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mujeres, nuevamente
El artículo 119 ter del Código Sanitario señala que “[e]l Ministerio de Salud dictará los protocolos
necesarios para la ejecución de la objeción de conciencia”. Este protocolo fue dictado por el
gobierno de Michelle Bachelet el 22 de enero de 2018. Tras el cambio de mando, el gobierno de
Sebastián Piñera dictó un nuevo protocolo el 22 de marzo de este año, dejando sin efecto el anterior.
El 9 de mayo, a solicitud de un grupo de parlamentarios y parlamentarias y organizaciones de la
sociedad civil, la Contraloría General de la República declaró “no ajustado a derecho” este último
procotolo.
Con el propósito de dar cumplimiento a lo ordenado por la Contraloría, el Ministerio de Salud dictó
el Reglamento para ejercer Objeción de Conciencia con fecha 23 de octubre. Curiosamente, este
acto administrativo fue impugnado por parlamentarios y parlamentarias del propio oficialismo a
través de dos requerimientos de inconstitucionalidad ante el Tribunal Constitucional. Ambos fueron
declarados admisibles el 20 de noviembre, rechazando el llamado a audiencias públicas, con lo cual
se ha excluido a la ciudadanía del debate.
La disputa planteada ante el Tribunal Constitucional puede resumirse en la pregunta que sigue:
¿pueden los establecimientos privados de salud, que hayan suscrito convenios regidos por las
disposiciones del decreto con fuerza de ley Nº 36, de 1980, del Ministerio de Salud, invocar la
objeción de conciencia, cuando contemplen prestaciones de obstetricia y ginecología que por su
naturaleza comprendan atenciones en pabellón? En otras palabras, ¿pueden instituciones privadas
que ejerzan funciones públicas en virtud de un convenio, invocar la objeción de conciencia y, por
tanto, no realizar interrupciones del embarazo de conformidad con las causales consagradas en la
ley?
Siendo así, los requerimientos en discusión debieran concitar la atención de todas y todos. Tan solo
un año después de la aprobación de la ley que despenalizó la interrupción voluntaria del embarazo
en tres casos excepcionales, dando un paso adelante en el reconocimiento de las mujeres como
ciudadanas, tambalean –nuevamente– los derechos sexuales y reproductivos en Chile.
Maya Fernández, presidenta de la Cámara y diputada PS
Claudia Sarmiento, ex jefa del área de Reformas Legales del Ministerio de la Mujer y Equidad de
Género
Frente Feminista RD