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SEMINARIO BÍBLICO PENTECOSTAL DE GUATEMALA

BACHILLERATO EN MINISTERIO PASTORAL URBANO


MODALIDAD RESIDENCIAL

SEMINARIO BÍBLICO PENTECOSTAL


MANUAL DE TRABAJOS ACADÉMICOS

RESUMEN “ADMINISTRACIÓN UN ENFOQUE BÍBLICO”

EN CUMPLIMIENTO PARCIAL DEL CURSO


MAYORDOMÍA CRISTIANA
IMPARTIDO POR EL FACILITADOR OB. EMILIO FUENTES ESCOBAR

ELÍAS ERASTO DIÉGUEZ MARTÍNEZ

EL FISCAL, PALENCIA, GUATEMALA, 30 DE NOVIEMBRE DE 2018


Administración un enfoque Bíblico
“Myron Rush”
I. Filosofía bíblica de la administración
La Biblia enseña que la autoridad solamente debe emplearse para servir a las
necesidades de los otros. La organización cristiana deberá adoptar un enfoque bíblico para
entender la administración, un enfoque que tenga como finalidad primordial satisfacer las
necesidades de las personas bajo nuestras órdenes, conforme trabajan en el desempeño de
sus labores. Cuatro ingredientes claves destinados a lograr el éxito de una organización son:
La fidelidad en el trabajo con una misma meta; la unidad de propósito entre los
trabajadores; un sistema de comunicaciones eficiente y el propósito de hacer la voluntad de
Dios.
II. Tus recursos más valiosos
La organización que se concentra en utilizar el poder creador de sus empleados
encontrará soluciones factibles a sus problemas. Encontrará también nuevas y mejores
maneras de llevar a cabo sus tareas. La productividad de la organización se verá aumentada
como resultado de ella. El dirigente y el gerente deben tener presente el hecho de que el
poder creador, a diferencia de otros recursos de la organización, si no se utiliza se pierde.
Los dirigentes que no emplean el poder creador de sus empleados acaban por perder a estas
personas.
III. Un ambiente de trabajo provechoso
El dirigente o gerente es responsable de crear un ambiente de trabajo positivo. Las
personas poseen un caudal ilimitado para crear y adquirir altos niveles de productividad.
Sin embargo el ambiente de trabajo ejerce un enorme influencia sobre la cantidad de dones,
destrezas y habilidades que las personas utilizan.
Para mantener un ritmo elevado de producción, el líder deberá desarrollar un
vínculo de confianza con su gente, otorgarles el derecho de tomar decisiones que les
permita emplear su creatividad, convirtiendo los errores y fracasos en experiencias
positivas de trabajo y otorgar méritos a quienes lo merecen.
IV. El espíritu de equipo
Un dirigente o administrador debe tener presente que el equipo debe interesarse en
desarrollar y refinar su meta o misión. La participación en fijar las metas le da al equipo un
sentido de propiedad, que a su vez, estimula la identificación con la meta. Un equipo será
más efectivo cuando sigue una menta que ayudó a fijarse en vez de una meta que le fue
impuesta. La dinámica del equipo representa un papel decisivo en el éxito o fracaso.
V. Las buenas relaciones de trabajo
La Biblia hace énfasis en dos temas centrales: la relación del ser humano con Dios y
con su prójimo. De los Diez Mandamientos, los cuatro primeros tratan de la relación del
hombre con Dios y los seis últimos tratan de sus relaciones para con sus semejantes. Desde
el libro de Génesis hasta el del Apocalipsis se nos recuerda, de manera constante, que estas
relaciones deben ser correctas.
A la luz de estos pasajes de las Escrituras, el dirigente cristiano interesado en hacer
uso de los principios bíblicos de administración deberá dedicarse a conseguir y mantener
buenas relaciones dentro de su agrupación u organización.
VI. Planeamiento
El proceso de planeamiento de un dirigente cristiano tiene una característica única,
el hecho que parte de la base de que Dios tiene un plan y un objetivo para la organización
cristiana y su gente. “Pues conozco los planes que para ustedes tengo, dice el Señor: son
planes de bien y no de mal para darles un futuro y esperanza” (Jeremías 29:11).
El planeamiento consiste en la identificación total de un objetivo o proyecto, las
actividades que se van a llevar a cabo, su secuencia u orden y los recursos necesarios para
llevarlo a cabo. Si falta alguno de estos cuatro elementos los planes tendrán menos
posibilidad de éxito.
VII. Tomando decisiones, creando y resolviendo problemas
Para un dirigente cristiano, el conocer la voluntad de Dios constituye la base para
decidir o resolver los problemas. Dios posee un plan para cada persona y desea convertirlo
en una realidad. A fin de conocer el plan de Dios, debemos antes estar dispuestos a poner la
voluntad de Dios por encima de la nuestra. Dios no solamente promete revelarnos su plan,
sino darnos también los recursos y el poder necesarios para ponerlo en práctica.
VIII. Comunicaciones eficaces
Todo buen líder es un buen comunicador, que posee la habilidad de transmitir el
entendimiento a otros. La buena comunicación crea y mantiene la unidad, la dedicación y la
motivación necesarias para alcanzar una meta. En realidad; la comunicación es el alama de
una organización, sin ella el grupo se extingue. La comunicación comienza al asegurarnos
de que entendemos con claridad lo que deseamos comunicar, escogiendo con cuidado las
palabras y los ademanes o gestos adecuados para transmitir el mensaje con sencillez y
corrección. El buen comunicador habla con precisión y escucha con atención.
IX. Cómo y cuando delegar responsabilidad
Éxodo 18:26 nos muestra un caso excelente de estudio en el que se expone el por
qué es necesario delegar y qué es lo que implica. El delegar hace más fácil la tarea del líder
y aumenta la productividad del grupo, y es una excelente herramienta para conseguir
fuertes líderes dentro del grupo, además permite al líder cristiano más tiempo para madurar
espiritualmente. Todo dirigente debe esforzarse por delegar más.
X. El tiempo y su distribución
La Biblia estimula al dirigente cristiano a que aproveche su tiempo al máximo. El
tiempo constituye nuestro recurso de más valor. No se puede economizar ni guardar,
solamente podemos emplearlo. El tiempo es el paso de la vida. Por consiguiente, la persona
que tiene problemas con su tiempo, en realidad tiene problemas con el enfoque de su vida.
XI. Las actitudes y el rendimiento
Las actitudes positivas no se obtienen con sólo decirnos a nosotros mismos que
debemos pensar positivamente. Para mantener una actitud positiva, piensa siempre en Dios
y en sus recursos, en vez de pensar en tu propio ingenio. Mira el futuro en lugar del pasado,
ten siempre metas bien definidas y considera tus problemas como oportunidades para
mejorar.
XII. Evaluación del rendimiento
En las evaluaciones del trabajo en vías de progreso deben participar tanto el
supervisor como el empleado en idear objetivos factibles, normas de rendimiento reales, y
las actividades necesarias para el logro de los proyectos que se evalúan. La sesión de
evaluación deberá de llevarse a cabo en un medio de enseñanza y aprendizaje recíproco.
XIII. Los conflictos en la organización y su solución
Siempre que tenga presente que el conflicto es una oportunidad excelente para servir
a los que se encuentran implicados en el mismo. Dedíquese a resolver el asunto de manera
rápida. Cuanto más tiempo se retrase, más difícil será encontrar la solución satisfactoria.
Tome también la iniciativa enfrentando a los que se encuentran involucrados; no espere que
le vengan a buscar.
XIV. Un estilo de liderazgo efectivo
Hay cuatro estilos de liderazgo: el dictatorial, el autoritario, el consultivo y el de la
participación de equipo. No existe el estilo correcto para todas las ocasiones. El líder
competente aprende a cómo y cuándo emplear cada estilo. Sin embargo, por regla general,
cuanto más use usted la forma de participación o de equipo, más productivo se volverá
tanto usted como su personal.
XV. El papel del dirigente cristiano en la sociedad
No imiten la conducta ni las costumbres de este mundo; sean personas nuevas,
diferentes, de novedosa frescura en cuanto a conducta de pensamiento. Así aprenderán por
experiencia la satisfacción que se disfruta al seguir al Señor (Romanos 12:2). Todo líder y
dirigente que se precie de llamarse cristiano deberá memorizar este versículo y esforzarse
por aplicarlo diariamente.

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