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RECUPERAR LA PAZ SIN PERDER EL TIEMPO

Encontrar la paz en este momento, ahora, con lo que nos está pasando, es la
meta diaria de muchos de nosotros. Es posible que la realidad nos presente
tantos desafíos en estos días que hayamos dejado atrás muchos asuntos
pendientes del pasado y preocupaciones del futuro porque lo que nos quita
la paz está pasándonos ahora.

Muchas veces dejamos para mañana el amor, la ayuda, la calidez que


podemos dar hoy con la seguridad infinita de que mañana llegará. Hoy en
día el tiempo es algo que nos aqueja a todos; siempre decimos que el tiempo
no nos alcanza, que parece que las horas del día son cada vez menos, que
vamos corriendo para algún lado y que estamos llenos de cosas por hacer.
Por eso andamos por la vida como si fuera una carrera sin fin, sin saber
muy bien hacia dónde nos dirigimos.

El tiempo es lo más valioso que tenemos, y aunque hemos logrado


contabilizarlo en segundos, minutos, horas, meses y años, no podemos
controlarlo; por más que queramos no podemos regresar el tiempo,
paralizar el presente o viajar al futuro. Lo único que realmente existe es el
presente; el aquí y el ahora, y es allí donde reside el poder de la vida y la
paz del alma.

Es por eso que para recuperarla, debemos poner toda nuestra atención y la
voluntad en aceptar lo que nos pasa. La aceptación tiene la condición de
permitir que aquello que aceptamos, se mueva, se vaya o cambie.

El ego nos convence que hay otras estrategias de mayor beneficio que la
aceptación, porque sostiene que aquello que aceptaremos, se instalará para
siempre. Y, en realidad, es todo lo contrario, aceptar es tener una actitud
amorosa este es un paso de la mente al corazón.

Aceptar lo que somos, lo que nos pasa, los que comparten la vida con
nosotros. Al hacerlo, todo volverá a ocupar su lugar y crearemos las
condiciones para vivir en paz. Es dejar de resistirnos – con la crítica, el
enojo o la frustración. Aceptar lo que nos pasa, analizando menos,
resistiéndonos menos y dejando fluir más.

Este es el paso más corto, pero más significativo que debemos dar la fuerza
de nuestro espíritu. Y al hacerlo, esa situación o esa persona se moverán.

Muchas veces dejamos para el futuro las llamadas, los abrazos, las palabras
de afecto y el amor. Muchas veces nos dejamos a nosotros mismos para
después. Por eso es importante preguntarnos cuáles son nuestros propios
valores y prioridades, pues eso es en lo que tenemos que enfocar nuestro
tiempo y energía. ¿Qué estás haciendo en este momento para agregar paz y
valor a tu vida?

Tal vez el verdadero valor se encuentre en los momentos más sencillos del
día, tal vez no tengamos que esperar a que pasen una serie determinada de
eventos para que podamos tomar la vida como lo que es: un regalo. Tal vez
el momento para dar ese abrazo, para dar ese pasó, para decir lo que
pensamos, para diseñar nuestra vida y ser quien realmente queremos ser es
ahora!! Es en el momento presente en el cual nuestras decisiones pueden
reflejar la fe y no el temor, la abundancia y no la escasez, el amor y no el
odio, pues puede que mañana ya sea demasiado tarde.

El lugar para vivir es aquí y el momento es ahora, y siempre que tengamos


una nueva respiración tenemos un nuevo momento para volver a empezar.
Es nuestro presente y lo que hacemos con esos preciados y contados
segundos lo que nos definen y perfilan nuestro futuro. Crea una obra que te
enorgullezca, que refleje tu ser auténtico y tu pasión por la vida.

ElizaCavazos®MasterCoach Mentoring
Tanatología Transpersonal Sistémica
Terapias Alternativas y Holísticas
www.facebook.com/ElizaCavazosLifeCoaching

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