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ADULTOS
ESCUELA DE DERECHO
CARRERA
Licenciatura en Derecho
TEMA
Medida de Coerción Revisión de Medida de Coerción
(Tarea I)
PRESENTADO POR
Sabina De La Rosa
MATRÍCULA
15-2572
ASIGNATURA
Derecho Procesal Penal II
FACILITADORA
Martha Toribio, M.A.
Hasta el año 2004, la prisión preventiva era la única disposición que equivalía a lo
que hoy son las medidas de coerción en la República Dominicana, situación que
no les dejaba otra opción a los jueces que enviar a los acusados a las cárceles,
provocando el congestionamiento de esos recintos de reclusión.
De conformidad con los términos de los Arts. 103, 104 y 105 CPP; con las
declaraciones del imputado, se instrumenta un acta que forma parte del registro
que se lleva en la investigación, “las declaraciones del imputado durante el
procedimiento preparatorio se hacen constar en un acta escrita u otra forma”.
Concluida la intervención del acusado, el juez consulta al Ministerio Público,
el querellante o victima si lo hay, al defensor del procesado, en este orden, si
interrogan al Imputado procediendo el juez finalmente interrogar si lo considera
conveniente.
El Ministerio Publico, sintetiza sobre su teoría del caso, demostrando que existe
una cintila probatoria suficiente y vinculante que comprometen la responsabilidad
penal, señala la procedencia de su solicitud de imposición de medida de coerción,
y los presupuestos están definidos en el art. 227 del CPP, que existe o no el
peligro de fuga e indica lo establecido en el art. 229 del Código Procesal Penal,
luego sin más el Ministerio Publico, concluye de la manera siguiente:
a) Que se declare buena y valida la solicitud de imposición de medida de
coerción hecha por el Ministerio Publico, ya que la misma se requiere
observando las exigencias que establece el Código Procesal Penal
dominicano en los artículos, 284 y 227, en cuanto a la forma de su
instrumentación.
b) Que en cuanto al fondo se le imponga, al imputado, como medida
de coerción la que describe el art. 226 en su o en sus numerales.
Conclusiones del actor civil si lo hay: normalmente se adhiere a la del M.P.
Exposición del defensor: Ahora el defensor expone sus alegatos y conclusiones,
intentando inclinar al juez acerca del hecho de que existen presupuestos
suficientes y fehacientes para demostrar la teoría que desarrolló en la audiencia
de solicitud de imposición de medida de coerción [prueba su presupuesto] y
concluirá haciendo su pedimento que siempre es aponiéndose al solicitado por
el Ministerio Publico.
Resolución
La Resolución se ajusta al artículo 231 del CPP. El juez de la instrucción, en
nombre de la República, con un número específico y un número de control interno,
motiva, mencionando a los intervinientes y sujetos procesales, sus calidades y sus
pretensiones. El juez analiza los hechos, los motivos refiriéndose a las bases
legales que lo sustentan y dan origen y luego falla. Dicha resolución es apelable,
articulo 245 del CPP.
Así también debe tomarse en cuenta los requisitos que establece el artículo 230,
es decir debemos depositar pruebas que fundamenten nuestros alegatos, que
persuadan al juez de que no existe el peligro de fuga que él tomó en
consideración, o que las razones han cesado, por ejemplo, el desistimiento escrito
de la víctima o su presencia en la audiencia. Tomando cuenta el artículo 312
establece cuales documentos debe incorporarse al juicio por lectura, y algunos
actos que levantamos que no están previstos en las leyes a tales o cuales fines
constituyen un irrespeto a la oralidad, esto quiere decir que no todos los actos
levantados ante siete testigos son eficaces y legales para verificar algunos hechos
y que es mas apropiada la presencia de los testigos que la declaración jurada. Hay
que distinguir que los notarios hacen comprobaciones que si son válidas para
fundar o establecer domicilio establecidos por la fe pública del ministerio ejercido.
El ataque en la revisión debe fundamentarse especialmente en destruir el peligro
de fuga.
Puedo concluir de la siguiente manera que en uno de los párrafos del artículo 227
del Código Procesal Penal se establece que: “En cualquier caso, el juez puede
prescindir de toda medida de coerción, cuando la promesa del imputado de
someterse al procedimiento sea suficiente para descartar el peligro de fuga”.