TRA BA JO PRÁCTI CO I I I

Raymi Ezequiel Acebo Vietto

Filosofía y Estética de la Música

Licenciatura en Dirección Coral
Facultad de Artes
Universidad Nacional de Córdoba

El objetivo de este escrito es articular el análisis inmanente del segundo

movimiento de la Sinfonía de los Salmos (1930) de Igor Stravinsky con la
reflexión filosófica realizada por Theodor Adorno en Sobre la situación so-
cial de la música (2011).
Adorno afirma que en Stravinsky y la corriente objetivista «[…] la correc-
ción inmanente a la música de la alienación se espera de un recurso a formas
musicales más antiguas, completamente preburguesas […]» (2011, p. 775).
Esto significa que la inmediatez perdida se intenta resolver no mediante el
diálogo con el material y la conciencia sobre la irreversibilidad de sus trans-
formaciones históricas sino a través de la reinstauración de «tipos musica-
les dados» (Morgan, 1991, p. 190) que se considera no alienados.
En efecto: desde el comienzo del movimiento hasta la sección (§) 13 in-
clusive, Stravinsky utiliza el procedimiento de doble fuga, con un primer
sujeto presentado en oboes y flautas (§§ 1-4) y un segundo sujeto presen-
tado en el coro (§§ 5-11); en ambos casos, con las cuatro presentaciones de
rigor.
Adorno también asevera que el objetivismo «[…] construye en el pasado
la imagen de algo absolutamente válido, que aquí y ahora […] cabría reali-
zar» y que «[…] se esfuerza por aplicar los antiguos y presumiblemente
eternos modelos precisamente al material actual [...] adoptado adialéctica-
mente» (Adorno, op. cit., loc. cit.).
Por lo tanto, si consideramos que en §§ 1-4 las disonancias de séptimas
mayores y quintas aumentadas son «lineares y armónicamente fortuitas»
(Mellers, 1971, pp. 21-22) y con un diseño interválico reminiscente de los
ostinati del primer movimiento, no permitiendo el avance armónico y con
un sonido más machautiano que bachiano (id.); Stravinsky trabaja con los
tipos musicales del pasado, manipulándolos y poniéndolos en relación con
su propio estilo compositivo: El «material armónicamente liberado»
(Adorno, op. cit., p. 776) es configurado en un procedimiento caracterizado
—al menos desde Bach— por direccionamientos armónicos.
Do y Mi bemol son los centros tonales para sendos sujetos de la doble
fuga, presentados en su nota polar y a la quinta, de forma ortodoxa. Stra-

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vinsky intenta incluso reforzar esa quinta mediante la culminación del su-
jeto en la sensible superior e inferior de la nota polar de la respuesta. Pero
esto entra en contraposición con su superposición en § 4, según Mellers
(op. cit., p. 23) como un artificio para desarticular la percepción cultural,
elemento que coadyuva a la incomprensión por parte de la burguesía de su
propia música como objetivación ideológica (Adorno, op. cit., p. 777).
Stravinsky trata entonces con materiales y formas «como [con] “objetos”
existentes que son sometidos a manipulaciones externas» (Morgan, op. cit.,
loc. cit.), praxis de capricho compositivo (Adorno, op. cit., p. 776) que ejerce
su poder sobre el organismo musical como la elite sobre una sociedad in-
dustrial estamentalmente organizada (id.).

Bibliografía

Adorno, Theodor. 2011. “Sobre la situación social de la música”. En Escritos

musicales V, traducido por Antonio Gómez Schneekloth y Alfredo
Brotons Muñoz. Madrid: Ediciones Akal.
Mellers, Wilfrid. 1971. “1930: Symphony of Psalms”. En Tempo, New Ser.,
n.o 97.
Morgan, Robert. 1991. La música del siglo XX. Traducido por P. Sojo. Ma-
drid: Ediciones Akal.