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Mediante las cadenas alimenticias, el carbón de las plantas va hacia los animales
que se alimentan de ellas. Los animales que se alimentan de otros animales
también obtienen el carbono a través de sus alimentos.
Cada vez que exhalas, estás liberando bióxido de carbono (CO 2) hacia la
atmósfera. Los animales y las plantas se deshacen del gas bióxido de carbono
mediante el proceso conocido como respiración.
El carbono de los combustibles fósiles va a la atmósfera cuando el combustible
es quemado. Cuando los seres humanos queman combustibles fósiles para dar
energía a sus fábricas, plantas eléctricas, automóviles y camiones, la mayoría
del carbón penetra la atmósfera rapidamente en forma gas bióxido de carbono.
Cada año, cinco mil quinientos millones de toneladas de carbono son liberadas
en forma de combustibles fósiles quemados. Esto equivale al peso de 100
millones de elefantes africanos. De la gran cantidad de carbono que liberan los
combustibles, 3.3 mil millones de toneladas penetran la atmósfera, y la mayoría
del resto queda disuelta en el agua de mar.
Los océanos y otros cuerpos de agua absorben algo del carbón de la atmósfera.
El carbono se disuelve en el agua. Los animales marinos usan al carbono para
crear el material de sus esqueletos y caparazones.
El bióxido de carbono es un gas de invernadero que atrapa al calor que hay
dentro de la atmósfera. Sin este y otros gases de invernadero, la Tierra sería un
lugar helado. Pero los seres humanos han quemado tanto combustible que hay
aproximadamente 30% más bióxido de carbono en el aire de hoy que hace 150
años. De acuerdo a la información obtenida de las capas de hielo, la atmósfera
no había contenido una cantidad tal de carbono desde hace aproximadamente
420 000 años. El reciente aumento en los gases de invernadero en nuestra
atmósfera, como el bióxido de carbono, está haciendo que nuestro planeta se
caliente más. El carbono también se mueve por nuestro planeta sobre grandes
escalas de tiempo. Por ejemplo, sobre millones de años, el desgaste de las rocas
en tierra puede añadir carbón al agua superficial, que puede entonces arrastrarlo
hasta el océano.
El carbono puede ser removido del agua salada sobre grandes escalas de tiempo
cuando las conchas y huesos de los animales marinos y plancton lo colectan en
el fondo del mar. Estas conchas y huesos están hechos de caliza, que contiene
carbono. Cuando se depositan en el fondo marino, el carbono es almacenado
fuera del ciclo del carbono por grandes períodos de tiempo. La cantidad de caliza
depositada en el océano depende de alguna manera de la cantidad de océanos
poco profundos, tropicales y cálidos del planeta, porque ahí es donde proliferan
los organismos que producen calizas, como los corales. El carbono puede ser
liberado de regreso a la atmósfera si la caliza se derrite o si sufre una
metamorfosis en una zona de subducción.
Tipos de Ciclos
Ciclo biológico
Comprende los intercambios de carbono (CO2) entre los seres vivos y la
atmósfera, es decir, la fotosíntesis, proceso mediante el cual el carbono queda
retenido en las plantas y la respiración que lo devuelve a la atmósfera. Este ciclo
es relativamente rápido, estimándose que la renovación del carbono atmosférico
se produce cada 20 años.
Ciclo biogeoquímico
Regula la transferencia de carbono entre la Hidrósfera, la atmósfera y la litosfera
(océanos y suelo). El CO2 atmosférico se disuelve con facilidad en agua,
formando ácido carbónico que ataca los silicatos que constituyen las rocas,
resultando iones de bicarbonato. Estos iones disueltos en agua alcanzan el mar,
son asimilados por los animales para formar sus tejidos, y tras su muerte se
depositan en los sedimentos. El retorno a la atmósfera se produce en las
erupciones volcánicas tras la fusión de las rocas que lo contienen. Este último
ciclo es de larga duración, al verse implicados los mecanismos geológicos.
Además, hay ocasiones en las que la materia orgánica queda sepultada sin
contacto con el oxígeno que la descomponga, produciéndose así la fermentación
que lo transforma en carbón, petróleo y gas natural.
Almacenamiento
El almacenamiento del carbono en los depósitos fósiles supone en la práctica
una rebaja de los niveles atmosféricos de dióxido de carbono. Si éstos depósitos
se liberan, como se viene haciendo desde hace tiempo con el carbón, o más
recientemente con el petróleo y el gas natural, el ciclo se desplaza hacia un
nuevo equilibrio en el que la cantidad de CO2 atmosférico es mayor; más aún si
las posibilidades de reciclado del mismo se reducen al disminuir la masa boscosa
y vegetal.
Explotación
La explotación de combustibles fósiles para sustentar las actividades industriales
y de transporte (junto con la deforestación) es hoy día una de las mayores
agresiones que sufre el planeta, con las consecuencias por todos conocidas:
cambio climático (por el efecto invernadero), desertificación, etc.
Fuente
http://www.vidaecologica.info/ciclo-de-carbono-en-la-naturaleza/
http://www.monografias.com
http://www.profesorenline
Índice i. Introducción ii. Ciclo del nitrógeno iii. Fases del ciclo iv. Aportaciones por lluvia v.
Bibliografía utilizada vi. Links recomendados vii. Bibliografía recomendada
Introducción
El ciclo del nitrógeno al igual que los demás ciclos biogeoquímicos, tiene una trayectoria
definida, pero quizá aún más complicada que los demás, dado que tiene que seguir una serie
de procesos físicos, químicos y biológicos. Así, el nitrógeno esta considerado como el elemento
más abundante en la atmósfera. Sin embargo, dada su estabilidad, es muy difícil que reaccione
con otros elementos y, por tanto, se tiene un bajo aprovechamiento, razón por la cual, su
abundancia pasa a segundo termino.
En este sentido, se necesita de una gran cantidad de energía para desdoblarlo y combinarlo
con otros elementos como el carbono y el oxígeno. Esta ruptura puede hacerse por dos
mecanismos: descargas eléctricas y fijación fotoquímica, que proveen suficiente energía como
para formar nitratos (NO3 - ). Este último procedimiento es reproducido en las plantas
productoras de fertilizantes.
Sin embargo, existe una tercera forma de fijación del nitrógeno que es llevada a cabo por
bacterias que usan enzimas en lugar de la luz solar o descargas eléctricas. Estas bacterias
pueden ser las que viven libres en el suelo o aquellas que en simbiosis, forman nódulos con las
raíces de ciertas plantas (Leguminosas) para fijar el nitrógeno, destacando los géneros
Rhizobium o Azotbacter, las cuales también actúan libremente. Otro grupo son las
cianobacterias acuáticas (algas verdeazuladas) y las bacterias quimiosintéticas, tales como el
género Nitrosomas y Nitrosococcus, que juegan un papel muy importante en el ciclo de este
elemento, al transformar el amonio en nitrito, mientras que el género Nitrobacter continúa
con la oxidación del nitrito (NO2 - ) a nitrato (NO3 - ), el cual queda disponible para ser
absorbido o disuelto en el agua, pasando así a otros ecosistemas. Todas las bacterias
pertenecientes a estos géneros fijan nitrógeno, tanto como nitratos (NO3 - ) o como el amonio
(NH3).
así mismo, los animales herbívoros sintetizan sus proteínas a partir de los vegetales, mientras
que los carnívoros la obtienen a partir de los herbívoros. Por último, cabe mencionar que
todos los seres vivos almacenan grandes cantidades de nitrógeno orgánico en forma de
proteínas, y que vuelve nuevamente al suelo con los excrementos o al descomponerse los
cadáveres. Por lo que en el metabolismo de los compuestos nitrogenados, los animales acaban
formando iones amonio, que resultan muy tóxicos y que deben ser eliminados. Esta
eliminación se hace en forma de amoniaco (algunos peces y organismos acuáticos), en forma
de urea (el hombre y otros mamíferos) o en forma de ácido úrico (aves y otros animales de
zonas secas), para que posteriormente, las bacterias nitrificantes se encarguen de
transformarlo. Ya sea por un procedimiento o por otro, el nitrógeno es un elemento que esta
presente en la materia viva, por que es un componente esencial para la formación de
proteínas y ácidos nucleicos, y que es absorbido por los productores que lo requieren para la
elaboración de éstos, pasando luego a los consumidores, más tarde a los descomponedores y
finalmente regresa de nuevo al medio ambiente. Sin embargo, existen ciertas bacterias
llamadas desnitrificantes (entre ellas Pseudomonas desnitrificans), que devuelven parte del
nitrógeno inorgánico del suelo a la atmósfera en forma gaseosa, produciendo así una
“pérdida” de este elemento para los ecosistemas y la biosfera. Estas bacterias habitan en los
pantanos y en los fondos carentes de oxígeno, asimismo, estas bacterias pertenecen al género
Thiobacillus, quienes utilizan los nitratos en su proceso metabólico, que al final reintegran a la
atmósfera como nitrógeno en forma gaseosa. A pesar de que la mayor parte del nitrógeno se
encuentra en la atmósfera, la reserva realmente activa de este elemento se encuentra en el
suelo, ya que aquí van a parar los desechos orgánicos de los organismos vivos y los restos de
éstos. Y es así, como las bacterias fijadoras de nitrógeno concluyen el proceso de
descomposición de estos materiales, convirtiendo el nitrógeno orgánico en inorgánico
(nitratos). Los nitratos son la única forma en la cual las plantas pueden absorber este elemento
para poder sintetizar sus propias proteínas, por medio de la fotosíntesis.
Tradicionalmente se han abonado los suelos con nitratos para mejorar los rendimientos
agrícolas. Durante muchos años se usaron productos naturales ricos en nitrógeno como el
guano, o el nitrato de chile. Desde que se consiguió la síntesis artificial de amoniaco por el
proceso Haber, fue posible fabricar abonos nitrogenados, los cuales se emplean actualmente
en grandes cantidades en la agricultura. Su mal uso produce, a veces, problemas de
contaminación en las aguas, como la eutroficación. La fijación del nitrógeno cumple un papel
muy importante en la producción de cultivos, ya que los agricultores dejan “descansar” sus
tierras después de cierto número de cultivos. Esta vieja práctica da oportunidad a que las
bacterias nitrificantes transformen el nitrógeno atmosférico en compuestos nitrogenados
aprovechables para las plantas.
El ciclo del nitrógeno tiene cinco etapas, de las cuales sólo la asimilación no es realizada por
bacterias:
3. Asimilación. La asimilación ocurre cuando las plantas absorben a través de sus raíces, nitrato
(NO3-) o amoniaco (NH3), elementos formados por la fijación de nitrógeno o por la
nitrificación. Luego, estas moléculas son incorporadas tanto a las proteínas, como a los ácidos
nucleicos de las plantas. Cuando los animales consumen los tejidos de las plantas, también
asimilan nitrógeno y lo convierten en compuestos animales.
4. Amonificación. Los compuestos proteicos y otros similares, que son los constitutivos en
mayor medida de la materia nitrogenada aportada al suelo, son de poco valor para las plantas
cuando se añaden de manera directa. Así, cuando los organismos producen desechos que
contienen nitrógeno como la orina (urea), los desechos de las aves (ácido úrico), así como de
los organismos muertos, éstos son descompuestos por bacterias presentes en el suelo y en el
agua, liberando el nitrógeno al medio, bajo la forma de amonio (NH3). En este nuevo proceso
de integración de nitrógeno al ciclo, las bacterias fijadoras llevan a cabo la digestión
enzimática, por lo que el amonio se degrada a compuestos aminados, como proteosas,
peptonas y al final, en aminoácidos. Es por esta razón que el proceso se llama amonificacion o
amonizacion.
5. Inmovilización. Es el proceso contrario a la mineralización, por medio del cual las formas
inorgánicas (NH4+ y NO3-) son convertidas a nitrógeno orgánico y, por tanto, no asimilables.
El Ciclo del Ácido Cítrico es la vía central de metabolismo aeróbico; en esta vía se oxidan los
compuestos de carbono que proviene de la degradación de todos los principios inmediatos y
también se forman moléculas precursoras para la síntesis de muchos de ellos. Su nombre
proviene del primer intermediario formado, el Citrato. También se conoce como Ciclo de los
Ácidos Tricarboxílicos porque dos intermediarios de la vía son ácidos de este tipo.
Desarrollo:
En 1920 Thumberg, Batelli y Stern descubrieron que ácidos orgánicos como Succinato,
Fumarato, Malato y Citrato, son rápidamente oxidados, estimulando en forma catalítica el
consumo de Oxígeno y la producción de Dióxido de Carbono. Posteriormente, descubrieron
otros ácidos tricarboxílicos como el Isocitrato y el cis-Aconitato, que tienen el mismo efecto En
1935 Albert Szent-Görgyi propone una secuencia para la oxidación enzimática del succinato:
Succinato Fumarato Malato Oxalacetato Además, descubre que la adición de
Oxalacetato produce un consumo de Oxígeno mucho mayor que el teóricamente necesario.
Ese mismo año, Martius y Knoop determinan la secuencia enzimática de oxidación de Citrato:
En 1945, Albert L. Lehninger y Eugene P. Kennedy, determinaron que el Ciclo de Krebs se lleva
a cabo en la Matriz Mitocondrial.
La Citrato sintasa es una enzima del grupo de las Liasas, que cataliza la condensación del
Oxalacetato y la Acetil-CoA, para formar Citrato. Esta reacción se considera la principal vía de
entrada de Carbono al ciclo, pues la Acetil-CoA se produce en grandes cantidades durante el
catabolismo de Glucidos, Lípidos y Aminoácidos, y su oxidación en el ciclo, produce la mayor
parte de la energía metabólica. Citrato Sintetasa, Citrato Oxalacetato Liasa, Citrogenasa y
Enzima Condensante, son nombres que a recibido esta enzima a través de los años, todos
hacen referencia a la formación del citrato, pero en la nomenclatura enzimática moderna, ya
no se aconseja su empleo. La enzima es grande y estable.
La enzima tiene especificidad absoluta para Oxalacetato y Acetil-CoA. Sólo el veneno de origen
vegetal Fluoroacetil-CoA, puede sustituir a la Acetil-CoA.
Fuera de la mitocondria, se encuentra una isoenzima denominada Citrato Liasa, que participa
en la síntesis de ácidos grasos.
Otra parte es absorbido por el plancton que, a su vez, es comido por organismos
filtradores de plancton, como algunas especies de peces. Cuando estos peces son
comidos por aves que tienen sus nidos en tierra, devuelven parte del fósforo en las
heces (guano) a tierra.
Es el principal factor limitante en los ecosistemas acuáticos y en los lugares en los que
las corrientes marinas suben del fondo, arrastrando fósforo del que se ha ido
sedimentando, el plancton prolifera en la superficie. Al haber tanto alimento se
multiplican los bancos de peces, formándose las grandes pesquerías del Gran Sol, costas
occidentales de Africa y América del Sur y otras.
Con los compuestos de fósforo que se recogen directamente de los grandes depósitos
acumulados en algunos lugares de la tierra se abonan los terrenos de cultivo, a veces en
cantidades desmesuradas, originándose problemas de eutrofización.
Mercurio medido en el hielo del Monte Logan y en el glaciar Fremont y Hg emitido de origen
antropogénico. Figura redibujada a partir del original publicado por Beal et al. (2015).1