1) El Padre seleccionó al individuo para salvarlo: fue elegido
según la presciencia de Dios.
2) El Espíritu Santo nos apartó para el Padre Celestial y obró para llevarnos a creer en Cristo iniciando el proceso de santificación. 3) El resultado de la obra del Padre y del Espíritu, es que el individuo respondió al llamado a la salvación y obedeció a ese llamamiento. 4) La sangre de Jesucristo se “roció”, o derramó en su muerte para limpiar o perdonar los pecados.
PADRE Escogidos ESPIRITU SANTO Apartados JESUCRISTO Perdonados