Consejeros de Príncipes

Los Consejeros de Príncipes contribuyen al estudio

del objeto de la administración pública con el
descubrimiento de los misterios y secretos en el
arte de gobernar y administrar los reinos.
Existieron en el Estado absolutista y estos eran
quienes redactaban memorias secretas dedicadas
al análisis de la situación prevaleciente en el
Estado.
Los contenidos de esas memorias eran
considerados misteriosos, solo accesibles a los
soberanos.
Una de las más celebres memorias reservada a los príncipes fue el “Testamento
Político” de Melchor Von Osse durante la primera mitad del siglo XVI; otra obra es
la “Secreta Política” de Jorge Obrecht durante la segunda mitad del siglo XVI; pero
el gran ideólogo del principado absolutista fue “El Consejero de Príncipes” de Luis
Von Sckendorff (1626-1692), quien con su obra “El Principado alemán” permite
que los secretos dejen de ser ocultos para ser conocidos por los súbditos. Todo
estaría listo para que en el siglo XVIII el Cameralismo se transformara en las
ciencias camerales.
Los escritores del siglo XVI consideraban a la monarquia como la mejor forma de
gobierno, es por ello que la literatura se esfuerce por dar consejos que ayuden a
los príncipes en su labor de conseguir el bien común, tradición iniciada por Santo
Tomás, y que le perfeccionen moralmente como gobernante, con la seguridad de
que solo mediante la rectitud de sus actos se garantizará el éxito en el ejercicio del
poder, además de tener garantizado el apoyo del pueblo. Por ello los espejos de
príncipes en esta época inciden especialmente en las responsabilidades del
mismo para contribuir a su Estado y en la forma del carácter con relación a los
súbditos.
Según Furió el Concejo del Príncipe es una congregación
o ayuntamiento de personas escogidas para aconsejarle
en todas las concurrencias de paz y guerra, con que
mejor y más fácilmente se le acuerde de lo pasado para
que así entienda el presente y provea en lo por venir,
alcance buen suceso en sus empresas, huya de los
inconvenientes (ya que tales no se pueden evitar),o al
menos halle soluciones de modo con que dañen lo
menos que se pudiere.
Para él “el consejero es una persona suficiente,
elegida para el cargo y ejecución de uno de los
sobredichos consejos”.
Requisitos para ser un consejero:
1. Suficiencia: que se traduce en ser idóneo
y hábil.
2. Altamente ingenioso.
3. Es buen orador.
4. Es un poliglota.
5. Es un historiador.
6. Conoce dónde se encuentra la virtud.
7. Político en el sentido de “práctico en el
gobierno de la paz y la guerra” además
de cosas que le pertenezcan a ello.
8. Imparcial, para cuidar la totalidad del
reino.
9. Justo y bueno.
10. Franco y liberal para hacer el bien.
11. Manso y afable.
12. Que no le falte ningún miembro (en
características físicas).
Consejos (órganos) ideales de la monarquía:
 Consejo de la hacienda: encargado de las rentas ordinarias y
extraordinarias del príncipe, asi como de sus gastos, es el que debe buscar
las fuentes de producción capital y entender sobre la fiscalidad y la mayor
conveniencia de ciertos impuestos.
 Consejo de la paz: situado a la cabeza del esquema del gobierno
polisinodial, sus competencias determina señalando las de comprobar el
grado de cumplimiento de los oficiales, la ejecución de gastos y temas de
paz y guerra.
 Consejo de guerra: es al que se le atribuye todos los asuntos concernientes
a la defensa del Estado y responsabiliza el conocimiento de una cierta
estrategia histórico-militar.
 Consejo de mantenimiento: se encarga del aprovisionamiento de la
población tanto en casos como de paz como de guerra.
 Consejo de las leyes: a quien se le atribuye la planificación de los puestos
de gobierno necesarios, además de hacer leyes y declararlas, asi como de
también quitar las malas que hubieren y hacer de nuevo que sean
necesarias y velar por su cumplimiento.
 Consejo de pena: al que le atribuye las materias criminales.
  Consejo de mercedes: encargado de la tramitación necesaria para premiar
la actuación de los consejeros y los expedientes de información de la
misma, para evitar la situación de deterioros existentes en la época.
Estos con la finalidad de dar un mejor funcionamiento al Estado y así hacer un
mandatario.