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Editorial Universitaria
El Estado peronista
Los planes quinquenales del peronismo: la primera
experiencia argentina de planificación integral
El Estado peronista
Los planes quinquenales del peronismo:
la primera experiencia argentina
de planificación integral
Incluye los Planes Quinquenales y el discurso
de J. D. Perón sobre la Administración Pública
ISBN: 978-987-4110-15-2
Presentación 9
3. Bibliografía 54
Anexos 57
II. Los Planes Quinquenales 73
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Presentación
más allá de esos restos documentales y, en el caso que nos ocupa, tenemos pistas
en lecturas geopolíticas globales de la época, es decir, en el período posterior a la
Segunda Guerra Mundial y en la continuidad bélica de baja intensidad bautizada
como “Guerra Fría”.
A partir del golpe de junio de 1943 –y antes también, si tenemos en
cuenta los esfuerzos previos de otros militares como Enrique Mosconi, con la
nacionalización del petróleo y la creación de YPF o Manuel Savio, ideólogo y
creador de Fabricaciones Militares– una de las principales preocupaciones del
grupo de militares en el poder fue la industrialización del país, en un contexto
de conflagración mundial en pleno desarrollo y de final incierto, que afectó la
importación de productos manufacturados pero que a la vez ofreció la oportunidad
para concretar un proyecto de desarrollo nacional.
El propio Perón, en la conferencia dictada en el Colegio Nacional de la
Universidad de La Plata, el 10 de junio de 1944, expresó respecto del significado
de la Defensa Nacional que la misma estaba ligada a una serie de factores que
tenían que ver con la guerra pero, principalmente, también con la preparación
para esta, haciéndose eco del planteo de “Nación en armas” o “guerra total”,
esbozado por el mariscal Colmar von der Goltz. En tal sentido, Perón hablaba en
primer término de la necesidad de asegurar la calidad de los recursos humanos de
la Patria, señalando que:
2. Perón, J. (1944). Significado de la Defensa Nacional desde el punto de vista militar. Recuperado de http://www.
jdperon.gov.ar/material/discursos/discurso_10_jun_1944.pdf
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Presentación
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I. Los planes quinquenales del
peronismo: la primera experiencia
argentina de planificación integral
1. El Primer Plan Quinquenal (1947-1951):
su impacto en la configuración del Estado
1.1. Introducción
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nente de Política Económica (CIPPE) que había sido creada en 1938 para
encargarse de todo lo vinculado con el comercio exterior, hasta que, en 1946,
estas funciones fueron asumidas por el Banco Central nacionalizado (Oyuela,
1980). También se puso más énfasis en la coordinación y planificación de
obras públicas (se creó una dirección general en el Ministerio de Obras Públi-
cas) y, en junio de 1943, se reordenó la reglamentación de las leyes de créditos
Nº 12576 y 12815.
El 3 de julio de 1943 se creó la Comisión Nacional de Reconstrucción
Económico-Social como ampliación paralela de la CIPPE.
El cambio más importante se produjo el 27 de noviembre de 1943 con la
creación de la Secretaría de Trabajo y Previsión, uno de los pilares de la acción
del entonces coronel Perón. A través de ella se concretó una cantidad nunca
vista hasta entonces de mejoras sociales que darán posteriormente sustento al
gobierno peronista.1
Sobre el rol fundamental de la Secretaría de Trabajo y Previsión plantea-
mos dos explicaciones, una sintética extraída del libro de Alberto Ciria Perón
y el justicialismo (1971) y otra, más extensa, de Mallon y Sourrouille expuesta
en La política económica en una sociedad conflictiva (1977).
Ciria parte de la consideración de que la defensa nacional era para Perón
un problema integral que abarcaba todas las actividades, tanto del gobierno
como de los particulares. Para efectivizarse, la defensa nacional tropezaba con
una Nación que no estaba ni integrada ni lista para movilizarse, entre otros
factores, por la existencia de sectores populares sumergidos, una pronunciada
apatía de estos por lo político a causa del fraude, el conservadurismo y la ex-
trema dependencia respecto de Gran Bretaña.
Entonces, en el escenario impuesto por la Segunda Guerra hacía falta la
organización de las fuerzas empresarias y del trabajo, para llevarlas a la tarea
“nacional” que Perón quería, cerrando el camino a los extremismos peligro-
sos. Para el logro de la “unidad nacional”, Perón hace primar un concepto
militar: una buena “organización”, la cual depende, a su vez, de una buena
“conducción”. Como conductor, Perón planea, arma y provoca los sucesos,
pero comprende que la conducción política es distinta de la militar y consi-
1. Al frente de la División de Estadística del Departamento Nacional de Trabajo estaba el Dr. José Francisco Figuerola,
cuya importancia fue decisiva en todo el proceso del Primer Plan Quinquenal y en la formación institucional del
peronismo.
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Las condiciones estaban dadas, por lo tanto, para que Perón intentase estructurar
un movimiento obrero de masas. Y esto fue lo que hizo. Nunca un país había
experimentado reformas laborales tan amplias en el breve lapso de dos años. Se
instituyeron los convenios de trabajo por industria, se crearon tribunales laborales
para hacer cumplir las leyes –bastante progresistas– que ya estaban sancionadas,
así como otras nuevas; se hicieron grandes adelantos en el ámbito de la seguri-
dad social, se decretaron salarios mínimos crecientes no solo para los empleados
urbanos, sino también para los trabajadores rurales, a través del famoso Estatuto
del Peón, adoptado en 1944; se introdujo el sistema de aguinaldo y en 1945 fue
sancionada una discutida Ley de Asociaciones Profesionales, que disponía la reten-
ción obligatoria de los aportes sindicales por los empleadores, el reconocimiento
de una sola asociación por cada rama de actividad y la participación directa de los
sindicatos en la acción política, bajo la supervisión del Estado. Como resultado de
ello, el total de afiliados a los sindicatos se triplicó y por primera vez incluyó a gran
número de “cabecitas negras” y “descamisados” quienes, desde luego, mostraron
una inconmovible lealtad hacia su líder.
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2. En los considerandos de la creación del Banco se postulaban como objetivos: impulsar la industria nacional, sustituir
importaciones, incorporar valor agregado a las materias primas y promover una mayor ocupación y mejores salarios.
3. En los considerandos del decreto (cap. VI, Disposiciones Legales) se expresa: “Que si bien los problemas sociales
han sido con frecuencia abordados sin tener en cuenta la conexión que guardan con los demás factores que integran
el complejo económico nacional, las excepcionales circunstancias del momento presente exigen que marchen firme
y prudentemente orientados hacia la consecución de un objetivo común.
Que la desarticulación provocada por la guerra en la economía mundial requiere igualmente prever las soluciones
aplicables a las necesidades apremiantes de posguerra a fin de que el Estado, sin alterar los principios de libertad
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económica, tanto para los productores como para los consumidores, estimule la producción utilizando la mano de
obra disponible; [y que el gobierno] además de propender a tales finalidades, mantiene su propósito inquebrantable
de perfeccionar los conocimientos técnicos, aumentar el rendimiento, mejorar de modo efectivo las condiciones de
trabajo y la vida de los trabajadores, fomentar el progreso de la clase media y estimular el capital privado teniendo
en cuenta que constituye un elemento activo de la producción y contribuye el bienestar general”.
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careció el país de una política social estatal que velando por los altos intereses de la
Nación y en procura de un verdadero progreso social suavizara el choque de facto-
res contradictorios y convirtiera en reglas permanentes de justicia las aspiraciones
sensatas de los dos elementos primordiales de la economía nacional: el capital y
el trabajo.
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4. Es muy interesante la opinión que sobre el Consejo Nacional de Posguerra publica Carlos M. Noel en la revista
Hechos e Ideas, de noviembre-diciembre de 1947: “Hemos señalado desde estas páginas la profunda identificación
entre los ideales del máximo líder de la UCR, Dr. Hipólito Yrigoyen y la obra positiva y trascendente del General
Perón, que se inicia con la creación de la Secretaría de Trabajo y Previsión, para continuar luego con las realizaciones
del Consejo Nacional de Posguerra, cuya excepcional importancia todavía no ha sido debidamente juzgada. Baste
señalar que gracias a ellas, las conquistas sociales logradas por las clases media y trabajadora se consolidaron con
las bases económicas indispensables, como así el desenvolvimiento de nuestra economía vio asegurado su proceso
evolutivo en circunstancias sumamente difíciles.
Las medidas adoptadas por el gobierno revolucionario, ya sea por intermedio del Consejo Nacional de Posguerra o
por indicación del mismo, evitaron con las restricciones que forzosamente debieron implantarse, el derrumbe que
preveían las fuerzas coaligadas de los capitales foráneos, de nuestra oligarquía y de los políticos de los llamados
partidos populares, que por curiosa paradoja marchaban del brazo con todas las fuerzas de la reacción.
El intervencionismo del Estado salvó en aquella emergencia a la Nación”.
En el número de septiembre de 1947 de la misma revista, en sus glosas políticas: “En el aspecto financiero no deja
de sorprender cómo liberales y marxistas, asociados en un idílico maridaje, encuentren descabelladas las reformas
bancarias y la nacionalización del crédito”.
Este vasto plan progresista ¿acaso debía financiarse recurriendo a capital financiero internacional, cuando en su propio
mercado monetario interno existe un exceso de recursos? ¿Debía dejarse intacta una estructura bancaria que permitiría
que aquellos recursos se canalizaran hacia objetivos ajenos al bien común? “Se ha asegurado para el pueblo el pleno
empleo de su capacidad productiva, mediante la movilización de los recursos monetarios y la utilización racional del
crédito, lo cual sólo ha sido posible por la nueva reestructuración del sistema bancario. Con respecto a la evaluación
del desempeño del CNP puede decirse que desde él se tendía a coordinar los principales lineamientos económicos,
mientras que desde la Secretaría de Trabajo y Previsión se adosó el movimiento obrero al poder político, convirtiendo
a la clase obrera urbana y a los asalariados del campo en la base de sustentación del gobierno peronista. El Consejo
significó la elección de la opción de defensa de la industria nacional, ya esbozada con la creación del Banco de Crédito
Industrial”. Según Waldmann: “El Estado abandonó la actitud prescindente de anteriores gobiernos en lo concerniente
a la solución de problemas socio-económicos e intervino en el acontecer social con una función reguladora. […]
Esta nueva postura de la elite política se puso de manifiesto en la creación de una serie de instituciones, de las
cuales merecen destacarse dos: el Consejo Nacional de Posguerra, organismo de planeamiento político, en el cual
se recogían los informes sobre la situación de los diversos sectores socioeconómicos, que eran utilizados como
fundamentos para las decisiones y medidas políticas, y la Secretaría de Trabajo y Previsión, organismo que dirigía y
controlaba el mejoramiento material y la integración social de las capas sociales más bajas. Estas dos instituciones, en
su combinación de estatismo y de marcado apoyo a la clase trabajadora, anticipaban ya el concepto global que del
gobierno tendría Perón durante su primera presidencia”.
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5. Decreto-Ley Nº 8503/46: Nacionalización del Banco Central de la República Argentina. En los fundamentos se
establecía que la medida se tomaba para:
• proponer una intensificación racional de la capacidad productiva de la Nación;
• expandir la economía mediante el activo aprovechamiento de los recursos naturales y humanos;
• promover el desenvolvimiento de la industria, el mejoramiento de la producción agrícolo-ganadera, el acrece
tamiento demográfico y la elevación de la riqueza nacional;
• promover un amplio movimiento de rehabilitación económica que asegure y facilite a la población los más altos
niveles de consumo que puedan lograrse y se apliquen los progresos técnicos y científicos a fin de facilitar la
obtención de los bienes que utiliza el hombre;
• orientar y planificar la economía, garantizando la estabilidad, el nivel de vida y el pleno empleo. La nacionaliza-
ción fue determinada en razón de que:
• las funciones otorgadas al Banco Central por la antigua Ley Nº 12155 como banco mixto, dominado por la mayoría
de la banca privada para emitir billetes, comprar y vender oro, concentrar reservas para las fluctuaciones que
afectan el valor de la moneda, regular la cantidad de créditos y los medios de pago, no deben estar sometidos a
los intereses privados ya que son fines propios del Estado;
• no puede trazarse en normas aisladas distintas la política económica del Estado;
• el interés privado constituye una garantía de coincidencia con las necesidades del interés general;
• el monopolio de la emisión es condición esencial para controlar la circulación y lograr la estabilidad monetaria ya
que el Estado debe conducir la economía efectiva, crediticia y monetaria.
6. Decreto-Ley Nº 11554 del 24 de abril de 1946. Fue la consecuencia lógica de la nacionalización del Banco Central
y legisla sobre redescuentos y depósitos bancarios. En sus fundamentos se establecía:
• que en el año 1935 se creó el Instituto Movilizador de Inversiones Bancarias para movilizar la masa de recursos
congelados que no circulaba por la Ley de Bancos;
• que los bancos, “cuando otorgan sus préstamos crean depósitos que al moverse activamente por cheques que
entre ellos se giran, desempeñan la misma función monetaria que los billetes, a los que de más en más, tienden
a sobrepasar en importancia. […] parece claro que recibir los fondos que la población deposita en los bancos,
cosa que equivale a prestárselos y ampliar esas sumas en conceder créditos y realizar inversiones, recogiendo
ganancia, es en verdad algo muy parecido a un privilegio que sólo puede ser admitido como una especialísima
concesión de la autoridad pública bajo severas condiciones de vigilancia y contralor ejercida por el Estado, como
intérprete del interés general de la colectividad”;
• que los depósitos bancarios son trabajo y ahorro del pueblo argentino y por tal motivo deben cumplir las funcio-
nes que el Estado les asigne;
• que los depósitos bancarios deben cumplir los fines que les establezca el Banco Central en la función de regular
el crédito y los medios de pago, los que deben adecuarse al volumen real de los negocios.
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2.1. Introducción
Hasta aquí el Primer Plan Quinquenal (1947-1951) del peronismo fue consi-
derado en su doble carácter de escalón inicial en la historia del planeamiento
en el país, por un lado, y, por otro, simbólicamente, como el hito conclusivo
del proceso de formación del Estado moderno en la Argentina. Simultánea-
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las divisas acumuladas porque, al ser créditos contra Gran Bretaña, no podían
convertirse en dólares u otra moneda de cambio.
Los fines redistribucionistas se veían favorecidos por la expansión del con-
sumo que permitía el aumento de salarios reales y el mayor nivel de empleo
urbano. La otra cara de estos fenómenos era el crecimiento de la producción
–especialmente, de bienes durables y semidurables– y de las importaciones.
Esto se complementó con una política de transferencia de ingresos del sector
agropecuario al sector manufacturero urbano. En ese marco, se dio el proceso
de sustitución de importaciones, concentrado en las industrias metalmecá-
nica y textil, a través de medianas y pequeñas empresas de capital nacional,
con baja densidad de capital por hombre ocupado y tecnologías relativamente
sencillas. Las medidas de protección arancelaria, el régimen de cambios y el
crédito industrial, favorecieron su desarrollo.
Se generó así un Estado Empresario dirigido a la prestación de servicios pú-
blicos y la producción de bienes industriales. A continuación, una breve síntesis.
Antes de 1945 se produjo la incorporación de la Compañía Primitiva de
Gas, que pasaría a ser manejada por la Dirección Nacional de Gas del Estado,
la que construyó el gasoducto desde Comodoro Rivadavia en el marco del
Primer Plan Quinquenal.
Se movilizaron recursos energéticos mediante la Dirección Nacional de
Energía que incluía a YPF. En este sector, llamó la atención la no nacionali-
zación de la Compañía Argentina de Electricidad (CADE). Fue uno de los
sectores más críticos y donde demostró la mayor debilidad tanto el primero
como el segundo de los planes.
Se nacionalizaron usinas térmicas de los grupos ANSEC y SUDAM, se
sextuplicó la producción de kilovatios con respecto a 1943, pero se mantuvo
el déficit por haberse incrementado fuertemente la demanda. Se intensificó
la explotación carbonífera de Río Turbio y del sector petrolero, aunque con
inconvenientes. En 1950 se creó Empresas Nacionales de Energía (ENDE)
para agilizar y abaratar la disponibilidad.
En el sector del transporte, se montó la Flota Mercante del Estado con la
incorporación del grupo Dodero y se creó Aerolíneas Argentinas (1950), al
tiempo que se aceleraba la construcción del aeropuerto de Ezeiza para operar
internacionalmente.
También se acentuó el papel estatal de la industria, que había sido im-
pulsado por la sustitución de importaciones, consecuencia de la guerra. Se
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8. Véase Anexos, 9: p. 71 . El cuadro, reproducido de la conocida obra de González y Tomasini (1964) muestra
esa diferencia. La disminución del ingreso per cápita fue rápidamente revertida. Por otra parte, también queda
manifiesta, una década después, pese al antiperonismo reinante, la confianza de los autores en el registro estadístico.
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9. El éxito del plan implicaba la distribución de las responsabilidades, para lo cual Perón asignó el 50% de las
mismas a la acción del gobierno, el 25% a los sindicatos, cooperativas y mutuales y el 25% restante a la acción
del pueblo en defensa de la economía familiar. Con el tono coloquial y simple que le era tan característico, Perón
detalló las acciones concretas que debían llevar a cabo las familias y en especial las mujeres como organizadoras del
consumo hogareño, a las que les indicaba que debían “… economizar en las compras, adquirir lo necesario, consumir
lo imprescindible, no derrochar alimentos que llenen los cajones de basura, no abusar en las compras de vestuario,
efectuar las compras donde los precios son menores como cooperativas, mutuales y proveedurías gremiales o
sociales. Desechar prejuicios y concurrir a las ferias y proveedurías en vez de hacer traer la mercadería a domicilio
a mayores precios”. Incluso Perón popularizó un término, rastacueros, llamando así a quienes buscaban aparecer
como adinerados y jactanciosos y preferían pagar lo que les pidiesen sin vigilar que no les roben. Además pedía
que denunciaran al comerciante “inescrupuloso”. A los hombres les advertía que debían evitar gastos superfluos y
limitar la concurrencia al hipódromo, los cabarets y salas de juego o lo que permitan los medios, después de haber
satisfecho las necesidades esenciales. Todas estas acciones eran necesarias para lograr pasar, según Perón, de una
economía capitalista a la justicialista. Este año 1952 sería muy importante pues era una etapa intermedia entre
los dos planes quinquenales. En un discurso radial, el presidente Perón pidió colaboración al pueblo para el estudio
del Segundo Plan Quinquenal y propició el acercamiento de propuestas de obras para realizar dentro del plan. En
efecto, el plan económico de 1952 iba a depender tanto del aumento de la producción como de la austeridad en el
consumo y el fomento del ahorro (Barry, 2004-2005).
10. Dice Antonio Cafiero (1961): “La eficacia final de esa política –ya lo había demostrado el éxito del Plan Económico
de 1952– dependía en alto grado de una real compenetración del pueblo, de los objetivos perseguidos y de su
activa colaboración. El pueblo y sus organizaciones habían dejado de ser una inerte materia de experimentación y
un sujeto pasivo de los planes económicos. Por la propia y natural gravitación de la fuerza de sus organizaciones y
como consecuencia de la base ética atribuida a la sociedad por la filosofía y doctrina social del partido gobernante,
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al erigir la justicia social en la virtud informante de todo el orden social, el pueblo debía ser persuadido y alertado
a disponer sus energías en la conquista del bien común, en este caso particular, la consolidación del proceso de
desarrollo económico y social alcanzado y su proyección hacia el futuro”.
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Según algunos autores, el Segundo Plan Quinquenal sentó las bases para
un desarrollo autónomo en áreas estratégicas, fundamentalmente en los secto-
res siderúrgico y petrolero. Para otros, en cambio, implicó la entrega al capital
extranjero. Entre los primeros, desde distintas ópticas se puede citar a Her-
nández Arregui, a Cafiero y, más recientemente, a Raccanello (2013). Entre
los segundos a Silenzi de Stagni (1955) y Portnoy (1961).
El Segundo Plan Quinquenal llegó a ejecutarse, de modo parcial, pero in-
tenso en algunos sectores, en un contexto de radicalización política y militar.
Antonio Cafiero (1961) en su libro Cinco años después analiza el desarrollo
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del Plan y destaca el ajuste entre las inversiones estatales basadas en el ahorro
interno, las previsiones de los empresarios orientadas por la estipulación de
metas y objetivos especificados en el Plan y la participación activa de los traba-
jadores organizados en la realización de un programa de gobierno.14 Leopoldo
Portnoy (1961), en cambio, sostiene que se utilizaron exclusivamente ins-
trumentos de corto plazo, sin un marco de referencia que permitiera que su
acción en dicho plazo resultase efectiva en relación con los objetivos de largo
plazo. En consecuencia, estima que los cambios operados no afectaron las raí-
ces del sistema económico, aunque se generó un desequilibrio en la estructura
productiva.
Desde otra óptica, Mallon y Sourrouille plantean la incidencia de la polí-
tica económica reciente sobre la concepción del Plan:
Limitada por la capacidad de importar que en el mejor de los casos sólo podía cu-
brir la creciente demanda de importaciones para las necesidades corrientes de pro-
ducción, y por la incapacidad del gobierno para incrementar sustancialmente sus
gastos sin generar déficits fiscales inflacionarios, Perón decidió acudir a la ayuda
del capital extranjero. Con este propósito, en 1953, se dictó una nueva ley sobre
inversiones extranjeras, que elevó el monto permisible de las remesas de utilida-
des al exterior; se firmaron convenios especiales con varias compañías extranjeras
para establecer una industria de tractores de la Argentina; Mercedes Benz y Kaiser
Motors, fueron estimuladas para iniciar la producción de vehículos automotores;
se comenzaron negociaciones con el EXIMBANK a los efectos de financiar la
construcción de acería de San Nicolás y hacia 1955 se contratarán a consideración
otros importantes préstamos o inversiones extranjeros. El más controvertido de
ellos fue el acuerdo de concesión que debía celebrarse con la California Petroleum
Company.
14. Por su parte, Hernández Arregui en La formación de la conciencia nacional abunda en datos de inversiones
destinadas, según la óptica de la naciente “izquierda nacional” a “liberar al país a fin de convertirlo en una nación
soberana”. Destaca que tal “política de recuperación nacional se ejecutaba con el apoyo de las masas” y descarga
en Gran Bretaña la responsabilidad de la campaña de desprestigio iniciada a raíz de la política petrolera que veía
“en la explotación del petróleo la liberación definitiva de la Argentina”.
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15. Según Bellini (2009) las medidas dirigidas a la industria en el Segundo Plan Quinquenal son una demostración
y reconocimiento de la débil integración de la estructura industrial. Pese a querer revertirla con las prioridades de
inversión expresadas en el documento, la implementación encontró dificultades debido a la escasez de divisas.
16. Véase Raccanello (2013). En un documentado estudio Juan Carlos Esteban y Luis. E. Terrara han hecho la
historia de otra empresa estatal, la Dirección Nacional de Industrias del Estado (DINIE), fruto de la unión de diversas
empresas originariamente de capitales alemanes. DINIE controló y orientó la producción de productos químicos,
metalúrgicos, textiles, etc., y promovió un notable aumento de la producción conjunta de las empresas estatalizadas.
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20. La situación económica ha mejorado desde el punto más bajo en 1952. La co-
secha 1952-1953 fue excelente y la cosecha entrante 1953-1954 es también bue-
na. El consiguiente aumento de las exportaciones, junto con una fuerte reducción
de las importaciones, produjo una balanza comercial favorable en 1953 y permitió
al gobierno aumentar sus reservas de oro y reducir su deuda externa a corto plazo.
La inflación fue contenida por una gestión rigurosa del crédito y la congelación
de los precios y de los salarios. Sin embargo, Perón todavía se enfrenta a muchos
problemas económicos. Los costos agrícolas están inflados y la productividad es
baja. La producción industrial se ve obstaculizada por la obsolescencia de la planta
de equipos, por las restricciones crediticias y por la escasez de materias primas im-
portadas. Los salarios y la estabilidad de precios se ven amenazados por una fuerte
presión para otra ronda de aumentos salariales. [Traducción nuestra]
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17. Como dice Waldmann (1985): “Bajo la conducción de Perón el Estado se hizo cargo, en una medida más intensa
que hasta entonces, de la orientación y dirección de las fuerzas sociales, y hasta la suplantó cuando determinadas
tareas económicas, sociales y culturales claves, no eran cumplidas con total satisfacción por éstas. El Estado se
convirtió en planificador y promotor del desarrollo nacional en todos los aspectos esenciales”.
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18. Aunque la dinámica de los hechos le vaya dando un creciente contenido de clase, el peronismo se niega hasta
su caída, y aún hasta ahora, a reconocerlo, aceptarlo y actuar en consecuencia. Es que no cree en la lucha de clases
y la niega por razones ideológicas (Roulet y Sábato, 1973).
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3. Bibliografía
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Anexos
Política Internacional
Coordinación Militar
Industrias
Comercio
Materias Primas
Potencial Humano
Finanzas
Transportes Terrestres y Fluviales
Transportes Marítimos
Comisiones
Transportes Aéreos
Sectoriales
Comunicaciones
de Estudio
Seguridad (Comisión Nacional de Zonas de Seguridad)
Defensa Antiaérea
Instrucción Superior
Instrucción Técnica
Instrucción pre y postmilitar
Sanidad
Previsión Social
Moral y Propaganda
Legislación
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Ley de Bases
1. Enseñanza Ley N°
s/ educación
primaria, 12.991
primaria, 8
secundaria y Ley N°
III Educación secundaria y
técnica 13.229
técnica
2. Enseñanza Ley de Reforma Ley N°
9
universitaria Universitaria 13031
IV Cultura
Ley de Bases
1. Justicia Federal reorganizando la 10
Justicia Federal
I Gobernación 2. Extensión del
Ley de extensión
del Estado fuero del trabajo Ley N°
del fuero del 11
a la jurisdicción 13998
trabajo
V Justicia federal
Ley regulando
Ley N°
3. Notariado las funciones 12
12990
notariales
4. Jurisdicción Ley de bases
Ley N°
contencioso creando la 13
13511
administrativa jurisdicción
Ley de
Servicio exterior Organización del Ley N°
VI Exterior 14
de la Nación Servicio Exterior 12951
de la Nación
1. Ejército
II Defensa
2. Marina
Nacional
3. Aeronáutica
1. Problemas
1
demográficos
Ley de Bases s/
2. Inmigración y inmigración y
15
colonización colonización y
I Población
población
Ley de
3. Arrendamientos
III Economía arrendamientos Ley N°
rurales y 16
rurales y 13246
aparcerías
aparcerías
1. Trabajo
D.
II Obra Social 2. Accionario Ley de accionario 3370/50
17
obrero obrero D.
10730/51
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Ley de bases
3. Previsión Social instituyendo el 18
seguro social
II Obra Social Ley de bases Ley N°
para el Fomento 12962
4. Vivienda 19
de la vivienda Ley N°
13.512)
Ley de
1. Organismos reorganización
Administrativos de la Dirección 20
III Energía del Estado Nac. de la
Energía
2. Legislación Ley Nacional de 21
Energía
IV Trabajos
Públicos y
Transportes
1. Producción
primaria e
industrialización
2. Pesca y caza Ley de pesca y
22
marítima caza marítima
Ley de defensa
3. Protección Ley N°
III Economía de la riqueza 23
forestal 13273
forestal
V Producción
4. Investigaciones Ley creando
agropecuarias el Centro
Ley N°
Nacional de 24
13254
Investigaciones
Agropecuarias
Ley de fomento
5. Fomento de la
de la industria 25
Industria Nacional
nacional
1. Régimen Ley modificando Ley N°
26
aduanero ley de aduanas 12964
VI Comercio Ley de bases
Exterior 2. Cuerpo de de creación Ley N°
27
Aduanas del cuerpo de 12.963
aduanas
1. Resumen
administrativo
de los importes a Se aprobó el
gastar artículo 2°
del proyecto Ley N°
VII Finanzas 2. Resumen de ómnibus (S/47) 12966
los principales “Recursos para
capítulos y financiar el plan”
conceptos
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El Estado peronista
ADMINISTRACIÓN
NACIONAL
Racionalizar Ascensos
el trabajo periódicos por
antigüedad
Ascensos por
concurso
FINALIDADES
• Moralizar la Administración Nacional prestigiando la carrera administrativa,
dignificando la función ante el país y ante la propia conciencia del funcionario.
• Perfeccionamiento y economía del servicio público
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I. La primera experiencia argentina de planificación integral
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El Estado peronista
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I. La primera experiencia argentina de planificación integral
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El Estado peronista
Capítulo IV Construcciones
Capítulo VI Administración
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I. La primera experiencia argentina de planificación integral
I. Abastecimiento de materiales
II. Abastecimiento de especies
III. Producción local
IV. Almacenaje. Instalación de cinco grandes depósitos regionales
V. Transportes. Reorganización de la flota de transportes.
I. Fomento industrial. Promover el desarrollo de toda industria que tenga por objeto
ayudar a la curación de los enfermos
68
El Estado peronista
Capítulo XV Cálculo del tiempo y del coste del plan sanitario 1952-1958
ANEXO
*Fuente: Honorable Cámara de Diputados de la Nación. Secretaría Parlamentaria. Documentación General Plan
Sintético de Salud Pública 1952-1958. Dr. Ramón Carrillo. Buenos Aires. Dirección de Información Parlamentaria del
Congreso de la Nación.
69
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8. Diagrama del Segundo Plan Quinquenal
PRESIDENCIA DE LA NACIÓN
ACCIÓN ACCIÓN
SOCIAL 2° PLAN QUINQUENAL ECONÓMICA
28. Racionalización administrativa 29. Legislación general 30. Universidades del Estado 31. Planes militares
CONSOLIDAR LA INDEPENDENCIA ECONÓMICA PARA ASEGURAR LA JUSTICIA SOCIAL Y MANTENER LA SOBERANÍA POLÍTICA
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III. El General Perón habla
sobre la Administración Pública
Discurso pronunciado por el Teniente General
Juan D. Perón, el 2 de julio de 1952, ante los
altos funcionarios de la Administración Nacional
Señores:
Yo les he pedido a los señores ministros que tuvieran la amabilidad de in-
vitar a los altos funcionarios del Estado para tener la inmensa satisfacción de
poder estrecharles personalmente la mano y conversar con ellos, aunque sea
breves instantes, sobre nuestras preocupaciones comunes de gobierno, en la
iniciación de este segundo período.
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III. El General Perón habla sobre la Administración Pública
LA SITUACIÓN EN 1946
Señores: para presentar el panorama me voy a permitir hacer un poco de
historia retrospectiva.
En 1946, cuando nos hicimos cargo del gobierno, el panorama que se
me presentó a mí, un hombre acostumbrado a realizar trabajos orgánicos, fue
pavoroso.
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bierno. Realizar sin planificar siempre resulta una tarea un poco irracional
y hasta a veces anacrónica. De manera que debimos encarar ese problema y
resolver durante la marcha la organización, hacer la planificación y realizar-
la, tres tareas que difícilmente pueden combinarse, máxime cuando se tie-
ne una falta total de organización. Por eso quiero presentarles el problema
a los funcionarios.
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III. El General Perón habla sobre la Administración Pública
Han pasado muchos años desde que se gobernaba un país como patrón
de estancia. La República Argentina ya no puede ser gobernada así. Hay
demasiadas cosas que atender y demasiado importantes, para que nosotros
podamos gobernar discrecionalmente. Este es un país que ya no se puede
gobernar discrecionalmente: hay que gobernarlo organizadamente, si se lo
quiere gobernar. No hablemos de los ministerios que eran ocho estancias más
o menos desconectadas unas de otras, con numerosísimos asuntos de diversas
índole, muchos antagónicos, que debía resolverse dentro del diligenciamiento
administrativo y de gobierno permanente.
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hombres, tan llenos de defectos y tan llenos de pasiones, como también tan
cargados algunas veces de virtudes.
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el que no aplica una doctrina que se ha creado para la Nación está procedien-
do en contra de la Nación. Una doctrina es indispensable para que todos se-
pamos qué es lo que tenemos que hacer, cualquiera sea el puesto que en suerte
nos ha tocado desempeñar en la colectividad argentina.
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quizá no sea tan pecaminoso que hiera a la doctrina o, aún, que esté en contra
del dictado de la doctrina, Pero un funcionario o un empleado público, que es
el ejecutor director por mandato implícito de la Constitución y de la ciudada-
nía, no puede estar fuera de eso.
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bemos tener 750.000 agentes públicos, cuando podríamos resolver los asuntos
quizá con 250.000 ó 300.000. Porque, claro, cuando lo recibe el jefe, va al
segundo jefe, después al auxiliar y después al escribiente, sería bastante con
éste para hacer el trámite. ¿Para qué tengo esa gente delante? Lo que pasa es
que hay que tener menor número de funcionarios y empleados, pero pagarles
mejor y que trabajen más, porque es lógico: a mayor pago corresponde mayor
fatiga. Debemos tener el menor número posible de empleados y pagarles lo
más posible, y exigirles que rindan en su trabajo, no sólo en el trabajo mate-
rial, sino también en cargar con la responsabilidad que él, como funcionario o
empleado público, tiene obligación de cargar.
Hay pusilánimes que nunca se animan a resolver nada. Esos son rémoras
en la rueda de la administración. Hacen más mal ésos que todos los “contras”
sumados.
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III. El General Perón habla sobre la Administración Pública
MI OBLIGACIÓN DE DIRIGENTE
SUPERIOR ES SEÑALAR LOS RUMBOS DEL FUTURO
Por eso yo he querido, en esta conversación entre amigos y funcionarios,
pedirle a cada uno de ustedes que anote sobre su escritorio una sola frase, para
tenerla siempre delante de los ojos: “No debo olvidar que además de un ad-
ministrador y de un agente del gobierno, soy también un maestro de mis su-
bordinados”. Si lo hace, si lo cumple, todos tendremos mucho que agradecer.
Señores: no quiero terminar estas palabras, ya que es la primera oportuni-
dad en que nos reunimos, sin agradecerles a todos cuanto han hecho para que
esta organización haya alcanzado el estado actual. El hecho de que tengamos
aspiraciones de perfeccionamiento para el futuro no implica, en manera al-
guna, que cada uno de ustedes, funcionarios de la República, no haya sabido
cumplir acabadamente con su deber. Cada uno lo ha hecho en la medida de
sus fuerzas. Mi obligación de dirigente superior es señalar los rumbos del
futuro y pedirles que a ese esfuerzo y a ese sacrificio que todos ustedes han
realizado en bien de la Nación los coronen aumentando un poco más de des-
velo y de sacrificio para mejorar la calidad de la administración y del gobierno.
Yo les agradezco todo cuanto han hecho, y espero que en 1958 pueda
darle un abrazo a cada uno por la inmensa tarea cumplida en beneficio de la
administración y del gobierno de la República.
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Sobre los autores
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Ha realizado publicaciones y dictado cursos en el país y el extranjero sobre articulación
de redes institucionales, formación de directivos, planificación situacional y formulación
y gestión participativa de proyectos.
En la Universidad de Concepción del Uruguay ha desarrollado una línea de Investigación
sobre la Aplicación de indicadores de sostenibilidad urbana a la vivienda social, publicada
por la CEPAl donde también se publicará el artículo prospectiva proyectual aplicada a la
vivienda social dentro del volumen Prospectiva Latinoamérica 2030.
800
En un momento en el que se habla con total liviandad de los “70
años de decadencia” nacional, construyendo un discurso intencio-
nado, falaz, desligado de la realidad y pretendidamente único, a
la manera del “fin de la Historia” tantas veces pregonado por el li-
beralismo conservador capitalista –en diferentes épocas y siempre
con intención hegemónica–, es bueno recuperar este instrumen-
to de planificación que permite comprobar, por comparación, los
aportes del peronismo a la construcción de un Estado al servicio
del Pueblo, de su felicidad y del engrandecimiento de la Patria.
No es poco.
COLECCIÓN PENSAMIENTO NACIONAL
[Extracto de la Presentación]
Editorial Universitaria