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sobrepasen las 12 horas diarias y no superen las 48 horas semanales sí son

compatibles con nuestra Constitución.


Uno de los temas en donde el Tribunal Constitucional ha sido bastante
enfático ha sido en el rechazo al establecimiento permanente de este tipo
de jornadas en el sector minero y, en general, en todo tipo de trabajo que
demande un gran esfuerzo del trabajador, como ocurre en el sector petrolero
o en el pesquero.
En este sentido, si bien en la Resolución Aclaratoria N° 2 de la sentencia
recaída en el Exp. N° 4635-2004-PA/TC el máximo intérprete de nuestra
Constitución nos da a entender que si bien las jornadas atípicas que superen
las ocho horas diarias pero que no se extiendan por más de 12 horas diarias y
no superen las 48 horas semanales son constitucionales en la medida que no
se instauren en centro de trabajo debido a una justificación objetiva, mantiene
la posición de que de ninguna manera es posible fijar una jornada de trabajador
superior a esos límites y, lo que es más importante, que no pueda establecerse
de manera permanente, ya sea a través de acuerdos individuales
o convenios colectivos de trabajo.
Por esta razón es que el Tribunal Constitucional declara la incons-titucionalidad
de los artículos 209, 210, 211 y 212 del Reglamento del Texto Único
Ordenado de la Ley General de Minería, aprobado por el Decreto Supremo
N° 003-94-EM y de toda aquella disposición que imponga una jornada diaria
mayor a la ordinaria de ocho horas para los trabajadores mineros.
Indudablemente lo manifestado por el Tribunal Constitucional es acertado,
pues asumir una posición en contrario implicaría transgredir abiertamente
los artículos 1 (que regula la configuración del derecho a la dignidad de la
persona humana), 2, inciso 22 (que establece el derecho de toda persona a
la paz, a la tranquilidad, al disfrute del tiempo libre y al descanso, así como
a gozar de un ambiente equilibrado y adecuado al desarrollo de su vida), 7
(que reconoce el derecho a la protección de la salud y del medio familiar), 25
(que dispone que la jornada ordinaria de trabajo es de ocho horas diarias y
cuarenta y ocho horas semanales, como máximo; en caso de jornadas acumulativas
o atípicas, el promedio de horas trabajadas en el periodo correspondiente
no puede superar las 48 horas semanales) y 26, incisos 1 y 2 (que
regula lo concerniente a la erradicación y rechazo de los actos contrarios a la
igualdad de oportunidades sin discriminación, y reconoce el carácter irrenunciable
de los derechos reconocidos por la Constitución y la ley).
Pues bien, siendo que los artículos 209 al 212 del Reglamento del Texto
Único Ordenado de la Ley General de Minería establecen disposiciones contrarias
a lo señalado por las señaladas normas constitucionales, estos artículos
son inconstitucionales, por lo tanto, a partir de la publicación de la sentencia
recaída en el Exp. N° 4635-2004-PA/TC (9 de mayo de 2006), dichas
normas carecen de efecto legal.
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EL AMPARO COMO FUENTE INTERPRETATIVA Y NORMATIVA EN EL DERECHO DEL TRABAJO
Para comprobar lo expuesto, haremos ciertas anotaciones con respecto
a cada una de estas normas. Así, el artículo 209 establecía que “para los
casos a que se refiere el numeral 2 inciso a del artículo 206 de la ley, el titular
de actividad minera podrá establecer un sistema minero especial de trabajo
que mantenga la proporción entre los días de trabajo y de descanso tal como
dispone el artículo 2 del Decreto Legislativo N° 713”. Si bien esta norma no es
per se inconstitucional, ya que no obliga a la fijación de jornadas superiores a
las permitidas constitucionalmente, sí constituye una “puerta abierta” para el
uso desmedido de las facultades empresariales en la fijación de la jornada de
trabajo, como en la práctica venía ocurriendo. Por tal razón, ello se encuentra
viciado de constitucionalidad.
Por su parte, el artículo 210 señalaba que “el régimen especial de trabajo
está dirigido a cualquier titular de actividad minera, sea que inicie sus actividades
a partir de la fecha de entrada en vigencia del Decreto Ley N° 26121,
realicen ampliaciones de su capacidad productiva en proyectos existentes,
inicien nuevos proyectos de inversión minera o aquellas que se adecúen al
régimen previsto en este reglamento”. Además, indica que “tratándose de
trabajadores
con contrato vigente a la fecha de entrada en vigencia de este reglamento,
los titulares de actividad minera que se encuentren proporcionando
las facilidades previstas en el artículo 206 de la ley observando la jornada
normal de trabajo, podrán continuar con el mismo sistema respecto a tales
trabajadores, o sustituirlo por el previsto en el presente reglamento, celebrando
acuerdos directos con sus trabajadores. A falta de estos se podrá
solicitar a la Autoridad Administrativa de Trabajo que resuelva de acuerdo
con lo previsto en el artículo 2 del Decreto Legislativo N° 692, previo informe
técnico favorable emitido por el Ministerio de Energía y Minas”. Igualmente,
esta norma faculta al empleador para que pueda fijar jornadas atípicas superiores
a las permitidas por el solo hecho de realizar actividades mineras. Teniendo
la misma naturaleza y razón legal que la de

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