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La civilización egipcia se desarrolló durante más de 3000 años. Comenzó con la unificación
de algunas ciudades del valle del Nilo, alrededor del año 3150 a. C. y convencionalmente
se da por terminado en el año 31 a. C., cuando el Imperio romano conquistó y absorbió
el Egipto ptolemaico, que desaparece como Estado.
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Historia del Arte: Religión egipcia
Como consecuencia de lo anterior, surgió la nueva religión, sustentada sin fisuras desde el
máximo nivel político del estado faraónico. El faraón se nombró único representante en la
tierra del dios, haciendo innecesaria la casta sacerdotal.34 El faraón con la gran esposa
real oficiaban entre el pueblo y Atón
Akhenaton, promovió la reforma religiosa, trato de crear un nuevo culto religioso más
sencillo a partir de las tradiciones religiosas de Egipto. Akhenaton hallo necesaria la
profanación a fin de tomar una resolución de un orden diferente, hizo caso omiso de la
mayor parte del sistema heredado, rechazo al dios Amón, el nombre y la imagen del mismo
fue borrado metódicamente dentro de una campaña iconoclasta organizada desde la
administración. Remplazo las viejas creencias por el culto a un solo dios, Aton, quien no era
nada más ni nada menos que el sol. Sus templos habían de ser grandes, provistos de
altares y con el techo descubierto así todo el que iba lo podía ver. Como El Aton se podía
ver directo en el cielo, solo se necesitaban templos para rendirle veneración. Akhenaton
veía en el Aton al creador universal de toda vida y así lo conmemoro en varios himnos que
han sobrevivido en los relieves de las tumbas excavadas en la roca de algunos cortesanos.
El himno de Akhenaton no posee alusiones a otros dioses, a quienes en los antiguos himnos
se les consideraba aspectos complementarios de Amón. Akhenaton encontró en el aton una
respuesta sencilla y nada intelectual: la fuente no era otra cosa que lo que podía ver por sí
mismo, el disco del sol. El disco solar con rayos hacia abajo, desprovisto de rasgos
humanos paso a ser la única imagen divina en los nuevos templos de Akhenaton, así como
en la decoración de su tumba. El Aton intentaba lograr enunciados concisos con
definiciones finitas sobre la naturaleza de dios, era una fuerza que presidia con actitud
benigna, pero de lejos, un mundo estable y familiar, no era un dios irascible dispuesto a
intervenir en los asuntos del hombre y a dictar su comportamiento. Con la muerte de
Akhenaton fueron desterradas por completo las complejas representaciones artísticas de
un universo poblado de seres divinos. No se conocen relatos o tradiciones posteriores que
hagan referencia a Akhenaton y después de su muerte se produjo un rechazo de sus ideas
a la vez que se destruyeron o demolieron sus monumentos.
Akhenaton, no tenía ninguna intención de restar poder al faraón, sino todo lo contrario, entre
la visión sencilla de un sol dador de vida de un lado y la humanidad del otro, se elegía el
monarca y su familia como únicos intermediaros, se decía que la figura humana del aton en
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la tierra, era el faraón. En las oraciones de los cortesanos, junto con el aton se invocaba a
khenaton y a nefritis en calidad de dioses.
Bajo los sucesores de Akenatón, Egipto regresó a su tradicional religión, y Akenatón mismo
fue denostado como hereje.
La magia nunca está sin religión, pero la religión puede rechazar la magia. En muchos
sentidos, la magia es lo que hace posible la religión. En todos los rituales religiosos
egipcios, la magia es un elemento funcional, atribuido a funciones sacerdotales
específicas e instrumentos mágicos. Básicamente, a través de la promulgación, el ritual
religioso realiza la intención ya sea para celebrar lo Divino (como en ofrendas,
conmemoración, acción de gracias, etc.) o en términos de una solicitud particular (ritual
votivo). El sacerdote puede poner en acción las fuerzas mágicas, pero nunca sin pedir la
guía de lo Divino y considerando su efecto en el gran plan de cosas. El sacerdote sirve a
su Dios. Un ritual se compone de un lenguaje complejo compuesto por actos de habla y
actividades significativas, que lo acerca al rendimiento, las técnicas dramáticas, los
estándares de la crítica literaria y las diversas tradiciones artísticas. Sin embargo, al
contrario del teatro, una audiencia y un aplauso están ausentes.
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bailarines, etc., representaban los mitos, con ofrendas masivas. En algunos rituales,
el común las personas también podían unirse.
AMÓN: El nombre significa "lo que está escondido", o" lo que no se puede
ver", estaba representado en diversas formas, con la forma de un hombre sentado
en un trono, con la cabeza de una rana y el cuerpo de un hombre, con la cabeza de
una serpiente, como un mono o como un león, pero la forma más común era la de
un hombre con barba que llevaba en su cabeza dos plumas largas y rectas, viste una
túnica de lino, pulseras y un collar, y cuelga de su parte posterior una cola, denotando
que era un dios de los tiempos primitivos, fue considerado al pasar de los tiempos y
de las diversas fusiones con otros dioses "Rey de los dioses".
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ANUBIS: El Dios de la Muerte, titulado "Soberano de la
Tierra Sagrada" (o sea La Necrópolis), tenía normalmente forma de
cánido, aunque la especie (perro o chacal), no la precisaron los
egipcios con exactitud. Fue dios tutelar de la ciudad de Cinópolis,
en Egipto Central. Se le consideraba la divinidad más importante
del Amenti o infierno, y el acusador de las almas que comparecían
en el juicio final del mito osiriano, suele señalársele como hermano
de Osiris, o hijo adultero de éste y Neftis, o hijo de Set y Neftis, en
la síntesis solar aparece como hijo de Ra. Al introducirse el culto de
Osiris, Anubis se convirtió en subordinado del nuevo soberano de
los muertos, dirigía la operación de pesaje de los corazones en el "Juicio de los
Muertos".
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OSIRIS: Hijo de los dioses de la Tierra y el Cielo, Gheb y
Nut, Osiris se convirtió en el dios de la muerte y este aspecto
gozó de gran popularidad, siendo tanto ésta que reemplazó al
mismo Anubis en el ritual de pesaje de corazones y juicio de
almas. Se le representaba con cabeza de toro, algunas veces
con cabeza de ave, etc., con el cetro y el látigo entre las manos
y la corona sobre su cabeza. Algunas veces el rito de Osiris se
extendía de manera tal que incluso en ciertas regiones se le
llegó a considerar un dios agrario y patrono de los labradores de
tierra.
Dentro de las costumbres funerarias del Antiguo Egipto, los antiguos egipcios seguían una
elaborada serie de "rituales de enterramiento" que consideraban necesarios para
asegurarse la inmortalidad tras la muerte. Estos ritos y protocolos incluían la momificación,
la pronunciación de hechizos mágicos y la inclusión de objetos muy específicos en las
tumbas, que se pensaba que serían necesarios en la otra vida.
Entre algunas cosas que podemos saber sobre qué hacían cuando fallecía una
personalidad de prestigio, es que las mujeres de la casa se echaban tierra a la cabeza,
incluso a la cara. Luego se alejaban del difunto y salían corriendo de la casa para recorrer
la ciudad con las faldas recogidas y se descubrían el pecho dándose golpes. Todas las
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mujeres de la familia se unían al cortejo y las imitaban. También los hombres se golpean el
pecho. Después de estas ceremonias trasladaban al cadáver para embalsamarlo.
El proceso comenzaba unos dos o tres días después de fallecida la persona, llevando su
cuerpo a las orillas del rio Nilo, pues allí estaban instalados los embalsamadores. Estos
trabajadores solían usar mascaras con cabeza de chacal, en representación del dios
Anubis, guardián del inframundo y protector de las tumbas de los fallecidos.
A partir de ese momento se tardaba unos setenta días para que todo el proceso esté
completo y terminado. Se comenzaba colocando el cuerpo sobre una gran mesa con forma
de león, la cual frecuentemente podía estar hecha de madera, piedra o inclusive alabastro.
A un lado en otra mesa más pequeña se depositaban los enseres para llevar a cabo los
procesos de extracción de órganos, etcétera. Una vez ubicado sobre la mesa el cuerpo era
lavado con agua procedente del Nilo hasta completar su limpieza. Cuando ya estaba
totalmente limpio se procedía a la extracción de órganos empezando por el cerebro que era
quitado a través de unos ganchos que se introducían por la nariz.
Luego se seguía con el estómago, los intestinos, los pulmones y el hígado. Cada uno de
estos órganos era envuelto en pequeños trozos de vendaje de lino y se introducía dentro
de cuatro vasijas (una para cada órgano respectivamente) llamadas "vasos canopes". Estos
vasos tenían forma de animales y cada uno representaba una divinidad asociada a la
cultura religiosa egipcia. Estas divinidades eran comúnmente denominadas "hijos de
Horus": El vaso con forma de chacal (Duamutef) era el elegido para depositar el estómago,
el de formato de halcón (Qebehsenuf) era donde iban los intestinos, el que tenía forma de
mono (Hapy) recibia los pulmones y por último el único vaso con apariencia humana
(Amset) recibia el hígado.
El único órgano que no se extraía era el corazón, el cual se dejaba intacto pues para los
egipcios era el lugar donde se albergaba la consciencia, los sentimientos y la vida. En caso
de ser extraído debía ser si o si sustituido por un escarabajo alado en su lugar.
Luego de extraídos los órganos el cuerpo del fallecido era cubierto con natrón, una sal
gruesa que servía para desecarlo totalmente y deshidratarlo. Esta parte del proceso llevaba
casi unos 40 días para lograr un resultado óptimo. Después del correcto desecado se
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retiraba la sal y se rellenaba el cuerpo con limo, aserrín o incluso una mezcla de especias
aromáticas. Se procedía a coserlo y cerrarlo, muchas veces se hacía con lino, pero en
algunas ocasiones se cerraba el cuerpo con una placa hecha de cera o incluso una chapa
de oro en el caso de los reyes.
"Te ponemos el perfume del Este, para hacer perfecto tu olor y poder seguir el olfato de
Dios"
"Te traemos los líquidos que vienen de Ra, para hacer perfecto tu olor en la Sala del Juicio
Final"
Los vendajes utilizados eran empapados de resina antes de ser puestos sobre el cuerpo
pues esta ayudaba a una mejor sujeción. El vendado se hacía desde las extremidades hacia
el resto del cuerpo; se comenzaba por los dedos hasta llegar a la última parte que era la
cabeza. Entre las vendas se colocaban piedras y amuletos de protección varios, así como
trozos de lino en los que se inscribían textos sacados del Libro de los Muertos. Una vez
terminado el cuerpo ya vendado era adornado con una mortaja cubierta de cuentas.
También se colocaba sobre el pecho un escarabajo alado o una figura de la diosa Isis con
sus brazos extendidos, además de las imágenes de los cuatro hijos del dios Horus.
Por último, el rostro era cubierto por una máscara pintada (en el caso de personajes reales
esta era mayoritariamente de oro) y el cuerpo se disponía sobre un sarcófago que podía
ser de madera o piedra. A menudo no se trataba de un solo sarcófago, sino que eran varios,
uno introducido sobre otro. Por lo general eran hasta nueve sarcófagos pues los egipcios
creían que ese era un numero de buena suerte y además evitaban que el cuerpo fuera
saqueado tiempo después. Una vez hecho esto el sarcófago se entregaba a la familia del
difunto para la ceremonia.
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el toro (representación del dios Apis). Posteriormente el número de animales a los que se
les rendiría culto sería más grande. Algunos ejemplos que podemos mencionar son el toro,
perro, ibis, carnero, halcón, gato, pez y cocodrilo. En el caso del gato los egipcios veían en
la encarnación de la diosa Bastet, protectora del hogar y de la familia, por lo que le rendían
un culto especial. Muchos gatos eran embalsamados y llevados para ser enterrados en
necrópolis destinadas a ellos. Sobre las momias de gato es fácil que aparezca una máscara
de yeso en la que se reproduce su cara.
Tampoco se extraían sus órganos, sólo se deshidrataban. Sobre las vendas se les dibujaba
la cara y otras partes del cuerpo.
Además de enterrar a sus mascotas momificadas junto a ellos los antiguos egipcios también
tenían algunos cementerios destinados a animales que consideraban sagrados, como los
ibis y babuinos. Estos últimos representaban a Thot (dios de la escritura). Las momias de
ibis se enterraban en sarcófagos de madera o en jarras de cerámica y su cuerpo se envolvía
en finas tiras de lino; a veces se les colocaba en la cabeza una máscara dorada. También
se han encontrado momias de halcones y de cocodrilos. En cuanto al toro (dios Apis) el
culto estuvo unido al del dios Ptah. Apis era un animal tan importante que vivía en un
palacio. Recibía las atenciones de sus sacerdotes y a su muerte era cuidadosamente
momificado, recibiendo el ritual de embalsamamiento en el cual era introducido en un
enorme sarcófago de granito y enterrado en su tumba. También se le acompañaba de un
importante ajuar funerario y había necrópolis exclusivas destinadas solamente a nichos
para este animal.
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ESCARABAJO
Este es uno de los amuletos más reconocidos dentro de lo que son los procesos de
momificación. Representa a la diosa Isis con sus brazos extendidos y cubiertos de plumas,
usando en su cabeza un disco solar y cuernos pertenecientes a la diosa Hathor. Isis era
considerada la hermana y esposa de Osiris, el dios del inframundo, y se creía que el dios
la protegió tanto en vida como en muerte. Por lo general este amuleto se colocaba en el
pecho de los difuntos como protección en la entrada al inframundo. Estaba pintado en color
azul de cobalto y tallado a mano, probablemente hecho en tres piezas debido al hecho de
que la diosa se representara con sus brazos extendidos hacia los costados.
Estos animales eran representados en diversas actitudes: rezando al dios del Sol Re (o
Ra), hablando o incluso danzando. Los babuinos aparecen en el Libro de los Muertos en
diversas escenas orando al disco solar. Se cree que probablemente poner amuletos de
estos animales entre los vendajes de los fallecidos provocaría que los mismos facilitaran su
transformación también en babuinos que adorarían al dios Re cada día.
Anubis era el dios de los cementerios y se representaba a menudo con cabeza de chacal,
probablemente porque este tipo de animales habitaba las áreas cercanas a estos lugares.
Su actitud en este tipo de amuletos se cree que fue tomada del momento en el que
embalsamaba el cuerpo del difunto Osiris.
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También se lo represento en las épocas más tardías de Egipto sosteniendo una pequeña
figura de Osiris entre sus manos. Este amuleto se colocaba a menudo en los hombros, la
parte baja del torso y las piernas de los difuntos.
Los llamados "cuatros hijos de Horus" son deidades conocidas por proteger y ayudar a
Osiris, dios del inframundo. En el caso de los fallecidos se creía que estos los mantenían
después de la muerte lejos de situaciones de hambre o sed. Eran representados en
cuatro vasijas, cada una con un formato
diferente representando a cada hijo del dios
Horus:
Capítulos 1-16: "Salir al día" (oración); marcha hacia la necrópolis, himnos al Sol y a Osiris.
Capítulos 17-63: "Salir al día" (regeneración); triunfo y alegría; impotencia de los enemigos;
poder sobre los elementos.
Capítulos 64-129: "Salir al día" (transfiguración); poder manifestarse bajo diversas formas,
utilizar la barca solar y conocer algunos misterios. Regreso a la tumba; juicio ante el tribunal
de Osiris.
Capítulos 130-162: Textos de glorificación del muerto, que se deben leer a lo largo del año,
en determinados días festivos, para el culto funerario; servicio de las ofrendas. preservación
de la momia por los amuletos.
Capítulos 163-190: es un complemento de todo lo anterior, con fórmulas en donde se alaba
a Osiris.
La mayoría de estos textos comienza con la palabra r (ra), que puede significar boca,
discurso, capítulo, hechizo o encantamiento. Esta ambigüedad refleja la semejanza en el
pensamiento egipcio del discurso ritual y el poder mágico. En este contexto, los egiptólogos
lo traducen como capítulo o hechizo, indistintamente.
Los textos del Libro de los Muertos tenían un amplio rango de propósitos. Algunos estaban
pensados para darle al difunto conocimiento místico de la otra vida, o identificarlos con las
divinidades, como el capítulo 17 en que se describe al dios Atum. Otros resultan ser
encantamientos que asegurarían la preservación y reunificación de las diferentes partes del
difunto, así como darle control sobre el mundo a su alrededor. Asimismo, algunos le
protegerían de varias fuerzas hostiles, o le ayudarían a vencer ciertos obstáculos a su paso
por el inframundo. Los textos e imágenes tenían un simbolismo tanto religioso como
mágico. La magia era una actividad tan legítima como la adoración de los dioses, aun
cuando la magia pretendía controlar a los propios dioses.
Además de ser escritos sobre papiro, estos textos de protección aparecían sobre amuletos
que eran colocados entre las envolturas de las momias. Estos amuletos tenían diferentes
formas y representaban diversas divinidades, las que protegían determinada parte del
cuerpo. Muy conocido resulta el escarabajo de corazón, el que contiene un encantamiento
que le impediría ir en contra del muerto en el día del juicio.
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Papiros y capítulos célebres
Ha quedado clara la singularidad de cada papiro portador de hechizos del Libro de los
Muertos, siendo cada ejemplar único no solo por la selección y disposición de los capítulos,
sino también por la utilización de viñetas, el tipo de escritura, la factura y su propietario, etc.
El acceso que el público tiene a estos milenarios manuscritos, ya sea en los museos o a
través de su divulgación en publicaciones comerciales, sin dejar fuera las características
propias de cada papiro, determinan la celebridad de cada uno. Algunos de los más
destacados son:
Papiro de Ani
Papiro de Nebseni.
Papiro de Nu.
Capítulo 125
Uno de los más famosos e importantes capítulos del Libro de los Muertos es sin dudas el
titulado "Fórmula para entrar en la sala de la diosa Maat", en el cual el difunto se presenta
ante el tribunal de Osiris, donde su corazón (símbolo de conciencia y moralidad) es puesto
a prueba en la balanza de la justicia y la verdad, prueba de vital importancia para continuar
su camino en el mundo de los muertos hasta alcanzar los fértiles campos de los juncos,
esto se lo conoce como “El juicio de las almas”. Poseedor de indudable complejidad y
extensión, este capítulo contiene 42 purificaciones más conocidas como "confesiones
negativas", declaraciones de inocencia que el difunto realizaba ante los dioses del tribunal
a fin de justificar sus acciones personales, lo que pone de manifiesto la gran importancia
moral que este capítulo significaba para los antiguos egipcios. Es decir, Aquí el difunto
asegura cuarenta y dos veces que no ha hecho nada malo en su vida, enumerando los
“actos inmorales” que no ha cometido. El difunto se identifica con el gran dios Osiris; pero
a pesar de tal protección, busca los medios mágicos para combatir los peligros del
Inframundo e invoca la protección de dioses menores. Cada una de las 42 líneas consiste
en una oración y una purificación: se parte de la invocación de un dios local para cada una
de los 42 nomos del Antiguo Egipto, y se termina con una declaración de algo que una
persona no hizo en vida. Ampliamente se reconoce que estas líneas eran en realidad
requerimientos sacerdotales antes de servir en un templo. Como se suponía que el difunto
estaba a punto de entrar en la presencia del Gran Dios, tiene sentido que debiera ser
"purificado" de la misma manera que un sacerdote.
El más antiguo de los textos funerarios grabados en una pirámide faraónica se encuentra
en Saqqarah. Estos textos grabados sobre las paredes de los pasos interiores y las paredes
de la habitación funeraria, debían ayudar a los faraones a viajar al más allá, para asegurar
así la regeneración y la vida eterna del rey. Hacia el final del tercer milenio a. c., aparecieron
nuevos textos funerarios recalcando más la vida después de la muerte y la ayuda que hay
que aportar al difunto para que éste encuentre su camino al más allá. Estos textos fueron
inscritos dentro de los sarcófagos de altos funcionarios del Imperio Medio y comprendían
más de 1000 fórmulas dando indicaciones sobre la vida bajo la tierra, en el reino de Osiris.
Allí los difuntos trabajaban en los Campos de las ofrendas y de los juncos. En estos textos
se nos habla por primera vez del juicio de los muertos, medio de alcanzar una vida nueva,
mencionado anteriormente en el informe.
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En la imagen se presenta el episodio del juicio de Osiris, momento clave del viaje del
difunto. Las viñetas del papiro permiten seguir la historia del juicio. En la parte superior (1)
vemos al difunto Hunéfer celebrando ofrendas ante los dioses del tribunal; después Hunéfer
es llevado por Anubis (2) al recinto del juicio donde el mismo Anubis (3) se encarga de pesar
en una balanza el corazón del muerto contra la pluma de Maat (diosa de la verdad y la
justicia). Si el corazón del difunto era más pesado que la pluma de la justicia entonces era
devorada por el bicho infernal Ammit (4), engendro de cocodrilo, león e hipopótamo, y el
alma del difunto desaparecía para siempre. Si el dios Thot (5) comprobaba que el corazón
aprobaba el test de la balanza, dejaba pasar al difunto quien era conducido por Horus (6)
ante Osiris (7), en la imagen acompañado por sus hermanas Isis y Neftis, y finalmente logra
alcanzar la vida eterna. Los jeroglíficos que acompañan señalan los conjuros que debe
recitar el fallecido ante cada dios para superar las fases del juicio.
Era común que se dispusiera una copia del libro de los muertos en papiro dentro de las
tumbas, para servir como guía al difunto, o bien que se decoraran las paredes de las tumbas
con estas escenas.
El Jat: El cuerpo "físico", denominado Dyet por los egipcios, o Jat, Chat o Khat si se hace referencia
a un cuerpo momificado, es el elemento más tangible de los que componen el hombre. Es inerte,
un simple trozo de materia. Sirve de soporte físico para los demás elementos, por lo que debía de
ser momificado para asegurar su incorruptibilidad, y de esa manera garantizar que continuara
existiendo, incluso después del fallecimiento.
El ib: Simbolizado por el corazón, fue considerado la sede de los pensamientos y las emociones
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según las creencias egipcias. Era uno de los elementos espirituales más importantes. Esto se
evidencia por muchas expresiones cotidianas en la lengua egipcia que incorporan la palabra ib,
como aut-ib "alegría" (amplio corazón). Fue representado como el elemento que se contrapesaba
con el símbolo de Maat en el Juicio de Osiris.
El Ka: Era una pizca del principio universal e inmortal de la vida. Ka es un concepto semejante al
de la "fuerza vital", lo que diferencia a una persona viva de otra muerta, muerte que ocurría
cuando ka abandonaba el cuerpo. Se pensaba que el Ka era creado por Jnum, en su rueda de
alfarero, para ser depositado en los hijos en el momento de su concepción.
Los egipcios también creyeron que el Ka se sostenía por medio del alimento y la bebida. Por esta
razón eran presentadas a los muertos ofrendas de alimento y bebida, aunque era el Ka (kȝ) de las
ofrendas lo que este consumía, no la parte física del alimento.
El Ba:Es el concepto más cercano a la noción occidental de alma. Es la parte trascendente que
permanecería con el cuerpo tras la muerte del individuo. También era lo que hace único a un ser,
similar a la noción de "personalidad". Como el alma, el Ba es la parte de una persona que vivía
después de la muerte del cuerpo, y lo solían representar como un ave con cabeza humana, que
volaría desde la tumba para unirse con ka en la vida futura.
Ren: Es el nombre que la persona recibe al nacer, aunque podría cambiar a medida que la persona
iba evolucionando. El ren viviría mientras el nombre fuese pronunciado, lo que explica los grandes
esfuerzos realizados para protegerlo, escribiéndolo profusamente en papiros y monumentos, o
destruyéndolo en casos de manifiesta enemistad.
Sheut : Es "la sombra". La sombra de una persona estaba siempre presente. Una persona no podría
existir sin una sombra, ni la sombra sin la persona, por lo tanto, los egipcios conjeturaron que la
sombra contenía a algo de la persona que representa. Por esta razón las estatuas de los seres
humanos y dioses fueron referidos a veces como sus sombras. El Sheut fue representado como
una pequeña figura humana pintada totalmente de negro, símbolo de la muerte, o como un
sacerdote de Anubis.
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Bibliografía
Religión Egipcia
https://www.arteespana.com/religionegipcia.htm
La Religión Egipcia
egiptologia.com/la-religión-egipcia/
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