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AGRADECIMIENTOS
A Dios por darme la vida y ayudarme a tener pensamientos positivos y sensibles frente al
envejecimiento.
A mi madre por ser el modelo de la vejez activa, sabia y además mi guía y luz en mi camino.
A mis hermanos por ser personas nobles que siempre están ahí cuando más los necesito.
A Honduras por permitir desempeñarme frente a una población tan vulnerable como son los
adultos mayores y por darme la oportunidad de proyectarme en el área de la Gerontología.
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Manual de Gerontología: Aprendiendo a cuidar al Adulto mayor y a su Cuidador
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PRESENTACIÓN
La labor de atender y proporcionar cuidados a las personas adultas mayores es una experiencia
digna y merecedora de reconocimiento social e institucional. No obstante no deja de ser, en
numerosas ocasiones, una tarea solitaria e ingrata bajo la cual subyacen situaciones desfavorables
que van a conducir a que el cuidador presente alteraciones físicas, mentales, afectivas,…viéndose
afectada su situación social, familiar, laboral,...
El cuidado de personas mayores dependientes ha sido identificado como uno de los acontecimientos
normativos que más estrés puede producir en la vida de las personas responsables de su atención.
Dentro de las dificultades que expresan los cuidadores, la carencia de recursos formativos y
habilidades en el ámbito profesional es uno de los factores que más afectan al desarrollo de su labor,
traduciéndose en temor e inseguridad a la hora de afrontar su labor diaria. En este sentido, existe una
estrecha relación entre la sobrecarga que experimenta el cuidador y el deterioro en los cuidados que
administra a la persona dependiente, así como entre el estrés del cuidador y el maltrato a los
ancianos, entendido en el más amplio sentido de la palabra: agresividad e insultos, falta de cuidados,
negligencia, abandono,…
Somos conscientes que Latinoamérica es una región que envejece. Este proceso se está dando en
un contexto de pobreza y desigualdad social y a un ritmo mayor del que se ha dado en los países
desarrollados. Hoy más que nunca se hace necesaria la capacitación de recursos humanos en la
atención a la población adulta mayor, siendo dicha capacitación una garantía de calidad de atención y
de que la labor profesional se lleve a cabo respetando la dignidad y los derechos de las personas
mayores atendidas. Tal y como recoge entre sus recomendaciones la Estrategia Regional de
Implementación para América Latina y El Caribe del Plan de Acción Internacional de Madrid sobre
Envejecimiento, muchos países de la región acusan una falta de personal capacitado y sensibilizado
para atender a las personas mayores. Sin duda una de las vías para la promoción de una vejez digna
es garantizar que aquellas personas que a nivel profesional brindan cuidados y atención a la
población mayor estén debidamente capacitadas y motivadas para un óptimo desempeño de su labor.
Esta inquietud, compartida por FIAPAM, se ha plasmado en el proyecto “Fomento de la
capacitación en atención gerontológica de personas mayores dependientes en Latinoamérica”,
iniciativa que se lleva a cabo con el respaldo del Ayuntamiento de Castro Urdiales (Cantabria-España)
y con la colaboración de la Asociación Nacional de Personas Adultas Mayores de Honduras-ANAMH.
Todos estamos fuertemente comprometidos para que el trabajo con este colectivo particularmente
vulnerable sea llevado a cabo siguiendo los Principios de Naciones Unidas en favor de las personas
de Edad: independencia, participación, cuidados, autorrealización y dignidad.
Modesto Chato
Presidente de FIAPAM
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INTRODUCCIÓN
“Nuestro tiempo necesita hoy más que nunca la sabiduría del viejo. Una sabiduría que nos conduzca
al mundo de la libertad y de la paz.”
Este porcentaje también será mayor en las mujeres que en los hombres,
particularmente en el área urbana. En nuestros países, los posibles impactos
negativos del envejecimiento demográfico no se relacionan sólo con su faceta
cuantitativa sino también con el escenario social, económico y cultural en que este
proceso está teniendo lugar, que se caracteriza por una alta incidencia de la
pobreza, una persistente y aguda inequidad social, una baja cobertura de la
seguridad social y una probable tendencia hacia el deterioro de las estructuras
familiares de apoyo a los adultos mayores.
Sin embargo, este es el escenario que más reclama crear alianzas estratégicas y dar
un nuevo paso en nuestro proceso de reflexión, de poner en común nuestros análisis
e ideas, de discutir propuestas, de alcanzar consensos y acuerdos en torno a
nuestra común preocupación como integrantes de la sociedad civil: mejorar la
calidad de vida de las personas mayores, desde una perspectiva de desarrollo
humano, con énfasis en la diversidad e integralidad de este sector.
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Una de las tareas más ardua y desagradecida es él tener que cuidar a alguien que
sea familiar o no, y no ser tratado con la delicadeza y las consideraciones que ello
requiere.
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ÍNDICE
INTRODUCCIÓN A LA GERONTOLOGÍA
MÓDULO I
Capítulo 1. El ser humano desde la concepción Pág. 7-9
Capítulo 2. Reseña histórica de la vejez Pág. 10-15
Capítulo 3. Introducción a la gerontología Pág. 16-25
Pág. 66-77
MÓDULO III ASPECTOS SOCIALES DEL ENVEJECIMIENTO
Pág. 78-92
MÓDULO IV EDUCACIÓN PARA LA SALUD
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MÓDULO I
Introducción a la Gerontología
Capítulo 1
El SER HUMANO DESDE LA CONCEPCIÓN
“La especie humana es el resultado de la evolución. Tenemos la ineludible responsabilidad de su
continuo crecimiento y mejoramiento”.
Bill Lawren ha descrito la evolución como el “más paciente de los ingenieros, que
diseña una y otra vez los organismos pieza por pieza en los más mínimos detalles de
desarrollo, usando la perspectiva grandiosa y gradual del tiempo geológico como si
fuera una mesa de dibujo”. Los seres humanos constituimos la forma mas avanzada
que ha aparecido en el curso de la evolución y todavía seguimos evolucionando.
Todos los organismos tienen ancestros; por lo tanto, ellos poseen historia evolutiva.
Todos los tipos de plantas y animales presumiblemente evolucionaron a partir de un
solo organismo y por lo tanto comparten una solo filogenia o historia. La evolución ha
desarrollado tal vez hasta cuatro mil millones de especies diferentes en los tres mil
millones y medio de años en que ha existido la vida.
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Nace un niño, con su primer grito ha llegado a este mundo y vive ya como un ser
independiente fuera del cuerpo de la madre. Pero a pesar de ello el neonato es un ser
indefenso e inerme, un ser que no puede valerse por sí mismo. Al revés de muchos
animales que ya desde sus primeras horas de vida independiente se hallan guiados
por una serie de instintos heredados, el niño no es capaz de vivir solo, sino que debe
aprender aún las funciones vitales más importantes.
Esta es la situación inicial, con la que comienza el desarrollo del recién nacido, por lo
tanto, apenas se le puede atribuir una vida psíquica ni siquiera en su forma más
rudimentaria. Con toda seguridad, no existe aún una vida anímica consciente, pero se
hallan presentes ya una serie de vivencias afectivas de tipo inconsciente vaga y
desarticulada, cuyo origen se debe a la percepción de estímulos exteriores.
En la etapa de la lactancia o primera infancia que va desde los 0 a los 3 años el niño
entra a depender del mundo externo y puede durar un año, pero hay quienes se
extienden hasta los dos años e incluso a los tres años. Esta etapa trata del espacio
definitivo no sólo para el desarrollo físico, sino también para el psicológico, ya que
ambos van unidos.
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En la etapa escolar o tercera infancia que va desde los 6 hasta los doce años se
presentan características de los que se ha denominado la infancia adulta, de este
período se ha dicho que es: Época de adquisición de la habilidad, Tiempo de gran
actividad y progreso en la esfera psicológica y social, Gran oportunidad para la
delineación de la personalidad, días más aptos para la educación, Fase para soportar
una frustración, afrontar situaciones nuevas y evaluar la realidad social, Paso de la
actividad emotiva a la actividad del pensamiento, despertar del uso de la razón
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Capítulo 2
Conocer el objeto de una ciencia, desde un análisis histórico es darle a éste una
ubicación clara y precisa; y además enseñar en sus relaciones y no en su particular
intrasistema. El conocer la historia del fenómeno de la vejez, nos permitirá tener
mayor seguridad en el abordaje de la ciencia Gerontológica.
En la Biblia se define al anciano como “hombre prudente por su experiencia, por eso
es digno de honor y respeto, una vejez es premio a la virtud.”
Aquí se ven las virtudes del hombre como posibilidad en cualquier grupo humano, ya
que ellas se pueden adquirir sin la necesidad de llegar a viejo lo que las distingue
entre los seres humanos es su diferencia misma como seres individuales que viven en
proceso evolutivo relativo a cada uno.
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La Biblia en el salmo 90 dice: “Los años de nuestra vida son de sesenta a ochenta si
hay vigor, aunque la mayor parte son de trabajo y vanidad”. Y más de 2000 años
después, el Servicio de Salud Pública de USA, se hace eco de esta cita bíblica y lo
ratifica diciendo que un norteamericano nacido en 1974 tiene una probabilidad
máxima de vida de unos 78 años.
VEJEZ PRIMITIVA
En algunas civilizaciones existe mucha distancia entre los mitos creados y sus
costumbres reales, especialmente en el viejo dentro de las sociedades primitivas. En
algunas se mistifica la vejez.. Entre los esquimales se habla del anciano milagroso, en
otros el viejo como curandero, mago, y dioses llenos de vigor y sabiduría. En las
sociedades rudimentarias la situación del viejo era bastante precaria y aunque en su
mayoría eran patriarcas, el viejo era despojado de la autoridad y respeto que poseía
frente a los hijos. La última etapa de la vida era utilizada como venganza frente al
padre, quien a traves de castigos físicos y mentales, solo lograban desarrollar el
sentimiento de odio de sus hijos conviertiéndose así la vejez en la etapa escogida
para ser verdugos de sus propios padres.
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Las tribus semi-nómadas han vivido y viven la mayoría en condiciones de miseria, los
niños al igual que los viejos, eran descuidados, motivo por el cual mostraban poco
apego hacia sus madres.
El papel del viejo en las culturas primitivas, donde la estabilidad económica permite el
sustento para todos varía considerablemente. Al igual que los navajos existen otras
tribus que permiten buena condición de vida al viejo,lo que corrobora un poco la teoría
de Margaret Mead quien dice: “Cada cultura crea distintamente la estructura social en
la cual el espíritu humano puede encerrarse, con seguridad y comprensión, y
clasificar, volver a urdir y descartar los modelos de la tradición histórica que comparte
con muchos pueblos vecinos”.
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Ursula Lehr (1980) (4) anota: Se establecen 4 motivos que influyen negativamente
sobre el proceso de envejecimiento: La negación de una actitud remuneradora, el
quedar condenado a la pasividad, El debilitamiento corporal, las molestias y los
achaques físicos, El verse despojado de los placeres, la renuncia al sentirse
excluido de las experiencias agradables y de las alegrías de la vida, Conciencia, por
último, de la cercanía de la muerte.
La posición del viejo en la sociedad varía según la estructura de ésta y las tradiciones.
En China se conserva la tradición de familias grandes habitando bajo el mismo techo,
lo que permite la cohabitación del viejo abuelo con los nietos e hijos. El papel del
abuelo en la educación de los nietos es importante, a su vez colabora en los
quehaceres domésticos.
La vejez en Africa “no se considera que una persona es anciana a partir de una edad
cronológica determinada, sino tras la aparición de las canas o el nacimiento de los
nietos. A los ancianos se les trata con deferencia y se añaden títulos honoríficos a su
nombre: se les llama generalmente padre (tata) Mbuta mayor o incluso niculumtu
“cabeza vieja”. Los viejos son los verdaderos cimientos de la aldea. Debido a la
concepción africana del mundo, el ser viejo es una etapa de la existencia a la que
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todos aspiran. “Cada vez que un anciano muere es una biblioteca que se muere.”
(Maliano Amadou)
El viejo de Israel “los Kibbutz” está representado frente a los extranjeros por un
veterano que se le llama “vatikim”, a quien consideran la persona más segura y digna
de representar a su comunidad. El nivel de educación del Vatikim, permite su
condición en la sociedad, lo que responde al nivel general del pueblo judío. El tipo de
sociedad que existe entre ellos evita en el viejo el aislamiento ya que se vive bajo
proximidad durante décadas. El hobby o intereses diferentes de actividad personal,
nos dicen algunos gerontólogos franceses, están íntimamente relacionados con la
educación que hayan recibido, y lo que permite haber sido motivado desde pequeño,
haciendo siempre del tiempo libre algo útil y de satisfacción personal.
LA SOCIEDAD Y LA VEJEZ
El proceso histórico, tiene gran influencia en la condición del viejo, debido al tipo de
sociedad que se establece a sus necesidades e intereses. Además de establecer o
crear conductas determinadas en el individuo quien está en permanente interacción
con la sociedad y cuya influencia en el comportamiento humano es indiscutible. El
viejo cae dentro de este proceso social, en su caso con una imagen negativa muy
difundida en la sociedad. Existe gran tendencia hoy día en hablar de las personas
viejas como “grupo problema” y a prestarles una atención especial, ubicándolos al
lado de los “grupos marginados”, llegando en algunos casos a asociarlos con los
minusválidos físicos psíquicos.
De esta manera se relega al viejo a una extraña condición, lo que aparece como una
arbitrariedad social, ya que esta clasificación se da sólo por una edad cronológica, lo
que en miras de las ciencias sociales se hace cada día más difícil, ya que no es la
edad cronológica sino el individuo, el medio ambiente, lo que determina la edad
mental. El estudio del hombre no puede desligarse de ninguna manera de la realidad
social en que se desenvuelve, que influye en todos y cada uno de los aspectos, sobre
la base de la comprensión y conocimiento de la relación dialéctica (hombre-sociedad)
puede analizarse y entenderse el hombre, en este caso el viejo.
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Es importante advertir que no existe un único factor que determine la longevidad, sino
una constelación de factores biológicos, sociales, psicológicos, el conjunto de los
cuales se puede definir como status de élite, según estudios realizados en Alemania
se ha comprobado que las personas con una inteligencia elevada, con seguridad
económica y bienestar físico tienen una mayor promedio de vida. Se sugiere pues: el
mantenimiento de un rol social satisfactorio y pleno de sentido si queremos aumentar
la esperanza de vida. Este rol no necesariamente ha de ser el trabajo, ya que éste
bien ha ocupado gran parte de la vida en una sociedad capitalista. Existen otras
formas de producción y de sentido social que habrá que empezar a despertar o crear
en los viejos.
Kastembaum dice, que una persona está más o menos integrada, dependiendo de la
frecuencia con que pueda responder a las siguientes preguntas de manera afirmativa.
Esperan las personas muchas cosas de usted, estar en ciertos sitios, a ciertas horas,
asumir algunas responsabilidades, llevar a cabo ciertas empresas ¿Lo que usted hace
y cómo lo hace tiene importancia en el mundo? La conciencia de sentirse bien
integrado a la sociedad da seguridad, ya que se siente ser “alguien”. El individuo
requiere encontrar en el medio ambiente una satisfacción a las necesidades que le
permitan estar integrado a él, ya que la insatisfacción por la privación constante
genera hostilidad y ésta se vuelca inevitablemente entre los más próximos.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFÍCAS
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Capítulo 3
INTRODUCCIÓN A LA GERONTOLOGÍA
Quien tiene una naturaleza calmada y feliz, apenas si notará las premuras de la edad.
(Platón, 427-347 a.C)
DEFINICIONES
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que trata de describir, explicar, comprender y modificar las actitudes del sujeto que
envejece. Esta visión hace referencia a los aspectos psicológicos de la persona de
edad, más que a los psiquiátricos. Siempre hay que tener en cuenta que la
aproximación teórica y práctica de la Gerontología es bio-psico-social. Esto implica lo
que ya mencionamos anteriormente, su interdisciplinaridad
La diversidad de conocimientos que requiere el abordaje del viejo, la vejez y el
envejecimiento, nos lleva como hemos visto a la interdisciplinaridad, y como
consecuencia a una formación gerontológica amplia, sin cerrarnos a la exclusiva
especificación de nuestra área de conocimiento.
El gerontólogo ha de integrar los distintos saberes base de la gerontología.
Finalmente hay que señalar que los problemas gerontológicos concretos pueden
necesitar soluciones mono o interdisciplinarias y el trabajo, o no, en equipo;
dependiendo de la naturaleza del problema, pero siempre hay que estar preparados
en el campo de la gerontología para participar en decisiones con otros profesionales.
A mediados del siglo XIX cuando surge el impulso hacia la fisiología y las ciencias
experimentales, los estudios sobre la vejez se hacen más sistemáticos. Empieza de
esta manera a existir preocupación por los ancianos recluídos en los hospicios y
Nascher un Norteamericano a principios del siglo XX inicia estudios de Geriatría,
(rama de la Gerontología que estudia la patología de la vejez.) y por ello es
considerado como el padre de esta rama, gracias a esta especialidad médica y a
una rama paralela la Gerontología apareció posteriormente hacia el año 1943 la cual
estudia las causas y razones del envejecimiento en busca de soluciones para las
necesidades y aquellos problemas que derivan del aumento de edad, individual, y/o
colectivamente. (Castillo y Vélez 1986).
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el ingreso que reciben, por falta de en qué ocupar el tiempo y por no ser considerados
útiles. Sin pensar en los problemas de invalidez con la carencia de centros, de
consultorios, de hospitales Geriátricos, clubes para personas mayores o clubes de
salud, de hogares o residencias para gerontes en sus distintos niveles y servicios
especializados.
Antecedentes científicos
Francis Galton (1832-1911), británico, altamente influido por Quetelet, trabaja en las
diferencias individuales sobre características físicas, sensoriales y motrices, datos
que presenta en su obra (estudio sobre las facultades humanas y su desarrollo).
(Ballesteros, 2000)
El ruso Pavlov (1894-1936) en sus estudios sobre el sistema nervioso central y los
procesos reflejos y de condicionamiento, en la comparación de jóvenes y viejos, pone
de relieve el más lento condicionamiento de los organismos mayores, lo cual atribuye
a una menor conductibilidad de las vías nerviosas.
Envejecimiento natural
Es importante tener en cuenta a la luz de los estudios recientes sobre este aspecto,
pues el término se refiere no a una etapa en la vida de un ser que deba aparecer a
determinada edad, sino a todo un proceso que avanza desde el mismo comienzo de
la vida y se prolonga hasta su terminación, cuyo aumento se determina con la edad
cronológica; envejecer es simplemente vivir; no se puede de otra manera prolongar la
existencia. Envejecen cosas, plantas, animales, ciudades, poblaciones y el mismo
universo.
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Existen diferentes tesis acerca del momento de comienzo del envejecimiento. Algunos
gerontólogos afirman que este proceso tiene como punto de partida la fertilizacion del
óvulo pues toman en consideracion los cambios en el huevo fecundado y la placenta
así como la involución de las estructuras fetales; otros estiman que el envejecimiento
del ser humano se inicia entre la segunda y tercera década de la vida; mientras que
un tercer grupo asegura que sobreviene en etapas tardías de la existencia como
(Makinodan y sus seguidores).
Los programas de planeación familiar deben incluir el asumir los riesgos de las
políticas y medidas que se tomen, como en este caso, donde la disminución de la
natalidad es una de las causas del envejecimiento poblacional.
San Martin y Pastor, consideran que la esperanza de vida al nacer es una cifra teórica
que puede aumentar por la variación de la edad que fallece la gente, sin significar
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Envejecimiento biológico
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Teorías de envejecimiento
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genética del envejecimiento es la siguiente: ¿Qué efectos tendría sobre los sistemas
psicológicos y sociales el control genético del envejecimiento?
Teorías psicológicas: teorías del desarrollo, enfoque del ciclo vital, teoría de la
actividad, teoría de la continuidad.
Se sabe también que existen oncogenes estimuladores del crecimiento, los cuales al
activarse determinan división celular infinita, lo que resulta en una célula inmortal
cancerosa.En conclusión, existe fuerte evidencia de un control genético del proceso
de envejecimiento, tanto en el ámbito celular como del organismo en su totalidad.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Birren, J: history of Gerontology, Academic Press. (1996).
BIRREN, J. (1996). History of Gerontology. En J.Birren (ed.), Encyclopedia
of Gerontology. Age, Aging and the Aged. San Diego: Academia Press.
Castillo, Enrique y Vélez, Patricia. Introducción a la Gerontología. (1986).
DOSÍL MACEIRA, A. (1996). La Psicogerontología como disciplina científica: visión
diacrónica y situación actual. En N. Sáez Narro, R. Rubio Herrera y A. Dosíl Maceira
(coords.), Tratado de Psicogerontología. Valencia: Promolibro
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MÓDULO 2
Capítulo 1
CAMBIOS BIOLÓGICOS EN EL ENVEJECIMIENTO
Llegar a adulto mayor se caracteriza por ser un proceso dinámico en el ámbito físico,
psíquico y social; Íntimamente ligados entre sí; enmarcados en la historia del viejo y
de la sociedad en que vive. El conocimiento del proceso normal de envejecimiento,
de las enfermedades más comunes en los adultos mayores, con la visión objetiva de
la dimensión del viejo en el ámbito psíquico y socio cultural; Lograr que el estudiante
asuma una posición integral y creadora en los diferentes niveles de atención en salud
como son: La promoción, la prevención, y participación activa en la curación,
recuperación y rehabilitación. El adulto al entrar en la vejez sufre cambios importantes
en el ámbito físico, psíquico y social. Con los principales cambios físicos lo que
comúnmente se conoce con MENOPAUSIA en la mujer y ANDROPAUSIA en el
hombre.
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Signos vitales
Son aquellos signos, hallazgos objetivos, medibles o cuantificables, que nos indican si
el viejo esta vivo o como está en funcionamiento, de una manera muy general, su
organismo. Es posible que los signos vitales no reflejen un estado patológico
(morboso o enfermedad), como puede observarse según la reacción habitual a la
enfermedad de cada individuo. Los signos vitales más importantes son el pulso, la
temperatura, la frecuencia respiratoria, la presión arterial, y el estado de conciencia.
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La actitud ante la valoración del estado físico de un anciano debe ser respetuosa,
tranquila, y segura.
A nivel de los órganos de los sentidos se ve en los ojos la presbiopía, el aro senil
colocación azulada periférica de la córnea o blanca, puede apreciarse normalmente
congestión o coloración amarillosa de la esclera, los párpados inferiores caídos, a
nivel auditivo se observa una hipoacusia ligera, oír poco. Hay disminución de la
sensación olfatoria a los olores fuertes y ligera disminución del gusto (sabor en las
comidas).
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Los seres vivos evolucionan, con el tiempo en dos fases diferentes: una que tiene
lugar desde la concepción del nuevo ser hasta la fase reproductivamente competente,
donde las funciones celulares se perfeccionan día a día, se especializan cada vez
más, y otra, a partir de ésta, donde los cambios, van conduciendo progresivamente a
la desadaptación y a la muerte. (Autores varios, 1984).
Aparecen lo que se llaman los signos biohumorales que son ligeros aumentos de
sustancias presentes en la sangre; esto no significa enfermedad, pero predice la
evolución de la gota, diabetes, trombosis, arteriosclerosis; se observa que hay un
ligero aumento en el colesterol, el ácido úrico, la glicemia y de los factores de la
coagulación sanguínea.
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Envejecimiento cerebral,
Hasta un parámetro no muy apropiado se altera con el paso del tiempo como lo es el
de peso del cerebro así: a los veinte años el peso promedio en el hombre es de 1400
grs. y en la mujer de 1260 grs. que se reduce a 1180, 1060 grs. A los 90 años
respectivamente, también se observa adelgazamiento de las circun-voluciones con
ensanchamiento ventricular, lo que se denomina atrofia cerebral. (Reichel 1987.)
Sistema inmunológico
El sistema inmune se altera con la edad de forma importante, ha sido muy debatida la
contribución potencial de éste deterioro sobre las enfermedades propias de la edad.
Incluso la pérdida de competencia inmunológica se ha puesto en relación con la
patología del envejecimiento. Por los estudios realizados se confirma la idea de que el
envejecimiento altera el sistema inmune. La inmunidad del anciano presenta cambios
que se traducirán en efectos clínicos mediados por su respuesta frente a los agentes
infecciosos.
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Sistema cardiovascular
A nivel del sistema cardiovascular es sumamente difícil discernir entre los cambios
propios de la edad y las alteraciones derivadas de diferentes patologías que se
manifiestan a través de los años
Hay un aumento del trabajo del corazón, aumenta la frecuencia cardíaca con
tendencia a la hipertensión arterial, hay disminución de la presión venosa, esto por
disminución de la elasticidad. Esclerosis (aumento del tejido conectivo) de las venas y
rigidez de las arterias con alargamiento, tortuosidad y dilatación.
Sistema respiratorio
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Sistema renal
En el hombre hay una pérdida progresiva de nefronas con el tiempo. El peso renal
desciende de 250-270 grs. En el joven a 180-200 grs, En el viejo. A partir de la cuarta
década hay un deterioro gradual del flujo plasmático renal (FPR), de la filtración
medular y de la capacidad de reabsorción tubular. Estas alteraciones en condiciones
estables, no ocasionan síntomas ni signos de disfunsión renal; solo se ponen de
manifiesto cuando los riñones de un anciano tienen que responder a cambios
hemodinámicos rápidos o intensos. En la vejez, la incidencia de las enfermedades
renales va en aumento progresivo.
Sistema digestivo
Las enfermedades mas comunes del Sistema digestivo son: Diarrea y estreñimiento,
Enfermedad ácido péptica. Abdomen agudo. Síndromes de absorción defectuosa y
patología ano-rectal.. Parasitosis y enfermedades infecciosas. Ictericias: colecistitis,
litiasis,(cálculos). Enfermedades malignas: cáncer, adenocarcinoma de colon, etc.
Enfermedades del páncreas: Pancreatitis crónica, tumores malignos, etc.
Sistema osteomuscular
Entre los 30 y los 80 años se pierde un 30 a 40% de la masa muscular. Dicha pérdida
no es lineal y se acelera con la edad. La fuerza muscular disminuye así mismo con los
años. En el envejecimiento de las articulaciones ocurre alteraciones en el cartílago
intrarticular, es decir aparece inflamación y desgaste de tejido por disminución de la
elasticidad; a nivel de las vértebras, disminuye la altura de los discos intervertebrales
y alteraciones del núcleo pulposo, como su aumento de consistencia, densidad;
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Sistema genito-urinario
Sistema endocrino
Con el avance de la edad, las glándulas endocrinas al igual que los demás órganos se
modifican de forma lenta y progresiva. Se ha tratado de relacionar este sistema con el
envejecimiento pero se ha demostrado que este tiene relativamente menos
importancia en la contribución a las manifestaciones de la edad. En el anciano existe
un deficit funcional de determinadas glándulas e insuficiencias, que inciden sobre el
eje hipotalámico hipofisosuprarrenal.
Las enfermedades mas comunes del Sistema endocrino son: la Diabetes mellitus.
Las Enfermedades de las tiroides y la Desnutrición
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Ojos: defectos de refracción (presbicia: capacidad del cristalino para enfocar a varias
distancias, miopía, hipermetropía), cataratas, glaucoma,
Este hecho viene condicionado por las modificaciones que el envejecimiento produce
en el organismo, la confluencia de enfermedades, la menor percepción del dolor, la
dificultad para expresar claramente las propias sensaciones, etc. Como se verá al
analizar los grandes síndromes geriátricos, en muchas ocasiones, lo que se observa
ante una enfermedad es un deterioro funcional inespecífico en forma de confusión
mental, caídas, cansancio, incontinencia. El pronóstico de las enfermedades guarda
relación con el estado previo del paciente
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
REICHEL, William. Aspectos clínicos del envejecimiento. Ed. El Ateneo, Buenos aires,
(1981.)
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Capítulo 2
Otra característica que presenta es la pérdida de interés y la falla para aceptar ideas
nuevas, que los torna aprehensivos y conservadores respecto a las nuevas ideas o
situaciones. Muchos en forma consciente o no, se retiran gradualmente del centro de
los acontecimientos en la conformación de uno de los mecanismos más importantes
conocidos como “desligamiento”, este aspecto es muy discutible, negativo para la
mayoría de los tratadistas, pero bien podría ser un mecanismo positivo, para
adaptarse a circunstancias nuevas, con capacidades disminuidas que lo someterían a
una nueva sobrecarga emocional o al ridículo.
Los adultos mayores por otra parte, tienden a ser deprimidos, pesimistas y terminar
por creer que nada bueno se deriva de ninguna cosa. Esto puede ser el producto de
experiencias traumáticas previas. Por esto mismo casi nunca reconocen que se
efectúan cambios efectivos en su estado de salud. Debe si diferenciarse de los
estados de nihilismo progresivos que son patológicos. (Idler 1997). Las personas
viejas suelen perder la capacidad de adaptación y caen en la rutina, muchas veces
porque los pequeños hábitos regulares son la mejor defensa contra la falta de
memoria.
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Los cambios de carácter que se suceden, por los cuales algunos adultos mayores se
tornan posesivos, egocéntricos, y “aniñados” en su comportamiento suelen traducir
mecanismos compensatorios de su declinación física. En estas tendencias, casi
siempre, es posible reconocer trazas de la sicología previa de la persona. Este cuadro
un poco oscuro, no debe hacer olvidar algunas de las compensaciones que trae el
envejecimiento desde el punto de vista de la serenidad, sabiduría, capacidad de
juzgamiento, y liberación de la tendencia compulsiva por competir, que muchas veces
pueden compensar otros defectos.
Esto hace que el adulto mayor tienda más y más a perder el contacto con a sus
antiguos compañeros de trabajo y se aparte de todas las actividades de tipo social
que su trabajo involucraba. Esta actitud se refleja en cierta medida en las relaciones
familiares, sobretodo en las ciudades grandes o cuando los hijos han migrado del
campo. Los padres se encuentran solos, no tienen interés para movilizarse para
visitar a sus hijos o pariente, y estos algunas veces no disponen del medio o tiempo
para hacerlo con frecuencia. El panorama de la soledad de los viejos se acentúa y
esto repercute en la aparición de síndromes depresivos.
Hay cincos grupos de actitudes hacia el envejecimiento, conocidos como las cinco
estrategias de ajuste en la vejez: (Betancur,1986).
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emocionales. Con puntos de vistas flexibles y tolerantes sin prejuicios sobre grupos
minoritarios posiblemente porque la vejez constituye, a su vez un grupo minoritario,
aceptan que el retirarse es una etapa normal y no presentan angustia hacia la muerte.
Generalmente presentan una historia ocupacional estable, miran su vida pasada sin
remordimiento y sin aprehensión hacia el futuro.
Estos paciente tienden a rechazar la jubilación y fabrican un horario de trabajo que los
mantiene activos todo el tiempo mirando con temor la relativa inactividad de la vejez.
Tienden a idealizar a los padres, tienen un sentido del deber hipertrofiado y están
más conscientes respecto a los problemas de la vida que de los propios. Presentan
prejuicios fuertes contra los grupos minoritarios y su actitud frente a la vejez es
pesimista y en lo general sostienen envidia de la gente joven, aunque no estén
descontentos de su juventud y los logros de su vida. Pero para ellos la vida tiene
termino solo cuando se ven forzados a ellos. En los prospectos de la vejez y la muerte
son ignorados por medio de una actividad constante.
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Actitud hostil, este grupo de pacientes “airados” tiende a culpar las circunstancias y
a otras personas por sus propias faltas, son agresivos, se quejan de las otras
personas, y se muestran a la vez competitivas y suspicaces. Aunque no tienen una
franca tendencia a la depresión, miran a la vejez como una época de pobreza y de
privación, tienen fuertes uniones con los hábitos, actitudes inflexibles respecto a los
valores y sostienen puntos de vista irreales, respecto a sí mismos y al mundo
circundante, llegan al borde paranoia, miran a la vejez como una simple circunstancia
de la cual se pierde el poder, se deteriora toda la economía y que culmina en la
muerte sin ninguna ventaja tratan de envolverse en una cantidad de actividad que les
aleje lo más posible, del día de la jubilación.
La gran mayoría se derrumba cuando esto ocurre, porque fallan en formarse una
actitud objetiva realista respecto a ella. Sostienen puntos de vistas poco realistas
respecto a su propias actitudes y motivaciones. Estas personas tienen a menudo una
historia de inestabilidad en sus trabajos, se han movido, casi siempre desde los
estrados inferiores con numerosos conflictos en su vida. Tratan de compensarlo
manteniéndose activos pero aferrados a patrones rígidos de disciplina. La historia de
sus vidas refleja grados variables de incompetencia y fracaso, es frecuenten que
muestren ansiedad, pesimismo, depresión, sentimiento de culpa, malos planes
financieros, falta de ambición, falta de realismo, rechazo de autocrítica, falta de
confianza en otras personas y temor por la dependencia. Generalmente, han tenido y
dado poco amor. Paradójicamente en la vejez suelen ser dependientes de sus
esposas e hijos pero los miran con el patrón de una persona perfeccionista. Al mismo
tiempo envidian a los jóvenes y son hostiles hacia otros. No ven nada bueno en la
vejez y tiene temor de la muerte.
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síntomas depresivos. Pues bien, es posible que la persona adulta mayor caiga en ese
tipo de depresión a causa de que su vida, tal como es percibida por el propio
protagonista, carece de significado. Uno podría preguntarse. ¿Qué es primero, la
depresión o la pérdida del sentido de la vida?
Al llegar a una edad mayor, la persona va viendo cómo los ambientes van cambiando
para ella, y cómo otros le son lejanos o por lo menos le ofrecen menos interés. En
realidad esto ha pasado siempre y en cada una de las etapas evolutivas del individuo:
nunca los intereses han sido ni serán los mismos para todos o la mayoría de las
personas, sean de la edad que sean; pero ahora, a esta edad, el problema se
agudiza, pues viene sazonado de otros tintes de marginación social. Por eso el
anciano se encuentra sin las herramientas que le permitan un trabajo de adaptación:
son las motivaciones o refuerzos sociales. Al carecer de dichas herramientas le es
difícil adquirir hábitos nuevos, y por lo tanto, adaptarse a las nuevas circunstancias.
Así, puede aparecer como persona algo rígido, "chapada a la antigua", aferrada a su
sola experiencia tan importante para él o ella, pero que siente que la sociedad no se
la valora en la forma que la persona anciana considera que sería lo justo. La
agresividad y fácil irritabilidad (verbal o gestual) que muestran algunas personas
mayores, podría estar relacionada con este sentimiento de la propia difícil adaptación,
sentimiento que se ve agravado por la pérdida de autonomía económica sufrida por
muchos ancianos.
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Se estima que los varones mayores de 65 años cometen cuatro veces más intentos
de suicidios que los menores de 25 años, si bien este patrón no se cumple en el caso
de las mujeres. La aparición de trastornos y discapacidades físicas es también más
frecuente en la vejez, lo que desde luego suele tener consecuencias afectivas
negativas. Piénsese, por ejemplo en la aparición de una deficiencia sensorial (pérdida
de agudeza visual, sordera etc.) o en un trastorno como la artritis reumatoide.
Los adultos mayores toleran menos el estrés que se deriva de los acontecimientos
vitales amenazantes y mantienen un comportamiento de alerta sobre el
funcionamiento de su cuerpo, lo que puede aumentar la conciencia de sus síntomas
físicos y, como consecuencia, la preocupación y el malestar. Además, los síntomas
depresivos típicos, especialmente los físicos, se mezclan con los cambios normales
que se producen con el envejecimiento (alteraciones del sueño, del apetito, pérdida
de energías, descenso de la actividad física).
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Esto significa que se solapan los síntomas depresivos y los problemas físicos
asociados con el envejecimiento, lo que puede llevar a que el médico ignore los
síntomas depresivos y no haga diagnóstico adecuado de este trastorno, enmascarado
tras una sintomatología predominantemente física. Pero también puede suceder que
el adulto mayor niegue el origen depresivo de sus síntomas físicos, lo que de nuevo
llevaría a un diagnóstico erróneo y a la consiguiente ausencia de un tratamiento
adecuado.
Conocer cómo operan los procesos de conocimiento en la vejez y cuáles son las
alteraciones mentales prevalentes en esta importante fase de la vida debe servir
para diseñar e implementar programas de intervención cuyo objetivo prioritario sea
mejorar la calidad de vida de nuestros mayores. (Betancur, 1986). Si hay algo
comunmente aceptado en psicología de la vejez es que existe una marcada
variabilidad en el comportamiento cualquiera que sea éste (la memoria, la atencion, la
extraversión, la rapidez en la carrera) en otras palabras en la medida en la que se
envejece los seres humanos son menos parecidos entre sí. Cuando se ha visto a
un viejo solo se ha visto a un viejo, esto es muy importante por que las personas
tendemos a la generalización de tal forma que así como es un estereotipo común el
de que todos los jóvenes son unos irresponsables también lo es que todos los viejos
estan llenos de achaques y sufren demencias. Ambas frases estan muy lejos de la
realidad. Cada persona envejece de una manera distinta. La clasificación mas
relevante en los últimos años establece tres tipos o formas de envejecimiento: la
vejez normal, la vejez patológica, y la vejez con éxito (Fernandez-
Ballesteros,1998). La vejez normal es aquella que cursa sin patologías físicas o
psicológicas inhabilitantes, por el contrario, la vejez patológica sería el resultado de un
organismo quebrantado por la enfermedad y la discapacidad. Finalmente, la simple
observacion de los adultos mayores pone de relieve, también la existencia de una
vejez con baja probabilidad de enfermar y de discapacidad asociada a un alto
funcionamiento cognitivo y capacidad física funcional y compromiso con la vida (
Rowe y Kahn,1997). A este tipo de vejez se la ha llamado vejez con éxito o vejez
competente.
El aprendizaje y la memoria
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Pero el ser humano no es un ente pasivo que solo reacciona frente al medio
ambiente; a través de los sentidos, la persona capta la información del ambiente,
opera internamente con ella y responde a esa información con comportamientos de
mayor o menor ajuste o adecuación. A lo largo de la historia de la psicología ha
habido distintas formas de predecir y explicar el comportamiento; así, desde las
teorías del aprendizaje se ha hecho especial énfasis en lo exterior, los estímulos y
como estos tienen efectos sobre el comportamiento, cuales son los principios básicos
del aprendizaje y, en base a ello, como lograr que las personas puedan cambiar
comportamientos inadecuados que les causen (a ellos y/o a sus allegados)
sufrimientos o malestar.
La gente popularmente suele considerar que los adultos mayores presentan deficit
cognitivos, que tienen fallos de memoria y que son incapaces de aprender
(Fernández-Ballesteros,1992a)
EL APRENDIZAJE, si las personas creen que los adultos mayores son incapaces de
aprender nuevas cosas cabe preguntarse si esto es cierto o no y en que medida. Dar
respuesta a este interrogante es de máximo interés por muchos motivos, uno porque
si con el paso del tiempo se perdiera la capacidad de aprender ello sería un desastre
para la adaptación y el desarrollo humano en una sociedad envejecida.
Por otro lado, la cuestión es importante para la investigación básica. Un modo de
entender los procesos de aprendizaje contrastado, es decir grupos de personas que
aprenden bien y con otros que tiene dificultades de aprendizaje. Los organismo
aprenden de diferentes maneras: aprendizaje asociativo, que se produce cuando
establecemos nuevas asociaciones entre un estímulo y una respuesta. Aprendizaje
por observación, tambien llamado aprendizaje modelado o vicario en los que el
comportamiento se adquiere por observación e imitación de modelos.
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LA MEMORIA
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En definitiva, parece que en los adultos hay mas quejas de memoria que problemas
reales de memoria, y que los problemas de memoria tienen mucho que ver la
atención, la velocidad y las estrategias de procesamiento. Es como si los adultos les
importara menos su rendimiento y se esforzarán menos en retener, e incluso a veces
parece que se les ha olvidado como retenerlo, pero cuando el material les interesa,
significa algo para ellos, se les da pistaso se les refresca como organizarlo, vuelven a
mostrar una memoria similar a la que anteriormente mostraban.
Los trabajos realizados hasta la fecha permiten afirmar que no existen apenas déficits
en la memoria sensorial asociados al envejecimiento (Poon, 1985). Algunos de los
estudios realizados sobre esta memoria sensorial visual indican que con el aumento
de la edad se produce un incremento en el tiempo requerido para identificar un
estímulo visual, que se relaciona más, con aspectos atencionales y perceptivos, que
con déficit de memoria (Hultsch y Dixon, 1990).
En lo que se refiere a MCP, sí parece haber un deterioro significativo en la memoria
de trabajo a partir de los 70 años que algunos autores asocian o explican por un
deterioro más general en habilidades cognitivas.
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Una de las mas extendidas concepciones lleva a pensar que los adultos mayores
presentan deficit en su memoria, es cierto que aproximadamente la mitad de las
personas mayores de sesenta y cinco años y más, informa tener problemas en el
recuerdo o que con frecuencia se olvidan de los números de teléfono que se les
acabo de dar, o del nombre de una persona. Sin embargo, aunque ello sea así en
ocasiones, olvidos que, en edades anteriores, se atribuían al cansancio o la falta de
atención o la dificultad de la tarea, a partir de los sesenta y cinco años son
achacados a la vejez
Como señala Baddeley (1984) sin memoria seríamos incapaces de ver, oir o pensar.
No dispondríamos de lenguaje para expresar nuestros própositos y de hecho,
tampoco tendríamos ningun sentido de identidad personal. En resumen, sin memoria
seríamos vegetales, cadáveres desde el punto de vista intelectual.
Mnemónicos: son aquellos procedimientos para mejorar la memoria que proceden del
saber popular formalizado en un complejo sistema en el que se integran facilitadores
de un mejor procesamiento y posterior recuperación de la información
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Una vez que los seres humanos se dieron cuenta de que eran capaces de exteriorizar
sus "imágenes mentales" internas, la evolución fue más rápida. Con las primeras
representaciones hechas por los primitivos aborígenes australianos en las cavernas,
los trazos iniciales se fueron convirtiendo paulatinamente en pinturas.
Así pues, los primeros seres humanos que hicieron marcas estaban señalando,
literalmente, un salto gigantesco en la evolución de nuestra inteligencia, porque así
exteriorizaban los primeros indicios de nuestro mundo mental. Al hacerlo, no sólo
fijaban sus pensamientos en el tiempo y en el espacio, sino que además capacitaban
el pensamiento para que pudiera abarcar esas mismas dimensiones. Entonces, la
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En su evolución, los símbolos, las imágenes y los códigos terminaron por configurar la
escritura, y ese principalísimo avance fue la clave de la aparición y de la evolución de
civilizaciones destacadas, tales como las de Mesopotamia y de China, cuyos
habitantes disfrutaron de evidentes ventajas sobre aquellos otros pueblos que todavía
estaban por llegar al estadio de la escritura, y por ese motivo no tuvieron acceso a la
sabiduría y al conocimiento que nos legaron las grandes mentes del pasado.
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• El Poder de la Asociación:
Cada vez más surgen en mayor cantidad y rapidez las alianzas entre personas, entre
empresas, entre personas y empresas, entre países, entre entidades de diversos
tipos. Lo hacen buscando aprovechar y potenciar sus diferencias, aprovechar la
creatividad de uno y el capital de otro, el talento de uno y la acción de otro, los
contactos de uno y la fuerza de otro. Las alianzas, aún cuando no siempre exitosas
nos permiten salir adelante con efectividad en mercados y sociedades en crisis como
las actuales. El poder de la asociación es el poder de crear, desarrollar y mantener
alianzas que permitan obtener resultados de manera más efectiva y productiva.
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vida que merecemos y deseamos. Esperamos nos sirva para inspirar la continuación
o inicio de caminos de mejoramiento y transformación. No importa cuan viejos y
expertos seamos, no importa cuan bien formados académicamente nos sintamos,
siempre hay un camino para mejorar, para reevaluar, para reiniciar, para redireccionar
nuestra misión de vida y nuestros valores dentro de nuestra familia, nuestra profesión
y nuestra sociedad.
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• Sonríe: Este cambio en los músculos faciales produce una serie de cambios
bioquímicos que cambian nuestra emoción y favorece la salud.
• Reenfoca el problema: Trata de encontrarle lo positivo a lo que sucede,
recuerda que las situaciones difíciles son una gran oportunidad para aprender y
que has experimentado situaciones conflictivas en el pasado y pudiste seguir
adelante.
• Practica Ejercicio: Como mínimo 20 minutos continuos al día.
• Expresa tus Sentimientos: Sean molestia o dolor conversando con la persona
involucrada (con personas amigas o de confianza) o escríbele una carta donde
desahogues tus emociones.
• Gerencia con Vitalidad: Como abriendo un camino en busca de la salud
integral del profesional competitivo y satisfecho.
LA SOLEDAD
“Uno de los males más frecuentes en el estado de los adultos mayores del
mundo”.la soledad aísla, deteriora, no permite la visibilidad de las personas
mas sabias y expertas.
De acuerdo al Diccionario de la Lengua Española y al Diccionario de Sinónimos y
Antónimos de la Universidad de Oviedo, la palabra soledad tiene tres acepciones:
• Carencia de compañía.
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En otras investigaciones, Peplau & Perlman, concluyen que las características que la
mayoría de las investigaciones atribuyen a la soledad son:
Weiss, en 1973 propuso una tipología para la soledad; El plantea que existen dos
tipos distintos de soledad: La soledad emocional y la soledad social. La primera
consiste en la falta de una relación intensa o relativamente perdurable con otra
persona (por ejemplo, en personas recientemente divorciadas o viudas, etc.), estas
relaciones pueden ser de tipo romántico o relaciones personales que generen
sentimientos de afecto y seguridad. La soledad social involucra la no-pertenencia a
un grupo o red social, y pueden tratarse de un grupo de amigos que participen juntos
en actividades sociales o de cualquier grupo que proporcione un sentido de
pertenencia, basado en el compartir preocupaciones, trabajo y otra actividad.
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mayor no mantiene estrecha relación con otro miembro de la familia a quien transferir
algunos de los lazos que lo vinculaban a su cónyuge.
Como también es probable que las relaciones de duelos patológicos anteriores, si las
hubo, hayan sido ambivalentes. Como resultado de este tipo de duelo se puede
desencadenar una depresión, la cual en el adulto mayor puede ser mortal. Esta está
determinada por la personalidad del adulto mayor como también por su historia vital.
Éste tipo de depresión afecta el sistema orgánico central, endocrino e inmunológico,
paralizando el continuo proceso de crecimiento y el intelecto. Además se presenta
una declinación del funcionamiento del organismo, deterioro de las funciones físicas,
baja de las defensas, con lo cual puede ser presa fácil de cualquier enfermedad. Se
presenta alteración de algunos neurotransmisores como la serotonina, noradrenalina
y dopamina.
El ánimo se resiente y el adulto mayor está constantemente cansado. La pérdida de la
salud física puede llevar a una baja de autoestima, una mayor dependencia y una
disminución de la movilidad. Es importante en este caso, tener en cuenta que el
anciano que vive un duelo patológico nos dará algunas señales de alerta, como puede
ser la pérdida de la energía, el sentirse viejo, la anedonia o pérdida de las ganas de
disfrutar. Así como también puede presentar insomnio, disminución del apetito y baja
de peso cuantificable. Es común que tengan pensamiento de muerte, un fuerte
retraimiento social, algún tipo de sentimiento de culpa, un cambio en el estado de
ánimo, como también dolores físicos y quejas sobre su salud.
Duelo y melancolía.
El duelo y la melancolía son reacciones frente a una pérdida. Freud toma la palabra
'duelo' en sus dos acepciones: como dolor ('dolere') y como combate entre dos
('duelum'), ya que el duelo implica un combate doloroso entre dos: por un lado el yo
que se resiste a abandonar sus lugares de satisfacción, y por el otro el principio de
realidad que insiste en la pérdida.
Freud se pregunta porqué el duelo resulta doloroso, y al respecto señala que en él
podemos encontrar tres afectos: angustia, que es la reacción ante un peligro, y
aparece repentinamente, desencadenando el duelo. Luego el dolor que es el displacer
producido por un acumulación de una cantidad no tramitada. Lo doloroso del duelo
está en una sobrecarga de las representaciones del objeto perdido teniendo en
cuenta que el yo es sensible a todo lo que le traiga un recuerdo del objeto perdido.
Luego, esa sobrecarga deberá ser descargada poco a poco, y el dolor va cediendo.
Además, el dolor viene también porque el objeto perdido ya no nos ama más. Y la
tristeza aparece al final de este trabajo doloroso, cuando lo perdido queda registrado
como tal, pasando a integrar el pasado. Luego el yo se siente liberado e inviste un
nuevo objeto, mediante el proceso de sustitución.
Este mecanismo suscita dos cuestiones: una sustitución como consecuencia de una
represión primaria, pues se sustituye algo que preexistió. Y cada duelo
inevitablemente convoca a duelos anteriores, o sea, hay un resto inelaborable en
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cada duelo, que retornaría por repetición en otros duelos. Podemos decir entonces
que el duelo es, por regla general, la reacción frente a la pérdida de una persona
amada u objeto significativo.
La melancolía, por su parte, Freud la singulariza en lo anímico por una desazón
profundamente dolida, una cancelación del interés por el mundo exterior, la pérdida
de la capacidad de amar, la inhibición de toda productividad y una rebaja en el
sentimiento de sí que se exterioriza en autorreproches y autodenigraciones y se
extrema hasta una delirante expectativa de castigo. El examen de realidad ha
mostrado que el objeto amado ya no existe más, y de él emana ahora la exhortación
de quitar toda libido de sus enlaces con ese objeto.
Cada uno de los recuerdos y cada una de las expectativas en que la libido se
anudaba al objeto son clausurados, sobreinvestidos y en ellos se consuma el
desasimiento de la libido. En el duelo hallamos que inhibición y falta de interés se
esclarecían totalmente por el trabajo del duelo que absorbía al yo. En la melancolía la
pérdida desconocida tendrá por consecuencia un trabajo interior semejante y será la
responsable de la inhibición que le es característica.
La melancolía implica una imposibilidad de realizar el trabajo de duelo, o sea, de
perder el objeto. La melancolía no necesariamente se desencadena por una pérdida
real y, aunque sea así, el melancólico sabe a quién perdió, pero "no sabe lo que con
él ha perdido". La diferencia importante con el duelo es la pérdida de la autoestima
(que también hay en el duelo, porque uno deja de ser amado) en la medida en que tal
pérdida de autoestima se traduce en autorreproches y en una consecutiva espera de
castigo delirante. Aparece un delirio de insignificancia y un sentimiento de culpabilidad
("yo me lo merezco").
Duelo en el adulto mayor.
Es importante tener en cuenta que en esta etapa del desarrollo las reacciones del
duelo serán más sostenidas en el tiempo, esto debido a que el adulto mayor tiene
más dificultades para adaptarse a los cambios. La pérdida es el tema predominante
en la vida emocional. Para el adulto mayor la muerte no solo le pone término a la vida,
sino que ahora esta más presente que nunca.
John Bowlby (1980) plantea que esa actitud de búsqueda o vuelta a la dependencia,
se debe a la expresión de la respuesta instintiva a la separación que observamos en
la infancia. Este impulso no solo se provoca cuando perdemos a la figura de apego
más importante en cualquier etapa de la vida, sino que es específico de los seres
humanos. Esto produce una disminución de la capacidad para el duelo. La
dependencia que presenta el anciano lo lleva a desarrollar conductas no patológicas y
adaptativas a la pérdida.
También necesitan un sustituto que les brinde seguridad, ya que la pérdida de la
persona querida amenaza esta seguridad. No obstante, en otros casos, no parece
haber un intento de búsqueda de sustituto, presentándose conductas
autodestructivas, en un aparente intento de reunión con la persona perdida, sin
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BIBLIOGRAFÍA
BETANCUR, Waldo. Psicología general. 1986.
REBIÓN, G.; SMITH, M.J. y EHRLICH, M. F. (1997). Working Memory and Aging:
Déficit of Strategy differences? Aging, Neuropsychology and Cognition, 4 (1), 58-73.
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HUNT, E. (1997). The Status of the concept of intelligence . Conference in the annual
Convention of the Japanes Psychological Association. Oxford: Blackwell Publisher.
POON, L. W. (1985). Differences in human memory with aging: nature, causes and
clinical implications. En Birren J.E. y Shaie, K. W. (ed), 427-462.
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MODULO III
Gerontosociología
La Gerontosociología mira lo que el hombre hace y cómo lo hace como ser social y
que aprende él en la convivencia con sus semejantes. De suerte, una sociedad
humana es el resultante de intrincadas relaciones de factores genéticos, del ambiente
biofísico y de la cultura.
Pautas de interacción:
El hombre experimenta ese juego constante de bueno y mal estrés como una vivencia
bajo ciertas pautas de su interacción con otros humanos. (Fonseca) identifica dichas
pautas de interacción como aquellas que se desarrollan dentro de la familia, en el
ámbito de acción de los otros poderes educadores porque la familia lo es, como la
escuela y la iglesia, en las relaciones laborales, de trabajo u ocupación cotidiana y en
el área del desempeño del papel sexual, es decir, en la adquisición de una
personalidad masculina o femenina. (Brocklhurst) menciona roles o papeles de
trabajo, familia, asociación y papeles informales. Así pues, resulta fácil comprender
que el ser social del hombre es muy complejo. La complejidad procede del hecho
mismo de que el hombre se desenvuelve simultáneamente en cierto grupo familiar,
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Todo parece indicar que a su paso por las diferentes edades, el hombre va
cambiando de papeles a desempeñar; en la vejez, es status, y por lo tanto el papel
que le corresponde, está en función de qué tanto sea capaz de desligarse de un cierto
grupo, el laboral por ejemplo, y qué tanto pueda adaptarse a otros grupos sin
padecer mal estrés; por ejemplo su familia o un grupo de asilados.
(Barnard, 1981). Sin embargo, el status del anciano variará conforme a lo que la
sociedad exija o esté dispuesta a darle, como el jubilarse acierta edad, aún cuando su
condición física y mental sean buenas, o disfrutar de canonjías y privilegios por el solo
hecho de tener cierta edad valorada como avanzada.
El papel social sólo existe cuando se cumplen los deberes y derechos que implica.
Cuando la persona alcanza el derecho de jubilación, pareciera lógico que tuviera él
deber de seguir produciendo en la medida de sus capacidades, o por lo menos, el de
transmitir su experiencia a los jóvenes. Pero en la realidad no sucede así; lo usual es
que al dejar el trabajo el viejo entra en desventaja porque pierde status laboral. Este
tipo de status declina aún más, a la que afecta el status, porque con bastante
frecuencia el monto de las pensiones es exiguo y no tiene en cuenta procesos
inflacionarios ni el aumento en el costo de la vida. (Ferrara, 1972.)
La vida laboral
El retiro del trabajo produce un gran impacto psicológico; llevando muchas veces a
graves y progresivos problemas de depresión, ocasionado por pérdida de su
identificación dentro de la sociedad, se siente que no es nadie y pierde su
sociabilidad. Tiene restricciones económicas al recibir una pensión inferior al ingreso
percibido por trabajo remunerado, como también dispone de mayor tiempo libre, se
siente inútil sin saber como llenarlo. Cuando el ser humano envejece, ve con recelo
que se acerca el momento de retirarse de los centros laborales, de las actividades
retribuidas con dinero y de las satisfacciones que a través de éste y del desempeño
del trabajo mismo ha podido obtener en su vida de adulto joven, como sería haber
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Nuestra sociedad da una imagen equivocada de esta etapa de la vida, por el retiro
forzado del trabajo y los cambios biológicos la consideran como viejísmo, como una
etapa de decadencia de lo físico y lo mental, dando al adulto mayor una imagen de
incapacidad, de inutilidad social y de rigidez, ahí que acepten su deterioro como algo
fatal que los lleva a superación por grandes temores a ser rechazados. (Bize,1973).
Cada persona mayor busca que hacer, ver tareas más o menos valiosas para él pero
sin garantía que serán reconocidas socialmente, esto hace que unos pocos logren su
que hacer y que muchos otros deban resignarse al estrecho mundo de las cuatro
paredes de su hogar donde viven un transcurrir sin anhelos, sin entusiasmo, sin
horizontes.
Hoy el ciclo de vida es más largo que antaño, la gente vive más tiempo que
antiguamente, la adolescencia es también más larga que antes. Pero no se ha
resuelto el modo de vida, el cómo vivir estos años de prolongación. ¿La biografía de
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las personas que viven más tiempo, es también una biografía más intensa e
interesante, o el individuo la siente como estéril y vacía de contenido?
A pesar de algunos de los factores negativos que hemos nombrado hasta ahora,
existen otros que son positivos: muchos jóvenes, y también adultos, tienen clara
conciencia de la igualdad básica entre todos los seres humanos, sean hombre o
mujer, o de la raza y condición social que sean. Se ha desarrollado con fuerza la
toma de conciencia respecto a la defensa de los derechos humanos en general, y de
los derechos de la mujer en particular; hay un mayor sentido de justicia y de que la
existencia de multitudes azotadas por el hambre, que apenas sobrevive en
condiciones inhumanas, es una flagrante injusticia que clama al cielo. Junto a esta
mayor sensibilidad que se percibe en ciertos sectores de la población, se ha
desarrollado también una mayor sensibilidad hacia la defensa de la naturaleza y del
equilibrio ecológico.
Normal
Es la persona que ha logrado un bienestar y vida satisfactoria en la etapa de adulto
mayor, representa alrededor del 56% de la población mayor de 65 años y se
caracteriza por:
• Ha asumido la vejez
• Sano física y psíquicamente
• Independiente
• Ha causado en forma positiva y creativa la experiencia acumulada
• sabe que hacer con su vida, buena autoestima
• Tiene actividad de crecimiento personal
• Tiene compañía y afecto (pareja, familia, amigos)
• Seguridad económica
• Vivienda
Frágil
Es la persona que no ha logrado una vida plena en el transcurso de su vejez y se
encuentra en una situación de riesgo, este grupo representa aproximadamente al 28%
de la población de adulto mayor y se condiciona por:
• Que no ha asumido la vejez
• Sufre algún daño físico o psíquico
• Dependiente
• No tiene actividad creativa para él
• Mala autoestima
• Carente de afecto
• Problemas económicos
• No tiene posibilidad de vivir independientemente
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Postrado o terminal
Es la persona muy dañada, sin posibilidad de superación, dependiente absoluto o
institucionalizado. Representa un porcentaje aproximado al 16% de la población
mayor con un porcentaje de más o menos el 4% de ella, recluida en algún hogar de
ancianos.
Agrupa cerca del 30% de los adultos mayores reconocen sus propias limitaciones y
las aceptan con naturalidad, están satisfechos con su vida.
Incluye cerca del 20% de las personas mayores. Temen un futuro próximo de
sufrimiento y deterioro. Se sienten frustrados e insatisfechos con su vida presente.
Tienen susto de la muerte. Su ánimo es de tristeza, abatimiento, desesperación, se
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Apoyo y bienestar
Familiar
• Ayuda práctica al intercambio de bienes y servicios
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No familiar
• Conversar, intercambiar experiencias y entretenerse.
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La salud del anciano es una responsabilidad de todos y no solo del sector de salud,
tanto el anciano como su familia, la comunidad, lo sociedad y el estado tienen igual
responsabilidad en el mantenimiento y recuperación de la salud del viejo. Los
aspectos demográficos de la longevidad generarán desafíos multidimensionales en
materia de políticas y programas. Particularmente donde no se hayan resuelto los
temas básicos de la pobreza y del desarrollo, puede parecer inconcebible que se le
preste atención a la salud y el bienestar de las personas mayores.
Pero más allá de argumentar desde una estricta perspectiva de ética social es preciso
reiterar las enormes posibilidades que presenta la longevidad de la población para los
países de las Américas. Al aplicar lo que ya se sabe sobre el envejecimiento de
nuestra sociedad, pueden enfrentarse de forma racional los desafíos del próximo
siglo, en vez de hacerlo en forma improvisada.
De esa manera es probable que podamos mantener bajo los costos de la atención de
salud, legitimar nuevos papeles y funciones productivas para las personas mayores,
incrementar el fondo de recursos humanos necesarios para el desarrollo económico y
social, estimular la organización y el crecimiento de nuevos mercados y servicios, y
satisfacer mejor las necesidades de todas las personas, independientemente de su
edad. Pero todos debemos trabajar conjuntamente para crear el potencial de una vida
más larga.
Depresivo Creativo
Pasividad Actividad
Aislamiento Integración
Dependencia Autonomía
Es evidente que la reinserción social está relacionada con múltiples factores, que
definen la inclinación a un envejecimiento patológico o normal.
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administrar su tiempo. La sociedad no tiene más proyectos con él, no tiene necesidad
de él, puede ocuparse por si mismo en lo que mejor le parezca, no tiene ningún
interés al respecto. Esta actitud contradictoria de la sociedad produce un gran
sentimiento de inutilidad, sobreviniendo la crisis de la jubilación. De forma brusca el
individuo deviene en:
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Respuestas psíquicas
• Anhelos insaciables.
Respuestas de conducta
• Insomnio...
Consecuencias del estrés
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miembro femenino de la familia. El abuelo tiene otras funciones más ociosas con los
nietos (juegos, paseos, cuentos etc...).
¿Que es una abuela feliz?
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
BARNARD, Ch. Como elegir su vida, como elegir su muerte. Barcelona, España:
Editorial Argos Vergara,1981
BIZE, P.R y VALLIER, C. Una vida nueva: La tercera edad. Bilbao, España. Ediciones
mensajero,1973.
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MÓDULO 4
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Concepto
El envejecimiento es parte del continuo del hombre en el ciclo vital, sus efectos varían
de un individuo a otro, puede desarrollarse en forma paulatina y en un momento
determinado mostrar sólo algunas características. La enfermedad no debe
considerarse como un fenómeno de envejecimiento, sin embargo, cuando se identifica
una desviación de salud es importante sospechar la asociación con otros trastornos,
ya que la interacción constituye una característica de este proceso; la clasificación del
envejecimiento ha cambiado en los últimos años y en nuestro país se considera
adulto mayor al que tiene 65 años y más, sin diferenciación con las edades más
avanzadas.
1) Valoración Física
Ojos
− Observar “ojos hundidos” y laxos, lo que se produce por una pérdida de las
estructuras de soporte del ojo
− Observar sequedad y pérdida de brillo ocular
− Observar formación del arco senil, debido a depósitos de colesterol
− Reducción del lagrimeo
− Aumento de la presión intraocular
− Reducción en la reacción pupilar ante la luz y en la adaptación a la oscuridad
− Valorar la necesidad de usar lentes por disminución de la agudeza visual (cerca y
lejos), la tolerancia a la luz brillante, los campos visuales, y la acomodación del
cristalino
− Reducción de la percepción viso-espacial
− Reducción en la diferenciación entre el verde y el azul, mientras que mejora la
percepción de los colores cálidos como el amarillo y el naranja
Oído
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Boca
Nariz
− Reducción del sentido del olfato por una disminución de la vascularización de los
senos paranasales
− Observar el crecimiento del cartílago nasal e hipertrofias de las vellosidades del ala
de la nariz
Aparato Respiratorio
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Sistema Cardiovascular
Aparato Gastrointestinal
Aparato Renal
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Sistema Musculoesquelético
Sistema Tegumentario
−Observar piel más fina y floja destacándose las prominencias óseas de antebrazos,
pantorrilla y dorso de manos y pies; más pálida con depósitos de pigmentos (pecas).
−Obsevar la resequedad y descamación de la piel producto de la disminución del
número, tamaño y función de las glándulas sudoríparas.
−Observar la presencia de manchas hiperpigmentadas en las regiones expuestas al
sol
−Observar las púrpuras seniles (aumento de la fragilidad vascular).
−Observar la presencia de arrugas, pliegues y ptosis secundario a la disminución de
la elasticidad
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Sistema Neurológico
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En cuanto a las tareas cognoscitivas del adulto mayor incluyen llegar a la aceptación
de su propia muerte y la de sus seres cercanos; aprender a tener una vida feliz
aceptando sus enfermedades y limitaciones físicas.
Para examinar el estado mental se recomienda valorar una serie de aspectos tales
como: apariencia y comportamiento, habilidades cognitivas, estabilidad emocional,
lenguaje y expresión oral. Para valorar la función cognitiva se recomienda utilizar una
escala de medición cuantitativa de esta función, llamada Mini-Mental-State (de
Folstein ME, McHugd FR, 1975). Este instrumento a través de 28 preguntas de fácil
aplicación permite detectar enfermedades orgánicas y discriminar a los adultos
mayores normales de los que tienen demencia u otras patologías como: esquizofrenia
y desordenes afectivos.
4) Valoración Psicoafectiva
Afectividad
Una de las principales tareas afectivas del adulto mayor es revisar los logros de la
vida. Ellos logran una sensación de satisfacción e integridad del ego cuando sienten
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que los sucesos vitales de su vida han sido positivos. La espiritualidad se aumenta en
esta etapa de la vida lo cual se traduce en una mayor filosofía de la vida. Con esto es
posible experimentar una sensación de importancia, lo cual puede ayudarle en su
aceptación y autoestima.
En el hombre existe mayor dificultad para llegar a una erección que para llegar a un
orgasmo, disminuye el número de eyaculaciones, reducción de la cantidad y
viscosidad del líquido seminal, existe una mayor duración de la fase de excitación y la
meseta del orgasmo; la fase de resolución puede durar de 12 a 24 horas y la líbido y
sensación de satisfacción no suelen cambiar con la edad.
5) Social y Familiar
Los adultos mayores no sólo deben enfrentarse a los cambios físicos e intelectuales
propios de su ciclo evolutivo, sino que también al cambio en su estilo de vida, de roles
y de responsabilidades sociales. Sin lugar a dudas que la adaptación a esta serie de
cambios requiere de una capacidad individual y del apoyo externo.
Es importante valorar a la familia que otorga los cuidados al adulto mayor e indagar
en aspectos como:
− ¿De qué manera afrontan los cambios en las necesidades del adulto mayor?
− ¿De qué manera solucionan sus problemas de salud?
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NUTRICIÓN Y ENVEJECIMIENTO
1. Alteración de la inmunidad
2. Ulceras por presión
3. Anemia
4. Caídas
5. Deterioro cognitivo
6. Osteopenia
7. Alteración en el metabolismo de los fármacos
8. Sarcopenia
9. Síndrome del eutiroideo enfermo
10. Descenso de la máxima capacidad respiratoria
El establecimiento de unos requerimientos nutritivos para personas mayores no
deberá tener diferencias importantes con el establecimiento de los requerimientos
nutritivos del adulto joven. Estos variaran en función de las características de las
distintas personas: parámetros biológicos, funcionales, actividad física, etc.…,
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2. ALIMENTACIÓN-NUTRICIÓN
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Las personas mayores son más susceptibles que los adultos jóvenes a los trastornos
nutricionales y mayormente debidos no solamente a un solo factor sino a una
combinación de factores:
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Boca
Se mantiene salivación en ancianos sanos y edéntulos
Disminuyen olfato y gusto
Menor potencia masticadora
Esófago
Menor tono del esfínter esofágico superior
Retraso en la relajación tras la deglución
Incremento en la presión de contracción faríngea
Estómago
No existe atrofia gástrica fisiológica, la secreción gástrica es normal
No cambia la secreción de pepsina
Aumenta la prevalencia de infección por Heliobacter pylori.
La secreción de gastrina sérica se incrementa en infectados por Heliobacter pylori
Aumenta el tiempo de vaciado gástrico para líquidos, no para sólidos
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Intestino Delgado
Probable disminución de la absorción de calcio
Disminución en la concentración de receptores para la vitamina D
Páncreas
Disminuye la secreción tras la estimulación repetida
Disminuye el peso y aumenta la fibrosis del parénquima
Las manifestaciones de insuficiencia no se detectan hasta una disminución del 90%
de la reserva funcional
Flujo esplánico
Disminuye con el envejecimiento
Aumenta la susceptibilidad a hipoxia e hipovolemia
Motilidad gastrointestinal
El tránsito intestinal puede enlentecerse
Existe una mayor sensibilidad a los niveles de la hormona tiroidea
8.- La "intolerancia a los hidratos de carbono" aumenta con la edad. Convendría aquí
recalcar que la intolerancia a la lactosa se produce normalmente por ausencia de
lactasa que es un enzima que desgloba en el intestino la lactosa en glucosa y
galactosa. Esta enzima es adaptable, de forma que un individuo que no consume
habitualmente lactosa es incapaz de hidrolizarla por falta de lactasa.
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nuestros ancianos, deberíamos pensar sobre estos dos párrafos referentes a grandes
poblaciones:
BIBLIOGRAFÍA
1. GARCÍA SÁNCHEZ, F.M., RUIZ RUIZ, M.D., FRUNS JIMÉNEZ, I., LÓPEZ
ARRANZ, M.C., MATAIX SAN JUAN, A., CRUZ CRUZ, T. Alteraciones
farmacocinéticas en los ancianos. Farm Hosp. 1992; 16, 3.
2. GREENBLATT D.J., SELLERS E.M., SHADER R.I. Drug dispositic in old age. N
Engl J Med. 1982; 306: 1081-1088.
3. NOLAN L., O´MALLEY K. Prescribing for the elderly. I. Sensitivity of the elderly to
adverse drug reactions. J Am Geriatr Soc. 1988; 36: 142-149.
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MÓDULO 5
Se ha cometido el grave error en las familias y en los asilos que al estar con los
adultos mayores se les ha negado un derecho dentro de la sociedad y es permanecer
activos y útiles e independientes.
Esta situación a conllevado a una asistencia de tipo paternalista que les brinda los
aspectos de supervivencia de un individuo, es decir: alimentación, vestido y
alojamiento.
Pero esta visión debe cambiar, y con esta preocupación de mejorar, se tienen que
impulsar programas que tengan como objetivo principal la conservación física y
mental del adulto mayor, mediante la elaboración de actividades analizadas, ya que la
aplicación terapéutica de la ocupación constituye un puente que salva la distancia
entre la incapacidad y la capacidad.
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que pueden generar; sobre todo si se les considera como recurso potenciador,
herramientas de acción social que permiten elevar el bienestar y la calidad de vida de
las personas de la tercera edad. Los sujetos que envejecen adecuadamente utilizan y
disfrutan de todas las posibilidades que existen en su entorno social y en sus propias
personas, y están preparados para aceptar, sin claudicar, las propias limitaciones, la
disminución de sus fuerzas y la necesidad de recibir algún tipo de ayuda; pero no
renuncian a mantener, dentro de rangos razonables y posibles, determinados niveles
de independencia y autodeterminación.
En la tercera edad, la actividad física-intelectual y el interés por el entorno canalizadas
a través de actividades de recreación y ocio productivo, favorecen el bienestar y la
calidad de vida de los individuos.
Recientemente encontré en internet un trabajo sobre la recreación en el adulto mayor,
que brindaba la siguiente definición:
“... la recreación es un proceso de acción participativa y dinámica que facilita entender
la vida como una vivencia de disfrute, creaciones y libertad, en el pleno desarrollo de
las potencialidades del ser humano para su realización y mejoramiento de la calidad
de vida individual y social, mediante la práctica de actividades físicas, intelectuales o
de esparcimiento”.
Visto el problema desde este ángulo, las estrategias para el desarrollo de programas
de ocio y recreación con el adulto mayor, tendrían una función potenciadora de lo
individual y lo social, ya que a diferentes niveles y en diferentes formas contribuirán a
satisfacer diversas necesidades individuales y actuarán como medio de integración
social del adulto mayor.
El ocio y la recreación, desde esta visión, resultan generadores de beneficios
múltiples para las personas adultas mayores, entre ellos podemos mencionar los
siguientes:
• Potenciar la creatividad y la capacidad estética y artística
• Favorecer el mantenimiento de un funcionamiento psicomotriz adecuado
• Fomentar los contactos interpersonales y la integración social
• Mantener, en cierto nivel, las capacidades productivas
• Hacer frente a las disminuciones y limitaciones físicas
• Mantener equilibrio, flexibilidad y expresividad corporal
• Servir como medio de distensión y enfrentamiento activo al estrés y las
tensiones propias de esta etapa de la vida
• Contribuir al mantenimiento del sentimiento de utilidad y autoestima personal
• Fomentar la creatividad y productividad en el uso del tiempo libre
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Los tipos de recreación artística, cultural, deportiva y pedagógica tienen por finalidad
principal el mantenimiento, desarrollo y recuperación de habilidades diversas; servir
de estímulo de la creatividad y posibilitar experiencias que contribuyan al bienestar y
autoestima de los participantes. Por otra parte, estas actividades propician el
establecimiento de relaciones interpersonales y la integración social de los sujetos,
con independencia de sus favorables efectos sobre la salud y el bienestar psicológico.
La recreación ambiental, además de propiciar el disfrute de las relaciones con el
medio ambiente, propicia la identificación con este, y fomenta el desarrollo de una
cultura sostenible y la motivación por su preservación.
En el caso de la recreación comunitaria, esta se orienta a la creación o fortalecimiento
de redes de apoyo social, especialmente para las personas que viven solas, o tienen
escasos recursos.
La recreación terapéutica, puede estar orientada a personas con problemas
funcionales, físicos o psicológicos y puede ser ella misma vehículo o instrumento de
rehabilitación o complemento de programas diseñados a estos fines.
En fin, de lo que se trata es de emplear las actividades de ocio y de recreación para el
fomento de estilos de vida en el adulto mayor, que propicien su salud y bienestar y lo
impliquen en acciones que le sirvan como instrumento para el crecimiento la
autodeterminación personal y su adecuada inserción en la vida comunitaria y social.
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Recreación
Las hazañas bélicas, las invasiones, las conquistas y colonizaciones, los viajes
marítimos y los descubrimientos, tienen en sí los aspectos de disciplina y continuidad
que caracterizan la actividad del trabajador, pero tiene también la participación
emocional y el sentido creativo que surge de la inclinación humana por el juego y el
deporte. Ese complemento de trabajo y juego deportivo es lo que da a la vida la
plenitud que, cuando es individual, se traduce en el éxito y en la realización de una
persona, y cuando es colectiva, constituye una época brillante en la historia de un
pueblo.
Ambos son aspectos esenciales de esa necesidad radical que el ser humano ha
tenido siempre, en todos los tiempos y lugares, de comunicar con sus semejantes.
Por eso la recreación como la cultura, está lleno de significaciones subconscientes
destinadas a establecer una determinada comunicación específica.
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Tiempo libre
El adulto mayor al llegar a la jubilación, tras una vida prolongada de largas jornadas
de trabajo intelectual, en la industria, o en el campo, no posee experiencia en algo
que casi no conocieron durante su vida laboral. EL TIEMPO LIBRE, que ahora tiene
al jubilarse.
Los escasos recursos económicos y el bajo nivel cultural en algunos son condiciones
de gran importancia ya que las actividades que la sociedad oferta, culturales o
recreativas, requieren de un mínimo de recursos que en la mayoría de los casos no se
tienen. Por ello al hablar de tiempo libre no puede ser el mismo para el niño, el joven o
el abuelo.
¿Cómo emplear el tiempo libre? Como todo, siendo adulto mayo: útil, placentera y
satisfactoriamente. Conseguir esa trilogía de oro es difícil pero necesario.
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Terapia ocupacional
La terapia ocupacional es una disciplina que tiene relación con las llamadas ciencias
biológicas, sociales y humanas.
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Que las personas a través de sus propia acción, apoyadas y guiadas por la terapia
ocupacional, pueden influir en su proceso, para hacerse mejores personas, en
términos de auto desarrollo y autocrecimiento o sea hacerse plenamente humanos,
con calidad de vida.
La ocupación humana:
• Descanso o reposo
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• Ocio
• Actividades con responsabilidad
• Autocuidado, personal y del entorno
• Trabajo o producción
La actividad es un elemento preventivo, cuando se analiza que por medio de esa
ejecución, se puede conservar o recuperar el estado de salud.
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Cada grupo tiene ciertas características que le son propias y que le distinguen de los
otros grupos. Estas variaciones confieren a cada grupo por separado su carácter
peculiar y único. Por ejemplo, todos los grupos de adultos mayores son en muchos
aspectos semejantes a los otros grupos, pero difieren en su composición, finalidades,
organización, y en otros aspectos.
Las acciones y tareas las debe asumir la sociedad, la familia y los propios adultos
mayores. A la sociedad le corresponde, crear un ambiente adecuado para quienes
envejecen al:
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• Proveer programas de asistencia para que los frágiles puedan seguir viviendo
en su propio hogar.
• Abrir horizontes de crecimiento y desarrollo al preocuparse por definir un
contenido al rol de viejo, y por abrirles oportunidades para que cumplan tareas
significativas.
• Crear programas de asesoría profesional a fin de mejorar la capacidad de los
adultos mayores para enfrentar problemas de aceptar y adaptarse a los que les
toca vivir.
A la familia le corresponde, darse cuenta del valor que tiene el apoyo social que
puede intercambiar con sus miembros envejecidos y brindarlo.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Cuesta triana F. Nutrición Hospitalaria en el anciano. Alim. Nutri. Salud 1999; 6(1):7-
18)
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MÓDULO VI
Capítulo 1
CÓMO CUIDAR A NUESTROS ADULTOS MAYORES
Bañarse o ducharse es una de las actividades que antes se ve afectada cuando una
persona mayor comienza a manifestar dificultades para ser independiente. Para
muchos cuidadores la hora del baño, la ducha o el aseo supone una situación difícil
que provoca que el familiar al que cuidan se queje o se comporte de forma agitada o
agresiva, especialmente si padece demencia. Mantener la higiene y bañar a la
persona que se cuida es, en múltiples ocasiones, una de las tareas que más tensión
produce a los cuidadores.
Sin embargo, la actitud de los cuidadores tiene una influencia fundamental en que
esta actividad se continúe ejercitando. A veces, al detectar que su familiar ya no
puede desenvolverse como antes y para evitar accidentes, tienden a proporcionarle
toda la ayuda posible, haciendo por él o ella más de lo estrictamente necesario. Esto,
en muchos casos tiene, además, consecuencias negativas para los propios
cuidadores, quienes llegan a hacer tareas muy pesadas que en bastantes ocasiones
podrían evitar o al menos retrasar.
Bañar o lavar a otra persona no es una simple tarea mecánica, sino que requiere
otras destrezas. Significa estar atento a todas las actividades que realizamos y a
cómo responde la persona a la que estamos ayudando. También requiere paciencia,
flexibilidad y amabilidad por parte del cuidador. Las siguientes recomendaciones le
pueden ser de ayuda para actuar en consecuencia.
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Fomentar que la persona haga por sí misma el mayor número posible de tareas de
aseo personal es la mejor forma de respetar su autonomía.
Es importante que el baño o la ducha tengan lugar siempre a la misma hora del día.
Elija un momento concreto del día para el baño, teniendo en cuenta no sólo las
necesidades de su familiar sino también las suyas (cuando disponga de más tiempo,
se encuentre más descansado, etc.).
Vaya diciendo a su familiar cada uno de los pasos que va a seguir. Por ejemplo, «voy
a enjabonarte el peso con cuidado». En algunos casos las instrucciones verbales
pueden ser suficientes («Ahora no te olvides de coger el champú para lavarte el
pelo», «Levanta la pierna y métela en la bañera»). Cuando sea necesario ayudarle
físicamente, hágalo, pero intente siempre que haga lo máximo posible.
Cuando se está ayudando en el baño a una persona, ésta puede sentirse vulnerable e
indefensa. Por esta razón, es necesario estar atento a sus sentimientos y reacciones.
Escuche atentamente lo que le dice. Ante un comentario que indique que el agua está
fría, actúe en consecuencia, aunque usted opine de forma distinta. Si le dice que le ha
hecho daño al pasarle la esponja, admítalo y dígale que intentará tener más cuidado.
Es importante que tenga en cuenta que si la persona tiene la sensación de que
controla la situación, se sentirá mucho más cómoda. Comprenda que para quien está
recibiendo la ayuda es una situación delicada y puede sentir pudor. Si le cubre todas
las partes del cuerpo que no se están lavando directamente en ese momento le hará
sentirse mejor.
Disponga de los útiles de baño, de modo que sean accesibles. En muchas ocasiones
las personas mayores no utilizan la esponja o el gel de baño sencillamente porque les
resulta muy difícil acceder a ellos (se tienen que mover mucho o hacerlo de modo que
les resulta incómodo). Usted pude decidir con su familiar la mejor forma de colocar los
elementos necesarios para el baño de manera que él los pueda utilizar (gel, champú,
cepillo de baño, esponja, jabón, toalla y albornoz).
Piense cómo resolver situaciones difíciles durante el baño. Para ello puede ayudarle
lo siguiente:
• Si su familiar se resiste a bañarse, en algunos casos, puede ser útil darle una
razón para el aseo: «Tienes el pelo sucio. Es necesario lavarlo». Si se sigue
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• Es preferible que sea una sola persona la que se responsabilice del aseo
de su familiar, a ser posible quién tenga más confianza con él o ella y,
preferiblemente, alguien de su mismo sexo.
Un baño completo o ducha son las mejores formas de mantener la higiene personal y
siempre que sea posible es preferible cualquiera de ellas. En cualquier caso, lo
importante es recordar que los objetivos de la higiene personal son mantener la
limpieza corporal y evitar los malos olores. Por tanto, pueden utilizarse otras formas
de aseo distintas como el baño en la cama o baño de toalla. Posiblemente, usted ya lo
ha utilizado parcial o totalmente en alguna ocasión. En el recuadro siguiente se
describe brevemente cómo realizar este tipo de baño.
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MOVILIDAD
Ofrecer seguridad
Muchas personas tienden a evitar que su familiar se mueva por temor a que se
accidente. En bastantes ocasiones tienen razón y deben tomarse precauciones
(acompañar a la persona, evitar alfombras, etc.) para que los desplazamientos sean
seguros. Sin embargo, una actitud que muestre seguridad y confianza cuando la
persona se mueve puede también ayudar a prevenir muchos accidentes. Expresiones
como «Ve despacio, verás como puedes llegar al comedor», ayudan a que la persona
mayor vaya recuperando poco a poco la confianza en sus propias posibilidades.
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«Mi madre, desde que se ha puesto enferma, a menudo, se enfada conmigo», «Me
intentó golpear el otro día», o «Me dice cosas horribles, insultándome y culpándome
de todo lo malo que sucede». Estas son algunas afirmaciones que, con cierta
frecuencia, hacen quienes cuidan a personas mayores que padecen de algún tipo de
dependencia. Todas estas frases reflejan muestras de agresión o enojo del familiar al
que se está cuidando, que se convierten en un problema para los cuidadores en la
medida en que tiendan a repetirse y superen la disposición de éstos para tolerarlos.
Además, si se repiten, llegan a deprimir, cansar y provocar sensaciones de angustia
al cuidador, ya que al cansancio derivado de cuidar a la persona mayor se une, en
este caso, el ser tratado con malos modos.
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Las razones por las cuales las personas se comportan agresivamente son diversas:
defensa ante la sensación de que se está invadiendo su espacio personal (por
ejemplo, ayudar a una persona en el aseo diario puede provocarle vergüenza u otras
sensaciones desagradables), sentimientos de incapacidad o frustración al no poder
realizar las actividades más básicas (vestirse, desplazarse, comunicarse), reacción
ante una acción del cuidador (por ejemplo, el cuidador principal sale de casa y la
persona mayor lo vive como si le abandonara), depresión, cambios en el entorno
inmediato (cambio en los horarios u otra rutina cotidiana), efectos de alguna
medicación, dolor. Seguidamente, se ofrecen sugerencias basadas en la experiencia
de cuidadores que, ante este problema, han actuado consiguiendo reducir el
comportamiento agresivo de su familiar.
• Fomentar la independencia
Intente fomentar, hasta donde sea posible, la independencia en la vida diaria de la
persona que está cuidando. De esta forma aumentará su confianza y seguridad en sí
misma. Una de las causas de la agresividad es la frustración que provoca el hecho de
tener que aceptar que ya no es tan independiente como antes.
• Ignorar la agresividad
No preste atención a su familiar mientras esté siendo agresivo o insultante. Procure
no mostrar ni siquiera desaprobación o molestia por este comportamiento. Esta
recomendación obedece a que, en muchas ocasiones, la atención que
proporcionamos a una persona mientras se comporta de una determinada manera es
un motivo en sí mismo para que continúe comportándose así.
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• Premiar la amabilidad
Elogie y recompense a su familiar cuando actúe de forma beneficiosa para todos.
Cuando se comporte de forma constructiva, es decir, permanezca tranquilo, se dirija a
los demás pidiendo o preguntando algo amablemente o mostrando colaboración de
una manera pacífica y no agresiva, escúchele con atención, respondiendo de forma
amable a su petición o pregunta. La clave del éxito de esta forma de actuar está en
que todas las personas que conviven con quien muestra comportamientos agresivos
se hayan puesto de acuerdo en cómo tratar con él o ella, es decir, en demostrarle lo
agradable que es para el resto de la familia su actitud cooperativa.
• Mantener la calma
Permanezca tranquilo. Siguiendo con el ejemplo del recuadro anterior, la cuidadora
además de tratar de que su familiar realice alguna actividad incompatible con el
comportamiento agresivo, decidió que durante todo el tiempo que durara el aseo su
actitud sería calmada, emplearía una voz más afable que de costumbre y explicaría
de una forma muy simple lo que iba haciendo en cada momento. Además, la elogiaría
y diría frases agradables siempre que actuara de forma no agresiva.
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• Distraerle
Distraiga su atención con cualquier actividad o comentario (especialmente, en
personas con demencia). La idea es hablar acerca de cualquier otra cosa, de una
forma tranquila, con frases sencillas, como si no hubiera ocurrido nada, ya que en un
tiempo muy breve, su familiar habrá olvidado que estaba enfadado y el motivo de ello.
El objetivo es conseguir que se olvide del enfado y distraerle con otra actividad.
• Preguntarle
Sugiérale que, en lugar de comportarse de forma agresiva, diga lo que le ocurre.
Pregúntele en un tono amable cuál es el problema, dígale que usted está dispuesto a
escucharle y que juntos intentarán solucionarlo. De cualquier forma respete si la
persona no quiere hablar y déle tiempo para que se calme.
• Evitar riesgos
Elimine objetos peligros de la vista que puedan causar daño a alguna otra persona
presente o a la propia persona mayor.
• Controlar la situación
Asegúrele que no se le hará daño. Y, en último caso, si la violencia persiste,
agárrele suavemente por los brazos. No es necesario ningún otro caso físico.
• Reaccionar impulsivamente
No se tome la agresividad como algo personal. Aunque nunca está justificada la
agresividad, es importante recordar que la persona que está manifestando
agresividad depende de sus cuidados y que el motivo de ello puede ser que se sienta
frustrada, sola e incapaz.
• Enfrentarse
No se enfrente. No pida de momento una explicación ni manifieste sus quejas.
(Especialmente, si su familiar tiene algún deterioro mental, de poco sirve intentar
razonar).
• Gritar
No levante la voz. Actuar así contribuirá a aumentar su enfado.
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• «Ser alarmista»
No aumente los sentimientos de amenaza o alarma, ni piense que sólo le ocurre a
usted. Pensamientos como ¡Dios mío, por qué me pasará esto a mí!, ¡va a acabar
conmigo!, ¡un día va a ocurrir una tragedia!, Sólo contribuyen a agrandar el problema
produciéndole un mayor malestar.
• Provocar
No responda al comportamiento agresivo con «amenazas», «bromas», «tomaduras
de pelo» o ridiculizándole.
• Sujetarle
No utilice restricciones físicas (sujetar, atar) que hagan que su familiar se sienta sin
posibilidad de escapar.
INSOMNIO
CUANDO SU FAMILIAR NO PUEDE DORMIR
Sueño y envejecimiento
La dificultad para conciliar el sueño y para dormir de forma continuada son quejas
frecuentes entre las personas mayores. A medida que avanza la edad, de forma
natural, se producen ciertos cambios en el sueño: una disminución en el tiempo total
de sueño, un aumento en la cantidad y duración de los despertares nocturnos, una
disminución del sueño profundo y un aumento de la somnolencia y fatiga diurna. En
principio, es normal que ocurran todos estos cambios y, por ello, no les debe dar
mayor importancia.
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• Factores ambientales
La temperatura de la habitación, la dureza del colchón o compartir la habitación o la
cama influyen en la calidad del sueño. Aquellas personas mayores que cambian de
domicilio o de habitación y cuyo entorno varía (por ejemplo, porque rotan entre las
casas de los hijos) tienen más problemas para dormir. También los posibles ruidos
nocturnos provocan una disminución de la cantidad de sueño profundo y aumentan la
frecuencia de despertares nocturnos.
• Falta de actividad
Las personas mayores que reducen sus actividades y realizan poco ejercicio físico
tienen más problemas de sueño. Además suelen «dar pequeñas cabezadas» durante
el día, lo que dificulta el sueño profundo y reparador durante la noche.
• Cambios de hábitos
Si los horarios para dormir varían frecuentemente puede entorpecerse un patrón
regular de sueño y facilitarse que durante el día se «den cabezadas. Todo ello impide
que durante la noche el sueño tenga una calidad suficiente.
• Consumo de productos excitantes
• Consumo de medicamentos
Algunos medicamentos de uso común entre las personas mayores afectan al sueño.
A esto se suma que los medicamentos que se utilizan para combatir el insomnio
pueden perder su eficacia en un plazo muy breve de tiempo y, como consecuencia, el
problema llega a cronificarse.
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• Circunstancias vitales
Algunas situaciones difíciles por las que pasan las personas mayores, tales como las
enfermedades, el fallecimiento de familiares o amigos, los cambios de domicilio o,
incluso, cambios en el propio funcionamiento mental y físico pueden alterar el sueño.
• Preocupaciones y tristeza
Factores emocionales como las preocupaciones (por ejemplo, porque existe algún
problema familiar no resuelto), inquietudes (por ejemplo, tener miedo de que pueda
entrar en casa alguien a robar) o un estado de ánimo decaído, dan lugar a dificultades
para conciliar el sueño. Además estas preocupaciones pueden convertirse en ideas
que «dan vueltas en la cabeza», llegando a obsesionar e impidiendo a la persona
quedarse dormida.
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agravar las dificultades. Recuerde que lo importante es dormir mejor, no dormir más.
Ahora bien, es posible que encontremos resistencia a abandonar la cama y que
nuestro familiar nos diga que uno de los beneficios de haber alcanzado la vejez es
haber quedado libre de ocupaciones y, por tanto, no tener que levantarse tan pronto
como se despierta. Incluso es posible que si se levanta temprano se desanime porque
no tenga nada que hacer. Si es así, una idea es proponerle actividades sencillas
acordes a sus capacidades para que pueda realizarlas cuando se levante por la
mañana.
• Comer saludablemente
Trate de evitar que su familiar tome comidas copiosas antes de acostarse, así como
cualquier tipo de excitante (té, café, alcohol) durante las horas anteriores a acostarse.
Una buena solución es cenar pronto o tomar una merienda-cena y al acostarse, tomar
un vaso de leche templada.
• Practicar la relajación
Aprender a relajarse ayudará a su familiar a dormir mejor. Un sencillo ejercicio de
respiración profunda podrá resultar muy útil.
• Intente que se vaya a la cama cuando sienta sueño. Si es una hora adecuada
para acostarse anímele a que se acueste antes de que se le pase el sueño.
• Consiga que no utilice la cama para otro fin (leer, ver la TV) que no sea el de
dormir. Es importante que su familiar asocie la idea de acostarse con quedarse
dormido rápidamente.
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INACTIVIDAD Y TRISTEZA
Comentarios como el anterior son frecuentes. Algunas personas mayores que están
enfermas se ven a sí mismas incapaces de hacer cualquier cosa, tienen sentimientos
de soledad y sienten que nadie se preocupa de ellos, incluso en el caso de que
existan familiares que les cuidan. Estar enfermos y tener que depender de otras
personas, cediéndoles a ellas la iniciativa de organizar la propia vida, favorece que
aparezcan sentimientos de tristeza. Estos sentimientos, a su vez, pueden dar lugar a
una «incapacidad excesiva» en la vida diaria, es decir, las dificultades para
desenvolverse, producidas por alguna enfermedad, pueden ser aún mayores como
consecuencia de sentirse triste y deprimido. Así, por ejemplo, aunque dos personas
padezcan la misma enfermedad, si una de ellas está deprimida y la otra no, es muy
probable que la que está deprimida tenga menos capacidad para cuidarse por sí
misma que la que no lo está.
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“Luis sufrió una embolia hace casi un año quedando limitada su movilidad, su
capacidad de comunicarse y, en general, su independencia para la vida diaria. Antes
de comenzar este problema hacia una vida bastante activa, realizando diversas
actividades con la familia, en el «hogar para pensionistas» al que acudía diariamente
y con los amigos de toda la vida. Desde que comenzaron sus problemas físicos ha
sufrido considerables pérdidas: dificultades para entenderse con otras personas,
excepto con su mujer, y dificultad para desplazarse. Ha reducido, por tanto, su
actividad social, ve menos a los amigos; ya no cocina –su gran afición- ni lee el
periódico porque le resulta incómodo. En definitiva, ha reducido considerablemente
muchas de las pequeñas satisfacciones cotidianas que le hacían sentirse bien.
Actualmente, dice sentirse sin ganas de hacer nada, cansado, «apagado» y «tristón».
Sus familiares deciden consultar con el médico que ha comentado a la familia la
posibilidad de que sufra un problema de depresión”.
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• Sentirse útil
Asegúrese de que las actividades que su familiar intente llevar a cabo sean útiles para
él o los demás, de forma que pueda sentirse satisfecho de su labor. No es
conveniente que haga tareas demasiado complicadas, porque los pequeños fracasos
podrían desanimarle.
1. Salir a la calle.
2. Ir de compras.
3. Leer o escuchar historias.
4. Escuchar música (averiguar qué tipo de música).
5. Ver la televisión
6. Reírse.
7. Comer con amigos o familia.
8. Preparar o comer aperitivos y dulces
9. Ayudar en las tareas domésticas (doblar la ropa, recoger la ropa, etc.).
10. Estar con la familia.
11. Vestirse con su ropa favorita.
12. Escuchar sonidos de la naturaleza.
13. Recibir o enviar cartas y postales.
14. Salir de excursión.
15. Tomar café, té, refrescos con amigos.
16. Recibir cumplidos.
17. Ejercicio físico (caminar).
18. Dar un paseo en coche.
19. Asearse o arreglarse (maquillarse).
20. Recordar y hablar sobre hechos pasados.
21. Cuidar plantas.
22. Cuidar animales domésticos.
23. Otras que usted ya conoce.
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En el caso de que su familiar padezca demencia, recuerde que son muy útiles
actividades tales como escuchar música, practicar jardinería o realizar tablas de
ejercicio físico.
• No insistir ni impresionar
Por último, cuando su familiar tenga sentimientos de tristeza, malestar y se muestre
inactivo es contraproducente actuar de determinadas formas. Especialmente
importantes son las siguientes recomendaciones:
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INCONTINENCIA URINARIA
DIFICULTADES PARA RETENER LA ORINA
Consecuencias de la incontinencia
La incontinencia urinaria o pérdida involuntaria de orina de forma regular y en lugares
inadecuados es un problema que produce un gran malestar, además de favorecer la
aparición de algunos problemas psicológicos como la depresión o la ansiedad.
Asimismo, la persona que sufre incontinencia suele aislarse de los demás. En
bastantes ocasiones, tanto los cuidadores como las personas que sufren
incontinencia piensan que no puede hacerse nada por mejorar esta situación y que
es preferible hablar lo menos posible de un tema que les provoca sentimientos de
vergüenza y que daña su dignidad como personas. Aunque se sabe que el
envejecimiento puede afectar a la capacidad de retener la orina, nunca debería
considerarse que la incontinencia sea algo normal en la edad avanzada. Ante este
problema se recomiendan algunas pautas que pueden, si no eliminarlo totalmente, si
al menos, reducir sus consecuencias y disminuir su gravedad.
• Es incapaz de esperar unos minutos una vez que tiene deseo de orinar.
• No tiene la sensación de que se llena la vejiga.
• Cuando comienza a orinar no tiene la sensación física de estar haciéndolo.
• Acude muy pocas o muchas veces a orinar al cabo del día.
• Acude varias veces al baño por la noche.
• Orina unas gotas sin llegar a tener la ropa húmeda.
• No es capaz de parar de orinar, una vez que ha empezado a hacerlo.
• Tiene una excesiva sequedad vaginal.
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• Cómo crear un entorno agradable que facilite el uso apropiado del cuarto de
baño.
• Algunos elementos del mobiliario del baño facilitan acudir a él. Barras asideras
para levantarse una vez utilizado el váter y una taza más alta de lo habitual que
facilite levantarse son buenas recomendación.
• También puede utilizar un color diferente en la puerta del baño o poner un color
diferente en la puerta del baño o poner un cartel en la puerta que indique
BAÑO, un dibujo o algo similar (para personas con confusión mental).
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• Mantener hábitos
Una de las mejores formas de evitar los problemas de incontinencia es procurar que
su familiar vaya regularmente al cuarto de baño y vacíe la vejiga aunque no esté llena.
Conocer los hábitos de su familiar para ir al baño, le ayudará a anticipar sus
necesidades. Así, es importante saber cuándo acostumbra a orinar: al despertarse,
por la noche, a determinada hora de la mañana, un cuarto de hora después de haber
comido, después de dar un paseo, antes de irse a dormir, etc. Intente que mantenga
estas costumbres. En cualquier caso, procure conseguir que su familiar vaya al baño
cada cierto tiempo (cada dos o tres horas).
Usted puede ayudar a su familiar a crear este hábito recordándole y animándole a que
vaya al baño en el momento correspondiente. A continuación, facilítele asistencia sólo
si se lo pide. Es decir, se trata de preguntar a su familiar a la hora establecida si tiene
o no la necesidad de evacuar y de ayudarle (a ir al baño, a evacuar, etc.) solamente si
es necesario. Si logra evacuar la orina dentro del horario establecido, reconózcaselo
con palabras afectuosas. El reconocimiento de estos pequeños éxitos es muy
importante para que él o ella se sientan bien y consiga nuevamente el objetivo
deseado.
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• Si usted tiene que estar con su familiar mientras orina, mantenga una
conversación sobre cualquier tema, para que se sienta cómodo y la situación
no resulte violenta.
“Sentarse con las nalgas completamente apoyadas en una silla. Apretar una nalga
contra la otra, y al mismo tiempo presionar durante unos segundos, contrayendo
desde abajo hacia arriba como si intentara aguantar la orina. Es un movimiento corto.
Fijarse si los músculos se contraen, si es así, se habrá hecho correctamente. Cada
vez que se realice, conseguir que se concentre por completo en el ejercicio. Una vez
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Este ejercicio puede hacerse también de pie o tumbado. Debe practicarse varias
veces al día y todos los días hasta que adquiera el hábito.
• Limpie y seque bien la piel e toda l área cada vez que cambie la compresa
pañal.
• Aplique crema protectora o vaselina por toda la zona que abarca el pañal.
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• Anímele a que haga por sí mismo o colabore con usted en todo lo que
pueda durante el cambio (secarse, aplicarse crema, etc.). En caso de que
su capacidad sea muy limitada, pídale su colaboración sólo al final.
Es posible que piense que seguir estas sugerencias le llevará más tiempo que
cambiar usted solo a su familiar, sin contar con su ayuda. Tal vez usted tenga razón.
Quizás anima a incorporar estas sugerencias durante el cambio de pañales y es
perseverante en su utilización contribuirá a mantener el respeto y la dignidad de su
familiar.
AGITACION
Qué es la agitación
• Se muestra inquieto/a.
• Anda con pasos rápidos.
• Se frota las manos.
• Repite preguntas.
• Muestra movimientos de balanceo.
• Se araña o rasca la piel continuamente.
• Golpea la puerta con el pie.
• Juega con los tiradores de las puertas.
• Cambia los muebles de lugar.
• Intenta escapar de la casa.
• Abre todos los grifos.
• Agita los brazos.
• Hace ruidos sin finalidad aparente.
• Gime, se lamenta o solloza.
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circunstancias es mucho más fácil tomar medidas para corregirlo. En las páginas
siguientes pueden encontrarse algunas de las causas más comunes del
comportamiento agitado y la forma de superarlas.
Causas de la agitación
• Problemas de salud
En ocasiones, algunos problemas de salud o el consumo continuado de determinados
medicamentos pueden causar agitación, por lo que es conveniente consultar con el
médico. Esto es especialmente importante si los síntomas de agitación son
repentinos y se acompañan de otros síntomas (por ejemplo, confusión y taquicardia).
Si la causa es un problema médico, un tratamiento adecuado hará que desaparezca.
• Demencia
Las personas que padecen demencia en una fase temprana o media, son conscientes
de que su memoria empeora progresivamente. Darse cuenta de que no pueden
recordar nombres de personas conocidas, localizar objetos familiares, escribir de
forma inteligible o encontrar la palabra precisa es muy frustrante para ellos. Durante
estas fases suele ser frecuente que la persona se muestre agitada o, incluso,
agresiva. Este tipo de agitación provocada por la frustración reaparece
ocasionalmente en fases avanzadas de la enfermedad.
• Alucinaciones
En algunas ocasiones, las personas que padecen demencia y se encuentran en fases
avanzadas de la enfermedad, se muestran agitados sin que exista una causa
aparente. Puede ser debido a que están reaccionando ante una alucinación visual o
auditiva que les causa pánico (por ejemplo, dando palmadas al aire). Algunos
cambios en el entorno de la persona, en la rutina diaria o, incluso, movimientos
rápidos de objetos o personas pueden provocar también este pánico.
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siempre que la agitación no sea muy intensa o peligrosa para él o ella o los demás, la
mejor solución es ignorar tal comportamiento no hablándole, ni intentando razonar,
etc. Puede que, al principio, al no recibir atención muestre una mayor agitación. No se
preocupe. Es normal que aumente la agitación para obtener la misma atención que
recibía antes. Es muy importante, además de no prestar atención a su familiar,
cuando manifieste agitación, que sea usted especialmente amable y atento cada
vez que se muestre tranquilo o agradable. Esta misma forma de actuar debe seguir
todas las personas que rodean al familiar.
• Transmítale calma
Muéstrele comprensión y seguridad, ya que ello hará que su familiar se sienta mejor.
Acérquese a su familiar con calma y ánimo tranquilizador. Háblele en un tono
pausado, disminuya la estimulación ambiental (apague o baje la TV o radio, cierre la
ventada, pida a sus familiares que bajen la voz y limiten los movimientos, retire los
objetos peligrosos de la vista) y no le presione. Háblele sosegadamente. Asegúrese
de que lo que le está diciendo coincide con la forma en que se lo dice, es decir, no
diga algo tranquilizador («Calma», «tranquilo») mientras está mostrando nerviosismo
o fastidio por esta misma situación. Reduzca el movimiento. Presione suavemente el
brazo, pierna o parte del cuerpo donde se manifiesta la agitación y pídale a su
familiar, con amabilidad, que cese el movimiento, reduciendo el contacto
progresivamente hasta que cese la agitación.
• Distráigale
Si su familiar tiene problemas de memoria y se olvida de los sucesos rápidamente,
entreténgale cuando está intentando recordar lo que le preocupaba para que de esta
forma cese su agitación y sufrimiento.
Qué hacer para prevenir la agitación en personas con confusión mental
Para prevenir la agitación en personas con confusión mental son útiles las siguientes
recomendaciones:
• Adecúe el ambiente
Mantener una buena iluminación (natural o artificial) en los lugares donde
habitualmente esté su familiar.
Poner música suave. Si se usan auriculares ayudarán a aislarse del ruido.
Favorezca la orientación en la casa. Sitúe indicadores para facilitar que su familiar se
sienta seguro.
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• Favorezca la tranquilidad
Se pueden utilizar cintas de relajación. Preferiblemente con auriculares ya que ayudan
a aislarse del ruido. También es recomendable evitar excitantes. Especialmente las
bebidas como el café, té, colas, o bebidas alcohólicas.
También puede resultar útil ofrecerle objetos para que se entretenga. A veces, un
simple monedero es suficiente. Anímele a realizar ejercicio físico, por sencillo y pasivo
que sea éste. Un pequeño masaje también puede tener efectos muy beneficiosos.
• Evite traslados
Evite a su familiar siempre que sean posibles los traslados de domicilio. En caso
contrario, trate de paliar los efectos negativos del traslado procurando una similitud
entre los diversos domicilios. Por ejemplo, puede hacer que se parezca su dormitorio
en las distintas casas, incluso trasladando algunos objetos fáciles de transportar (un
cuadro, un silla, etc.).
• Si se produce al atardecer
Durante la última parte de la tarde y noche, algunas personas mayores experimentan
un aumento en la agitación. Para prevenir y reducir la agitación puede actuar de la
siguiente manera:
DEAMBULACIÓN
LAS IDAS Y VENIDAS
Qué es la deambulación
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• Se sienten inquietas.
• Son incapaces de permanecer sentadas.
• Andan por el mismo lugar repetidas veces.
• Se balancean de un pie a otro.
• Suelen intentar salir de la habitación dónde se encuentran.
• Tocan los tiradores de las puertas u otros objetos repetidas veces.
• Buscan sensaciones táctiles y auditivas (dan palmadas o hacen rodar
objetos).
Causas de la deambulación
La deambulación, común entre personas que sufren algún tipo de demencia, puede
ser debida al deterioro de la memoria y a la incapacidad para razonar. Sin embargo,
este problema no afecta sólo a personas con demencia, sino también a aquellas que
tienen un grado importante de dependencia por otras causas. En general, la
deambulación se produce como resultado de las condiciones en las que vive la
persona y el deterioro en el funcionamiento de su memoria. Algunos factores que
favorecen la aparición de la de ambulación son los siguientes:
• Soledad
Algunas personas mayores que tienen sentimientos de soledad buscan en el
movimiento una forma de comunicación. Por este motivo, es más común entre
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• Aburrimiento y frustración
Algunas personas que tienen necesidad de actividad física reaccionan mediante la
deambulación. También puede ser una respuesta ante el olvido de una acción que la
persona quería hacer.
• Desorientación
La deambulación puede darse en lugares que resultan desconocidos. Se produce
cuando existe un cambio de domicilio (traslado, rotación entre la casa de los hijos,
vuelta de un hospital o de una residencia) y suele agravarse por la noche, ya que el
silencio y la oscuridad hacen que se pierda el contacto con la realidad, o que se
malinterpreten las sombras, las forma de los objetos o se reaccione ante ruidos
inesperados.
• Captar atención
Si la persona no recibe una atención suficiente de sus familiares o siente que se le
dedica poco tiempo, la de ambulación se convierte en una forma de atraer más
atención de su familia. Esto es especialmente cierto en personas que ven pasar las
horas sin hacer nada, tienen sentimientos de soledad o se sienten abandonadas.
• Molestias físicas
Una persona que siente dolor puede empezar a moverse para distraer la mente de la
sensación dolorosa. También puede ser que tenga necesidad de ir al baño o que
sienta frío o calor. Este tipo de motivos es especialmente importante en personas con
demencia, debido a los problemas que tienen para comunicar sus necesidades.
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• Mantenerse localizado
Si usted tiene que salir, asegúrese siempre de que su familiar sepa dónde puede
localizarle, por ejemplo, anotando en una pizarra los detalles de sus movimientos
(dónde está, cuándo regresará, número de teléfono en el que localizarle, etc.).
• Favorecer la actividad
Intente que su familiar se mantenga activo, haciendo tareas que le interesen y
distraigan. Procure que practique sus aficiones favoritas (jugar a las cartas u otros
juegos de mesa, realizar algunas tareas para el cuidado de plantas, ayudar en la
preparación de la comida, etc.). Una buena forma de calmarle es salir con él a dar un
paseo por la calle o un parque, siempre y cuando sus condiciones físicas lo permitan.
• Fomentar la comunicación
La relación con otras personas aleja los sentimientos de soledad. Favorezca que la
persona a la que cuida converse con otras personas o con usted mismo. Será
gratificante para ambos.
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• Fomentar el ejercicio
Para controlar la deambulación, anime a su familiar a dar paseos al aire libre, o
realizar una sencilla tabla de gimnasia. Esto es muy recomendable no sólo para
quienes anteriormente tenían costumbre de hacer ejercicio o llevaban vidas muy
activas, sino en todos los casos, ya que previene algunas enfermedades y facilita que
por la noche se duerma mejor. Los ejercicios físicos deberían ser muy sencillos y
graduales.
• Distraer
Cuando la persona esté deambulando, intente distraerle de ese comportamiento
hablando de otras cosas, cogiéndole de la mano o del brazo y conduciéndole a un
lugar seguro. El objetivo es conseguir que abandone la de ambulación y pueda
entretenerse con otra actividad, por ejemplo, hablando del pasado, viendo fotografías,
etc.
«Le llevas a pasear en coche y pide socorro gritando que le raptas. Grita, llora y
golpea las puertas del automóvil. Te acusa de querer matarle o de robarle. No te
reconoce, te toma por un extraño y cree que quieres pegarle».
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Situaciones como esta no es muy frecuente entre las personas mayores, aunque
cuando ocurren causan un gran malestar a ellas mismas y a sus familiares.
Básicamente, las alucinaciones se producen en personas con demencia en una fase
avanzada de la enfermedad, aunque también pueden estar originadas por otras
causas (ciertos medicamentos, depresión severa, lesión cerebral, un cambio de
residencia, etc.). Cuando ocurren provocan en los familiares un grave conflicto,
porque éstos no saben cómo actuar ante una situación que les produce un intenso
impacto emocional (depresión, ganas de llorar, ira...) y físico (cansancio).
• Mantener la calma
Si permanece tranquilo podrá transmitir tranquilidad a la persona que en ese
momento se encuentra asustada por las alucinaciones que sufre.
• Identificarse
Diga su nombre, sitúese frente a su familiar, permanezca dentro de su campo visual,
así él o ella podrá reconocerle y sentirse más confiado y protegido por alguien que no
le es extraño.
• Distraer
Procure que realice otra actividad para que deje de preocuparse por lo que le acaba
de pasar (puede decirle por ejemplo: «Vamos a la cocina; tomaremos un vaso de
leche caliente o algo similar».
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• Explicar la situación
Si las alucinaciones ocurren en público no se avergüence, guarde la calma y explique
la situación a las personas presentes. Recuerde que nadie es culpable de lo que está
sucediendo, tan sólo es una manifestación más de la enfermedad. No hay nada por lo
que avergonzarse.
• Dejarlas pasar
Si las alucinaciones no entrañan un peligro para su familiar u otras personas, puede
ser una alternativa dejar, simplemente, que ocurran.
Ver ejemplo a continuación:
• Discutir
No discuta con la persona que sufre alucinaciones ni tampoco niegue que lo que ve u
oye sea real. No sólo no le convencerá de ello, sino que hará que se sienta aún más
nervioso y frustrado.
• Responderle
No es necesario que le diga que está de acuerdo con él, ni tampoco que discrepe;
simplemente no le conteste o déle una respuesta que no le comprometa (por ejemplo,
sí su familiar oye voces, usted puede decir: Yo no oigo las voces que oyes tú, pero me
imagino que te harán sentir miedo).
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Fernández, María Izal; Montorio C, Ignacio; Díaz V, Pura. (2002) CUANDO LAS
PERSONAS MAYORES NECESITAN AYUDA. IMSERSO. ED. Artegraf.
Díaz Veiga, P., Montorio, I.,e Izal, M.(1995) programas de intervención psicosocial
dirigido a familiares. Solidaridad intergeneracional. Apoyo informal. Madrid:
IMSERSO.
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Capítulo 2
La mayor parte de los adultos mayores de edad avanzada disfrutan de una salud que
les permite vivir de forma independiente y realizar múltiple actividades y tareas sin
depender de nadie. Sin embargo, algunas de ellas requieren ayuda para
determinadas actividades necesarias para su vida diaria. Las necesidades de estas
personas pueden incluir desde una ayuda mínima hasta un grado importante y
continuo de ayuda, por ejemplo la higiene personal, También puede ser necesario
proporcionarles ayuda para que mantengan una adecuada relación con sus
semejantes y con el mundo en el que viven. En general, la gente que vive hasta una
edad muy avanzada suele acabar requiriendo, en algún grado, ayuda de otros
miembros de la familia, amigos, o vecinos para distintas facetas de su vida diaria.
En la mayor parte de los casos, la familia cuida con dedicación y afecto a los
familiares, respondiendo así a sus necesidades. Aún cuando la ayuda que
proporcionan las instituciones, es importante, los miembros de la familia son sin duda
una fuente principal de apoyo y ayuda para las personas mayores. Todos sabemos
que la ayuda que proviene de la familia es en principio, la mejor que se puede ofrecer
a los adultos mayores y que recibir esta ayuda es una buena forma de que los adultos
sientan que sus necesidades físicas, sociales y afectivas están resueltas. Sin
embargo, quienes cuidan no siempre están preparados para responder ante las
tareas, tensiones, y esfuerzos que supone el cuidado. Cuidar implica muchas y
variadas actividades. Es difícil, señalar cuales son con exactitud estas tareas ya que
depende de cada familia y de la persona a quien se cuida.
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• Hacer por su familiar pequeñas tareas de la vida cotidiana, por ejemplo llevarle
un vaso de agua, acercarle la radio, etc.)
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más fácil que de otros familiares, amigos, o vecinos o instituciones, ya que la ayuda el
cónyuge se ve tanto como obligación transmitida de generación a generación, como
una muestra de cariño y agradecimiento por los años de convivencia. En el caso de
que los cuidadores sean hermanos o hermanas de la persona dependiente, también,
es más fácil aceptar la ayuda.
Relaciones familiares
Uno de los cambios que los cuidadores manifiestan de forma más clara respecto a su
situación se refiere a las relaciones familiares. En efecto, pueden aparecer conflictos
familiares por el desacuerdo entre la persona que cuida y otros familiares en relación
con el comportamiento y actitudes de estos últimos hacia la persona mayor o por la
forma en que se proporcionan los cuidadores.
Relaciones emocionales
Los cuidadores se ven expuestos a un buen número de emociones y sentimientos.
Algunas de ellas son positivas, como los sentimientos de satisfacción por contribuir al
bienestar de un ser querido. Pero también, frecuentemente, son negativas, como la
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Consecuencias laborales
Además de los cambios en las relaciones familiares y en el estado físico y psicológico
del cuidador, cuidar puede tener otras consecuencias. Los cuidadores que trabajan
fuera de casa suelen experimentar un conflicto entre las tares de cuidado y las
obligaciones laborales, al tener la sensación de estar incumpliendo tanto en el trabajo
(por absentismo, falta de puntualidad, etc.) como el cuidado del familiar. Incluso, no es
raro que el cuidador sé vera obligado a restringir su jornada laboral o a renunciar a su
trabajo.
Dificultades económicas
También son frecuentes las dificultades económicas, ya sea porque disminuyen los
ingresos o porque aumentan los gastos derivados del cuidado del adulto mayor.
Cuidar a distancia
En algunos casos, las personas que cuidan a un familiar viven lejos de éste. La mayor
parte de las veces, esta situación ocurre entre padres e hijos, bien porque viven en
diferentes ciudades o en puntos alejados dentro de una misma ciudad, bien porque
los padres se han trasladado a una residencia. Cuidar a los padres en la distancia
plantea problemas específicos desde un punto de vista práctico y emocional. Una
situación conflictiva que puede plantearse cuando el cuidador y su familia viven lejos
uno de otros es tener que decidir si los padres deben trasladarse a vivir cerca de los
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hijos. La distancia es muchas veces motivo de preocupación para los hijos e incluso
de sentimientos de culpa por no poder atender suficientemente a los padres.
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Capítulo 3
Los efectos de cuidar a un familiar varían de una persona a otra debido a las
diferencias que hay, tanto entre los cuidadores como entre las personas que reciben
los cuidados. No es lo mismo, por ejemplo, un cuidador o cuidadora que recibe el
apoyo del resto de la familia que otra persona que se encuentra sola ante la tarea de
cuidar a su familiar, como tampoco es lo mismo cuidar a una persona con demencia
que a alguien que tiene problemas para moverse. Igualmente, es distinto cuidar a
alguien que vive en casa que seguir cuidando a una persona cuando ha ingresado en
una residencia. Y, así, podríamos seguir enumerando un sinfín de diferentes
situaciones que afectan a los cuidadores.
Muchas de las personas que tienen la experiencia de cuidar a un familiar suelen aludir
a dos motivos por los que han decidido cuidarse más a sí mismos. El primer motivo es
mantener su propia salud y bienestar. Cuidar a una persona supone un exceso de
trabajo y, como consecuencia, no se encuentra tiempo suficiente para atender las
propias necesidades. Es posible que no se descanse lo suficiente, que no se dedique
tiempo a disfrutar de actividades agradables, que se hayan reducido al máximo las
salidas con amigos o, incluso, que apenas se salga de casa. No es extraño que
muchas de las personas que cuidan a un familiar mayor, en determinados momentos,
se sientan cansados y tengan sentimientos de malestar, soledad y tristeza. El
segundo motivo para cuidar más de uno mismo es el propio bienestar de la persona
a la que se cuida. Usted mismo, posiblemente, habrá experimentado que en los días
en que se encuentra más relajado, descansado y de buen humor le resulta más fácil y
menos costoso realizar las tareas que implica atender a su familiar. Esto significa que
cuando mejor se encuentre, mejor podrá atender a su familiar y, por tanto, también él
o ella se encontrarán mejor.
Ahora bien, usted puede pensar « ¿cuidarme yo? ¡Si todo el tiempo lo dedico a cuidar
a mi familiar!». Este comentario y otros similares («ni un día entero puedo irme de
excursión, ni de vacaciones, ni de nada», «estoy siempre agobiada», «voy corriendo a
todas partes, siempre me falta tiempo» son frecuentes entre los cuidadores. Es
normal pensar así, no les falta razón. Sin embargo, también hay personas que llegan
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Lo que sigue a continuación son pautas de actuación que ponen en práctica los
cuidadores que deciden cuidar de sí mismos. Veamos como actúan.
• Pararse a pensar
Dedican un tiempo a reflexionar hasta qué punto puede ser necesario cuidarse más,
incluso lo comentan con familiares y amigos.
Algunos cuidadores llegan a tener tanta práctica que, cuando se sienten desbordados,
piensan «esto es una señal para tomarme un respiro y pararme a pensar sobre cómo
recuperarme». Por ejemplo, cuando les duele la cabeza o notan que se enfadan
fácilmente, lo toman como una señal de que deben prestarse más atención a sí
mismos. Para saber cómo le está afectando cuidar de su familiar y si es conveniente
que comience a dedicarse más atención a usted mismo, le proponemos un ejercicio
que puede orientarle. A continuación se presenta una lista de posibles «señales» de
agotamiento y estrés. Después de leerla, marque aquellas que se aplican a su caso y,
de esta forma, podrá saber hasta qué punto usted necesita cuidarse.
Posibles señales de alerta:
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• Consultan a profesionales
Médicos, gerontólogos, geriatras, personal de enfermería, son profesionales que
pueden ayudar a los cuidadores a resolver situaciones difíciles. Por eso, es
aconsejable recurrir a ellos cuando detectemos «señales» de alerta de las que
hablábamos anteriormente, cuando la situación nos «supera» o cuando no sepamos
cómo resolver un problema concreto. Es importante no esperar a que la situación sea
desesperada para recurrir a un profesional, sino hacerlo antes de que esto llegue a
ocurrir.
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cualquier otra persona. Una buena forma de combatir esta tendencia a cuidar más de
lo que es necesario consiste en dejarse ayudar. En otras ocasiones, es la persona
que está siendo cuidada quien demanda más cuidados y atención de lo necesario. En
este caso, por el bien de ambos, el cuidador puede poner límites sabiendo decir no.
• Dejarse ayudar
Implica no solo saber aceptar la ayuda de otras personas (familiares, amigos,
vecinos), sino también aceptar el modo en que los demás nos ayudan. Si usted es
el cuidador o cuidadora principal de su familiar y, por tanto, tiene más experiencia en
las tareas que implica su cuidado, puede sugerir a los demás cómo hacerlas mejor en
lugar de intentar que las hagan exactamente como usted. De esta forma, además de
evitar conflictos, se consigue más fácilmente que los demás colaboren con nosotros
en el cuidado.
Para resolver este tipo de situación, hay que pensar en poner límites para que siga
existiendo una buena relación con la persona a la que cuidamos. Saber «decir no» de
forma adecuada, de manera que no nos sintamos mal por ello ni tampoco
ofendamos a la otra persona, es fundamental.
Planifican el futuro
Anticiparnos a los problemas es una buena forma de cuidar de nosotros mismos y del
familiar a quien cuidamos. Prever las situaciones difíciles es algo que puede evitarnos
muchos problemas y una buena fórmula para ello es planificar el futuro. Es
conveniente hacerlo cuanto antes, implicando al familiar que recibe el cuidado en
todas las decisiones que sea posible (legales, económicas, o de otro tipo) y tomando
decisiones antes de que la situación sea crítica (traslado a una residencia,
agravamiento de una enfermedad, etc.).
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En cualquier caso, hay que tener en cuenta que muchos de los dilemas a los que se
enfrentan las personas que cuidan a un familiar no tienen una única solución. Una
misma situación (por ejemplo, ingreso del familiar en una residencia, distribución del
cuidado entre los miembros de la familia, herencia, etc.) puede resolverse de distintas
formas, cada una de las cuales tendrá ventajas e inconvenientes.
Utilizar un mediador
Pedir la colaboración de un «mediador». En algunos casos, especialmente si existen
desacuerdos marcados entre los familiares acerca de algunas decisiones (cuáles van
a ser las responsabilidades de cada uno de ellos en el cuidado, administración de
asuntos económicos, traslado a una residencia, etc.) puede ser conveniente que
alguien ajeno a la familia, por ejemplo un amigo de la familia, un profesional, actúe
como mediador para guiar las conversaciones, favorecer el intercambio de opiniones
y orientar en la toma de decisiones.
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Dormir lo suficiente
Dormir es una de las necesidades vitales. Sin un sueño reparador, las personas
podemos tener una multitud de problemas: falta de atención, propensión a los
accidentes, irritabilidad, quedarse dormido en situaciones peligrosas, etc. Para los
cuidadores la falta de sueño es un problema frecuente, porque muchas veces cuidar
de un familiar significa tener que atenderle también por la noche y, en consecuencia,
su bienestar físico y psicológico se ve alterado. Todo ello puede ocasionar un
aumento de la tensión emocional del cuidador y llegar a afectar a su forma de
relacionarse con sus familiares y, en último término, dar lugar a estrés y sentimientos
de culpa por no tratarle tan bien como le gustaría.
Existen distintas razones por las que el cuidador no puede dormir lo suficiente. En
cada caso, la solución será diferente. Si la causa del problema es que el familiar
necesita ser atendido por la noche, en el caso de que vivan otras personas en casa,
se pueden hacer turnos para aliviar el trabajo que supone esta atención continua, o
bien contratar los servicios de profesionales durante algunos días a la semana.
También puede ser que usted tenga demasiadas tareas que hacer durante el día y
que, por ello, no disponga de tiempo para dormir lo suficiente. Si es así, piense que no
necesariamente ha de hacer absolutamente todo lo que se propone cuando se
levanta por la mañana, sino sólo aquello que es estrictamente necesario y dedique
algunos momentos del día a descansar. Esto le hará sentirse mejor y, además, le
ayudará a rendir más. Puede ser una buena idea descansar durante los momentos
del día en los que su familiar descansa (por ejemplo, la hora de la siesta). Otra causa
frecuente de que el cuidador no pueda dormir lo suficiente es la de ambulación
nocturna de su familiar.
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Evitar el aislamiento
Muchos cuidadores, como consecuencia de un exceso de trabajo, se distancian de
sus amigos y familiares cuando la persona a la que cuidan requiere una dedicación
intensa. Esto puede llevar a una situación de aislamiento que aumenta en el cuidador
la sensación de «sobrecarga» y estrés y que le puede ocasionar problemas físicos y
psicológicos.
Para evitar que esto ocurra, una buena solución es que el cuidador disponga de algún
tiempo libre para hacer actividades que le gustan, mantener alguna afición, estar con
otras personas. Si usted tiene dificultades de tiempo y es necesario que otras
personas le sustituyan durante algún tiempo para quedarse cuidando de su familiar, le
recordamos que pedir ayuda puede dar muy buenos resultados. En cualquier caso, es
importante mantener las amistades de siempre y dedicar un tiempo a estar con ellas.
Además de pedir ayuda a otras personas, las sugerencias que vienen a continuación
también pueden ser útiles para combatir el aislamiento.
Salir de casa
Dedique algún tiempo a estar fuera de casa. Tal vez al leer esto usted piense «me
parece muy bien, pero ¿con quién dejo a mi marido (padre, hermana, etc.)?».
Evidentemente no es fácil, pero es importante buscar alternativas, ya que si no
contamos con momentos para estar fuera de casa, visitar a alguien, pasear, estar con
amigos, etc., podríamos llegar a tener la desagradable sensación de vivir
«atrapados». Para que esto no ocurra, podemos pensar qué familiares o amigos
podrían quedarse en algunos momentos del día con nuestro familiar. Anímese a
pedirles que lo hagan. También, dentro de su misma familia, ocasionalmente algunas
personas le pueden facilitar que descanse durante un fin de semana. Le recordamos
que puede recurrir al centro de servicios sociales de su barrio o Ayuntamiento y
asociaciones de voluntarios, solicitar los servicios de ayuda a domicilio, estancias
temporales, etc. En cualquier caso, lo aconsejable es que estos momentos de
descanso tengan lugar con cierta regularidad, para que le sea posible descansar y
recuperarse.
Por eso, en el caso de que se hayan ido abandonando aficiones, actividades, contacto
con amistades, etc., es conveniente que poco a poco se vayan incorporando otra vez
a nuestra vida. Así, se puede empezar por hacer una lista de actividades que nos
gustaría hacer y, a partir de ahí, elegir las que resulten más viables y comenzar
haciendo éstas. Gradualmente se podrán ir seleccionando otras actividades de
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nuestro agrado para incorporarlas a nuestra vida y, de esta forma, conseguir que el
disfrute personal sea una parte natural de nuestra vida.
Descansar
Las personas que están cuidando a una familiar se ven sometidas a lo largo del día a
un esfuerzo continuo. Por ello, es importante que intenten introducir en su vida diaria
momentos de descanso sin necesidad de salir de su casa ni dejar solo a su familiar.
Nos referimos a formas sencillas de distraerse y «tomar un respiro» para relajarse.
Por ejemplo, respirar profundamente durante unos instantes, mirar durante un tiempo
a lo lejos por la ventana, pensar durante unos momentos en algo agradable, hacer
una breve interrupción en el quehacer cotidiano para descansar, darse una pequeña
satisfacción como tomar un refresco, etc. También puede ser muy útil practicar alguna
técnica de relajación. Tal vez usted conoce alguna, pero si no así, éste puede ser un
buen momento para aprender. Al final de este capítulo, se explican distintas técnicas
de relajación que se pueden aprender fácilmente dedicándoles una mínima cantidad
de tiempo.
Organizar el tiempo
La falta de tiempo es una de las mayores preocupaciones de los cuidadores: tiempo
para sus propias necesidades, para cuidar a su familiar, para atender a otras
personas de la familia, para sus responsabilidades laborales, para estar con amigos,
etc. El tiempo siempre es limitado y ejerce una gran presión sobre los cuidadores, que
se sienten en muchas ocasiones «superados» por múltiples obligaciones y tareas que
deben realizar a la vez. Intentar combinar de la mejor manera posible nuestras
obligaciones, necesidades y cantidad de tiempo del que disponemos es algo que sin
duda, puede ayudarnos a aprovechar mejor el tiempo y, como consecuencia, a vivir
mejor. Para ello, se proponen seguidamente algunas ideas basadas en la experiencia
de cuidadores que han intentado poner en práctica «fórmulas» para aprovechar su
tiempo al máximo:
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Puesto que reconocer nuestros sentimientos es el primer paso para tener control
sobre ellos, vamos a ver seguidamente cuáles son los más frecuentes entre los
cuidadores, por qué motivos aparecen y, posteriormente, qué se puede hacer para
controlarlos. Los sentimientos más habituales entre las personas que cuidan a algún
familiar mayor son el enfado, la tristeza y los sentimientos de culpa.
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Es posible que usted, como otras personas en su misma situación, tenga sentimientos
de culpa en algunas ocasiones. Hay diversos motivos que provocan fácilmente estos
sentimientos. Por ejemplo, ser demasiado exigente con uno mismo es una causa
frecuente de que se experimenten sentimientos de culpa; si un cuidador piensa que
tiene que resolver todas las necesidades y deseos de su familiar, es muy probable
que pueda cumplirlos todos y que, finalmente, se sienta culpable por ello. En estos
casos el cuidador suele pensar en la forma «debería» («debería ser capaz de
hacer...» «Debería atenderle más», «debería tener más paciencia», etc.). Además,
existen otras razones frecuentes por las que los cuidadores se sienten culpables y
que se encuentran en el recuadro siguiente.
Aunque es difícil hacer desaparecer por completo los sentimiento de culpa, siempre
es posible, al menos, intentar que disminuyan.
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Una última forma de prevenir los sentimientos de culpa consiste en equilibrar nuestras
obligaciones y derechos como cuidadores. Piense que, como cuidador, usted también
tiene sus derechos.
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Ejercicios de relajación
A continuación se describen algunos ejercicios de relajación. Estos ejercicios son muy
sencillos y aprenderlos le ayudará no sólo a mantener la calma en numerosas
situaciones difíciles de su vida, sino también a sentirse mejor en general.
Puede empezar por leer todos ellos y después practicar el que más le guste o el que
le parezca más fácil. Una vez que lo haya aprendido, vaya incorporándolo poco a
poco a su vida cotidiana. En este momento se podrá decir que conoce una técnica
de relajación que puede utilizar cuantas veces desee. Usted puede decidir si le
interesa aprender más de una, en cuyo caso dispone de dos ejercicios más cuya
práctica le llevará a conocer otras técnicas de relajación.
RELAJACIÓN
RELAJACIÓN
Ejercicio 2: La palabra
Póngase en una posición cómoda, cierre los ojos y respire lenta y tranquilamente
como en el ejercicio. Mientras sigue respirando lentamente, piense en las palabras
«calma», «relax», «tranquilo», «relajado», «calmado» u otra similar. Elija una de ellas.
Esta palabra servirá de llave para su relajación. Tómese el tiempo necesario para
elegirla. Una vez elegida la palabra, repítala mentalmente. Siga respirando lenta y
tranquilamente. Ahora, tome aire y al expulsarlo diga mentalmente la palabra que ha
elegido. Tome aire otra vez y, mientras lo expulsa, vuelva a repetir mentalmente la
palabra elegida. Hágalo de una forma lenta, tranquila. Continúe respirando lentamente
y, al expulsar el aire, repita mentalmente la palabra. Lleve a acabo este ejercicio
durante unos minutos. Es posible que mientras esté practicando este ejercicio
aparezcan pensamientos o imágenes que le distraen. No se preocupe por ello.
Simplemente vuelva otra vez de forma tranquila a repetir la palabra elegida. Continúe
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Recuerde:
• Póngase cómodo.
• Cierre los ojos.
• Respire lenta y tranquilamente.
• Elija su palabra clave («calma», «relax», «tranquilo»).
• Tome aire y al expulsarlo repita mentalmente la palabra elegida.
• Después de unos minutos, abra los ojos.
RELAJACIÓN
Ejercicio 3: El mar
Siéntese en posición cómoda. Cierre los ojos. Respire lenta y tranquilamente,
concentrándose en su respiración, sintiendo cómo el aire entra en su cuerpo y cómo
sale de él. Mientras continúa respirando lentamente, piense en una playa tranquila.
Imagínese la orilla del mar. Vea cómo el agua del mar se acerca y se aleja de la
arena, imagínese el movimiento ondulante y tranquilo del mar.
Recuerde:
• Póngase cómodo.
• Cierre los ojos.
• Respire lenta y tranquilamente.
• Piense en una playa tranquila.
• Imagine que el mar se acerca a la playa cuando usted toma aire y se aleja
cuando usted expulsa aire.
• Después de unos minutos, abra los ojos.
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RECUERDE
Son varias las formas en las que el cuidador puede cuidar de sí mismo:
• Pedir ayuda.
• Reunir a servicios, instituciones y asociaciones.
• Poner límites a la cantidad de cuidado que presta.
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Qué hacen los cuidadores que mantienen una buena comunicación con su
familiar.
Los cuidadores que tienen una buena relación con sus familiares poseen una buena
capacidad para comunicarse con ellos. Algunas de las razones por las que consiguen
comunicarse de una manera efectiva y satisfactoria con sus familiares son los
siguientes:
• Escuchan atentamente
Prestan atención a lo que la otra persona dice y la forma en que lo dice. Escuchar a
alguien cuando habla hace que se sienta comprendido y, también, hace que la
persona que escucha se convierta en alguien importante y de confianza ante los ojos
del otro.
• Observan a su familiar
Valoran en qué situación se encuentra su familiar. Una observación cuidadosa se
puede ayudar a interpretar adecuadamente cuál es el estado emocional de nuestro
familiar en ese momento, qué necesidades tiene o cómo se siente.
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• Evitan generalizar
Evitan el uso de términos del tipo «siempre», «todo» o «nunca». Son expresiones que
se usan muchas veces para juzgar el comportamiento de otras personas a partir de
un solo hecho. Por ejemplo, si a nuestro familiar se le han olvidado algunas veces las
llaves de casa no le diremos «siempre te olvidas de todo». Esta frase hará que se
juzgue a sí mismo como alguien inútil para cualquier cosa y no como quien
simplemente se ha olvidado algunas veces las llaves.
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Las sugerencias que se han incluido en el apartado anterior son un buen primer paso
para comunicar afecto, pero, además, nuestros familiares se sentirán apoyados
cuando seguimos las siguientes pautas:
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complejas, ante las que son posibles diversas respuestas. Por ejemplo, « ¿Qué
quieres comer?» ya que tiene tantas posibles respuestas que puede dificultar
que su familiar responda.
• Simplifique lo que quiere decir. Utilice palabras familiares y conocidas. Evite
largas parrafadas que contribuirían a una mayor confusión de su familiar. Una
información sencilla y breve ayudará a que se sienta orientado y seguro.
• Escúchele pacientemente pensando que va a comprenderle. Aunque, en
ocasiones, no le pueda entender pese al empeño que pone, otras veces podrá
entenderle.
• Mantenga la calma. Intente sonreír y mostrar sentido del humor. Una
respuesta de impaciencia o agresividad, sólo lleva a provocar un conflicto. En
situaciones donde la persona mayor parezca preocupada y tensa, el cuidador
debe responder con tranquilidad. Es preferible utilizar diferentes palabras y
frases, pensando qué es lo que puede querer su familiar y manteniendo la
calma. Puede acompañar todo ello de una sonrisa y tocar a su familiar o
cogerle suavemente de las manos para tranquilizarle.
• Una respuesta de impaciencia y fastidio es inadecuada porque la persona
mayor no está orientada en el tiempo y por lo tanto no entiende la
respuesta. Además es importante saber que si hace siempre esa misma
pregunta se debe a que es importante para él y no porque voluntariamente
quiera molestar. En la otra respuesta, el cuidador mantiene la calma y contesta
a la pregunta indicando una actividad (hora de comer) y lo hace de forma
pausada utilizando un lenguaje claro y sencillo, mientras le sonríe. De esta
manera su padre se sentirá orientado y seguro.
• No intente razonar ni aplicar la lógica con su familiar. A veces, la persona
que padece demencia vive en su propio mundo, siguiendo su propia lógica y
realizando acciones de difícil comprensión para las personas que no sufren tal
enfermedad (por ejemplo, ponerse la ropa interior sobre la exterior). A veces
puede ser conveniente seguir la realidad que vive el enfermo aunque realice
actos que no sean lógicos para los demás. Mientras su actividad no sea
peligrosa para él o para los demás miembros de la familia, deje que la continúe
aunque no sea del todo lógica ni comprensible para usted. Esto transmite
seguridad a su familiar.
• Elimine la utilización de la expresión « ¿no recuerdas?». El enfermo de
Alzheimer va perdiendo la memoria con el tiempo. Por esta razón habrá cosas
que no pueda recordar y se sentirá frustrado. Sea comprensivo en estos
momentos. Preguntarle si recuerda algo le pone en un aprieto. Es necesario
vigilar y evitar las expresiones que examinen la capacidad de memoria de su
familiar. Así, utilizar expresiones tales como ¿Cuándo hiciste...? o ¿Cuánto
tiempo hace que...? pueden causarle frustración. Por ejemplo, es preferible
decir «aquí está tu prima Carmen» en lugar de « ¿No recuerdas a tu prima
Carmen?».
• Déle la oportunidad de responde. Lo que parece un silencio largo e inútil
para usted, puede significar que su familiar está concentrándose,
comprendiendo lo que acaba de decirle y buscando una respuesta. Si no
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RECUERDE
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En definitiva, cuando las personas de más edad tienen alguna incapacidad para
realizar las actividades de la vida diaria, suelen recibir con prontitud la atención y «la
ayuda» de quienes les cuidan. De esta forma, nuestros familiares mayores, cuando se
comportan de modo dependiente, consiguen la atención y el apoyo de los que les
cuida. Por tanto, no se favorece que se esfuercen por ser autónomos e
independientes. En definitiva, las actitudes y los comportamientos de los cuidadores
resulta, entonces, decisivos para favorecer la independencia de sus mayores.
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Luisa, que cuida a su madre con problema de artritis, piensa «en realidad ya no puede
bañarse sola. Está demasiado torpe y enferma. No hay más que verla. De ahora en
adelante, tendré que bañarla yo».
Cuando dice «ya no puede bañarse», presupone que su madre no puede valerse por
sí misma.
Cuando dice «tendré que bañarla yo» se obliga a dedicar más tiempo al cuidado.
Así, no permite que la persona a la que cuida realice las actividades que todavía
puede realizar de forma independiente. La persona mayor perderá progresivamente
sus habilidades por falta de práctica.
Carmen que cuida a su madre, quien padece una enfermedad que dificulta su
movilidad piensa: «La verdad es que está muy torpe, pero una persona como ella, que
siempre ha sido tan limpia... seguro que todavía puede hacer alguna cosa para
bañarse. A lo mejor, enjabonarse o secarse con la toalla. Todo lo que sea capaz de
hacer por sí misma, es mejor que lo continúe haciendo. Ella se sentirá mejor y yo
también. Tendré que estar atenta y comprobar lo que puede hacer sola y ayudarle
sólo en lo que realmente necesita»
Cuando dice «la verdad es que está muy torpe», es consciente de las limitaciones de
la persona que cuida.
Cuando dice «seguramente, hay algo que puede hacer todavía», deja abierta la
posibilidad de que pueda valerse por sí misma en alguna medida.
Cuando dice «La observaré durante el baño para comprobar lo que puede hacer»,
averigua hasta qué punto realmente necesita ayuda.
Así, al ayudarla sólo en lo que necesita y animarla para que haga lo que todavía
puede hacer pasa a la acción, decidiendo con precisión en qué va a consistir su
ayuda y qué va a dejar hacer a su madre. La persona mayor continúa poniendo en
práctica las capacidades que posee y sintiéndose autónoma y segura para
determinadas actividades.
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Aseo personal
«No te preocupes por tu «Podrías afeitarte. Creo que
aspecto. No vas a salir» estarás mejor»
Incontinencia
«Te voy a cambiar de ropa. «Puedes cambiarte de ropa.
Estás mojada» Cuando termines te ayudo a
limpiar la silla»
Actividad
«Es mejor que te quedes en « ¿Qué tal si te levantas y
cama. Total, no tienes nada andas un poco?»
Que hacer»
Alimentación
«Yo te daré la comida. «Hoy vamos a comer antes
Vamos a llegar tarde» para que nos dé tiempo
A llegar a la hora»
Higiene y baño
«Déjame a mí la toalla. «Te doy la toalla para que te
Te seco yo» vayas secando por arriba.
Mientras, yo te voy secando
las piernas»
Vestido
«Déjame que te vista. «Elegimos la ropa que te vas
Tardamos menos» a poner y poco a poco te la
Vas poniendo. Llámame sí te
Hace falta ayuda»
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La actitud y la forma de actuar de los cuidadores pueden contribuir entonces a que las
personas mayores, aún con grandes niveles de dependencia, mantengan la confianza
en sí mismas y en su dignidad como personas. Por ejemplo, algunos familiares
tienden a resolver los asuntos de las personas mayores (gestiones en el banco,
consultas en el médico) sin que éstas participen en modo alguno. «No te preocupes
por nada», «Eso te lo arreglo yo»..., son comentarios que ilustran esta forma de
actuar...
Sin embargo, los cuidadores que fomentan la autoestima tienen en cuenta a las
personas que cuidan y les ofrecen su ayuda para que ellas continúen organizando y
resolviendo su asunto. «Si necesitas ayuda para ordenar los papeles del banco,
dímelo y te ayudaré en lo que no entiendas», «no te olvides de que tienes que
consultar algunas cosas al médico. Si quieres puedo ir contigo». Estas frases
ejemplifican formas de actuar de los cuidadores que ofrecen su ayuda para que sus
familiares continúen siendo responsables de todo aquello que les afecta.
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Sin embargo, los cuidadores que favorecen la autonomía, aunque no olvidan las
limitaciones de las personas mayores son «expertos» en detectar y potenciar las
posibilidades y habilidades de la persona a la que cuidan. Actividades como
lavarse, peinarse o bañarse se aprenden en la infancia y se practican diariamente, por
lo que son actividades muy bien aprendidas. Esto significa que aunque una persona
mayor tenga dificultades para realizar una actividad como, por ejemplo, bañarse, no
habrá olvidado todo lo que implica bañarse y, por tanto algunos pasos de esta
actividad sí podrá realizarlos con independencia. Puede que no sea capaz de
desnudarse por completo o entrar en la bañera pero sí de enjabonarse o secarse
algunas partes del cuerpo. Lo que tratamos de decirle es que si quiere descubrir las
capacidades de la persona a la que cuida, podrá hacerlo observando todas las
tareas (enjabonarse, secarse, meterse las mangas de la chaqueta, abotonarse, etc.)
que su familiar todavía realiza cuando está haciendo alguna actividad de su cuidado
personal (lavarse, vestirse, etc.). Este análisis detallado le resultará más útil cuanto
mayor sea el grado de dependencia de su familiar.
No haga por su familiar nada que éste pueda hacer por sí mismo
Es preferible actuar de tal forma que su familiar continúe haciendo todo lo que pueda
por sí mismo. No piense que no puede hacer alguna cosa sin antes comprobar que
realmente no puede. Por ejemplo, si su familiar va a salir del coche y presenta cierta
dificultad para moverse permita que, aún con esfuerzo, sea él o ella quien salga del
coche por sus propios medios. Además, si usted ha comprobado que es capaz de
hacerlo recuérdeselo y anímele a repetirlo en la próxima ocasión.
Ayúdele en las tareas que le resulten más difíciles (abrochar botones, por ejemplo),
pero colabore con él (animándole, diciéndole como hacerlo) para que continúe
haciendo por sí mismo tareas que le resulten más sencillas (ponerse o quitarse
prendas, por ejemplo). Si, en lugar de hacerlo así, usted hace las cosas por él, su
familiar acabará olvidando cómo hacerlas. Sabemos que actuar así no es fácil, sobre
todo cuando comprobamos que nuestro familiar sufre algo por el esfuerzo que tiene
que hacer se muestra molesto por nuestra aparente «comodidad». Si su familiar pone
objeciones o dificultades ante esta forma que tiene usted de actuar, responda
teniendo en cuenta las sugerencias que se presentan a continuación.
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Proponerle la actividad como algo que se pone a prueba y en lo que usted le está
ayudando:
• «Vamos a probar lo que puedes hacer. Yo te ayudaré».
• Sea constante. Si no consigue la colaboración de su familiar en los primeros
intentos, repase las sugerencias que se tratan en este capítulo de la guía, deje
pasar un tiempo e inténtelo de nuevo.
Ayudarle verbalmente
Usted puede ayudar a que su familiar haga una actividad diciéndole concretamente
lo que quiere que haga. Si, por ejemplo, quiere fomentar la autonomía en el vestido,
en lugar de decirle «Vístete sola», sería mejor decirle «ahora coge la blusa y mete el
brazo izquierdo por la manga izquierda».
Ayudarle a empezar
En algunos casos es necesario proporcionar una ligera ayuda física, tal como darle
una palmadita en la espalda, tocarle ligeramente el hombro o el brazo, etc. Este tipo
de ayuda se debe acompañar de alguna frase de ánimo. Así por ejemplo, si queremos
ayudar a nuestro familiar a que coma solo podemos decirle: «coge la cuchara» y a la
vez tocarle el hombro. Cuando coja la cuchara debe mostrar a su familiar su
satisfacción «muy bien, veo que puedes hacerlo solo». A continuación otro ejemplo:
AYUDA A EMPEZAR
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la cuchara y reconocerle el
esfuerzo realizado una vez
conseguido el objetivo.
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Facilitar la tarea
Busque y ponga en práctica cambios que lleven a que la persona mayor inicie la
actividad y la realice completamente o en parte. Así, por ejemplo, en el caso de la
compra, él o ella puede responsabilizarse de parte de las tareas (compras diarias),
mientras que usted puede participar en otras más costosas (compra semanal). En
cualquier caso, anímele y hable con él o ella para el reparto de responsabilidades.
Adaptar la vivienda
Contemple la posibilidad de efectuar cambios para que el domicilio sea más seguro.
Especialmente importantes son la instalación eléctrica de la casa y adaptaciones en la
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cocina (aumentar los puntos de luz, agrandar los números de los mandos de los
electrodomésticos, etc.) y en el cuarto de baño (suelos antideslizantes, barras de
seguridad, etc.).
Premiar la autonomía
Las personas mayores dependientes ganarán progresivamente más autonomía en la
medida que obtenga reconocimiento por sus intentos para ser más independientes.
Usted puede hacer que su familiar sea cada vez más autónomo si le hace saber su
satisfacción por lo que es capaz de hacer inmediatamente después de que lo haya
hecho. Por ejemplo, si su familiar se ha esforzado arreglándose por sí mismo para ir a
la calle muéstrele, antes de salir, su satisfacción, describiéndole el motivo de su
felicitación («cuánto me alegro de ver cómo te has arreglado tú solo») al tiempo que le
da una palmadita en la espalda o le agarra suavemente la mano.
Las personas mayores que tienen una buena opinión de sí mismas están más
satisfechas con su vida y tratan de mantener su independencia el mayor tiempo
posible.
Los cuidadores pueden influir mediante su trato cotidiano para que sus familiares
conserven sus sentimientos de utilidad y de valía personal. Las siguientes
recomendaciones pueden ayudar a conseguirlo.
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Si usted u otra persona próxima (familiares, médicos, etc.) consideran que su familiar
tiene que hacer cambios en su vida para estar mejor (hacer más cosas por sí
mismo, asumir responsabilidades, etc.), consúltelos con él para que los vea como
objetivos propios. Ayúdele a darse cuenta de las consecuencias positivas que para él
tendía realizar esos cambios, ofrézcale su ayuda y respete su decisión. Algunas de
las situaciones en las que también es especialmente necesaria esta consulta son:
Incluso si su familiar presenta una gran dificultad para mantener una conversación, es
aconsejable explicarle de una manera sencilla las decisiones o cambios que hay que
adoptar y la razón de los mismos.
Si su familiar es una persona que necesita mucha ayuda, puede resultarle útil
simplificar las tareas que le pide. Cualquier tarea por pequeña que sea puede
hacerse de forma gradual, paso a paso. Por ejemplo, si su familiar sufre demencia y
tiene problemas para recordar, usted puede pedirle que realice una actividad como
preparar la ensalada, diciéndolo de forma gradual los pasos que tiene que seguir
(lavar la lechuga, partirla, coger los tomates de la nevera, etc.). Es importante que le
anime después de cada paso y antes de continuar con el siguiente.
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Respete su intimidad
Muchas de las tareas relativas al cuidado llevan consigo una gran proximidad física
entre la persona mayor y su cuidador (baño, vestido, etc.). Esto puede suponer que,
a veces, los cuidadores tengan dificultades para hacerlas compatibles con el respeto
a la intimidad de la persona a la que cuidan. Costumbres como llamar a la puerta de
su habitación o el baño y esperar respuesta, indicar a la persona mayor que nos llame
cuando necesite ayuda para completar el baño el vestido, tener en cuenta sus deseos
de permanecer a solas, son ejemplos que pueden servir de orientación a los
cuidadores con el fin de salvaguardar la intimidad de la persona que cuidan.
RECUERDE
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GLOSARIO
Anciano, dícese de la persona que tiene muchos años y lo que es propio de ellos
(Enciclopedia universal).
Senectud, la edad senil, último período de la vida que comienza a los 60 años.
(Enciclopedia universal.)
Vejez, derivado de viejo, procede del latín veclus, vetulusm, que a su vez, viene
definida por la persona de mucha edad.
Edad biológica, impresión en la extensión del daño que tiene un individuo, según su
apariencia, debido al paso de los años.
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Longevidad- Máxima sobrevida, número teórico del máximo de años que puede
sobrevivir la especie en condiciones ideales; es intrínseca y fija genéticamente; es
específica a la misma especie
Vejez, o ancianidad es una etapa de la vida llamada tercera edad por algunos
autores. En cualquier forma, es la culminación del proceso de envejecimiento cuyo
principal factor lo constituye el tiempo, que incide por el mayor trabajo acumulado a
partir del normal funcionamiento del organismo y representado por el deterioro de
algunas glándulas y sus funciones.
La vejez como un estado del individuo supone una etapa de la vida la última.
Finalmente el envejecimiento es un largo proceso que ocurre si lo vemos desde una
amplia perspectiva desde el nacimiento hasta la muerte. La vejez, procede del latín
veclus, vetulusm que a su vez viene definido por la persona de mucha edad.
La vejez está en función del tiempo que transcurre para un determinado organismo
frecuentemente mediado según su edad.
La vejez se dice que comienza desde la concepción y el ser humano experimenta una
serie de cambios a lo largo de la vida, tras una etapa relativamente corta de desarrollo
físico que coincide con la infancia y la adolescencia.
Vejez, o ancianidad es una etapa de la vida llamada tercera edad y desde 2002
después de la Asamblea mundial de Envejecimiento se les dice Personas Mayores o
Adultos Mayores por algunos autores. En cualquier forma, es la culminación del
proceso de envejecimiento cuyo principal factor lo constituye el tiempo, que incide por
el mayor trabajo acumulado a partir del normal funcionamiento del organismo y
representado por el deterioro de algunas glándulas y sus funciones. Es un estado de
carencia física y psíquica leve marcada que estudia la Gerontología y protege la
gerocultura que constituye, la educación para envejecer sana y dignamente. La
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Fórmulas Enterales son aquellos productos constituidos por una mezcla definida de
macro y micronutrientes que se administran por vía digestiva. Con carácter general se
entiende que se trata de fórmulas nutricionalmente completas, por lo que
habitualmente se utilizan como única fuente nutricional.ATIA F U N D A Z I O A
Fórmula nutricionalmente completa es aquella que contiene la cantidad suficiente
de todos y cada uno de los nutrientes requeridos para cubrir la totalidad de las
necesidades de la persona a la que se le prescribe, con la dosis indicada.
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BIBLIOGRAFIA
AMERICAN PSYCHIATRIC ASSOCIATION DSM: III manual diagnóstico y estadístico
de los transtornos mentales. Ed .Masson, 1983.
BARNARD, Ch. Como elegir su vida, como elegir su muerte. Barcelona, España:
Editorial Argos Vergara,1981
BIZE, P.R y VALLIER, C. Una vida nueva: La tercera edad. Bilbao, España. Ediciones
mensajero,1973.
DAMIANI PABLO “ Salud y enfermedad mental “ B. Aires Ed. América Latina 1989.
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JUAN PABLO II. Encíclica Evangelium Vitae. Sobre el valor y el carácter inviolable de
la vida humana. Roma. Editrice Vaticana,1995.
REUBIN, ANDRES “Principle of Geriatric Medicine: Preventive Health Services for the
Elderly, p 120,1987.
ROBERT CHARTHAM, Sexo después de los 50. Ed. Press service inc, New york.
10017, EEUU DE A.
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