Buscar la protección inmediata de Dios, esta no es una crisis circunstancial, fue una situación que

fue anunciada desde hace muchos años. A muchos le pareció difícil de creer que estas cosas vinieran
a la nación en un tiempo tan tranquilo, nadie podía predecir esta situación que se avecinaba. Los
muertos siguen aumentando, la hambruna sigue aumentando, muchos nos están diciendo ¿Qué
vamos hacer? Hay una generación que no conoce nada de ese registro profético que comenzó en
los años 80 hasta el día de hoy.

Hay ciertos principios que Dios dio. Hay jóvenes que no saben esa base, esa historia profética de la
nación. Esa generación debe conocerla para que puedan orar. La salida de la nación es espiritual.

En 1988 un día martes en un culto de oración, esa noche el Espíritu Santo dijo corran y vayan a los
ministros y díganle que “Mi silencio está roto” – con una palabra de juicio para esta nación - vienen
cosas fuertes, algo terrible. Ofrezco misericordia a cambio de arrepentimiento. Muchos ministros
se están envaneciendo a causa de sus grandes logros y éxitos. Dile a mis ministros que pongo a la
nación en sus manos para que el clamor de ellos evite los tiempos difíciles que se avecinan. Diles
decía el Señor háblales a mis ministros no una, dos, tres veces. Pero Señor no me escuchan… no me
creen. Siguen concentrados en ellos.