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ii. Justificación:
El motivo por el cual la investigación se basará en este tema, es porque las cafeterías en
general se han convertido en un espacio no solo para compartir entre familiares o
amigos se lo ha reconocido como punto para poder realizar reuniones o ir de manera
individual a tomar un café mientras se realiza actividades académicas o laborales, por la
razón que siempre se encuentra alguien con una computadora o Tablet realizando
trabajos de cualquier índole que ha llamado la atención personal cuando he visitado
alguna cafetería en especial una del Juan Valdez, así mismo trataré de abarcar mientras
haga mi visitas de campo a la cafetería analizar como el consumismo dentro de ellas se
ejecuta desde un punto de vista más sustancial sobre
iii. Metodología:
iv. Desarrollo:
La cafetería del Juan Valdez ® Café nace el 12 de diciembre del año 2002, teniendo
aproximadamente ya unos 16 años de producción. Su primera tienda fue en el
aeropuerto internacional El Dorado de la ciudad de Bogotá como el inicio de sueños y
logros para el café Premium colombiano. Se inauguró la primera tienda internacional en
la ciudad de Washington D.C. En el año 2008 llega a su primera tienda en la República
del Ecuador y así con el éxito creado poco a poco llegando a diferentes puntos de
Latinoamérica y el mundo. (Café, s.f.).
Según la organización Museo du Café Desde el consumo de café en los países árabes en
el siglo XV, asumió el papel de bebida social ingerida en las cafeterías que, antes del
surgimiento en Europa, fueron descritos análogos a tabernas. Allá si podía beber,
conversar e informarse de las novedades. Así, el café no se popularizó apenas por
paladar pero por las prácticas e ideas juntas a su consumo. Las críticas que se realizaban
hacia los consumistas del café como malicias para la salud, no consiguieron contener la
expansión de las cafeterías públicas, numerosas en Inglaterra, Francia, Italia, Alemania
y en otros países europeos. Constituían una red de comunicación utilizada por
mercadores, políticos, científicos, académicos, filósofos y poetas. En ellas circulaba
todo tipo de información, de panfletos de carácter político a precios de mercaderías y
repercusiones sobre obras artísticas. (café, 2018).
Se sabe que, la sociabilidad es un concepto que tiene sus orígenes en los estudios
sociológicos, entre los que se destacan los realizados por autores como Georg Simmel,
Max Weber y Georges Gurvitch. Simmel empleó el término sociabilidad que expresaba:
“sentirse agradablemente con otras personas” y se convierte en la esencia de ser
sociable, la sociabilidad es parte de una acción recíproca, el encuentro de individuos que
se relacionan sin propósitos materiales pero mediados por un bien común. Según
Rivière (2004), para Gurvitch las relaciones sociales no son posibles sin las estructuras
sociales, sin marcos de referencias como las asociaciones, la familia, el café, etc., lo que
establece la existencia de varios tipos de sociabilidad de acuerdo con sus dinámicas
organizacionales y culturales, convirtiéndose en un fenómeno social o hecho social que
estará mediado por reglas fuera del individuo pero que son interiorizadas por este con el
objetivo de establecer un accionar social. (Chapman, 2015)
Teniendo en claro varias definiciones sobre sociabilidad podemos pasar a hablar sobre
las cafeterías que gracias a los avances, soluciones, herramientas tecnológicas,
computación en la nube y tecnologías móviles, los trabajadores no necesitan pasar todo
su tiempo en la oficina para poder estar en contacto con las personas con las que
necesitan interactuar y con la total disponibilidad de la información necesaria para
realizar sus funciones, los estilos de trabajo están cambiando: consultores, tele-
trabajadores y otros empresarios autónomos, tienden a crear su oficina virtual en la
cafetería del barrio o la cafetería de moda, transformando así, un espacio de trabajo
profesional en un entorno social. Los cafés no solo han sido lugares para una simple
charla, se han utilizado también como zonas formales o informales de negocios.
Siempre ha existido una fuerte relación entre café y trabajo, como una necesaria pause
del café, que se ha convertido en parte integral de la jornada laboral global. Esta llegada
de las estaciones de trabajo móviles fortalece la relación de este dúo mencionado; con el
aumento de empleados por cuenta propia cualquier cafetería adaptada y equipada con
tomas de corrientes y conexión Wi-Fi, se puede convertir en una oficina virtual, siendo
cada vez una situación más común (PuroMarketing, 2013).
Mientras que las personas que se veían entre unos 23 años a 50, generalmente estaban
solos con sus laptops, tabletas o celulares, no generalizando que todos hicieron esto, era
que permanecían más pegados a sus dispositivos tecnológicos lo cual me genero tantas
preguntas desde ¿la tecnología no está acaparando nuestras vidas?, ¿los individuos han
perdido tal sentido de empatía como para salir de un lugar de trabajo para ir a otro y
seguir en lo mismo?
Es bueno dejar en claro que, se escuchó de la mesa que estaba a unos cuantos
centímetros de la mía una frase como “Te espero o sigo la reunión sin tu presencia” en
una mesa que estaba conformada por cuatro personas más y todos con una laptop o
tabletas iniciando su reunión ya programada.
Así mismo tuve la oportunidad de hablar con Carlos Betancourt sobre su afluencia a la
cafetería del Juan Valdez y en resumidas cuentas, me explicaba que iba al mes unas 3 a
4 veces ya sea sólo en su mayoría o con su pareja pero sería una vez porque no es el
lugar a su percepción para tener encuentros románticos que lo dijo literalmente como
“Me gusta venir sólo a tomar un café mientras realizo algún trabajo o espero por alguien
para alguna reunión ya programada”
Maurice Agulhon hace una investigación sobre los espacios como salones y los café en
París, me pareció de alta relevancia sus opiniones sobre aquellos espacios sociales que
considera como ámbitos propicios para la reunión de habitués. Para Agulhon, los
“cafés” son la antesala “informal” de lo que luego sería el “círculo”, que sí contaría con
estatutos propios y autorización para funcionar. Así, se dibuja un continuum de
“sociabilidad burguesa” que traza una línea del “café” al “círculo”, de lo “informal” a lo
“formal”. (Luciani, 2013) Es algo que me llama la atención más que nada cuando voy al
Juan Valdez no es ir a un local cualquiera, las personas que frecuentan estos lugares son
meramente personas de clase media o clase alta, que me doy la libertad de etiquetarlo
así por razones obvias de vestimenta y consumo que más adelante detallaré.
Lo cierto es que hasta fines de los años ’20 del siglo XIX, en París predominan los
espacios “informales” de “sociabilidad”, ya fuera el del “café” o el del “salón”. Sobre
esas mismas estructuras se daría la expansión del liberalismo, dado que resultan aptas
para albergar la diversificación de posiciones en el espectro político, al menos
inicialmente. (Luciani, 2013) Así como en la actualidad, los cafés son un espacio para
compartir, no solo con familiares sino también con personas del ámbito laboral donde
siempre se llega al punto de compartir las ideas y opiniones que se tienen sobre la
coyuntura política del país, que pasa en el Ecuador o en cualquier lugar del mundo.
Agulhon considera útil dedicarse a definir en qué sentido se puede hablar del binomio
“café-círculo” como portador de la modernización de la sociabilidad, a pesar de ser el
primero un espacio comercial, público y abierto, y el segundo, uno no lucrativo, privado
y cerrado. (Luciani, 2013) Creería que con esta estimación entre un café y circulo como
Agulhon reconoce en su investigación, el local de Juan Valdez no entraría en esta
definición porque es un lugar comercial que todos pueden acceder, el hecho que no
accedan o vayan es por cuestiones que van más allá del querer sino que encerraríamos
dentro del poder adquisitivo que tenga cada individuo.
Por lo tanto, estos espacios que los hombres que se reúnen en el café o en la sala
exclusiva del “círculo” pueden compartir o no ciertas ideas, o no tener exactamente la
misma posición pero de seguro los reúne su deseo de confort material. (Luciani, 2013)
Con la modernidad no solo nos fijaríamos en hombres sino también en mujeres, dentro
de mi observación en el Juan Valdez fue que dentro de mi segunda visita observe más
mujeres que hombre, esta visita la realice un lunes igual que la anterior pero en un
horario diferente es decir entre las 14h00 y 16h00.
Por último, noté que las tres personas ahí presentes tenían diferentes tipos de cafés y los
bocadillos eran compartidos por todos por lo que es necesario saber que dentro de un
Juan Valdez ofrecen bebidas calientes, bebidas frías, cold brew, té matcha, desayunos,
fresquísimos, bocadillos para acompañar y el sabor del mes (Café, s.f.) y dentro de la
segunda visita también constate cuales salían más a menudo dentro de las dos horas que
estuve de observadora, para iniciar mi acompañamiento era de una bebida fría quizás
por la poca afición hacia las bebidas calientes y mucho menos a las 14h00 de un día que
estaba relativamente caliente.
Noté que salían más bebidas calientes, por las tazas que utilizan y estas eran ordenadas
por personas que se veían dentro de un rango deliberado de 35 años en adelante, por lo
que quiero analizar brevemente el consumismo y simbolismo que representan las
bebidas de café que desde la perspectiva teórica metodológica de Pierre Bourdieu, un
campo es un espacio social estructurado y estructurante compuesto por instituciones,
agentes y prácticas. Está estructurado en la medida en que posee formas más o menos
estables de reproducción del sentido, desplegando así un conjunto de normas y reglas no
siempre explicitas que establecen lógicas de relación entre los agentes adscritos.
(Vizcarra, 2002) Este campo social es la cafetería del Juan Valdez, que Bourdieu
comienza explicando antes de pasar a un campo social que produce capital, porque
dentro del mismo hay actitudes que se deben tomar y se deben respetar por su
legitimidad, como el hecho que dentro de un Juan Valdez nadie va gritar y todos poseen
unas normas de conducta que de una u otra forma son aceptadas y practicadas por todos.
De este modo, pasando a un campo que está constituido por la existencia de capitales
comunes y por un conjunto de estrategias de lucha que tienden a la apropiación de los
mismos. En el marco de su relativa autonomía como lo sería en el caso de la cafetería
Valdez, resultado de su propia evolución histórica, cada campo elige y jerarquiza las
formas de expresión y desarrollo del conflicto, fija los roles de las personas que van a
degustar las variedades que ofrecen y además de los niveles de participación de los
actores en la estmctura social y establece los mecanismos de confrontación de
individuos y grupos que, simultáneamente, producen y reproducen el sentido y la
creencia en el valor de sus propias acciones. (Vizcarra, 2002)
Los campos liberan energía social que se traduce en un tipo de capital concreto, es decir
en un tipo de valor. La fortaleza de cada campo estaba en la capacidad de producción,
difusión y preservación de determinados capitales que solo tendrán valor dentro de los
límites de este espacio. (Vizcarra, 2002) Aquí es donde se toca el consumo dentro de la
cafetería que posee sus propios límites, límites que son aceptados por los clientes que
frecuentan. Pierre Bourdieu también menciona sobre el habitus dentro de los campos
sociales que es un instrumento de traducción y ajuste entre los deseos y aspiraciones de
los individuos y las demandas propias de cada campo, y esta confinado por procesos de
percepción, valoración y acción.
Por lo que a través del habitus, el sujeto queda implicado en el mundo y tiende, con su
carga de dudas y contradicciones, a actuar de acuerdo con el sentido práctico: la
sensatez, la pertinencia, el deber ser, la coherencia, el comportamiento adecuado.
(Vizcarra, 2002)
v. Conclusión:
Concluyendo una investigación que en lo personal, fue satisfactoria por que las
observaciones fueron realizadas sin ninguna complicación, las entrevistas fueron
aceptadas sin recelo o desconfianza por los entrevistados y los documentos que se
encontraron desde la información básica hasta los conceptos eran de fácil acceso, la
experiencia que se obtuvo dentro de la misma fue enriquecedora. Se comprendió que las
cafeterías no son espacios de sociabilidad sino de consumo también, es algo simbólico
que representa a la sociedad moderna en la que vivimos donde compartimos pero no
solo se realizan lazos fraternales sino que siempre hay una razón que va más allá de lo
que hemos acostumbrado a ver, estamos evolucionando y así mismo los espacios
sociales lo hacen con nosotros y las ideas que uno plasma sobre ellas.
vi. Anexo