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Dilatación, período de

DEFINICIÓN

Período del parto en el que se produce una dilatación del cuello del útero para permitir la
salida al feto. A medida que las contracciones uterinas efectivas van aumentando de
frecuencia e intensidad y la presión que ejerce la bolsa de las aguas, el cuello uterino
comienza a dilatarse y se produce la expulsión del tapón mucoso cervical que obstruye el
orificio uterino durante la gestación. Cuando la dilatación alcanza los 6 cm, la bolsa de las
aguas suele romperse; al alcanzar la dilatación completa (unos 10 cm) es posible el paso de la
cabeza fetal y, por tanto, el parto.

Fases de la dilatación en el parto


Dilatación pasiva: en esta etapa del parto el cuello de la matriz se dilata
de 0 a 3 centímetros. Las contracciones pueden durar entre 30 y 60
segundos y puede haber entre ellas de 5 a 20 minutos. Esta fase es la
más larga de la dilatación, puede incluso durar días, sobre todo en
mujeres que van a dar a luz a su primer hijo. Si todavía no has expulsado
el tapón mucoso, una sustancia viscosa de color amarronada que sella la
entrada del útero, este podría se el momento.
En esta primera etapa de la dilatación, lo mejor que puedes hacer es
distraerte: leer un libro, ver una película, darte una ducha, hablar por
teléfono con amigos o dar un paseo. Todavía es pronto para ir al
hospital. Hasta que las contracciones no se produzcan cada 5 minutos y
durante un período de una hora es conveniente que estés en tu casa ya
que te encontrarás más cómoda.
Dilatación activa: en esta etapa del parto, el cuello del útero se dilatará
de 3 a 10 centímetros. Las contracciones se volverán más intensas,
largas y se producirán de manera más frecuente. Pueden durar cerca de
un minuto y se producen cada 2 o 4 minutos. Tendrás poco tiempo para
descansar entre contracción y contracción. Si quieres ponerte
la anestesia epidural, es el momento de pedirla.
Lo mejor que puedes hacer en esta fase de dilatación es poner en
práctica las técnicas de respiración que aprendiste durante la
preparación al parto. Tu pareja puede ayudarte dándote masajes en los
riñones o dándote ánimos y muchos mimos. No podrás beber agua
durante este proceso pero el papá puede pasarte por los labios un
algodón empapado en agua. Los últimos 3 centímetros en la dilatación
son los más intensos, se denomina etapa de transición.
Casi no hay tiempo para descansar entre contracciones. Sentirás una
fuerte presión en la parte baja de la espalda y en el recto. Puede que
tengas ganas de empujar, pero no debes hacerlo hasta que la matrona o
el ginecólogo te lo indiquen. Una vez que la dilatación se ha producido
llega la siguiente etapa del parto: la expulsión.

Fases de la dilatación en el parto


Dilatación pasiva: en esta etapa del parto el cuello de la matriz se dilata
de 0 a 3 centímetros. Las contracciones pueden durar entre 30 y 60
segundos y puede haber entre ellas de 5 a 20 minutos. Esta fase es la
más larga de la dilatación, puede incluso durar días, sobre todo en
mujeres que van a dar a luz a su primer hijo. Si todavía no has expulsado
el tapón mucoso, una sustancia viscosa de color amarronada que sella la
entrada del útero, este podría se el momento.
En esta primera etapa de la dilatación, lo mejor que puedes hacer es
distraerte: leer un libro, ver una película, darte una ducha, hablar por
teléfono con amigos o dar un paseo. Todavía es pronto para ir al
hospital. Hasta que las contracciones no se produzcan cada 5 minutos y
durante un período de una hora es conveniente que estés en tu casa ya
que te encontrarás más cómoda.
Dilatación activa: en esta etapa del parto, el cuello del útero se dilatará
de 3 a 10 centímetros. Las contracciones se volverán más intensas,
largas y se producirán de manera más frecuente. Pueden durar cerca de
un minuto y se producen cada 2 o 4 minutos. Tendrás poco tiempo para
descansar entre contracción y contracción. Si quieres ponerte
la anestesia epidural, es el momento de pedirla.
Lo mejor que puedes hacer en esta fase de dilatación es poner en
práctica las técnicas de respiración que aprendiste durante la
preparación al parto. Tu pareja puede ayudarte dándote masajes en los
riñones o dándote ánimos y muchos mimos. No podrás beber agua
durante este proceso pero el papá puede pasarte por los labios un
algodón empapado en agua. Los últimos 3 centímetros en la dilatación
son los más intensos, se denomina etapa de transición.
Casi no hay tiempo para descansar entre contracciones. Sentirás una
fuerte presión en la parte baja de la espalda y en el recto. Puede que
tengas ganas de empujar, pero no debes hacerlo hasta que la matrona o
el ginecólogo te lo indiquen. Una vez que la dilatación se ha producido
llega la siguiente etapa del parto: la expulsión.

Fichas prácticas

Definiciones

Contracciones (embarazo) - Definición


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Noviembre 2017

 Definición
 Consulta también: Que significa contracciones en el embarazo

Definición
Las contracciones durante el embarazo son espasmos del útero que endurecen el vientre. Las
mujeres embarazadas pueden sentir algunas contracciones durante el embarazo. Por lo
general no son dolorosas, son poco frecuentes e aisladas. Pueden ser debidas al cansancio o
un esfuerzo intenso. En caso de contracciones demasiado frecuentes o regulares prescribir
reposo acompañado a veces con un tratamiento antiespasmódico, puede ser útil. Antes del
parto, las contracciones se vuelven más dolorosas y persistentes; un examen ginecológico
detecta los cambios en el cuello del útero y este proceso marca el inicio del parto.

TIPOS:

Las contracciones prodómicas


Más molestas que las anteriores son las contracciones llamadas "prodómicas", que son las
que preparan el organismo de la futura mamá para que pueda hacer frente al momento del
parto. Se sienten en la última semana del embarazo, a veces van acompañadas de la
expulsión del tapón mucoso y su misión es ir acortando el cuello del útero poco a poco,
hasta borrarlo, para que acto seguido comience a dilatarse.
A diferencia de las contracciones "de verdad", se localizan en la zona lumbar, no llegan a
prolongarse más de 30 segundos y en lugar de ir haciéndose más frecuentes, dejan de
darse en menos de 20 minutos. Pasado este tiempo, volverás a sentirte completamente
normal.

Las contracciones de dilatación


Las auténticas contracciones de parto, las de dilatación, suelen presentarse de forma
regular, aunque bastante espaciadas (cada 15 o 20 minutos), con una molestia parecida a
un incómodo dolor de riñones, que poco a poco se va dirigiendo hacia el vientre.

En un primer momento, las auténticas contracciones de parto no se prolongarán más de 20


segundos, pero a medida que se acerque el momento del parto se irán haciendo más
largas, intensas y frecuentes. Cada vez que te sobrevenga una sentirás una leve tirantez
en la zona del bajo vientre, al tiempo que la tripa se te pone muy dura.

A partir de ese momento no comas nada (por si tienen que ponerte anestesia total) y
controla con tu pareja el tiempo que dista entre una contracción y la siguiente. Estad muy
atentos y cuando se te produzcan cada menos de 10 minutos, aunque aún tardarás
bastante en dilatar (entre 8 y 12 horas si eres primeriza, y entre 4 y 6 si has tenido más
hijos), salid para la clínica.

Contracciones de transición
Una vez que el cuello del útero se borra (cuando alcanza de 2 a 4 centímetros de
dilatación) comienza la fase de transición, en la que el bebé empieza a descender por el
canal vaginal. En esta fase las contracciones son muy largas(duran hasta 90 segundos),
intensas y continuadas (se dan cada minuto y medio).
Si vas a dar a luz con la epidural, a partir de este momento dejarás de sentir dolor. Pero
si no vas a solicitarla o por cualquier motivo no pueden ponértela, te vendrá muy bien saber
quesi te colocas de lado y mantienes un ritmo respiratorio regular, lograrás relajarte y
sentirte mejor. Esta postura, además, te ayudará a controlar las ganas de empujar.
Ya sabes que hasta que alcances los 10 centímetros de dilatación no debes empujar. Tu
hijo aún no dispondrá de espacio suficiente para salir y tus esfuerzos sólo servirán para
agotarte y hacerle daño. En esta fase, más que en ninguna otra, seguir las indicaciones
de la comadrona es básico para que todo vaya bien.

Contracciones de expulsión
Las contracciones finales, aunque son las más fuertes, duraderas y seguidas,son las
más gratificantes para la inminente mamá, pues sabe que se trata del último esfuerzo.
En esta fase la comadrona te dirá que empujes en cada contracción y que en el intervalo
entre una y otra respires profundamente, para recuperar fuerzas.

Tu hijo puede tardar 40 minutos en asomar su coronilla si eres primeriza, y mucho menos
si has dado a luz antes. Cuando esto ocurra tendrás que dejar de empujar unos instantes,
hasta que el médico compruebe que el cordón umbilical no le oprime el cuello cuando
salga la cabeza. Sólo faltan dos o tres empujones para que el niño salga por completo, lo
que hará sin mucho esfuerzo.
Transcurridos 10 minutos de la expulsión comienza el alumbramiento. En esta última fase
del parto el útero también se contrae, pero estas contracciones no tienen la misión de
ayudar al niño a salir, sino la de expulsar la placenta. En cualquier caso, no temas. Serán
sólo cuatro o cinco y mucho menos dolorosas que las de las fases anteriores.

Entuertos: las contracciones del día después


Después de dar a luz, cuando se te pase el efecto de la anestesia, comenzarás a sentir de
vez en cuando unos fuertes retortijones en el bajo vientre. No te preocupes, porque estas
contracciones que sentirás en la zona inferior de la tripa uno o dos días después del parto
son completamente normales.

Se producen porque el útero ha empezado a contraerse para recuperar su tamaño normal,


el que tenía antes de que te quedaras embarazada. Con el primer hijo apenas se notan,
pero con los siguientes pueden ser bastante intensos y dolorosos.

Para aguantarlos mejor, cuando te sobrevengan contén la respiración y abrázate con


fuerza a un almohadón. Si este remedio no te sirve, pregunta a tu médico si puedestomar
algún calmanteque no interfiera en la lactancia. Y no te extrañes si se te agudizan mientras
amamantas a tu hijo: ocurre porque la succión de los pezones produce un efecto reflejo en
el útero, que hace que se contraiga con más rapidez.

Ten paciencia: esta molestia no dura más de tres o cuatro días y tiene el aspecto positivo
de que te ayuda a recuperar la línea más rápidamente.

2. Segunda fase del parto: expulsivo


La fase de expulsivo empieza cuando se alcanza la dilatación completa y acaba en el
momento en que el feto sale completamente al exterior. Durante esta fase, es normal
que la mujer empiece a notar una necesidad de apretar, muy parecida a la de hacer
de vientre. Los pujos de la madre son una ayuda importantísima para ayudar el feto a
salir. En un parto normal, el bebé sale mirando hacia la espalda de su madre. Esto es
debido a la forma ovalada de la última parte estrecha que tiene que atravesar en la
pelvis, entre el pubis y el coxis. Casi todos los partos ocurren así, porque es la forma
más eficiente para salir. De forma natural el feto adapta su cabeza, como si fuese un
obús, para poder salir ocupando el menor espacio posible. Esta fase expulsiva puede
durar desde una a dos horas habitualmente, pero si se ha administrado anestesia
epidural puede ser más larga. Igual que con la dilatación, suele ser más rápido
cuando la mujer ha tenido más hijos.
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PARTO
Las fases del parto: dilatación,
expulsivo y alumbramiento
( El parto normal, paso a paso )

A medida que el nacimiento del bebé se acerca, a la madre cada vez le inquieta más
pensar cómo será el parto. Aunque cada alumbramiento es diferente, desde un punto
de vista médico, todos pasan por tres fases: dilatación, expulsivo y alumbramiento.
Conocer cómo se desarrolla el trabajo del parto, puede ayudar a afrontarlo con más
serenidad.
Desde un punto de vista clínico, un parto tiene tres fases: la dilatación, el expulsivo y
el alumbramiento. La dilatación se corresponde a lo que comúnmente se llama
también trabajo de parto, todo el proceso de las contracciones, dilatación del cuello
del útero y el descenso del feto por el canal del parto. El expulsivo es la parte final del
parto, y el alumbramiento corresponde a la salida de la placenta. A pesar de que el
parto es todo el proceso desde su inicio hasta la expulsión de la placenta, en
ocasiones se habla de “trabajo de parto” para definir lo que técnicamente se conoce
como dilatación, y de “parto” para la salida del feto propiamente dicha.
Seguro que has oído acerca de partos que “han durado días”. En realidad, existe una
fase previa al proceso de parto, técnicamente conocida como “pródromos de parto”,
en la que estrictamente el parto no se ha iniciado, pero que puede ser de gran
duración y muy molesta en algunos casos.
1. Primera fase del parto: dilatación
La primera fase del parto va desde su inicio hasta la dilatación completa del cuello
uterino. Se llama completa porque en ese momento el cuello del útero se ha dilatado
tanto que forma un solo conducto con la vagina, por el cual el feto saldrá. Más o
menos corresponde aproximadamente a 10 cm, que es la amplitud que permitirá al
feto de salir.
A lo largo de la fase de dilatación, las contracciones del útero son cada vez más
frecuentes y duran más tiempo. Esa es la fase más larga del parto. En un primer parto
puede durar de 8 hasta 12 horas, o incluso más. En general, la duración de la fase de
dilatación es más corta en el segundo y posteriores partos, aunque siempre puede
haber excepciones.
Al mismo tiempo que se produce la dilatación del cuello uterino, la cabeza del feto que
desciende por la pelvis se define técnicamente como “descenso”. El feto debe
atravesar la pelvis de la madre, que forma un canal algo irregular, de pocos
centímetros de largo, pero que tarda unas horas en atravesar, porque es estrecho y la
cabeza pasa justa por ese canal. Es un canal algo irregular y tiene una forma ovalada
que va cambiando un poco de orientación. La cabeza del feto se adapta muy bien a la
pelvis y puede aprovechar el mejor ángulo para pasar en cada nivel de ella.
Los profesionales que controlan el parto utilizan para entenderse unos planos
imaginarios a diferentes alturas de la pelvis materna. Reciben el nombre de planos de
Hodge, y sirven para saber a qué altura está el feto. Son 4 planos, en el primer plano,
el feto está entrando en la parte superior de la pelvis. En el cuarto plano, su cabeza
supera ya la parte más baja de la pelvis, entre el pubis y el coxis, ya preparada para
salir.
2. Segunda fase del parto: expulsivo
La fase de expulsivo empieza cuando se alcanza la dilatación completa y acaba en el
momento en que el feto sale completamente al exterior. Durante esta fase, es normal
que la mujer empiece a notar una necesidad de apretar, muy parecida a la de hacer
de vientre. Los pujos de la madre son una ayuda importantísima para ayudar el feto a
salir. En un parto normal, el bebé sale mirando hacia la espalda de su madre. Esto es
debido a la forma ovalada de la última parte estrecha que tiene que atravesar en la
pelvis, entre el pubis y el coxis. Casi todos los partos ocurren así, porque es la forma
más eficiente para salir. De forma natural el feto adapta su cabeza, como si fuese un
obús, para poder salir ocupando el menor espacio posible. Esta fase expulsiva puede
durar desde una a dos horas habitualmente, pero si se ha administrado anestesia
epidural puede ser más larga. Igual que con la dilatación, suele ser más rápido
cuando la mujer ha tenido más hijos.
La salida del bebé
Dentro de la fase del expulsivo, evidentemente el momento más importante para los
padres es la salida de la cabeza. También es el momento más importante para el
profesional, que deberá poner la máxima atención para que todo transcurra de la
forma más natural posible y, a la vez, de forma controlada. Es importante que la
cabeza del bebé salga lentamente para evitar una descompresión brusca y que se
proteja el periné (espacio entre el ano y la vagina materna). Es normal que la mujer
sienta la necesidad de empujar muy fuerte en el momento en que sale la cabeza, pero
es importante controlar esta fuerza para asegurar que la salida sea lo más suave
posible. En ese momento, la ayuda de un profesional experimentado es fundamental,
porque ayudan a la salida lenta de la cabeza y, a continuación, de los hombros,
protegiendo en todo momento el periné de la madre. Una vez estén fuera cabeza y
hombros, el resto del cuerpo saldrá al exterior sin ninguna dificultad.
La protección del periné es muy importante antes de que salga la cabeza fetal por él.
Si se considera que el periné no se distiende bien, especialmente en las mujeres para
las que es el primer parto (primíparas), en ocasiones se realiza una episiotomía (un
pequeño corte) para reducir el riesgo de que se produzca un desgarro. La necesidad
de episiotomía es mucho menor si se ha preparado el periné, si el parto y el expulsivo
han podido transcurrir con un tiempo adecuado para que el periné se adapte poco a
poco. Por supuesto, la necesidad es muy baja en los siguientes partos.
Una vez el bebé está finalmente fuera, se colocará sobre el pecho de la madre para
guardar contacto con ella, piel a piel.
3. Tercera fase del parto: alumbramiento
Aunque es habitual utilizar este término como sinónimo de parto, en medicina esta
tercera fase hace alusión, en realidad, a la salida de la placenta. El parto no ha
acabado técnicamente hasta que sale la placenta y las membranas ovulares. Una vez
vaciado el útero, se ponen en marcha unas señales que hacen que la placenta se
desprenda y se expulse. Es un proceso muy delicado porque la placenta recibe
muchísima sangre. Por ello, inmediatamente después de desprenderse la placenta, la
madre tiene una gran contracción uterina continua. El útero se cierra fortísimo, como
un puño, y esto evita el sangrado que aparecería después del desprendimiento de la
placenta.
En ocasiones a la placenta le cuesta salir y se considera que es mejor actuar, porque
es una de las causas de hemorragia postparto. Es una de las complicaciones más
frecuentes en entornos en los que no hay profesionales. En la historia ha sido una de
las causas más frecuentes de muerte materna en el parto, y por desgracia todavía lo
es en algunas partes del mundo. En medios con recursos, es una complicación muy
importante y que requiere atención muy urgente y especializada. Pero hoy en día se
dispone de muchísimas armas terapéuticas y la hemorragia postparto se consigue
controlar en prácticamente todos los casos, de forma que la mortalidad materna por
esta causa se ha reducido casi a cero.
Es habitual y una recomendación de la OMS que se realice un alumbramiento
“dirigido”, suministrando oxitocinacon la salida del feto, dado que se ha demostrado
con estudios científicos que con esta medida se reduce el riesgo de hemorragia
postparto.
PLACENTA:

La placenta es una estructura de origen fetal, la placenta pertenece al bebé y no a la madre, de


hecho, las características genéticas de la placenta son idénticas a la del bebé en formación. Es
más bien fea, digamos horrorosa, carente de toda estética y para muchos algo digno de repulsión:
es una torta redonda, morada, sanguinolenta, fláccida… pero como veremos a continuación es un
órgano maravilloso y fundamental para que exista alguna posibilidad de embarazo!

Saco amniótico :

Como su nombre lo indica es el saco que mantiene el líquido amniótico y


el feto dentro de la placenta. El saco se forma a partir del octavo y
noveno día de realizarse la fecundación. Además de cuidar el bienestar
del feto, el saco amniótico sirve para la reconstrucción ocular.

Feto: El feto o embrión es el humano en desarrollo desde el momento en


que se realiza la fecundación. Para completar el tiempo de gestación, el
feto humano dura alrededor de 37 a 41 semanas, es decir ocho meses.
Aunque en ocasiones el feto puede nacer de siete meses, es a lo que se
le llama sietemesinos. Cuando el bebé está dentro del útero se llama feto
y cuando nace se llama neonato. Pared del útero La pared del útero es la
parte que divide el interior del útero con el exterior.

Amnios: El amnios es una mucosa que rodea al embrión, pero se


eliminado al entrar en el líquido amniótico, el cual lo protege para impedir
una deshidratación.

Cordón Umbilical El cordón umbilical es el que permite el vínculo entre la


placenta y el bebé. Este nexo es el que permite que la madre esté
conectada directamente con su bebé aunque este dentro de la placenta
en el útero. El cordón umbilical, siempre y cuando sea lo más largo
posible (50 centímetros de largo) y (dos centímetros de diámetro) facilita
que el bebé se mueve fácilmente, también que sus órganos se
desarrollen de forma correcta. Algunas deformaciones en los bebés se le
atribuyen a la poca extensión del cordón.

¿Qué es y qué función tiene el cordón umbilical?

Uno de los pilares básicos de la vida fetal es el cordón umbilical que es el


encargado de establecer la unión entre el feto y la placenta. Los
componentes más importantes del mismo son las dos arterías (un 1 por
ciento de los recién nacidos tienen sólo una arteria) y la vena umbilical, que
permiten el intercambio de sustancias entre madre e hijo. Estas estructuras
vasculares están inmersas en una sustancia viscosa llamada gelatina de
Wharton y a su vez todo ello está rodeado por una fina vaina. Es
importante la estimación de la longitud del cordón umbilical a través de
ecografia. Los cordones muy largos se relacionan con mayor riesgo de
vueltas alrededor de diversas partes del feto (cuello, brazos) y con nudos
verdaderos que en muchos casos obligan a la realización de cesárea, para
evitar daños en el feto. Los cordones cortos pueden entrañar también
problemas en el parto como desprendimiento de placenta, rotura de cordón
y hemorragia fetal

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