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Tribunal: Corte Suprema Cuarta Sala (Especial)(CSU4)

Título: Si trabajador es víctima de acoso sexual puede ejercer la acción de despido indirecto. Cuando empleador
no es el acosador directo la ley le exige el cumplimiento del deber de cuidar la salud de sus trabajadores
Fecha: 20/10/2011
Partes: Elizabeth Margarita Gallardo Cabellou c. Línea Aérea Nacional de Chile S.A. o Lan Airlines S.A.
Rol: 9313-2010
Magistrado: Egnem Saldías, Rosa
Magistrado: Valdés Aldunate, Patricio
Magistrado: Pérez Paredes, Gabriela
Magistrado: Maggi Ducommun, Rosa María
Redactor: Egnem Saldías, Rosa
Abogado integrante: Figueroa Serrano, Patricio
Publicado en: Gaceta Jurídica 376, 20/10/2011, 243
Cita Online: CL/JUR/8307/2011
Voces: ABUSO SEXUAL ~ CASACION ~ CASACION EN EL FONDO ~ DEBER DE CUIDADO ~
DERECHO DEL TRABAJO ~ DESPIDO ~ DESPIDO INDIRECTO ~ OBLIGACIONES DEL EMPLEADOR
~ RECURSOS

Hechos:
Demandado interpone recurso de casación en el fondo contra la sentencia de segunda instancia, que
confirmó el fallo de primer grado, que acogió la demanda sobre despido indirecto por acoso sexual. La Corte
Suprema acoge el recurso de nulidad substancial deducido y dicta sentencia de reemplazo

Sumarios:
1. La nueva letra b) del N° 1 del artículo 160 del Código del Trabajo -en texto introducido por la Ley N° 20.005-
consagra como causal de caducidad del contrato de trabajo, la circunstancia de haberse incurrido por el
trabajador en una conducta de acoso sexual. No cabe duda que esta norma, así como el resto de los numerales
que la conforman, están concebidos en el caso en que sea el dependiente el que haya incurrido en algún motivo
que faculta al empleador a poner término a la relación laboral sin derecho a pagar las indemnizaciones derivadas
de la desvinculación. Sin embargo, como ya se adelantó, si es el trabajador que ha sido objeto de actos que
configuren acoso sexual en los términos previstos en el artículo 2 del Código del ramo, puede ejercer la acción a
que se refiere el artículo 171 del mismo cuerpo legal en aquellos casos en que, quien ha incurrido en la causal
del N° 1 del artículo 160 sea el empleador, para los efectos que se disponga el pago de las indemnizaciones a
que se refiere la citada norma
2. En el caso en análisis, en el que el empleador no fue el acosador directo, lo que la ley exige a éste es el
cumplimiento del deber de cuidar la salud de sus trabajadores, comprensiva de su integridad física y síquica, lo
que incluye también las situaciones de acoso sexual, cuestión que según el mérito de los antecedentes reunidos
en estos autos fue observado por la demandada, desde que, como se dejó establecido, dio cumplimiento a la
normativa que rige la materia y reaccionó de conformidad a la misma cuando tuvo conocimiento de la denuncia
que hizo llegar la demandante, sin que exista prueba alguna en este procedimiento en cuanto a que la conducta
de acoso sexual de la que fue víctima hubiera sido propiciada o facilitada por la dirección de la empresa
demandada, o derivada de su falta de cuidado o vigilancia

Texto Completo: Santiago, veinte de octubre de dos mil once.

Vistos:

En autos Rol Nº 1231-2008 del Noveno Juzgado del Trabajo de Santiago, doña Elizabeth Margarita Gallardo
Cabello deduce demanda en contra de su ex empleadora Línea Aérea Nacional de Chile S.A. o Lan Airlines
S.A., representada por don Víctor Alejandro de la Fuente Goic, a fin que se declare que la relación laboral
terminó por causal imputable a la demandada, y que se la condene a pagar las prestaciones que señala, más
reajustes, intereses y costas.

La demandada al contestar solicitó el rechazo de la acción deducida en su contra argumentando no haber


incurrido en incumplimiento de las obligaciones que le impone el contrato, así como tampoco que haya mediado
actos de hostigamiento ni de acoso sexual de su parte en relación con la actora.

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El tribunal de primera instancia, por fallo de veintisiete de enero de dos mil diez, escrito a fojas 87 y
siguientes, acogió la demanda declarando terminado el contrato de trabajo en virtud de lo establecido en el
artículo 171 en relación con el artículo 160 N° 7 del Código del Trabajo a partir del 2 de octubre de 2008 (sic), y
condenó a la demandada a pagar la suma de $ 639.650 por concepto de indemnización sustitutiva del aviso
previo; $ 12.665.070 a título de indemnización ya aumentada en un 80 %; $ 37.070 por feriado proporcional; y
la suma de $ 895.482 por concepto de feriado legal, más reajustes e intereses, con costas.

En contra de dicha decisión, se alzó la demandada y una de la salas de la Corte de Apelaciones de Santiago,
mediante fallo de veintiséis de octubre del año pasado, según se lee a fojas 152, confirmó la sentencia de primer
grado.

La parte demandada dedujo recurso de casación en el fondo en contra del fallo de segunda instancia
señalado, solicitando que se lo anule y en su reemplazo se dicte uno que rechace la demanda en todas sus partes.

Se trajeron estos autos en relación para conocer el referido recurso.

Considerando:

Primero: Que por el presente arbitrio la recurrente denuncia, en primer término, infracción al artículo 171 en
relación con el artículo 160 N° 1 letra b) y N° 7 del Código del Trabajo. Expone que en la especie se trata de una
demanda por despido indirecto que deduce la actora esgrimiendo haber sufrido conductas de acoso sexual por
un trabajador de la empresa, y sosteniendo que ello configura las causales de caducidad señaladas. Agrega que el
artículo 171 del Código del ramo supone, precisamente, que sea el empleador quien incurra en las causales de
terminación del contrato de trabajo de los numerales 1 letra b) y 7 del artículo 160 del Código del Trabajo.
Explica que claramente, como persona jurídica, su parte no ha podido acosar sexualmente a la actora, de modo
que sólo cabe determinar si en su calidad de empleador toleró dicha conducta dejando de aplicar la normativa
legal vigente en relación a esta materia y, si concurrieron las condiciones de gravedad requeridas. Al respecto,
afirma, se encuentra acreditado que su parte adoptó todas las medidas que dispuso la autoridad laboral en el
procedimiento en el que se investigó el acoso sexual, y que se inició con motivo de la denuncia de la señora
Gallardo Cabello. Es así como se separó al señor Salinas de la actora, pasando ésta a depender de una
supervisora, y además se lo amonestó, según sanción establecida en el Reglamento Interno de la empresa. Por
otra parte, se encuentra probado que la demandante no reclamó ante la Dirección de la Empresa sino que optó
por hacerlo ante la autoridad laboral.

Sostiene que la intención del legislador no es sancionar a las empresas por el sólo hecho que se produzcan al
interior de ellas algún tipo de acoso, como lo estableció la sentencia recurrida al concluir que su parte incurrió
en la conducta prevista en el N° 1 letra b) del Código del Trabajo. Asegura que lo que sanciona la ley, asegura,
respecto de esta causal es que una empresa se niegue a adoptar medidas para evitar este tipo de conductas, o
bien, qu e una vez detectadas omita la aplicación de sanciones, circunstancias que no se han acreditado en el
juicio.

Expone además la demandada que no incurrió en infracción grave y debidamente comprobada de sus
deberes como empleadora, sino que por el contrario, aplicó y se sometió rigurosamente a la normativa tanto
interna como a lo indicado por la autoridad laboral. En este contexto, se efectuó investigación de acuerdo a la
ley, su representada colaboró en la misma, se adoptaron inmediatamente las medidas pertinentes de resguardo
respecto de la actora, al tiempo que se aplicaron las sanciones recomendadas por la Inspección del Trabajo.
Tanto es así, asegura, que no existe hecho acreditado que establezca que su parte haya actuado en forma
negligente en este caso y/o que no haya cumplido con sus obligaciones. En consecuencia, indica, no es posible
tener por establecido que la demandada haya incurrido en la causal contemplada en el N° 1 letra b) del artículo
160 del Código del Trabajo, como tampoco en aquella que contempla el numeral 7° de la misma norma.

Se acusa también infracción del inciso 3° del artículo 171 del Código del Trabajo, en atención a que, como
se expuso en los párrafos que preceden, es un hecho acreditado en estos autos que la empresa demandada aplicó
y cumplió a cabalidad el procedimiento dispuesto en el Título IV del Libro II del Código del Trabajo,
denominado "De la investigación y sanción al acoso sexual". Si bien la investigación se llevó a cabo por la
Inspección del Trabajo, puesto que la señora Gallardo Cabello optó por efectuar la denuncia ante dicho servicio
y no ante su empleadora, ello no obsta a tener por establecido que se dio curso al señalado procedimiento, y que
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su parte colaboró en él y aplicó las sanciones recomendadas por la autoridad administrativa. Teniendo en
consideración lo que dispone la norma en análisis, reitera que no correspondía declarar que su parte incurrió en
la causal del N° 1 letra b) y N° 7 del artículo 160 del Código del Trabajo, y menos aún que se la condenara al
pago de alguna suma por concepto de indemnizaciones por término de contrato de trabajo previstas en los
artículos 162 inciso 4° y 163 inciso 1° ó 3° del mismo cuerpo legal, como tampoco algún incremento legal.

Se denuncia en seguida transgresión de lo dispuesto en los artículos 455 y 456 del Código del Trabajo.
Indica el recurrente que la conducta de acoso sexual y el incumplimiento grave de las obligaciones del contrato
atribuido a la demandada, forma parte de un raciocinio expresado en las sentencias de primera y de segunda
instancia que es manifiestamente contrario a la lógica y a las máximas de la experiencia, toda vez que la
multiplicidad, gravedad, precisión, concordancia y conexión de las pruebas y antecedentes vertidos en autos
debieron conducir a los jueces del fondo a desestimar la demanda, en lo que concierne a la pretensión de
declarar que el contrato de trabajo había terminado en virtud de lo establecido en el artículo 171 en relación con
el artículo 160 N° 7 del Código del Trabajo. No es lógico ni razonable, asegura, sostener que Lan Airlanes S.A.
hubiera incurrido en conductas de acoso sexual e incumplimiento grave de las obligaciones emanadas del
contrato de trabajo si se encuentra acreditado que dicha entidad aplicó y se sometió rigurosamente a la
normativa, tanto interna como legal, que regula las situaciones de acoso sexual como ya se explicó a propósito
de la anterior infracción denunciada. De conformidad a lo expuesto, indica, los sentenciadores han transgredido
las normas señaladas, por cuanto los hechos constatados en autos, indicados en la sentencia como debidamente
comprobados, no constituyen conducta de acoso sexual ni tampoco de incumplimiento grave de las obligaciones
que impone el contrato a su parte, por lo que, apreciados éstos hechos de conformidad con las reglas de la sana
crítica, correspondía desestimar la demanda en todas sus partes.

Por último, se acusa la violación de lo dispuesto en el inciso 3° del artículo 163 en relación con el inciso 2°
del artículo 153, ambos del Código del Trabajo. Se expone sobre el particular, que no corresponde la condena a
un incremento ascendente al 80 % de la indemnización por años de servicio, por aplicación expresa de lo que
prevé la primera de las normas señaladas en cuanto establece que, en los casos de denuncia de acoso sexual el
empleador que haya cumplido con su obligación en los términos previstos en la segunda de las normas
indicadas, -es decir, haber estipulado en su Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad la normativa a
observar para garantizar un ambi ente laboral digno y de mutuo respeto entre los trabajadores, y que haya
cumplido además con lo dispuesto en el Título IV del Libro II del Código del Trabajo, en lo relativo al
procedimiento de acoso sexual-, no estará afecto al recargo de la indemnización a que hubiere lugar en el evento
que el despido sea declarado injusto, indebido o improcedente, como ocurre en la especie. Los hechos
acreditados en este proceso, asegura, permiten determinar que la demandada dio cumplimiento a las normas
antes indicadas y, no obstante ello, fue condenada al incremento legal.

Segundo: Que, en la sentencia impugnada se fijaron como hechos, los que siguen:

a) la existencia de la relación laboral entre las partes a partir del 25 de agosto de 1997.

b) la demandante dio cumplimiento a lo dispuesto en el inciso 4° del artículo 171 en relación con el artículo
162 ambos del Código del Trabajo, es decir, envió carta de aviso de término de contrato de trabajo de fecha 2 de
octubre de 2008, con timbre de fecha de recepción de la Inspección del Trabajo de 6 del mismo mes y año, el
que se remitió a la demandada el mismo 2 de octubre, según consta de la estampilla de Correos de Chile.

c) en la referida carta de término la actora manifestó textualmente: "He resuelto de poner término al contrato
de trabajo que me vinculó con su empresa conforme a lo dispuesto en el artículo 171 del Código del Trabajo y
en virtud de los siguientes hechos y causales legales: 1.- Conductas de acoso sexual, pues la suscrita ha sido
víctima de reiterada conducta de acoso sexual proveniente de su superior jerárquico inmediato don Patricio
Salinas, hechos descritos en la Resolución DR-647, que configuran la causal del artículo 160 N° 1 letra b) del
Código del Trabajo. 2.- Las referidas conductas de acoso sexual sumadas al hostigamiento laboral (mobbing)
consistente en malos tratos verbales, mofa, amenazas de despido y la falta de oportuna adopción de medidas de
protección, diagnóstico de depresión calificado como enfermedad profesional, lo que configura la causal del
artículo 160 N° 1, 5 y 7 del Código del Trabajo, esto es, falta de probidad, actos temerarios que afecten la salud
de los trabajadores e incumplimiento grave de las obligaciones que impone el contrato".

d) el Reservado DR-647 de la Dirección del Trabaj o de 27 de diciembre de 2007 concluyó: "Con el

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resultado de haberse constatado el acoso sexual laboral denunciado, quedando este Servicio facultado para
fiscalizar las sanciones determinadas por su empleador de acuerdo al reglamento interno".

e) el informe de fiscalización de 31 de agosto de 2007 concluyó: "Se ha establecido que los hechos
denunciados han repercutido en el estado emocional de la denunciante llevándola a ausentarse de su puesto de
trabajo, e indiscutiblemente han contribuido a romper sus relaciones comunicativas con los demás trabajadores
de la empresa, toda vez que, pese a su óptimo desempeño laboral, ha sido marginada de una reunión de trabajo y
además ha sido cambiada de sección, permaneciendo en tanto el denunciado en su puesto de trabajo".

f) el Ordinario 0129335 de 31 de marzo de 2009 de la Superintendencia de Seguridad Social expresa: "En


consecuencia y con el mérito de las consideraciones que anteceden esta Superintendencia declara como de
origen laboral la afección que presenta doña Elizabeth Gallardo Cabello y que motivó las licencias ya
individualizadas, por tanto resulta procedente en este caso otorgar la cobertura de la cobertura de la Ley N°
16.744".

g) de acuerdo a los certificados médicos y respectivas licencias médicas la actora padeció de depresión
severa por motivos laborales.

h) el 17 de enero de 2008 por medio de carta de la misma fecha la demandada amonestó formalmente a
Patricio Salinas y se le recordó que las relaciones laborales deben efectuarse en un marco de respeto a los
derechos y dignidad de sus compañeros de trabajo.

i) la demandante no realizó un reclamo por escrito a la dirección de la empresa demandada, según lo dispone
el artículo 211-A del Código del Trabajo, sino que concurrió ante la Inspección del Trabajo para efectuarlo.

j) una vez finalizada la investigación administrativa, la demandada actuó de acuerdo a lo sugerido por la
Inspección del Trabajo en su informe.

Tercero: Que sobre la base de los hechos reseñados en el motivo que antecede, los jueces recurridos
concluyeron, en lo que concierne al recurso, que sólo procedía tener por configurada la causal prevista en el
artículo 161 N° 1 letra b) del Código del Trabajo. Para razonar de esta forma, como se aprec ia del fundamento
séptimo de la sentencia de primer grado, se estimó que el mérito de los antecedentes expuestos y allegados a la
causa permitía concluir que efectivamente se había configurado el motivo previsto en la norma señalada, desde
que los hechos constitutivos del acoso sexual denunciado por la actora se encontraban probados, que ellos se
materializaron en forma indebida por el denunciado Patricio Salinas, que no fueron consentidos por la
demandante y que la perjudicaron en su situación laboral, al punto que le trajeron repercusiones directas y
adversas a su salud, lo que se tradujo en una depresión que la separó de sus funciones habituales, siendo una
excelente trabajadora por largos años en la empresa.

En lo que toca a las demás causales invocadas por la actora en la carta de despido, esto es, las previstas en
los numerales 1, 5 y 7 del artículo 160 del Código del Trabajo, los sentenciadores del fondo estimaron que ellas
no fueron acreditadas habiendo tenido en consideración que la demandante no efectuó la denuncia ante la
dirección de la empresa sino ante la Inspección del Trabajo, y que una vez finalizada la investigación llevada a
cabo por la autoridad administrativa, la empresa actuó de acuerdo a lo sugerido por ésta. En lo que concierne al
supuesto hostigamiento laboral denunciado por la demandada en la carta de despido, los jueces del grado
estimaron que no logró acreditarse tal hecho en forma suficiente por falta de antecedentes probatorios idóneos.

Cuarto: Que previo al análisis del recurso de casación en el fondo interpuesto por la parte demandada, es
necesario dejar establecido que no obstante en lo resolutivo de la sentencia de primer grado, que fuera
confirmada por la de segundo, se indica que se acoge la demanda "en cuanto se declara terminado el contrato de
trabajo en virtud de lo establecido en el artículo 171 en relación con el artículo 160 N° 7 del Código del
Trabajo"", es del caso tener en cuenta que la causal que se tuvo por configurada, como se desprende de los
razonamientos sexto y séptimo, corresponde a la prevista en el N° 1 letra b) de la norma antes señalada, y que,
en el fundamento siguiente expresamente se desestimó que se hubiera acreditado aquella referida al
incumplimiento grave de las obligaciones que impone el contrato a la parte empleadora, de lo que cab e
desprender que la alusión a dicha norma en lo resolutivo del fallo de primera instancia sólo configura un error de

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referencia o de transcripción.

Quinto: Que la acción impetrada se sustenta, en lo que interesa al recurso, en que don Patricio Salinas León,
que tenía la calidad de dependiente de la demandada y supervisor de la demandante, incurrió respecto de ésta, en
conductas de acoso sexual que le provocaron depresión, afectaron gravemente su desempeño laboral y que
finalmente la llevaron a poner término a la relación contractual que la ligaba con Lan Airlanes S.A. En lo que se
refiere a la conducta de la empresa demandada se denunció por la actora que, en conocimiento de los hechos que
la afectaban, esa entidad no adoptó ninguna medida tendiente a ampararla, y sólo fue cambiada de sección a la
vez que el infractor fue mantenido en su puesto de trabajo.

En la sentencia impugnada se dejaron establecidos como hechos no controvertidos, tanto la existencia de un


vínculo laboral entre las partes, como la circunstancia de ser el denunciado, don Patricio Salinas León, un
empleado de la demandada que se desempeñaba como superior directo de la actora. También se tuvo por
asentado que el referido Salinas León incurrió en conductas de acoso sexual que perjudicaron a la demandante
en el ámbito laboral, le trajeron repercusiones adversas a su salud, lo que se tradujo en una depresión que la
separó de sus funciones laborales.

Sexto: Que para la resolución del recurso, cabe tener presente que la acción ejercida por la dependiente
corresponde a aquélla contemplada en el artículo 171 del Código del Trabajo, esto es, el despido indirecto,
facultad que el legislador otorga al trabajador para poner término al contrato de trabajo que lo vincula con el
empleador, para el evento que éste incurra en alguna de las causales previstas en los N° 1, 5 y 7 del artículo 160
del Código de Trabajo, debiendo cumplir los requisitos y condiciones que en dicha norma se estipulan. La
invocada en la especie, es la causal de la letra b) del primer numeral del precepto citado, que contempla las
conductas de acoso sexual, norma introducida por el artículo 1° N° 4 de la Ley N° 20.005 de 18 de marzo de
2005.

Séptimo: Que en la situación en análisis no existe controversia en torno a la existen cia de hechos que
configuran actos de acoso sexual por parte de un dependiente de la demandada, de los que fue víctima la actora,
circunstancia fáctica que además fue establecida por los sentenciadores del grado, considerando la multiplicidad,
gravedad, precisión, concordancia y conexión de las pruebas o antecedentes del proceso. De este modo, la
controversia consiste en determinar si tal conducta es o no, en la especie, constitutiva de la causal prevista en el
artículo 160 N° 1 letra b) del Código del Trabajo teniendo en cuenta que la actuación ilícita no proviene
directamente del empleador sino que de un dependiente de esta parte.

Octavo: Que el tema propuesto es de la más alta importancia si se considera que se trata de situaciones que
la ley buscó regular para proteger a los dependientes de actuaciones desde todo punto de vista reprochables y
que socavan severamente su dignidad y derechos. Es así como la represión del acoso sexual tiene su
fundamentación en el respeto y promoción de la persona en el trabajo, cuestión que nuestro ordenamiento
jurídico exige a las empresas expresamente al imponer, por una parte, un ambiente laboral digno y de mutuo
respeto entre los trabajadores, y también en cuanto obliga al empleador a adoptar todas las medidas necesarias
para proteger eficazmente la vida y la salud de los dependientes.

De conformidad con lo dispuesto por el artículo 2 del Código del Trabajo existe acoso sexual cuando una
persona, ya sea el empleador o u otro trabajador efectúa o solicita en forma indebida y por cualquier medio,
requerimientos de naturaleza sexual al afectado (a), no consentidos por éste (a), amenazándolo (a) en su
situación y entorno laboral o perjudicándolo (a) en sus oportunidades de empleo.

Cabe destacar que la nueva normativa sobre la materia, en armonía con la importancia que la ley le acuerda,
ha establecido como obligaciones de los empleadores contar con normas sobre acoso sexual en los reglamentos
internos de orden, higiene y seguridad. Es así que, como lo precisa el artículo 153 inciso 2° del Código del
Trabajo, a partir de la reforma de la ley: "Especialmente, se deberán estipular las normas que se deben observar
para garantizar un ambiente laboral digno y de mutuo respeto entre los trabajadores". Por su parte, el N° 12 del
artículo 154 del mismo cuerpo legal, incor porado por la Ley N° 20.005, señala que el reglamento antes referido
deberá contener: "El procedimiento a que se someterán y las medidas de resguardo que se aplicarán en casos de
denuncia por acoso sexual".

La ley antes citada incorporó además un nuevo Título IV al Libro II del Código del Trabajo, en el que se
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establece el procedimiento a seguir frente a una denuncia de acoso sexual, sea que ésta se formule ante el
empleador o ante la Inspección del Trabajo. Con arreglo a esta regulación el procedimiento de investigación
debe iniciarse con una denuncia escrita presentada por la persona afectada, o por el sindicato al que se encuentre
afiliada, a la dirección de la empresa, establecimiento o servicio, o a la Inspección del Trabajo -artículos 211-A y
220- El empleador que ha recibido una denuncia de este tipo puede substanciar un procedimiento interno de
investigación y sanción, o remitirla a la Inspección del Trabajo para que sea dicho organismo el que investigue
pero debiendo, en todo caso, adoptar de inmediato las medidas de resguardo necesarias para los involucrados,
tales como la separación de los espacios físicos o la distribución del tiempo de jornada, considerando la
gravedad de los hechos atribuidos y las posibilidades derivadas de las condiciones de trabajo, cuestión que
corresponde a un deber legal plenamente exigible atendidas la particularidad y trascendencia de la materia en
discusión -artículos 211-B y 211-C- Si se presenta la denuncia ante la Inspección del Trabajo, ya sea por la
persona afectada o porque el empleador la remite, las conclusiones a las que se arribe en la investigación que
lleve a cabo, esta autoridad administrativa, deberán ser puestas en conocimiento del empleador, del denunciante
y del denunciado, evento en el que, el primero de los nombrados, contará con un plazo de quince días a partir de
la recepción del informe para disponer y aplicar las medidas o sanciones que corresponda -artículo 211-D y 211-
E-.

Noveno: Que la nueva letra b) del N° 1 del artículo 160 del Código del Trabajo "en texto introducido por la
Ley N° 20.005- consagra como causal de caducidad del contrato de trabajo, la circunstancia de haberse
incurrido por el trabajador en una conducta de acoso sexual. No cabe duda que esta norma, así como el resto de
los numerales que la conforman, e stán concebidos en el caso en que sea el dependiente el que haya incurrido en
algún motivo que faculta al empleador a poner término a la relación laboral sin derecho a pagar las
indemnizaciones derivadas de la desvinculación.

Sin embargo, como ya se adelantó, si es el trabajador que ha sido objeto de actos que configuren acoso
sexual en los términos previstos en el artículo 2 del Código del ramo, puede ejercer la acción a que se refiere el
artículo 171 del mismo cuerpo legal en aquellos casos en que, quien ha incurrido en la causal del N° 1 del
artículo 160 sea el empleador, para los efectos que se disponga el pago de las indemnizaciones a que se refiere la
citada norma.

Décimo: En la situación que nos ocupa corresponde determinar si es posible tener por configurada la causal
establecida en la letra b) del N° 1 del referido artículo 160, y por ende concluir en la procedencia del
autodespido hecho valer por la demandante, cuando la conducta de acoso sexual, debidamente acreditada, ha
sido llevada a cabo por otro dependiente de la demandada, habiendo esta última observado el procedimiento
establecido en el Título IV del Libro II del Código del Trabajo, y dado cumplimiento a las obligaciones que le
imponen los artículos 153 y 154 del Código del Trabajo.

De conformidad a los hechos establecidos por los jueces del grado es posible partir de la base que la empresa
demandada tomó noticia de los hechos constitutivos del acoso sexual a través de la versión de la demandante,
quien debidamente informada, decidió u optó por efectuar la denuncia correspondiente ante la Inspección del
Trabajo, y no a la Dirección de la Empresa. No se allegaron antecedentes probatorios suficientes para comprobar
que la empleadora hubiera conocido los hechos con anterioridad a la denuncia, resultando del todo ineficaz para
tal efecto el sólo mérito de la confesión ficta rendida en el proceso, desvirtuada en lo atingente, por el testimonio
que el Subgerente de Créditos de Lan Airlanes S.A. prestó en la audiencia de prueba.

Resultó, por otra parte, debidamente comprobado que tan pronto la demandada tomó conocimiento de los
hechos -que presuntamente afectaban a la demandante- adoptó "las medidas de resguardo necesarias respecto de
los involucrados" en los términos que exige el artículo 211-B del Código del Tra bajo, disponiendo que la actora
pasara a depender de otro trabajador de la empresa, ahora de sexo femenino, evitando así el contacto con el
presunto infractor.

En los mismos términos se asentó que una vez recibido el informe evacuado por la Inspección del Trabajo,
concluida que fue la investigación llevada a cabo con motivo de la denuncia efectuada por la señora Gallardo
Cabello, la empleadora cumplió con las instrucciones impartidas por la autoridad administrativa, e impuso al
denunciado la sanción de amonestación, que era una de las previstas en el Reglamento de Orden, Higiene y
Seguridad, con el que contaba la empresa demandada.

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Atendido lo relacionado, resulta claro que en el caso en análisis, en el que el empleador no fue el acosador
directo, lo que la ley exige a éste es el cumplimiento del deber de cuidar la salud de sus trabajadores,
comprensiva de su integridad física y síquica, lo que incluye también las situaciones de acoso sexual, cuestión
que según el mérito de los antecedentes reunidos en estos autos fue observado por la demandada, desde que,
como se dejó establecido, dio cumplimiento a la normativa que rige la materia y reaccionó de conformidad a la
misma cuando tuvo conocimiento de la denuncia que hizo llegar la demandante, sin que exista prueba alguna en
este procedimiento en cuanto a que la conducta de acoso sexual de la que fue víctima hubiera sido propiciada o
facilitada por la dirección de la empresa demandada, o derivada de su falta de cuidado o vigilancia.

Undécimo: Que teniendo en consideración lo antes expresado es posible concluir que la causal prevista en la
letra b) del N° 1 del artículo 160 del Código del Trabajo, sólo puede tener aplicación en el llamado autodespido
cuando la conducta de acoso sexual ha sido llevada a cabo por el mismo empleador, siendo necesario, -para
estimar justificado el despido en el evento en que el autor del acoso sea otro trabajador-, que el empresario no
hubiera cumplido los procedimientos legales previstos al efecto, o que, habiéndolos llevado a cabo, no hubiese
adoptado las medidas adecuadas a la situación, circunstancias éstas que, como se aprecia de todo lo
anteriormente asentado, no se configuraron en autos, por lo que consecuencialmente, tampoco pudo
estructurarse la causal de desvinculación que se analiza.

Duodécimo: Que, del modo antes p ropuesto, sólo cabe concluir que, al decidir como lo hicieron, los jueces
recurridos infringieron los artículos 160 N° 1 letra b) y 171 ambos del Código del Trabajo, toda vez que
entendieron configurada respecto del demandado, la causal ya aludida que habilitaba a la actora a poner término
a la relación laboral, con derecho a las indemnizaciones legales, en circunstancias que la misma no pudo tenerse
por establecida frente al hecho asentado de haber obrado la empleador con arreglo a la normativa legal que
regula la materia, yerro que obliga a la invalidación de la decisión impugnada, toda vez que las infracciones
anotadas influyeron sustancialmente en lo dispositivo del fallo en cuanto condujeron a declarar que el auto
despido de la demandante fue justificado, condenando por ende al demandado al pago de indemnizaciones a que
aquélla no tenía derecho, lo que resultaba del todo improcedente.

Décimo tercero: Que por lo anteriormente razonado y concluido el recurso de nulidad de fondo interpuesto
deberá ser acogido.

Por estas consideraciones y visto, además, lo dispuesto en los artículos 463 del Código del Trabajo y 764,
765, 767, 771, 772, 783 y 785 del Código de Procedimiento Civil, se acoge sin costas, el recurso de casación en
el fondo deducido por la demandada Lan Arlines S.A., a fojas 153, contra la sentencia de veintiséis de octubre
de dos mil diez, que se lee a fojas 152, la que, en consecuencia, se invalida y se la reemplaza por la que se dicta
a continuación, sin nueva vista, separadamente.

Redacción a cargo de la Ministra señora Rosa Egnem Saldías.

Regístrese.

Nº 9313-2010.

Pronunciado por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por los Ministros señor Patricio Valdés A.,
señoras Gabriela Pérez P., Rosa María Maggi D., Rosa Egnem S., y el Abogado Integrante señor Patricio
Figueroa S. No firman las Ministras señoras Pérez y Maggi, no obstante haber concurrido a la vista y al acuerdo
de la causa, por estar ambas con licencia médica. Santiago, veinte de octubre de dos mil once.

Autoriza la Ministra de Fe de la Excma. Corte Suprema.

En Santiago, a veinte de octubre dos mil once, notifiqué en Secretaria por el Estado Diario la resolución
precedente.

Sentencia de reemplazo

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Santiago, veinte de octubre de dos mil once.

En cumplimiento a lo resuelto precedentemente y a lo dispuesto por el artículo 785 del Código de


Procedimiento Civil se dicta la sentencia de reemplazo que corresponde conforme a la ley.

Vistos:

Se reproduce la sentencia en alzada, con excepción de sus considerandos séptimo y décimo que se eliminan.

Y teniendo en su lugar y, además, presente:

Primero: Los fundamentos quinto, sexto, séptimo, octavo, noveno, décimo y undécimo del fallo de casación
que precede, que para estos efectos se tienen por expresamente reproducidos.

Segundo: Que de los antecedentes vertidos en los fundamentos referidos precedentemente, fluye que no
resultaron acreditados los presupuestos necesarios para estimar configurada la causal de término de los servicios
prevista por el artículo 160 N° 1 letra b) del Código del Trabajo en relación con la demandada, y por
consiguiente, no se dará lugar a la demanda en lo que respecta a la pretensión planteada sobre el particular, así
como tampoco al pago de las indemnizaciones sustitutiva del aviso previo y por años de servicio.

Tercero: Que por no haber resultado totalmente vencida la parte demandada, no procede que se le imponga
condena en costas.

Por estos fundamentos y lo dispuesto, por los artículos 463 y siguientes del Código del Trabajo, se revoca
sin costas del recurso la sentencia apelada de veintisiete de enero de dos mil diez, escrita a fojas 87 y siguientes,
sólo en cuanto por sus decisiones I, II letras a) y b), y IV declaró terminado el contrato de trabajo por la causal
invocada por la actora -según la precisión indicada en el motivo cuarto del fallo de casación que precede-, y
condenó a la demandada al pago de las in demnizaciones derivadas del despido con el recargo solicitado en el
libelo e impuso a la empleadora el pago de las costas de la causa, y en su lugar, se declara que tales
pretensiones, prestaciones y sanción impetradas, quedan desestimadas.

Se confirma, en lo demás, el fallo antes referido.

Redacción a cargo de la Ministra señora Rosa Egnem Saldías.

Regístrese y devuélvase con sus agregados.

Nº 9313-2010.

Pronunciado por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por los Ministros señor Patricio Valdés A.,
señoras Gabriela Pérez P., Rosa María Maggi D., Rosa Egnem S., y el Abogado Integrante señor Patricio
Figueroa S. No firman las Ministras señoras Pérez y Maggi, no obstante haber concurrido a la vista y al acuerdo
de la causa, por estar ambas con licencia médica. Santiago, veinte de octubre de dos mil once.

Autoriza la Ministra de Fe de la Excma. Corte Suprema.

En Santiago, a veinte de octubre dos mil once, notifiqué en Secretaria por el Estado Diario la resolución
precedente.

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