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Capítulo 3

Tengamos bien asida la Palabra de Dios

“USTEDES bien saben con todo su corazón y con toda su alma que ni una sola

palabra de todas las buenas palabras que Jehová su Dios les ha hablado ha

fallado. Todas se han realizado para ustedes.” (Josué 23:14-16.) Así habló Josué

a los ancianos de Israel después que la nación se estableció en la Tierra

Prometida. En efecto, las promesas de Jehová resultaron fidedignas. Ese relato,

así como el resto de la Biblia, se conservó para que nosotros “tengamos

esperanza” (Romanos 15:4).

2 Aunque en la redacción de la Biblia intervinieron unos cuarenta hombres, su

Autor es Jehová. ¿Significa eso que él dirigió la escritura de todo su contenido?

Así es. Lo hizo mediante su poderoso espíritu santo, su fuerza activa. Como bien

dijo el apóstol Pablo, “toda Escritura es inspirada de Dios [...], para que el

hombre de Dios sea enteramente competente y esté completamente equipado

para toda buena obra”. Personas de toda la Tierra que están convencidas de este

hecho prestan atención a la Biblia y hacen que su vida gire en torno a ella

(2 Timoteo 3:16, 17; 1 Tesalonicenses 2:13).

Ayudemos al prójimo a apreciarla

3 Muchas de las personas con quienes hablamos no están convencidas, como lo

estamos nosotros, de que la Biblia es la Palabra de Dios. ¿Cómo podemos

ayudarlas? El mejor modo suele ser abrir las Escrituras mismas y mostrarles su

contenido. “La palabra de Dios es viva, y ejerce poder, y es más aguda que toda
espada de dos filos, [...] y puede discernir pensamientos e intenciones del

corazón.” (Hebreos 4:12.) “La palabra de Dios” no es historia muerta; está viva, y

sus promesas avanzan inevitablemente hacia su cumplimiento. La influencia del

mensaje bíblico en las verdaderas motivaciones del corazón de la gente es más

poderosa que cualquier cosa que nosotros podamos decir.

4 Numerosas personas se deciden a examinar más detenidamente la Biblia al ver

el nombre de Dios en sus páginas. Otras se animan a estudiarla cuando se les

muestra lo que dice sobre el propósito de la vida, la razón por la que Dios permite

la maldad, el significado de los sucesos actuales o la esperanza de vida eterna en

una Tierra paradisíaca. En los países donde las prácticas religiosas exponen a la

gente al acoso de espíritus malignos, la explicación bíblica de cuál es la causa de

dicho acoso y cómo librarse de él despierta el interés. ¿Por qué impresiona a las

personas sinceras el conocimiento de estas verdades? Porque solo la Biblia

proporciona información confiable sobre todas esas cuestiones trascendentales

(Salmo 119:130).

5 Ahora bien, ¿qué podemos hacer cuando alguien nos dice que no cree en la

Biblia? ¿Debería poner eso fin a la conversación? No, si la persona está

dispuesta a razonar. Tal vez considere que la Biblia es el libro de la cristiandad, y

su reacción negativa se deba al historial de hipocresía y entrometimiento en la

política que posee dicha organización, así como a sus constantes peticiones de

dinero. ¿Por qué no preguntarle si ese es el caso? Quizá susciten su interés los

textos bíblicos que condenan los caminos mundanos de la cristiandad y los que
muestran las marcadas diferencias entre esta y el verdadero cristianismo

(Miqueas 3:11, 12; Mateo 15:7-9; Santiago 4:4).

6 A otras personas les ayudará analizar directamente las pruebas de que la Biblia

es inspirada de Dios. ¿Qué le convence a usted de que proviene de Jehová Dios?

¿Es lo que ella misma afirma respecto a su origen? ¿Son sus numerosas

profecías, las cuales reflejan un conocimiento detallado del futuro y, por tanto,

deben proceder de una fuente sobrehumana? (2 Pedro 1:20, 21.) Tal vez sea su

armonía interna, asombrosa si se tiene en cuenta que la escribieron 40 hombres

a lo largo de unos mil seiscientos años. ¿O se trata, quizá, de su exactitud

científica, a diferencia de otros escritos de la época? Otras pruebas son la

franqueza de sus escritores y su conservación pese a perversos intentos de

destruirla. Todo lo que le haya impresionado a usted puede servirle para ayudar a

otras personas.

Nuestra lectura de la Biblia

7 Además de ayudar a nuestro semejante a creer en la Biblia, nosotros mismos

tenemos que dedicar tiempo a leerla con regularidad. ¿Lo está haciendo usted?

De todos los libros que se han escrito, este es el más importante. Por supuesto,

eso no significa que con leerlo por nuestra cuenta sea suficiente. Las Escrituras

nos advierten que no nos aislemos. No debemos pensar que podemos entenderlo

todo mediante la investigación independiente. El cristiano equilibrado no solo

estudia de forma individual, sino que también asiste con asiduidad a las

reuniones del pueblo de Dios (Proverbios 18:1; Hebreos 10:24, 25).


8 A este respecto, la Biblia relata el caso de un funcionario etíope que iba leyendo

la profecía de Isaías cuando el evangelizador cristiano Felipe, dirigido por un

ángel, le preguntó: “¿Verdaderamente sabes lo que estás leyendo?”. El etíope le

respondió con humildad: “¿Realmente, cómo podría hacerlo, a menos que

alguien me guiara?”, y entonces le rogó que le explicara el pasaje. Ahora bien,

Felipe no le dio su opinión personal. Él no era un lector independiente de las

Escrituras, sino que se mantenía en estrecha relación con la organización visible

de Dios, de modo que ayudó a aquel hombre a beneficiarse de la enseñanza que

Jehová ofrecía mediante tal conducto (Hechos 6:5, 6; 8:5, 26-35). De igual

manera, hoy nadie puede llegar a entender correctamente los propósitos de

Jehová por sí mismo. Todos necesitamos la asistencia que él proporciona con

amor mediante su organización visible.

9 A fin de ayudarnos a entender la Biblia, la organización de Jehová suministra

valiosa información en diversas publicaciones. También nos facilita un programa

de lectura bíblica, el cual está coordinado con la Escuela del Ministerio

Teocrático, que se celebra en todas las congregaciones de testigos de Jehová

del mundo entero. Si examinamos personalmente las Santas Escrituras,

obtendremos muchos beneficios (Salmo 1:1-3; 19:7, 8). Haga un esfuerzo

especial por leer la Biblia con regularidad. Aunque no entienda todo a la

perfección, le resultará muy útil tener una visión general de su contenido. Con

solo leer cuatro o cinco páginas diarias, es posible terminarla en alrededor de un

año.
10 ¿Cuándo puede efectuar su lectura de la Biblia? Si le dedica siquiera diez o

quince minutos diarios, recibirá grandes beneficios. De no serle posible, reserve

por lo menos algunos ratos a la semana, y aténgase a lo programado. Si está

casado, usted y su cónyuge tal vez disfruten de leer juntos la Biblia. En caso de

que tengan hijos que ya sepan leer, estos pueden turnarse para hacerlo en voz

alta. La lectura bíblica debe ser una costumbre de por vida, igual que comer.

Como usted sabe, cuando una persona tiene malos hábitos alimentarios, su

salud se resiente. De igual modo, nuestra vida espiritual, y por tanto nuestra vida

eterna, dependen de que nos nutramos con regularidad de “toda expresión que

sale de la boca de Jehová” (Mateo 4:4).

Nuestro objetivo

11 ¿Con qué objetivo hemos de leer la Biblia? No debe ser únicamente abarcar

determinada cantidad de páginas, sino conocer mejor a Dios, a fin de amarlo más

y adorarlo como a él le agrada (Juan 5:39-42). Se espera que tengamos la actitud

del escritor bíblico que dijo: “Hazme conocer tus propios caminos, oh Jehová;

enséñame tus propias sendas” (Salmo 25:4).

12 Tenemos que recibir las enseñanzas de Jehová con el deseo de adquirir

“conocimiento exacto”. Sin él, ¿cómo podríamos aplicar como es debido la

Palabra de Dios, o explicarla correctamente? (Colosenses 3:10; 2 Timoteo 2:15.)

Para obtener conocimiento exacto es imprescindible que leamos con atención las

Escrituras, y si un pasaje es muy profundo, quizá debamos leerlo más de una vez

para captar el sentido. También nos resultará provechoso dedicar tiempo a

meditar en la información y examinarla desde distintos ángulos. En la página 30


se exponen cuatro puntos de vista valiosos desde los cuales pueden analizarse

provechosamente muchos pasajes bíblicos. Compruébelo contestando las

preguntas de las siguientes páginas.

1) Con cierta frecuencia, el pasaje de las Escrituras que leemos nos enseña algo

sobre la personalidad de Jehová. Por ejemplo, en Salmo 139:13, 14 aprendemos

que se interesa mucho por los no nacidos: “Me tuviste cubierto en resguardo en

el vientre de mi madre. Te elogiaré porque de manera que inspira temor estoy

maravillosamente hecho. Tus obras son maravillosas, como muy bien percibe mi

alma”. ¡Qué imponente es la creación de Jehová! El modo como estamos hechos

los seres humanos atestigua su gran amor por nosotros.

En vista de lo que dice Juan 14:9, 10, cuando leemos lo que hizo Jesús por otras

personas, en realidad vemos cómo actuaría el propio Jehová. Teniendo eso

presente, ¿qué concluimos sobre Jehová de los sucesos narrados en Lucas

5:12, 13 y Lucas 7:11-15?

2) Piense en la relación que guarda el pasaje con el tema de la Biblia, a saber, la

vindicación de la soberanía de Jehová y la santificación de su nombre mediante

el Reino en manos de Jesucristo, la Descendencia prometida.

¿Cómo destacaron Ezequiel y Daniel el tema de la Biblia? (Ezequiel 38:21-23;

Daniel 2:44; 4:17; 7:9-14.)

¿Cómo muestran las Escrituras claramente que Jesús es la Descendencia

prometida? (Gálatas 3:16.)


¿Cómo describe Revelación (Apocalipsis) la gran culminación del tema del

Reino? (Revelación 11:15; 12:7-10; 17:16-18; 19:11-16; 20:1-3; 21:1-5.)

3) Pregúntese cómo puede poner por obra las lecciones que extrae de la lectura.

Por ejemplo, en la lectura de Éxodo a Deuteronomio aprendemos que la

inmoralidad y la rebeldía le acarrearon malos resultados al pueblo de Israel. Por

consiguiente, deberíamos resolvernos a no imitar su mal ejemplo, y así agradar a

Jehová. “Estas cosas siguieron aconteciéndoles como ejemplos, y fueron

escritas para amonestación de nosotros a quienes los fines de los sistemas de

cosas han llegado.” (1 Corintios 10:11.)

¿Qué lección encierra el pasaje del asesinato de Abel por parte de Caín?

(Génesis 4:3-12; Hebreos 11:4; 1 Juan 3:10-15; 4:20, 21.)

¿Son aplicables también a los cristianos cuya esperanza es la vida eterna en la

Tierra los consejos bíblicos dirigidos a cristianos que abrigan la esperanza

celestial? (Números 15:16; Juan 10:16.)

Aunque disfrutemos de una buena reputación en la congregación cristiana, ¿por

qué tenemos que pensar en cómo aplicar más plenamente los consejos bíblicos

que ya conocemos? (2 Corintios 13:5; 1 Tesalonicenses 4:1.)

4) Reflexione en cómo va a utilizar lo que lee para ayudar al prójimo. A todas las

personas les preocupan los problemas de salud, así que podemos leerles lo que

hizo Jesús como señal de lo que efectuará a escala mucho mayor con el poder

del Reino: “Se le acercaron grandes muchedumbres, teniendo consigo personas


que eran cojas, mancas, ciegas, mudas, y muchas en otras condiciones, [...] y él

las curó” (Mateo 15:30).

¿A quiénes podría ayudar el relato de la resurrección de la hija de Jairo? (Lucas

8:41, 42, 49-56.)

13 Cuando se tienen en cuenta los cuatro puntos anteriores, la lectura de la Biblia

resulta muy gratificante. Si bien es cierto que constituye un reto, sus beneficios

son para toda la vida, pues nos fortalece en sentido espiritual. Leer la Biblia con

constancia nos acerca más a nuestro amoroso Padre Jehová y a nuestros

hermanos cristianos, y nos ayuda a seguir el consejo de tener “la palabra de vida

asida con fuerza” (Filipenses 2:16).

[Nota]

Para más información sobre por qué la Biblia merece ser analizada, véase el

folleto Un libro para todo el mundo, editado por los testigos de Jehová.

Repaso

• ¿Por qué se escribió y se conservó hasta nuestros días la Biblia?

• ¿Cómo podemos ayudar a otras personas a apreciar las Escrituras?

• ¿Por qué es provechosa la lectura personal y regular de la Biblia? ¿Desde qué

cuatro puntos de vista podemos analizar provechosamente lo que leemos?

[Preguntas del estudio]

1. a) ¿Cómo comprobó el Israel antiguo la veracidad de la Palabra de Dios?

b) ¿Por qué nos concierne eso a nosotros?


2. a) ¿En qué sentido es la Biblia “inspirada de Dios”? b) ¿A qué nos obliga el

conocimiento de que la Biblia es divinamente inspirada?

3. ¿Cuál es el mejor modo de ayudar a muchos de los que no están convencidos

de que la Biblia sea la Palabra de Dios?

4. ¿El conocimiento de qué verdades bíblicas cambia la actitud de algunas

personas hacia la Biblia, y por qué?

5. a) ¿Qué razones puede haber para que alguien no crea en la Biblia? b) ¿Cómo

podemos ayudar a quien piense así?

6. a) ¿Qué le convence a usted de que la Biblia es la Palabra de Dios? b) ¿Qué

otros argumentos pueden servirle para ayudar a la gente a entender que la Biblia

proviene de Dios?

7, 8. a) En lo que respecta a la Biblia, ¿qué debemos hacer? b) ¿Qué se espera

que hagamos, además de leer la Biblia por nuestra cuenta? c) ¿Cómo ha llegado

a entender usted los propósitos de Jehová?

9. ¿Qué beneficioso programa de lectura bíblica podemos seguir?

10. a) ¿Cuándo efectúa usted su lectura bíblica? b) ¿A quiénes debería incluir en

su programa de lectura bíblica, y por qué es importante la regularidad?

11. ¿Con qué objetivo hemos de leer la Biblia?

12. a) ¿Por qué es necesario obtener “conocimiento exacto”, y qué esfuerzo tal

vez debamos hacer con ese fin al leer las Escrituras? b) ¿Desde qué cuatro

puntos de vista podemos analizar provechosamente lo que leemos en la Biblia?


(Véase el recuadro de la pág. 30.) c) A modo de ejemplo, conteste desde tales

puntos de vista las preguntas que siguen al párrafo. Busque los

versículos citados que no están copiados textualmente.

13. ¿Qué resultados podemos esperar si nos atenemos a un programa de lectura

y estudio de la Biblia con la organización de Jehová?

[Ilustración y recuadro de la página 30]

Cuando lea un pasaje de la Biblia, piense en

lo que le dice sobre la personalidad de Jehová

su relación con el tema general de la Biblia

cómo debe influir en su vida

cómo puede utilizarlo para ayudar a su prójimo

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