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AÑO DEL DIALOGÓ Y LA RECONCILIACIÓN NACIONAL

ENSAYO

ÁREA: HISTORIA, GEOGRAFÍA Y ECONOMIA

DOCENTE: ATILANO CRUZ ROJAS

ALUMNA: MARIA ELVIRA AMACIFUEN TUANAMA

GRADO: “4to”

SECCIÓN: “D”

AÑO: 2018
TITULO:

EL
CONFLICTO
DE
LOS
TRES
PAÍSES
INTRODUCCIÓN:

El 5 de abril de 1817 los patriotas chilenos, al mando del general San Martín,
lograban su independencia en la batalla de Maipú. Simbólicamente, el 5 de abril
de 1879, el congreso de Chile autorizó la declaratoria de guerra al Perú e,
inmediatamente, bloqueaba el puerto de Iquique. Así empezaba para nosotros la
llamada Guerra del Pacífico, una contienda larga, sangrienta y agobiante.
La guerra estaba perdida, quizás, desde que el Perú quedó en franca desventaja
militar frente a Chile cuando, en 1874, el presidente Manuel Pardo, por medidas
de austeridad debido a la crisis económica, autorizó la reducción de los efectivos
del ejército y la marina, y no llevó adelante la construcción de los buques
blindados contratados por su antecesor José Balta. De esta manera, los
gobernantes de entonces no previeron los planes expansionistas de Chile que
desde 1836, según palabras de su ministro Diego Portales, reclamaba que la gran
vocación internacional de Chile debía ser el mar, porque siendo un país marino
debía orientar toda su política exterior a un control comercial del Pacífico sur.
Para ello, eran vitales una gran marina mercante y una poderosa marina de
guerra. Tampoco se tuvo en cuenta la advertencia que hiciera Ramón Castilla
quien, analizando el comportamiento de los gobiernos chilenos, llegó a proponer
que si Chile construye un buque, el Perú debe construir dos. De otro lado, la
derrota no sólo se debió a nuestra condición militar sino también, como lo escribió
alguna vez Jorge Basadre, al desorden político, al abismo social y al despilfarro
económico del siglo XIX que convirtieron tan vulnerable al Perú.
Las causas del conflicto armado entre Perú, Bolivia y Chile fueron básicamente
económicas: el control del salitre. De un lado estuvo Chile, intentando apoderarse
de un rico territorio salitrero en el desierto de Atacama que en el derecho
internacional no le pertenecía; y del otro, Perú y Bolivia, intentando,
dramáticamente, de defenderlo.
Pero como veremos más adelante, esta situación no fue circunstancial. El control
territorial del Atacama estuvo, desde los inicios de la explotación salitrera, en
manos de empresarios chilenos y capitales británicos. La distancia geográfica, la
anarquía política y la endémica crisis económica hicieron que el control peruano
y boliviano sobre su riqueza salitrera fuese solo nominal o incluso inexistente en
el caso de Bolivia.
Para el Perú, la guerra terminó completando la destrucción del país que había
iniciado la crisis económica de principios de la década de 1870. En 1879 el sistema
bancario peruano estaba quebrado y la agricultura, la minería y el comercio
sobrevivían a duras penas. Las tropas chilenas arruinaron la economía, pusieron
en evidencia la fragilidad del sistema político peruano, reverdecieron los antiguos
enfrentamientos regionales entre el Norte y el Sur y privaron al país de la vital
riqueza salitrera. Luego de firmada la paz en 1883 había que reconstruir el Perú
desde los escombros, es decir, casi de la nada.
Desarrollo

La guerra del Pacífico, también denominada guerra del Salitre, fue un


conflicto armado acontecido entre 1879 y 1883 que enfrentó a Chile contra los
aliados Bolivia y Perú. La guerra se desarrolló en el océano Pacífico, en el desierto
de Atacama y en las serranías y valles peruanos.
En febrero de 1878 Bolivia estableció un nuevo impuesto a la empresa
chilena Compañía de Salitres y Ferrocarril de Antofagasta (CSFA), en violación
del tratado de límites de 1874 que prohibía nuevos impuestos o el aumento de
estos .
Chile insistió y advirtió al Gobierno boliviano que Chile no se consideraría ligado
al tratado limítrofe de 1874 si Bolivia no suspendía el impuesto. Por el contrario,
el Gobierno boliviano rescindió la licencia a la compañía chilena, embargó sus
bienes y los puso a remate. El día del remate, el 14 de febrero de 1879, las
fuerzas militares chilenas ocuparon la población boliviana de Antofagasta sin
resistencia, una ciudad mayoritariamente habitada por chilenos, y avanzaron en
pocos días hasta el paralelo 23°S. La zona entre el río Loa y el paralelo 23°S
permaneció bajo soberanía boliviana.
Los territorios disputados, así como las zonas aledañas, se ubican en el desierto
de Atacama, y en aquel tiempo tenían acceso expedito solo por mar. En los
primeros seis meses, Chile logró la supremacía naval, indispensable para
conquistar las zonas costeras del desierto. Antes de fines de 1879 ocupó la
provincia peruana de Tarapacá y a comienzos de 1880 ocupó la zona de Tacna y
Arica, tras lo cual Bolivia abandonó militarmente la guerra. Luego, en enero de
1881, tras vencer en las batallas de Chorrillos y Miraflores al ejército peruano, las
fuerzas chilenas ocuparon Lima. Después de estas campañas, la guerra entre
Chile y Perú continuó por dos años más entre los remanentes del ejército,
guerrillas y montoneros peruanos contra las fuerzas chilenas de ocupación, hasta
la firma del Tratado de Ancón en 1883, en la que Perú, entre otras cosas, cedió
el Departamento de Tarapacá y le fueron retenidas las provincias de Arica y
Tacna.
Al año siguiente se firmó el Pacto de Tregua entre Bolivia y Chile de 1884, que
puso fin al estado de guerra entre ambos países. Por su omisión en el tratado,
Bolivia aceptó la anexión chilena de la franja 23°S-24°S. Bolivia aceptó la
ocupación militar chilena de la zona entre el río Loa y el paralelo 23°S, pero su
soberanía quedó en disputa y fue resuelta a favor de Chile en el Tratado de 1904
entre Chile y Bolivia. En el Tratado de Lima de 1929 Chile devolvió Tacna al Perú
y Arica fue cedida a Chile.
Conflicto limítrofe boliviano-chileno

Al iniciarse la época republicana, Chile, Perú, Bolivia y Argentina aceptaban que


sus fronteras debían ser las mismas de la administración colonial, norma conocida
como Uti possidetis iuris. Sin embargo, la administración española nunca había
tenido interés en definir estrictamente límites precisos entre regiones que le
pertenecían, por lo que estos eran a menudo difusos, contradictorios y a menudo
sobre territorios desconocidos, inhabitados o inhabitables por su clima o
lejanía. Incidentes y reclamos entre Bolivia y Chile se sucedieron en los años
siguientes, mientras que las diplomacias de ambos países argumentaban
respectivamente sobre los derechos que tenían en la región, exhibiendo
documentos coloniales sobre la jurisdicción de la Audiencia de Charcas o la
Capitanía General de Chile.

Las tensiones aumentaron a tal punto que el 25 de junio de 1863 la Asamblea


Legislativa boliviana autorizó al ejecutivo declarar la guerra a Chile, aunque solo
después de que se agotaran todos los recursos por la vía diplomática que dieran
un resultado favorable a Bolivia. Pero el Tratado de alianza defensiva y ofensiva
entre Perú y Chile (1865), al que se adhirieron poco después Bolivia y Ecuador
para enfrentarse a España en la guerra hispano-sudamericana, puso un
paréntesis al asunto, considerándose secundaria cualquier otra disputa que no
fuera enfrentarse al enemigo común.

Tratados de límites de 1866 y 1874

Tras la guerra con España, Bolivia y Chile reanudaron las negociaciones y


firmaron su primer tratado limítrofe el 10 de agosto de 1866, que fijó el paralelo
24°S como límite (norte-sur) y se debían compartir a medias los derechos de
exportación de minerales extraídos entre los paralelos 23°S y 25°S. En 1871, el
gobernante boliviano Mariano Melgarejo, bajo cuyo gobierno se firmó el acuerdo,
fue derrocado y reemplazado por Agustín Morales, quien, siguiendo la corriente
de la opinión pública boliviana, consideró nulos todos los actos del gobierno
anterior. Pero como no se podía abrogar unilateralmente un acuerdo
internacional, abrió negociaciones con Chile para revisar el tratado de 1866.Se
discutieron diversos aspectos sobre la aplicación del tratado de 1866, como la
definición de "minerales", la inclusión (o exclusión) del rico yacimiento de
plata Mineral de Caracoles en (de) la zona de beneficios mutuos, y las dificultades
en Bolivia para transferir el 50 % del impuesto recaudado en la zona a Chile. El
5 de diciembre de 1872 se firmó el acuerdo llamado de Corral-Lindsay, que fue
aprobado en Chile, pero, por influencia del Perú, que quería para Bolivia un mejor
arreglo, o, en todo caso, intervenir como mediador junto con Argentina, no fue
aprobado en Bolivia.
Finalmente, Bolivia y Chile firmaron un nuevo tratado de límites el 6 de agosto
de 1874, por el cual Chile renunció al 50 % de los impuestos en el territorio 23°S-
24°S a cambio de la promesa de Bolivia de no incrementar los impuestos a los
capitales y negocios chilenos durante 25 años. La frontera permaneció en el
paralelo 24°S. En esa ocasión, Chile condonó las deudas bolivianas provenientes
de la no transferencia del 50 % del impuesto recaudado por Bolivia en la zona
de beneficios mutuos. En un protocolo adicional firmado el año 1875, ambos
países acordaron, entre otros, someter a arbitraje posibles divergencias en la
aplicación del tratado.

Tratado secreto de alianza entre Perú y Bolivia de 1873

Frente al ímpetu de las inversiones y trabajo chileno en Tarapacá y


Antofagasta, el Perú sintió amenazada su supremacía en la costa del Pacífico y
firmó el 6 de febrero de 1873 un tratado secreto cuyas intenciones eran, según
lo hecho público seis años después, proteger la integridad y soberanía de los
países firmantes. Argentina fue invitada a firmar el pacto, su gobierno se mostró
de acuerdo y solicitó la aprobación del parlamento. Efectivamente, la Cámara de
Diputados en Buenos Aires aprobó la adhesión al pacto y agregó una partida de
6 000 000 pesos fuertes al presupuesto para la guerra.
Sin embargo, cuando afloraron nuevamente, en 1875 y 1878, las tensiones
fronterizas por la Patagonia, Argentina buscó ingresar al pacto, pero el Perú
diplomáticamente rechazó la iniciativa. Asimismo, al comienzo de la guerra, Perú
y Bolivia proyectaron ofrecer a Argentina los territorios chilenos desde el 24°S al
27°S a Argentina a cambio de su ingreso a la guerra contra Chile.
El historiador peruano Jorge Basadre señala que uno de los motivos del Perú para
firmar el tratado, además de proteger sus salitreras, era el temor en Lima a que
Bolivia fuese atraída por Chile a una alianza contra Perú que ocuparía Tacna y
Arica para entregarlos a Bolivia a cambio de entregar Antofagasta a Chile.6:212
El tratado es en sumo grado controvertido. Algunos historiadores lo consideran
legítimo, defensivo y circunstancial, además de conocido por el espionaje de
Chile. Otros historiadores, por el contrario, lo consideran agresivo, causante de
la guerra, y desconocido para Chile. Las razones de su secreto, la invitación a
Argentina y la razón por la cual Perú no permaneció neutral en circunstancias
que Bolivia no había cumplido el acuerdo de 1873 al firmar el tratado de 1874
sin informarle, son discutidas hasta hoy.
Qué pasó en la Guerra del Pacifico

Las elites chilenas lograron convertir sus intereses particulares en interés


nacional. Si estas elites chilenas habrían tenido intereses económicos en la
Patagonia, lo más probable es que nunca hubieses cedido tan extenso territorio.
Lo que prevaleció no fue la visión de futuro delas elites chilenas, sino sus fines
de corto plazo.
Conclusión

La guerra del Pacifico se produjo en el Desierto de Atacara, entre los años 1879
y 1883. En esta guerra participaron los países de Perú, Bolivia y Chile.
Machismos años de paz aun no logran borrar definitivamente las cicatrices de
esta guerra. El Clarín de guerra sonó en los pueblos, ciudades y caseríos de tres
Patrias- Chile, Perú y Bolivia- Llamando a sus hijos a reconocer cuartel. Miles de
campesinos, mineros y ciudadanos se transformaron en soldados para escribir
con su sangre derramada, gloriosas páginas de historia.
BIBLIOGRAFÍA:

http://guerradelpacificoperubolivia.blogspot.com/p/conclusiones.ht
ml

https://prezi.com/3zwx9e9pzvsz/causas-de-la-guerra-del-pacifico/

https://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_del_Pac%C3%ADfico
ANEXOS

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