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(1225 – 1274)
“Suma de Teología”, I, q. 2, a. 3, y I-II, q. 94, a. 2
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teoría de la doble verdad: hay dos verdades, una de fe y otra de razón. Por tanto, las
contradicciones entre la Biblia y Aristóteles no son un problema.
Tomás de Aquino también convirtió a Aristóteles en su referencia esencial. Desde su aristotelismo
se opuso a las posiciones platónico-agustinianas, pero también criticó la teoría de la doble verdad
defendida por los filósofos averroístas. Según Tomás, la verdad es una, y es conocida tanto por la fe
como por la razón. Sólo es necesario delimitar los ámbitos y relaciones entre esas dos fuentes y
modos de conocer.
La demostración de la existencia de Dios se inserta en este contexto de reflexión. Las cinco vías
tomistas responden afirmativamente a la pregunta por la compatibilidad entre la filosofía de
Aristóteles y la existencia de Dios como verdad revelada a los seres humanos. Estas pruebas
permanecen fieles a los principios de la física y la metafísica aristotélicas, con demostraciones a
posteriori, que parten de los hechos observables del mundo (efectos) y culminan en Dios (su causa
última). Recordemos que Tomás no acepta la validez de las demostraciones a priori, como el
argumento ontológico de Anselmo de Canterbury. En opinión de Tomás, este argumento supone un
tránsito ilícito del plano ideal al plano real.
Un conflicto similar se planteaba en la moral. Los filósofos griegos habían deducido, a partir de la
naturaleza humana, las normas morales. Sin embargo, la Biblia defiende una ley eterna a la que debe
ajustarse la moralidad. El problema de síntesis vuelve a aparecer. ¿Cuál es el origen de la moral? ¿La
naturaleza humana o Dios? Para Tomás, la moral se funda, inmediatamente, en la naturaleza humana
y, finalmente, en Dios.
RELACIÓN ENTRE FE Y RAZÓN: Para Tomás, razón y fe son dos fuentes de conocimiento
distintas, con contenidos distintos también. Distingue tres tipos de verdades: verdades o artículos de
fe, verdades de razón y preámbulos de la fe.
- Las verdades o artículos de fe: revelados por Dios e incomprensibles para la razón humana.
- Las verdades de razón: son referidas exclusivamente al mundo natural y no han sido reveladas.
- Los preámbulos de la fe: fueron revelados por Dios y la razón puede demostrar. Se refieren a
la existencia de Dios y algunos de sus atributos, a la creación del mundo y a la espiritualidad e
inmortalidad del alma.
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El ámbito en el que se plantea la relación entre la razón (filosofía) y la fe (teología), son los
preámbulos de la fe. La obra de Aristóteles había llegado al mundo cristiano de la mano de Averroes,
a través del averroísmo latino, en el que contradecía el dogma católico: el mundo es eterno, el alma
es mortal, y sobre todo mantenían la teoría de la doble verdad: había una verdad de razón y una
verdad de fe, de manera que podían entrar en contradicción: el mundo es eterno según la fe, (verdad
de fe), y el mundo no es eterno según la razón (verdad de razón). Esto había acarreado el recelo y el
rechazo contra Aristóteles.
Tomás consigue la síntesis de la filosofía aristotélica y la doctrina católica. Así, Santo Tomás
considera que ambas, la razón y la fe, son fuentes de conocimiento, pero la razón tiene un límite a
partir del cual se sitúa la fe, con lo que la fe aporta conocimientos que la razón no puede alcanzar,
viniendo así la fe a perfeccionar a la razón Hasta aquí no hay problema. El problema surge al
observar que hay verdades que son propias de las dos fuentes, tanto de la razón como de la fe. Ahí se
necesita una estrecha colaboración entre ambas:
1. La razón ayuda a la fe a desarrollar sus verdades dialécticamente.
2. la fe ayuda a la razón siendo criterio de lo conocido por la razón y con la capacidad de rechazar
las verdades de la razón que contradigan la fe. Es decir, en caso de contradicción quien se equivoca
es la razón, nunca la fe. Por eso la fe tiene primacía sobre la razón. Es imposible que se dé la
contradicción entre el contenido de la fe y el de la razón rectamente usada (la teoría de la doble
verdad de los averroístas es eliminada).
Por tanto, la existencia de Dios es necesaria, porque existe necesariamente, no podría no existir.
Por el contrario, la existencia de los seres creados es contingente, porque, a pesar de que existen,
podrían no existir.
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LA EXISTENCIA DE DIOS: Evidencia y demostración
Para Santo Tomás, aunque la existencia de Dios es evidente en sí misma, no es evidente para
nosotros, que con nuestra mente finita desconocemos la esencia infinita de Dios. Pero la existencia
de Dios puede ser demostrada.
Tomás distingue dos tipos de demostración:
a) Por la causa: (Propter quid). Es el argumento ontológico de san Anselmo, basado en el
análisis de la esencia divina, que es la causa del mundo. Según Tomás, esta prueba no
podemos hacerla. Sólo queda la demostración por el efecto.
b) Por el efecto: (quia). Consiste en descubrir la huella de Dios (la causa) en el mundo (el
efecto)
LAS CINCO VÍAS
Santo Tomás propone así las famosas cinco vías (via fidei) o pruebas de la existencia de Dios, en
las que partiendo de efectos conocidos en el mundo, la razón se remonta a Dios como su causa.
Todas las vías poseen una estructura común:
1. Un punto de partida, que son los hechos del mundo sensible.
2. El principio de causalidad, según el cual todo efecto tiene una causa;
3. La imposibilidad de que la serie de causas subordinadas sea infinita, puesto que hay un último
en la serie (imposible “ad infinitum”).
4. Y un término, que es Dios.
Quinta vía: prueba del Observación de que El obrar conforme a Imposible una serie Luego tiene que haber
Orden cósmico. en la Naturaleza hay un fin es sólo propio infinita de seres no un ser inteligentísimo,
(orden del mundo) seres que carecen de de seres inteligentes. inteligentes siendo Dios, que ordene y
inteligencia y obran Los seres sin dirigidos por seres dirija la Naturaleza.
conforme a un fin. Inteligencia sólo obran inteligentes
Conforme a un fin
Si son dirigidos por
Un ser inteligente.
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MÁS RESUMIDO
Observamos en la naturaleza El entendimiento concluye
1ª Vía Todo lo que se mueve es movido por Por razón del movimiento: Tiene que haber algo
otro. (movimiento) que mueve sin ser movido, un primer motor = Dios
2ª Vía Todo lo que existe lo hace por alguna Por razón de la causalidad: debe haber una causa
causa. (Causalidad) primera, no causada, por la cual todo existe = Dios.
3ª Vía Todo lo que existe podría no existir. Por razón de la contingencia: Si hay seres
(Contingencia) contingentes debe haber un ser necesario = Dios
4ª Vía Hay jerarquía de los seres en cuanto a su Por razón de la perfección: Debe haber un ser
Perfección (Grados de perfección) Infinitamente perfecto que es origen y principio de
Cualquier perfección = Dios.
5ª Vía Todos los seres actúan por un fin. Por razón del orden del mundo: todas las criaturas
(Orden del mundo) actúan por un fin, pero ninguna se da su propio fin.
Luego debe haber una existencia ordenadora que
Impone el fin a los seres creados = Dios.
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La corriente de pensamiento que defiende la existencia de leyes naturales se conoce como
iusnaturalismo, y ha sido muy influyente a lo largo de la historia, incluso en la formulación de la
Declaración de Derechos Humanos.
POLÍTICA
Tomás parte de la idea de que el ser humano es por naturaleza un animal social, pero al
mismo tiempo tiene un fin trascendente (En un mundo del más allá). Esta condición humana
se refleja en la organización social, que gira en torno al poder terrenal, que corresponde al
Estado, y al poder sobrenatural1 que corresponde a la Iglesia. Estado e Iglesia son
instituciones independientes y autónomas. El Estado debe buscar el bien común, que se
identifica con la ley natural.
Tomás piensa que el poder político y el poder religioso son autónomos y compatibles, pero
que el poder temporal, el político, está subordinado a la religión, al poder religioso, porque
su finalidad ha de ser promover el cumplimiento de la ley natural. De esta forma, Tomás se
distancia parcialmente del agustinismo político. El Agustinismo político es la interpretación
medieval de la doctrina de las dos ciudades de san Agustín que identificaba la Iglesia con la
Ciudad de Dios, y el Estado con la Ciudad terrenal.
De la misma forma que la fe tiene primacía sobre la razón, la Iglesia tiene primacía sobre el
Estado. Las leyes contrarias a la ley natural no obligan (por ejemplo, las dictadas por
egoísmo). Las leyes contrarias a la ley divina deben rechazarse y no es lícito obedecerlas,
marcándose claramente la dependencia de la legislación civil respecto a la legislación
religiosa.
Respecto a las mejores formas de gobierno, santo Tomás sigue a Aristóteles, distinguiendo
tres formas buenas y tres formas malas de gobierno que son la degeneración de las
anteriores. La mejor, en teoría, es la monarquía, pero en la práctica, la más apta es una
combinación de monarquía, aristocracia y democracia, que recoja lo mejor de cada una de
ellas: la unidad, los mejores y la libertad. Formas no aptas son la tiranía, la oligarquía y la
anarquía, que son degeneraciones de aquéllas.
Monarquía – tiranía
Aristocracia – oligarquía
Democracia – anarquía.
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Tomás se desmarca de San Agustín: Tomás se desmarca de la actitud adoptada por San Agustín al considerar la
existencia de dos ciudades, la de Dios (Jerusalén) y la terrestre (Babilonia), identificadas, respectivamente, con la Iglesia
y con el Estado pagano. La ciudad de Babilonia es considerada por San Agustín como el resultado de la corrupción del
hombre por el pecado original; mientras que la ciudad de Jerusalén, la ciudad celestial representaría la comunidad
cristiana que viviría de acuerdo con los principios de la Biblia y los evangelios
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MÁS RESUMIDO
LA MORAL
Todos los seres naturales tienden a un fin que es realizar lo mejor. El hombre, en cuanto
ser racional, tiende a ese fin por sí mismo; el resto de los seres lo hacen guiados por Dios.
El fin último del hombre es la beatitud o felicidad sobrenatural. La felicidad la alcanza el
hombre conociendo y amando a Dios, y es el premio reservado para los bienaventurados
en la otra vida; en ésta sólo se puede tener una participación de la felicidad.
La felicidad es el premio a las acciones virtuosas. La virtud es un hábito que nos dispone
a realizar actos moralmente buenos.
Las virtudes morales o virtudes cardinales son cuatro: la prudencia, la justicia, la
fortaleza y la templanza. Si el fin del ser humano fuese la felicidad natural, bastarían estas
cuatro; pero como el fin es la felicidad sobrenatural, se requiere el auxilio de las virtudes
teologales, que son la fe, la esperanza y la caridad.
Virtudes cardinales o morales: prudencia, justicia, fortaleza y templanza.
Virtudes teologales: Fe, Esperanza y Caridad.
La Ley: Un acto es bueno si se ajusta a la ley. Santo Tomás distingue cuatro tipos de
leyes: la ley eterna, la ley natural, las leyes positivas humanas y las leyes positivas divinas.
La ley eterna: es el plan eterno de Dios, de acuerdo con el cual está ordenada toda la
creación.
La ley natural: es la participación de la ley eterna en el hombre. Es un reflejo de la razón
divina en la razón humana, gracias a la cual todos los hombres comprenden lo que está
bien y lo que está mal. La ley natural es común a todos los hombres, sean o no creyentes.
Los preceptos de la ley natural se manifiestan en las distintas tendencias o inclinaciones
naturales de los hombres (conservar la vida, procrear y educar a los hijos, vivir en
sociedad, etc.).
Las leyes positivas humanas: son disposiciones que concretan la ley natural, y sólo
son válidas en el ámbito de una comunidad determinada. Las leyes humanas pueden ser
justas (ordenada al bien común, promulgada por quien tiene potestad para ello y no va en
contra de la ley natural) o injustas. Sólo las leyes justas obligan en conciencia al cristiano,
porque provienen, en última instancia, de Dios.
Las leyes positivas divinas: son los diez Mandamientos revelados por Dios a los judíos.
Su fin es completar a la ley natural y a las leyes positivas humanas; y ello porque, como el
fin del hombre es sobrenatural, éstas no bastan. Además, son necesarias para que ningún
delito quede impune y para prohibir, pues las leyes humanas sólo regulan los actos
exteriores, mientras que las divinas, también regulan los interiores.
Una “Suma” es una obra que expone de forma sistemática las cuestiones que forman parte
de una disciplina, en este caso, de la teología. La “Teología” persigue el conocimiento de
Dios y de las verdades reveladas. Tomás distingue dos tipos de Teología: Teología natural o
racional, y Teología sobrenatural.
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La Teología racional o natural es la que intenta llegar al conocimiento de Dios a partir de
la razón. La Teología Sobrenatural o de fe es la que se funda en las verdades reveladas de
la Biblia.
La obra “Suma Teológica” se estructura en tres partes, y cada una de ellas en un elevado
número de “cuestiones”, es decir, en grandes temas. En latín, lengua originaria de la obra, se
dice “quaestiones”, lo que explica la “q” que se incluye al citar los artículos. Cada cuestión
se organiza en un número variable de “artículos” (“a”).
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b) En segundo lugar, Tomás de Aquino deduce la ley natural a partir de la naturaleza
humana. Sin embargo, el nominalismo moderado de Ockham le lleva a concluir que esa
“naturaleza humana” es un universal cuya existencia es contradictoria. No puede
existir una sustancia que sea a la vez universal y singular. Por tanto, no existe “una
naturaleza humana” de la que deducir la ley natural.
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que este tipo de leyes va contra el ser humano; leyes por tanto, “antihumanas”,
“antinaturales”.
Desde estos planteamientos, la política queda ligada a determinadas posiciones morales,
pues se hace depender la validez de la ley positiva de su coherencia con la moral católica,
exactamente como hacía en el siglo XIII Tomás de Aquino.
Se trata de una posición difícilmente compatible con las actuales sociedades plurales y
multiculturales, donde conviven diferentes morales, creencias, …
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