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En esta misma línea, Marco Martínez Zamora refiere que “De este modo, no toda
persona natural o jurídica puede acceder a la condición de proveedor del Estado.
Existen dos límites: uno de carácter objetivo, que se configura con la sola posición en
un cargo público o vínculo contractual determinado, que involucra su exclusión total
o parcial de la posibilidad de contratar con el Estado. El segundo, de carácter
subjetivo, que se configura con una inconducta de la persona o, -en el caso de las
personas jurídicas- de su representante legal o accionista, que determina su exclusión
pese a que potencialmente pudieron ser proveedores del Estado. En estos últimos
casos estamos ante los supuestos de sanción inhabilitante impuesta de modo
exclusivo e invariable por el Tribunal de Contrataciones del Estado, de ahí su
protagonismo y la relevancia de las funciones que ejerce mediante sus resoluciones,
en dicha materia”.
IGUALDAD DE TRATO
Es importante señalar que las etapas del procedimiento de selección están des-
critas en un calendario que precisa los días y las horas para la realización de deter-
minadas actuaciones, información que se conoce desde la convocatoria del proce-
dimiento, lo cual prácticamente minimiza los riesgos de restringir indebidamente la
oportunidad para que los proveedores formulen ofertas.
Sin perjuicio de ello, debemos resaltar que la igualdad de trato va más allá del
solo hecho de permitir ofertar; su interpretación abarca cualquier acción desarrollada
durante el procedimiento. Así la igualdad de trato es exigióle desde el acto de registro
como participante hasta la aplicación de los mismos criterios para evaluar las ofertas
presentadas, ya que es allí donde pudieran surgir “criterios discrecionales” que no
sean uniformes y deriven en el beneficio de alguna oferta en menoscabo de otra.
III. Transparencia
Lester Ramírez Irías señala que “En términos generales, transparencia significa
fundamentalmente, que las actuaciones del poder deben ser limpias y públicas, que
nada debe permanecer oculto: que debe abolirse el secreto en el ejercicio del poder
y en la administración del Estado. Es la necesidad de que todos los procedimientos
del Estado se apeguen a la ley y al principio de publicidad, que aseguren a correcta
ejecución de los recursos públicos, y que puedan ser revisados sin obs- taculo alguno
por cualquier ciudadano”.
V. COMPETENCIA
La ley reconoce como uno de los fines del sistema de contratación, obtener un
bien, servicio u obra, sobre la base de las mejores condiciones de calidad y precio.
Un elemento fundamental para alcanzar ello recae en la promoción de la
competencia.
A excepción de las contrataciones directas, cualquier otro método de contratación
debe ser diseñado en función a recibir el mayor número de oferentes por parte del
mercado.
En la doctrina se describen dos modelos de competencia3. Por un lado tenemos
a la competencia perfecta, en el cual existen muchos oferentes y demandantes, de
forma que ningún agente tiene capacidad para influir en el mercado.
Del mismo modo, existe la competencia imperfecta, en el cual las empresas que
integran el mercado tienen capacidad para influir en el precio del mercado actuando
individualmente. La contratación pública peruana se desarrolla en el marco de ambos
modelos de competencia los cuales son inherentes al mercado de nuestro país.
El parámetro “valor referencial” es sin lugar a dudas uno de las razones que más
desincentiva la participación de proveedores y por ende resta competencia en el
procedimiento de selección. Dicho en otros términos, los proveedores dejan de
participar en gran proporción frente a otras justificaciones (como sería el no cum-
plimiento del requerimiento, no contar con requisitos legales como autorizaciones,
permisos, etc.), por considerar que el valor que la entidad está dispuesta a pagar por
una contratación es sustancialmente inferior a los costos de su bien, servicio u obra.
A razón de lo expuesto, impulsar la competencia es una labor que debe ser mal
izada desde dos perspectivas, la primera en la formulación del requerimiento en la
que deben establecerse condiciones precisas, objetivas y razonables, suprimiendo
cualquier posibilidad de direccionamiento hacia algún proveedor y la segunda
respecto del valor referencial, en la que la entidad debe obtener toda la -formación
posible para analizar y determinar el mejor costo respecto de lo que se desea
contratar y que permita al mercado mejorar dicho precio sin sacrificar calidad.
Y. Eficacia y eficiencia
En este sentido, la normativa peruana está diseñada para ser una herramienta a
través de la cual las entidades, optimizando el uso del recurso público, cumplan con
los objetivos institucionales, logrando de ese modo el bien social.
Finalmente, la norma prevé que el bien, servicio u obra contratado por la entidad
pueda ser adecuado, integrado o repotenciado, con los avances científicos y
tecnológicos, lo cual no debe entenderse como garantizar el uso perpetuo o de lo
contratado, sino que pueda ser actualizado y mantener o mejorar su funcionalidad
durante el periodo de vida útil que le corresponda.
SOSTENIBILIDAD AMBIENTAL Y SOCIAL
Francisco Javier Sanz Larruga señala que “La expresión 'desarrollo sostenible
fue acuñada y divulgada por el Informe de la Comisión Mundial de Medio Ambiente y
Desarrollo titulado ‘Nuestro futuro común’ (más conocido como 'Informe Bruntdland’)
adoptado en 1987 y que fue el documento preparatorio más importante de la
Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo,
celebrada en Río de Janeiro a principios de junio de 1992. Desde entonces y tras la
adopción de la declaración de Río sobre Medio Ambiente y Desarrollo se viene
utilizando la noción contenida en el Principio 3 de dicha Declaración en virtud de la
cual: el derecho al desarrollo debe ejercerse en forma tal que responda
equitativamente a las necesidades de desarrollo y ambientales de las generaciones
presentes y futuras”.
En esta misma línea, la doctrina que analiza la regulación nacional refiere que
“(...) sin entrar al planteamiento de por qué el legislador no siguió la similitud de
expresión -desarrollo sostenible- lo importante es que la sostenibilidad ambiental
auténticamente se desprende del principio de desarrollo sostenible, el mismo que
tiene tres pilares fundamentales: el desarrollo económico, protección ambiental y
desarrollo social, “sin que ninguno de los tres se imponga o prevalezca sobre los
demás, sino que deben integrarse armónicamente para alcanzar el resultado final de
la sostenibilidad”.
Equidad
Alberto Bustamante Belaunde 4 refiere que “La contratación del Estado ha 'ido
tradicionalmente examinada a la luz del malhadado maniqueísmo Derecho Público
versus Derecho Privado, y se ha señalado, entonces, que el contrato en que
interviene el Estado -también llamado 'contrato administrativo’- se encuentra ¿entro
de la esfera del “Derecho Público”, destacándose que el Estado, gracias a su ius imper
ium es una parte relativamente privilegiada en dicha relación contractual”.
El ejemplo más claro de las facultades que posee el Estado, a través de las cuales
se quiebra la relación de equidad, lo hallamos en las denominadas “cláusulas
exorbitantes” que se fundan en la posibilidad de que la Administración pueda, por
ejemplo, incrementar o disminuir las prestaciones previamente pactadas, sin contar
con el consentimiento del proveedor. Estos supuestos son decisiones que se adoptan
para garantizar que se alcance la finalidad pública para la cual se suscribió un
determinado contrato.
IX. Integridad
De no ser por ello estamos seguros que se hubieran aceptado como implícito
dentro de las contrataciones públicas todo debe desarrollarse en base a conductas
de honestidad, veracidad y que obviamente sería sancionable cualquier trasgreda la
ley. Pese a ello, consideramos que, aun cuando se considere redundante, es vital que
la regulación de contratación estatal establezca de modo que uno de sus pilares es
que los sujetos que intervengan en los procesos lean recientes de que las prácticas
indebidas están proscritas de nuestro sistema de contratación.
Ahora bien, en cuanto a los sujetos que son responsables de respetar este
principio, se hace referencia a todos aquellos que participen en la contratación, de
parte de la propia entidad como aquel agente del mercado que participe. Esto quiere
decir que la responsabilidad recae tanto en titular, el órgano encargado de las
contrataciones, el área usuaria, el comité de Sesión u otra unidad que participe dentro
de la planificación de la compra, el proveedor o en la ejecución del contrato. Asimismo,
por parte del índice de mercado, este comportamiento es exigir en cualquiera de las
etapas le proceso en las que intervenga.
Cabe resaltar que también se otorga una responsabilidad a aquel que conoce un
hecho indebido, estableciendo el deber de comunicación cuya omisión traería consigo
las responsabilidades que correspondan.
Si bien esta atribución está orientada a combatir la corrupción en los procesos de
contratación, debemos evitar que este principio se convierta en una herramienta para
formular denuncias maliciosas o que tengan como fin dilatar o interrumpir una
determinada contratación. Para ello, los hechos que se informen teniendo como
motivación la presunta realización de prácticas indebidas deberían respaldarse en
evidencia mínima que amerite el inicio de las acciones de fiscalización.
♦ REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA
Para efectos de la presente Ley, las Fuerzas Armadas, la Policía Nacional del Perú y
los órganos desconcentrados tienen el mismo tratamiento que las Entidades
señaladas en el numeral anterior.
La presente Ley se aplica a las contrataciones que deben realizar las Entidades y
órganos señalados en los precedentes, así como a otras organizaciones que para
proveerse de bienes, servicios u obras, asumen el pago con fondos públicos.
I. Introducción
Del texto puede fácilmente verificarse que -tal como ha sido recogido en diversas
Opiniones1 del OSCE- la contratación de bienes, servicios y obras con cargo a fondos
públicos se debe realizar, obligatoriamente, por licitación o concurso, según los
procedimientos y requisitos señalados en la ley.
“Es evidente entonces que en la disposición sub análisis existe una reserva de
ley para determinar los procedimientos, las excepciones y responsabilidades
en las obras, la adquisición de bienes y la contratación de servicios. Ese es el
caso de la Ley de Contrataciones (...) del Estado, que constituye una norma de
desarrollo constitucional, (...)”. (El resaltado es nuestro).
Otro elemento sin el cual no resulta posible analizar el ámbito de aplicación de la ley
es la finalidad de la misma, desarrollada en el artículo 1 de dicha norma. El citado
dispositivo establece lo siguiente:
Artículo 1 Finalidad
Aunque realizar un análisis exhaustivo del artículo citado va más allá de los
alcances del presente trabajo, sí corresponde realizar algunas breves anotaciones en
vista de su importancia respecto de los supuestos en los que la ley se aplicará, lo que
a su vez tiene implicancias en las labores de interpretación e integración jurídicas a
que se refiere el segundo párrafo del artículo 2 de la Ley.
(...)
En concordancia con dicho criterio, diversas Opiniones del Organismo Sute-. sor
de las Contrataciones del Estado (en adelante el “OSCE”) han interpretado que la
Ley ha establecido, en su artículo 3, dos elementos para la definición de ¡q-rilo que
se encuentra bajo su ámbito: un elemento subjetivo, referido a los sujetos que deben
adecuar sus actuaciones a las disposiciones de dicha normativa; y otro objetivo,
referido a las actuaciones de dichos sujetos.
Así, si bien la Ley determina los criterios que, en conjunto, constituyen la regla
para la aplicación del régimen general, tales criterios ya están presentes en el artículo
76 de la Constitución. Es decir, las disposiciones contenidas en el artículo 76 de la
Constitución y en la Ley determinan que el régimen general de contrataciones del
Estado es aplicable a todas las contrataciones de bienes, servicios u obras reali-
zadas por las entidades con cargo a fondos o recursos públicos, salvo excepciones
previstas en normas con rango de ley. Entre estas excepciones resulta importante
mencionar que la propia ley establece de manera expresa, en sus artículos 4 y 5 una
serie de supuestos en los que, pese a configurarse los criterios objetivo y subjetivo
antes señalados, no se aplicarán las disposiciones del régimen general.
Ahora bien, si existe una norma con rango de ley que regula una situación par-
ticular, corresponderá determinar si se trata de un régimen especial de contratación,
en cuyo caso la misma se realizará según las disposiciones de la referida norma; si,
por el contrario, se determina que no se trata de un régimen especial, entonces se
aplicará la ley. Así pues, no toda norma con rango de ley que regule un determinado
supuesto constituye un régimen especial de contratación, entendido este en los
términos que señala de la sentencia del Tribunal Constitucional analizada en la
primera parte de este trabajo. A manera de ejemplo, una contratación laboral no
cumple con el criterio objetivo referido líneas atrás en tanto no es ni un bien, ni un
servicio, ni mucho menos una obra, motivo por el cual no se regirá por las
disposiciones del régimen general de contratación pública. Como se recuerda, este
caso estaba previsto en la anterior normativa de contrataciones del Estado, en el
inciso a) del numeral 3.1 del artículo 3 del Decreto Legislativo N° 101715 y no ha sido
incluido como supuesto excluido del ámbito de aplicación de la ley; no obstante -en
razón del incumplimiento de uno de los elementos constitutivos de la contratación
pública- ello no resulta necesario. Situación similar ocurre con las contrataciones
realizadas en el marco del régimen del Decreto Legislativo N° 1057. En efecto, los
Contratos Administrativos de Servicios-CAS se encontraban previstos, como
supuesto de inaplicación en el literal f) del numeral 3.3 del artículo 3 del Decreto
Legislativo N° 1017; sin embargo, la Sentencia del Tribunal Constitucional recaída
en el Expediente N° 00002-2010-PI/TC dejó clara la naturaleza laboral del
denominado régimen CAS.
En los ejemplos antes descritos puede apreciarse que no se cumple uno de los
elementos constitutivos de la contratación pública siendo esta constatación, y no el
que exista una ley especial que regula el supuesto, lo que determina que no sea
aplicable la normativa de contrataciones del Estado. Otro ejemplo que viene a
colación es el caso de las sentencias del Poder Judicial que obliga a una entidad
contratar con un determinado proveedor; como se sabe, este era un supuesto al que
no se aplicaba el régimen general porque este así o disponía, de manera expresa,
en el literal 1) del numeral 3.3 del artículo 3 del Decreto Legislativo N° 1017. Como
puede constatarse de una simple revisión, este s-puesto ya no está contemplado en
los artículos 4 y 5 de la Ley; en tal circunstancia ¿significa ello que no deben aplicarse
las disposiciones del régimen general? Si siguen las indicaciones descritas líneas
atrás y se determina que se trata de una entidad, que el objeto de contratación es un
bien, servicio u obra, y que la misma se realizará con cargo a fondos públicos, la
conclusión es que el caso se encuentra dentro del ámbito de aplicación de la ley,
aunque con una atingencia: podría tratarse de un proveedor único. Volviendo a los
elementos de la contratación pública, en lo que respecta a las entidades obligadas a
aplicar la ley, el numeral 3.1 del artículo 3 del régimen general establece un listado
que se explica por sí mismo.
El numeral 3.2, por su parte, es también claro al catalogar como entidades, para
os fines de la ley, a las Fuerzas Armadas, la Policía Nacional del Perú (lo que incluye
as dependencias de ambos) y a los órganos desconcentrados. Respecto de este
último extremo, resulta pertinente mencionar que la Ley N° 29158, Ley Orgánica del
Poder Ejecutivo (en adelante “LOPE”), establece que la desconcentración es una
forma de organización de las entidades del Poder Ejecutivo. Finalmente, el numeral
3.3 -además de la disposición referida a los elementos de la contratación pública que
se abordaron líneas atrás- dispone que “otras organizaciones” también están sujetas
a las disposiciones de la ley. Este último extremo plantea la necesidad de realizar
una lectura sistemática del artículo en cuestión y hace necesario acudir, además, al
reglamento. Este establece, en su artículo 3, que “Pueden realizar contrataciones en
el marco de la Ley y el Reglamento, las organizaciones creadas conforme al
ordenamiento jurídico nacional, así como los órganos desconcertados de las
Entidades siempre que cuenten con capacidad para gestionar sus contrataciones,
conforme a sus normas autoritativas”. (El resaltado es nuestro).
IV. Conclusiones
Si existe una norma con rango de ley que regula una situación particular, co-
rresponderá determinar si se trata de un régimen especial de contratación, en cuyo
caso la misma se realizará según las disposiciones de la referida norma; si, por el
contrario, se determina que no se trata de un régimen especial, entonces se aplicará
la ley.
Articulo 15
CAPITULO I
PLANIFICACIÓN
PLANIFICACIÓN DE CONTRATACIONES
Formulación del Plan Anual de Contrataciones: A partir del primer semestre, y
teniendo en cuenta la etapa de formulación y programación presupuestaria
correspondiente al siguiente año fiscal, cada Entidad debe programar en el Cuadro
de Necesidades los requerimientos de bienes, servicios y obras necesarios para el
cumplimiento de sus objetivos y actividades para dicho año, los que deben
encontrarse vinculados al Plan Operativo Institucional, con la finalidad de elaborar el
Plan Anual de Contrataciones. Dichos requerimientos deben estar acompañados de
sus respectivas especificaciones técnicas y/o términos de referencia, los cuales
pueden ser mejorados, actualizados y/o perfeccionados antes de la convocatoria.
I. Introducción
Este sistema forma parte de un proceso que requiere ser programático, pues
dependerá de la labor que ejecutarán todas las instancias de una entidad. Por ese
motivo, la Ley y su Reglamento establecen una etapa de planificación del proceso de
contratación que es el Plan Anual de Contrataciones (en adelante: el PAC), el cual
constituye una obligación para todas las entidades del Estado.
Por esa razón es importante reconocer que el PAC no solo está orientado al
cumplimiento de la obligación que tiene cada entidad para elaborarlo, sino que es
instrumento que garantiza la eficiencia, la transparencia y la publicidad de este pon
sistema de contratación estatal. Asimismo, no debemos perder de vista que la gestión
administrativa del Estado debe seguir una estructura idónea en el marco de un
enfoque por resultados y el objetivo primario y fundamental de la actuación estatal: el
interés público.
¿Qué es el PAC?
Los artículos referidos al PAC no han cambiado demasiado con las últimas
modificaciones. Sin embargo, sí se les ha dotado de mayor precisión a elementos
imprescindibles dentro del proceso de formulación del instrumento, y se ha añadido
también una disposición particular respecto a supuestos que anteriormente estaban
aparentemente excluidos en el proceso de contratación.
Articulo 5.- Formulación del Plan Anual de Artículo 5.- Formulación del Plan Anual de
Contrataciones. Contrataciones
Es el primer semestre del año fiscal en curso, En el primer semestre de cada año fiscal,
durante a “ase de programación y formulación durante la fase de programación y formulación
presupuestaos as áreas usuarias de las entidades presupuestaria, las áreas usuarias de las Entidades
deben programar en el cuadro de necesidades sus deben programar, en el cuadro de necesidades, sus
requerimientos de bienes, servicios en general, requerimientos de bienes, servicios en general,
consultorías y obras osarios, a ser convocados consultorías y obras cuya contratación se convocará
durante el año fiscal, para cumplir los objetivos y en el año fiscal siguiente, para cumplir los objetivos
resultados i se buscan alcanzar, sobre la base del y resultados que se buscan alcanzar, sobre la base
proyecto Plan Operativo Institucional respectivo, del proyecto de Plan Operativo Institucional
adjuntaría tal efecto las especificaciones técnicas de respectivo, adjuntando, para tal efecto, las
y los términos de referencia de servicios en general especificaciones técnicas de bienes y los términos
y consultorías. En el caso de obras, las áreas manas de referencia de servicios en general y consultorías
remiten la descripción general de los proejes a y el caso de obras, la descripción general de los
ejecutarse. proyectos a ejecutarse, los mismos que deben ser
remitidos por las áreas usuarias.
Para elaborar el cuadro consolidado de
necesidades, en el órgano encargado de las Para elaborar el cuadro consolidado de
contrataciones, en coordinación con el área necesidades, el órgano encargado de las
usuaria, consolida y valoriza las acciones de contrataciones, en coordinación con el área
bienes, servicios en general, consultorías y usuaria, consolida y valoriza las contrataciones
obras. de bienes, servicios en general, consultorías y
Antes de la aprobación del proyecto de obras.
presupuesto de la entidad las áreas usuarias Antes de la aprobación del proyecto de
deben efectuar los ajustes necesarios sus presupuesto de la entidad, las áreas usuarias
requerimientos programados en el cuadro deben efectuar los ajustes necesarios a sus
consolidado de necesidades en armonía con las requerimientos programados en el cuadro
prioridades institucionales, actividades y consolidado de necesidades en armonía con las
presupuestarias previstas, remitiendo sus retos prioridades institucionales, actividades y metas
priorizados al órgano encargado de las acciones, presupuestarias previstas, remitiendo sus
con base a lo cual se elabora el proyecto Anual requerimientos priorizados al órgano encargado
de Contrataciones. de las contrataciones, con base a lo cual se
Para elaborar el proyecto de Plan Anual de elabora el proyecto de Plan Anual de
Contrataciones el órgano encargado de las Contrataciones.
contrataciones, coordinación con el área Para elaborar el proyecto de Plan Anual de
usuaria, debe determinar el valor estimado de las Contrataciones, el órgano encargado de las
contrataciones de bienes en general y contrataciones, en coordinación con el área
consultorías en general, así i e costo usuaria, debe determinar monto estimado de las
programado, en el caso de consultoría y contrataciones de la Entidad.
ejecución de obras. Una vez aprobado el Una vez aprobado el Presupuesto
Presupuesto Institucional de órgano encargado Institucional de Apertura, el órgano encargado
de las contrataciones, en coordinación con las de las contrataciones, en coordinación con las
áreas usuarias de la entidad, e proyecto del Plan áreas usuarias de la Entidad, ajusta el proyecto
Anual de Contrataciones. del Plan Anual de Contrataciones.
El Plan Anual de Contrataciones debe
contemplar las contrataciones de bienes y
servicios a ser efectuadas mediante compras
corporativas, así como las contrataciones por
Acuerdo Marco. Las contrataciones iguales o
menores a ocho (8) UIT a ser efectuadas
mediante compras corporativas deben estar
incluidas en el Plan Anual de Contrataciones.
.
La formulación comprende la primera fase para la elaboración del PAC. En esta
etapa, a partir del primer semestre del año fiscal, las áreas usuarias, es decir, las
diversas instancias de la entidad, programan en el cuadro de necesidades sus
requerimientos de bienes, servicios en general, consultorías y obras según el proyecto
del Presupuesto Operativo Institucional (en adelante, el POI). Posteriormente, lo
remiten al Organo Encargado de las Contrataciones (en adelante, el OEC), el cual se
encarga de consolidarlas y valorizarlas. De este modo, se crea el cuadro consolidado
de necesidades que será enviado a la oficina de presupuesto de la Entidad con la
finalidad de que se evalúe, priorice e incluya las contrataciones según el proyecto del
presupuesto institucional.
Paralelo a ello, las áreas usuarias deberán realizar los ajustes necesarios del
cuadro consolidado de necesidades de acuerdo al proyecto del presupuesto institu-
cional, enviando al OEC la lista de requerimientos priorizados para que se efectúe la
elaboración del proyecto del PAC.
La Ley señala que el PAC “(*..) debe prever las contrataciones de bienes, icios y
obras cubiertas con el Presupuesto Institucional de Apertura y el valor Torrencial de
dichas contrataciones, con independencia de que se sujeten al ámbito de aplicación
de la presente Ley o no, y de la fuente de financiamiento”.
La Ley y su Reglamento recogen diversos instrumentos que forman parte del eso
de elaboración del PAC. Como hemos visto, el PAC es el resultado de estos
instrumentos. En ese sentido, su vinculación dentro del desarrollo de la
formulación y aprobación del PAC nos remite a conocer su definición y relevancia
dentro de la etapa de planificación.
El cuadro de necesidades
Este proyecto se revisa en función al PIA aprobado dentro de los quince (15) días
de su aprobación para tener -como resultado- el PAC, que será publicado en el portal
del Seace. En ese sentido, para mayor ilustración, los instrumentos se encuentran
vinculados de la siguiente manera (ver gráfico en la siguiente página).
III. Interpretación de las modificaciones a los artículos 15 de la Ley, y 5 y 6
del Reglamento
1. Modificaciones a la Ley
Modificaciones al Reglamento
CAPITULO II
ACTUACIONES PREPARATORIAS
Mediante este artículo se establece claramente que los requerimientos son so-
licitados por el área usuaria, considerando a ésta, en concordancia con el artículo 8
de la ley, tanto a las dependencias cuyas necesidades pretenden ser atendidas con
determinada contratación o debido a su especialidad y funciones canaliza los re-
querimientos formulados por otras dependencias. Este artículo hace hincapié en el
objetivo y características de un requerimiento al establecer que estos -los requeri-
mientos- están orientados al cumplimiento de las funciones de la entidad; esto es,
cada contratación que se requiera debe responder a una necesidad que la institución
debe satisfacer; de allí la exigencia de sustentar su finalidad pública. Lamen-
tablemente las cosas que se compran no siempre responden a una necesidad que
tiene que satisfacerse, sino que responden a temas coyunturales, subjetivos o polí-
ticos, sin mencionar los caprichos de algunos funcionarios.
Así, si a un logístico lo sacamos de una entidad puede colocarse como lo- gístico
en otra entidad porque las normas procedimentales son iguales, pero si a un usuario
lo sacamos de su área, no es tan sencillo que se recoloque para sus temas
funcionales, en cualquier otra dependencia o entidad. Así, si al antropólogo que
trabaja en el Ministerio de Cultura lo retiramos, ¿dónde podría recolocarse (en el
sector público) para seguir haciendo sus tareas funcionales? Esta disposición resulta
extraña e innecesaria puesto que ya se contempló el supuesto en el cual la logística
puede fungir de usuario cuando por función debe canalizar los requerimientos de otras
dependencias. Aquí, por ejemplo, podemos citar los supuestos de limpieza y vigilancia
que son servicios que todas las dependencias necesitan, pero como es servicio
básico de la sede central, lo concentra y, por función, la solicita y consolida la logística.
Pero en los otros casos cuando se soliciten temas de naturaleza técnica, ¿cómo el
logístico podría conocer más que el usuario? Como se mencionó, esta disposición es
inadecuada y es redundante ya que el supuesto que pretende abarcar ya está cubierto
por otra que tiene mucho más sentido.
La normativa en este punto ha establecido de forma expresa que el usuario
analice la necesidad de contar con prestaciones accesorias a fin de garantizar el
mantenimiento preventivo y correctivo en función de la naturaleza del requerimiento.
Esta disposición resulta pertinente debido a que en muchas ocasiones estas
prestaciones (accesorias) no están correctamente definidas o simplemente no lo
están, generando con ello inconvenientes durante la ejecución del contrato que podría
generar distorsiones o controversias que pudieron evitarse con una adecuada
planificación. Las prestaciones accesorias están desarrolladas en el instructivo del
OSCE, aprobado por la Resolución N° 423-2013-OSCE/PRE, documento no
obligatorio que define y recomienda la estructura para elaborar especificaciones
técnicas y términos de referencia para bienes y servicios. De otro lado, una de las
exigencias que se repite norma tras norma es el referido al respeto de las normas
especiales que regulan la prestación o condición de transacción de bienes, tales como
leyes especiales, reglamentos técnicos, normas metrológicas y/o sanitarias.
Asimismo, otra disposición que se repita es la obligación de contratar por periodos no
menores a un año los requerimientos de carácter permanente, cuya provisión sea
continua.
Articulo 17
HOMOLOGACIÓN DE REQUERIMIENTOS
Las Entidades del Poder Ejecutivo que formulen políticas nacionales y/o
sectoriales del Estado están facultadas a uniformizar los requerimientos en el ámbito
de sus competencias a través de un proceso de homologación. Una vez aprobada la
homologación deben ser utilizadas por las Entidades que se rijan bajo la Ley, inclu-
yendo a las contrataciones que no se encuentran bajo su ámbito o que se sujeten a
otro régimen legal de contratación.
El artículo 9 del reglamento señala que son homologables los bienes y servicios
que son de contratación recurrente, uso masivo o identificado como estratégicos para
el sector. La aprobación de la homologación se efectúa mediante resolución del titular
de la entidad que realiza la homologación, para ello es obligatorio contar con la opinión
favorable de la Central de Compras Públicas (Perú Compras), y debe aprobarse una
ficha técnica de homologación. Actualmente existen 24 fichas técnicas aprobadas por
el Ministerio de Energía y Minas.
El procedimiento de homologación de bienes y servicios está regulado por la
Directiva N° 004-2016-PerúCompras. Asimismo, para solicitar la opinión favorable,
las entidades públicas deberán cumplir con el Instructivo I-HBS-01, aprobado por el
Formato de Aprobación N° 001-2016-Perúcompras/Jefatura-DSP. La homologación
como institución permite ser más eficientes para determinar y establecer las
especificaciones técnicas y/o términos de referencia de los bienes y/o servicios que
son objeto de homologación. De esta manera evitamos que cada entidad pública
establezca sus propias características bajos criterios particulares, ahorrándoles
tiempo (o evitamos que lo desperdicien) y se puede afirmar que estandarizamos el
equipamiento y también la calidad de los que se contratará.
Aprobada la ficha técnica, todas las entidades que contraten los bienes y/o
servicios homologados deberán respetar las características establecidas en la men-
cionada ficha, independiente del monto involucrado o que el procedimiento de
contratación esté sujeto a un régimen legal distinto. De otro lado, la norma precisa
que el procedimiento de selección aplicable para la contratación de bienes y/o
servicios homologados es la adjudicación simplificada; esto es, aun cuando la
contratación implique una cuantía mayor a los cuatrocientos mil soles, (que se trataría
de una licitación o concurso), ésta se convocará mediante una adjudicación
simplificada. Esta disposición no resulta del todo incoherente considerando que las
especificaciones técnicas o términos de referencia involucrados han sido analizados
en la etapa previa a la homologación, acreditando su pertinencia, beneficio y/o
utilidad, además de la existencia de potenciales proveedores, cautelando así la
competencia efectiva. Lo que podría discutirse allí serían los factores de evaluación
o disposiciones en materia de ejecución propiamente dicha que no están incorporados
en la ficha de homologación.
En este punto es importante mencionar que algunas veces las críticas argu-
mentan que la homologación creará un mercado cautivo para pocos proveedores; y
que finalmente, lo que generará es una restricción irrazonable a la competencia.
Sobre este particular, debemos señalar que eso podría pasar efectivamente, pero
siempre hemos estado convencidos que es mejor controlar a unos pocos que a
muchos, y en el caso del Estado, mucho más porque no tenemos la capacidad
instalada ni la infraestructura ni el personal adecuado y calificado para perseguir a
todas y cada una de las miles de entidades que puedan contratar estos bienes. Es
mejor homologar y verificar si esta institución en el caso particular está funcionando
o realmente existe una limitación irrazonable, corrigiéndola y retirando la
homologación.
Sobre este particular, creemos importante señalar que cuando la norma habla de
la obligación de consignar métodos y procedimientos está exigiéndose que se
establezca las razones por las cuales se ha determinado el precio como valor refe-
rencial. Esto va más allá de esgrimir como fundamento que se elige el menor precio
debido a que todos los proveedores del estudio cumplen con las especificaciones
técnicas y/o términos de referencia. Este tipo de argumentación resultan ser falaz
debido a que la primera condición para poder contrastarse entre las cotizaciones es
que todas éstas cumplan con estas condiciones obligatorias, caso contrario son
separadas y no entran en la comparación, dicho esto, no puede ser que este simple
hecho sea el sustento para elegir el menor precio.
Una situación como la descrita solo puede darse en el caso de bienes estanda-
rizados u homogéneos, donde no existe diferencia entre ellos, como es el supuesto
de las subastas inversas electrónicas. Aquí, como no existe distinción entre los
productos o servicios, entonces el único elemento diferenciador lo compone el precio,
pero cuando la calidad es la que genera las variaciones en los precios éste no puede
ser el único parámetro de elección. En estos supuestos debe indicarse, por ejemplo,
porque se eligió entre todos los precios el más bajo, o por qué se elige un precio que
puede ser el promedio o por qué un precio que no es más el más alto, quizá porque
éste cuenta con un mejor componente de calidad.
Articulo 19
En primer lugar, resulta necesario hacer una distinción entre lo que significa la
disponibilidad presupuestaria y el certificado de crédito presupuestario. El primero,
consiste en la constatación de la existencia de créditos presupuestarios disponibles y
que son posibles de ser utilizados de acuerdo a su programación inicial -Presupuesto
Institucional de Apertura- o modificada -Presupuesto Institucional Modificado-. El
segundo es aquella documentación que refleja la decisión de la entidad de destinar
de forma definitiva créditos presupuestarios disponibles.
Es remitida al área solicitante para que proceda con el inicio de los trámites
respectivos relacionados a la realización de los compromisos correspondientes.
Asimismo, dicho numeral señala que debe respetarse la normatividad del Sistema
Nacional de Presupuesto Público y, según corresponda, las reglas previstas en dicha
normatividad para ejecuciones contractuales que superen el año fiscal.
Siendo así, se procederá a citar las normas pertinentes del Texto Unico Ordenado
de la Ley N° 28411, Ley General del Sistema Nacional de Presupuesto, aprobado por
Decreto Supremo N° 304-2012-EF, pertinente para los comentarios del presente
artículo:
“Artículo 77.- Certificación de Crédito Presupuestario en gastos de bienes
y servicios, capital y personal
El decreto supremo cita el Decreto Legislativo N° 1017, debido a que era la Ley
de Contrataciones del Estado que regía en aquel entonces, no obstante, debe
entenderse las reglas precitadas para la aplicación de nuestra actual normativa de
contrataciones públicas. Bajo dicho contexto, cuando la ejecución contractual supere
el año fiscal se requiere, adicionalmente a la certificación de crédito presupuestario,
el documento suscrito por el Jefe de la Oficina General de Administración (o el que
haga sus veces en la entidad) que garantice la programación de los recursos
suficientes para atender el pago de las obligaciones en los años fiscales
subsiguientes.
Ante dichas consultas el OSCE ha establecido que resulta posible que una en-
tidad convoque un procedimiento de selección en un ejercicio presupuestal solo con
la constancia de previsión de recursos, siempre que dicha convocatoria se realice
dentro del último trimestre del año fiscal, y que el otorgamiento de la “buena pro” y la
suscripción del contrato se realicen en el siguiente año fiscal.
PROHIBICIÓN DE FRACCIONAMIENTO
Es ampliamente conocido que esta tiene como fin regular el uso de los recursos
públicos, bajo criterios de gestión por resultados, calidad y precio, atendiendo
oportunamente las necesidades de los diversos estamentos del Estado a efectos de
que puedan cumplir con las funciones que le fueran atribuidas, repercutiendo en
beneficio de los ciudadanos; como bien lo señala el artículo 1 de la LCE.
Pero, ¿por qué la necesidad de contar con una ley especial? Al respecto, el
Tribunal Constitucional ha señalado que “la contratación estatal tiene un cariz singular
que lo diferencia de cualquier acuerdo de voluntades entre particulares, ya que al
estar comprometidos recursos y finalidades públicas, resulta necesaria una especial
regulación que permita una adecuada transparencia en las operaciones” 1. Aunado a
esto, lo esbozado en el artículo 76 de la Constitución Política del Perú nos permite
concluir que para alcanzar el fin, descrito en párrafo anterior, se requiere de una serie
de procedimientos que por sus exigencias e implicancias permitirán que los bienes,
servicios u obras, sean alcanzados o realizados de forma eficaz y eficiente.
En conclusión, los procedimientos de selección resultan de suma relevancia, esto
debido a que cada uno de ellos está regulado de tal forma que existan garantías en
el uso óptimo de los recursos públicos, todo ello en conformidad con los principios
que rigen las contrataciones del Estado. Una de esas garantías es establecida por el
artículo 20 de la LCE: “Prohibición de fraccionamiento”, el cual desarrollaré a
continuación.
Elemento objetivo
Elemento subjetivo
Conclusiones
Si bien es cierto que muchas veces algunas de las necesidades de las áreas
usuarias no podrán ser contenidas en PAC desde un inicio, es responsabilidad
de la entidad demostrar que no existía una posibilidad real y objetiva de estimar
dicha necesidad oportunamente.
REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA