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El trabajo de condensación: nunca se esta seguro de haber interpretado un sueño exhaustivamente, sigue abierta la
posib de que a través de ese mismo sueño se haya insinuado otro sentido, la cuota de condensación es
indeterminable. El sueño que recordamos al despertar no seria entonces sino un resto del trabajo onírico total. La
condensación adviene por via de la omisión pues el sueño no seria una traducción fiel ni una proyección punto por pto
de aquellos pensamientos sino un reflejo en extremo incompleto y lagunoso.
Todos los intentos por resolver los problemas del sueño se iniciaban en su contenido manifiesto, tal como lo presenta
el recuerdo, y a partir de él se empeñaban en obtener la interpretación del sueño.
La Originalidad del método: la interpretación se efectúa desde el contenido latente y no desde el manifiesto.
CONTENIDO MANIFIESTO Ó CONTENIDO DEL SUEÑO CONTENIDO LATENTE Ó PENSAMIENTOS DEL SUEÑO
Se nos presentan como dos figuraciones del mismo contenido en dos lenguajes diferentes.
El contenido tal como lo presenta el recuerdo Es un nuevo material psíquico despejado por el procedimiento analítico,
desde el cual se desarrolla la solución del sueño.
El contenido del sueño se nos aparece como una Los pensamientos del sueño nos resultan comprensibles sin más
transferencia de los pensamientos del sueño a otro modo de tan pronto como llegamos a conocerlos.
expresión, cuyos signos y leyes de articulación debemos aprender a La apreciación correcta solo se obtiene cuando en vez de pronunciar tales
discernir por vía de comparación entre el original y su traducción. veredictos contra el todo y sus partes, me empeño en reemplazar cada
El contenido del sueño nos es dado, por así decir, en una pictografía, figura en virtud de una referencia cualquiera. Las palabras que así se
cada uno de cuyos signos ha de transferirse al lenguaje de los combinan no carecen de sentido ya.
pensamientos del sueño.
Necesitamos un nuevo camino/método si queremos avanzar en la exploración del sueño. Supongamos que el sueño
no es un fenómeno somático, sino psíquico. Bajo el supuesto de que el sueño es un fenómeno psíquico, es, por tanto,
una operación y una manifestación del soñante, pero de tal índole que no nos dice nada y no la comprendemos.
Ahora bien, ¿por qué no podríamos inquirir al soñante por el significado de su sueño? el propio soñante debe decirnos
lo que su sueño significa. Aquello que luego de la pregunta se enuncie, deberá considerarse como esclarecimiento.
Pero es notorio que las cosas no son tan simples.
No obstante, yo les digo que es muy posible, y muy probable, que el soñante a pesar de todo sepa lo que su sueño
significa, sólo que no sabe que lo sabe y por eso cree que no lo sabe. (Sobredeterminación psíquica)
Debo advertir que mis dos supuestos no son de igual valor. La primera es la que queremos demostrar con el resultado
de nuestro trabajo; la segunda fue demostrada ya en otro ámbito: el de los fenómenos hipnóticos: esta justificado
inferir que también antes tenía el saber de esos recuerdo, solo que le eran INACCESIBLES, él no sabía que los sabia,
creía que no los sabia. El mismo caso hemos conjeturado en el soñante.
Existe un nítido parentesco entre el estado hipnótico y el estado del dormir, que es la condición de soñar: la hipnosis
ordena un dormir artificial, y las sugestiones que le hacemos son comparables a los sueños del dormir natural. Las
situaciones psíquicas son análogas. En el dormir natural, retiramos nuestro interés de todo el mundo exterior; en el
estado hipnótico también, pero con excepción de una persona, la que nos ha hipnotizado, con la cual permanecemos
en rapport.
Entonces, es muy probable que el soñante tenga un saber sobre su sueño; se trata únicamente de posibilitarle que
descubra su saber y nos lo comunique. No le pedimos que nos diga enseguida el sentido de su sueño, pero el origen
de éste, el círculo de pensamientos y de intereses del que proviene, podrá descubrirlo.
Nuestra TÉCNICA para el sueño es muy simple: le preguntaremos por el modo en que ha llegado al sueño y lo que él
inmediatamente enuncia deberá considerarse como esclarecimiento. Pasamos por alto la diferencia entre que “crea
saber algo” o “no lo crea”.
le aseguraremos que tiene que tener una ocurrencia y la obtendremos.
Si al preguntado se le ocurre esto y no otra cosa, les ruego que lo respeten como a un hecho. Puede demostrarse que
la ocurrencia que el preguntado produce no es arbitraria ni indeterminada, no está desconectada de lo que nosotros
buscamos. (Sobredeterminación psíquica)
Se procede del siguiente modo: se evocan asociaciones urdidas con el nombre que emergió; ellas ya no son del todo
libres, sino que, como en el caso de las ocurrencias sobre los elementos oníricos, quedan desde ese momento ligadas.
Y esto se prosigue hasta que se agota la impulsión que lleva a producirlas.
Sí las ocurrencias que emergen de manera enteramente libre, están condicionadas de ese modo y se insertan dentro
de un contexto determinado, con derecho inferiremos que ocurrencias con una ligazón única, a saber, la ligazón con
una representación de partida, no pueden estar menos condicionadas.
Ahora admitimos que las ocurrencias libres están determinadas y no son arbitrarias como habíamos creído. Lo
aceptamos también respecto de las ocurrencias sobre los elementos del sueño.
Cuando he olvidado temporariamente un nombre propio, me es inaccesible. La reflexión, aun la más empeñosa, de
nada me vale. Pero, en todos los casos, en lugar del nombre olvidado, puedo hacer que se me ocurran
espontáneamente uno o varios nombres sustitutivos; solo después de que se me han ocurrido espontáneamente uno
de estos, se hace evidente la concordancia de tal situación con el análisis de sueños.
El elemento onírico tampoco es el justo: no es más que un sustituto de otro, el genuino, que yo no conozco y debo
descubrir mediante el análisis del sueño.
VOLVER ACCESIBLE LO GENUINO RETENIDO, MEDIANTE ASOCIACIONES ANUDADAS A PARTIR DE UN SUSTITUTO.
Todo síntoma por más que no se lo comprenda, tiene un sentido.
Capítulo 3 La separación del yo respecto del ello parece justificada: determinadas constelaciones nos la imponen.
Pero, por otra parte, el yo es idéntico al ello, no es más que un sector diferenciado de éste. Parecido es el nexo del yo
con el superyó, en muchas ocasiones se nos confunden. En el caso de la represión se vuelve decisivo el hecho de que
el yo es justamente el sector organizado del ello. Sería injustificado representarse al yo y al ello como dos cosas
diferentes, en que el yo procurara sofocar una parte del ello mediante la represión, y el resto del ello acudiera en
socorro de la parte atacada y midiera sus fuerzas con las del yo. El acto de la represión muestra al mismo tiempo la
fortaleza y la impotencia del yo, y el carácter no influible de la moción pulsional singular del ello.
La lucha defensiva contra la moción pulsional desagradable se termina a veces mediante la formación de síntoma.
Pero por regla general, la trayectoria es otra: al primer acto de la represión sigue un epílogo escénico prolongado, o
que no se termina nunca; la lucha contra la moción pulsional encuentra su continuación en la lucha contra el síntoma.
Esta lucha nos muestra dos rostros contradictorios. Por una parte, el yo es constreñido a emprender un intento de
reestablecimiento o de reconciliación. Su energía desexualizada revela su origen en su aspiración a la unificación, y
esta compulsión a la síntesis aumenta a medida que el yo se desarrolla más vigoroso. Así se comprende que intente
cancelar la amenidad y el aislamiento del síntoma. En cuanto cumplimientos de una exigencia del superyó, tales
síntomas participan por principio del yo, mientras que por otra parte tienen la significativdad de unas posiciones de lo
reprimido. Son por así decir, estaciones fronterizas con investidura mezclada.
Puede ocurrir que la existencia del síntoma estorbe la capacidad de rendimiento, y así permita apaciguar una
demanda del superyó o rechazar una exigencia del mundo exterior. Así el síntoma cobra un valor para la afirmación
de sí, se fusiona cada vez más con el yo; quien se lo ha procurado para gozar de sus ventajas.
Otras configuraciones del síntoma, las de la neurosis obsesiva y la paranoia, cobran un elevado valor para el yo,
porque le deparan una satisfacción narcisista de que estaba privado.
Resulta lo que nos es familiar como ganancia (secundaria) de la enfermedad en el caso de la neurosis. Viene en
auxilio del afán del yo por incorporarse el síntoma. Estas ligazones actúan en el bando de las resistencias, lo sabemos
por el análisis.
Los dos procedimientos que el yo aplica contra el síntoma se encuentran en contradicción. La perturbación parte del
síntoma, que sigue escenificando su papel de sustituto y retoño de la moción reprimida, cuya exigencia de
satisfacción se renueva constriñendo al yo a dar en cada caso la señal de displacer y ponerse a la defensiva.
Capítulo 5. Son muchas las neurosis en las cuales no se presenta angustia. La histeria de conversión es una. Las
fobias se encuentran tan cercanas que se ha considerado situarlas en una misma serie con éstas, y llamarlas “histeria
de angustia”.
Los síntomas frecuentes de la histeria de conversión son procesos de investidura permanentes o intermitentes.
Mediante el análisis puede averiguarse el decurso excitatorio perturbado al cual sustituyen. Ellos mismos participan de
este último, y es como si toda la energía del decurso excitatorio se hubiera concentrado en este fragmento. El dolor
estuvo presente en la situación en que sobrevino la represión; la parálisis motriz es la defensa frente a una acción que
habría debido ejecutarse en aquella situación pero fue inhibida.
La sensación de displacer que acompaña a la emergencia del síntoma varía. En los síntomas permanentes
desplazados a la motilidad casi siempre falta por completo; el yo se comporta frente a ellos como si no tuviera
participación alguna. En el caso de los síntomas intermitentes referidos a la esfera sensorial, se registran sensaciones
de displacer que pueden aumentar hasta un nivel excesivo. El síntoma de dolor emerge con igual seguridad cuando
ese lugar es tocado desde afuera y cuando la situación patógena que ese lugar subroga es activada por vía asociativa
desde adentro, y el yo recurre a medidas precautorias para evitar el despertar del síntoma por la percepción externa.
Los síntomas de la neurosis obsesiva son en general de dos clases. O bien son prohibiciones, medidas precautorias,
penitencias; o bien son satisfacciones sustitutivas. Cuando la enfermedad se prolonga prevalecen las satisfacciones,
que burlan toda defensa. Constituye un triunfo de la formación de síntoma que se logre enlazar la prohibición con la
satisfacción. En casos extremos el enfermo logra que sus síntomas añadan a su significado originario, el de su
opuesto directo. Puede suceder que el síntoma sea de dos tiempos, es decir, que a una primera acción, le sigue una
segunda que lo cancela.
En los síntomas obsesivos entonces, en primer lugar, se asiste a una lucha continuada entre lo reprimido, que se va
inclinando cada vez más en perjuicio de las fuerzas represoras, y en segundo lugar, el yo y el superyó participan muy
considerablemente en la formación del síntoma.
La situación inicial de la neurosis obsesiva es la de la histeria. Parece tener un estrato de síntomas histéricos
formados muy temprano. Empero, la configuración ulterior es alterada por un factor constitucional. La organización
genital de la libido demuestra ser endeble y poco resistente. Cuando el yo da comienzo a sus intentos defensivos, el
primer éxito que se propone es rechazar la organización genital (de la fase fálica) hacia el estadio anterior, el sádico
anal.
Se busca la explicación de la regresión en una desmezcla de pulsiones. El forzamiento de la regresión significa el
primer éxito del yo en la lucha defensiva contra la exigencia de la libido. Quizá en la N.O el complejo de castración es
el motor de la defensa, y la defensa recae sobre las aspiraciones del complejo de Edipo. El comienzo de la latencia se
caracteriza por el sepultamiento del complejo de Edipo, y con ello la creación del superyó y la erección de las barreras
éticas. En la N.O estos procesos rebasan la medida normal; a la destrucción del complejo de Edipo se le agrega la
degradación regresiva de la libido, el superyó se vuelve particularmente severo y desamorado, y el yo desarrolla
elevadas formaciones reactivas de la CC moral, la compasión, etc.
Se puede admitir como un nuevo mecanismo de defensa, junto a la regresión y a la represión, las formaciones
reactivas que se producen dentro del yo del neurótico obsesivo y al que discernimos como exageraciones de la
formación normal del carácter. En la N.O se forma un superyó severísimo.
En el periodo de latencia, la defensa contra la tentación onanista parece ser considerada la tarea principal. Esta lucha
produce síntomas, que se repiten de manera típica en diversas personas, y presentan el carácter de un ceremonial. La
pubertad introduce el corte tajante en el desarrollo de la N.O. la organización genital se reinstala con gran fuerza. Por
una parte, vuelven a despertar las mociones agresivas iniciales, y por la otra, un sector de las nuevas mociones
libidinosas se ve precisado a marchar por las vías que prefiguró la regresión, y a emerger en condición de propósitos
agresivos. En la N.O el conflicto se reafirma en dos direcciones: lo que defiende ha devenido más intolerante, y
aquello de lo cual se defiende más insoportable.
La representación obsesiva desagradable deviene en general CC. Lo que ha irrumpido hasta la CC es en realidad, sólo
un sustituto desfigurado. Si la represión no ha roído el contenido de la moción pulsional agresiva, ha eliminado en
cambio el carácter afectivo que la acompañaba. Ocurre que el afecto ahorrado sale a la luz en otro lugar. El superyó
se comporta como si no se hubiera producido represión alguna, y trata al yo de manera condigna a esa premisa. El yo
debe registrar un sentimiento de culpa. El yo no busca sustraerse de la crítica del superyó. De hecho hay N.O sin
ninguna CC de culpa. El yo se ahorra percibirla mediante una nueva serie de síntomas. Tales síntomas significarán al
mismo tiempo satisfacciones de mociones pulsionales masoquistas, que también recibieron un refuerzo desde la
regresión.
La tendencia de la N.O consiste en procurar cada vez mayor espacio para la satisfacción sustitutiva a expensas de la
denegación. Estos síntomas cobran más tarde el carácter de satisfacciones. El resultado de este proceso es un yo
extremadamente limitado, obligado a buscar sus satisfacciones en los síntomas.
Capítulo 6 En el curso de las luchas pueden observarse dos actividades del yo en la formación del síntoma. Éstas son
el anular lo acontecido y el aislar. La primera tiene gran campo de aplicación, mediante un simbolismo motor quiere
hacer desaparecer, no las consecuencias de un suceso, sino el suceso mismo. En la N.O nos encontramos con la
anulación de lo acontecido sobre todo en los síntomas de dos tiempos. La tendencia a anular se revela como una de
las principales fuerzas motrices de la formación de síntoma. La otra técnica es el aislamiento. Recae también sobre la
esfera motriz, y consiste en que, tras un suceso desagradable, se interpola una pausa en la que no está permitido que
acontezca nada, no se hace ninguna percepción ni se ejecuta acción alguna. El efecto del aislamiento es el mismo que
sobreviene a raíz de la represión con amnesia. El aislamiento garantiza la suspensión del nexo en el pensamiento.
El neurótico obsesivo halla dificultad en obedecer a la regla psicoanalítica fundamental. Su yo es más vigilante y son
más tajantes los aislamientos. Tiene demasiadas cosas de las cuales defenderse. Luego apoya esta compulsión a
concentrarse y a aislar: mediante acciones mágicas de aislamiento que se vuelven tan llamativas como los síntomas.
El aislamiento es una cancelación de la posibilidad de contacto (tabú del contacto), un recurso para sustraer a una
cosa del mundo, y cuando el neurótico aísla también una impresión mediante una pausa, nos da a entender que no
quiere dejar que los pensamientos referidos a ello entren en contacto asociativo con otros.
El punto de arranque tanto de las fobias, como de la histeria de conversión, como de la neurosis obsesiva es la
destrucción del complejo de Edipo, y en todas, el motor de la renuencia del yo es la angustia de castración. Pero sólo
en las fobias saldrá a la luz esa angustia.
REVISAR
La Psicología se constituye como ciencia cuando la relatividad de su objeto es planteada por Freud, si bien restringida
a los hechos del deseo.
¿Qué es la clínica psa/?) es lo que se dice en un psa. (decir distinto del hablar. Decir lo que se le ocurra no cualquier
cosa puede aparecer un ste). Uno se propone decir no importa que pero no que no importa donde. Hay que clinicar.
No se ha encontrado nad mejor que hacer acostar a los que se ofrecen al psa con la esperanza de sacar un beneficio
el cual hay que decirlo no esta marcado desde antes. En la posic acostada el H tiene la ilusión de decir algo que
merezca decirse es decir que importe en lo real. La clínica psa/ consiste en el discernimiento de cosas que importan y
que serán masivas desde que se haya tomado cc.
No hay nexo entre el ste y un sdo. Arbitrariedad. Lo que es nec es que la palabra tenga un uso. El icc esta
estructurado como un lenguaje.
EL MÉTODO FREUDIANO II: LAS RESTRICCIONES A LA LIBERTAD ASOCIATIVA
La cura tiene que ser realizada en abstinencia. No me refiero a la privación corporal ni a la pribacion de todo cuanto
se apetece pues quizás ningún enfermo lo toleraría. Hay que dejar subsistir en el enf la nec y añoranza como unas
fzas pulsionales del trabajo y la alteración y guardarse de apaciguarlas mediante subrogados. Si el cortejo de amor
fuera correspondido seria un gran triunfo para la pc y una total derrota para la cura. Ella habría conseguido actuar
repetir en la vida algo que solo debe recordar reproducir como material psiq y conservar en un ámbito psíquico.
Consentir la apetencia amorosa de la pc es tan funesto para el análisis como sofocarla. El camino del analista es
retener la transf de amor y tratarla como algo no real como una sitt por la que se atraviesa en la cura que debe ser
reorientada hacia sus orígenes icc y ayudara a llevar a la cc lo mas escondido de la vida amorosa de la enf para asi
gobernarlo. La pc cuya represión de lo sexual no ha sido cancelada sino solo empujada al trasfondo se sentirá
entonces lo bastante segura para traes a la luz todas las condiciones de amor todas las fantasias de su añoranza sex,
todos los caracteres singulares de su cond enamorada, abriendo desde aquí el camino hacia los fundamentos inf de
su amor.
El enamoramiento es provocado por la sitt analítica, es empujado hacia arriba por la resistencia que gobierna a esta
sitt y carece en alto grado del miramiento por la realidad objetiva.
La representación-fantasía “pegan a un niño” es confesada con frecuencia en distintos pacientes analizados. A esta
fantasía se anudan sentimientos placenteros en virtud de los cuales se la ha reproducido o se la sigue reproduciendo.
Se vincula a cierta satisfacción onanista (obtenida en los genitales). Siempre su confesión sobreviene con titubeos.
Las fantasías de esta clase se remontan a tiempos tempranos, en la edad escolar o antes, cuando el niño co-
presenciaba en la escuela cómo otros niños eran azotados por el maestro. Esta imagen, volvía a convocar esa fantasía
temprana, las fantasías ya habían estado presentes antes.
Si bien la fantasía de que un niño es azotado iba a acompañada de placer autoerótico, el revivirla, al ver cómo otro
niño es azotado en la escuela, provocaba más bien repulsión. En los hechos reales, los sujetos que habían tenido esta
fantasía no habían sido azotados de pequeños, aunque sí habían sentido la fuerza física de sus padres o educadores.
En general no recuerdan más que eso, “pegan a un niño”.
Una fantasía que emerge en la tempana infancia y se retiene para la satisfacción autoerótica, debe considerarse como
rasgo primario de perversión.
ES DECIR, UNO DE LOS COMPONENTES DE LA FUNCIÓN SEXUAL SE HABRÍA ANTICIPADO A LOS OTROS EN SU
DESARROLLO.
Si posteriormente falta la represión, la sustitución por formación reactiva o la transmutación por sublimación, la
perversión se conserva en la madurez. Si ese componente sexual que se separó es sádico, nos formamos la
expectativa de que su ulterior represión genere una predisposición para la neurosis obsesiva.
La mayoría de los sujetos que desarrollaron esta fantasía eran de sexo femenino.
Esta primera fase es primera en el orden del relato, pero tercera para Freud en tanto residuo. El niño azotado
nunca es el fantaseador en la primera formulación, “pegan a un niño”. La fantasía es sádica pero el niño está
como observador. Quien pega es un adulto que suele devenir el padre, por lo que se formula “el padre pega
al niño, que yo odio”. Es un recuerdo infantil.
La segunda fase ocupa el primer lugar en tanto se vale de recuerdos infantiles. La persona que pega nunca
es el padre y no es un solo niño sino que en general son varios. El fantaseador suele aparecer como
observador desde el afuera y la fantasía es portadora de una excitación sexual intensa; “los niños son
pegados”.
Entre las otras dos aparece un segundo tiempo donde la persona que pega es la misma, pero el niño azotado
devino otro, el mismo fantaseador. El texto es “yo soy azotado por mi padre”, con un carácter masoquista.
Esta segunda fase es la más importante teniendo en cuenta que nunca fue real. En ningún caso es recordada
sino que se trata de una construcción en análisis, pero no por ello menos efectiva y necesaria.
Debe recordarse que hay una gran diferencia entre la primera y la segunda. La primera consiste en un recuerdo
infantil, mientras que la segunda es una construcción en análisis, un hecho no acontecido que demuestra el valor de
la fantasía masoquista primordial.
La fantasía viene a ocupar el lugar de la pérdida. Permite recuperar lo perdido del amor del padre. Para Lacan, lo
verdaderamente traumático es que no hay relación sexual, hay una falla originaria y esa falla es lo que el neurótico
suple mediante sus fantasías y la construcción de su realidad.
La fantasía de la paliza no se anuda en relación a la madre con quien compite la niña por la ternura hacia el padre.
Aparecen los otros niños, otros hijos, con quienes compite por el amor de los padres. Se comprende que ser azotado,
aunque no sea de mucho daño, significa una destitución del amor y una humillación. Por lo que la primer fase de “el
padre pega el niño” significa “pega a otro, me ama sólo a mí”. Esta primera fase viene a satisfacer los celos de la
niña. Sin embargo, ninguna de estas primeras elecciones de objeto incestuosas puede escapar a la represión y
sobreviene el sentimiento de culpa, por lo que esa primera fase por medio de la cc de culpa que halla como castigo la
inversión, se convierte en la segunda fase “no, no te ama a ti, por eso te pega”.
La fantasía de esta segunda fase pasa a ser la expresión directa de la cc de culpa ante la cual sucumbe el amor al
padre. La fantasía deviene masoquista (es la cc de culpa lo que transmuta el sadismo en masoquismo). Se azotado
aparece como conjunción de cc de culpa y erotismo. Esta permanece por regla general inconciente a consecuencia de
la represión. Sólo se accede a ella por reconstrucción en análisis.
La tercera fase regresa hacia el sadismo. “el padre pega al otro niño, sólo me ama a mí”. Sólo la forma de esta
fantasía es sádica, aunque la satisfacción que se gana de ella es masoquista. Los niños azotados suelen ser varoncitos
ya que cuando las niñas se extrañan del amor incestuoso hacia el padre, es fácil que rompan por completo con su
papel femenino y reanimen su complejo de masculinidad, sus chivos expiatorios se vuelven los muchachos.
El análisis de esta fantasía permite obtener esclarecimiento sobre la génesis de las perversiones en general, en
particular del masoquismo, y para apreciar el papel que cumple la diferencia entre los sexos dentro de la dinámica de
la neurosis.
Pegan a un niño, no es sólo una matriz de significación sino que organiza la realidad de esos sujetos. Articula la vida a
un modo particular de goce. La transmutación del sadismo en masoquismo parece acontecer por el influjo de la cc de
culpa que participa en el acto de represión. La represión se exterioriza en tres efectos:
-vuelve icc el resultado de la organización genital
-constriñe a la organización genital a la regresión hasta el estadio sádico-anal
-muda su sadismo en el masoquismo pasivo.
La fantasía de paliza en la niña recorre tres fases. La primera y la última se recuerdan cc y sádicas. El niño azotado
siempre es otro. La segunda (intermedia y recontraída) inconciente y masoquista debido a la cc de culpa. La persona
azotada es el propio fantaseador. Originalmente tuvo significado genital; surgió por represión y regresión del deseo
incestuoso de ser amado por el padre.
La persona que pega es desde el comienzo es el padre, luego alguien que entra en la serie paterna.
En el caso de los pacientes varones la madre remplazaba al padre en la fantasía. Además la segunda fase donde la
propia persona se retenía como objeto podía devenir cc y en la tercera fase nunca eran varias niñas. Estas
diferencias, impiden hacer un paralelismo exacto entre ambos sexos.
El ser azotado de la fantasía masculina es también un ser amado en sentido genital, pero al cual se lo degrada por
efecto de la regresión. Por lo que la fantasía inconciente masculina no sería “yo soy azotado por el padre” sino “yo
soy amado por el padre” que se expresa como “yo soy azotado por la madre”. La fantasía de paliza en el varón es
desde el comienzo mismo pasiva, nacida de una actitud femenina hacia el padre. En ambos casos la fantasía de
paliza deriva de la ligazón incestuosa con el padre. En la niña la fantasía masoquista inconciente parte de la postura
edípica normal; en el varón de la trastornada que toma como objeto de amor al padre. El varón cambia el sexo y la
persona de quien pega, sustituyendo al padre por la madre.
Las pulsiones sexuales son capaces de hacer fracasar el propósito de la represión y conquistarse una subrogación a
través de formaciones sustitutivas perturbadoras. Pero eso la sexualidad infantil, que sucumbe a la represión, es la
principal fuerza pulsional de la formación del síntoma y por eso la pieza esencial de su contenido, el complejo de
Edipo, es el complejo nuclear de la neurosis.
“Probablemente yo estoy mirando” confiesa. Pero en la cadena significante de esta fase, el sujeto esta borrado. Sin
yo, sin rostro, sin nombre, sin sexo y hasta sin número, nada de eso puede precisarse respecto de la víctima ni del
victimario. Nada de lo que permite ubicarse en el registro del reconocimiento simbólico o imaginario especular.
La violencia es simbólica, el látigo es meramente significante.
¿Cómo subsiste entonces el deseo= porque lo que ha sido elidido también forma parte de la estructura de la fantasía;
lo que quedó enterrado en las otras fases, menos manifiestas, sigue activo.
SEMINARIO 5. CLASE 13: EL FANTASMA. MAS ALLA DEL PRINCIPIO DE PLACER. LACAN
I Cada vez que encuentrar represión en la ns es porque el S no quiere reconocer algo que exigiría ser
reconocido. En la ns la pulsión se evita meintras que en la pv se la reconoce al desnudo. Aparece en algo que, con
respecto al instinto, es un elemento desprendido, un signo, hablando con propiedad y podemos llegar a decir un ste
del instinto.
Fantasma Pegan a un niño: no se trata de un fantasma sádico o perverso cualquiera, se trata de un fantasma que se
consuma y se fija en una forma cuyo tema comunica el S con mucha reticencia, esta asociada a una carga bastante
importante de culpabilidad, no es el S quien pega, esta ahí como espectador. El personaje que pega es de la estirpe
de los que tienen autoridad. No es el P, es a veces un maestro, un H poderoso. Se reconoce, no al P, sino a alguien
que para nosotros es muy equivalente. Se trata en este fantasma de varios niños, siempre son varones.
La primera etapa nos dice que se encuentra siempre en las niñas, el niño que es pegado y que ha revelado en todos
los casos su rostro es un hno o hna a quien el P le pega. ¿Cuál es el sdo de este fantasma? No podemos decir si es
sexual o si es fálico, hay primitivamente fusion de los institnos libidinales los instintos de vida con los instintos de
muerte. Aunq este fantasma sea primitivo, fr subraya al mismo tiempo que donde se situa su scion es en el P. el P
rehusa le nuega su amor al niño pegado, hno o hna, hay ruptura de la relación de amor y humillación. Es O de una
crueldad excesiva que consiste en negarlo como S, en reducir a nada su existencia como deseante reducirlo a un
estado que tiende a abolirlo como S, mi P no lo ama, este es el sentido del fantasma primitivo y es lo que complace al
S, el otro no es amado, es decir, no esta establecido en la relación ppmente simbolica. Este fantasma arcaico nace asi
de entrada en una relación triangular que se establece entre el S el hno/a y el P.
Segundo tiempo: vinulado con el ED ppmente dicho. Tiene el sentido de una relación privilegiada de la niña con su P,
es ella la que es pegada, puede ser un testimonio del retorno del deseo edípico en la niña, el de ser el O del deseo del
P, con la culpabilidad que implica, la cual exige que se haga pegar. Como el msj en cuestión esta reprimido, no se
puede recuperar de la mem del S, mecanismo que fr llama regresión hace que el S recurra ala figuración de la etapa
anterior para expresar en un fantasma que nunca sale a la luz, la relac francamente libidinal ya estructurada de
acuerdo con la modalidad edípica, que el S tiene entonces con el P.
Tercer tiempo: salida de Ed del fantasma solo queda un esquema gral. Se ha introducido una nva trasnformacion, que
es doble. La fig del P es superada, traspuesta, remitida a la forma gral de un personaje en posic de pegar,
omnipotente y despotico mientras que el pp S es presentado en la forma de esos niños multiplicados que ni siquiera
son ya todos ellos de un sexo preciso sino que forman una especie de serie neutra.
II la primera dialéctica de la simbolización de la relación del niño con la madre concierne esencialmente a lo que
es significable es decir lo que nos interesa. La relación con la M no esta hecha simplemente de satt y de frustraciones,
esta hecha del descubrimiento de aquello que es el O de su deseo. El S ese niño ha de acceder al mundo del sdo
tiene en efecto que descubrir loque para ella significa su deseo.
El NP (nombre del padre) tiene la fx de significar el conj del sistema ste, de autorizarlo a existir, de dictar su ley, les
dire que frecuentemente hemos de considerar que el falo entra en juego en el sist ste a partir del momento en que el
S tiene que simbolizar, en oposición al ste, el sdo en cuanto tal, quiero decir la scion. Lo que le importa al S lo que
desea el deseo en cuanto deseao lo deseado del S cuando el ns/ o el pv/ tiene que simbolizarlo lo hace literalmente
en ultima instancia por medio del falo. El ste del scio en gral es el falo. El falo entra ya en juego tan pronto el S
aborda el deseo de la M. esta falo esta velado y estará velado hasta el fin de los siglos por una simple razón porque
es un ste ultima en la relación del ste con el sdo.
El deseo de la M no es simplemente elO de una busq enigmática que deba conducir al S, en el curso de su des. A
trazar en el ese signo, el falo. Para que este entre a continuación en la danza de lo simb, sea el O preciso de la
castración y se le devuelva al fin bajo una forma distnta para que haga y sea loque ha de hacer y ser. Lo es, lo hace,
pero aquí estamos en el mismo origen, en el mom en que el S se enfrenta con el lugar imaginario dnd se situa el
deseo de la M y ese lugar esta ocupado.
En lugar de saber en lugar de art entre síntoma y pulsión hay una realidad psiq que encuentra su fundamento en las
fantasias y que viene al lugar de la articulación entre síntoma y pulsión.
Malentenderse: La fantasia incluye elementos reales. La fantasia viene a suplir una carencia fundamental para el
hablante: su pulsión sexual no tiene O y es la fantasia la que le provee alguno. La relación sex no existe, el falo tanto
elemento que podría mediar entre H y MJ no existe, la mj ella misma tampoco. Estas frases dan cuenta de un real con
el que tiene que lidiar no solo el psa/ sino tb cada S que habla. Entre el ser que habla y su partenaire se levanta un
muro, un muro de lenguaje que no permite “entenderse” realente con el Otro sexo.
Las pulsiones tienen fza constante continúan exigiendo mas satt.
Podemos malentendernos y atravesar asi el muro del lenguaje por las rendijas que trama el icc. Por malentendido el
icc fx como enlace con el Otro como discurso del Otro.
El objeto de la fantasia:La fantasia entra en acción porque el icc permite ubicar en lugar del partenaire un O que es
una parte de si mismo, una parte del cuerpo alrededor de la cual toda la rtama de equivocos del icc se organiza.
Puntos de fijación:
- La teta en tanto se seca y deja de nutrir para tomar una función de atracción sexual depurada de toda fx
alimentaria
- La caca en tanto el S puede id allí un plus que excede nítidamente lo admisible, lo que el Otro que le pide
esta dispuesto a compartir
- La mirada en tanto por su estructura misma esta excluida de lo que ve
- La voz en tanto se pierde se vuelve afónica deja de ser audible para dar lugar al ste para que este se escuche
y nos permita malentendernos.
Estos objetos adquieren una fx libidinal en tanto efectos del lenguaje. Lacan los llamo objeto a. estos O tienen algo de
real. Un real que no se pierde del todo porque el leng via malentendido recorta y entrama ese O en el discurso del
Otro en el icc. Lo esencial de la fantasia es que el S de id con el. (HR se id con la rata, D con el O de la succion
paterna). El O a no es un buen O, por el contrario es un O que usualmente no se advierte cuando el S mira a través
de la ventana o de la vitrina, ni tmp cuando el S se mira en el espejo. Es un O que como los vampiros no es
especularizable debe estar excluido de la img.
Por la fantasia el S se id con el efecto del leng. Ln escribió esto de este modo: $◊a. ambos términos, $ y a son
efectos del leng en lo real de la estructuración subjetiva pero el efecto ilusorio de la fantasia solo se produce por la
operación de id. Cuando el S advierte ese efecto a del leng como separado, cuando se advierte entonces desgarrado
de ese secreto “si mismo” q es el sustrato de su personalidad el efecto ilusorio de la fantasia se pierde y resulta mas
bien angustioso. La ang señala una ruptura de la id con el O a, es un encuentro con el a. por eso la ang no es sin O.
la ang es señal de la presencia estructural como efecto del leng de ese O que usualmente el S no ve porque se id con
el, mira desde el..
La ang tiene una posic intermedia entre la fantasia y el acto:
- En la fantasia el S se id icc con el a
- En la ang se encuentra con el como algo que al mismo tiempo se separa de el y lo despierta en presencia de
un deseo en el Otro un deseo al que siente como amenazador si no puede reducir a una demanda de amor o
de reconocimiento.
- En el acto en tercer lugar, el O ya intervino como causa del deseo es una causa que ya no ang sino que
impulso al S al encuentro con el Otro (acto) o al rechazo del Otro (pasaje al acto). Esa causa esa parte
perdida de si, en el acto resulta estructuralmente ubicada en su lugar, en su lugar de anudamiento de enlace
de la pulsión con el deseo del Otro, y esta en la base de la decisión y de la certeza del acto.
Lo ilusorio de la fantasia esta dado por la op de id en si misma que induce un efecto de velo tendido sobre lo real.
El empleo fundamental: la fantasia permite al ns/ sostener su deseo, para sostenerlo como inhibido como no realizado
por id con un O a que se defne por no satt una demanda. Distinción entre demanda y deseo. Distinguir entre la
pulsión en tanto ella puede escribirse $◊D y la fantasia: $◊a. la fantasia sostiene el hecho curioso típico de la ns que
la demanda admite un empleo metaforico que es la base de su inhibición empleo por el que la demanda no seria una
exigencia pulsional sino demanda de Otra cosa, demanda del Otro, demanda en el Otro, demanda de amor, demanda
de reconocimiento, permiso o prohibición. Cuando la fantasia falta la fx del intervalo fracasa y reconocemos esa falta
tanto en el síntoma de la pc como en ciertos síntomas a los que llamamos psicosomáticos.
¿Por qué el ns/ hace equivaler el a con la demanda? De ese modo evita la ang, evita la certeza de la ang, con su
inminencia de acc especifica de acc que seguramente no será del orden del pcer sino que se situara mas alla del pcio
de pcer. El ns/ sigue encerrado en su realidad psiq que es una extensión entonces del pcio de pcer. Pasar a la acc
requiere en cambio que el a intervenga de otro modo, distinto al de la fantasia: no ya como sostén ns/ de un deseo
inhibido sino como causa de un deseo en el Otro. Separador entre pulsión y deseo. En el acto la demanda se ubica no
en el Otro sino en su lugar natural, que es la pulsión.
De la proliferación a la frase inextensible: la fantasia se hace icc, se esconde tras los síntomas. No hay ninguna
distinción conceptual entre fantasia y fantasma de LN. Cuando LN habla de fantasma nunca se refiere a algo distitno
que la fantasia freudiana. FR destaca que la fantasia es algo bien diferente de la pulsión ya que aun cuando puede
expresarse de ese modo breve e inectensible pegan a un niño sin embargo se distingue en ella porque su estructura
tiene varias etapas, varias capas, mediante las cuales la fantasia logra hacer lugar a un intervalo fundamental,
fundamental para la constit del O del deseo en la ns.
¿Por qué pegan a un niño?: no es una scion socializable, porque la scion “pegan a un niño” es una scion no relativa,
cult, soc, sino absoluta dice lacan una pura scion de deseo con o sin el Otro. Es una fantasia que trasciende los tipos
clínicos. La elaboración freudiana del txt apunta al corazón estructural de la fantasia. Fr nos explica que el des de esa
fantasia exige reconocer distintas fases. Loimportante de cada una es lo que se elide, lo qe se ha suprimido. La ultima
frase “probablemente yo estoy mirando” el S esta borrado. Sin yo, sin rostro sin nombre ni sexo nada de eeso puede
precisarse respecto de la victima ni del victimario, nada de lo que permite ubicarse en el registro del reconoc simb o
img especular. La violencia es simb.
1°. “el padre pega al niño”.
2°. “yo soy golpeado por mi padre”
3°. “pegan a un niño”
La segunda jamas es recordada por el S es una construcción del análisis, decisiva porque restituye al P en tanto
partenaire de un amor incestuoso.
Losa elementos fundamentales son los que están elididos: el S en tanto S gramatical, el P como partenaire la mirada
en tanto O excluido de la escena. Son esos elementos elididos los que la fantasia añade a la pulsión y que permiten
sostener el deseo en las condiciones de ex – sistencia fuera de la cadena de la demanda, que este exige para
mantenerse sin que haya que molestarse en llevarlo a las cond del acto que exige el cruce de una acc pulsional espec
con el deseo del Otro.
Fantasia y acto: el deseo no solo se sostiene en la inhibición ns/ condicionada por la fantasia. También puede
sustentarse en la acc. Requiere afrontar una perdida, una perdida de identidad.
El psa, en la medida en que prepara para la acc, es una practica que implica un afrontamiento de la ang. La ang es la
sensación del S ante el deseo del otro cuando ha perdido las coordenadas del reconocimiento y cuando no logra tmp
id veladamente al O a de la fantasia. Relatar las fantasias en el análisis es ya abrirlas al corte que el deseo del Otro
real tiende a producir en la id $◊a.
Hay en la ns algo mas penoso que la vergüenza o la ang eventual que provoca hablar de la fantasia. Es hablar del
síntoma. Una vez que este se ha resquebrajado el sentido el alivio el modelo la realidad que le proporcionaba la
fantasia icc. Hablar del síntoma en el final del análisis es hablar de lo insoportable de lo imposible de asimilar de lo
que no encuentra en el Otro ni siquiera el eco de deseo o de disgusto que si encuentra en la fantasia – por ser una
scion absoluta.
El atravesamiento de la fantasia es la asucion castrativa el afrontamiento de ciertas cond exigidas por la acc que aun
si tienen efectos irreversibles no asegura para nada que el analizado no vuelva a su realidad enmarcada por la
fantasia que no vuelva a su ns cada 5 años.
Soldadura: condición de anudamiento: el síntoma adquiere una scion por soldadura con la fantasia. La fantasia no es
el síntoma no es tampoco la pulsión no es la satt erotica pero esta soldada a cada uno de ellos. ¿Qué se puede
esperar del análisis, al final? Efectos terapéuticos efectos de alivio o desaparición de los sitnomas. Habrá que satt
pulsión y deseo del Otro de una forma diferente a la del síntoma, con actos, que siempre requieren un afrontamiento
de la castración, un mas alla del pcio de pcer. Acc en lugar de padecimiento.
Causación de la neurosis= predisposición por fijación libidinal (constitución sexual vivenciar prehistórico) y vivenciar
inf)+ vivenciar accidental (traumatico) –del adulto-
Los síntomas crean un sustituto para la satt frustrada, lo hacen por medio de una regresión de la libido a épocas
anteriores a la que va indisolublemente ligado el retroceso a estadios anteriores del des en la elección de O o en la
organización. El ns/ quedo adherido a un pto de su pasado. El síntoma repite de algún modo aquella modalidad de
satt de su temprana inf desfig por la censura que nace del conflicto por regla gral volcada a una sensación de
sufrimiento y mezclada con elementos que provienen de la ocasión que llevo a contraer la enf. La modalidad de satt
que el síntoma aporta tiene en si mucho de extraño. Prescindamos de que es irreconocible para la persona quesienta
la presunta satt mas bien como un sufrimiento y como tal se queja de ella. Lo que otrora fue para el indv una satt
esta destinado en verdad a provocar su resistencia o su repugnancia.
Autoerotismo ampliado: remplazan una mod del mundo exterior por una mod del cuerpo, una acc ext por una int.
Han cooperado los = procesos icc que contribuyen a la formación del sueño: la condensación y el desplazamiento. El
síntoma figura algo como cumplido, una satt a la manera de lo inf. Autoerotismo ampliado, se basta a si mismo. No
esta abierto a la interpretación. El síntoma es conflicto entre la satt y el padecimiento.
Tomamos conoc de las vivencias inf en que la libido esta fijada y dsd las cuales se crean los síntomas. Estas escenas
no siempre son verdaderas. En la mayoría de los casos no lo son, en algunos casos esta en oposición directa a la
verdad hist.fantasia de los enfermos.
Las vivencias inf contruidas en el análisis o recordadas son unas veces irrefutablemente falsas otras veces son con
certeza verdaderas y en la mayoría de los casos una mezcla de V y F. los síntomas sonentonces ora la figuración de
vivencias que realmente se tuvieron y a las que puede atribuirse una influencia sobre la fijación de la libido ora la fig
de fant del enf impopias desde luego para cumplir un papel etiológico. El contenido de la fantasia posee realidad
psiq, por oposición a una realidad material y poco a poco aprendemos a comprender que en el mundo de las ns la
realidad psiq es la decisiva.
Los acontecimientos que siempre retornan en la hist juvenil:
- Observación del comercio sex entre los P
- Seducción por una persona adulta (fantasia de seducción, el niño encubre si no la ha habido, el periodo
autoerotico de su quehacer sexual. Se ahorra la vergüenza de la masturbación fantaseando
retrospectivamente)
- Amenaza de castración
¿de donde vienen la nec de crear tales fantasias y el material con que se construyen? La fuente esta en las pulsiones.
Estas fantasias primordiales son un patrimonio filogenético.
Las producciones de la fantasia mas conocidas son los llamados sueños diurnos.
La retirada de la libido a la fantasia es un estadio intermedio del camino hacia la formación del síntoma.
- Por una parte, todo lo concerniente a las determinaciones sociales impresas en el sujeto que clásicamente
alcanzan para que el integrante de una comunidad adquiera en ella su Ideal del yo, sus referencias míticas,
etc. Depende de las determinaciones étnicas o culturales. El resultado de lo colectivo repercute sobre lo
particular como consecuencia de la labilidad de las identificaciones sociales, y la identidad es muy a menudo
puesta en cuestión en la clínica.
- Otra fuente de la identidad refiere a la posición tomada por el ser hablante frente a algunos acontecimientos
muy particulares, acontecimientos cuya particularidad no intersecta con lo general sino con lo singular. Se
presentan en la experiencia bajo la forma de un trauma sufrido por el ser hablante, en tanto éste es un ser
capaz de elección.
Los analistas no recibimos al analizante sino en tanto ser capaz de elección; no tratamos autómatas.
LA ELECCIÓN DE TRAUMA
Freud: Un incidente ínfimo de la infancia puede ser señalado como traumático (elegible o rechazable; fuente de goce
seductor o terrorífico) mucho más tarde, en el momento del incremento pulsional de la pubertad.
En psicoanálisis, a veces el gran traumatismo ha sido elaborado por el sujeto sin necesidad de ayuda psicoanalítica.
Contrariamente, un acontecimiento ínfimo, reformulado por el fantasma en condiciones ficticias, adquiere una
importancia aguda.
LA ELECCIÓN FORZADA
Lacan explico la constitución del sujeto en dos etapas electivas, a las que llamó alienación y separación. En la
primera, se trata de elección forzada, en la segunda, no. ¿En qué consiste la alienación en Lacan?
Alienación constitutiva: se trata de un forzamiento que está ya en el origen de la estructuración del ser hablante en
tanto sujeto: el sujeto es lo que un significante representa para otro significante. Esto quiere decir, el sujeto es
representado por el significante, no para otro sujeto, ni para Otro individuo, tampoco para la madre ni el padre, sino
para otro significante. En la articulación con ese otro significante, el sujeto estará entonces solo representado, es
decir, ausente, desaparecido bajo ese significante binario que viene a funcionar como su representante justo allí
donde no hay representación, sino mera exigencia pulsionante de lenguaje; dicho de otro modo, demanda.
Ese efecto de sujeto determinado por el par significante incide sobre el viviente cortando el ciclo vital: suplanta el
instinto natural por una demanda, un S1 que opera como exigencia significante que impacta, en el mejor de los
casos, sobre el cuerpo funcionando como S2, como lugar de inscripción simbólica.
En la alienación, la elección se representa como forzada, entre significantes, sin Otro verdadero (no hay más Otro que
otro significante).
DE UN LADO Tenemos el discurso interior del neurótico sobre la libertad, que en verdad inhibe su ejercicio social;
DEL OTRO Tenemos la libertad inherente a la locura en tanto ruptura de todo lazo con Otro verdadero.
ENTRE AMBOS Están los diferentes lazos sociales, donde se produce el encuentro efectivo con el deseo del Otro,
donde es posible SALIR DE LA ALIENACIÓN POR VÍA DE SEPARACIÓN.
Lacan propone mostrar que aun forzada, una elección es una elección, y que en ella, por ella, se determinan y se fijan
posiciones subjetivas diferentes.
LA SEARACIÓN
Sí en la alienación, la elección se representa como forzada, entre significantes, sin Otro verdadero (no hay más Otro
que otro significante), la constitución del sujeto no concluye sin la separación, respuesta del ser al deseo del Otro que
se ha deslizado entre S1 y S2. El sujeto, antes desaparecido bajo el S2, ahora “ataca la cadena en su punto de
intervalo” en réplica a lo que en ese intervalo entre significantes encuentra como deseo del Otro, ahora sí verdadero.
Por la SEPARACIÓN, dice Lacan, el sujeto encuentra el punto débil del par primitivo de la articulación significante,
esencialmente alienante. En la separación, el sujeto juega su partida, que le permite liberarse, ahora sí, del efecto
afanístico del S2, el significante binario que no lo representa, que solamente es el lugar de desvanecimiento de su
presencia de viviente. Desde que entró bajo la eficacia del par significante, el ser hablante ya no puede volver a ser
meramente un viviente, una parte suya ha sido captada y puesta en fading por el reforzamiento del lenguaje.
en la SEPARACIÓN, nos jugamos, queremos hacerlo, la alienación se transforma en un querer, un ejercicio de la
voluntad en el que lo pulsional se satisface, al articularse en acto con el deseo que viene del Otro, permitiendo al
sujeto zafar del S2 que lo dejaba en fading.
SEPARARSE ES UN PARIRSE, es procurarse un estado civil, vale decir, darse una posición en el lazo social que sólo se
alcanza por decisión propia: nada en la vida de nadie desencadena más encarnizamiento para lograrlo. Esta
operación, este acto, no se produce sin el Otro.
La alienación implica la eliminación del Otro, no así la separación, que toma del Otro lo más interesante, su deseo.
Separarse es no tomar del Otro sino su carencia, su deseo, y soltarse de otras adherencias para con él.
En neurótico fantasea con la libertad, pero continúa en su posición de afánisis, de sujeto tachado bajo el peso de la
demanda. La cura de la neurosis pasa por la separación en tanto ejercicio auténtico de la libertad, que arranca al ser
pulsional del eclipse al que se somete en la alienación.
EL PSICOANÁLISIS BUSCA LIBERAR AL SUJETO DEL EFECTO AFANÍSTICO DEL BINARIO, PARA QUE DE SU
PARTICIÓN $ EL SUJETO PASE A SU PARTO, EFECTO DE TORSIÓN QUE ES DECISIVO QUE RE REALICE EN LA FASE
DE LA SALIDA DE LA TRANSFERENCIA. EL DESEO DEL ANALISTA ESTA ALLÍ PARA FACILITAR ESA SALIDA.
EL MÉTODO PSICOANALÍTICO PERMITE UNA REVISIÓN DE LA ELECCIÓN DE LA NEUROSIS MEDIANTE UNA
PROPUESTA DE LIBERTAD ASOCIATIVA EXALTADA POR LA INTERPRETACIÓN, DE EXPLORACIÓN DE LOS LÍMITES
DE ESA LIBERTAD, Y DE CONCLUSIÓN QUE REABRE OPCIONES VITALES.
EL PLUS DE LIBERTAD CON QUE TERMINA EL ANÁLISIS SUELE APOYARSE EN LO QUE DEL SÍNTOMA RESTA DE
INCURABLE: ESA PARTE DE SÍ QUE EL SUJETO CONOCER SIN RECONOCERSE EN ELLOS.
consiste en poner al S divido en un cierto lugar que llama el lugar del agente, el lugar dsd dnd se ordena
al amo (S1). La histérica colora la división en el lugar del semblante, lo que quiere decir que la verdad de la histérica
no es la división del S sino el a.
El discurso en el que la división del S da la verdad del discurso es el discurso del Amo:
La histerica se vale de su division llevada al semblante para exigir que aparezca la verdad del Amo que se llama
castracion y tb division del S. la histerica exige. Exige la verdad.
En la histerica hay una matriz: un padre y su objeto. El S se representa en el lugar del O lo que no le impide hacerse
representar por un sustituto. En pcsaiones es la otra mujer quien esta en escena en el lugar del S. el S se representa
en el lugar del O ¿Qué hace en ese lugar? Se sustrae. Ofrecerse y rehusarse a la vez, al mismo tiempo. El S se
representa entonces como un O que se sustrae. El beneficio de la sustraccion es que produce un vacio en el Otro.
Esquivandose el S provoca la falta del Otro, el S se completa con la falta del Otro.
La histerica es un S que dice “no” al ste cuando se trata de identificarse alli.
Hay una idea que persigue al S histerico: ¿Quién soy yo fuera de toda influencia? Saber lo que quiere lo es fuera de
todo lo que se le dice ser, de todo lo que se le demanda ser. Eso es el “no” dicho a la petrificacion por el ste
identificatorio, pero tb hay un “no” al S2 del saber.
La histerica huye a ese momento donde se marca lo irreversible, es una hora en que se ausenta, huye.
El S histerico padece su posic bajo la forma de ese sentimiento de desposecion que lo habita que se formula por ese
“estoy vacio” pero tb por ese “No se” por ese sentimiento de que la apropiacion de un saber le es prohibido o
imposible. La posic histerica implica un cierto num de sacrificios.
La etica del deseo que es el de la histerica no es una etica de los Bienes, sino mas bien una etica de la privacion.
¿Dónde esta el beneficio puesto que estamos en el problema de la eleccion? El beneficio esperado esta del lado del
ser, porque la histerica se aloja en esta inconsistencia que provoca. Su pto de angustia es que en ese lugar podria
producirse un cierto goce.
La Madre de la hist puede ser tema de idealizacion pero no hay analisis que no descubra este nubleo de un Otro
terrorifico lo que produce en ocasiones acentos aparnoicos cuando el S se encuentra confrontado a este Otro que
supone querer gozar especialmente de ella o de el. Este goce que puede aparecer del lado del Otro y que le produce
horror tambien aparece a veces de su lado. Se presenta como el horror o el asco por su pp cuerpo. Su posic es
entonces necesariamente una posic de vaciamiento del goce del lado del Otro en todo caso del goce que no se
simboliza con el falo.es una def que no la separa del Otro del lazo soc con el Otro, por el contrario. Esta mas librada
al encuentro que el NO/
NO: la tendencia del obsesivo es dominar el deseo. El histerico domina al Otro por el deseo, es asi que cree tenerlo.
Sopla la llama mientras el obse apaga el fuego. Alli donde el hist opera frente a esa inconsistencia por el vaciamiento
el obse intenta colmarla. El hist se asegura con un vacioi el obse se asegura de que no haya lugar para el vacio.
Aspiracion a un Otro muerto, un Otro ausente. La idealizacion permite adorar sien riesgos sin arriesgar encontrar lo
que podria habitar al Otro como deseo o como goce, contra los que el S obse pone en juego el amor. Ademas de la
idealizacion esta la promocion del falo, del ste falico. La fx de la promocion del ste falico es poner el ste en el lugar
del goce, tapar la inconsistencia del Otro con un ste, asi sea el ste del goce pero no dejar ningun lugar a esa
inconsistencia ppmente dicha. Tapar la inconsistencia del Otro. Evidentemente su ang, su escapada su huida se
produce cada vez que aluna de ellas lo confronta con que sus stes no recubren todas sus aspiraciones.
El S obse se complace en sus autorreproches, en sus autotorturas saca de eso un pequeño beneficio: hay un pcer en
complacer que no es solo como dice FR complacer al P de la prohibicion sino tambien id al atormentador dnd aquello
que se trataba de pagar retorna.
Apunte de clase: FINAL DE ANALISIS ¿Qué pasa en un analisis con lo transferencial, el fantasma el sintoma el Otro?
Un S que finaliza el analisis no se desembaraza del sintoma pero hay un saber-hacer tiene efectos terapeuticos
(visibles, hay logros) y tambien analiticos (cambio de posicion del S, hay un sintoma que lo representa el S se
confronta con eso. El S saber hacer con su sintoma hay un pto incurable se amiga con su sintoma se reconoce en el
no lo hace sufrir le puede dar una vuelta mas. Hay algo del orden de la sublimacion).
Final de analisis como sinthome.
Saber-hacer con su propia castracion. Es diferente a la salida por desgaste.
Hay id al sintoma: depurado de sentido de sufrimiento se trata del carozo del sintoma, lo singular.
EL SÍNTOMA EN LOS DIFERENTES TIPOS CLÍNICOS
Post-scriptum:(FR)El Otro es el lugar de esa mem que el descubrio bajo el nombre de icc, mem a la que considera
como el O de una interrogacion que permanece abierta en cuanto que condiciona la indestructibilidad de ciertos
deseos. Es en un acciDente del registro (forclusion del NP) en el lugar del Otro y en el fracaso de la met pat donde
designamos el efecto que da a la psicosis su condicion esencial con la estructura que la separa de la ns. Para que la
ps se desencadene es necesario que el NP, precluido, es decir, sin haber llegado nunca al lugar del Otro, sea llamado
alli en oposicion simbolica al S. Es la falta del NP en ese lugar la que, por el agujero que abre en el sdo, inicia la
cascada de los retoques del ste de donde procede el desastre creciente de lo imaginario, hasta que se alcance el nvl
en que ste y sdo se estabilizan en la met del.
¿Cómo puede ser el NP ser llamado por el S al unico lugar de donde ha podido advenirle y donde nunca ha estado?
Por ninguna otra cosa sino por un padre real, no un absoluto necesariamente por el padre del sujeto. POR UN-PADRE.
Es preciso que ese un-padre venga a ese lugar donde el S no ha podido llamarlo antes, basta para ello que ese un-
padre se situe en posicion tercera en alguna relacion que tenga por base la pareja imaginaria a-a’ es decir, yo-objeto
o ideal-realidad, interesando al S en el campo de agresion erotizado que induce.
Busquese en el comienzo de la pc esta COYUNTURA DRAMATICA. Ya se presente para la mujer que acaba de dar a
luz en la figura de su esposo, para la penitente que confiesa su falta en la persona de su confesor, para la muchacha
enamorada en el encuentro del padre del muchacho.
El Nombre-del-Padre redobla en el lugar del Otro el ste mismo del ternario simbolico, en cuanto que constituye la ley
del ste.
No es solo de la manera en que la madre se aviene a la persona del padre de lo que convendria ocuparse, sino del
caso que hace de su palabra, de su autoridad, del lugar que ella reserva al NP en tanto promocion de la ley.
Apunte de clase: para que la ps se desencadene es necesario que el NP forcluido sin haber llegado al lugar del Otro
sea llamado en oposicion simbolica al S. el S constata con el NP agujero en el sdo, desastre en lo img. La scion se
despedaza, cascada de retoques del ste. Los stes se independizan del sdo. Surge la perdida de la realidad, fin del
mundo. Hasta que sdo y ste se estabilicen en la met del.
¿Cómo un pc se interroga por ese agujero? Por el padre real. Por un-padre. En el lugar del Otro aparece un padre real
que pone en cuestion la pareja a-a’ lugar tercero. Hay disimetria. Coyuntura dramatica padre que quiebra el tiepo de
la PND. Esto puede no ocurrir y la ps puede no desencadenarse nunca.
El delirio comienza cuando el otro toma la iniciativa. Primero hay perplejidad el del como salida, reconstruccion. Hay
certeza.
En la ps la rta le vino antes que la pregunta.
La angustia yace en esa relación fundamental donde el sujeto se encuentra en lo que hasta aquí llamé deseo del
Otro.
En toda avanzada, en todo advenimiento de a como tal, la angustia se presenta justamente en función de su relación
con el deseo del Otro. Pero ¿cuál es su relación con el deseo del sujeto? a no es el objeto del deseo aquél que
buscamos revelar en un análisis, sino su causa.
Si la angustia marca la dependencia de toda constitución del sujeto —su dependencia del Otro—, el deseo del sujeto
se ve suspendido de esa relación por intermedio de la constitución primera, antecedente, del a.
La angustia se muestra; en cuanto al deseo, desde el comienzo, está escondido, y sabemos qué trabajo nos da
desenmascararlo, si es que alguna vez lo logramos.
El síntoma sólo queda constituido cuando el sujeto se percata de él; porque por experiencia sabemos que hay formas
de comportamiento obsesivo donde el sujeto no sólo no reparo en sus obsesiones, sino que no las ha constituido
como tales. Y en este caso, el primer paso del análisis es que el síntoma se constituya en su forma clásica. Sin esto,
no hay medio de salir de él, y no simplemente porque no hay medio de hablar de él, sino porque no hay medio de
atraparlo con los oídos. ¿Qué es el oído en cuestión? Algo que podemos llamar lo no asimilado del síntoma por el
sujeto.
Para que el síntoma salga del estado de enigma que aún no estaría formulado, el paso no es que se formule, sino que
en el sujeto se dibuje algo cuya índole es que se le sugiere que hay una causa para eso. Esta es la dimensión original,
tomada aquí en la forma del fenómeno. Tan sólo por este lado se rompe la implicación del sujeto en su conducta y
esta ruptura es la complementación necesaria para que el síntoma sea abordable para nosotros.
Ven ahora el interés que reviste marcar, tornar verosímil el hecho de que la dimensión de la causa indica la
emergencia, la presentificación, en datos de partida del análisis del obsesivo, de ese a en torno del cual debe girar
todo análisis de la transferencia para no verse forzado a dar vueltas en círculo. Un círculo, ciertamente, no es nada, el
circuito se recorre; pero resulta claro que hay problema del final del análisis que se enuncia así: la irreductibilidad de
una neurosis de transferencia. Esa neurosis de transferencia es o no la misma que se podía localizar al comienzo.
Pero ciertamente presenta la diferencia de estar presente toda entera; a veces aparece en forma de callejón sin
salida, es decir que a veces desemboca en un perfecto estancamiento de las relaciones entre el analizado y el
analista. No tiene más diferencia con todo lo que se produce de análogo al comienzo del análisis, que la de estar toda
entera reunida.
Si enuncio que el camino pasa por a, único objeto a proponer al análisis de la transferencia, esto no quiere decir que
no se deje abierto otro problema. Precisamente en esta sustracción puede aparecer una dimensión esencial, la de una
cuestión siempre planteada pero nunca re suelta, pues cada vez que se la plantea la insuficiencia de las respuestas es
verdaderamente clamorosa para todos: la del deseo del analista.
El a es la causa, la causa del deseo.
A esa función presente por doquier en nuestro pensamiento la consideramos como la sombra portada; pero muy
precisamente y mejor aún, la metáfora de esa causa primordial, sustancia de esa función de la causa, es
precisamente el a, en tanto que anterior a toda esta fenomenología. Hemos definido al a como el resto de la
constitución del sujeto en el lugar del Otro en tanto que tiene que constituirse como sujeto hablante, sujeto tachado,
$.
Si el síntoma es lo que decimos, o sea que resulta enteramente implicable en el proceso de la constitución del sujeto
en cuanto tiene que efectuarse en el lugar del Otro, la implicación de la causa en el advenimiento sintomático, tal
como lo define, forma parte legítima de dicho advenimiento. Esto quiere decir que la causa implicada en la cuestión
del síntoma es literalmente una cuestión, pero de la que el síntoma no es el efecto. Es el resultado. El efecto es el
deseo. Es que el efecto primordial de esa causa a, a nivel del deseo, ese efecto que se llama deseo y que acabo de
calificar de extraño pues es precisamente el deseo, es un efecto que no tiene nada de efectuado. El deseo, tomado en
esta perspectiva, se sitúa en efecto esencialmente como una falta de efecto. La causa se constituye entonces
suponiendo efectos por el hecho primordial de que el efecto falta.
Hay un grave error en creer que la palabra existe para comunicar. El efecto del significante es hacer surgir en el
sujeto la dimensión de significado.
MOMENTOS DECISIVOS DE LA CURA ANALITICA
III.- ¿Cuáles son los factores desfavorables para el efecto del análisis?
La prolongación de la duración del análisis hasta lo inconcluible se debe a:
1. Influjo de traumas
2. Intensidad constitucional de las pulsiones.
3. Alteración perjudicial del Yo.
Intensidad constitucional de las pulsiones: mediante la terapia analítica ¿es posible tramitar de manera duradera y
definitiva un conflicto pulsional en el Yo? La “tramitación” duradera de la exigencia pulsional se refiere al dominio de
la pulsión:
- Que la pulsión sea admitida en su totalidad dentro de la armonía del Yo.
- Asequible a toda clase de influjos por otras aspiraciones que hay en el interior del Yo.
- Ya no sigue su camino propio hacia la satisfacción.
La posibilidad de tramitar de manera duradera y definitiva un conflicto de la Pulsión con el Yo, dependerá de la
intensidad pulsional.
Para comprender el conflicto pulsional se deberá tener en cuenta la relación entre robustez de la Pulsión y robustez
del Yo. Si ésta última se rebaja emergerán nuevamente todas las pulsiones que fueron dominadas.
El análisis hace que el Yo maduro y fortalecido emprenda una revisión de las antiguas represiones. Esta sería la
operación genuina de la terapia analítica.
Para explicar su inconsistencia, Freud argumenta que no se ha alcanzado en toda su extensión, el propósito de
sustituir las represiones por unos dominios confiables y acordes al Yo. La transmudación sólo se consigue
parcialmente y sectores del mecanismo antiguo permanecen intocados por el trabajo analítico.
El hecho de que el análisis asegure el gobierno sobre lo pulsional es posible solo en teoría. En la práctica, el factor
cuantitativo de la intensidad pulsional pone un límite a la tarea analítica.
IV.- Durante el tratamiento de un conflicto pulsional, ¿uno puede proteger al paciente de conflictos futuros?
No. Si un conflicto pulsional no es actual es imposible influir sobre él mediante el análisis. Solo dos cosas podemos
hacer: producir situaciones donde devenga actual, o conformarse con hablar de él en el análisis, señalar su
posibilidad. El primero debe ser alcanzado por dos caminos: dentro de la realidad objetiva, y dentro de la
transferencia, exponiendo al paciente en ambos casos a cierta medida de padecer objetivo mediante frustración y
estasis libidinal. El Psicoanálisis se cumple de manera óptima cuando las vivencias patógenas pertenecen al pasado,
de suerte que el yo pudo ganar distancia de ellas. En estados de crisis agudas, el análisis es poco menos que
utilizable. Crear un conflicto fresco no haría más que prolongar y dificultar el trabajo analítico.
En una profilaxis de los conflictos pulsionales sólo entrarían en cuenta los otros dos métodos: la producción artificial
de conflictos nuevos dentro de la transferencia, a los que les faltará el carácter de la realidad objetiva, y el despertar
tales conflictos en la representación del analizado hablando de ellos y familiarizándolo con su posibilidad.
El despertar tales conflictos en la respuesta del analizado hablando de ellos y familiarizándolo con su posibilidad no
trae el resultado esperado. Uno aumenta el saber del paciente sin alterar nada en él.
VI.- Toda alteración del yo, es adquirida no solo en las luchas defensivas de la edad temprana, sino que también
existen diversidades originarias, congénitas del Yo. Un hecho es decisivo: cada persona selecciona siempre sólo
algunos de los mecanismos de defensa posibles, y los emplea luego de continuo. El yo singular está dotado desde el
comienzo de predisposiciones y tendencias individuales.
Cuando el trabajo analítico ha abierto caminos nuevos a la moción pulsional, se observa casi siempre que no se los
emprende sin una nítida vacilación. A esta conducta la hemos designado «resistencia del ello». Durante el trabajo
analítico no hay impresión más fuerte de las resistencias que la de una fuerza que se defiende por todos los medios
contra la curación y a toda costa quiere aferrarse a la enfermedad y el padecimiento. Eros y pulsión de muerte,
explica la variedad de los fenómenos vitales, nunca una sola de ellas. Dos pulsiones primordiales, Eros y destrucción,
empeñada la una en reunir lo existente en unidades más y más grandes, y la otra en disolver esas reuniones y en
destruir los productos por ellas generados.
VII.- Ferenzi consideraba que el análisis no es un proceso sin término, sino que puede ser llevado a un cierre natural,
si el analista tiene la paciencia y pericia debida. Sostenía que era decisivo para el éxito, que el analista haya aprendido
bastante de sus propios errores y cobrado imperio sobre los puntos débiles de su personalidad. Opino que ese trabajo
equivale más bien a una advertencia de no poner como meta del análisis su abreviación, sino su profundización.
Para Freud, no sólo la complejidad yoica, sino también las peculiaridades del analista influyen sobre la cura analítica y
la dificultan tal como lo hacen las Resistencias.
Los analistas son personas que han aprendido a ejercer un arte determinado y, junto a ello, tienen derecho a ser
hombres como los demás. Se le exige, como parte de su prueba de aptitud, una medida más alta de normalidad y de
corrección anímicas. ¿Dónde y cómo adquiriría el pobre diablo aquella aptitud ideal que le hace falta en su profesión?
En el análisis propio. Cumple su cometido si instila en el aprendiz la firme convicción en la existencia de lo
inconciente, le proporciona las de otro modo increíbles percepciones de sí a raíz de la emergencia de lo reprimido, y le
enseña, en una primera muestra, la técnica únicamente acreditada en la actividad analítica. El análisis propio debe
convertirse de una tarea terminable {finita} en una interminable {infinita}. No tengo el propósito de aseverar que el
análisis como tal sea un trabajo sin conclusión. La terminación de un análisis es, un asunto práctico. El análisis debe
crear las condiciones psicológicas más favorables para las funciones del yo; con ello quedaría tramitada su tarea.
VIII.- En todo análisis hay dos temas que se destacan y dan guerra al analista. Los dos están ligados a la diferencia
entre los sexos:
- La envidia del pene en la mujer
- La revuelta contra la actitud pasiva o femenina en el hombre (protesta masculina)
Lo que en ambos casos cae bajo la represión es lo propio del sexo contrario.
En el varón, la masculinidad aparece desde el comienzo mismo y es acorde con el Yo; la actitud pasiva, puesto que
presupone la castración, es enérgicamente reprimida. También en la mujer el querer alcanzar la masculinidad es
acorde con el Yo en cierta época, en la fase fálica (antes del desarrollo hacia la feminidad). Luego del insaciable
deseo del pene, devendrán el deseo del hijo varón, portador del pene. Hallaremos que el deseo de masculinidad se ha
conservado en lo Icc y despliega desde la represión sus efectos perturbadores.
Deseo del pene y protesta masculina, llegada a la roca de base y término de la actividad analítica. Difícil es decir si en
una cura analítica hemos logrado dominar este factor, y cuándo lo hemos logrado. Nos consolamos con la seguridad
de haber ofrecido al analizado toda la incitación posible para reexaminar y variar su actitud frente a él.
Que hay tres niveles de acción en el analista: táctica, estretégica y política. De táctica es la interpretación, estratégica
es el manejo de la transferencia y política tiene que ver con una acción sostenido de deseo. En cada uno de estos
niveles, el analita debe pagar con algo. en la interpretación con la palabra, en la transferencia con su persona, y en el
nivel de la acción con su juicio. Es decir, admitir que realmente no está seguro o no sabe a qué resultados lleva el
análisis. Una parte misma de la acción se le escapa, por la estructura misma del acto. O sea, reconocer que
desconoce las consecuencias de su acto.
Apunte de clase: el analisis tiene reglar, cuestiones a respetar. El control es sin reglas puede hablar de un pc. ¿Qué es
control analitico? ¿Por qué es nec controlar? ¿Cuándo es analitico? Puede no tener efecto analitico porque el
controlador funciona como amo, no hay efecto analitico. se vuelve otorgar el poder para que dirija, la cuestion es que
funcion toma el controlador. Que el controlane autorice de su acto. Tiene valor analitico si ayuda al controlante si
ayuda a poner el acto en posicion de agente. Presupone deseo del analista, es analitico si permite operar el deseo del
analista. Se trata de que se adueñe de su pp acto que se autorice. El acto en posic de agente es que el psicologo no
opera a traves del saber de los libros (teoria) sino con el saber de su icc, creer en el icc ese saber proviene de su pp
cura que le permite poder instituirse como analista. El analista nace de su pp analisis. El acto anula el calulo de
estrategia, la estrategia es colocarse para ser tomado como objeto transferencial no resistirse a ser tomado por la
transf, soportarla y dejarse caer de ese lugar de Supuesto Saber.
Para LN existe un final de analisis. Surge un analista. FR se pregunta es terminable o interminable? Hay una roca que
es la castracion.