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BIBLIOTECA ROMANICA HISPANICA. DIRIGIDA FOR DAMASO ALONSO Il. ESTUDIOS Y ENSAYOS, 17 AMADO ALONSO MATERIA Y FORMA EN POESIA TERCERA EDICION & CB 73 201 BIBLIOTECA ROMANICA HISPANICA EDITORIAL GREDOS maze wavensiry oF roma uieranes © 1786 CARTA A ALFONSO REYES SOBRE LA ESTILISTICA _Tiene usted raz6n, querido Alfonso, en no satisfacerse con mis indicaciones anteriores para una caracterizacién suficiente de la estilistica. Y como un deslindamiento sistemStico con las otras clases de estudios literarios tampoco Jo va a encontrar usted en la literatura hasta ahora publicada sobre la materia, voy a intentar hacerlo por mi cuenta para usted. Bien enten- dido que en mi caracterizacién iré mezclado con Io que es lo que debe ser; pero gno sucede lo mismo con todas las ciéncias del espfritu y, si se me apura, hasta con las ciencias de la natu- raleza? Si usted detiene su atencién en lo que debe ser, podria usted Iegar a la engafiosa conclusién de que la estilfstica no es, hoy por hoy, més que un desiderétum; pero si se para a recordar los estudios importantes que ya existen, aunque no formen todavia multitud, y si interpreta usted el «debeserx como el necesario ideal de perfeccién que cada disciplina cien- tifica se impone a s{ misma, entonces convendremos en que Ia estilfstica es una hermosa realidad. Lo primero, por orden de exposicién, es que el nombre de estiltstica denuncia que se quiere legar al conocimiento fntimo de una obra literaria o de un creador de literatura por el estu- dio de su estilo. El principio en que se basa es que a toda par- ticularidad idiomatica en el estilo corresponde una particula- ridad psfquica. Ya le adelanto que-una mera lista de particula- ridades estilfsticas no nos hace conocer y gozar la indole de una obra ni de un autor: los rasgos diferentes tienen que com- poner una fisonomfa. Para usar las palabras de Leo Spitzer, i Carta a Alfonso Reyes sobre la estilistica Dp que, a su vez, se apoya como yo en las doctrinas de Karl Voss- ler: «Ha de haber, pues, en el escritor una como armonfa prees- tablecida entre la expresién verbal y el todo de la’ obra, una misteriosa correspondencia entre ambas. Nuestro sistema de investigacién se basa por entero en ese axioma.» Quien se ponga a tal tarea necesita de antemano ser espe- cialista en los valores expresivos del idioma correspondiente. ‘A esta disciplina especial dentro de Ia lingiiistica se le Hama también estilistica, De manera que hay dos estilfsticas, la una previa de la otra. Aprovechando la utilisima distincién de Saus- sure entre langue et parole, que yo traduzco lengua y habla, distinguimos entre una estilistica de Ia lengua y una estilistica del habla. De la estilistica de 1a lengua he procurado precisar ‘el concepto en la Advertencia puesta al frente del tomo II de la Coleccién de Estudios Estilisticos: se basa en el estudio de los elementos afectivos en el lenguaje convencional de la comu- nidad (Charles Bally), o bien considera, no la significacién légi- ca, sino los «valores» en el lenguaje comin (Emil Winkler). ‘Ambas formulas me resultan estrechas. Voy a aclararle a usted su sentido. En la palabra hablada por el hombre puede usted conside- rar dos aspectos principales: la significacion y la expresién. Significacién es la referencia intencional al objeto (un acto égico), La significacién de 1a palabra sol es su referirse al objeto sol, al sol; 1a significacién de Ia frase ya sale el sol es la referencia intencional al hecho de salir ya el sol. La palabra fo Ia frase son signos de esas realidades. Pero ademés de signi- ficar una realidad, esa frase en boca humana da a entender (© sugiere otras cosas, y, ante todo, la viva y compleja realidad psiquica de donde sale. De esa viva realidad psiquica la frase s indicio, no signo; la expresa, no la significa. Por ejemplo, «ya 1 Ferdinand de Saussure, Cours de linguistique générale. Introducctén y capitulos IIT y 1V; hago un resumen en el tomo I de nuestra Coleccién ‘de Estudios Estilisticos, pags. 95-96, nota: lengua es el conjunjo.del mate- tial y su sistema de funcionamiento: es como el juego del ajedrez, distinto. Gel de las damas; habla es el lado individual y ejecutivo del fengaaje, con su margen de libre originalidad: es como una partida determinada de ajedrez. 80 Materia y forma en poesta sale el sol» puede indicar o sugerir 0 expresar la satisfacci de una impaciencia, o la explosion de un momento de = etcétera. Dos frases pueden tener ‘la misma sigaificacién con diferentes valores expresivos: «mira lo que me ha dicho ese bobo» y «mira lo que me ha dicho el bobo ese». Sélo con cam- diar el orden de palabras se cristaliza de modo diferente el momento afectivo; con ef bobo ese hay més irritacién, més agresin, mds tensién, La frase es el anuncio de una experien- sia propia, y no por el me; podria igualmente ser «Mira lo que el bobo ese ha hecho a su hermano»; siempre el verdadero resorte vital seria reproducir ante nuestro interlocutor un mo- mento nuestro de asombro, admiracién, indignacién, regocijo, en fin, una explosién afectiva provocada por el decir o el hacer de otro. Demos ahora un paso més en la consideracién del valor sugestivo o expresivo (y no ahora significativo) de una frase: ese anuncio de una experiencia ps{quica propia, que tiene por base la conducta ajena, se puede hacer de muchos modos, con sendos valores diferentes; por ejemplo: «sabes lo que ha dicho (hecho) el bobo ese?» La diferencia entre una y otra frase estd ahora, més que en nada, en nuestra manera de obrar sobre el oyente, no tanto en lo que expresa del que habla (accién, no tanto expresién): con «sabes...» se provoca una expectativa; con «mira...» se solicita directamente una anticipacién del asom- bro que causaré la noticia de lo dicho o hecho, Un ultimo ejem- plo: «Ver una pelea, discusién, disensién, sin intervenir en ella», tiene la misma significacién que

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