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osterl0rl
CoNsToBRACToNES soBRE EL DIARIo DE cAMpo

Ei diario de campo paticipa de dos as- lugar donde depositar los materiales de
pectos igualmente ricos e interesantes. En urgencia extraídos del subconsciente".
cuanto diario está relacionado con ia es-
critura íntima, subjetiva. El diario es una El diario, decíamos, afina la memoria.
escritura personal. Y, además, es hecho par- Recordemos a Jack Goody: "sin Ia escri-
cialmente, üa a dia, anotando una varie- tura no existe el almacén paru eI recuer-
dad de cosas -disímiles, heÉerogéneas-, do ulterioÍ". La esctitura del diario
poniendo en escritura el acaecer cotidia- confiere a Ia fugacidad de los hechos o
no. Ahora, en cuanto campo, esta media- Ias'acciones un lastre;objetiva todo aque-
ción escritural recoge o retoma toda una llo que es puta subjetividad. Mejor aún,
latga tradición desde Ia pintura y el afie la escrirura convierte el vivir en objeto
hasta la etnografia. Se trata de tomar re- de inspección. La escrirura dei diado, ften-
gistro de una exterioridad, de esbozada, te a la inmediatez de nuestro actuar, es
de reteneda en sus líneas esenciales. Los como Medusa: pau)tza, retiene. Y así, a
cuadernos de notas de los artistas o los partir de tal fijación, nos permite inspec-
antropólogos, esas libretas repietas de di- cionat Ia vida "con mucho mayor detalle,
bujos, de datos, de nombres, de t¡azos rá- tanto en sus Paftes como en su conjunto,
pidos o fragmentos de incipientes formas, tanto hacia atrás com o hacia delante, tanto
van constituyendo como una especie de bi- fuera de su contexto como err su lugar".
tácota, es decir, como una memoria de la La escritura domestica el olvido.
aventura o del procgso de rnvestigación.
Entonces, el diario de campo conjuga el en- Además, el drario es un depósito que "abat-
cuentro con Io exterior a través de Ia escri- ca asuntos desperdigados", datos, ideas,
tura de una interioridad. Es elver del afuera observaciones fácilmente excluibles. Sin
sopesado con la mkada del adentro. embargq al consignar todo eso en el dia-
rio, con el tiempo descubrimos "que son
diamantes en el cubo de los desperdicios",
I. El diario como escribiera Virginia §7oolf. Salta a ia
vista: la importancía del diario radica en
El diario, según nos 1o enseñó Sylvia Plath, valorar los detalles insignificantes que nos 1 15
es ur tipo de escritura que sirve no sólo la r eñdad co tidiana. T aJ. v ez por es ta
^tara ^
pata"agtzatla memoria" sino como "rrrt tazón, eI diario se construye a. pedazos, a
I
depósito o almacén de la imaginación, un empujones, a tiones de tiempo. Pensaba
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ffiE dEarce dc eaffip@ corpusculares, lo que quiere decir que de-
es BÉffia peEáeasEa ben actuar tanto ios pensamientos como
des?de pesedem medEnse las imágenes". Entorices, el diario de cam-

Eos efeeÉes de radEae¡óst po es una película donde pueden medir-


se los efectos de rudiación de ia pesquisa
de Ea pesqesEsa sobre el investigador y de éste ú1timo so-
sebne eB EsawesÉagad@r y bre su objeto de estuüo. Porque también
de ésÉe úEÉEmo sobre el que investiga emite ondas de luz, ideas,
su objeÉo de esÉudEe" imptontas, eue .vzn maÍcando esa pelÍcu-
la,Ia van manchando de huellas e inrui-
ciones, de rayos de sentido y señales aún
Ernst Jünger que e1 diario, al menos en muy incipientes para podedas descifrar.
un primer movirniento de registro, no pre-
tende un máximo de vínculos formales. Y Por estar fuettemente vinculado con nues-
agregaba: "el diario es un género de escri- tta intimidad, el diario también es un lugar
tura en el que, con gran libertad y por lo para evidenciar nuestros errores. Recorde-
tanto sin sacrificar la espontaneidad, pue- mos lo que escribió A¡ais Nin: "Só1o tú,
do comunicar mis impresiones, anotat mis diario, sabes que es aquí donde muestro
lecruras, reunir y desarrollar reflexiones temores, mis debilidades, mrs quejas, mis
personales, contar rnis sueños y así por el desilusiones". Pero el diario no sólo cum-
estiLo". El drario es como un crisol donde ple esa función caiártca. AJ pasar el error
se combinan las refleiones personales,los por la escritura, el diario mismo "ayrda a
recortes, las citas; impresiones, búsquedas; seguir enteros", ano derrumba¡nos. El dia-
un ejercicio de reconstrucción o reacomo- rio es rina técnica de sí, ufla estrategia de
damiento de lo cotidiano. autoformación. Baste como e¡emplo lo que
mencionaba Theodor Haecker: "a partir de
Dicho de otra marlera, el diario es un lu- la relectura del diario logro saber cosas que
gar p^r^ fqar las impresiones que dejan el no había sabido; adquieto conocimienros
mundo y sus objetos. O para decido con qne con el simple pensar no habría capta-
palabras de Erns t Jünger, lzs " raüaciones"; do, hubo que añadir al escribirlos. Por tan-
esas marcas de luz "que nos tocan, nos to, escribo p^r.^ mí y para mi propia
rodean, nos traspasan". Por supuesto, para instrucción". En ese mismo sentido con-
el investigador el registro de tales huellas cebíael diario §Titotd Gombrowrcz, como
es de suma importancia. Aquello que de- "un intento de autocrearse", de modelar
searnos investigar nos toca, o nos debería el sí mismo. El üario es autoaprcnüzaje,
afectar, con sus finos enrejados de luz y una especie de soliloquio visible. Una me-
de sombra.Y ya que 1o mencionamos, se- diación escritura-l que hace las veces de la
116 ñalemos de u¡a vez que "hay raüaciones propia conciencia. El diario: amigo ínti-
claras y taüactones oscu.t as"; y que, por mo, colega de avenrura: escudero fiel.
lo que se refiere a su forma,hay radiacio-
nes "que son tanto ondulatorias como
II. De campo EE easmp@ es eÉ Eugan de
lmmersiósn del invesÉEgad@r"
El campo es esa dimensión del "afueÍa" Uma elase, un classÉro,",
que no es posible acceder desde el sil1ón Esa Éod@ easo, eE eaEE?pG
de estudio del investigador. Ma[nowski
revolucionó la rnvestigación etnográfica "al
eq um eomjE¡nto de
otorgaf a1 campo, a Ia investigación direc-
nelaeEome§, uffi áffihEÉo de
ta, un lugar prepondetafite". EI campo: la @peraeÉomes, um r6paEsaietF
investigactín in ¡itu.En principio tenemos em el qEre cabeB?
que demarcailo: elegir un sitio concreto, *"'"¡e5*E^^ *:-^t-^
ESEB§EE.EEIEE9=9 EgEEE ¿f gT¡}á§-
abarcable, gobernable. El campo es ei lu-
gar de inmersión del investigador. Una cla-
se, un ciaustro... En todo caso, el campo toda curiosidad y acantonarse en la reser-
es un coniunto de relaciones, un ámbito va que impone un enojo de la tribu".
de operaciones, un "paisaje" en el que ca-
ben multiples miradas. "IJfl laberinto que El campo, la observación participante ¡
va cobrando diferentes perfiles y perspec- ante todo, la escritura. Retomando a
tivas según el curso de la investigación". Clifford Geertz,.lo que hace primordial-
mente el etnográfo es escribu. Escribu en
El campo es el lugar en que el etnógrafo el diario de campo o en 1o que Marcel
se pone a prueba. IJn^ tar.ea que combina Mauss llamaba "los diarios de viaje". EI
la astucia del cazador,la paciencia del or- diario de campo como terreno de fuerzas
febre, el olfato dei detectivg y un cierto en tensión, como espacio de reflexivrdad.
temple de espíritu capa:z de sortea¡ las dr- Recordemos que la materta prima con la
ficultades tanto de espacio como de tem- qt;c üabajamos) es el lenguaje.Y la reflexi-
peramento de los informantes. Hagamos vidad nos advierte que las descripciones y
memoria de 1o que escribió Lévi-Strauss afumaciones sobre la realidad no sólo in-
sobre el trabajo etnográfico, sobre esa ac- forman sobre ella, sino que la constituyen.
tividad investigativa de estar en permanen- "Describir una situación, comenta Rosana
te guatüa: "En condiciones normales, la Guber, es construirla y definirla". Enton-
investigación de campo ya es agotadoru: ces, el diario de campo es un escenario
hay que levantarse al alba,permanecer des- donde pueden vigilarse Ias tres
pierto hasta que e1 ultimo indio se haya reflexiüdades presentes en cualquier tra-
dormido, y a veces acechar su sueño; em- bajo etnogriftco: "la reflexividad del in-
peñarse en pasar inadvertido pero estar vestigador en tanto que miembro de una
siempre presente; ver todo, recordar todo, sociedad o cultura; la reflexividad del in-
anota:r todo, dar muestras de una indiscre- vestigador en tanto que investigador, con
ción humillante, mendigar i¡formaciones su perspectiva teórica, sus imteflocutores 117
a los mocosuelos, estar dispuesto Z Apro- académicos, sus hábitus discipiinarios y su
vechar un instante de placer o de tranqui- epistemocentrismo; y las refleividades de
Iidad; o bien saber, durante dias, recha:zar 1a población en estudio".
EE dsareo es Ea cuestión de introspección grafr:.ltao de en-
6ÉÉrasÉseseda-ÉaEEcr dc Ea simismamiento narcisista. En primer lu-
EsevesÉEgaeEórt", es c@Em@ gar, nuestros sentimientos forman pzrte
baseeo de Énaha§e, uesea
É6LEs? de ias relaciones que establecemos duran-
te el trabajo de campo. Segr.rndo, tales re-
especee de EaboraÉorEe em
dosede cs?§e3f,ar, pnobar,
acciones personales y subjetivas,
inevitablemente, .vafi en Io que sea
forms¿Ean hEpóÉesEs, haeen ^influir
ca]ificado como notable, en 1o que sea con-
eríÉÉea Éeórtea"" siderado como problemático o extraño y
en 1o que parezca ser mundano u obvio.
Frecuentemente, nos apoyamos en tales
El diario de campo, como instrumento sentimientos y, tanto su existencia como
fundamental de rnscnpción, "permite tan- su influencia ptevisible deben ser recono-
to lLevar un registro sistemático de accio- cidos y, si es posible, expjicados por escri-
nes de investigación sujetas ptogtam to. De la misma maneta,los sentimientos
^
(por ejemplo, contactos con informantes, de ansiedad pueden plantear lirnitaciones
entrevista s tealiz aflas, etc.), como vagabun- durante la recogida de información, con-
dear por lecturas diversas anotando los duciendo muy limitaday aha-
^:unavisión
comentarios", afirman los antropólogos mente restricta". Yistas así las cosas,
sociales Honorio Velasco y Angel T)íaz de concluyen los autores, "existe entonces una
Rada. Y continúan diciendo que el diario constante interacción entre lo personal y
también "admite adelantar conclusiones 1o emocional por un lado, y 1o intelectuai
especulativas, revisar ideas previas, tomar por otro. La rcacción personal, por tanto,
conciencia de los propios prejuicios, des- se transforma través del análisis reflei-
^
cubrir debilidades propias y aienzs,rrrareaÍ- vo de nuestro conocimiento púbiico po-
se en el desánimo o enrusiasmarse con tencial. Elvehículo de esta t¡ansformactón
hell'azgos o proyectos". El diario es la "tras- es el diario de campo".
tienda-taller de Ia rnvesugaci6rf', es como
"un baflco de trabajo, una especie de la- Todo apunta a entender que el diado de
boratorio en donde ensayar, probar, for- campo "irfl^ la propia implicación del in-
mular hipótesis, hacer crídca teórica". De vestigador, con todas las virtudes y defec-
iguai manera el drario puede servir de vá-l- tos", comenta Peter'§7oods. El diario de
vula de desahogo para el investigador. campo es como el yunque de validación del
tnbajo etnográfico. A ese terreno, a esa tien-
Precisamente a esa ultima función del dla- da de campaña del investigador, se vuelve
¡io de campo es a la que se refieren Martyn una y otrayez: el diario de campo es un útil
Hammersl.y y Paul Atkinson. El diario, de repaso. En ese ir y venir sobre los regis-
118 afirman, "no sóIo incluye un registro de1 tros van apareitendo pistas, recurrencias,
trabajo de campo sino también las propias fasgos emergentes, fluevas pfeguntas, se-
dificultades y sentimientos personales de1 millas de aigun hñazgo. Así, pues, en la
etnígrafo. Esto no es simplemente una meüda en que se desarrolla la investiga-
ción, el diario de campo, aunque continúa Esr ese Er y vemEr
siendo un espacio de inscripción, comien- s@hre Eos negEsÉros
za a. volverse tambián un objeto de esru- vam aparecEes¡do pEsÉas,
dio. E1 i¡strumento se torna documento. recEErremcEas, rasg@s
effiergemÉes, E?E§evas pre-
gBEs?Éas, seffiEEEas
IXI. El hacer diario de campo
de aHgram haEEazgo"
Algunos autores, como Honorio Velasco y
Argei Díaz de Rada, afirman que un drario
de campo debe inclurr, entre otras cosas, "el 1 E Iform ato: La primera indicación corÍes-
.
registro diario de las actividades realtzadas, ponde al formato del drado de campo. Pre-
los comentatios del invesugador al desarro- ferimos el tamaño apaisado. Trabajamos
llo de ia rnvesngación, el registto de las ob- sobre dos páginas opuestas: la de Ia dere-
servaciones de acontecimientos, el registro cha,pata el registro o la inscripción como
de conversaciones casuales, eI registro de en- tal;Ia de la izquierda, parala reflexión, la
trevistas, los comentarios a lecturas, Ias hi- metacognición, el lugar paralas inferencias
pótesis e interpretaciones emergentes del investigador. Parafraseando a James
durante ia inves tigación". Otro s investigado-
Clifford, esta distribución del diario de
res como Schatzman y Strauss consideran
campo mantiene la dialécuca entre la ex-
que ios diados de campo deben tener clan-
pedencia y ia interptetación. La parte de
mente defilidas algunas secciones. Propo'
nen cuatro: "Las noas de observación", es
Ia de recha, apunta a " atÍaPat
empáticamente el sentido de eventos y
decir, el registro de los hechos observados o
gestos específi.cos", la de la tzquierda, "a
escuchados, corr la menor cantidad posible
dar un paso atrás para siruar esos signtfi-
de inteqpretación; "Ias notas metodológicas",
cados en contextos más amplios". La men-
entendidas como registtos de observación
cionada distribución estratégica del diario
del propio investigador y del proceso
de campo permite unir de mafieÍ^fecunda,
metodológico;lás notas teódcas", o 1o que
como lo deseara Mallnowski, la observación
es lo mismo, las inferencias de sigruficado a
y Ia reflexión. O para ponedo en términos
partir de cualquier nota de observación; y
'1os memorandos a¡alíticos", que consisten mucho más actuales, esta propuesta de dis-
en las expJicaciones detaliadas de las inferen- tnbución del diario de campo permite fu-
cias o del enlace de varias de ellas en una sionar la disunción hecha pot ei linguista
declaración más abstracta. I(enneth Pike, retomada por los
antropóiogos, entre 1o émico y 1o ético: de
En todo caso, aunque haya vanzdas ma- un lado se favorece el punto de ista de
neras de llevar y presentar u.n diario de los informantes que se estudian, se respe-
campo, queremos sugerir algunas pistas de tan sus voces, sus opiniones; se trata de t19
elaboración, ciertas pautas de diseño y con- "describir lo más fielmente posíble cómo
tenido, validadas desde nuestra prácaca ellos le otorgan sigruficado a un determi-
investigativa. nado acto" . De otro, se "clasifican los com-
Trak,a§affi@s sebre en bruto; descripciones capaces de poner en
dos págEeeas @FesesÉass evidencia intencionalidades y contradccio-
Ea de Ea dereeha, para nes; descripciones complejas. Honorio
eE negcsÉro o Ea Velasco y Angel Díaz deB¿da comentan que
estas "descripciones densas" o "microscó-
csaserapeaóa? €@ffi@ ÉaE; -picas", en
el sentido de "prestat atención a la
Ea de Ea nzquEenda, fina red de relaciones que los contextos re-
para Ea refEcxÉóre, Ea velan si se dirige una agadarmadaa
^tentay
meÉaeegxeEeaórau eE Eugar ellos" deben "perseguir estructuras de signi-
para Eas Emffereseeaas ficación que, desde luego, aparecen muchas
deE EcBvesÉEgadon veces irregulares, no explícitas, extrañas unas
a otras; y que el rnvestfador debe conectzr
de alguna Ínarrera".
portamientos a partir de una serie de ras-
gos que establece el observador-investiga- Es importante observat algunas conven-
dor". Trabalartdo así, en dos págtnas ciones pa:ala transcripción de las voces.
opuestas, logramos reflejar esa tensión o de los informantes. Demos por caso: co-
esa contradicción entre la habilidad del in- millas dobles paralas voces texruales; co-
-¿es'jgadcr para sumergirs? a cíear üfla millas sencillas paralas voces parufraseadas
empatta con lo que estudia,y esa otraha- por el investigador;barns, paÍa seña-lar eI
bilidad para retroceder y distanciarse con desplazarniento de los observados. . . Si se
elfi¡ de comprenderlo o poder explicarlo. ttatz de una entrevista, bien vale La pena
A la derecha: "in situ"; a 7a tzquterda; "a escribir entre paréntesis, como en un tex-
posteriori". to dramático, esos rasgos paralinguísticos,
kinésicos y proxémicos, que acompañan
Por supuesto, .licha dlstribución apunta a Iavoz. También pueden usarse algunos ti-
mantener la tensión o reÍ).ejar el drálogo pos de letra o color que permitan discri-
entre diferentes voces o diversas perspec- minar la información: bastardi.l-las o cursiva
tivas que se escuchan en el terreno de es- para Ios drulos de libros, documentos o
rudio del investigador. Apropiándonos de iecturas empleadas por los informantes;
ias palabras de Bajtin, el diario de campo estilo normal parala descripción de la ob-
debe ser una polifonía, "una concreta vi- servación... Insisto en que estas conven-
sión heteroglótica del mundo". ciones son meros ejemplos. Cada
investigador o cada equipo de investiga-
2.l--os regtstrw.I,a segunda indicación se cen- ción debeú fijzt esos códigos de inscdp-
tra en la mariey:a como deben escribirse los ción como urra manera de hacer más ágtl,
registros en el diario de campo-Pxa emPe- la lectura y, aI mismo tiempo, ir desarto-
120 zar, seia).emos que, según el pensar de llando cierta competencia selectjva en la
Clifford Geertz,ias inscripciones llwadas al información consignada. Sea como fuere,
diado son "descripciones densas"; descrip- las convenciones deben seÍ pocas, clatas y
ciones que deben ir más aIá de los hechos de fácil empleo.
I.{o debe olvidarse que qada registro debe
Las ÉmserÉpeEesees
tener un encabezado; algo así como un EEevadas aE diarEo
locaJtzador o rótulo. Por io general se co- s@f,? cÉdeserEpeEomcs
ioca en Lz parte superior izquierda de Ia demsas'5; desencpeÉostes
págo derecha, y siempre al inicio de cua-l- qase dehes? Ér más aEEá
quier rnscripción. El registro debe conte-
de Eos heehos e§? bretÉe;
ner el asPecto, tema o c tlctetística que se
va a observar, el lugar yla fecha,la hora de
deserÉp€Eoa?es eapa€es
inicio y frnaltzación, la población obser- de pomer effi ewEdemcña
vaday otros asPectos relevantes al tipo de Em*ameñmmeEEdae§eq
Eá E tüqeE !sEVE tsuúE E*@ €s

investigación reahzada. Cuando se hace la y c@E?ÉradÉeeE@mes'


transcripción de entreüstas, se debe men-
cionar el aspécto, tema o motivo en el cual
se inscribe la entreista, el nombre dei en- seguían estas fotografías, al menos como
trevistado, el iugar donde se realtzó Ia en- nos lo cuenta Beaumont Newhall: "Se de- ,

trevista, Ia f.echa y hora. Y otra cosa más: cidía una nota, se realtzaba un trabajo de
la transcripción de los registros debe "ha- investigación de antecedentes, se PrePata-
cefse en caliente", no deiar Pasar mucho ba una suerte de gurón de trabajo paradaile
tiempo desde cuando se hizo la observa- ú.fotógrafo urla comPrensión tan comple-
ción o Ia entrevista; tener Presente que ta como fuera posible del tipo de fotos ne-
nuestra memoria, pasados algunos días, cesalias, con su atmósfera y su propósito.
tiende no sólo a olvidar los detalies sino a Se realizaban muchas más fotos de las que
hacer geoerultzaciones. serían utilizadas, porque se hacía difícii
visualizar de antemano Io que el fotógrafo
3.I-a:fotografia-r. No son añadidos o anexos podría encontrar. Del conjunto de copias
del diario de campo. Quetemos entendet que veruan del labotatorio, los editores res-
las fotos como un tipo de registro cuyo pectivos -habitualmente sin consultar al
soporte es Ia imagen. Y si hay un tipo de fotógrafo- elegían las que creían tneiores
f.otografra que agruPe 1o que venimos di- para ilustrzr. Ia nota. Se planificaba un
cj.endo es la fotografia documenta-i o lo que dtagrama, con sectores que los escritores
se conoce como reportería gráfi.ca. Es de- llenaban con palabras".
cir, se trata de hacer un énfasis en la com-
posición, de darle un ttatamiento y enfoque Es recomendable usar y Pegar en el diario
ala m-r.aáaPara que los informantes o los de campo fotos de diferentes tamaños:
ambientes no sean "decotado" sino pto- imperial (15x18 cms.), jumbo (1,2x15 cms.),
tagonistas; genuinas imágenes testimonio. postal (9x1.2 cms.), contactos (6x9 cms.). . .
Las fotografras rncluidas en ufl diario de Los diversos formatos no sólo buscan va-
campo deben obedece.r al mismo princi- riedad y ritmo del drario de campo, sino t7l
pio que grtó revistas "Life" y'T-ook": que pretenden reflejar las diferentes aproxi-
^las
"u.na carnaraguiada Pof una mente". Pue- maciones, los distintos tipos de
de set oportuno recordar el proceso que focdtzación que puede usar el investiga-
Las feÉegraffáas erecBesEdas "croquis r,ota", tabias..., iodos ellos con-
cs? BEsE dsanEe de eampo tribuyen a confi.gur^r -aP^rúr de las pro-
'tmagen-, Ia
dehcsB obedecer piedades del lenguaje de la
fi.sonomía compleja del objeto de estudio.
aE mEsffi@ pnEmeEpEe que
El invesugador etnográfi,co puede usar
gcseó a Eas revEsÉas ÉÉLEfes
diagramas para expresar relaciones, para
y ÉÉLeoke7u ÉÉEEg?a
eáma,va mostrar estructuras, Pzlta significar desa-
gareada p@r als?a ffiemÉe'u' rtollos, procesos y vanaciones en el tiem-
po, pero antes que nada pata resaltar,
evidenciar o hacer más visible rasgos o
dor. Todas las fotografías deben'estar nu- características del camPo de esrudio. Si-
meradas y contener un pie de foto que las guiendo la terminología ProPuesta Por
identifique u oriente al lector de qué se trá- Joan Costa, este upo de "esquemática"
ta. El documento debe documentarse. es una traducción comPrensiva de la in-
formación, un lenguaie gráfico que no
4. L.os diagramas. Son dibujos, no fl.ecesa- sólo es claro y útil, sino preciso, y c^P^z
riamente figurativos, que perf,lan, explican de "transmitir el mayor número de datos
o cla¡tfican Ia otganizacióny relaciones de sobre un fenómeno concreto con el me-
las partes de un conjunto. El üagrama- co- nor número de elementos".
rresponde a repÍesentaciones gráfr.cas elz-
boradas por el investigador, a bocetos, a Cuando se hacen üagramas es conveniente
planos; alatnfográficamanual en torno al establecer tipo de convenciones. Si
"1g""
trabajo de campo. El diagrama oPera hiciéramos un diagÍ^Ín cie un sa-lón de
como un tÍZZo dei natural, como esbo- clase, por ejemplo, podríamos fijar este
zos rápidos de una observación, una dis- sistema de signos: un círculo: estudiante;
trjbución o cierta manera de organtzarce un triángulo, maestro; observador: ufl rom-
las personas y los objetos en determina- bo; tablero; un rectángulo; desplazamien-
do espacio. Los üagramas son útiles por- tos: flechas en diferentes dkecciones;
que posibütan mostrar Ia secuenciz,Ia pupitre: un cuadrado... I-os diagramas) en
simultaneidad, la visualiz ación sincróni- tanto documentos, deben estar numerados
ca de 1o interno y externo, los procesos) y tener un pie explicativo.
los niveles de una información compleja.
Los diagramas permiten comprender y 5. Otros dorumentos. En el caso de ia etno-
aprehender al mismo tiempo. grzfia educadva, ai hablar de otros docu-
mentos aludimos a fotocopias, guías, textos
Retomando la división propuest a Por de lectura, productos hechos por los in-
Trevor Bounford, los diagramas pueden formantes, útiles diversos. El programa de
t22 s er ilus trativos, es tadístico s, relacionales, de alguna asignatua, una libreta de cil7fica-
or.garttz ción y gráficos de tiempo. Existe ciones, el proyecto educativo, los manua
urr enorme abanico de diagramas: esque- Ies de convivencia. Un cartef una ci¡cular.
mas, mapas, organigramas) ilustraciones, el periódico escolar... Materiales que atra-
viesan y ponen a circular Izvtda cotidiana Los dEagnaffias sGE? aEÉEEes
de la escuela. Todos estos documentos, p&rEue p@§EbEEEtam
como recomendaba Marcel Mauss, deben ffi@sÉran Ea se€Esem€Ea,
registrarse detalladamente. Hay que nume- §a ssmuEÉas?eÉdadu Ea
rarlos y otorgades un descriptor o urr tex-
wEsuaEazaeEém simcrómÉea
to que los contextualice. F,s preferible
reducirlos o ampJiarlos cuando se inclu-
de Eo smÉens?o y extetrE'?@y
yan dentro del üario o, si son demasiado Eos pnoees@s, Eos raiveles
voluminosos, consignados como anexos. de u¡ma ¡s?forsffiaeñóm
G(}ESEpEe§A"
Estos documentos etnográficos son im-
portantes en tanto cumplen una doble
condición: en principio son sólo cosas, tuales a partu de ios datos en bruto"; las
recogidas o encontradas por el investiga- notas concepruales, aunque sea de mafle-
dor a lo largo de su pesquisa, pero des- ra incipiente, "infieren, interpretan, forman
pués se convierte n e n ob jetos hipótesis, conjeturan". El tercer tipo de
construidos, en indicios -signos notas,las de procedimiento, se centran más
abductivos- que aportan pruebas o pis- en 1o metodológico) en lo opetacional de
tas de comprensión dentro del proceso la investigación: listas de chequeo, instruc-
investigativo. Los documentos, así trans- ciones para el investigador.
fotmados, deben aytdar a hacer más le-
grble el hecho o la situación estudiada. Es conveniente usar tipos de papel de
color diferente para cada clase de notas,
6. L.as nota¡ de campo.Aunque no hacen parte esto con el fin de hacer más fácil su ar-
directamente del diario de campo, son Ia chivo y posterior manipulación. Si se tra-
base de los registros consignados en é1. bala con fichas, vale 7a pena dejar
Las notas son apuntes del nafutal, instru- márgenes amplios p^r^ futuros
mentos de escrituraúpida. Las notas de descriptores o para glosas de un análisis
campo son registros sencillos de llevar, posterior. Cada nota debe fecharse,
producto de la observación directa. Tam- numerarse, y contener algún upo de mar-
bién pueden funcionar como prontuario. ca temática o referencia relacionada con
James McKerman distingue tres tipos de el ptoyecto de investigación. Y otro con-
notas : las convencionales-descriptivas, las sejo: es clave archivarlas, porque pueden
conceptuales y las notas.de procedimien- servir más tarde para vedficar a1gún dato
to. Las primeras de ellas son descripcio- o como pieza clave en los momentos de
nes puntuales, inmediatas de un suceso o triangulación.
acontecimiento observado. En este tipo
de notas no deben presentarse inferen- Al hacer el diario se
7. E,/ disenol la edición. t23
cias o interpretaciones. Las notas concep- debe mantener un ritmo y una variedad
tuales, en cambio, son "iritentos burdos en los registros para evitar la monotonia
de construir conceptos y marcos concep- visual. Aunque se conserven algunos pa-
Las saeÉas s@sB aPuaeÉes papel mantequilla instaura ciertas zonas
deE maÉuraE, Emsltre¡mme¡rÉos de transparenciz entre t^nta opacidad.
de eserEÉura náPEda" Si Ia letra del investigador no es muy legi-

tas eaoÉas de earmPo ble, se puede escribir en el computador y,


con cuidado, pegar el texto en el diario. Si
s@ffi negEsÉr@s seffieEEEes
se va z utrltzat un procesador de palabras
dc EEevar, pr@de¡eÉo de no emplear demasiados tipos de letra; más
Ea observaeEém dErecÉa" bien elegt dos o tres familias y iugar me-
Eambaéet puedes? fesa?eEer?ar jor con los estilos de fuente y los tamaños:
€@ffi@ proreÉuafls@" bastardilla, negrita, subrayado; B puntos,
1B puntos,24 puntos... Más aüsos: man-
tener unos margenes que aireen las pág¡-
trones, ciertas retículas convencionales, nas; usar los espacios efl blanco como se
hay que animarse \raflar los elementos emplea el silencio en la'música y no olvi-
^
propios del diario de campo. Explorar en dar numerarlas hojas del drario.
texruras, colores, diseños. Procurar apli-
car alganas de las técnicas de comunica-
ción visual, propuestas por Donis A. IV" Diario de caffrpo
Dondis: componer los elementos del dia- y forrnación docente
rio de campo a partrr. de1 equihbrio o la
inestabilid ad a veces, emplear la stmettía Con todo 1o hasta aquí expuesto ya pode-'
pero también configuraciones asimétricas ; mos evidenciar la utilidad del dianc de
aunque se mantenga una reg,sJ'andad vi- campo para ün trabajo de investigactón
sual, se puede proponer alguna irregula- etnográfica. Pero, esta medtación escri-
ridad en ufla foto o en la manera de tural puede también ser una excelente es-
colocar un diagrama; ser económicos y trz:tegla para "supervisar los efijctos de
profusos alavez, predrctibles y espontá- nuestra enseñanza", según el pensar de
neos. Cuando se hagan inscripciones en Peter Woods. Una mediación muy efecti-
ei diario de campo vale tener en mente Ia va pana ver "en difecto" nuestro tabajo
sutileza y Ia a,tdacia,Ia singularidad y Ia educativo ) pan distanciar ei accionar do-
yuxtaposición. cente y dotarlo de algun sentido; para si-
tuarnos como "extranjetos" frente a
Aunque la superficie base dei diario es de nuestra propia cotidianidad. Pasar la
una sola tonalidad, se puede contrastar con oralidad y el activismo docentes por el fil-
papeles de otros colores. Ei papel "ili.s" es tro del registro, de la escritura, puede per-
excelente para provocar distinciones en la mitirun salto cualitativo en Ia comprensión
informacióny para romPer ia monotonía de nuestra oficio de maestros. Y al repasar
124 de los registros. También se puede enri- sus hojas, al mirarnos en esa "panta)la te-
quecer el diseño del üario con notas flexiva y autocrítica", podemos mejorar
autoadhesivas de colores o corl banderi- nuestras debiüdades, o seguirle la pisu a
tas "post-it". En algunos casos, el uso del algona propuesta innovadotl, o ernpezat
üdácticas, o descubrir
fevaJ.ora;r ciertas DOI\IDiS, Donis A. 1984. La sintaxis de
^ la imagen (Introducción al alfabeto vi-
talentos sepultados por ia rutina. Con el
diario de campo, el investigador se trans- sual). Barcelona, Gustavo GiJi.
f.orma en investigado. Parafraseando a DURANTI, Alessandro. 2000 . Aniropo-
Maurice Bianchot, "ei diario es una serie logía lingiiística. Madrid, Cambridge
de puntos referenciales que un educador University Press.
establece para reconocerse cuando pre- GEERTZ, C., CLIF'FORD, J. y otros.
siente la peligrosa metamorfosis a la que 1991. E,/ surgimiento de la antropologza
está expuesto". Quizá el diario de campo posmodern¿, edición a czrgo de Catlos
sea uno de ios mejores Íecuisos para pÍo- Reynoso. México, Gedisa.
vocaf , en los maestros, üfl GEERTZ, Clifford. La interpretadón de
autorreconocimiento tanto profesionai /as cu/turas. Barcelona, Gedisa.
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