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Escuela de Psicología
ENSAYO INDIVIDUAL
Introducción
“El abuso sexual en cualquiera de sus formas, es el tipo de maltrato infantil más escondido
que muy poco se da a conocer en el ambiente médico, social y legal, a pesar de que la
frecuencia de casos se van multiplicando en los últimos años.” (Onostre, 2000. p,2)
De esta manera entonces, cuando el niño recién está aprendiendo que no debe confiar
en las personas desconocidas, se ve enfrentado a ser dañado por una persona que considera
dentro de sus vínculos más cercano, lo cual genera confusiones en el menor; y por tanto
mayores consecuencias negativas en el aspecto psicológico como se refiere a continuación.
Sin lugar a dudas el abuso genera un daño muy fuerte en el menor, a pesar de que este
no logre comprender un acto sexual. Lamentablemente el niño durante años ha sido visto
como una persona que no puede discernir bien, que no tiene poder de opinión, ya que no
entiende nada de lo que le pasa, sin embargo, el niño si sabe lo que está viviendo, y vive una
experiencia como cualquier persona, y la retiene como forma de protección hasta que tiene
las armas internas necesarias para expresarlo, como refiere Guerricaechevarria (2007)
“Respecto a la edad, los niños muy pequeños (en la etapa de preescolar), al contar con
un repertorio limitado de recursos psicológicos, pueden mostrar estrategias de negación de
lo ocurrido.” (p.6)
Por lo que el abuso se descubre tarde, y no es esperado por el resto de los familiares,
ya que el menor no muestra de forma clara los supuestos síntomas que se aprecian en un
abusado y en el mayor de los casos, es descubierto por otras razones, según refiere García,
Loredo y Gómez (2009), quienes afirman que el abuso sexual más recurrente es el incesto,
pero que generalmente se mantiene en secreto, por lo que con frecuencia la solicitud de
atención médica o psicológica es por situaciones aparentemente no relacionadas, presencia
de vulvovaginitis o una infección de transmisión sexual (ITS), hiperemia o lesiones genito-
anales; versión del menor; embarazo no esperado en la edad de la menor; sospecha de un
familiar o hallazgo durante una exploración médica. (p.94)
Es importante consignar que, a medida que aumenta la edad, existe
menor latencia entre el inicio de la situación de abuso, la
comunicación a los familiares y el momento de consulta, sobre todo
en la adolescencia. También se puede apreciar que a partir de los 10
años de edad el número de consultas por ASI sobrepasa en forma
evidente al número de abusos recientes. Esta situación se explica, ya
sea por la demora en la comunicación del hecho a los familiares, por
la re-elaboración vivencial en esta edad de la experiencia abusiva en
la niñez o por un síndrome de estrés postraumático. En la viñeta
clínica se pueden apreciar las manifestaciones psíquicas
experimentadas en un adolescente como expresión tardía de abuso
sexual ocurrido en la infancia. (Almonte – Insunza - Ruiz, 2002, p.2)
1. Tomar decisiones en cuanto a la detención del abuso y las implicancias judiciales del
mismo.
2. Clarificar sus sentimientos hacia el abusador y decidir respecto a su relación con él.
3. Ser receptiva al sufrimiento del niño(a) víctima del abuso y a los sentimientos de sus otros
hijos frente a la revelación.
4. En caso de separarse del abusador, generalmente debe enfrentar una merma en su situación
económica y cambios significativos en su estilo de vida que la afectan a sí misma y a los
hijos. (p.29)
El sistema familiar entonces, según refiere Almonte, Insunza y Ruiz. (2002) ejerce
un papel protagónico y estructurante en el desarrollo psicológico normal o perturbado de
cada uno de sus miembros, papel que en cuya realización interviene la calidad del vínculo
afectivo, características de los patrones interaccionales recurrentes, y el cumplimiento de las
funciones de los miembros en los subsistemas que lo conforman. El ASI intrafamiliar con
frecuencia significa una transgresión de los límites transgeneracionales, lo que ocurre cuando
el abuso es realizado por una figura parental. En esta situación, en la víctima se produce una
perturbación en la formación valórica, derivada de la transformación del garante ético en un
transgresor de estos valores. Las consecuencias del ASI suelen resultar impredecibles para el
futuro de la familia y de cada uno de sus miembros. (, p.2)
Entonces, estamos hablando de un daño potente que interrumpe la inocencia y genera una
serie de conflictos, como bien plantea Rodriguez (2012):
Sumado a lo anterior, en la mayoría de los casos que un niño confiesa haber sido
abusado, su palabra se pone en duda, y por tanto el daño se transforma en un problema aun
mayor, la incomodidad que siente un niño al confesar un abuso se acompaña en algunos casos
con que no les crean el abuso y, por tanto, el dolor y la impotencia por parte de la víctima
aumenten.
¿Pero que se puede hacer en estos casos? ¿No dejar que nadie se quede solo con tu
hijo, sin importar la confianza que tengas con esa persona?, y es que al parecer esto suena
cómico per podría haberles ahorrado problemas a millones de familias a nivel mundial, el
abuso sexual contra menores se ha convertido en un problema a nivel social y
lamentablemente la confianza en el sistema familiar al parecer puede traer conflictos
inimaginables.
Y más preocupante aun, la invisibilización de los abusos, nos hace sentarnos a pensar
y hacernos una idea de cuantos niños y niñas están siendo abusados en este momento sin que
nadie lo sepa ni ahora ni nunca, ¿Cómo se puede proteger a la población más vulnerable?, si
estos no tienen las herramientas para defenderse solos y ni siquiera recordarán con claridad
el delito. Y es que debido a la gravedad del asunto todos terminamos siendo responsables de
proteger, denunciar cuando es necesario, manejar los factores re riesgos y protectores, de tal
manera de acentuar los protectores, no minimizar ni quitarle importancia a lo ocurrido, que
aunque un delito de adorne y se justifique de manera bonita, sigue siendo un delito.
Es relevante que estas reflexiones , generen interés en los profesionales que pueden
intervenir en este tipo de casos, que se realicen nuevas investigaciones que permitan mejorar
y enriquecer los procedimientos que se siguen actualmente, tanto en el ámbito judicial, como
en la prevención de los abusos sexuales a menores, no debe existir descanso solo porque
existan más denuncias que antes, es un gran paso pero también es una prueba de que el abuso
sexual está instaurado en nuestra cultura y está dañando la infancia de gran cantidad de niños
del país.
Referencias
García, C. Loredo, A. Gómez, M. (2009) “Guía para la atención del abuso sexual infantil”
Acta pediátrica de México. Recuperado el 20 de Noviembre del 2016, Disponible en
http://www.medigraphic.com/pdfs/actpedmex/apm-2009/apm092e.pdf
Pareda, N. (2010) “Consecuencias psicológicas a largo plazo del abuso sexual infantil”.
Universidad de Barcelona. Recuperado el 14 de Noviembre del 2016, disponible en
http://www.papelesdelpsicologo.es/pdf/1846.pdf
Redondo, C. Ortiz, M (2005) “El abuso sexual infantil”, Boletín de la sociedad de pediatría
de Asturias, Cantabria, Castilla y León. Recuperado el 19 de Noviembre del 2016,
disponible en http://sccalp.org/boletin/191/BolPediatr2005_45_003-016.pdf