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Liberalismo e Iglesia Católica

Fuente: ecwiki (enciclopedia católica online)

Definición
La palabra liberal deriva del latín liber, libre, y antes del fin del siglo XVIII significa sólo
“condición de un hombre libre”. Así se hablaba de “artes liberales” o “profesiones
liberales”. Después, el término fue aplicado también a las cualidades del intelecto o del
carácter que se consideraban como un ornamento propio de quien ocupaba una alta
posición social, debido a su riqueza y educación. Así pues, liberal tiene el sentido de
intelectualmente independiente, dotado de una mentalidad amplia, magnánimo, franco,
abierto y genial. Además, Liberalismo puede también significar un sistema político o una
tendencia opuesta a la centralización y al absolutismo. En este sentido, Liberalismo no
difiere del espíritu y las enseñanzas de la Iglesia Católica. Desde el fin del siglo XVIII,
sin embargo, la palabra ha sido aplicada cada vez más a ciertas tendencias en la vida
intelectual, religiosa, política y económica, que implicaban una parcial o total
emancipación del hombre respecto al orden sobrenatural, moral y divino. Normalmente,
los principios de 1789, o sea de la Revolución Francesa, son considerados como la
carta magna de esta nueva forma de Liberalismo. El principio más fundamental afirma
una irrestricta y absoluta libertad de pensamiento, religión conciencia, credo, palabra,
prensa y política. Las consecuencias necesarias de esto son, por un lado, la abolición
del derecho divino y de cualquier clase de autoridad derivada de Dios; la relegación de
la religión, desde la vida pública, al dominio privado de la conciencia individual de cada
uno; la ignorancia absoluta del cristianismo y de la Iglesia como instituciones públicas,
legales y sociales; por otro lado, supone el poner en práctica una absoluta autonomía de
cada hombre y ciudadano en todo tipo de actividades humanas, y una concentración de
toda la autoridad pública en una “soberanía del pueblo”. Esta soberanía popular en
todas las ramas de la vida pública, como la legislación, administración y jurisdicción, es
para ser ejercida en el nombre y por orden de los ciudadanos, de tal modo que todos
deberían tener y compartir el control de esto. Un principio fundamental del Liberalismo
es la proposición: “Son contrarias al derecho, libertad y dignidad naturales, innatos, e
inalienables de sujetarse por uno mismo a una autoridad, cualquier principio, regla,
medida o sanción que no estén dentro uno mismo”. Este principio enunciado implica la
negación de toda verdadera autoridad; porque la autoridad necesariamente presupone
un poder que está fuera y sobre el hombre vinculándolo moralmente.

Estas tendencias, sin embargo, estuvieron más o menos activas mucho antes de 1789;
sin duda son coetáneas con el género humano. El Liberalismo moderno las adopta y
propaga bajo la engañosa máscara del Liberalismo en su auténtico sentido. Como
descendiente directo del Humanismo y de la Reforma en los siglos XV y XVI, el
Liberalismo moderno fue más desarrollado por los filósofos y letrados de Inglaterra,
especialmente por Locke y Hume; por Rosseau y los Enciclopedistas en Francia; y por
Lessing y Kant en Alemania. Su auténtica cuna, sin embargo, fueron los salones de los
librepensadores moderados de la nobleza francesa (1730-1789), especialmente de
Madame Necker y su hija Madame de Staël. La última más que nadie fue la conexión
entre los elementos librepensadores antes y después de la Revolucion y el centro del
moderno movimiento Liberal tanto en Francia como en Suiza. En su visión político-
religiosa Madame de Staël está íntimamente conectada con Mirebeau y el partido
Constitucional de la Revolución. Estas concepciones encuentran la más clara
exposición en su obra "Considèrations sur les principaux Èvènements de la Rèvolution
française". Ella aboga por la mayor posible libertad individual, y denuncia como absurda
la derivación de la autoridad humana desde Dios. La posición legal de la Iglesia, según
ella, tanto como institución pública, así como propietaria de bienes, es la de una
organización nacional que está, por lo tanto, enteramente sujeta a la voluntad de la
nación; la propiedad eclesiástica no pertenece a la Iglesia, sino a la nación; la abolición
de los privilegios eclesiásticos está totalmente justificada, ya que el clérigo es un
enemigo natural de los principios de la Revolución. La forma ideal de gobierno es la
república en los estados más pequeños y, en los más grandes, la monarquía
constitucional, siguiendo el modelo de Inglaterra. Todo el arte de gobernar en los
tiempos modernos, consiste, de acuerdo con Madame de Staël, en la técnica de dirigir
la opinión pública y en el aprovechamiento de ésta en el momento preciso.

Desarrollo y principales tipos de Liberalismo Moderno en los


países que no son de habla inglesa
Ya que los así llamados principios liberales de 1789 están basados sobre una noción
errada de libertad humana, son, y deben serlo siempre, contradictorios e indefinidos en
sí mismos, siendo imposible, en la práctica, llevarlos a efecto consistentemente. En
consecuencia todas las distintas clases y matizaciones del Liberalismo que han sido
desarrolladas, se han mantenido de hecho en una aplicación más conservadora que
lógica de los principios liberales que deberían respaldar. El Liberalismo fue primero
formulado por el Protestantismo Ginebrino (Rosseau, Necker, Madame de Staël,
Constant, Guizot); no obstante fue desde Francia que se esparció por el resto del
mundo, así también lo hicieron sus diferentes tipos más respresentativos. Estos fueron
desarrollados en estrecha conexión con las diferentes Revoluciones producidas en
Europa desde 1789. Los principales de Liberalismo tipos son:

Liberalismo antieclesiástico
Liberalismo antiguo
Primero sostenido por Madame de Staël y Constant. Puede ser descrito como
Liberalismo de salón, propio de los librepensadores de las clases más educadas,
quienes, sin embargo, no consienten en llegar a ser políticos prácticos u hombres de
estado; ellos fueron observadores superiores, críticos infalibles, permaneciendo por
encima de todos los partidos. Más tarde algunos pocos de estos viejos liberales,
animados por una auténtica caballerosidad liberal, se erigieron a favor de los derechos
de las mayorías oprimidas contra las mayorías jacobinas, por ejemplo Littrè y Laboulaye
en Francia (1879-1880).

Liberalismo de Royer-Collard y de Broglie


Estrechamente conectado con este Liberalismo antiguo de Madame de Staël está el
Liberalismo que fue originado en la sala de lectura de Royer-Collard y en el salón del
Duque de Broglie (1814-1830). Fue el Liberalismo de los políticos prácticos y los
estadistas, quienes pretendieron restablecer, mantener y desarrollar, en los diferentes
estados, la forma constitucional de gobierno basada en los principios de 1789. Los más
prominentes representantes de este grupo fueron, junto a de Broglie, Royer-Collard,
Guizot en Francia, Cavour en Italia, von Rotteck y sus partidarios en Alemania.

El Liberalismo Burgués
Fue la natural consecuencia del Liberalismo doctrinario; se adaptó más a los intereses
de las clases adineradas y dotadas de propiedades; debido a que el clero y la nobleza
habían sido desposeídos de su poder político, éstas fueron las únicas clases que
pudieron usar de las nuevas instituciones, no estando el pueblo suficientemente
organizado e instruido para hacerlo. Las ricas clases industriales, además, fueron, muy
desde el comienzo en todos los países, el principal sostén del Liberalismo y, el
Liberalismo por su parte, fue forzado para favorecer sus intereses. Esta clase de
Liberalismo burgués gozó de su más alto favor en Francia durante el tiempo del rey-
ciudadano Luis Felipe (1830-40), quien abiertamente reconoció su dependencia de él.
Floreció en Alemania, como “Liberalismo nacional”, en Austria, como “Liberalismo
político en general”, en Francia como el Liberalismo del partido Oportunista de
Gambetta. Sus rasgos característicos son materialistas; sus ideales sórdidos atienden
sólo a un irrestricto disfrute de la vida, al egoismo en la explotación del económicamente
débil, por medio de tarifas que se aplican según los intereses de las clases. Mantiene
una sistemática persecusión del Cristianismo y, en especial de la Iglesia Católica con
sus instituciones, junto con una frívola desconsideración y, aun una imitación burlesca,
del orden moral divino. Incluye además una indiferencia cínica en la elección y uso de
los medios —asesinato, corrupción, fraude, etc.— para luchar contra sus oponentes y
adquirir una absoluta preponderancia y control de todo.

El liberalismo progresista
Los “partidos progresistas” Liberales están en oposición a los Conservadores y los
Liberales de las clases burguesas, en cuanto éstos, una vez en el poder, normalmente
dedican poca o ninguna atención a promover las mejoras sociales acordes los principios
liberales, mientras que los progresistas ponen más esfuerzo en los mismos objetivos
fudamentales del Liberalismo y luchan contra una cínica política parcializada hacia
intereses particulares; por esta razón los progresistas aparecen ante el observador de
fuera como más imparciales y honestos.

El liberalismo radical
Los Liberales Radicales se adhieren a las ideas modernas progresistas, que tratan de
poner en práctica sin considerar el orden existente o los derechos, ideas y sentimientos
de otras personas. Así fue el primer partido político Liberal en 1810: los jacobinos
españoles. Este es el Radicalismo, que bajo una máscara de libertad está ahora
aniquilando los derechos de los católicos en Francia.

El liberalismo demócrata
Los Démocratas Liberales quieren hacer a las masas del pueblo común el factor
decisivo en los asuntos públicos. Ellos se refieren especialmente a las clases medias,
cuyos intereses pretenden considerarlos en primer lugar.
El Socialismo
El Socialismo es el Liberalismo del interés individual, propiciado por todas las clases de
liberales descritas antes, pero asumido por los miembros del cuarto estado y del
proletariado. No es nada más que la reacción natural contra una política parcializada
hacia intereses propiosde algunos. Sus principales ramas son:

El Comunismo
El Comunismo, que trata de reorganizar las condiciones sociales aboliendo la propiedad
privada. La Social Democracia Radical de Marx (fundada en 1848), común en Alemania
y Austria. El Socialismo Moderado (Federación Democrática Socialista en Inglaterra,
Posibilistas en Francia, etc.) Los partidos Anarquistas fundados por Bakunin, Most, y
Krapotkin, después de 1868, durante algunos periodos aliados a la Social Democracia.
El Anarquismo como sistema es relativamente el más lógico y radical desarrollo de los
principios Liberales.

Liberalismo Eclesiástico (Catolicismo Liberal)


1. La forma política prevalente del moderno Catolicismo Liberal, es la que regularía las
relaciones de la Iglesia, el Estado y la sociedad moderna de acuerdo con los principios
liberales según lo expone Benjamin Constant. Tiene sus predecesores y patrones en el
Galicanismo, el Febronianismo y el Josefinismo. Fundado en 1828 por Lamennais, el
sistema fue después defendido en algunos aspectos por Lacordaire, Montalembert,
Parisis, Dupanloup, y Falloux.

2. La forma más teológica y religiosa de Catolicismo Liberal tiene sus predecesores en


el Jansenismo y el Josefinismo; tiende a ciertas reformas en la doctrina eclesiástica y en
la disciplina de acuerdo con la teoría anti-eclesiástica protestante liberal y la “ciencia e
ilustración” atea preponderante en su tiempo. Las fases más nuevas de este Liberalismo
fueron condenadas por Pio X como Modernismo. En general defiende una amplitud en
la interpretación de los dogmas, descuido u omisión de los decretos disciplinares y
doctrinales de las Congregaciones Romanas, simpatía hacia el Estado aun en sus
decretos contra la libertad de la familia y de los individuos para el libre ejercicio de la
religión.

Condenación del Liberalismo por la Iglesia


El Liberalismo, por proclamar la absoluta autonomía del hombre en el orden intelectual,
moral y social, niega, al menos prácticamente, a Dios y a la religión sobrenatural. Si se
desarrolla lógicamente, conduce a la negación teórica de Dios, colocando a la
humanidad deificada en lugar de Dios; ha sido censurado en las condenaciones del
Racionalismo y el Naturalismo. La condenación más solemne del Racionalismo y el
Naturalismo está contenida en la Constitución “De fide” del Concilio Vaticano (1870); la
más explícita y detallada condenación, sin embargo, fue otorgada al Liberalismo
moderno por Pio IX en la Encíclica “Quanta cura” del 8 de diciembre de 1864 y el
Sillabus adjunto. Pio X lo condenó otra vez en su alocución del 17 de abril de 1907, y en
el Decreto de la Congregación de la Inquisición del 3 de julio de 1907, en el que los
principales errores del Modernismo fueron rechazados y censurados en sesenta
proposiciones. La más antigua y principal forma política del falso Catolicismo Liberal ha
sido condenada por la Encíclica de Gregorio XVI, “Mirari vos” del 15 de agosto de 1832
y por varios breves de Pío IX ( ver Sègur, "Hommage aux Catholiques Libèraux", Paris,
1875). La definición de la infalibilidad papal por el Concilio Vaticano I fue virtualmente
una condenación del Liberalismo. Junto a ésta, varias recientes decisiones se refieren a
los principales errores del Liberalismo. De gran importancia al respecto son las
alocuciones y encíclicas de Pio IX, León XIII, y Pío X (Cf. Recueil des allocutions
consistorales encycliques . . . citèes dans le Syllabus", Paris, 1865) y las encíclicas de
León XIII del 20 de enero de 1888, “Sobre la libertad humana”; del 20 de abril de 1878,
“Sobre los males de la sociedad moderna”; del 28 de diciembre de 1878, “Sobre las
sectas del Socialismo, Comunismo y Nihilismo”; del 4 de agosto de 1879, “Sobre la
filosofía cristiana”; del 10 de febrero de 1880, “Sobre el matrimonio”; del 29 de julio de
1881, “Sobre el origen del poder civil”; del 20 de abril de 1884, “Sobre la Masonería”; del
1 de noviembre de 1885, “Sobre el estado cristiano”; del 25 de diciembre de 1888,
“Sobre la vida cristiana”; del 10 de enero de 1890, “Sobre los principales deberes de un
ciudadano cristiano”; del 15 de mayo de 1891 “Sobre la cuestión social”; del 20 de enero
de 1894 “Sobre la importancia de la unidad de la fe y la unión con la Iglesia para la
preservación de los fundamentos morales del Estado”; del 19 de marzo de 1902, “Sobre
la persecución de la Iglesia en todo el mundo”. Una información completa sobre la
relación de la Iglesia con el Liberalismo en distintos países puede obtenerse de las
actas y decisiones de los distintos concilios provinciales. Éstas pueden encontrarse en
la "Collectio Lacensis" bajo las voces del índice: Fides, Ecclesia, Educatio,
Francomuratores.

FERRAZ, Spiritualisme et libèralisme (Paris, 1887); IDEM, Traditionalisme et


ultramontanisme (Paris, 1880); D'HAUSSONVILLE, Le salon de Mme Necker (Paris,
1882); LADY BLENNERHASSET, Frau von Staël (1887-89); LABOULAYE, Le parti
libèral (Paris, 1864); IDEM en la Introducción de su edición del Cours de politique
constitutionelle de Benj. Constant (Paris, 1872); CONSTANT, De la religion (Paris, 1824-
31); BLUNTSCHLI, Allgemeine Staatslehre (Stuttgart, 1875), 472; SAMUEL, Liberalism
(1902); DEVAS, Political Economy (London, 1901), 122, 531, 650 seq.; VILLIERS,
Opportunity of Liberalism (1904); RUDEL, Geschichte des Liberalismus und der
deutschen Reichsverfassung (1891); DEBIDOUR, Histoire des rapports de l'Èglise et de
l'Ètat 1789-1905 (Paris, 1898-1906); BRÜCK, Die Geheimen Gesellschaften in Spanien
(1881); Handworterbuch der Staatswissenschaften, I, 296-327, s. v. Anarchismus; Ferrer
im Lichte der Wahrheit in Germania (Berlin, 1909); MEFFERT, Die Ferrer-Bewegung als
Selbstentlarvung des Freidenkertums (1909).

Obras sobre el Liberalismo eclesiástico:— (A) Iglesias protestantes:— GOYAU,


L'Allemagne religieuse, le protestantisme (Paris, 1898); SABATIER, Religions of
Authority and the Religion of the Spirit; POLLOCK, Religious Equality (London, 1890);
REVILLE, Liberal Christianity (London, 1903); IDEM, Anglican Liberalism (London,
1908). (B) Sobre el Liberalismo Católico:— WEILL, Histoire de Catholicisme libèral en
France, 1828-1908 (Paris, 1909). (C) Sobre el Modernismo: SCHELL, Katholizismus als
Prinzip des Fortschritts (1897); IDEM, Die neue Zeit und der neue Glaube (1898);
MÜLLER, Reformkatholizismus (estas tres obras están en el Índice); STUFLER, Die
heiligkeit Gottes in Zeit. für kath. Theol. (Innsbruck, 1908), 100-114; 364-368.

Crítica y condena del Liberalismo:— FAGUET, Le LibÈralisme (Paris, 1906); FRANTZ,


Die Religion des National-liberalismus (1872). Desde el punto de vista católico:—
DONAT, Die Freiheit der Wissenschaft (1910); VON KETTELER, Freiheit Autorität und
Kirche (Mainz, 1862); IDEM, Die Arbeiterfrage und das Christenthum (Mainz, 1864);
DECHAMPS, Le libèralisme (1878); DONOSO CORTÉS, Catholicism, Liberalism and
Socialism (tr. Philadelphia, 1862); H. PESCH, Liberalismus, Sozialismus und christliche
Gesellschaftsordnung (Freiburg, 1893-99); CATHREIN, Der Sozialismus (Freiburg,
1906); PALLEN, What is Liberalism? (St. Louis, 1889); MOREL, Somme contre le
catholicisme libÈral (Paris, 1876); Die Encyklika Pius IX. vom 8 Dez. 1864 in Stimmen
aus Maria-Laach; CHR. PESCH, Theologische Zeitfragen, IV (1908); HEINER, Der
Syllabus (Pius IX.) (1905); Der Syllabus Pius X. und das Dekret des hl. Offiziums
"Lamentabili" vom 3 Juli, 1907 (1908); BROWNSON, Conversations on Liberalism and
the Church (New York, 1869), reimpresa en sus obras, VII (Detroit, 1883-87), 305;
MING, Data of Modern Ethics Examined (New York, 1897), x, xi; MANNING, Liberty of
the Press in Essays, third series (London, 1892); BALMES, European Civilization
(London, 1855), xxxiv, xxxv, lxvii; IDEM, Letters to a Sceptic (tr. Dublin, 1875), letter 7;
GIBBONS, Faith of Our Fathers (Baltimore, 1871), xvii, xviii; The Church and Liberal
Catholicism, carta pastoral de los obispos ingleses, reimpresa en Messenger of the
Sacred Heart XXXVI (New York, 1901). 180-93; cf. also Dublin Review, new series,
XVIII, 1, 285; XXV, 202; XXVI, 204, 487; third series XV, 58.

HERM. GRUBER Transcrito por Vivek Gilbert John Fernandez Dedicado a Anusha
Jebanasam y al Opus Dei Traducción al castellano del artículo original en inglés
efectuada por Luis Francisco Eguiguren Callirgos, Doctor en Filosofía, Pontificia
Università della Santa Croce, Roma. Profesor de la Universidad de Piura, Perú.

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