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Unidad de Definición Institucional

Integrantes: Erica Lozano, Juan Martín, Noelia Cisneros, Ariel Martínez, Cristián Encinas

Autor: GARCÍA PELAYO, Manuel: Idea de la Política y Otros Escritos. Madrid, Centro de Estudios
Constitucionales (“Hacia el Surgimiento Histórico del Estado Moderno”). Páginas 109 a 133.

Biografía: Manuel García-Pelayo Alonso (1909-1991) fue un jurista y politólogo español, presidió
entre 1980 y 1986 el recién creado Tribunal Constitucional de España. Reconocido por sus estudios
de Derecho Constitucional Comparado.

RESEÑA

El Estado es una construcción que tiene sus raíces en la Europa moderna, no se hizo de una sola
vez, sino que fue una hacerse a través del tiempo y necesito de numerosos elementos y procesos de
acumulación e interacción para su edificación.

1. Del Universo al pluriverso político

El mundo antiguo había conocido dos formas políticas: la polis y el imperium mundi. El imperium
mundi es una estructura política en la cual sobre todo el ámbito de un universo cultural donde el
poder esta centralizado y no mantiene relaciones con el exterior.
En cambio, las polis, en cambio eran ciudades autónomas e independientes de la Antigua Grecia,
conformadas en una unidad cultural. También contaban con ciudades-hegemónicas importantes
como Atenas y Esparta.
En la Alta Edad Media el orden político europeo estuvo presidido por una bipolaridad. La sociedad
cristiana estaba conformada por una unidad teopolitica constituida por la esfera espiritual y temporal.
En esta diversificación se encontraba la dualidad Papa-emperador. El reino es un punto continuo que
va desde el individuo, la familia hasta llegar al emperador.
La imagen del sistema político del universo lo concebía como una estructura monocéntrica que
albergaba en su seno a una pluralidad de entidades autónomas aptos para satisfacer necesidades de
cierto ámbito y jerárquicamente subordinados a las entidades superiores en los asuntos que
rebasasen su esfera.
El Estado significa la destrucción de la idea y la praxis del Imperio Mundi y su sustitución por un
pluralismo de poderes a título originario en el seno de la unidad cultural constituida por los pueblos
cristianos occidentales.
A la Iglesia le interesaba destacar el papel temporal del Imperio, con el fin de resaltar la inferioridad
de éste frente a ella. En cambio, el imperio buscaba destacar el carácter autónomo y despegarse de
la esfera temporal. Buscando sustentar de manera jurídica ser los continuadores o sucesores en
derecho del Imperio romano.
Si se había erosionado el universalismo del Imperio, quedaba todavía el de la Iglesia como sociedad
universal a cuya cabeza visible se encontraba la figura del pontífice y al cual habían de someterse los
príncipes cristianos y las iglesias de cada reino.
El precedente universalismo político, centrado en torno a uno o dos poderes universales, se
transforma en un pluriverso político con numerosos centros y más tarde evolucionan como Estados.
Así surgió y se desarrolló el "sistema de Estados europeos”.

2. Del Policentrismo al Monocentrismo Interno

La nueva forma de política que converge en el Estado se constituye no sólo tomando para sí misma
poderes que antes se consideraban del imperio; sino también, centralizando poderes antes dispersos
en el interior del reino, hasta llegar a ejercer el monopolio del poder legítimo en un centro del que
derivan todas las demás potestades.
De una lenta complementación y, en parte, sustitución de la relación simétrica de lealtad recíproca
(Señor-vasallo) por la relación asimétrica de supra y subordinación entre el rey y todos los reinos.
Donde el soberano tendría un poder unilateral de dominación. El deber de lealtad se extiende a todos
los componentes de la sociedad. Se le debe lealtad primeramente al rey y esta no puede ser
lesionada por ningún deber de lealtad al señor inmediato. Se da una tendencia a la penetrabilidad de
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todo el interior del territorio estatal por parte del rey y, por consiguiente, la liquidación de las
inmunidades.
Las jurisdicciones vinculadas fueron erosionadas y finalmente sustituidas por jurisdicciones ejercidas
en virtud de una competencia definida por la ley o una delegación o comisión por parte del rey se da
una formación general o común para el reino, tendencia que primero toma la forma de recopilaciones
que recogen por escrito el derecho consuetudinario de una región, pero cuya aplicación se extiende a
espacios más amplios.
Bodino considerara que el verdadero signo de la soberanía es "el poder de dar y anular la ley". Y un
paso decisivo es controlar su regulación mediante el monopolio legítimo de la violencia.
Los dos poderes universales del Papa y del emperador se consideraban como divinamente
establecidos y si la iglesia era sancta, el Imperio, desde Federico Barbarroja, era sacro. La legitimidad
se fundaba en la unción y como tal lo hacía vicario de Cristo. Hay un poder político ordenador y el
hombre no puede vivir fuera de este. La ley cabe añadir que ofrece la posibilidad de normalizar y
homogeneizar las conductas y asegurar su control. Por lo tanto, Bodino va a considerar a la
soberanía como el factor integrador del Estado.

3. De la ordenación a la organización política

En los comienzos de la Alta Edad Media a falta de un poder central capaz de ello, se tenía que asumir
la protección de las personas y así surgieron las relaciones de encomendación, patrocinio y vasallaje,
alguien tenía que asumir la garantía del orden.
Las reglas del orden toman la forma de leyes, de mandatos imperativos racionalmente formulados
destinados a regular las conductas, de tal modo que la normatividad, expresión de la voluntad del
soberano— se transforme en conducta normal, al revés que en la ordenación donde lo normalmente
consolidados se transformaba en normativo.
Sólo el Estado liberal logró constituirse como una verdadera organización contrapuesta a la sociedad
como una ordenación dotada de un orden inmanente.

4. El Estado como el gran expropiador

El Estado pasa a expropiar los grupos sociales y a las entidades territoriales de la facultad de darse
su propio orden jurídico y paralelamente, estatiza en Derecho.
Por consiguiente, el Estado liberal actúa en el proceso expropiador, tomando a su cargo funciones
antes asumidas por entidades eclesiásticas o laicas.
Hay que fijarse si se está dando el proceso inverso en estos momentos, de invasión del Estado por
grupos o entidades antes a su margen, mediante la mediatización y/o apropiación de la libertad de
acción y decisión del Estado por grupos sociales más poderosos.

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