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PODER, LEGITIMIDAD Y VIOLENCIA 211 PODER, LEGITIMIDAD Y VIOLENCIA Rafael del Aguila Catedrético de Ciencia Politica, Universidad Auténoma de Madrid. I. ALGUNAS PRECISIONES CONCEPTUALES Existe un primer vinculo entre poder y violencia, un vinculo que nos es intuitivamente evidente: dado que el poder trata de obtener obediencia, los medios de conse- guir esa conformidad son (0 pueden ser) la coaccion, la amenaza o el miedo. Esta primera aproximacién intui- tiva suele acompafiarse con otra: quien posee los me- dios para conseguir esa conformidad tiene el poder, quien tiene pistolas y est4 dispuesto a usarlas tiene el poder. Asi, el poder se tiene (como se tiene una espada o un pufial, como se “tiene” un tanque o un misil). Sin embargo, estas primeras aproximaciones intuitivas no acaban de ser correctas. Empezando por el final: el po- der no se posee, no se tiene, no es un objeto. Pese a LA MECANICA DEL PODER 212 que sus personificaciones y simbolos encarnan en obje- tos (una corona, un escudo, una bandera, un uniforme, un libro), el poder no es esos objetos ni depende de ellos de Ja manera en que su simbolizacién presume. El poder no es una cosa, es una relacién, y eso signifi- ca que depende de la obediencia, que no hay poder donde no existe obediencia, y que donde una estructura de poder se estabiliza, igualmente lo hacen los grupos de los que mandan y de los que obedecen. Ahora bien, si unos obedecen y otros mandan ¢es Porque unos tienen los medios de coaccién y otros no? ¢porque unos poseen el pufal, la espada, los tan- ques, los uniformes y otros no? Es decir, aun en el supuesto de que el poder no sea, propiamente hablan- do, una “cosa”, ¢depende como relacién de los medios de violencia y coaccién? La respuesta es: en parte si, pero sélo en parte. Porque como asegura un viejo di- cho “con las bayonetas puede hacerse de todo, menos sentarse sobre ellas”. Es decir, la coaccién, la violen- cia, la amenaza de uso de la fuerza, son una base del poder, pero no la tinica y ni siquiera la mas importan- te. Para obtener una relacién estable de poder se re- quiere, ademas de la violencia, un conjunto de ideas y creencias que le sirvan de apoyo y hagan creer a los obedientes en la necesidad, santidad, ventajas, morali- dad, indefectibilidad, etc., de obedecer, es decir, se re- quiere de legitimidad. PODER, LEGITIMIDAD Y VIOLENCIA 213 Quien sdlo posee la obediencia, pero no esas creen- cias legitimantes, quien tiene los medios de coaccionar, pero no puede justificar esa coaccién, quien esgrime la amenaza, pero no puede conectarla con algo necesario y grande y fundamental... no consigue estabilizar su poder. De hecho, todos nosotros apreciamos Ja diferen- cia entre pagar impuestos o ser asaltado por un ladrén en un callején oscuro; detener el coche ante una sefial de trafico o ser obligado a ello por la banda del barrio; que se encarcele a un delincuente o que se secuestre a un particular; la obligacién de participar en una mesa electoral o la obligacién de asistir al funeral del mafio- so del lugar... etc. Y la diferencia entre estos supuestos esta claramente conectada con nuestras ideas sobre el poder legftimo (los impuestos son necesarios para una sociedad mas justa; la obediencia a las sefiales de trafi- co es buena para todos; encarcelar a los delincuentes es necesario en cualquier orden social; cumplimentar nuestros deberes civicos es algo muy positivo para la convivencia en libertad; etc.). Asf llegamos a dos conclusiones importantes: 1) el poder es una relacidn; 2) relacién que se basa posible- mente en la coaccién, el miedo o la violencia pero igualmente en la creencia en su legitimidad. Y estas dos conclusiones son las que nutren el primer conjunto de teorias del poder: las estratégicas.

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