicho, semi dura, como el dólar, por una moneda absolutamente blanda, que iniciaría de
inmediato una carrera incontenible hacia la desvalorización total. No por eso mejoraría
en lo mas mínimo la balanza comercial (pues el comercio exterior, de todos modos, se
hace y se seguirá haciendo en dólares por un plazo aun indefinido) ni la balanza en
cuenta corriente, que por el contrario se desbarrancaria por completo, a causa de la
escasez y el alto costo en pesos de las divisas.

El autor no quiere ser cómplice del desastre

No se debe olvidar que la devaluación fue siempre el caballito de batalla de los


beneficiarios del modelo agroexportador en perjuicio del resto del país. Volver a caer en
semejante trampa, mas que secular, hablaría muy mal de la sensatez y de la inteligencia
de los argentinos, y de su capacidad de aprender a partir de los errores y las lecciones
del pasado. El autor de este documento se niega en redondo a participaren cualquier
esquema económico y monetario que emp1ee la devaluación como método para
remonetizar la economía. La razón es obvia: no quiere ser cómplice del desastre que
sobrevendría inevitablemente, y con mayor razón teniendo en cuenta que se puede
evitarlo por completo.

En este contexto, la única solución sensata, viable y conveniente para el país consiste en
reemplazar una moneda dura por otra todavía mas dura y digna de confianza que la
actual, al mismo tiempo que se remonetiza la economía por métodos no inflacionarios.
No hay problemas técnicos que impidan alcanzar ambos objetivos. El primero se logra
vinculando el peso con una "canasta" de monedas duras y "commodities". El segundo,
emitiendo una moneda no convertible: es un método avalado, como lo veremos, por una
amplia y prolongada experiencia internacional, que pertenece a tramos muy conocidos
de la historia económica de nuestro tiempo.

VI. ¡REEMPLAZAR EL AHORRO INTERNO POR EL EXTERNO!

En primer lugar, obsérvese la presencia de acreedores no demasiado exigentes, y por un


motivo justificado: la caída de la Argentina en "default" podría provocar una reacción
"en domino" en el MERCOSUR, y tal vez en países de otras zonas, para los cuales no
podría haber ya un "prestamista de ultima instancia" como en el caso de México. En
efecto, con los enormes prestamos concedidos (y no utilizados hasta ahora en su
totalidad), ha quedado prácticamente agotada la capacidad prestable de los organismos
internacionales institucionalizados. Conviene agregar aquí que la operatoria concertada
por el "sindicato" que constituyeron el presidente de los Estados Unidos, el F.M.I., el
Bank for International Settlements de Basilea y el gobierno canadiense para evitar
perdidas o lucros cesantes a los grandes acreedores privados de México (a costa de los
contribuyentes, es obvio) representa una contundente demostración del enorme poder
alcanzado actualmente por el sector financiero extraterritorial, que se puede designar
como no institucionalizado.

¿Quien ayudara, en este nuevo contexto de falta de liquidez internacional, a los


financistas en apuros que quedarían "enganchados" en un "default" argentino (o del
Brasil)? Respuesta: nadie. Los financistas en cuestión lo saben perfectamente, y no
arriesgan en esta plaza, evidentemente secundaria, aunque los montos en juego no lo
son, ni un dólar mas. La regla del juego financiero es simple y clara, y se parece mucho
a la que aconsejan los buenos jugadores de póker (como lo fue el eminente Nick el
Griego, terror de los casinos norteamericanos): ganar la mayor cantidad posible, y
cuando toca perder, perder el mínimo. Aclaremos que para los financistas en cuestión no
se trata de perdidas reales, obviamente, sino de un simple lucro cesante. En cuanto a su
capital, lo han recuperado con creces desde hace mucho tiempo.

De aquí en mas, todo país que experimente dificultades financieras, padezca crisis
económicas o entre en "default" deberá arreglárselas por su propia cuenta como mejor
pueda. La Argentina, en particular, con su economía "globalizada" a cuestas (síntoma de
inestabilidad, según lo reconoce ahora el F.M.I.), va a la deriva, en un estado de
convulsión y desorientación evidente. Su situación es parecida a la de un navío que se
encuentra al garete, sin combustible, sin timón, sin rumbo, sin piloto, sin destino.

Hay que desglobalizar la economía

Queda un solo camino, y conviene emprenderlo cuanto antes: desglobalizar la


economía, para recuperar una cierta estabilidad (no olvidemos que el MERCOSUR fue,
en realidad, el primer paso por este ineludible camino de la desglobalizacion) y reactivar
el mercado interno. Obsérvese que incluso un país tan poderoso como el Japón se ve
obligado ahora a emprender el mismo sendero, pues no tiene otro. Esto exigirá en los
próximos años una tarea monumental pero indispensable, para cuya realización habrá
que convocar, sin mezquindades ni temores a ser desplazados, a los mejores talentos de
nuestro país. El Japón lo hizo en forma consecuente y sin prejuicios de ninguna clase,
buscando esos talentos allí donde estuvieran, desde la Restauración Meiji (1868) hasta
ahora, y así le fue. La razón oculta de tantas sinrazones, el motivo de tantos disparates
que estamos tratando de historiar y remediar, propios únicamente de la etapa final del
modelo que analizamos, es simple. Si la gente sospechara siquiera que los presuntos
acreedores están mas que dispuestos - pues no les queda otro remedio - a acordar a la
Argentina las mismas facilidades de pago que concedieron en su momento a Venezuela,
Polonia, los países de la ex Unión Soviética, etc., caería por su propio peso uno de los
argumentos predilectos y mas difundidos que esgrime el terrorismo ideológico
neoliberal. Me refiero a las terribles sanciones que recaerían presuntamente sobre
nuestro desgraciado país en caso de incumplimiento, y a la interrupción del
bienaventurado flujo de capitales externos, que seria indispensable para nuestro
"desarrollo", según los exponentes locales de dicha ideología.

Conviene señalar que esta línea de pensamiento proviene de una larga tradición, que no
se puede calificar como nacional, pero que esta profundamente arraigada en vastos
sectores sociales (a los cuales Arturo Jauretche llamaba, con un termino ya clásico,
"cipayos").
Me refiero a la infundada creencia que el ahorro externo puede (y debe) sustituir el
ahorro interno, y que sin la entrada de capitales externos no hay desarrollo posible en
una economía "globalizada", como la actual- El razonamiento sigue así: la posibilidad
de que haya inversiones externas depende del pago puntual de las sumas pactadas. Por
ende, hacer "buena letra con los acreedores, reales o ficticios, seria la condición sine qua
non para que los capitales externos continuaran acudiendo solícitos a cumplir con su
papel de auténticos benefactores del pueblo argentino. Sin esas filantrópicas e
indispensables inversiones externas, estaríamos "perdidos".

Este planteo pretende no tomar en consideración una verdad muy obvia, aunque cruda:
de acuerdo con lo que vimos, a estas playas del Atlántico Sur no llegara un dólar mas
del sector financiero, salvo para maquillar el incumplimiento de los pagos. Desde luego,
el único objetivo de esta cosmética consiste en salvar las apariencias, vale decir, en
mantener la farsa de un deudor fiel y sumiso, y de un acreedor omnipotente pero
tolerante, a condición que a la larga se cumplan los compromisos pactados. (¿Pactados
por quien?) (¿Por las dictaduras militares? (¿Por sus continuaciones civiles?) Aquí
tendríamos que introducirnos en el escabroso tema de la "continuidad jurídica de los
Estados"... que los Estados desconocen cuando la relación de las fuerzas internacionales
les permite ignorarla.

Aquí no llegara ni un dólar mas

Pero veamos la otra cara de la moneda, mas cercana a nuestra realidad, e infinitamente
mas dura. La sustitución del ahorro interno por el externo en cualquier proporción
significativa implica un desahorro neto para el país "en términos" reales. Esto es así
porque los capitales internacionales realizan siempre hábiles y precisas maniobras, que
les permiten quedarse con el pan y con las tortas, contando siempre, es obvio, Con la
abnegada colaboración de sus representantes locales.

Entre los principales manejos que efectúan, conviene citar:

1) la atracción irresistible de los capitales hacia los negocios promovidos por firmas
extranjeras locales; a pesar de afluir masivamente y cubrir la casi totalidad de los fondos
necesarios, estos capitales nativos quedan siempre en inferioridad de condiciones frente
a las firmas extranjeras;

2) la remesa de "royalties" muy inflados, que reducen las utilidades

aparentes de las filiales locales;

3) la sobrefacturacion de los insumos importados, que representan mas del 60% del total
de insumos utilizados por las empresas multinacionales instaladas en nuestro país.
(circunstancia que genera una fuerte dependencia con respecto a los componentes
importados y las tecnologías del exterior) y la subfacturacion de los productos
terminados que se exportan, lo cual permite exportar beneficios en forma invisible y
reducir en gran escala las utilidades declaradas. De esta manera, se comienza estafando
a los ahorristas argentinos, y se termina defraudando al fisco.

Como se ve, el negocio de las "inversiones externas" es ruinoso para el país, que se
convierte en una provincia tributaria, a la manera de las provincias periféricas del
Imperio Romano, condenadas a pagar un tributo en forma permanente a sus
conquistadores, sin contrapartida real, salvo la satisfacción de ser "protegidas" por el
Senado y el Pueblo de Roma. y no lo decimos solo en el caso de nuestro país, sino
también para otros países en situación parecida, como el Brasil, cuya deuda externa
aumento casi en un 120 % entre 1989 y 1994, y es actualmente de 151.000 millones de
dólares. El aumento proporcional de nuestra propia deuda externa durante el mismo
periodo fue similar. Conclusión: mas pagamos, mas debemos.

No es de extrañar que, ante este cuadro aterrador e insostenible, el Santo Padre sostuvo
en "Tertium Millenium Adveniens" y también en un discurso pronunciado en Asis -
donde vivió uno de los grandes santos de la Cristiandad, protector de la Naturaleza - la
necesidad impostergable de un jubileo de toda la deuda externa desde el año 2000. Esta
propuesta, sin duda alguna trascendente, ha pasado "desapercibida" para los medios
masivos de comunicación. Estos, regidos con mano férrea por intereses evidentemente
no apostólicos, la han soslayado, completando esa política de desinformación con
profusión de detalles sobre la vida de las "modelos" y el relato de otras frivo1idades,
que intentan desviar la atención de los atormentados argentinos de sus gravisimos
problemas actuales.

En este modelo "inversor", el resultado final de las "inversiones" es un desahorro real,


es decir, una salida neta de fondos del país" que nunca volverán. Como balance final, el
dinero que "sale del país" supera con creces al que ingresa. Por ende, cuando se afirma
que si no cumplimos con los compromisos externos "no entra un peso mas", se omite
decir que se trata justamente de eso: de que no entre un peso ,mas, pues por cada peso
que ingresa salen dos o tres. El pertinaz pero vano intento, realizado en estos últimos
veinte años, de reemplazar el ahorro interno por el externo, estaba destinado a un
fracaso total desde el primer momento. Fue eso lo que nos llevo a la crisis actual. Pero
en griego "crisis" quería decir también oportunidad, discernimiento. Cualquier país
puede reconstruir en cinco años, o menos, la totalidad de su patrimonio material
destruido. Lo demostraron Alemania y Japón después de la Segunda Guerra.

Sin embargo, en nuestro caso no seamos excesivamente optimistas. En el marco de la


economía de mercado, la posibilidad de la reconstrucción obedece a criterios muy
precisos. Si estos criterios son infringidos o dejados de lado, la economía, lejos de
reconstruirse, se destruiría en escala aun mayor que la actual. Y este país dejaría de ser
viable para todos, incluso para aquellos que hasta ahora hicieron muy buenos (tal vez
demasiado buenos) negocios en el.

VII. UNA NUEVA ESTRUCTURA DE PODER

La fase de ascenso del cuarto gran ciclo de la economía de mercado (1948 -1973), que
se suele vincular en forma juustificada con el nombre del economista ruso Nikolai
Kondritieff, fue la etapa del llamado "neocapitalismo". Este significo en los países del
Primer Mundo (y en algunos países del Tercero, aunque no en la misma medida) un
cuarto de siglo de prosperidad. Durante ese periodo, se desarrollo la "sociedad de
consumo", en el marco del "Estado del Bienestar" ("Welfare State"). Sus rasgos mas
salientes fueron los aumentos de los salarios reales, que permitieron la extensión del
consumo y del crédito de compra de bienes y servicios en vastos estratos de la
población, y la aparición de los salarios indirectos o diferidos, como lo son el aguinaldo,
los programas de asistencia medica y social, los planes de edificación de viviendas
populares, el turismo social, los planes de jubilaciones y pensiones, etc. En este marco
favorable, la demanda y la actividad económica crecieron en enorme escala.

Esta etapa se vio marcada perdurablemente por la aplicación de las teorías de ese
economista genial que fue John Maynard Keynes (1883 - 1946), basadas justamente en
el fomento de la demanda global, a través de una inyección de dinero a la economía en
proporciones adecuadas para mantener esa demanda en un cierto nivel. Cuando la
inversión privada resultaba insuficiente, debía suplantarla la acción del Estado, a través
de dos métodos acoplados estructuralmente, es decir, complementarios: el gasto publico
con déficit fiscal, que Keynes llamaba "déficit spending", y la compresión de la tasa de
interés, para que los empresarios obtuvieran dinero a bajo costo (lo cual los impulsaría a
invertir) y los consumidores dispusieran de crédito barato, con el fin de promover un
mayor consumo, completando el circuito desde el otro extremo.

Esta oleada de bienestar consumista y expansiva, signada por las teorías keynesianas,
fue reemplazada a partir de mediados de la década del 70 por otra oleada subconsumista
y recesiva, tenida por las teorías monetaristas. Tal evolución (o mejor dicho, involución)
del sistema capitalista esta vinculada con los "ciclos" de innovación tecnológica que
representan, como lo demostró el gran economista austríaco Joseph Schumpeter, sus
auténticos marcapasos.

Al mismo tiempo el poder se desplazo en el plano global hacia los grupos financieros
internacionales. Estos nuevos exponentes del poder real no se casan con nadie, ni
siquiera entre ellos mismos. Se debe adivinar lo que quieren a partir de lo que no hacen
ni dicen. Sin embargo, al igual que la Esfinge que custodiaba el acceso a Tebas en un
paso de montaña, e interrogo a Edipo en marcha hacia su trágico destino, dichos grupos
precipitan al abismo a quienes pretendan ignorarlos y no sean capaces de descifrar el
enigma y el problema decisivo que plantea su existencia para la economía global en este
mundo trágico de hoy. Una cosa es segura: desconocer sus singulares características es
asegurare de antemano la derrota.

No hay capitalismo sin capitalistas

La irrupción de estos grupos financieros ha trastornado todas las relaciones políticas,


económicas y sociales de poder en el planeta entero. Su falta de acción aparente (que no
debe confundirse con la inacción real) neutraliza los actuales mecanismos de poder sin
crear otros nuevos. Lo cual deja sin resolver todos los problemas que se plantean en esta
etapa crucial: una economía de mercado con permanente contracción de los mercados,
un régimen capitalista sin capitales suficientes, una sociedad de consumo donde son
cada vez menos los que pueden consumir, y un Estado sin recursos suficientes para
cumplir con sus funciones mas elementales. Pero sin capitales no hay capitalistas. Sin
capitalistas no hay capitalismo. La consecuencia inevitable de tal conjunción de factores
es un Nuevo y Caótico Desorden Económico y Político Internacional. En esta
emergencia, cada país deberá echar mano con entereza de sus propios recursos - los
únicos con los cuales puede contar realmente - y emplear toda su capacidad creativa
para salir del pozo y sobrevivir. En caso contrario, desaparecerá.
VII. UN AUTOPRESTAMO INDISPENSABLE E INSUSTITUIBLE: EL
BANCOR

En la Argentina, dados sus inmensos recursos naturales, esa reconstrucción puede


requerir un plazo aun menor que los cinco anos indicados mas arriba. ¿De donde saldrán
los fondos y los recursos necesarios para dar comienzo a esta urgente e indispensable
tarea? De un autoprestamo que el país esta en condiciones de hacerse a si mismo,
avalado por sus inmensos recursos propios, comenzando por los inmobiliarios. Ese
mismo método de autocapitalizacion lo pusieron en practica de una manera u otra, a lo
largo de su historia, todos los países de la Tierra que ahora se suele llamar "avanzados".

Una emisión deflacionaria

Al mismo tiempo, la Argentina deberá revaluar (en vez de devaluar) su moneda,


redefiniendo la convertibilidad y relacionando el peso con una canasta de monedas
duras y "commodities", en lugar del dólar. Esa decisión política permitirá a los deudores
argentinos en dólares la licuacion progresiva de sus deudas, que es absolutamente
necesaria para ellos y para los mejores intereses de sus propios acreedores legítimos,
que sin un país solvente y reactivado no volverán nunca a cobrar ni un centavo.

En nuestro país el circulante en poder del publico, a la vista o colocado a interés (M2),
es la tercera parte del existente en los países centrales. y no se conoce ninguna economía
basada en el dinero que pueda funcionar sin dinero, aun durante periodos breves. Como
es del todo imposible emitir una moneda convertible, pues el desbarranco seria
inmediato, se debe emitir forzosamente, en las condiciones totalmente controlada. que
luego se verán, una moneda no convertible. La he llamado "Bancor", en obvio homenaje
a Keynes. Desde luego, será siempre: 1 Bancor = 1 peso.

Para comenzar a restablecer la economía argentina sobre bases viables y sólidas, la


emisión de "Bancor" debe duplicar, como mínimo, el M2 que circula en la actualidad,
que es inferior a 30.000 millones de pesos. Eso significa que, para llegar al mínimo
nivel de monetización de los' países centrales se deberán emitir en forma progresiva,
pero suficientemente rápida, como mínimo, uno., 60.000 millones) de Bancor. Luego, al
reactivarse la economía, será necesario aumentar en forma paralela los medios de pago
(pesos y bancors) para poder hacer frente al numero creciente de transacciones
monetarias. En otras palabras, tendremos como punto de partida, Bancors + Pesos = 3
veces el actual M2.

Esta medida, es obvio, será combatida con saña, por los representantes de la usura
bancaria y extrabancaria de nuestra plaza financiera, los cuales verán desaparecer un
floreciente negocio, que les rinde extraordinarios beneficios, al mismo tiempo que
asfixia al país. Tales representantes gritaran a voz en cuello que la medida en cuestión es
"emisionista" e "inflacionaria", a pesar - según lo veremos luego - de su efecto
fuertemente reactivador de la economía y de su carácter netamente deflacionario. Estos
aspectos que deberán ser explicada en forma amplia y detallada al publico al ponerse en
marcha el nuevo modelo económico y el nuevo sistema monetario.

Sin embargo, esos mismos financistas "antiemisionistas" no opinan de la misma manera


cuando se trata de los carisimos prestamos externos en dólares u otras divisas
concedidos a tasas flotantes, siempre muy superiores a la tasa LIBOR o a la 'prime
rate". Como es obvio, la contrapartida en pesos de tales prestamos es emitida sin
tardanza por el B.C.R.A., y entra a formar parte del circulante, con un efecto claramente
inflacionario. Los financistas en cuestión callan con suma prudencia sobre ese inevitable
efecto

En este caso, no hablan en ningún momento de "emisión" o de "inflación", ni cuestionan


el altísimo costo financiero de dichos fondos. ¿Por que motivo prefieren el silencio, que
es de oro, según se sabe? Por una razón muy rentable: esos sectores intervienen,
realizando pingues beneficios, en la posterior suscripción local de tales prestamos,
desde luego colocados entre quienes menos los necesitan, y que después los represtan a
tasas leoninas.

En primer termino, ¿En que consiste la inconvertibilidad de los Bancors? Un bancor


queda definido como un billete de banco, es decir, una casi moneda, que, a diferencia de
los llamados "bonos" provinciales o nacionales, es de curso legal y aceptación
obligatoria en todo el país, tanto para el sector publico como el privado, en todas las
transacciones en que se compran y venden bienes y servicios de todo tipo, menos los
que se indicaran a continuaci6n.

No se puede comprar con ellos - y de ahí su carácter no convertible - la moneda local,


las divisas extranjeras, los metales preciosos y los titulos-valores de cualquier
naturaleza, estatales o privados, así como otros valores (cheques, certificados o no,
facturas conformadas, etc.) susceptibles de un descuento bancario, es decir, que puedan
ser convertidos en pesos. Por otra parte, ese pasaje de una moneda inconvertible a otra
convertible, además de estar prohibido totalmente, resultara inconveniente e
innecesario, como se vera luego.

La experiencia alemana de 1923

¿Quien emitirá el Bancor? Su emisión estará a cargo de un Instituto Emisor ad hoc, a la


manera del "Diskontobank" que utilizo el banquero alemán Hjalmar Schacht a fines de
1923 para emitir el "Rentenmark", una segunda moneda legal que comenzó a circular a
la par de la primera, el Reichsmark, víctima de una inflación aparentemente
incontenible. Con el "Rentenmark" se pulverizo en pocas semanas la hiperinflacion
alemana de 1923, la mayor que se recuerda en los anales de la historia monetaria
mundial.

Debe recordarse - para quienes se escandalicen ante el respaldo que se prevé para el
Bancor - que el "Rentenmark" estaba respaldado por una hipoteca de primer grado sobre
toda la propiedad territorial alemana, tanto rural como urbana, tanto estatal como
privada- Al mismo tiempo, estaba avalado por un préstamo de 200 millones de libras
esterlinas oro, concedido por el Banco de Inglaterra a Schacht a través de famoso
Gobernador, Sir Montague Norman, que actúo en ese caso a la manera un clásico
prestamista de ultima instancia. ¿Cual es el respaldo del Bancor? Esta moneda
inconvertible queda respaldada ahora se dice, en términos mas técnicos, securitizada o
colateralizada - mediante aval de un impuesto adicional de aproximadamente un 1,5 %
anual por sobre la actual contribución territorial, que grava el valor venal de la tierra.
Este impuesto, aconsejado por la mas ortodoxa doctrina tributaria y aplicado en países
como Australia, Nueva Zelandia y Canadá, obligara a explotar las tierras.
improductivas, de cuya valorización se benefician, sin merecerlo, sus actuales
propietarios, pues no necesitan arriesgar el menor capital para que sus propiedades
acrecienten su valor.

Al mismo tiempo, por la forzosa oferta de tierras que producirá, ese impuesto reducirá
los precios de los campos, volviéndolos mas accesibles para quienes quieran comprarlos
y trabajarlos realmente.

El "Bancor" es una cédula hipotecaria que circula

El Bancor, en este contexto, queda definido como una obligación - o cédula - con
garantía {colateral) hipotecaria. ((En el derecho comercial de los Estados Unidos se lo
designaría como una "collateralized-mortgage-obligation" = CNIO.) Por el respaldo del
cual se lo dota, el Bancor se convierte en una moneda interna inconvertible aun mas
dura que el peso argentino convertible. Este, a su vez, será "endurecido" todavía mas
mediante la definición de una nueva convertibilidad y de una nueva paridad, que
implica una revaluacion.

¿De que manera entrara en circulación el Bancor? A través de los pagos de sus
obligaciones, efectuados por las municipalidades, las provincias y el Estado Nacional, a
los cuales el Instituto Emisor girara Bancors en determinadas proporciones. Las mismas
surgirán de un nuevo Pacto Federal Fiscal, que deberá tener sanción parlamentaria y
dará prioridad absoluta a la reactivación de la actividad económica regional, la
defensa .y la ampliación de las fuentes de trabajo existentes y la creación de otras
nuevas. Esta nueva metodología reemplazara con enormes ventajas la tentativa de
reactivar la economía a través de una improbable expansión del crédito bancario a las
pequeñas y medianas empresas y de una financiación externa que es quimérica, según lo
vimos.

¿Quienes recibirán en primer lugar los Bancors? Los funcionarios y empleados


nacionales, provinciales y municipales, así como los jubilados y pensionados, cobraran
sus sueldos y jornales y sus haberes en Bancors en un 80%, y en efectivo, como dinero
de bolsillo, en un 20%. Desde luego, estos porcentajes son meramente indicativos y, por
otra parte, pueden ser modificados periódicamente.

También se pondrán al día con Bancors las deudas con las empresas del Estado en un
100%, con las empresas provinciales y los contratistas y proveedores nacionales,
provinciales y municipales en un 70%, cancelándose el resto en pesos en este ultimo
caso. Se pagaran con Bancors todas las deudas vencidas del Estado Nacional, de las
provincias y los municipios, en 10 cuotas mensuales iguales y sin interés. Se cancelaran
de igual manera los abultados montos correspondientes a juicios perdidos por el sector
publico, tanto con empresas como con jubilados y particulares en general.

El resultado prácticamente inmediato de este "shock de liquidez" será una considerable


ampliación del mercado interno, con el consiguiente "shock productivo" que reclaman
muchos industriales, pequeños, medianos Y grandes. Y esto, sin ninguna consecuencia
inflacionaria. Por el contrario, recordemos que bajo el nombre de "cheque postal" esta
segunda moneda que nosotros llamamos el "Bancor" fue utilizada durante varios años
en la década del 50, por economistas tan ortodoxos como Ludwig Erhard en Alemania y
Jacques Rueff en Francia, brazo derecho de Charles de Gaulle. Su emisión en esos dos
países provoco el retiro de la circulación de un 90%, aproximadamente, de la moneda
oficial, con un efecto fuertemente deflacionario.

Apliquemos esta misma metodología al caso argentino.

A) Al retirar de la circulación como medio de pagos del Estado una gran cantidad de
pesos, reemplazándolos por Bancors, se provoca una gran astringencia monetaria y, por
ende, se reduce considerablemente la capacidad de compra de las divisas extranjeras.
por consiguiente, esta emisión de una moneda no convertible en divisas presiona los
tipos de cambio del pesos a la baja, no al alza.

B) Al elevar en gran escala la demanda interna global de los bienes de consumo


perecederos, y en una segunda etapa de los durables, los bienes de capital y los
servicios, se promueve un muy fuerte aumento a corto plazo de la oferta global, a través
de la reapertura de decenas de millares de empresas y de negocios cerrados y de la
recuperación de plantas productivas con altísima capacidad ociosa en la actualidad. Esta
reactivación económica generara, obviamente, un considerable aumento de la
recaudación fiscal, con un mayor equilibrio presupuestario y reduciendo notablemente
la presión tributaria e inflacionaria.

Se prohibirá la colocación a interés y el descuento bancario de estos billetes en todo el


sistema bancario y financiero, así como su empleo para establecer cauciones a termino y
constituir avales bancarios y comerciales. En consecuencia, no se podrá utilizarlos para
financiar importaciones o exportaciones. Su campo de operaciones es el mercado
interno, y es alié donde circularan, "quemando las manos" de quienes los empleen, pues
no podrán ganar intereses sobre ellos. La formación de un mercado secundario de estos
billetes (vergonzoso espectáculo que dieron los distintos "bonos" que circularon desde
1962 hasta la fecha, que sufrieron siempre descuentos exorbitantes), se vuelve
igualmente imposible, porque no se puede canjearlos por monedas o metales preciosos,
lo cual impide que se pueda depositarlos a interés en colocaciones bancarias de
cualquier tipo, después de convertirlos en pesos. Por otra parte, al dotarse al Bancor de
un aval muy sólido de carácter inmobiliario, es factible que se produzca (por aplicación
de la ley de Gresham) un traslado de pesos a Bancors, y no a la inversa.

Los Bancors en circulación podrán ser utilizados para el pago de impuestos, tasas y
aranceles nacionales, provinciales y municipales, así como de bienes y servicios del
sector publico. Al recibirlos, el Estado, a través del Instituto Emisor, los destruirá, y el
B.C.R.A. los reemplazara por la emisión de igual cantidad de pesos, que el sector
publico utilizara para cancelar sus propios gastos. Todos los Bancors que circulen
todavía después de transcurridos cinco años de su emisión serán rescatados a la par, en
cuatro cuotas anuales igua1es y sin interés. Con tal fin, se emplearán los pesos que se
reservaran en un Fondo Especial de Securitizacion, a los cuales se sumaran, en caso
necesario, fondos provenientes de los superávit fiscales generados por la ampliación de
la recaudaci6n fiscal. No olvidemos que esta es siempre proporcional al aumento de la
reactivación económica inducida por tales medidas

Volver a Keynes

Como se advierte con facilidad, esta metodología recurre lisa y llanamente al "déficit
spending" keynesiano, que tan buen éxito tuvo durante casi tres décadas en los países
donde fue aplicado en la segunda posguerra. Obsérvese que el "New Deal' de Franklin
Roosevelt (anterior a 1a aparición, en 1936, de la "Teoría General" de Keynes) que
contribuyo decisivamente a la lucha contra la gran crisis de los años 30, fue también, en
los hechos, un formidable "déficit spending", es decir, un fabuloso aumento del gasto
publico, que se autofinancio con los resulta dos fiscales de la reactivación económica
que indujo. No es posible imaginar siquiera lo que habría ocurrido en los Estados
Unidos si Herbert Hoover hubiese sido reelecto en 1932 y se hubiesen continuado
aplicando en ese país las recetas monetaristas manejadas por este torpe presidente, que
agravaron la crisis iniciada a partir del "crack" de Wall Street, el 24 de octubre de 1929,
llamado el "Jueves Negro" ("Black Thusday").

Agreguemos que la gigantesca emisión de dólares realizada por Reagan para financiar la
"Guerra de las Galaxias" fue en los hechos un formidable "déficit spending" keynesiano
bajo un disfraz monetarista. Esa política colosalmente deficitaria permitió generar 16
millones de nuevos empleos en el periodo de la "reaganomics", mal remunerados, pero
empleos al fin.

Los "Bancors" recurren nuevamente a este planteamiento económico, con una evidente
ventaja: lejos de poder ser utilizados para tirar abajo la cotización de la moneda local en
el mercado de cambios, la hacen subir para la notoria astringencia que provoca su
circulación como medio de pago interno no convertible, al retirar una enorme masa de
dinero convertible de la circulación.

Volvemos a señalar que este método fue implementado durante varios años en Francia y
Alemania - mientras fue necesario - por dos economistas liberales ortodoxos y de
derecha como Jacques Rueff y Ludwig Erhard. Por supuesto, estamos hablando de dos
grandes patriotas que colocaban a su país por encima de todo y de todos. En
consecuencia, señores críticos de la "derecha" económica local, con mas de 70 años de
atraso a cuestas: sírvanse abstenerse de hablar de temas que no entienden o ignoran.

Mediante la inyección de estos fondos en la economía, y sin que eso le cueste al país un
solo centavo de intereses, pues se trata de un enorme autoprestamo que se hace a si
mismo, recuperable con el propio aumento del PBI, se pone fin a la actual insolvencia
del Estado argentino a nivel nacional y aun mas provincial y municipal. También se
pone fin a la crisis de las llamadas "economías regionales", que es en realidad la crisis
de la economía nacional, de la cual daré un solo ejemplo: en el Parque Industrial de la
ciudad de Salta, sobre 35 plantas fabriles instaladas y que alguna vez estuvieron en
pleno funcionamiento, han quedado abiertas solamente 2 (dos).

Las medidas propuestas, que nada tienen de improvisadas, junto con otras que
constituyen su natural complemento, y que mencionaremos luego - terminaran de una
manera drástica con el flagelo del cierre de fuentes de trabajo y con la desocupación,
principal problema de la mayoría de los argentinos. Esas medidas liquidaran, a la vez, la
tremenda contracción del mercado interno, que golpea incluso a las mayores empresas
del país, y asfixia y destruye a las medianas y a las pequeñas. Lo cual hace imposible
seguir gobernando en la Argentina, por falta de recursos fiscales legítimos. Oponerse sin
fundamentos validos a esas medidas absolutamente ortodoxas, avaladas por una
experiencia de décadas, significa oponerse a los mas vitales intereses individuales y
colectivos de la sociedad argentina
Son muchos todavía los que toman como un dato de la realidad, definitivo e
irremediable, nuestra insolvencia, que en los hechos ha sido prefabricada. Sobre esa
base se dirigen a los países solventes, en especial Alemania y Japón, en busca de un
ansiado apoyo financiero. En lo relativo a Alemania, que esta invirtiendo 100.000
millones de dólares por año para reconvertir su región oriental y cuya política monetaria
es tradicionalmente muy conservadora y restrictiva, resulta utópico pensar que pueda
aportar sumas significativas ala reactivación de nuestro país y aun mas si se tiene en
cuenta que esta potencia central de la Comunidad Europea esta entrando en una etapa
fuertemente recesiva.

Reencaminarnos hacia nuestro propio país

Distinto seria el caso del Japón, que dispone de los mayores excedentes líquidos en
dólares de toda la economía mundial, y que podría ver con buenos ojos una propuesta
seria como podría ser la de anticipar - por ejemplo -10.000 millones de dólares para una
obra de tan gigantesca magnitud como la canalización del Río Bermejo, desde su
entrada a territorio argentino en Salta hasta su desembocadura junto con el Carcaraña
cerca de la ciudad de Santa Fe. Esa obra, perfectamente estudiada en sus menores
detalles desde hace varias décadas (hay una Comisión Nacional del Bermejo en la
Cámara de Diputados que dispone de una documentación abundante sobre el tema),
generaría 12 millones de hectáreas de tierras cultivables, por riego directo o con cultivos
de secano. Se trataría de una nueva y privilegiada Pampa húmeda, en los cual se podría
reubicar a millones de compatriotas, con trabajo y vida digna. De esta manera nos
reencaminaremos hacia nuestro propio país. Desde luego, los japoneses, en forma
enteramente justificada desde su punto de vista, pedirían un altísimo precio, en intereses
y en tierras tomadas como garantía y en pago, por la financiación que aportarían.

Pero ¿hace falta realmente pedir ayuda a un país que es un verdadero paradigma en
materia de autofinanciación, como el Japón, para poner en marcha una obra de esta
envergadura? ¿No nos conviene acaso autofinanciarla nosotros mismos, a costo cero,
con 10.000 millones de dólares de los 60.000 millones que es imperioso emitir a breve
plazo? Decimos "a costo cero" porque esa obra gigantesca, que es posible terminar en
menos de dos anos, puede ser habilitada por tramos, y se autofinancia inmediata y
totalmente, aun antes de su terminación, por la incalculable valorización de las tierras
cruzadas por el canal principal y los secundarios. Al mismo tiempo, se daría trabajo en
ella, en forma inmediata, a centenares de millares de trabajadores, con evidentes
ventajas sobre cualquier plan habitual de construcción de viviendas. Pues una vez
construidas esas viviendas, quienes las ocupan deben tener algún trabajo para poder
mantenerse. En cambio, en este caso se preparan al mismo tiempo las viviendas, y el
medio de vida de quienes, las ocupan la tierra.

Por otra parte, una cosa seria efectuar la obra con capitales extranjeros, los cuales -
como es lógico - se llevarían la "crema" del negocio, y otra es hacerlo con capitales
propios. La inversión de 10.000 millones de dólares de fondos argentinos en el Centro-
Norte del país produciría una formidable reactivación de toda la economía en esa región
fundamental y en el resto del país, y la posterior reinversion de las utilidades en la
misma región, o en otras, según las prioridades establecidas a través de una decisión
común. ¿Por que no lo hemos hecho hasta ahora, pudiendo hacerlo? Porque hemos
adquirido - o nos han inculcado - una mentalidad de miserables y menesterosos. Y
porque la otra cara de la indigencia de los humildes es la indiferencia de los poderosos.
Torniquete y transfusión de sangre

La medida monetaria recomendada tiene sin la menor duda una prioridad absoluta en la
actualidad, a raíz del violento estrangulamiento o cuello de botella en que ha caído la
economía argentina a causa de su desmonetización, y que la coloca ante la inevitable
perspectiva (en el marco del modelo actual, y solo en este, desde luego) de un colapso
inminente. Para emplear un símil biológico, poner en marcha la nueva política
monetaria que recomendamos equivaldría a un torniquete aplicado a un herido con una
grave hemorragia, seguido por una urgente transfusión de sangre en la cantidad
necesaria.

No obstante, es evidente que la emisión de una moneda inconvertible, por mejor


realizada e inobjetable que fuera desde el punto de vista técnico, sería del todo
insuficiente, por si sola, para torcer el acelerado rumbo actual de los acontecimientos.
En efecto, si esa medida quedara aislada, en el contexto de una política liberal como la
que se ha seguido hasta ahora, la conjunción de los factores que han operado
perversamente desde setiembre de 1974, con las tremendas consecuencias conocidas,
desnaturalizaría inmediatamente la operatoria y los objetivos de la medida monetaria
propuesta. El Bancor se convertiría al instante en una ficha mas de la especulación
financiera internacional y de sus agentes locales. Este triste desenlace solo es evitable en
el marco de un amplio programa económico, cuyos lineamientos damos en forma
somera, pues desarrollarlos por completo aquí resultaría imposible. Señalemos .que
medidas similares se han tornado o se están tomando en todo el mundo. Entre otras, las
políticas a implementar son las siguientes:

A) Importación selectiva y cuotificada, a la norteamericana.

B) Control de cambios, a la manera del Brasil (que allí se llama, ingeniosamente,


"banda cambiaria").

C} Control del comercio exterior y estandarización de los bienes transables;


internacionalmente, a la japonesa, con un organismo tan rígido como el M.I.T.I. del
Japón (aquí podría ser el B.I.C.E. con la reingenieria necesaria).

D) Reescalonamiento de los pagos de la deuda externa, y estimación de su monto real


por una comisión parlamentaria y judicial.

E) Renacionalizacion del Banco Central, devolviéndole sus funciones especificas y


quitándole el carácter humillante y lamentable de Caja de Conversión que tiene en estos
momentos.

F) Nacionalización de la banca quebrada en la Argentina, terminando con la ruinosa e


insostenible política actual de subsidios encubiertos cuantiosos, e injustificados al sector
bancario privado.

G) Cogestión empresario-sindical, a la alemana.

H) Modificación profunda del perfil altamente regresivo del sistema tributario


argentino, que grava a los pobres y desgrava a los ricos. Se debe gravar la riqueza y los
ingresos en forma proporcional, como se hace en todos los países avanzados del mundo.
Como zafar de esta trampa mortal

Ya se han señalado los motivos por los cuales deben descartarse de plano las tentativas
de superar la creciente crisis en curso por medio de una devaluación, única arma,
insistimos, de la cual parecen disponer algunos colegas en situaciones límite como la
actual. En este terrero, la confusión reinante es total, y sus consecuencias son realmente
fatídicas. Algunos, a pesar de que deberían saberlo, desconocen o fingen desconocer que
la desmonetizaci6n es la insuficiencia de circulante para poder realizar
satisfactoriamente todas las transacciones que requiere la economía real para su normal
desenvolvimiento. Tampoco recuerdan que una economía se desmonetiza cada vez mas
a medida que se desarrolla un ciclo inflacionario o, peor aun, hiperinflacionario.

For ende, una emisión lisa y llana del circulante habitual no "solamente no pondría fin a
la desmonetización actual, sino que lo aceleraría y agravaría hasta el paroxismo. Se
podría designar este paradójico fenómeno de la economía, en el cual intervienen e
interactuan el sector real y el monetario, como "la trampa de la desmonetización".

La única forma real de zafar de esta trampa (que puede ser mortal para un país como el
nuestro, y lo seria si las condiciones actuales se mantuvieran) consiste en emitir una
nueva moneda, libre de los problemas - a la vez políticos, sociales y psicológicos - que
determinaron el descrédito y la creciente inviabilidad de la moneda anterior. Todos los
planes de estabilización monetaria realizados con éxito hasta ahora comenzaron siempre
con una moneda nueva, que a su vez refleja nuevas relaciones de poder.

Por consiguiente, debe quedar perfectamente en claro que cuando hablo de una reforma
monetaria capaz de resolver esta situación insostenible, me estoy refiriendo obviamente,
al mismo tiempo, a la transformación del "Sistema de alianzas" que desemboco en una
situación social y política altamente inestable, que se ha vuelto intolerable y no puede
continuar. Porque en estos momentos críticos se pone justamente de manifiesto con total
crudeza "que en esta sociedad, donde podría haber tanta abundancia y donde existe tanta
escasez y miseria, lo económico y lo político están indisolublemente ligados.

Una solución avalada par una larga experiencia

Algunos ejemplos de reformas monetarias realizadas con pleno éxito deberían ser
suficientes para corroborar lo que se acaba de leer. El primero que daré, es el de los
bolcheviques rusos, que en 1919, en pleno "comunismo de guerra", se vieron obligados
a poner en circulación una nueva moneda, el "Chervonetz", dotado de un aspecto
aparentemente sólido, por su autolimitacion de la emisión, que les permitió salir de la
hiperinflacion galopante en que habían caído.

Otros ejemplos son el "Rentenmark" de Schacht en Alemania (1923), moneda paralela


al "Reichsmark" (RM, la moneda alemana de aquella época); el "Pengo" instaurado por
el primer ministro húngaro, el conde Bethlen (1924), basado en un préstamo de
reconstrucción avalado por la Sociedad de las Naciones; y el "Deutchsmark" (o DM
actual, sucesor del "Reichsmark"), implantado por Ludwig Erhard en 1948
simultáneamente con una durísima revaluacion monetaria, y otros integrantes de una
larga lista,
Pero no se necesita ir tan lejos para encontrar un ejemplo sumamente ilustrativo. Basto
que la Ley de Convertibilidad, aprobada por el Congreso Nacional el l° de abril de
1991, decretara que una nueva moneda, el peso argentino, era iguala un entonces
prestigioso dólar estadounidense, para que la gente olvidara al desacreditado Austral y
se plegara con entusiasmo al flamante signo monetario, destinado a asegurar, según se
decía, la indudable e inminente inserción de la Argentina en el Primer Mundo. No
importo que de esta manera el Banco Central quedara convertido en una simple Caja de
Conversión, carente de todo poder de emisión, mientras que el dólar continuaba siendo
emitido a su entera discreción por los 12 bancos emisores que forman el Sistema de la
Reserva Federal de los Estados Unidos. Tampoco importó que esta metodología
implicara una asfixia progresiva y finalmente mortal para la economía argentina, lo cual
justificaría quitar el titulo y procesar a sus incompetentes ejecutores. Pues si un
ingeniero puede perder su titulo cuando se derrumba un balcón que mando construir,
con razón mucho mayor deberían perderlo los economistas que han mandado a remate y
han empobrecido, saqueado y hambreado a un país entero.

Solo ahora, después de cuatro años y fracción, la astringencia monetaria ha llegado a un


punto tal que todo el mundo comienza a pedir cambios. La respuesta se encuentra en
esta nueva moneda no convertible. Con ella, no estamos proponiendo innovación
alguna, sino una solución totalmente ortodoxa y respaldada por una experiencia de mas
de siete décadas.

Desde luego, solo una alianza política suficientemente fuerte y sólida, con un verdadero
proyecto de país, que nos abra al porvenir - en lugar de encerrarnos en una jaula en una
actitud suicida, arrojando las llaves a través de los barrotes - puede hacer posible y
viable este cambio fundamental, que no admite postergación, bajo pena de un colapso
de grandes proporciones en caso contrario.

IX. RECUPERAR EL PODER DE DECISION

Simultáneamente con la legislación que crea el billete de banco no convertible que es el


Bancor, el peso argentino debe quedar definido en esta reforma monetaria como el
resultado polinomico de una canasta de monedas duras y "commodities"" (bienes
transables internacionalmente, en los cuales los porcentajes se refieren a precios
históricos de referencia, actualizados:

1 peso= a% Y (Yenes) + b% DM + c% Francos Suizos + d% Dólares , US + e% DEG


(Derechos Especiales de Giro, que a su vez son una canasta monetaria) + f % quintales
de trigo + g% quintales de maíz + h% "mix" de oleaginosas + i % toneladas de la cuota
Hilton de carne argentina + j % barriles de petróleo +...

Ya hemos señalado la finalidad de esta canasta: reemplazar una moneda dura por otra
aun mas dura. solo de esta manera se puede asegurar que un plan monetario de
estabi1izacion tendrá un éxito que jamas se logra reemplazando una moneda fuerte por
otra débil.

Como punto de partida, recomendamos calcular la canasta mencionada de tal modo que
resulte una paridad inicial: 1 peso = 1,20 dólares US.
Esto implica una revaluacion inicial del peso argentino en un 20%. Su objetivo es licuar
toda la deuda de nuestro país nominada en dotares (estatal y privada) en la misma
proporción. Esta quita, decidida por la República Argentina. es por lo menos tan
legitima y legal como los aumentos de las tasas flotantes de interés decididos en forma
unilateral por los organismos internacionales de crédito y los financistas privados, por si
y ante si.

Con el descuento en cuestión se obtiene un alivio inmediato para los enormes


compromisos financieros de las grandes empresas y las entidades financieras de nuestro
país, que en caso contrario nos llevara corto a mediano plazo a un nuevo y grave
"default", como en 1982. El alivio es igualmente considerable; guardadas las
proporciones, para el inmenso pelotón de miembros de la clase media endeudados en
dólares. Todo lo cual permitirá lograr para esta medida revaluatoria el apoyo, que es
fundamental, de esos dos sectores sociales básicos (que son enemigos acérrimos de
cualquier devaluación, como lo demostró con absoluta claridad el resultado de la
elecciones del 14 de mayo). Dicho sea de paso: dichos sectores deben ser conquistados
como firmes aliados de este proceso de reactivación económica, de remonetizacion y de
revaluacion. En caso contrario, no habría alianza política capaz de llevarlo a cabo hasta
el final, y tal vez ni siquiera parcialmente.

Según lo he dicho, así como una devaluación del 20% aumenta la deuda de los
particulares y del Estado, una revaluacion de 120% la licúa en la misma proporción.
Observemos que el Plan Real del Brasil, iniciado con una paridad 0,80 real = 1 dólar
US, significo justamente, en los hechos, una revaluacion (los brasileños la llaman
"apreciación", que es lo mismo) del 25% del signo monetario del Brasil. Esa medida, un
verdadero regalo, gratifico sumamente al "establishment" de ese país, en especial al
paulista, y a su clase media, y volcó la elección presidencial de 1994 en favor del Prof.
Cardoso.

Sin embargo, debe tenerse en cuenta la ambivalencia y el carácter hasta cierto punto
incoherente de la política monetaria del actual gobierno del Brasil. En efecto este, una
vez en el poder, debió complacer también al poderoso sector exportador, cuyos intereses
se empalman en una amplia franja con los del sector industrial, pues ahí las
exportaciones de productos no tradicionales predominan sobre las del sector primario.
Por tal motivo, después de la revaluacion inicial, el gobierno de Fernando Henrique
Cardoso se vio obligado a pasar a una política de minidevaluaciones sucesivas (el
conocido "crawling peg"). Pero eso no mejoro de una manera decisiva la situación, pues
desde julio de 1995 se inicio en ese país una marcada desaceleración de la oleada
compradora de los primeros meses (en realidad, el comienzo de la recesión, en mucho
menos tiempo que en la Argentina). Esa nueva situación lo obligo a adoptar medidas
proteccionistas, contrarias al espíritu y a la letra de los acuerdos del MERCOSUR.

Señalemos un rasgo diferencial con respecto a la metodología empleada en el Brasil. En


nuestro caso, la adopción de una canasta de monedas duras y "commodities" para el
peso argentino significa el punto de partida de una desdolarizacion continua. En efecto,
implica una licuaci6n permanente y progresiva de las deudas argentinas -en dólares -,
tanto internas como externas, tanto estatales como privadas, pues- en la canasta se
valoriza constantemente con respecto a la moneda estadounidense. Desde luego, el
Bancor se revaloriza en la misma proporción y (tal como lo señale), podría llegar a .ser
preferido al peso.
Decidir nosotros mismos nuestro propio destino

El manejo conjunto de estos instrumentos de política económica hace posible:

a) Aumentar en un 60%, como mínima, los actuales salarios nominales (como lo hizo
audazmente el Dr. Arturo Frondizi en 1958, con un fuerte efecto reactivador). Teniendo
en cuenta el deterioro de los salarios reales en un 35 % desde el l° de abril de 1991 hasta
ahora, esta medida significa mejorar esos salarios reales en un 25%.

b) Llevar las jubilaciones del sector pasivo a un mínimo de $ 500.

c) Cancelar en la forma indicada mas arriba todas las deudas del Estado en el orden
nacional, provincial y municipal con proveedores, contratistas y acreedores en juicios
perdidos por el Estado.

d) Generar de este modo un "shock" de liquidez que termine con el cierre progresivo y
generalizado de la industria y del comercio, y fomente la reapertura o la apertura de
millares de empresas y negocios de toda índole en todo el país. Esto no solo producirá a
corto plazo (entre un año y dos) una situación de pleno o semipleno empleo, sino que
provocara el reingreso a la Argentina de un gran numero de trabajadores de países
hermanos limítrofes (entre uno y dos millones de personas) que encontraban
ocupación .y buenos sueldos en este país, Como ocurrió hasta la era de Martínez de Hoz
y sucesores.

De este modo se pondrá en marcha el "shock de producción" que reclama el sector


industrial. Los fondos a emitir bajo la forma de "Bancors", para restablecer en nuestro
país la circulación normal de dinero sin el cual la economía no puede seguir
funcionando de ninguna manera, permitirán realizar con fondos propios obras de gran
envergadura, que se autofinanciaran inmediatamente:

a) La canalización del río Bermejo, a la cual ya nos hemos referido antes.

b) La "polderización" del Delta, que significa su endicamiento, como se hizo en


Holanda con el Zuider See. De este modo se creara, a !as puertas de Buenos Aires otra
Pampa Húmeda con riego asegurado y mas de un metro de humus, cuya fertilidad solo
se podría comparar con la del De1ta del Nilo hasta que la represa de Assuán la deterioro
gravemente.

c) Otros emprendimientos fundamentales son la construcción del ferrocarril


transpatagonico, la recuperación del sistema ferroviario argentino, actualmente
transformado en lo esencial en una empresa comercial de cargas, excluyendo a las
personas (caso típico, lo ocurrido con la eliminación del "Tucumano"); otras iniciativas
regionales, provinciales y zonales (por ejemplo, la forestación masiva de toda la cuenca
del Río Salado, en la provincia de Buenos Aires, única forma de terminar para siempre
con inundaciones periódicas que producen enormes daños).

Todo esto debe hacerse con capitales propios, que - lo reiteramos - el país se prestara a
si mismo, en condiciones infinitamente menos onerosas y mas viables que cualquier
hipotético y poco probable préstamo externo.
Este conjunto coherente de medidas constituye en su conjunto un programa económico
y social destinado a permitir que los argentinos puedan vivir y prosperar en su propio
país.

Son cada vez mas los que están comenzando a comprender que el logro de este objetiva
fundamental es imposible sin liberarnos del cepo monetario y financiero que en este
momento agarrota la economía argentina, actúa como una verdadera trampa para sus
propios creadores, y vuelve literalmente imposible continuar con el actual modelo.

Desde luego, solo saldremos de esta situación, que tiene efectos terroríficos para la
mayoría, si se produce un cambio decisivo de actitud. Se podría hablar de una
conversión cultural y espiritual, que consiste en recuperar el derecho de decidir nosotros
mismos nuestro propio destino.

Dr. Mauricio Prelooker

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