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M e / á n e a

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das, de allf el mét~do de los primeros capl-
Una bella historia de amor porno tulos: una profusión de discursos continua-
mente rotos, dislocados, incongruentes,
buscando siempre su tono, su resolución,
Eloy UITOZ los cuales pasan de un lugar a otro ponien-
do todo su énfasis en la pura capacidad
mnemotécnica del lector, hasta una simple
linearidad de la anécdota contada siem-
pre en primera persona. Existe sólo un pa-
T)'lrece que es La bella de Moscú la prime- estropear la anécdota. En este sentido Ye- saje en la novela, sin duda uno de los más
r ra novela de Vlktor Yeroféiev. Conocl roféiev cumple el requisito impuesto -sólo divertidos, en que el diálogo entre varios
un adelanto de la misma en las páginas de un par de rebabas culteranas se filtran por se dramatiza: una parodia del coro griego
esta revista traducida del francés por Ju- amo muy al estilo de Grass y Joyce. Allí se hace
lián Meza. Éstas que ahora reseno están Es Ira, la bella, la narradora, la misma que un recuento de sus culpas y se juzga a la
vertidas del ruso por Helena S. Kiúkova y cuenta su vida desde que conociera a su protagonista. Aqul y en otras partes, Yero-
Vicente Cazcarra. Debo imaginar que esos amante Vladlmir Serguéievich, padre de féiev demuestra una capacidad de intuición
nefandos y peculiares giros autóctonos su hijo, un feto aún. Aqul entra el segundo femenina desusada en otros autores, como
que en mucho recuerdan las traduccio- cometido de su autor. La novela tarda en por ejemplo cuando hace decir a Ira que
nes que hiciera Manzano de los libros de ser contada el mismo tiempo de la gestación "La victoria era para mis amantes más im-
Miller, e invaden la novela, son obsequio del bebé. Es decir, Ira cuenta una historia de portante que el placer" o bien: "No les gus-
de Cazcarra. Con todo, la versión es buena amor -que son muchas historias al mismo taba amar, sino vencer"; también cuando
si acostumbramos el ordo. Debo decir que tiempo- Intimamente vinculada con el pro- piensa: "Comprendl entonces que el joven
al leer el fragmento de Meza el ano pasado ceso de creación de sus memorias. Son Bielojvóstov no entendla de mujeres" pues
quedé enamorado, junto con otros, de la casi nueve meses, lo podemos suponer. Asl declara haberle lamido el culo a algunos,
novela. El erotismo bajo, escatológico y la historia da comienzo in media res; ya han placer del que se ha perdido éste.
a veces increlblemente tierno del escritor sucedido algunas cosas aunque todavla no Ella ha de sufrir su calvario y éste es la
ruso mantuvo mi interés hasta que reciente- hay un desenlace. lrina ni nadie sabe el final novela -un vla crucis- y es esto lo que
mente la pude conseguir. Debo advertir que y esto hace más interesante la tragicomedia cuentan sus memorias, la más fiel docu-
ya en las manos, mi interés y mi gusto no que está por celebrarse. Una primera mitad mentación de su vida privada que no es tal
fueron los mismos. Desmayaron un poco. de la novela recrea una historia inmediata, pues un halo de fama la sigue por donde
Sin embargo, La bella de Moscú se deja leer que es urgente que conozcamos, empe- vaya. Nosotros rastreamos lo que .medio
amablemente y casi dirla de un tirón, cosa zando por su visita al ginecólogo hasta esa Moscú ya sabe bien y con lo cual está indig-
extranlsima en cualquier novelista ruso. enorme cantidad de minucias amorosas con nado. El final es triste pero increfblemente
Esta es la historia de lrina, la bella, una de sus distintos amantes. Por fin viene su en- seductor al contrario de lo que se piense: la
las mujeres más hermosas de su tiempo cuentro con Leonard, Vladlmir Serguéievich, bella se mata, se tira del balcón al no hallar
-¿los setenta?-, al menos desde su punto el politico maduro y retirado, de enorme in- nunca a su hombre ideal, a su marido inexis-
de vista, el cual, empalagosa, insiste en re- fluencia en Moscú. Éste le da un hijo pero tente, porque en el fondo ella cree en el
cordárnoslo para nuestro onanista regodeo muere; con el tiempo nos enteramos que amor. La bella de Moscú, una de las últimas
de lectores. Podemos suponer que es cier- fue en su último orgasmo que ella concibió entregas de la nueva literatura rusa -escrita
to cuando encontramos a más de una do- esa prenda de él. Es a partir de alli que ella en 1982 y publicada hasta 90-, es una
cena envueltos entre sus faldas. Y con ella toma las hojas y se pone a escribir, si no hermosa historia de amor pomo, una dificil
no caben distinciones, da lo mismo su sexo, desde el principio si desde que los cabos tarea y también una feliz conjunción. O
el origen, su idioma y el color. Casi todos le lleven inevitablemente hacia Vladlmir Ser-
gustan y también casi a todos desprecia en guéievich.
el fondo. Con todo, apreciamos un hilillo de Conforme ávanza la novela, la histeria y la Vlktor Yeroféiev, La bella de Moscú. Anagrama,
carino, de estima sincera de parte de Ira ha- locura de Ira quedarán más o menos mitiga- Barcelona 1990. 328 pp.
cia cada uno. Y esto hace a la novela una
historia inteligente y hermosa, un relato de
amor, aparte de ser lo gue es: un texto lnte-
gramente pornográfico.
La obra de Yeroféiev merece destacarse
por las mismas dificultades que su autor se
impuso durante la confección de la misma
(me gusta eso de confección por lo de en-
trega y lealtad que percibimos de parte de
Yeroféiev hacia su herolna). En lugar de un
narrador hay una narradora, la misma Ira,
protagonista de todos los enredos que
cuenta la historia. Al reconocerse y recono-
cerla una mujer ignorante y sin embargo
muy honesta, era tarea dificil mantener un
ritmo fuerte, divertido y a la vez literario sin

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