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Fotografía: cmdf
«Fuegos faustos», de Hector Guimard, ubicada en el Prado, inaugurada en 1914 El pintor Carlos María Herrera y su musa inspiradora Diana, ubicada en el Prado, inaugurada en 1918
en el verde. La obra es del escultor José Belloni
No era común que las alegorías fluviales miento frente al reinaugurado restaurante rodeado de follaje. Una joven desnuda, tal vez Los temas mitológicos fueron recurrentes
tomaran la forma femenina, al contrario, municipal conocido como Hotel del Prado. Su una musa inspiradora, forma parte del grupo. en la obra de Bourdelle; su formación clásica,
para representarlas eran comunes las nueva ubicación supuso una reorganización Emile Bourdelle (1861-1929) fue un sus intereses personales y tal vez incluso su
figuras de hombres fuertes y barbudos, de este espacio urbano, cuyo responsable escultor francés que debe ser recordado esposa griega influyeron en esta decisión. La
como los ríos que esculpiera Bernini en fue el arquitecto Juan Scasso, quien dispuso también por estos parajes. No sólo hay obras obra de Bourdelle adquiere también en esos
la Plaza Navona en Roma. Cordier escogió una caminería y un conjunto de eucaliptos suyas en Montevideo, y principalmente en años formas sólidas con una geometrización
gráciles jovencitas para representar a los que centralizaron y jerarquizaron la fuente. Buenos Aires, sino que además fue docente que lo acerca a lenguajes más cercanos a la
ríos Paraná, Uruguay y Río de la Plata, y las en la famosa École de la Grande Chaumière, vanguardia. En Montevideo, en el Prado, hubo
acompañó de animales de la región, como El pintor y el músico una institución fundada en el siglo xix que un busto de Beethoven, en bronce, obra de
el oso hormiguero y la mulita. A unos metros de la «Fuente Cordier», desde buscaba crear una alternativa de enseñanza Bourdelle, quien admiraba al compositor y
La fuente se había proyectado para el 1921 se levanta el monumento al pintor menos rígida a la académica de la École des realizó varias máscaras y bustos que lo re-
Parque Central, actual Parque José Batlle y uruguayo Carlos María Herrera (1875-1914), Beaux Arts. En los años veinte Bourdelle fue presentan. El músico, con una melena agitada
Ordóñez, sin embargo su destino fue la Plaza realizado en mármol por José Belloni, escul- maestro en la Grande Chaumière, y pasaron e intensa mirada, tiene toda la apariencia de
Independencia. tor uruguayo nacido en el verde jardín de por su taller artistas como Alberto Giaco- un genio románico. El «Beethoven» de Bour-
La escultura se inauguró allí el 25 de la quinta de Aurelio Berro, donde su padre metti, Arístides Maillol y los rioplatenses delle estuvo en el Prado desde 1927, pero un
agosto de 1916, y sus juegos de agua y luces inmigrante era jardinero. Herrera integra el José Luis Zorrilla, Pablo Curatella Manes y atentado que sufrió años después llevó a
despertaron la admiración de los contem- grupo de artistas destacados en el Novecien- Federico Moller de Berg. que fuera retirado, colocándose en su lugar
poráneos. Pocos años estuvo en ese lugar: tos montevideano como «pintores de la luz». En Buenos Aires hay varias obras de un busto de otro artista.
en 1922 se retomó la idea de una estatua Artistas que si bien no siempre trabajaban Bourdelle, el «Monumento al general Carlos El agua en sus distintas formas, la flora
ecuestre de Artigas para el centro de la pla- al aire libre, incorporaron en sus obras la luz María de Alvear» en La Recoleta y dos escul- proveniente de variados lugares del mundo,
za, proyecto que como vimos también había natural y la pincelada abocetada del impre- turas menos heroicas que representan seres y las esculturas dedicadas a antiguas divi-
involucrado a Cordier. La «Fuente Cordier» sionismo y posimpresionismo. Con la túnica mitológicos: «Heracles arquero» y «Centauro nidades o a artistas, viven y conviven en los
se trasladó entonces a su actual emplaza- de pintor y la paleta, Herrera nos observa moribundo», junto al Museo de Bellas Artes. parques montevideanos.
«Plaza Navona», en Roma, óleo sobre tela, Giovanni Paolo Pannini, 1729